Primer encuentro con mi prima Gemma XII
Tras estar con Lucia y Raquel la primera tiene algo de remordimientos así que voy con mis tías siempre con las ideas mucho mas claras y tenemos una invitada de excepción.
Los tres nos quedamos aun un rato más en el agua recuperándonos y poco a poco acercándonos a la orilla nos quedamos mecidos por las olas mientras todos disfrutábamos de la desnudez de los demás.
– Resulta que ahora me gustan los coños – susurro Lucia. – ¿Quién me lo iba a decir? – se preguntó ella a si misma mientras se sumergía en sus pensamientos. – Y las pollas – le respondió Raquel. – Las pollas enormes – le respondió de igual manera Raquel divertidamente morbos recordando en su fuero interno lo que acabábamos de hacer. – Ya te digo – le respondió Lucia. – Y además de la familia – le apostille yo. – Soy una zorra – susurro ella. – Una zorra, bollera y amante del incesto – refuto a continuación.
– ¿Te arrepientes? – le pregunte yo. – ¿De follar con vosotros dos? – me pregunto Lucia de manera retorica. – Para nada – me respondió ella. – Aunque debo reconocer que – susurro ella quedándose por un momento en silencio pensando en cómo plantear las dudas que tenía en su cabeza. – Follarme con Raquel tiene un pase – comenzó a hablar Lucia. – Es mi prima y aparte es otra mujer como yo, pero tiene un pase dentro de toda esta locura en un momento determinado – susurro Lucia. – Pero contigo – me confeso ella. – Contigo es aún mil veces más extraño, ¡te saco dieciocho años! – me dijo ella sorprendida. – Y eres mi Solete – me susurro ella.
– Pues tu Solete hoy te ha hecho ver las estrellas – le susurro en ese momento Raquel. – ¡Eso es! – exclamo Lucia. – No sé cómo sabes hacer todo lo que haces y como sabes tan jodidamente bien decir lo que tienes que decir en cada momento o como debes actuar – me confeso ella. – ¡¡Nos hemos follado!!, ¡joder!! – me reclamo ella.
– ¡¡Somos primos hermanos!! – me grito ella. – Y nos hemos follado los tres – me dijo ella. – Y me has hecho disfrutar como no lo he hecho en toda mi vida. Teniendo, supongo, más experiencia que tú, en todo, ¡se supone!, ¡claro! – confeso ella volviendo a sus cavilaciones. – No olvides que él como Gemma ya sabes – le respondió Raquel refiriéndose a que ambos éramos super dotados. – Joder pues con dos mentes iguales ni quiero imaginar lo que debe ser que te follen entre los dos – susurro Lucia. – Joder pues si con él ha sido así imagina doblarlo – le susurro Raquel que en ese momento se ponía a su lado y la abrazaba. – No le des más vueltas – le susurró Raquel mientras permanecía abrazada a ella. – Ya – suspiro ella. – Bésame – le pidió Raquel atendiendo en ese momento Lucia a Raquel. – Este beso no te lo ha pedido él si no yo – le respondió Raquel haciéndose de nuevo el silencio entre ambas.
– Ya tía, pero es que hace tres horas me dices que la situación iba a derivar en lo que ha derivado y no te hubiese creído – le dijo Lucia. – ¡Que no me arrepiento, ¡Que lo he disfrutado! – confeso ella. – Pero jamás pensé que pudiese ocurrir – susurro ella. – Que lo hayas disfrutado y hayas hecho, lo que te apetecía hacer, es lo único que importa – le respondí yo. – ¿Ves? – me dijo ella. – A eso me refiero que eres capaz de sentenciar un problemón en un segundo – me confeso ella. – Y eso me pone cachonda y me da pánico a partes iguales – me confeso ella. – Si es esto un “problema” creo que es mejor que lo olvidemos – le susurre yo mientras me incorporaba y poniéndome de pie salía del agua. – Espera – oí que susurraba Lucia no haciéndole yo el menor caso y empezando a caminar hacia la parte de la playa que estaba poblada de gente. Diez minutos después llegue donde estaban las sombrillas. No entendí por qué a la gente le encanta ponerse en grupo pudiendo disfrutar de la intimidad de estar solo.
Mientras caminaba aun por la orilla del agua de repente oí – Primooooooooooooo – mientras alguien me abrazaba por detrás. Era mi prima Gemma. – ¿De dónde vienes? – me pregunto. – He visto tu bici y las tías me han dicho que hacía tres horas que habías llegado, pero no te encontraba por ningún lado – me dijo ella mientras yo me perdía en las gotas de agua que bañaban su cuerpo. – He estado con Raquel y Lucia bañándome en la Punta del Espino – le respondí mientras ella se percataba hacia donde estaba mirando.
– Deja de mirarme las tetas que aquí no podemos follarnos – me susurro ella divertida. – Follarnos no, pero clavar mis dedos en tu coñito si – le respondí yo a ella en un susurro divertido como siempre con ella. – Uuuumm me encanta que me digas guarradas – me susurro ella divertida. – ¿Has comido? – me pregunto ella. – No tanto como hubiese querido – le respondí yo estallando ella en una carcajada. – Ahora van a comer la tía Laura y mi madre – me susurro ella. – Te lo digo porque nosotras ya hemos comido – me respondió ella. – ¡¡Comida!! – me remarco ella haciendo que ahora el que se partiese de risa fuese yo. – Comida buena la cena de anoche – le susurre yo haciendo que ahora la mirada de mi prima ardiese de deseo. – Espero que te gustase – me susurro ella aludiendo a la doble mamada que me habían hecho entre ella y Susanna pensando que estaba dormido. – Había que compensarte – me susurro ella dándose la vuelta y caminando de nuevo hacia donde estaban mis primas.
Yo me quede mirándola sorprendido. – Son las tres de la tarde – me susurre a mi mismo mientras veía la hora que era en el reloj de una chica que pasaba a mi lado en dirección al agua. – Uuupps – me dije mentalmente a mí mismo. – Pues voy a comer – me respondí de igual manera mientras me situaba en la playa y buscaba la sombrilla rosa. – Luego os veo – le respondí a mi prima Encarni que sentada en la arena de la playa me miraba esperando que me acercase a ellas. – Voy a comer – le dije gesticulando mientras me internaba entre las sombrillas y subía hasta la cabecera de la playa.
Fui subiendo entre las sombrillas hasta llegar a ver a mi derecha el grupo de sombrillas en la que destacaba la sombrilla rosa de mi familia. Al internarme dentro de la misma vi que mis tías seguían sentadas en las mismas sillas que las había visto al llegar y que ahora amabas tenían las toallas arrugadas sobre sus caderas. – Es “nuestro niño”, sigue – oí la voz temblorosa de mi tía Laura mientras dubitativa me miraba mi tía Sofia. – ¿Vienes solo? – me pregunto ella. – Si Lucia y Raquel se han quedado – le respondí yo mientras veía como mi tía Sofia hacia ademan de retirar la mano de entre las piernas de mi tía Laura y esta luchaba por retenerla.
