Primer encuentro con mi prima Gemma XV

Seguimos con la vuelta de la playa mi tía Natalia y mi tía Adriana que viene a verme a mi habitación.

Así, sin más todos empezamos a recoger las cosas. Yo evidentemente al ser el que tan solo llevaba su bici y una pequeña mochila termine de recoger antes que ninguna de ellas no por ello poniéndome a ayudarlas a recoger todo lo demás y llevarlo a los coches en los que habían venido a la playa.

Tras varios viajes cargando bolsos de playa, sombrillas, conjuntos de toallas y neveras ya todo estaba recogido. Me despedí de mis tías y mis primas pidiéndome por activa y por pasiva que subiese la bici a uno de los coches y me marchase con ellas.

Sinceramente no me apetecía nada de nada volver en coche. Mas que nada porque ahora a la vuelta se comerían un buen atasco y yo prefería volver por la playa andando tranquilamente. Agradeciendo por última vez la invitación de irme en coche me despedí de mis tías mientras arrancaban los coches y por la pista de tierra abandonaban la playa.

Yo muy tranquilamente pedaleando por el paseo me encamine hacia la casa de la que me separaban apenas quince kilómetros. Es decir, a un ritmo tranquilo en unos veinte minutos ya podría estar por allí.

Iba pedaleando por el paseo cuando oí. – ¿Dónde va ese sobrino mío tan guapo? – me pregunto alguien provocando que en ese momento me parase “ipso facto”. Me giré para mirar quien era la mujer que me había hablado y en ese momento mi mirada se clavó en la de mi tía Natalia a la que vi preciosa y mirándome encantada de verme allí. – Hola tita – la salude mientras me bajaba de la bici y me quedaba a su lado. – ¿Vienes sola? – le pregunte mientras me quedaba a su lado. – Si no me apetecía ir como una sardina en lata y hace un rato me he venido andando – me dijo ella. – Que no sabes cómo hecho esto de menos en Londres – me siguió diciendo ella mientras se me acercaba a mí y me daba un beso. – Lo que no esperaba era encontrarme contigo – me confeso ella mientras apenas separaba sus labios de mi mejilla. – Si es que me pasa como a ti paso de quedarme ahora media hora en el coche de atasco – le confesé yo a ella mientras la miraba de arriba abajo. Y ella se percataba como mi mirada recorría su cuerpo empezando por sus ojos para acabar por sus pies.

Bajándome de la bici continúe la marcha a pie con mi tía por el paseo marítimo mientras andábamos hacia la casa. – Me encanta esto – me confeso ella. – Cada año lo añoro más – me dijo mi tía que ya llevaba más de veinte años en Londres viviendo. – Un verano de estos veo que no vuelvo – me confeso ella. – Es que, ¿Dónde vas a estar mejor que aquí? – le pregunte yo a ella. – La verdad es que esto es el paraíso – me respondió ella.

Debo reconocer que con mi tía me sentía extraño. A pesar de que no era ni la mayor de mis tías ni la que tenía más carácter debo reconocer que su metro noventa de altura frente a mi metro setenta y ocho me amedrentaba a pesar de ser una de las que más me cuidaba y me mimaba. – Te miro y me recuerdas al abuelo – me susurro de repente mi tía con una ternura que me encanto. – Cada día te pareces más a él – me confeso mi tía. – Si, pero la altura, visto lo visto te la llevaste tú y las primas – le respondí yo refiriéndome a ella y a sus hijas ya que mis primas apenas pasaban o llegaban al metro sesenta de altura. – Bueno aun te queda por crecer – me respondió ella. – De hecho, ya eres más alto que casi todas tus primas – me respondió ella mirándome picarona dudando entre continuar hablando o no. – Aunque de algunas cosas vas bien crecido – me dijo ella divertidamente guasona. – Que anoche cuando llegaste lo pude comprobar bien – me confeso ella. – Pero que muy bien – me remarco ella empezando a hablarme en Ingles para que nadie nos entendiese. – Si la verdad que de ese “crecimiento” no tengo queja – le confesé. – Desde luego – me susurro ella parándome en medio del paseo. – Si lo que toque, por casualidad, es lo que toque, ¡¡es enorme!! – me confeso ella mientras me tomaba por el codo para atraer mi atención. – ¿Te puedo preguntar a donde te llega sobrino? – me pregunto ella curiosa de igual manera en inglés. – Pueeees – dude yo. – Como cuatro cinco dedos por encima del ombligo – le susurre yo teniendo en ese momento la sensación de que todo el paseo marítimo se paraba a mirarnos a pesar de que ambos estábamos hablando en otra lengua.

– La chica que tenga la dicha de probarla será muy afortunada – me susurro ella. – No te creas tita – le conteste. – A muchas les duele si entra entera – le respondí yo. – ¿A muchas? – me pregunto ella divertida poniendo un gesto completo de asombro en su cara. – Bueno ya sabes – dije saliéndome por la tangente. – Si – me dijo ella sonriéndose. – Todas sabemos ya lo de tus orgias con tus profesoras – me susurro ella divertida apoyándose en mi hombro mientras de nuevo volvía a susurrarme en el oído. – ¿En serio? – le pregunte yo ahora asombrado.

MI tía en ese momento me miro y yo me perdí entre los pliegues de su pantalón pirata blanco que llevaba en ese momento puesto ella y que marcaba las braguitas de su precioso bikini. – Sobrino los cotilleos entre la familia corren como la pólvora – me susurro ella empezando a hablarme en alemán para que nadie nos entendiese. – Y si es algo tan morboso como lo que tu hiciste más aun – me confeso ella haciéndome ser consciente de que si me hablaba en alemán nadie nos entendía. – ¿Eso crees? – le pregunte yo de igual manera empezando a hablar con ella en alemán como ella me pedía para que nadie supiese de que estábamos hablando y pudiésemos hacerlo con la mayor tranquilidad del mundo y no pudiendo imprimirle menos morbo aun a la situación al estar rodeados de gente que para nada nos entendía mientras hablábamos de algo tan íntimo.

– Hombre, es el sueño de cualquiera a tu edad – me confeso ella. – Todas hemos tenido profesores por los que haríamos lo que nos pidiesen a tu edad – me confeso mi tía. – Y tú, no solo es lo que hiciste, sino que lo conseguiste hacer con dos y tres al mismo tiempo – me confeso mi tía. – Te aseguro que si no fuese porque había que ser formalmente correcto más de uno y una te hubiesen hecho la ola – me respondió mi tía divertida mientras me miraba mordiéndose el labio inferior.

Yo por un segundo me quede en silencio andando al lado de mi tía. – ¿Tú crees? – le pregunte. – Yo la primera, sobrino – me confeso ella. – No solo cumpliste uno de los sueños eróticos de cualquiera de nosotras a tu edad – me confeso mi tía. – Si no que lo hiciste por partida doble y triple – me dijo ella. – Y no solo eso, sino que, además, estuviste a la altura de las circunstancias – me dijo mi tía terminando de confesarme lo que pensaban todos. – Debes entender que aparte de tu circunstancia que te hace especial mentalmente como tu prima Gemma – me susurro mi tía. – Las mujeres de esta familia tenemos una situación de abandono total – me confeso mi tía. – Y tu excepcionalidad, ahora también física, nos va a llevar a todas a volvernos un poco o un mucho, ¡locas! – me confeso mi tía. – Y quizás algo que en otras familias nadie diría; aquí lo oirás – me confeso mi tía. – Y no solo eso, sino que “las niñas” tampoco quieren pasar por lo que hemos pasado nosotras – me confeso mi tía aludiendo a que ella como todas las demás estaba divorciada. – Así que no creo que este verano este carente de tentación, para ti, ni sea aburrido – me susurro de nuevo mi tía pidiéndome que leyese entre líneas. – Yo lo entiendo y créeme que me adapto a la situación encantado tía – le respondí yo a ella demostrándole que entendía perfectamente de que me estaba hablando.

– Es impresionante como a tu edad has conseguido desarrollarte así de bien en todos los aspectos – me continuo ella hablando en alemán. – De hecho, me encanto tocar anoche “al responsable” de tal hazaña – me confeso mi tía.

– La verdad es que me morí de vergüenza – le confesé yo sintiendo que en ese momento ella valoraría mi sinceridad. – Pues, yo, no te digo de lo que me morí – me susurro ella en un tono apenas audible en alemán. – ¿De qué tita? – le pregunte yo curioso en castellano automáticamente soltando sin pensarlo. – De sentirla sobrino – me susurro ella en ese momento parando y de nuevo clavando su mirada en la mía.

Yo en ese momento de igual manera le devolví la mirada sin apartarla de la suya viendo en ella el deseo y sin cortarse lo más mínimo en hacérmelo saber. Aquella actitud suya me hizo en ese momento tomar la decisión de decirle lo que mis labios emitieron a continuación. – Cuando quieras te la enseño encantado, tita – le respondí mientras retomaba la marcha y no esperaba a que ella me respondiese.