– Sigue coño – le reprendió mi Tía Laura. – Si tita sigue con el dedito que le estás haciendo a tu hermana – le susurre yo en ese momento poniéndome entre ellas. – Sigue hasta que consigas que tu hermana se corra – le susurre yo mientras llevaba tapada por mi propio cuerpo mi mano a las tetas de mi tía Laura. – No me digas que no te pone cachonda ver a tu hermana así de cachonda – le susurre yo ahora a mi tía Sofia. – Toca tu coñito mientras pajeas a tu hermana – le susurre yo a mi tía Sofia mientras esperaba a que ella lo hiciese. – Si así lo quiere mi sobrino guarrete lo hare – me susurro ella consumida por el morbo del momento.
– Yo lo que tengo ganas es de hundir mi polla dentro de vosotras – les susurre a ambas. – Pero ver como os dais placer también me encanta – le respondí a continuación. – ¿La tienes dura sobrino? – me gruño mi tía Laura. – Para vosotras siempre – le respondí yo mientras sentía como mi cuerpo haciendo de pantalla para que nadie nos viese daba la oportunidad a mi tía de poner su mano en mi rodilla y colándola por debajo de la holgada pernera del bañador llegar hasta mis huevos. – Ooooooooooh joder sobri – gruño mi tía Laura mientras se corría en la mano de mi tía Sofia. – Así tita córrete bien corrida – le susurre yo mientras sentía como su mano sopesaba y palpaba mi polla. – Joder que suerte tienes puta – le susurro en el oído mi tía Sofia. – No te quejes zorra. Ahora podrás tocarla tu mientras te pajeo yo – le respondió mi Tía Laura mientras terminaba de correrse entre las manos de mi tía Sofia.
Yo me quede mirándolas por un momento mas como ellas disfrutaban de los orgasmos que acababan de tener. – Nos hemos puesto a recordar lo de anoche y mira cómo hemos acabado – me confeso mi tía Sofia. – Me encanta que así sea – le respondí yo mientras me sentaba en una toalla al lado de la nevera y abriéndola me disponía a ver que había de comida. – Me tomare un buen vaso de gazpacho – le susurre a mi tía Sofia clavando mi mirada en ella. – ¿Eeeeeh? – pregunto sorprendida mi tía Laura. – Es que vi en la televisión un reportaje que decía que los actores porno toman zumo de tomate porque dicen que endulza el sabor del semen – le susurro mi tía Sofia a mi Tía Laura en el oído. – Pues habrá que irlo catando cada día para ver si es así – le respondió juguetona mi tía Laura.
Yo por repuesta le respondí con una sonrisa juguetona. – La verdad es que es una tentación teneros aquí delante – le respondí yo a ellas. – Pues la tentación siempre es algo que puede aumentar – me respondió mi tía Laura incorporándose en ese momento hacia delante y deshaciéndose de la parte de arriba del bikini quedando en topless en ese momento. – Me encanta estar rodeada de gente y poder estar casi desnuda delante de ti – me susurro mi tía mientras levantándose de la silla se sentaba conmigo en la toalla. – Joder Laura estas para tumbarte y mojar sopas – le susurré yo cuando vi como sus tetas quedaban desnudas y colgando a mi lado mientras ella venía a sentarse a mi lado.
Mi tía Laura me miro y vio como mi mirada estaba clavada en sus preciosos senos. – Cariño nunca dejes de llamarme Tía – me susurro ella. – Porque, aunque sea adicta a tu polla, siempre seré tu Tía y además no quiero que nadie sospeche lo que hacemos ¿entendido? – me susurro ella en el oído. – Por supuesto “tita” – le respondí yo ahora clavando mi mirada en la suya. – No me mires así que me mojo solo de sentir como tu mirada me folla – me susurro ella de nuevo en el oído mientras de nuevo sus senos se apoyaban en mi brazo izquierdo y en mi rodilla. – Pues no apoyes tus “follables” tetas en mi cuerpo que me pierdo – le respondí yo mientras mi tía Sofia había llevado escuchando la conversación su mano derecha a su pezón izquierdo y pasaba sus uñas sobre este, mientras nos escuchaba hablar justo delante de ella.
Yo en ese momento tenía un “táper” puesto entre mis piernas de bacalao con naranja del que pinchaba con el tenedor mientras tenía en mi brazo izquierdo ahora apoyadas las hermosas tetas de mi tía que no retiraba de mí. – ¿Quieres guerra? – le pregunte de manera retorica. – ¿No tienes suficiente con la triple follada de anoche? – le susurre mientras mi tía Sofia nos oía delante de nosotros. – ¿No estas suficientemente satisfecha con los deditos que te hace tu hermana? – le continúe susurrando mientras siguiendo pinchando comida del táper ahora llevaba mi mano desde las tetas desnudas de mi tía Laura descendiendo hacia su preciosa y plana tripa. – No tengo suficiente porque después de más de veinte años de abandono necesito mucho de tu polla y de los dedos de mi hermana para ponerme al día – me susurro ella mientras sentía como mi mano continuaba descendiendo en dirección a su coño. – Pues si así es – le respondí yo haciendo una pausa mientras tragaba la comida que tenía en la boca. – Te ayudare a que te corras teniendo a tu hermana de espectadora – le susurre yo mientras siguiendo comiendo empezaba a friccionar en círculos el clítoris de mi tía. – Que bueno es sentirte – me susurro ella. – Creo que cada vez que te adueñas de mi coño me quitas años – me gruño ella. – ¿Y cuando te dio polla? – le pregunte yo. – Cuando me das polla me quitas décadas – me susurro ella. – Pues te daremos todo lo que podamos – le susurre yo mientras clavaba mi mirada en mi tía Sofia que estaba justo delante de mí. – Uuuuuuuum – gimió mi tía.
Yo observe por un momento nuestro entorno al percatarme de que ambas dos estaban tan salidas que les importaba un carajo que me las empezase a follar allí mismo delante de toda la playa. – Joder que bueno sobrino – bufo mi tía en mi hombro mientras dejaba caer su cabeza en el mismo. – Me encanta sentirte tocándome – me susurro ella.
Mi tía Sofia al verme en aquel momento mientras yo observaba nuestro alrededor a ver si alguien nos miraba se sentó justo delante de nosotros quedando más enfrentada a mi tía Laura que a mí. – Hermana, ¿te gusta cómo te toca? – le pregunto en un susurro mi tía Sofia. – Casi tanto como saber que a continuación lo hará contigo – le respondió Laura poniéndose en ese momento los pezones de mi tía duros como piedras. – Me encanta tanto como me aterra la idea de que me toque aquí en la playa – le confeso esta. – Pues no sabes cómo lo estoy disfrutando yo ahora mismo – le respondió mi tía Laura separando un poco más sus piernas invitando a mi tía Sofia a que fuese ella misma la que lo comprobase.
Allí permanecíamos los tres mientras mi tía Laura a mi lado parecía que se estaba secando y tenía una toalla cubriendo su cadera al mismo tiempo que tapaba mi mano que no paraba de joderse como podía el coño de mi tía Laura mientras mi tía Sofia justo ahora enfrente de ella mirando a todos lados adentraba su mano por debajo de la toalla de igual manera y llegando a hacer contacto con la mía descendía en busca de los labios vaginales de mi tía. – Hermanita pareces una fuente – le susurro esta. – ¿Has visto? – le respondió sorprendida esta. – Llevas seis orgasmos a este paso acabas deshidratada – le reprendió esta. – Ya te he dicho que en estos días desde que lo descubrí no dejo de estar mojada todo el día – le respondió esta. – Estoy cachonda como cuando tenía su edad – le respondió de nuevo mi tía Laura mientras sentía como mi tía Sofia introducía tres dedos dentro de ella. – Pues vamos a hacer que te corras como la puta que eres hermanita – le susurro Sofia. – Si así luego lo haremos contigo – le gruño Laura mostrándome que la idea de pajear a su hermana a continuación era lo que realmente estaba poniendo cachonda a mi tía Laura. – Voy a hacer que las hermanas se corran bien corridas – les susurre yo a ahora a ambas. – Joder, joder, Jodeeeeeeeeeeer – jadeo mi tía Laura en ese momento metiendo la mano debajo de la toalla y haciendo que tanto la mano de mi tía Sofia como la mía parasen de darle placer.
Mi tía Laura quedo derrumbada en mi hombro mientras yo seguía sintiendo el tacto de la piel de sus maravillosas tetas. – Me encantan tus tetas tita – le susurre. – Pues ya sabes que siempre son tuyas, cuando quieras – me susurro ella al minuto de reloj levantando su cabeza de mi hombro recuperada del maravilloso orgasmo que entre Sofia y yo le habíamos provocado.
– Gracias por ayudarme a correrme como una puta para nuestro sobrino – le susurro mi Tía Laura a mi tía Sofia mientras veía como su mano reptaba por debajo de la toalla en busca de la rodilla de mi tía Sofia. – Cariño – le respondió está notando como la mano de mi tía acariciaba su rodilla. – Cada una se corre como lo que es – le respondió esta con una sonrisa de malicia mientras clavaba su mirada en la de mi tía Laura. – ¿No te parece sobrino? – me pregunto mi tía Sofia. – Que es tu zorra nos queda claro a todos – le respondió de nuevo mi tía Sofia. – La pregunta ahora es si tú también quieres serlo – le respondió mi tía Laura. – Creo que se nota que, si quiero, ¿no? – gimió en ese momento mi tía Sofia que sentía como la mano de mi tía Laura ascendía por su muslo interno en busca de su coñito. – Ahora cuando vea lo mojada que estas te lo digo – le susurro mi tía Laura mientras sentía como la yema de sus dedos ya hacia contacto con el coño de mi tía. – Zorrita – ronroneo mi tía Laura. – Esto parece una piscina – le susurro mi tía Laura. – Si que tienes ganas de ser la zorra de tu sobrino, ¿Eeeeh? – gruño ella. – ¿Tienes ganas de que te folle tu sobrino? – le pregunto en un susurro mi tía Laura. – ¿Quieres comerte su polla? – le pregunto mi tía Laura mientras muy sutilmente se follaba con dos dedos el coño de mi tía Sofia. – Siiii – gimió ella. – Me muero de ganas de chupársela – respondió mi tía Sofia. – De sentirla enorme y dura en mi boca – confeso ella. – De darle mi coño para que me lo reviente a pollazos – gruño ella. – Quiero la polla de mi sobrino enterrada en mi coño sintiendo como me abre por completo – gruño mi tía que a cada momento estaba más y más cachonda. – Quiero cabalgar su polla mientras entierra tres dedos en mi culo y su boca devora mis tetas – siguió hablando ella. – Y que todo ello lo veas tu mientras te haces una paja mirándonos – confeso mi tía. – Quiero que veas lo zorra que soy para nuestro sobrinooooo – gruño mi tía Sofia. – Y hacerlo delante de toda esta genteeeee – gruño mi tía Sofia que en ese momento empapaba toda la mano de mi tía con una cuantiosa corrida. – Siiiiiiiiiiiiii – gruño ella mientras apretaba los dientes acallando un chillido de placer.
Yo mientras se sucedía la escena, encantado, escuchaba la confesión de mis dos tías deseosas de entregarse a mí. – Me encanta oíros – les respondí yo ahora amabas. – No sabéis lo afortunado que me siento de que dos bellezas como vosotras deseéis de esa manera entregaros a mi – les confesé yo ahora a ellas.
Mi tía Sofia a la que solo se le notaba el tremendo orgasmo que había tenido por el subir y bajar de su pecho, que denotaba el sobre esfuerzo al respirar haciendo que sus preciosas tetas blancas se viesen henchidas de aire a mas no poder intentando recuperar el resuello una vez me miro. – Lastima que tengamos que dejarlo para luego – me susurro ella. – ¿El que? – le pregunte yo. – Ya sabes – me susurro ella acercando su cara a la mía. – El follarnos como animales – dijo ella posicionando sus labios justo enfrente de mi oído. – Si tan cachonda estas puedo darte polla ahora mismo – le respondí yo viendo como mi tía Laura me miraba encendida de deseo y mi tía Sofia extrañada y excitada por mi respuesta. – ¿Cómo? – me pregunto ella mostrándome su deseo por sentir como mi polla se podía hundir hasta mis huevos dentro de ella.
Yo por un momento las mire a las dos. – ¿Queréis que follemos? – les pregunte yo ahora a ambas. – ¡Por supuesto! – respondieron las dos al unísono. – Pues prepararos para recibir polla – les susurre yo ahora a ambas empezando a prepararlo. Supongo que ellas debieron pensar que iríamos al agua y lo haríamos allí pero mi idea era otra completamente.
Para que os podáis situar mis tías disponían el campamento que montaban en la playa entorno primeramente a la enorme sombrilla rosa detrás de la cual colocaban una lona que servía de pared y que las protegía del viento y servía para que todas pusiesen sus bolsos y ellas sus sillas y luego, de igual manera delante de esta sombrilla colocaban otras cuatro sombrillas que daban intimidad y resguardo a los que estaban debajo de la primera sombrilla y evitaban, al estar todo el día en topless que los babosos las pudiesen ver al pasar andando.
Levantándome me acerqué a las sillas donde estaban sentadas mis tías al llegar y plegándolas las puse sobre mi bici mientras en el espacio que ocupaban estas extendía una amplia toalla de gasa que tenían ellas en la que de sobra cabíamos los tres. – Me parece que ya se cómo me va a dar mi pervertido sobrino rabo – susurro mi tía Laura a su hermana mientras veían como terminaba de colocar todo. – Hermanita hoy nos van a follar a las dos en la playa delante de todo el mundo – le susurro de nuevo mi tía Laura a su hermana calentándose más a cada segundo que pasaba. – Dios de mi vida, ¿nos va a follar aquí? – le susurro mi Tía Sofia a mi tía Laura empezando a entender lo que iba a suceder.
Por un segundo ya teniendo todo preparado me puse entre ellas dos mirando hacia la toalla y comprobando que apenas nadie podría vernos. – Me muero de ganas de que nos tumbemos – les susurre a ambas. – Y nosotras de que empieces a darnos polla – me susurro mi tía Laura. – Desde luego que lengua tienes cuando estás cachonda hija – le reprendió mi tía Sofia a mi tía Laura. – La misma que esta mañana se ha comido tu coño – le respondió mi tía Laura socarrona. – Mira que eres guarra – le respondió esta. – Como a ti te gusta – le respondió mi tía Laura mientras sentía como su mano pasando sutilmente a la altura de mi polla llegaba al coño de mi tía Sofia haciendo contacto con su clítoris. – No me digas que no te gusta que sea tan guarra – le gruño mi tía Laura mientras Sofia sentía como mi tía la empezaba a masturbar mientras mi tía Sofia observaba el lugar que había preparado para darnos placer. – Si puta, reconozco que me encanta – le respondió Sofia en un gemido apagado mientras mi tía Laura sentía en su antebrazo la dureza de mi miembro apoyado contra el mismo.