El órdago ya estaba lanzado y ahora era ella la que tenía que mover ficha. Mi tía camino a mi lado el resto del camino sin decir palabra. Notaba como su cabeza cavilaba mil ideas y mil preguntas que mi tía no encontraba la manera de hacerme. – La ventaja la lleváis vosotras que entre el toque al vernos anoche cuando llegue de la playa con Gemma y anoche cuando buscabais a Raquel bien que os recreasteis todas viéndomela – le susurre a mi tía rompiendo el silencio antes de abrir la puerta de la casa de mi abuela.

Mi tía en ese momento, sorprendida por mis palabras y la verdad irrefutable que le decía, no pudo articular palabra y dejándola pasar delante de mí entro en el jardín de la casa mientras me miraba sorprendida sin saber que decir. – Razón no te falta – me susurro ella pasando a mi lado antes de internarse en la cocina. – Pero tu llevas años viéndonos las tetas a todas, sobrino – susurro mi tía antes de entrar en la cocina. – No es lo mismo y lo sabes de sobra tita – le susurre yo mientras ella se internaba por la puerta de la cocina respondiendo a mi propuesta con una sonrisa llena de deseo. – Que yo solo veo y tú has palpado – le susurré yo en un tono que solo ella pudiese oír mientras pasaba dentro de la cocina a su lado.

La llegada a casa de mi abuela de todos y sobre todo de tanta mujer al mismo tiempo era una carrera y una pelea por ver quien se duchaba antes, quien había quedado y a quien estaban esperando mientras todas iban a sus baños a empezar a ducharse.

Mi tía Natalia despidiéndose de mi me regalo una preciosa visión de sus caderas. – Tienes razón con lo de que llevo ventaja porque yo he tocado lo tuyo y tú no – me susurro ella llegando de nuevo a mi lado al salir de la cocina. Moviendo su culo mientras subía de camino a su habitación alegando que ella había quedado para cenar con algunos amigos suyos y mirando sutilmente por encima de su hombro se aseguró de que yo me percatase de como la veía subir dibujando sus labios una sonrisa de triunfo al ser consciente de que yo me quedaba parado viendo como ella desaparecía de mi lado no sin antes mirarme por última vez divertida guiñándome un ojo antes de desaparecer del todo.

Yo me fui al jardín y me senté en los sofás en medio del patio mientras mi prima Encarni me hacía compañía y hablábamos de todo poniéndonos al día de nuestra vida. Gemma de igual manera mientras esperaba que su madre se duchase vino a sentarse con nosotros. Raquel y Lucia según entraron se fueron directas a la habitación de esta y desaparecieron escaleras arriba mientras se cruzaban con Susanna que bajada como un rayo escaleras abajo.

Susanna vino con la cara descompuesta a sentarse con nosotros, quedando al lado de Gemma justo en el sofá que había en frente de Encarni y mía, mientras yo continuaba hablando con Encarni de mis planes de universidad el curso que empezaba en octubre y Encarni me decía que empezaríamos juntos la “uni” aunque ella empezaba cuarto de carrera y yo primero.

Me percate como en ese momento Susanna atraía la atención de Gemma para contarle algo estando justo sentados enfrente de nosotros. Yo en ese momento debo reconocer que mi vena “maruja” se activó y no recuerdo exactamente que le pregunte a mi prima Encarni que empezó a soltarme una perorata de algo que le dio la excusa perfecta a Susanna para susurrarle a Gemma. – Tía me acabo de quedar de piedra – le susurro esta mientras yo con un oído escuchaba a Encarni y con el otro estaba atento a lo que decía Susanna en un susurro a Gemma. – Mi madre se estaba haciendo un dedo en la cama – susurro Susanna. – ¡¡La he pillado haciéndose un dedo!! – susurro sorprendida Susanna a Gemma. – ¡Hija es normal! – le susurró Gemma tan tranquila. – La playa da mucha inspiración – le respondió Gemma divertida en ese momento mientras por encima de Susanna Gemma se daba cuenta de que las estaba escuchando.

Susanna realmente parecía impactada. – Tía la verdad – susurro Susanna viendo que ahora que Gemma me miraba. – Son cosas que hacemos todas si no tenemos otra ayuda a mano – le susurro Gemma mientras sentía como sin mirarme directamente para que Susanna no se percatase sí que estaba atenta a mi sabiendo que las estaba oyendo. Poco después Encarni subió a ducharse porque su madre la aviso de que había terminado mientras ella se encaminaba a la cocina.

De igual manera diez minutos después mi tía Natalia apareció en el patio de la casa anunciando que se iba a cenar con unos amigos y Raquel y Lucia anunciaron que de igual manera se iban a dar una vuelta.

Nuevamente Gemma y yo nos quedamos solos mientras cada uno desaparecía en una dirección. – Primo ¿y tú? – me pregunto Gemma cuando nos quedamos solos. – Ceno algo y me voy al parque con la bici – le respondí yo tranquilamente. – Por cierto, tú has venido andando con la Tía Natalia desde la playa, ¿no? – me pregunto ella suspicaz. – Si, nos hemos encontrado por el camino – le respondí yo. – Que nos das que todas nos follamos los dedos después de estar contigo – me susurro mi prima que sin esperar respuesta se encaminaba dentro de la casa para ir a ducharse dejándome con un palmo de narices.

Me quede en silencio mientras veía como mi prima desaparecía de mi lado. Y me quede un momento en el sofá tomando fuerzas para subir a ducharme.

Pensando que estaba solo ya que había visto como todas se habían vestido y con cuenta gotas habían ido saliendo de la casa me quite la camiseta y el bañador mientras ya desnudo me dirigía a mi habitación. Abrí la puerta de mi habitación, completamente desnudo y me interné en la misma cerrando la puerta. Quería ducharme tranquilo y por ello puse el pestillo mientras me encaminaba al baño.

Mientras caminaba desde la puerta de mi habitación a la cómoda y tomaba la ropa que me iba a poner pensé en el día que había tenido . Primero el trio al alba con mi tía Laura y con mi tía Sofia dándonos una maravillosa follada en la habitación de mi tía Laura. Luego el maravilloso polvo que me había dado con Raquel y Lucia quedándose esta última avergonzada y preguntándome por donde explotaría aquello. Luego la repetición de la follada con mis tías de nuevo que estaban más cachondas y más salidas que yo y que de nuevo de una manera muy morbosa habíamos repetido en la playa con la incorporación de Wendy al quedarse mi tía Sofia acostada en la playa. Y por último la esclarecedora conversación con mi tía Natalia que me había puesto muy cachondo.

Cuando entre en el baño casi me muero de un susto. – Ya pensé que no venias – me susurro de repente mientras estaba sentada en la taza del wáter mi tía Adriana . – Joder que susto – chille dando un salto hacia atrás al no esperar encontrármela allí para nada. – No te he visto apenas en la playa y necesitaba hablar contigo – me susurro ella. ´

Yo la miré y vi que estaba perfectamente vestida. – Estaba preparada para salir – me susurro ella. – Pero he sentido la necesidad de quedarme y hablar contigo – me susurro ella. Yo la miré y vi que en efecto estaba preciosa.

Apenas maquillada hacia destacar de sobremanera su moreno cuerpo junto con un top negro de licra que marcaba su pecho y destacaba gracias al precioso escote sus preciosas tetas, unos zapatos negros de tiras de tacón la hacían parecer más deseosa y estilizada de lo que era aún y su falda marrón claro de raja lateral dejaba a la vista casi hasta el nacimiento de sus piernas tapado con tres enormes botones negros.

– Estás preciosa – le susurre yo. – Gracias – me respondió ella poniéndose de pie. – Como te digo estaba preparada para salir, pero te he visto en el patio para ducharte el ultimo y he sentido la necesidad de quedarme a hablar contigo – me susurro ella mientras se ponía de pie y su cara quedaba enfrentada a la mía. – Vaya pensé que con tacones seria más alta que tu – me susurro ella mientras veía como mi mirada estaba fijada en el espejo de detrás de ella deleitándome yo con la visión de su precioso culo.

– ¿Te gusta lo que ves? – me pregunto ella mientras girando su cara se fijaba en su deseoso cuerpo y como yo la miraba. – Eres un desvergonzado – me susurro ella mientras sus ojos se fijaban en los míos. – Y tu una tentación en la que me muero de ganas de caer – le susurre yo. – Eres mi sobrino – me susurro ella. – Y tu una mujer preciosa a la que deseo colmar de orgasmos – le respondí yo. – ¿No piensas en otra cosa que sea follarme? – me pregunto ella. – Lo siento, pero después de la follada que te dieron mis dedos anoche, no – le respondí yo. – Eres un sátiro – me gruño ella. – Y tu una puta que ayer disfruto de la follada que te dio tu sobrino – le respondí yo. – Soy tu tía – me reprendió ella. – Que está en mi baño viendo mi polla y deseando comérsela – le respondí yo de nuevo. – Me pones cachonda hablándome así, ¿sabes? – me pregunto ella. – Y yo quiero hacerte correr ya – le susurre notando como ella deseaba que yo fuese el que empezase a tocarla y hacerla de nuevo llegar al cielo como ayer. – Se lo que quieres y aquí lo tienes si te atreves a romper los tabúes que tienes en tu cabeza – le respondí yo de nuevo. – Joder, tu mente tiene respuestas para todo – me susurro ella mientras se acercaba más a mí. – Y mi lengua tiene capacidad para volver tu coño loco – le respondí de nuevo. – Joder que cachonda me pones sobrino – me gruño ella mientras en ese momento se acercaba más a mí.