Mi tía Laura al sentir la dureza de mi polla en su piel me miro. – ¿Deseoso de darle polla a estas dos viejas? – me exhorto mi tía Laura. – ¿Acaso no lo notas? – le pregunte yo. – Si, pero dentro de mi coño es donde quiero notarlo – me susurro ella mientras se tumbaba ya en la toalla mirando al mar esperando a que yo me tumbase detrás de ella y mi tía Sofia delante de ella.
Mi tía Laura mirándonos deseosa nos invitó a ocupar a cada uno de nosotros en nuestro sitio. – Espero que tu plan funcione – me susurro mi tía Sofia. – No lo dudes – le susurre yo a ella mientras miraba sus tetas y me daba cuenta de lo empitonados que estaban sus pezones.
En ese momento mi tía Laura saco una baraja de cartas. – Vamos sobrino, es hora de que empieces a repartir – me susurro mi tía Laura en todo el doble sentido mientras repartía cartas entre mi tía y ella. – Descansa si quieres – me susurro ella por si alguien nos oía. Yo detrás de mi tía Laura me deje caer por completo detrás de ella.
Mi tía Laura permanecía tumbada de lado mientras fingía jugar a las cartas con mi tía Sofia. – Tita empiezo – le susurre mientras apartaba el bañador de mi tía bajándolo por detrás hasta el comienzo de sus piernas. – Me van a dar cariño – le susurro mi tía Laura a su hermana mientras sentía como mi mano llevaba mi polla entre sus piernas. Poco a poco gracias a lo lubricada que estaba la entrepierna de mi tía conseguí empezar a clavar mi polla dentro de ella.
– Joder tía que estrecha estas – le susurre en su oído mientras luchaba por clavarme dentro de ella. – Y tanto sobrino – me susurro ella girando su cara hacia el suelo mientras mantenía el resto de su cuerpo de lado. – Como que tienes la mitad de tu preciosa polla clavada en mi culo joder – me gruño ella. – Espera – le susurre sacando mi polla de ella. – Noooooooooooo – gimió ella. – Sigue que me está encantando que me abras el culo – me gimió ella empujando su cadera contra mi impidiendo que mi polla se saliese de ella. – Sigue follándome – me susurro ella mientras de nuevo fingía que jugaba a las cartas con mi tía Sofia y disfrutaba de la follada que le estaba dando. – Esta bien aquí me tienes – le susurre yo en su cogote de nuevo mientras seguía follándome a mi tía. – Sigue, sigue – susurro ella mientras sentía como mi tía frotaba sus piernas contra sí misma. – Sigueeeeeeeeeeeee – gruño mi tía mientras clavaba su cadera contra mi cuerpo y mi tía me hacía en ese momento quedarme clavado contra ella en lo más profundo de su culo.
Durante cerca de un minuto de reloj mi tía se quedó allí quieta. – No me imaginaba que esto pudiese ser tan bueno – susurro por fin mi tía mientras recuperaba el aliento. – Uuuuuuf – suspiro alargadamente mi tía. – Esta polla es la gloria – le susurro mi tía a su hermana. – Que cosa más buena – le susurro de nuevo mi tía sin esperar respuesta. – Hemos empezado la casa por el tejado – me susurro mi tía. – Es hora de que te claves en donde más te deseo – me susurro ella. – Es hora de que te folles mi coño – me susurro mi tía. – Guíame por favor – le susurre yo.
Mi tía en ese momento me miro de nuevo y de nuevo hizo un barrido completo por toda la playa viendo que nadie nos observase. – Esta bien – susurro mi tía mientras con un rápido movimiento de cadera sacando mi polla de su culo la clavo hasta algo más de la mitad dentro de su maravilloso coño. – Ooooooooooooooh que buenoooooooooo – aulló mi tía sintiendo como mi miembro abría su lubricado coño. – Menos mal que llevamos toda la mañana, cachondas y follándonos – susurro mi tía. – Joder que pedazo de polla – susurró mi tía. – Y lo que te queda por acoger tía – le susurre yo mientras empezaba a clavarme dentro de ella poco a poco haciendo que mi tía sintiese como cada centímetro de mi polla entraba dentro de ella. – Uuuumm que bueno coño – gruño mi tía sintiendo como mi polla la iba abriendo cada vez más. – Joder sigue te quiero entero dentro – susurro mi tía. – Sigue, sigue, sigue – me pedía ella mientras yo muy suavemente me iba introduciendo más y más dentro de su glorioso coño. – Tía me encanta abrir tu coño – le susurre yo de nuevo en su coronilla. – Pues sigue cariño – me susurro ella. – Sigue hasta el fondo – me susurro ella mientras sentía como la redondez de la base de su precioso maduro culo se colocaba para permitirme que clavase por completo mi polla dentro de ella.
Por fin me quede clavado por completo dentro de mi tía. – Joder como te siento – gimió ahogadamente mi tía mientras sentía como su coño alojaba desde mi glande hasta casi mis huevos dentro de ella. – Estoy llena – susurro maliciosamente. – Me encanta – susurro ella. – Me encanta tenerla enterrada por completo dentro de ti tita – le susurre a mi tía mientras sentía como su precioso culo envolvía mi cadera. – Tía me encanta sentir así tu culo – le susurre yo. – Y a mi sobrino – me susurro ella mientras sentía como pasaba su mano derecha desde mi rodilla a mi cadera. – Uuuuuuuum – gimió ella. – Me encantan estas cartas – susurro ella. – Luego me tocaran a mi – susurro en ese momento mi tía Sofia. – Claro en cuanto cante juego “repartimos” – susurro con todo el doble sentido mi tía Laura. – Aunque ahora me toca a mí cantar “juego” – susurro mi tía Laura mientras su mano subía de mi rodilla a mi culo y colándose entre los cachetes de mi culo la mano de mi tía palpaba mis huevos. – Creo que me ha tocado un buen “par” de cartas – susurro mi tía mientras doblando suavemente sus piernas mi tía empezaba a darse polla así misma.