Por un segundo mas ella me miro mientras nuestras miradas escrutaban la del otro. – Tengo la sensación de que eres lo que necesito – me susurro ella. – Aunque este mal – me susurro de nuevo ella antes de lanzarse como una loba hambrienta a devorar mi boca. – Soy una puta – me gruño mientras se sentaba de nuevo en la tapa de la taza del wáter y tomando mi polla me hacia dar un paso hacia ella. – Ven por favor – me suplico ella mientras su mano seguía con mi polla agarrada y me suplicaba que me acercase a ella.

Yo la mire sonriendo triunfante y me acerque a ella dejando que su mano recorriese el tronco de mi polla mientras me moría de placer al ver que ella derribaba sus barreras. – Me acabo de convertir en la mayor puta de la familia – me susurro ella mientras sentada en el wáter separando las piernas me invitaba a colocarme entre ellas lo más cerca posible de su cuerpo dejándome ver que no llevaba ropa interior. – ¿Quieres serlo? – le pregunte yo. – Después de las ganas con las que me quede ayer, si – me respondió ella. – Pues vete a tu habitación y ponte bragas – le susurre yo. – Si nos vamos a follar quiero ser yo el que te quité todo – le respondí.

Mi tía en ese momento me miro alucinada pensando que nos pondríamos a follar en el momento y mi petición desde luego era algo que no esperaba para nada. – Como tú quieras – me susurro ella. – Espera, mejor aún – le dije poniendo la mano en su hombro evitando que se levantase. – Me la vas a chupar hasta que me corra en tu boca – le susurre. – Y luego vas a ir a tu habitación y volver como te pido para que te folle hasta hartarnos – le susurre. – Desde luego eres un cabrón pervertido – me respondió ella. – Si – le respondí yo mirándola directamente a los ojos mientras ella observaba mi cuerpo desnudo. – Y tu coño chorrea solo de oírme – le susurre yo. – Menuda puta me vas a hacer – me respondió ella. – Es lo que quieres, ¿no? – le susurre. – Como no te imaginas – me respondió ella empezando a mamar en ese mismo momento mi polla con un deseo desconocido.

Mi tía paso su mano izquierda por mi cadera y pego todo lo que pudo su cuerpo al mío mientras su boca engullía mi polla haciendo que esta se alojase por completo dentro de ella. – Vaya – gemí. – Si, se me da muy bien tragar pollas sobrino – me susurro ella al sacarse mi polla de la boca. – Nadie te la chupara como yo – me susurro. – Lastima que ayer no pudiese hacerlo – me confeso ella. – Pues ahora es momento de que me lo demuestres – le susurre yo mientras mi mano se metía entre la blusa de licra y tocaba la piel de su pecho directamente. – Serás puta – susurre.

– Tú, ya venias con la idea de follarnos – le respondí. – Si – me respondió ella. – Lo que no pensaba es que me fueses a poner tan cachonda antes – me susurro ella mientras dejaba que yo sobase su teta ella retomaba la mamada. – Hazte un dedo mientras me la chupas zorrita – le gruñí yo mientras me deshacía de placer por la mamada que me estaba dando mi tía. – Fóllate con tus deditos para que en la primera te la pueda clavar hasta el fondo – le grui a mi tía mientras ahora los dos a la vez nos movíamos y tanto la boca de mi tía devoraba mi polla como mi cadera follaba su boca. – Uuuuuuummm – empezó a gemir mi tía. – Uuuuuuuuuuuummm – gimió ella mientras veía como sus flujos resbalaban por la tapa del wáter. – Pero mira que eres puta tía – le susurre mientras veía como sus flujos escurrían por la tapa del wáter. – Así me pones – me susurro ella mientras retomaba la mamada y mi ti seguía engullendo mi polla colmándome de placer. – Joder puta como la chupas – le gruñí mientras ahora era yo el que agarrando su cabeza con ambas manos clavaba mi polla en la garganta de mi tía que me recibía encantada. – Joder que lengua tienes tita – le susurre mientras me clavaba en su boca dejando que su lengua me colmase de placer a través de mi glande que ella no paraba de chupar con la buena perrita que me estaba demostrando ser.

Mi tía giraba un poco la cabeza y mi polla follaba su boca en una diagonal perfecta entre su mandíbula superior e inferior. – Que boca tienes puta – le gruñí a mi tía mientras ahora dejaba que fuese ella la que se comiese mi polla. – Si me convierto en la zorra mamadora de la polla de mi sobrino lo suyo es que lo haga lo mejor que pueda, ¿no? – me pregunto ella mientras retomaba la mamada. – Lo estás haciendo muy bien – le susurre. – Muy bien, ¿qué? – me dijo ella sacándose mi polla de la boca. – Lo estás haciendo muy bien puta – le gruñí mientras ella ahora se corría para mí. – ¡¡Joder!!, me corroo – susurro ella mientras veía como su coño destilaba fluidos de su coño.

Yo viendo como ella se corría no me resistí y metiéndome de rodillas entre sus piernas me lancé a comerme su coño y beberme sus flujos mientras mi tía se quedaba paralizada al sentir como mi lengua follaba su coño mientras mi tía estaba ya en la mitad de su orgasmo. – Introduciendo mi lengua dentro de su coño sentí como este se contraía con las contracciones propias del orgasmo mientras mi dedo corazón e índice acariciaban su clítoris mi lengua se clavaba en su coño. – Jodeeeeeeeeeeeeeer sobrino – aulló mi tía dejando su coño al borde de la taza del wáter mientras ponía a mi completa disposición su coño. – No pares, ¡joder!, no pareeeeeeeeeees – me gemía mi tía que estaba alargando de sobremanera su orgasmo mientras yo no dejaba de darle placer. – Sigue, sigueeeeeee – me suplicaba mi tía mientras yo entre sus piernas no paraba de follarla lo que mi lengua me permitía al tiempo que con mi mano derecha acariciaba su clítoris colmándola de placer.

Mientras mi tía continuaba disfrutando de mi follada en su coño viendo que mi mano izquierda estando libre decidí llevarla a la cadera de mi tía y dejando que esta entrase por debajo de la misma la lleve hasta su pecho derecho el cual cubrió el mismo por completo con mi mano sintiéndose mi tía aún más colmada de placer arqueando su cuerpo, al tiempo que sus manos agarraban la mía sobre su seno y me invitaban a apretarla sintiendo ella aún más mi cuerpo tomando posesión plena del suyo. – Soy tuya por completo – me gruño mi tía mientras se abandonada ante la llegada de un nuevo orgasmo que la hacía explotar en una maravillosa explosión de fluidos que me llenaban por completo tanto la cara como el pecho de flujos de mi tía. – Diosssssssssssssssssssssssss – siseo mi tía mientras ahora pasaba de estar arqueada de placer a directamente dejarse caer sobre la taza del wáter en la que estaba sentada.

Yo, no por la corrida espectacular, que acababa de tener mi tía pare de comerme su coño. Mi tía al ver que no paraba tomando mi cabeza con ambas manos me hizo separarme de ella. – Para, para, para – me suplico ella. – Me has hecho correrme cinco veces amor – me susurro ella. – Necesito parar – me suplico ella. – Voy a ser tuya – me susurro ella con la respiración entre cortada. – Pero si sigues así me matas – me dijo ella mientras su respiración se iba regularizando.

Mi tía me miro y vio como yo permanecía sentado en el suelo lleno de su corrida. – Mira cómo te he puesto – me susurro ella. – No te preocupes peor te voy a dejar yo – le respondí mientras la miraba lleno de lujuria. – Ya me imagino – me respondió ella mientras se imaginaba la corrida que iba a soltar sobre ella. – Y no sabes cómo me gusta la idea – me respondió ella mientras sentía una punzada de excitación en el estómago. – Vamos a ducharnos – me susurro ella mientras tomándome de la mano me invitaba a ponerme de pie.

Mi tía se puso de pie a la par que yo y justo cuando quedamos enfrentados quedando ella ahora sin tacones su mentón quedo a la altura de mi pecho. – Hay que ver lo que has crecido – me susurro ella. – Lo estás viendo tu misma – le respondí yo mientras acercaba mi polla a su entrepierna. – Uuuuuuummm que visión más bonita – susurro ella sin apartar su mirada de mi miembro. – No sabes cómo deseo sentirla – me susurro ella justo antes de lamer de mi pecho sus propios fluidos. – Primero tienes que hacer que me corra – le susurre yo dándole a entender que no me había olvidado de que me iba a correr en su boca antes de follarla. – Como tú ordenes – me susurro ella antes de besarme. – Vamos a la ducha – me susurro ella antes de tomar mi mano.

Mientras caminábamos los dos pasos que nos separaban de la bañera mi tía lucio espectacular llevándome a entrar en la misma. – Seré tuya como deseas – me susurro ella mientras yo entraba en la ducha. – Cumpliré tus deseos como me pides – me volvió a decir ella mientras se quitaba la blusa y dejaba a la vista sus hermosas tetas mientras veía como me deleitaba con ellas. – Son tuyas – me susurro ella mientras de igual manera se quitaba la falda y mi tía se mostraba completamente desnuda para mí. – Soy, toda tuya – me susurro ella mientras entraba en la ducha conmigo. – Para hacer, todo, lo que quieras – me susurro ella antes de volver a besarme de nuevo.

Mi tía me besaba con auténtica pasión mientras llevaba mis manos a posarlas ambas en la base de su precioso culo. – Todo mi cuerpo es tuyo – me susurro ella mientras veía como su cuerpo descendía justo en frente mía. – Todo – me susurro de nuevo ella sin esperar respuesta. – Yo lo que quiero es que lo sea también tu mente – le respondí mientras la veía descender justo frente a mi cuerpo. – Mi mente es tuya desde antes que mi cuerpo – me respondió ella notando ya su aliento justo frente a mi miembro mientras su mirada se clavaba en la mía.

– Me muero de ganas de comerme tu polla – me susurro mi tía mientras veía como apoyaba sus rodillas sobre el suelo de la ducha y su cara quedaba justo en frente de mi miembro. – Es preciosa – me susurro ella agarrándola con su mano derecha. – Preciosa y enorme – se susurró para ella misma mientras la enfrentaba a su boca y viendo como sus labios hacían un anillo perfecto entorno a mi polla ella empezaba sin la menor duda a tragar mi polla. – Joder tita que bien la chupas – le susurre mientras sentía como su lengua acariciaba la base de mi glande. – Sigue así traga pollas – le susurre. – Así – trato de decir ella mientras se metía mi miembro por completo dentro de su boca y sentía como grácilmente la punta de su nariz rozaba la base de mi miembro. – Joder Siiiiiiiiiiiiiiiii – gemí de placer viendo esa preciosa imagen de mi tía con toda su boca llena de mi polla.

Sentí en ese momento como la mano de mi tía me hacia un mix de paja manual y mamada y mi tía me miraba sin apartar su mirada de la mía esperando deseosa que me corriese en ese momento en su boca. – ¿Quieres mi corrida? – le susurre. Ella asintió levemente con la cabeza. – ¿Quieres que me corra en tu boquita de puta? – le susurre mientras ella incrementaba al ritmo de la mamada. – Sigue así y lo tendrás en breve – le gruñí mientras ella en ese momento se agarraba a mi culo y chupaba mi polla sin manos haciéndome llegar al cielo. – Chupa, chupa – le susurre. – Demuéstrame lo buena que eres chupando – le susurre yo mientras ella seguía moviendo su cabeza y haciendo que su boca me colmase de placer. – Sigue, sigue – le susurre sintiendo como en ese momento mi corrida era ya inminente. – Voy a llenar tu boquita de puta de leche – le gruñí a mi tía mientras sentía como en ese momento empezaba a correrme en la boca de mi tía y esta al tiempo que recibía mi corrida iba tragando creando una sensación de vacío mientras me corría en su boca que me hacía disfrutar aún más si cabe de la corrida que estaba teniendo.

Mi tía no dejo en ningún momento salir mi polla de su boca mientras esta escupía semen dentro de ella y al terminar sentí como la punta de su lengua recorría mi uretra recogiendo los restos de semen que habían quedado en la misma para saborearlos con su boca. – Puta – gemí yo con ella a mis pies aun sin soltar mi polla. – Desde luego es cierto que sabes chuparla – le susurre yo mientras ella me miraba aun de rodillas entre mis piernas sin soltar mi miembro.

La cara de mi tía en ese momento era de satisfacción plena por haberme sorprendido tan gratamente. – Me encanta que seas tan zorra – le susurre a mi tía mientras me ponía a su altura de rodillas también en el suelo de la ducha. – Nunca dejes de mamármela así, ¡nunca! – le susurre yo mientras metía mi lengua en su boca y ahora me lanzaba a besarla con autentica devoción dejando a mi tía sorprendida de que no me diese asco besarla con mi semen aun en su boca.

Ahora la sorprendida era mi tía que me dejaba hacer con mi lengua en su boca mientras mi mano yendo directa a su coño la follaba con dos dedos. – ¿Compartimos mi corrida tita? – le pregunte mientras ella me miraba a partes iguales sorprendida y excitada. – Claro – me susurro ella completamente descolada mientras me miraba sin entender y disfrutaba del dedo que le estaba haciendo. – Quiero que te mees de gusto – le susurre antes de volver a besarla y jugar con mi corrida en su boca haciendo que su deseo se incrementase más aun después de haberme corrida en su boca. Mi tía sentía como devoraba su boca al tiempo que la follaba sin piedad con dos dedos y empezaba a introducir mi pulgar por su recto. – Uuuuuuuuuuuummm – me gimió ella.

Separándome yo de ella en ese momento la mire y le susurre mientras clavaba toda la extensión de mi dedo pulgar en su culo. – Todo mi cuerpo será ahora tuyo – le susurre mientras ella sentía de igual manera como la follaba con dos dedos por el coño y como mi miembro habiendo perdido parte de su erección se apoyaba en toda su extensión en su pierna al tiempo que clavando su mirada en la mía veía como un resto de semen mío estaba en mi labio superior. – Joder cabrón que perra me pones – me gruño ella lanzándose a recoger mi propia corrida de mi boca mientras estampando su coño contra mi cadera ahora era ella la que devoraba mi boca poseída por el deseo. – Joder, joder, Jodeeeeeeeeeeer – aulló mi tía dejando ahora sus pezones a mi disposición al elevar su cuerpo mientras disfrutaba del placer que le estaba dando.

Mi tía cuando sintió como mi mano sin darle tregua se movía dentro de sus orificios al tiempo que devoraba sus deliciosos pezones unido a haber saboreado mi propia corrida de mi boca provoco que esta vez el orgasmo de mi tía naciese en lo más profundo de su coño lanzando fuera de su coño tal cantidad de fluidos que parecía que en efecto mi tía se estaba meando de gusto sobre mi pierna izquierda flexionada entre las suyas y mi polla.

– Diosssssssssssssssssssssssss – gruño mi tía desde lo más profundo de su garganta mientras explotaba en un orgasmo tan brutal que mi tía desfallecía a continuación quedando apoyada sobre mi hombro.

Mi tía se quedó completamente desfallecida sobre mí. Realmente como Gemma primero y mi tía Sofia después, había perdido completamente el conocimiento y mi tía ahora era como un saco de patatas. Fácilmente gracias a que mi tía era más pequeña que yo y apenas pesaba como una hija la pude llevar en brazo a la cama y la deje que se recuperase.

Me quede en la cama tumbado a su lado. Según mi tía se fue recuperando del orgasmo tan brutal que acababa de tener giro la cabeza y mirándome me susurro – ¿Pero tu como coño sabes llevarme a este límite? – me susurro ella. – Nadie con quien haya estado en mi vida ni siquiera ha llegado a acercarse lo más mínimo a lo que tu acabas de provocar en mi cuerpo – me susurro ella mientras aún era casi incapaz de moverse.

Mire a mi tía y le susurre – me alegro que hayas disfrutado – le respondí. – Solo hago lo que hago por instinto tita – le respondí. – Pues si ahora eres así no me quiero como será – susurro ella. - ¿Cuándo dejé de ser un criajo? – le respondí yo algo molesto. – No iba a decir eso – me susurro ella. – Iba a decir cuando tengas más experiencia – me susurro ella. – Lo que has conseguido tu hoy conmigo no lo ha conseguido nadie – me respondió ella. – Ni a la décima parte del camino – me susurro ella de nuevo. – Me has llevado a donde ni siquiera imagine que podría existir – me confeso mi tía. – Has sido todo un amante – me susurro mi tía. – Y has sabido jugar con mi morbo como nadie – me susurro ella. – Ha sido muy morboso jugar los dos con tu corrida en mi boca – me susurro ella. – ¿No te da asco? – me pregunto ella. – Si lo echo en tu boca y sale de mi cuerpo, ¿Por qué me debería dar asco? – le pregunte yo a ella. – Ningún tío lo ha hecho conmigo y siempre me ha dado morbo la idea de hacerlo como no te puedes imaginar – me susurro mi tía. – Me estaba corriendo sin parar mientras compartíamos tu corrida en nuestras bocas – me confeso ella. – No sabes lo que has provocado en mi – me susurro ella nuevamente mostrándome que solo volver a hablar de ello la estaba empezando a excitar de nuevo. – Me encanta que te encante – le susurre yo como respuesta a todo lo que me acababa de decir ella. – Y solo eso es lo que quiero hacer que te corras hasta que pierdas el conocimiento de nuevo – le susurre yo.