Mi tía Sofia en ese momento la miro paralizada por el horror. – Para – susurro mi tía Sofia. – Se nota demasiado – le susurro rápidamente haciendo que mi tía parase de darse polla ella misma. – Vamos sobrino, te toca – me susurro mi tía Sofia haciendo que fuese yo ahora el que empezase de nuevo a clavarse en el coño de mi tía Laura. – Me encanta darte polla tita – le susurre de nuevo en su coronilla mientras no dejaba de follarme a mi tía. – Y a mí me encanta que me la des – me gimió mi tía que cerrando los ojos se centraba en el placer que le estaba dando mientras profanaba su cuerpo. – Me encantaaaaaaaaaaaaa – gruño lo más pegada que pudo mi tía un gemido repleto de placer. – Así tía contrólate – le susurre yo mientras no dejaba de darle polla. – Imagínate que nos pillan – le susurre a ella. – Uuuuuuf sobrino – gimió ella. – Si nos pillasen – gimió ella quedándose callada de nuevo. – Te aseguro que muchas mujeres que están aquí se pondrían a hacer, a hacer – susurro mi tía mientras se quedaba callada de nuevo. – A hacer cola para disfrutar de tu polla – acallo mi tía mientras seguía disfrutando del placer que yo le daba. – Tienes algo muy delicioso entre las piernas – me susurro ella. – Y todas las que lo descubran querrán disfrutarlo – me susurro ella. – Sigue, sigue – me suplico mi tía. – No parare – le respondí yo a ella sin dejar de clavar mi miembro en su dilatado coño. – Me encanta follarte tita – le susurre. – Me encanta clavarme en tu coño – le gemí yo. – Me encanta joderos a las dos – le continúe hablando yo ahora. – Y a nosotras nos encanta – nos respondió a ambos mi tía Sofia.
En ese momento yo me quede mirando a mi tía Sofia sin parar de follarme a mi tía – Sigue jodiéndome que me corro – me gruño mi tía Laura. – Sigue dándome cartas – susurro ella mientras sentía como yo la follaba desde atrás sin parar teniendo mi mirada clavada en la de mi tía Sofia. – No pares – me susurraba mi tía Laura mientras sentía como mi polla la abría y la llenaba por completo. – Tócate – susurre a mi tía Sofia mientras no paraba de follarme a mi tía Laura. – No te vera nadie – le susurre a mi tía Sofia indicándole que se hiciese un dedo para nosotros.
En aquel preciso momento mi mirada sin apartarse de los ojos de mi tía Sofia observo como su mano se replegaba en la cadera de mi tía Sofia y descendía por su braguita por encima de su tela. – Mira como tu hermana se hace un dedo mientras ve cómo te doy polla tía – le susurre mientras no dejaba de joderme a mi tía Laura. – Que bueno – susurro mi tía Laura mientras observaba como mi tía Sofia acataba mis deseos y se tocaba por encima de la braguita su coño primeramente mientras poco después pasaba a dejar a un lado la tela de su braguita para dejar a nuestra vista su coño. – Mira qué coño más bonito – le susurre a mi tía Laura mientras cadenciosamente me seguía clavando en el interior de mi tía. – No sabes la de veces que me lo he comido – me confeso mi tía. – ¿En serio? – le susurre. – Siiii – me confeso ella. – Me encanta verlo – le confesé a mi tía Laura. – Pues ya verás ahora cuando puedas disfrutarlo de nuevo – me respondió ella. – Y tú lo veas – le susurre yo. – Ooooooooooooooh Jodeeeeeeeeeeeeeer – rechino entre dientes mi tía Laura mientras sentía como el coño de mi tía estrujaba mi polla. – Joder como me haces corrermeeeeeeeeeee – aulló ahogadamente mi tía mordiendo la toalla mientras explotaba en un maravilloso orgasmo que sentía en mi polla.
Mi tía Laura se quedó en la toalla de lado con la cara estampada en el suelo mientras terminaba de disfrutar del ultimo orgasmo que acababa de tener. – Uuuuuuuuuuuuuuufff sobrino – me susurro mi tía. – Nos has convertido en unas putas que vamos a ir derechas al infierno, pero no sabes lo feliz que voy a ir – me susurro ella mientras su mirada repleta de vida se clavaba en la mía. – Me encanta que seas como eres – me confeso mi tía mientras mirando a todos lados observaba que nadie nos miraba. – Rápido – susurro mientras levemente mi tía apoyaba sus labios en los míos y me daba un fugaz beso lascivo anunciándome que aquello no era más que el comienzo.
Por un segundo más, ahora deseosa y nerviosa, mi tía Sofia nos miraba y miraba a todos lados. – Ponte boca abajo – me pidió mi tía Laura. – Así nadie vera el tesoro que tienes entre las piernas – me susurro a continuación mi tía Laura cambiando ahora nuestros roles de ser yo el que llevaba la voz cantante a dejarme llevar por ellas.
Estando en la toalla boca abajo fingiendo dormir oí como mi tía Laura susurraba – rápido – al tiempo que levantándose de mi lado mientras erguía su cuerpo las manos de mi tía Laura colocaban su bikini ocultando su desnudez. – Gracias por la follada sobrino – me susurro poniéndose de rodillas delante de mí, mi tía Laura. – Siempre es un placer follarte tita – le susurre mientras girando mi cara mi mirada se enfrentaba a la de mi tía Laura.
A continuación, sentí como mi tía Laura se echaba para atrás ahora ocupando el sitio de mi tía Sofia y como esta ocupaba ahora el lugar de mi tía tumbándose en paralelo delante de mí dándome la espalda. – Perdona que te dé la espalda sobrino – me susurro ella. – Ahora mismo es lo mejor tía – le susurre yo mientras pegaba mi cuerpo al suyo. – Estoy deseosa, pero de los niervos – me susurro ella. – Tranquila – le susurre yo mientras llevaba mi mano derecha a su culo.
– Si no disfrutas no haremos nada – le susurre a mi tía Sofia mientras mi mano hacia contacto pleno con las preciosas y duras nalgas de mi tía. – Espero que tanto gimnasio sirva de algo – me susurro ella. – Estas tan dura casi como mi rabo tita – le susurre yo ahora deslizando mi mano entre las nalgas de mi tía apartando la tela del bikini y llevando mi dedo pulgar a hacer contacto pleno con el culo de mi tía mientras de igual manera la yema de mis dedos índice y corazón hacían contacto directo con el clítoris de mi tía. – Uuuuuuuuuuuuuuuum – gimió ella entrecerrando los ojos mientras empezaba a disfrutar del contacto de mi cuerpo con el suyo. – Sigue – susurro ella. – Así me encanta – susurro ella. – Ok – le dije yo en ese momento mientras mis dedos seguían acariciando su cuerpo. – Tienes los pezones enormes – le susurro mi tía Laura. – Claro os he estado mirando y me he corrido cuando me lo habéis pedido – le respondió ella.
Yo seguí levemente hundiendo mi dedo pulgar en el culo de mi tía mientras ahora hundía mis dos dedos después de haber conseguido un silencioso orgasmo de mi tía en su coño. – Sofia me encanta follarte con mis dedos – le confesé yo. – Me encanta sentir lo mojada que estas – le susurre yo mientras mi tía Laura con su cuerpo nos protegía de miradas indiscretas. – Y a mí me encanta sentirte – me confeso ella. – Mi culo es de tus dedos – me confeso ella pidiéndome que no le diese polla por ahí. – Y mi coño está deseoso de volver a sentirte – me revelo ella.
Mi tía Laura sabia de sobra que debía excitar a mi tía Sofia para que pudiese disfrutar del momento y hacer que su morbo se incrementase. – Jódela como me jodiste a mí la primera vez mientras hablaba con ella – me susurro mi tía Laura mientras clavaba su mirada en la de mi tía Sofia. – ¿Qué? – pregunto esta sorprendida. – Lo que oyes hermana – le susurro Laura.