– Y ahora quiero – me susurro ella no dejándola yo acabar la frase. – Si quieres que esto continúe ya sabes lo que tienes que hacer – le respondí yo a ella. Mi tía se quedó por un momento mirándome dubitativa. – Vete a tu habitación y ponte ropa interior – le respondí yo mientras ella me miraba pensando en que debía hacer. – Es verdad – me susurro ella. – Dame un segundo y vuelvo – me susurro ella mientras desnuda se levantaba de la cama y salía de mi habitación.

Por un momento me quede en la cama tumbado y relajado. La verdad es que tanto la corrida ultima de mi tía había sido demoledora como la mía y ahora notaba parte de ese cansancio haciendo meya en mí. Por un segundo más me quede en la cama oyendo como la puerta de la habitación se abría de nuevo. – Ya estoy aquí cariño – oí como me decía mi tía mientras se acercaba a la cama. – Vaya polla más deliciosa estoy viendo – me susurro ella mientras se acercaba a mi lado y notaba como su cuerpo hacía que el colchón se amoldase a que ella se incorporase a mi cama. – La puta de tu tía necesita un buen pollazo – oí que me decía ella justo antes de besar mi pecho. – ¿Me vas a dar polla? – me pregunto ella ronroneando mientras colocaba su cuerpo sobre el mío.

Yo en ese momento sin abrir los ojos le susurre a mi tía – claro que te quiero dar polla – le susurre mientras abría los ojos y la miraba directamente a los suyos. – La pregunta es cómo quieres que nos follemos – le susurre yo mientras estando ella a mi lado a cuatro patas yo llevaba mi mano desde su rodilla hasta su culo. Ella me miro sin entender. – ¿ Como una señora, como una golfa o como una puta ? – le pregunte yo.

– Como a todas ellas – me respondió sin dudar. – De ti, visto lo visto no quiero perderme nada – me respondió mi tía mientras me besaba de nuevo. – Esta bien, puta – le susurre mientras la miraba y veía que ahora mi tía iba vestida con una falda de gasa y una camisa blanca abotonada mostrando como a pesar del sujetador sus pechos se mostraban hermosos ante mí. – Te voy a follar hasta que te salga mi polla por la boca – le susurre mientras ahora mi mano iba de su culo a su entre pierna y sin hacer más presionaba el coño de mi tía en mi mano. – Jooooooooooooder – suspiro ella empezando a sentir de nuevo el placer del contacto de mi mano en su cuerpo.

Mi tía en ese momento empezó a mover su cadera por instinto como si mi polla la estuviese follando. – ¡Joder!, que perra me pones – me gimió ella llevando su mano a mi polla. – No, no – le dije yo apartando su mano de mi polla. – Las señoras la chupan sin manos para lubricarla – le susurre yo. – Como ordenes – me susurro ella mientras abandonando mis labios, la cabeza de mi tía bajaba hasta mi polla y con la ayuda de sus dientes teniendo el mayor de los cuidados mi tía tomaba mi polla y empezaba a dejarla llena de saliva. – Sigueeeeeee – le susurre yo mientras sentía como la lengua de mi tía se hacía con mi glande y como la punta de su lengua recorría el contorno del mismo llenándome de placer. – Así de putas son las buenas señoras – le susurre a mi tía. – Saben perfectamente como chuparla – le decía yo mientras ella se tragaba la mitad de mi polla. – Sigue, sabes hacerlo muy bien – le gemí yo a mi tía mientras ahora me clavaba en su garganta. – Uuuumm esto ya está listo – me susurro mi tía después de diez minutos mamando mi polla. – Es deliciosa – me susurro ella.

Mi tía se tumbó en la cama boca arriba a mi lado. – Algo me dice que las señoras se dejan follar y algo me dice que tu sabrás hacerlo perfectamente – me susurro mi tía mientras con sus piernas flexionadas dejaba el hueco exacto para que yo me pudiese colar entre sus piernas a fin de darle polla. – La polla que tanto deseo – me susurro ella. – Vamos sobrino dale a tu tía lo que necesita – me gimió ella deseosa de que empezase a follarla. – Voy tía – le susurre mientras me colocaba entre sus piernas y guiando mi polla con la mano simulaba ser tan torpe que no lograba acertar con la entrada de su coño. – Cariño deja que tu tía te ayude – me susurro ella tomando la base de mi polla y llevándola a su coño.

– Empuja cielo – me pidió ella. – Entrara perfectamente – me susurro ella mientras me invitaba a clavarme por fin en su coño. – Joder que buenoooooooooo – gruño mi tía cuando por fin sintió plena de deseo como mi miembro abría su coño por completo. – Vamos cariño fóllame – me susurro ella mientras yo empezaba a cabalgarla. – Diosssssssssss – gimió ella mientras me sentía como entraba y salía de ella a un ritmo continuo. – Diosssssssssss que buenoooooooooo – gemía ella mientras anudaba sus piernas a mi cadera y mi tía clavaba su mirada en la mía. – No pares, no pares – gemía ella mientras me sentía como la penetraba sin parar. – Si tita, si – le susurre yo. – Me encanta follarte – le susurre yo. – Siénteme – le susurre yo. – No sabes cómo te siento – me gimió ella. – Te siento en lo más profundo de mi ser – me gimió ella. – Si sigues dándome así – me susurro ella. – Si sigues así – tartajeo ella. – Si, si, si, sigue asiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – me suplico ella. -Sigueeeeeeeeeeeeeeeeeee – me gruño ella mientras sentía en ese momento como su coño exprimía mi polla. – Diosssssss que bueno – gimió mi tía mientras se corría a gusto y muy largamente. – Me encanta sentirte sobrino – susurro mi tía mientras sentía como yo no paraba. – A la zorra de tu tía le encanta recibir la polla de su sobrino – me gimió mi tía.

Yo seguí follando a mi tía sin parar dándole polla a un ritmo continuo mientras permanecía clavado entre sus piernas y rodeado por las mismas entorno a mi cadera. – Vamos golfa te toca clavarte mi polla – le susurre yo a mi tía después de correrse por cuarta vez con mi polla clavada en lo más profundo de su ser.  – ¿Quieres que sea tu golfa? – me pregunto ella. – Si tita quiero que me folles tu ahora – le respondí mientras ahora rodando en la cama era ella la que quedaba encima de mí.

– Así que mi sobrino quiere que, sea yo, la golfa que disfruta de su polla – me susurro ella mientras elevando su cadera me dejaba ver como solo mi glande estaba clavado dentro de su coño. – Mírame sobrino – me susurro ella. – Mira como la golfa de tu tía se clava tu hermosa polla dentro de ella – me gimió mi tía mientras su cadera descendía y yo veía como ella misma se clavaba por completo mi polla dentro de su coño. – ¿Te gusta que sea así de golfa? – me susurro ella. – ¿Te gusta cómo te folla la guarra de tu tía? – me pregunto ella mientras con mi polla clavada casi por completo dentro de su coño mi tía dibujaba con su cadera circunferencias provocando que toda mi polla rozase las paredes internas del coño de mi tía. – Porque hay que ser muy puta para follarse a un sobrino – me gruño ella. – Tan puta y golfa como yo – gimió ella. – Que he venido a tu habitación buscando esta maravillosa pollaaaaaaaa – aulló ella.

Yo en ese momento observaba como el cuerpo de mi tía encima del mío se daba placer. – Tía, ¿te gusta follarme? – le pregunte yo con voz de niño inocente. – ¿Te gusta disfrutar de la polla de tu sobrino? – le pregunte yo mientras llevaba mi mano a sus pechos. – ¿Te gusta mi polla? – le seguía preguntando yo mientras ella no paraba de moverse sobre mí y viendo el rol que yo había tomado de niño inocente no hacía más que incrementar su morbo. – Dios sobrino – gimió ella. – Me encanta tu polla – me gimió ella. – Me encanta enseñarte a hacer disfrutar a una golfa como yo – me susurro ella. – Me encanta ser tu maestraaaaaaaaaaaaa – aulló ella que en ese momento clavándose mi polla en lo más profundo de su coño mi tía me regalaba un nuevo orgasmo que pringaba aún más nuestros cuerpos.

Yo disfrutaba de la follada que me estaba dando mi tía. – Me encanta ver cómo te corres tita – le susurre yo una vez que acabo de disfrutar su ultimo orgasmo y dándome cuenta de que ella ahora estaba agotada. – Sobrino soy una golfa, pero desde luego lo tuyo no es normal – me susurro ella. – Quiero decirte que nunca había disfrutado de tantos orgasmos en una sola noche – me confeso ella. – Tu polla es una delicia – me susurro ella. – Aguantas como un toro – me dijo a continuación. – Y sabes imprimirle un morbo a la follada que jamás pensé que viviría – me confeso ella. – Pero debo confesarte que a pesar de mi experiencia has conseguido agotarme – me confeso ella más que satisfecha. – Te sugiero acabar con una mamada y una cubana y que te corras en mi cara y en mis tetas – me propuso ella.

Yo en ese momento me quede mirándola. Mi tía estaba preciosa, desnuda sobre mi mostrándose sin el menor tabú me encanto disfrutar de toda su sexualidad hasta agotarla y que ahora ya por fin había conseguido llevarla a donde quería llegar.

– Tita – le respondí yo ahora. – Me encanta disfrutar de tu cuerpo – le respondí yo ahora mientras la hacía girar y ella quedaba boca arriba en la cama tumbada mientras yo apoyando mis rodillas en el colchón empezaba a follarla mientras nuestras manos se entrelazaban uniéndonos más aún. – Tienes una boca en la que ha sido una delicia meter mi polla – me susurre a mi tía mientras terminaba de hundir mi polla dentro de ella. – Y un coño que es una pasada follarse – le susurre a ella mientras sacaba mi polla de su interior. – Uuuuuuummm – gimió mi tía. – Me ha encantado hacerte correr sin parar – le susurre a ella mientras de nuevo volvía a clavarme dentro de ella.

– Pero ha llegado ya la hora – le susurre a mi tía. – ¿La hora de qué? – me pregunto ella. – De tratarte como una puta, tita, mi puta – le susurre yo ahora mientras de nuevo sentía como ella al escuchar mis palabras unidas a las acometidas de mi polla en su coño la hacía correr de nuevo para mí una vez más. – Jooooooooooooder sobrino – gimió mi tía temblando de placer bajo mi cuerpo.

– Es que me encanta que no solo nos follamos si no que lo unes con lo que me enciende y me haces correrme como una quinceañera – me gruño mi tía mientras terminaba de saborear su orgasmo. – Pues aún nos queda – le susurre yo. – Por mi si quieres ya hemos terminado – me susurro ella. – No creo que pueda correrme una vez más – me confeso ella. – Déjate llevar y veras como si – le susurre yo mientras me salía de ella. – Y veras como lo disfrutas – le susurre a continuación mientras bajaba mi cabeza por su cuerpo y besaba sus preciosas tetas. – Te voy a joder tita – le dije mientras pasaba de un pecho a otro. – Te voy a joder hasta que chilles de placer – le susurre abandonando ahora su pezón y bajando por su tripa.

– Uuuuuuummm sobrino – me respondió ella. – Eso es lo que hacías este invierno con tus profesoras? – me pregunto mi tía. – Tu madre me conto que te jodías a seis de las ocho profesoras que tenías y que a muchas de ellas de dos en dos e incluso a tres al mismo tiempo – me confeso ella. – No sabes los dedos que me hacía mientras tu madre me contaba como descubrieron los videos que os grabasteis – me confeso ella. – Me encantaría verlos contigo mientras me jodes como quieras – me confeso ella. – Si tita a las putas me las follo así y por todos sus agujeros – le confesé yo ahora mientras ya me había colocado entre las piernas de mi tía y me preparaba para comerle el coño. – No sabes cómo puede disfrutar una zorra como tu follándole el culo después de hartarla a orgasmos – le susurre yo mientras daba el primer lengüetazo desde el culo de mi tía hasta su clítoris.

La cara de mi tía en ese momento cambio por completo. – ¿Me estás diciendo? – me susurro ella sin acabar la pregunta esperando mi respuesta. – Si tita – le respondí yo. – Después de hartar tu coño de corridas ahora le toca el turno a tu culo – le susurre yo mientras daba el segundo lengüetazo a toda la entrepierna de mi tía. – voy a clavar mi polla en tu culo – le respondí antes de empezar a comerme el culo de mi tía follándolo con mi lengua.

– Pero nada ha entrado por ahí nunca – me gimió ella que estaba disfrutando de la comida de coño que le estaba haciendo. – Lo se tita – le respondí yo mientras clavaba mi mirada en la suya. – Por eso te he tenido que hacer pasar por todas las fases tita – le respondí yo. – Y ahora que estamos en la última voy a hacer que desees que me folle tu culo para que te siga dando placer – le susurre yo mientras sin piedad me comía el culo de mi tía y empezaba a follarla ya con mi dedo índice.

Mi tía arqueo su cuerpo, presa del placer. – Siento como entras en mi – me gimió mi tía cuando sintió como la mitad de mi dedo índice ya había entrado dentro de ella. – Y más que vas a sentir – le susurre yo mientras continuaba mi labor. – Joder hijo de puta, ¿Qué me vas a hacer? – me pregunto ella mientras sentía como mi dedo corazón se unía a mi dedo índice y entre los dos empezaban a follarla. – Lo primero abrirte el culo a dedos – le susurre yo a ella. mientras nuestras miradas se cruzaban. – Y luego llenártelo de polla – le gruñí mientras ahora veía como mi tía presa del placer estirazaba su cuerpo y se dejaba llevar mientras sentía como hundía mis tres dedos llenos de sus flujos dentro de su cuerpo. – ¿Se lo hacías a tus profesoras putas? – me pregunto ella. – Ellas eran las que me suplicaban en cada encuentro que se lo hiciese tita – le respondí yo ahora mientras dejando que mi dedo anular se uniese a la dilatación que le estaba dando al culo de mi tía estos tres entrasen dentro de ella yo colocaba a mi tía de costado y haciendo ascender mi cuerpo me colocaba a su espalda a fin de que pudiese sentir mi cuerpo completo.

Mi tía se dejó hacer y ahora quedo de costado mientras permitía la total intromisión de mis dedos dentro de su culo. – Puta sí que te has abierto rápido – le susurre yo ahora en su oído mientras después se lo besaba. – Parece mentira que me vaya a follar mi sobrino de catorce años – me susurro ella mientras pegaba su espalda a mi cuerpo. – Ahora solo nos queda una cosa puta – le susurre yo. – ¿El que? – me pregunto ella expectante. – Guías mi polla a clavarse en tu culo o ¿prefieres que lo haga yo? – le pregunte. – Quiero ser la mejor de tus putas y quiero ser yo la que te lleve – me contesto ella mientras su mano tomaba mi polla dura y mi tía girando su cadera hacia delante me daba pleno acceso a empezar a tomar su culo.

– Solo te pido que vayas con cuidado, esta es la primera polla que va a follarse mi culo – me pidió ella mientras se preparaba para que la follase. – Iré con el cuidado que se debe ir con una puta como tu – le susurre mientras ella empotraba mi glande en la entrada de su culo. – Vamos fóllame – me pidió ella. – Se el primero en abrir mi culo – me gruño mi tía. – ¡¡Venga sobrino!!, jódete el culo de la puta de tu tía – me gruño ella, mientras empujando su cadera hacia mi polla, hacia esfuerzos por que esta penetrase su ano. – Vamos fóllame – me gruño ella mientras sentía como su culo se abría para mí. – ¡¡Joder!!, como me abres, ¡coño! – gruño ella mientras sentía como mi polla se enterraba dentro de su culo centímetro a centímetro. – ¿Crees que entrara el monstruo entero? – me pregunto ella viendo como mi enorme polla se empezaba a enterrar en su culo. – Ya llevas más de la mitad tía – le respondí yo. – Sigue clavándote cabrón – me pidió ella. – Esta bien puta – le respondí yo mientras sacando mi polla de ella de nuevo la follaba y empezaba a clavarme más y más en su culo.

– Joder sobrino duele – me protesto ella. – Deja que tu culo se acostumbre – le susurre yo mientras dejaba tres cuartas partes de mi polla dentro de ella. – Me encanta, pero me duele – gimió ella. – Cada vez menos, pero es que es enorme – me gruño ella. – ¿Te parece que es grande tita? – le pregunte yo morboso. – Es enorme y lo sabes – me respondió ella. – Es la polla más grande que me haya follado en toda mi vida amor – me respondió ella. – Me encanta, pero me está abriendo entera por dentro – me gimió ella. – Iremos poco a poco tita – le susurre yo mientras me clavaba un poco más en su culo. – Diosssssssssss – aulló mi tía mientras sentía como mi polla la abría un poco más. – ¿Me salgo? – le pregunte. – Por nada del mundo – me respondió ella. – Veme follando y me sigues dando polla – me pidió mi tía mientras yo ahora me preparaba para empezar a follarme a mi tía sin parar. – Si, sobrino, siiiiiiiiiiiiii – gemía mi tía mientras buscada con sus labios los míos y llevaba mi mano a su coño. – Hazme un dedito mientras me petas el culo – me susurro ella entre nuestros labios.

Aquello fue lo que necesitaba mi tía para que por fin su culo se relajase por completo y me permitiese clavarme por completo dentro de ella. Mi tía disfrutaba por fin de como mi polla la profanaba al tiempo que sentía como mis dedos acariciaban su clítoris. – Joder cariño me encanta esto – me susurro ella. – Me vas a dejar el culo bien abierto – me susurro ella. – Pero no dejes de follarmelo – me gimió ella. – No pares – me gimió ella. – Por nada del mundo dejaría de darte polla puta – le gruñí yo mientras ahora ya sentía como mi polla entraba perfectamente en el apretadito culo de mi tía llenándonos de placer a los dos. – Joder me encanta estooooooooo – me gimió ella.