En ese momento mientras mi tía Sofia empezaba a sentir el placer que yo le provocaba sintió curiosidad por saber que había pasado y como ella no se había enterado. Mi tía Sofia sintió el morbo de saber cuándo había hablado con mi tía Laura mientras yo le daba polla. – Contádmelo – nos susurró mi tía a ambos. – Esta bien – susurro mi tía Laura. – Aquel día que os quedasteis a comer en la playa – susurro mi tía. – Cuando se montó con mi futuro “ex”- confeso ella. – Antes de que se liase todo – le siguió confesando mi tía Laura que continuo la historia. – Aquí el semental ya en la playa me lio para hacer que me corriese – le confeso mi tía. – Yo quería haberle hecho una paja en el agua y que hubiese quedado ahí – le confeso mi tía. – Pero él me dijo que no, que con eso no se conformaba, que se moría de ganas de follarse mi coño y hacer suyo mi culo – le confeso mi tía Laura mientras ella misma empezaba a tocar sus tetas. – Que quería follarme y hacerme berrear como la zorra que sabía que era – le susurro mi tía Laura mientras yo sentía en la punta de mi polla como mi tía Sofia cada vez estaba más y más mojada.
Mi tía Sofia trago saliva mientras se imaginada la escena. – El caso es que aquí tu sobrino después de hacer que me corriese por cuarta vez en el agua y sin dejarme tocar su polla reclamo mi coño para hundir su enorme polla que ahora mismo estas a punto de catar tu – susurro mi tía Laura. – Le propuse irme a la casa y esperarlo allí – le susurro de nuevo mi tía Laura. – Yo me fui primero y él vino después – confeso de nuevo mi tía mientras dejaba que su pezón escurriese entre sus manos. – Eso fue hace cuatro o cinco días – susurro mi tía Sofia. – Exacto – le respondió Laura. – El caso es que al llegar a la casa me encontré a Carlos mi ex marido – le confeso Laura.
Mi tía Laura paro un segundo. – Venia como siempre borracho y oliendo al perfume de las putas con las que había estado – le confeso ella. – Empezó a pedirme sexo – le confeso ella. – Quería follarme y yo – se quedó ella un momento pensando. – Yo solo pensaba en el angel que me esperaba para no solo follarme si no colmarme de placer – susurro mi tía Laura mientras clavaba su mirada en la mía.
De nuevo mi tía se quedó en silencio notando como ella intentaba olvidar la parte más triste de la historia. – De repente en la puerta de la habitación lo vi a él, como un voyeur – susurro mi tía. – Fue morboso ver como por última vez me tomaba alguien cuya relación conmigo moría y ver como en frente tenia a quien era mi futuro – confeso mi tía Laura. – A pesar de que mi marido no se esforzó, para nada, como siempre, consiguió que me corriese como no te imaginas al saber que nuestro querido sobrino estaba viéndome como era tomada por un hombre por el que hacía años que no sentía nada – confeso Laura. – Se corrió en mi pantorrilla y me llamo puta y lo demás ya lo sabes – sentencio mi tía sin la menor gana de seguir hablando de esa parte de la historia.
Por un segundo mi tía se quedó en silencio. – Así que cuando vi cómo se iba “el putero” me fui en busca de mi angel – susurro de nuevo ella elevando la mirada desde el suelo a encontrarse con la mía. – Mi angel, el que si quería que me emputeciese – susurro ella. – Llegue a su habitación dispuesta a convertirme para él en la mayor de las putas de todos los tiempos – susurro mi tía mientras me miraba sonriente.
– Mi hambre de polla te aseguro que nunca ha sido mayor – gruño ella. – Estaba dispuesta a hacer lo que se le antojase – gimió. – Quería ser suya por completo y como él quisiese – confeso mi tía. – Así que sin más llegué a su habitación y lo encontré en la cama esperándome – confeso mi tía Laura. – Me corrí de gusto solo con verle desnudo esperándome con ese enorme rabo duro que, tu, ahora tienes entre tus piernas – susurro mi tía. – Ese rabo que yo he tenido en mi culo primero y en mi coño después – continuo ella hablando. – Esa preciosa y enorme polla que anoche compartimos tu y yo – gimió mi tía Laura. – Esa polla que ha convertido a sus tías en sus esclavas – confeso de nuevo mi tía Laura. – Nuestro sobrino que nos ha convertido en esclavas y hace con nosotras lo que se le antoja – confeso de nuevo ella mostrándome que podría hacer con ellas lo que se me antojase.
Mi tía Laura por un momento cerro los ojos y tanto mi tía Sofia como yo fuimos testigos de cómo ella se corría para nosotros. – Este Angel que nos hace corrernos sin tan siquiera tacarnos el coño – confeso mi tía Laura mientras de nuevo clavaba su mirada en la mía. – Este angel al que espero poder entregarme como la zorra que realmente soy ahora lo antes posible – me susurro ella. – El caso es que – comenzó de nuevo a hablar mi tía Laura. – El caso es que él me esperaba tan deseoso como yo de igual manera estaba deseosa por sentirlo dentro de mi – confeso de mi nuevo mi tía Laura. – Y nada mas entrar en su habitación mi fui directa a él y arrodillándome sumisa mostrándole mi total entrega, empecé a darle la mejor mamada que la puta de su tía le podía dar – me confeso ella. – Espero que te gustase – me susurro ella. – Me encanto meter mi polla en tu preciosa boca tita – le respondí yo.
En ese momento mi tía Sofia me susurro deseosa a mas no poder – Sobrino ya es hora de que me la claves a mí también – oí como me decía ella mientras sentía como su cadera me buscaba. – A ello voy tía – le susurre mientras empujando sentía como mi polla guiada sola entre el hueco que me dejaba las piernas de mi tía me empezaba a clavar dentro de ella. – Uuuuuuummm – oí como ronroneaba mi tía mientras sentía como mi polla empezaba a abrirla. – Que bueno joder – gruño mi tía mientras dejaba caer por completo de costado su cuerpo en la arena y quedaba a mi plena disposición. – Fóllame sobrino, no pares de follarme – me susurro mi tía mientras abriendo los ojos los clavaba en los de mi tía y le susurraba – Y tu por favor no pares tu historia – le dijo a mi tía Laura pidiéndole que continuase la historia.
Mi tía Laura se quedó por un segundo en silencio viendo como mi tía Sofia recibía su ración de polla en su coño. – Supongo que estaba en ese momento tan cachonda como tu lo estas ahora – juzgo mi tía Laura. – El caso es que después de mamar su polla durante un rato sentí el irrefrenable deseo de clavármela en el coño – me susurro mi tía. – Aunque yo sabia que para él su mayor deseo era clavársela a tu hija Gemma no pude resistirme a darle a mi coño el atracón de polla que necesitaba y que pedía a gritos – me susurro en una confesión completo mi Tía Laura. – Necesitaba sentir su polla dentro de mi tanto como respirar – confeso mi tía Laura mientras mi tía Sofia en ese momento al escuchar la confesión de mi tía se corría por el morbo que todas de sobra conocían todas ellas.
– Sobrino – susurro con la voz apagada mi tía. – Necesito saberlo – me suplico ella. – ¿Te jodiste a mi hija antes de ayer en la playa? – me susurro mi tía mientras moviendo su cadera era ella la que se clavaba mi polla en el interior de su coño. – Si tía – le susurre en un primer momento. – Después de tu maravillosa mamada en la cocina la noche antes contándome como debía seducirla fue ella la que se desnudó para mí y confesándonos la atracción que nos tenemos nos follamos toda la tarde y parte de la noche – le confesé yo mientras mi tía se clavaba con autentica desesperación mi polla en golpes secos en su coño mientras oía mi confesión con mi polla entrando y saliendo de su coño. – Joooooooooooooder – gruño entre dientes mi tía Sofia corriéndose en ese momento de gusto meándose directamente en mi polla mientras mi tía Laura observaba atónita la escena. – Menuda panda de zorras depravadas que somos – gruñó mi tía mientras regaba y regaba en una corrida impresionante nuestros cuerpos. – Joder puta se la chupaste en la cocina – nos susurró mi tía Laura. – Si como tú no pude resistirme – confeso mi tía Sofia.
Esta por un momento mas se quedo en silencio. – Espera sobrino – me pidió mi tía haciendo que dejase de clavarme en ella. – Creo que ha llegado la hora de entregarte todo – susurro mi tía Sofia. En ese momento sentí como ella llevaba su mano a su cadera por detrás de su cuerpo y metía su mano entre nuestros cuerpos. – Vaya, vaya sobrino – susurro mi tía Laura. – Parece que te vas a joder el culo de tu tía – me confeso mi tía Laura. – Vas a follarte el culo de tu tía Sofia – me susurro en ese momento mi tía Laura mientras sentía como tomaba mi polla y la guiaba directa a su culo. – Espero que te guste sobrino – oí como me decía mi tía Sofia mientras sentía como ella misma colocaba mi glande a la entrada de su culo.
Por un segundo mi tía Sofia miro a su hermana. – Acércate un poco más – le pedio esta. – Cógeme las tetas sobrino – me pidió mi tía mientras por la posición solo pude tomar su seno derecho con mi mano derecha. – Alla vamos sobrino – me susurro ella empezando en ese momento a hacer presión con su culo sobre mi polla. – Va a ser la primera vez en mi vida susurro ella mientras sentía como su culo se abría y mi glande empezaba a entrar dentro de ella. – Apriétame las tetas – me gruño. Yo en ese momento aprete el seno de mi tía y sentí como ella se excitaba al tiempo que sentía como liberados de miradas extrañas mi tía Laura hacía lo propio sobre el pecho izquierdo de su hermana. – Joder que bueno – gruño mi tía. – Esto es, Joooooooooooooooooder – gruño ella mientras sentía como mi polla iba entrando dentro de ella.
– Es la polla de tu sobrino que te estas clavando en tu culo – le susurro mi tía Laura mientras a continuación la besaba. – Bienvenida al club de las putas incestuosas – le susurro ella de nuevo después de separar sus labios de los de mi tía de nuevo. – No sabes lo cachonda que estoy ahora mismo – le susurro Sofia. – Si tengo que ir al infierno iré, pero desde luego bien, pero que muy bien follada – susurro ella.
De nuevo mi tía Laura hablo. – Sabes que aquel día en el que nuestro sobrino me follo me confeso que follarnos a las dos a la vez era uno de sus mayores sueños eróticos – le susurro mi tía. – No sabes lo que le costó confesarlo – le susurro mi tía. – Y no sabes lo gorda y dura que se le puso la polla en mi coño cuando me lo confeso – le susurro mi tía que ahora le estaba clavando dos dedos en el coño a mi tía sin piedad.
– Joder Laura, como me estáis poniendo entre los dos – gimió Sofia. – Eso es lo que nuestro semental me confeso que quería mientras clavaba su polla en mi coño – le respondió mi tía Laura. – Mientras me daba polla y hablábamos de como deseaba joderte conmigo por eso te llame – le mintió mi tía. – Quería oír tu voz mientras poseía mi cuerpo – le susurro mi tía. – Joder que morboso eres sobrino – gimió mi tía Sofia mientras era ella la que ahora quieta entre nosotros dos recibía mis empellones en su culo y tres dedos de mi tía Laura dentro de su coño. – Si cariño la verdad es que es impresionante como lleva las situaciones a donde quiere – le confeso mi tía. – Quien me iba a decir a mi que le iba a entregar por primera vez mi culo a mi sobrino y en medio de una playa llena de gente – gruño mi tía mientras en ese momento poniendo mi mano en su cadera me hacia pararme para que ella pudiese disfrutar de un nuevo orgasmo. – Joder sobrino que polla tienes y que manera de manejar las situaciones – susurro mi tía Sofia quedando en ese momento vencida en la toalla. – No solo es el sexo que nos das si no las situaciones tan morbosas que provocas coñooooooooooooo – aulló ella silenciosamente mientras se corría y quedaba en ese momento desmadejada delante de mi de costado.
Mi tía Laura, como yo, se percato en ese momento de que mi tía Sofia se había desvanecido por la intensidad del orgasmo que acababa de tener. – Ayer a Gemma le paso dos veces – le confesé a mi tía que tras mis palabras se quedó más tranquila. – Es que esto es demasiado morboso todo – me susurro mi tía Laura. – No es solo que nos folles – susurro ella. – Que lo haces fantásticamente con ese pedazo de polla que tienes – me confeso ella. – Es el morbo que creas en la follada que haces que colapse nuestra mente – me descubrió mi tía. – Nos follas mas la mente que el cuerpo – sentencio ella.
Mi tía me pidió que sacase mi miembro del culo de mi tía y yo así lo hice. – Espera te daré una toallita – me susurro ella para que me limpiase la polla aun tapada por el cuerpo de mi tía. – Tía yo necesito – le susurre a ella viendo como sus pechos desnudos deseosos ante mi mirada colgaban pidiéndome ser follados. – Lo sé – me susurro ella. – Tía necesito que me la chupes y correrme en tu boca – le confesé a mi tía. – Uuuumm no me digas eso sobrino – me gimió ella. – No te lo digo, pero no puedo pensar otra cosa – le confesé a ella.
Un instante de duda y mi tía se puso un pareo. – Ponte las chanclas y una camiseta – me pidió mi tía Laura. – Que no puedes ir con ese pedazo de polla por ahí – me susurro mi tía. – Voy – le respondí raudo mientras hacia lo que ella me pedía.
Una vez que dejamos a mi tía tapada por una toalla cubriendo su cuerpo mi tía me pregunto si seguía empalmando. – Mas que nada morcillona – le respondí a ella. – Pero las ganas las sigo teniendo – le respondí. – Me encanta saberlo – me susurro ella mientras a unas vecinas les pedía que nos vigilasen las cosas mientras nosotros íbamos a dar una vuelta.
Ya eran las cinco de la tarde cuando salimos de debajo de las sombrillas. – Dos horas nos has estado jodiendo a las dos – me susurro mi tía Laura mientras se cogía de mi brazo. – No me extraña que tu tía se haya desmayado – me confeso ella. – Normalmente una follada no dura mas de cuarto de hora a veinte minutos – me confeso ella. – Y una polla media son catorce centímetros, no “veinte tantos” – me siguió hablando ella. – Por eso eres tan especial – me confeso mi tía mientras nos dirigíamos a un chiringuito.