– Y más que te va a gustar – le susurre mientras la ayudaba a ponerse a cuatro patas sobre la cama y ahora tomando sus caderas me agarraba a mi tía para darle polla sin parar. – Machaca tu coño, puta – le gruñí a mi tía mientras ahora hundía mi polla hasta el fondo de su culo. – Que de tu culo me encargo yo – le susurre mientras no paraba de follarla. – Joder esto es increíble – me gimió ella que dejando caer su cabeza sobre el colchón me dejaba su culo en pompa para que la follase sin parar a mi plena disposición mientras sentía en mis testículos como sus dedos jugaban con su coño y con su clítoris. – ¿Quieres polla en tu coñito tita? – le pregunte mientras ahora sacando mi polla de su culo la incrustaba en su coño. – Jo, jo, Joooooooooooooooooder – aulló mi tía cuando sintió como me clavaba en ella de nuevo.

– No dejas de sorprenderme – me gimió ella mientras yo ahora de nuevo tras diez folladas en su coño de nuevo me clavaba en su culo. – Me encanta follarme tu culo tita – le susurre mientras de nuevo retomaba la follada. – Y a mí me encanta tooooooooooooodo lo que me haces – me susurro ella de nuevo. – Sigue, sigue, no pares de follarme – me gimió ella de nuevo que estaba en un estado permanente de placer. – Nadie me ha jodido así en la vida – me susurro de nuevo mi tía. – No dejes, no dejes – tartajeo ella. – No dejes de follarmeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee – aulló mi tía en ese momento en el que mi tía por primera vez descubría lo brutal que era un orgasmo anal y de nuevo por segunda vez aquella noche mi tía se quedaba espatarrada y vencida sobre el colchón.

Cuando me percate de que mi tía había perdido el conocimiento me quede parado detrás de ella teniendo aun mi polla hundida en su culo. – Tita – le susurre viendo que ella no se movía y percatándome que en efecto había perdido el conocimiento. Decidí que había llegado el momento de parar de follarla y lo más suave que pude me salí de ella mientras ayudándola a estirar las piernas dejaba a mi tía reposar de costado en la cama quedándome yo tumbado a su lado.

Durante algo más de cuarto de hora mi tía permaneció “off” y yo a su lado dudaba entre irme al baño o hacerme una paja. Finalmente me decidí a ir al baño a intentar mear mientras ella se recuperaba. Miré el reloj y me di cuenta de que eran cerca de los dos de la mañana. Supuse que para ella había sido demasiado tiempo de sexo por lo que me había confesado mientras nos follábamos.

Así que me encamine a la ducha a asearme y refrescarme ya que entre el exceso de esfuerzo y el calor que hacía estaba muerto. Deje que durante un rato el agua recorriese mi cuerpo y me refrescase tanto como necesitaba mientras el agua dejaba mi cuerpo sin el menor rastro del encuentro que acababa de tener con mi tía.

– Me das la follada de mi vida y te vas sin correrte para mí – oí que me susurraba de repente detrás de mi tía entrando en la ducha conmigo justo cuando yo apagaba el agua. – Estabas agotada y no quería despertarte le susurre mientras veía como ella felina se acercaba a mí a besarme. – Quiero, como la zorra que he sido para ti – me susurro ella. – Que te corras sobre mi como la puta en la que me has convertido – me susurro ella justo antes de empezar a besarme de nuevo y sentir como su mano se apoderaba de mi polla. – Uuuumm me encanta como me has dado placer – le susurro mi tía a mi polla antes de empezar a besarme de nuevo. – Dile a la zorra de tu tía donde quieres correrte – me pidió ella. – En tu cara y tu boca puta – le susurre yo. – Quiero ver como los chorretones de semen que no llegues a almacenar en tu boca resbalan por tu barbilla para caer en tus tetas – le respondí. – Me encanta lo descriptivo que eres – me susurro ella justo antes de clavarse mi glande dentro de su boca.

Y aquí llego el momento en el que en efecto mi tía Adriana me demostró que era una experta mamando pollas. Las manos de mi tía tragando ya su boca la mitad de mi polla fueron a tomar directamente mi culo con ambas manos y siendo estas las que empujaban mi culo hacía que mi polla se clavase en la boca de mi tía en la que creaba un vacío sobre mi polla mientras su lengua de una manera magistral acariciaba mi glande. – Joder puta que bien la chupas coñooooooooo – aullé en ese momento mientras sentía como mi tía con su magistral mamada me dejaba al borde de correrme.

Mi tía me miro divertida y morbosa. – ¿Te estabas duchando? – me pregunto ella mientras ahora mi polla colgaba justo en frente de su boca. – Si – le respondí yo. – Pues gírate que te ayudo – me susurro ella. Yo en ese momento haciendo lo que ella me pedía me gire dándole la espalda mientras veía como ella de la estantería que tenía dentro de la cucha tomaba la esponja y llenándola de jabón mi tía empezaba a enjabonar todo mi cuerpo. Mi tía se dedicó con sumo cuidado a lavarme mientras sentía como cada poro de su piel se rozaba conmigo. – Me encanta que me bañes tita – le susurre. – Como cuando eras pequeño – me susurro ella. – Solo que esta vez mira lo que tenemos aquí – me susurro ella que una vez que ya hubo enjabonado todo mi cuerpo ahora sentí como su mano se enroscaba a mi polla empezando una placentera paja. – Me encanta tu polla sobrino – me susurro ahora mi tía en mi oído mientras continuaba a mi espalda apoyando sus tetas sobre mí.  – Y a mí me encanta sentir tu cuerpo desnudo contra mi tita – le respondí yo ahora. – Pues cada vez que tengamos ocasión me encantara repetirlo – me respondió ella.

Por un momento los dos nos quedamos en silencio mientras disfrutaba de la placentera paja que me hacia mi tía. – Tía me encanta tu mano, pero prefiero tu boca – le susurre yo. – Sobrino – me susurro mi tía mientras me hacía girarme. – ¿Quieres correrte en la boca de tu tía? – me pregunto ella libidinosa. – Ya sabes lo que quiero puta – le respondí yo. – Como tú me ordenes – me susurro ella mientras de nuevo se arrodillaba delante de mí y retomaba la mamada de antes. – Ya sabes, puta, que como eres tan buena mamándome la polla no voy a tardar mucho en correrme en tu boca, ¿no? – le pregunte yo. – Me muero de ganas de que llegue el momento – me susurro ella. – Llena mi boca con tu corrida – me susurro mi tía justo antes de empezar a mamarme la polla como antes. – La zorra de tu tía te va a sacar tu preciada lechecita – me susurro mi tía alojando en ese momento mi polla de nuevo dentro de su boca.

Esta vez mi tía dejo que mi polla se apoyase en su lengua y se introdujese dentro de ella. – Uuuuuuummm – gimió ella mientras mi polla llegaba dentro de ella hasta hacer tope con su campanilla. – Ayúdame – le susurre mientras le pedía que de nuevo pusiese sus manos en mi culo y ella misma se follase mi polla. Mi tía de nuevo hizo un anillo perfecto con sus labios entorno a mi polla mientras de nuevo absorbía creando una sensación de vació que me llenaba de placer al tiempo que su lengua chupaba la base de mi glande llenándome de placer que esta vez no intente resistir y dejándome llevar empecé a lanzar chorros y chorros de semen dentro de la boca de mi tía. Lo más morboso fue ver como mi propia corrida empezaba a desbordar por las comisuras de la boca de mi tía y como el quinto trallazo de semen que lanzaba alimentaba la escapada de semen por la comisura de la boca de mi tía y hacía que una buena cantidad de semen derramase desde su barbilla a sus preciosas tetas.

Por un momento más mi tía siguió mamando lentamente mi polla dejando que terminase de correrme dentro de su boca y colmándome de placer. – Joder que mamada más buena tía – susurre cuando termine de correrme y me quede seco dentro de su boca.  – Uuuuuuummm gracias por la corrida sobrino – me susurro mi tía cuando se tragó la corrida que había quedado en su boca. – Me encanta tu sabor – me susurro ella. – Siempre me tendrás dispuesta para mamártela – me susurro ella mientras mirando mi cuerpo veía como el jabón que ella antes había esparcido por mi cuerpo se había secado.

Mi tía me miro plenamente satisfecha y como yo sin el menor remordimiento. – Me ha encantado la follada que nos hemos dado sobrino – me susurro ella aun mirándome de rodillas a mis pies. – Te lo repito para que quede claro – me susurro ella. – Cada vez que quieras – me sentencio ella. – Ya solo nos queda una cosa – me susurro ella. Yo la mire sin entender. – Por favor méate en mis tetas – me pidió ella mientras recogía uno de los goterones de semen que había quedado en sus pezones y de ahí lo llevaba a su boca. – Quiero que me marques por completo y es lo que nos queda – me pidió ella. – Quiero sentir tu orina bañando mis tetas – apenas llego a decir ella cuando sintió como mi orina impactaba directamente sobre su pezón derecho. – Las dos tetas cariño – me susurro ella. – Quiero sentirte en las dos – me pidió ella mientras mi orina bañaba su cuerpo.

Mi tía me miraba encendida mientras se empezaba a pajear para mi mientras yo me orinaba en ella. – Pues sí que tenías ganas – me susurro mi tía mientras sus dedos pinzaban su clítoris para darse placer. – Tantas como de follarnos – le respondí yo. – Uuuum – susurro ella mientras se daba placer. – Pues entonces creo que me echaras una buena meada – me susurro ella. – Te voy a bañar entera – le susurre mientras ahora me orinaba directamente en su coño y como había aprendido con mi tía Ara lo hacia directamente sobre su clítoris. – Uuuuuuummm tu lo que quieres es que me corra otra vez – me gimió mi tía. – Pus claro zorra – le respondí yo. – ¿Podría haber un final mejor? – le pregunte.  – Desde luego que no – me respondió ella. – Desde luego que nooooooooooooo – aulló mi tía que se corría mientras yo no terminaba de mearme sobre ella.

Una vez que termine de miccionar sobre mi tía debo reconocer la imagen clara de la depravación era aquella que ahora a mis pies me devolvía mi tía en la que nos habíamos dejado llevar, como llevaba haciendo unos días, por los más primarios instintos de sexo y derribo de barreras y tabúes. Me encanto ver a mi tía completamente llena de mi corrida y mi meada después de mas de cuatro horas en la que nos habíamos follado de todas las maneras que habíamos deseado ambos y nos habíamos dejado llevar sin medir las consecuencias de nuestros actos. Realmente eso era lo que más cachondo me ponía de todo.

El hecho de saber que lo que estaba haciendo estos días era del todo prohibido me mantenía en estado de alerta para poder aprovechar todas las oportunidades que se me presentaban y la situación desde luego me era propicia.

Las palabras de mi tía me sacaron de mis cavilaciones. – ¿Me oyes? – me susurro ella. – Perdona tita estaba pensando en la follada que nos acabamos de dar – le respondí yo. – Pues eso te estaba diciendo – me susurro ella. – Que me ha encantado haberte follado – me susurro ella. – Aunque creo que a pesar de todo has sido tu el que me has follado a mi – me respondió ella. – Y me ha encantado como lo has hecho – me respondió ella a continuación. – Nadie me ha follado como tu lo has hecho sobrino – me dijo ella mientras se mordía el labio inferior. – Que manera de joderme – me susurro ella.

Yo la miraba mientras ella de nuevo se ponía ahora de pie en frente de mi. – Eres todo un prodigio sobrino – me susurro ella mientras me besaba de nuevo. – Nadie me ha follado como lo has hecho tu ni me ha hecho perder dos veces el conocimiento de lo fuerte que me he corrido – me susurro mi tía. – Me has hecho tuya para siempre – me confeso ella. – Me encanta saberlo tita – le respondí yo. – Es lo que has provocado con esta maravillosa polla – me gimió ella mientras sentía como su mano derecha de nuevo tomaba posesión de la misma. – Has destrozado mi coño y  mi culo pero estoy encantada – me susurro ella mientras comenzaba una lenta paja.

Mi tía me beso de nuevo mientras sentía como su mano recorría mi polla. – Me encanta sentir como crece en mi mano – me susurro mi tía. – Y me encantara que me manches entera con tu corrida – me susurro ahora ella en mi oído mientras pegaba su cuerpo al mío. – Siente en la punta de tu polla la base de mis tetas sobrino – me susurro ella. – Las tetas de la zorra de tu tía – me gimió mientras su mano aumentaba el ritmo de la paja que me estaba haciendo mi tía. – Tía si sigues así te voy a llenar de leche en breve – le susurre yo ahora. – ¿Quieres que me corra entre nuestros cuerpos? – le pregunte yo incrementando su morbo. – Si sobrino por que mi coño lo has dejado molido a pollazos – me susurro ella. – Y por desgracia ya esta noche no puedo follarte más – me respondió. – Córrete en mis tetas y en mi mano – me suplico ella. – No puede haber mejor final – me susurro. – Si sigues así no creo que te quede mucho – le susurre. – No te prives – me susurro ella mientras nuestras bocas se devoraban.

En poco más, de un par de minutos, me corrí saltando los primeros lefazos que lanzo mi polla en el mentón de mi tía y en el mío propio para a continuación dejar dos hermosos reguerones de semen sobre los morenos pechos de mi tía y a continuación caer los demás lefazos que lanzo mi polla resbalasen por la mano de mi tía dejando su mano pringada de mi semen.

– Me encanta la cantidad de lefa que lanzas cada vez que te corres – me susurro mi tía. – Y a mi me encanta lo cachonda que te pone que ahora compartamos mi corrida – le susurre a mi tía mientras ahora acercaba mi lengua a sus tetas y recogiendo parte de mi corrida que recorría en diagonal su canalillo tomaba en mi lengua uno de los trallazos de semen que había soltado sobre su canalillo y recogiéndolo con mi lengua lo llevaba a su boca. – Joder eso si que me pone perra – me gruño ella demostrándome que en efecto el verme hacer aquello la hacia entregarse a mi por completo. – Me encanta lo pervertido que eres – me susurro ella antes de recibirme con su boca abierta para saborear en mi lengua mi propia corrida.

Mi tía bebió ávida de mi boca. Mientras esperaba que ahora pasando por su pezón mi lengua recogiese el segundo trallazo de semen que había dejado allí. Mi tía al sentir como mi lengua acariciaba su pezón izquierdo lleno de mi propia corrida colapso de deseo dejándose llevar y abrazándose a mi cuello mi tía se corrió. Pero se corrió con un chillido ahogado y estrepitoso que hizo que su cara se pusiese morada como si se ahogase y en ese momento el coño de mi tía lanzase con una furia desconocida una corrida copiosa tal que parecía que mi tía se meaba abundantemente con gran fuerza mientras se dejaba llevar por un orgasmo tan brutal que tenia que sostenerla para que no se cayese al suelo en ese mismo instante mientras sentía como antes y durante aquel orgasmo todo el cuerpo de mi tía se tensionada por la sensación del orgasmo que estaba teniendo.

Mi tía se quedó abrazada a mi luchando por mantener la verticalidad. – Buuuuffff – susurro ella agotada. – Esto es único – me gimió ella. – Nadie, nunca – farfullo ella. – Jamás – susurro a continuación ahogada por el esfuerzo del tremendo orgasmo que acababa de tener mientras su mirada se clavaba en la mía. – Me alegro que así sea – le respondí yo entendiendo perfectamente lo que ella me decía a ahora me acercaba a ella comenzando a besarla de nuevo e introduciendo toda mi corrida en su boca. Mi tía trago ansiosa todo lo que mi lengua le ofrecía.

A continuación, sin deshacer el nudo que sus brazos habían hecho entorno a mi cuello mi tía me susurro – quiero que sepas que la tuya es la primera corrida que me trago – me confeso ella. – Nunca nadie me ha follado como tu y nunca nadie me había puesto tan cachonda como tu has logrado ponerme – me confeso ella. – Me alegro que así sea – le respondí yo mientras la besaba de nuevo. – Me encanta como te has entregado a mi – le dije yo a continuación. – Quiero toda tu corrida en mi estomago – me confeso mi tía.

Esta ahora llevando su mano a su boca empezó a lamerla recogiendo con su lengua toda mi corrida. – Así me gusta perrita – le susurre yo mientras mi tía me mostraba como dejaba su mano completamente limpia sin el menor resto de corrida para mí. – ¿A que soy una buena perra? – me pregunto ella. – Desde luego que lo eres zorra – le respondí yo mientras llevando mi mano a su mentón recogía con mi dedo índice los primeros goterones de semen que habían salido de mi polla y los llevaba a su boca. – Chupa – le susurre mientras introducía mi dedo en su boca y sentía como su lengua se enroscaba entorno a mi dedo acompañado con un gemido de ella. – Me encanta – le susurre. – Y a mi me encanta ser tu zorra – me respondió ella mientras impoluto era ella la que sacaba mi dedo de su boca.

Mi tía me miro y ahora ella sacando ella la lengua fue la que lamio directamente de mi mentón otro de los trallazos de semen que hacia menos de un par de minutos habían salido de mi polla. – Desde luego tienes potencia al correrte – me susurro ella. – Y aguante – me susurro en el mismo tono. – Ya con las horas que son alguna debe haber vuelto – me susurro ella pidiendo que bajásemos el tono al ver que eran ya las tres de la mañana.

Ninguno de los dos quería que el momento se acabase, desde luego yo tenia fuerzas y ganas para continuar, pero mi tía demostrando en este punto ser más madura y lógica que yo fue la que dijo que era hora de retirarse. – Nos debemos una ducha – me susurro justo antes de darme un pico y salir de la ducha. – Y a ti no se qué te debo, me has dado polla para una vida – susurro mi tía mientras de rodillas miraba mi polla y le daba un lametón antes de desaparecer.