Al llegar a la puerta del mismo mi tía se dirigió a hablar con uno de los camareros mientras yo la esperaba en la puerta del mismo. – Ven conmigo – me susurro mi tía mientras me tomaba de la mano y me llevaba dentro del salón que a estas horas ya estaba vacío y cerrado. – Aquí podremos gozar de cierta intimidad mientras tu gozas en mi boca – me susurro mi tía mientras llegábamos a los baños del salón. – Ya lo tienen cerrado por lo que estaremos solos – me susurro ella mientras entraba en el baño.
Mi tía entro al baño y dejo caer el pareo que llevaba puesto mostrándose ante mi en tetas. En esas maravillosas tetas que me traían loco. – Se las he tenido que dejar tocar al dueño para que me diese las llaves – me susurro ella. – ¿Te estas prostituyendo para mí? – le pregunte. – Me follaría a toda la playa por tal de estar contigo – me susurro ella. – Pues hoy no será el día, zorra – le gruñí yo. – Ya te puedes poner de rodillas y empezar a mamar polla – le sugerí mientras me acercaba a ella y la besaba lascivamente. – Me encanta que seas tan zorra tía – le susurre. – Por mi sobrino lo que sea – me susurro ella mientras se separaba levemente de mí.
Mi tía siguió clavando su mirada en la mía. – Tengo una sorpresa para ti – me susurro ella. – Vamos a tener compañía – me susurro. – El encargado mientras me magreaba las tetas me ha preguntado que era lo que calentaba a una madura tan guapa como yo para comerme a un yogurin en el baño y me ha pedido poder verlo – me susurro ella. – Esta esperando en la puerta para ver como me como tu polla – me confeso mi tía. – No sabes lo cachonda que me tiene la idea – me susurro ella. – ¿Quieres que un extraño vea como te comes mi polla y como baño tu cara y tus tetas con mi corrida tita putona? – le susurre yo divertido. – Si – me respondió ella. – Igual que tu sabes incrementar nuestro morbo yo quiero hacer lo mismo contigo – me respondió ella. – Esta bien – le respondí. – Invítalo a pasar – le respondí yo mientras me separaba de mi tía.
Yo reconozco que en aquel momento me imagine al típico camarero de bar gordo, de camisa blanca y pantalón negro sudoroso por un día extenuante de trabajo salido como el pico de una mesa esperando poder menearse su polla mientras observaba como la puta de mi tía de rodillas se tragaba hasta la tráquea mi polla para hacerme correr sobre ella. – Por cierto, no es un hombre – me susurro ella. – Se trata de una mujer – me dijo mientras se giraba y en dirección a la puerta mi tía caminaba para girando la llave abrir la puerta e invitar a pasar a una mujer.
En ese momento vi a una mujer asexuada por la ropa que llevaba de camarera de camisa blanca de hombre y eso si unos pantalones negros de mujer que marcaban un culo exquisito. De cara no muy guapa, pero eso si con unos rasgos marcados y un largo pelo pelirrojo recogido en una coleta. – Pasa preciosa – le susurro mi tía mientras ella se quedaba al lado de la puerta. – Mira esta es la razón por la que has podido sobar mis tetas – le respondió mi tía mientras me miraba y de nuevo mi tía se bajaba el pareo dejando al descubierto sus hermosas tetas. – Él es la razón de que me haya vuelto una puta – susurro de nuevo mi tía mientras se acercaba a mí. – Y esta es la razón de mi locura – susurro mi tía bajando mi bañador y dejando a la vista de la chica mi miembro que empezaba a ponerse de nuevo cada vez mas duro.
Mi tía invito a la desconocida a acercarse. – Acércate para que puedas verla bien – susurro mi tía estirando su mano en señal de que se acercase a nosotros. – Vamos niña no seas tímida – le susurro mi tía. – Aquí veras una polla como no has visto en tu vida – susurro mi tía. La desconocida camino hacia nosotros y pasando a su lado vi como su mirada se posaba en la mía para pasar rápidamente a ver mi polla. – ¿Ves? – le susurro mi tía. – No te mentía cuando te he dicho que necesitaba tu baño para comerme algo único – le susurro mi tía mientras su mano elevaba mi polla. – Como te he dicho lleva dos horas jediéndome en la playa y quiere acabar con una rica mamada – le susurro de nuevo mi tía. – No me dirás que a una polla así se le puede negar ningún capricho, ¿no? – susurro de nuevo mi tía. – No desde luego que no se le puede negar nada – susurro la chica sin apartar su mirada de mi polla que no paraba de observar. – Es enorme – susurro ella.
Mi tía vio como la chica maravillada observaba mi polla y estaba encandilada por la misma. – Cariño ella es Wendy – me susurro mi tía. – Wendy él es la polla que me quita las penas – susurro mi tía presentándome a aquella espectadora excepcional. – ¿Te gusta? – le pregunto mi tía. – Me encanta – susurro ella. – No pensé que nunca pudiese ver nada igual – respondió de nuevo Wendy. – ¿Sabes que Wendy y yo tenemos las tetas iguales cariño? – me susurro mi tía. – Mientras me tocaba las tetas le he desabrochado dos botones de la camisa y le he visto los pezones – me confeso mi tía. – Son iguales solo que yo como puedes ver las tengo morenas – me susurro mi tía. – Pues me encantaría ver desnuda a “tu hermana de tetas” – le susurre yo a mi tía.
Ante mi respuesta mi tía me miro llena de deseo. – ¿Que me dices cariño? – le pregunto mi tía. – ¿Quieres que él pueda ver tus tetas? – le pregunto mi tía. – Si – susurro ella mientras de frente a mi aun de pie mientras mi tía ya estaba de rodillas enfrentada a mi polla ambos veíamos como ella se quitaba la camisa de vestir que llevaba. – Es preciosa – susurro ella observando mi polla. – Tu también lo eres – le respondió mi tía.
En el momento en el que las mangas de la camisa de Wendy resbalando por sus brazos dejo que la camisa cayese al suelo mi tía no se pudo resistir y llevando su boca al pezón derecho de la misma lo metió por completo dentro de su boca. – Uuuumm – gimió la chica al sentir el lengüetazo de mi tía en su pezón. – Me encantan tus tetas preciosas – le susurro mi tía. – Son deliciosas – le susurro abandonando por un segundo su boca el pezón de esta. – Si – dijo mi tía quedándose cayada ya que me iba a llamar sobrino. – Cariño me encantan estas tetas – me susurro mi tía. – Si pero ahora debes comerme la polla – le susurre yo. – Después de la follada que me has dado no va a ser de otra manera – me confeso ella.
Yo ahora observe como mi tía abría la boca justo delante de mi polla y sacando la lengua apoyaba la base de mi glande en la misma para poco a poco ir introduciendo mi miembro dentro de su boca cerrándola con sus labios para mantenerla en un anillo perfecto. – Se la traga entera? – pregunto la chica mirando como la boca de mi tía cada vez acogía mayor cantidad de polla dentro de su boca. – Hasta el final – le respondí yo mientras mi tía clavaba su mirada pletórica de satisfacción en la mía. – Nunca había visto una polla tan grande – me confeso ella. – Solo he visto cuatro en toda mi vida, pero esta es la mas grande con diferencia – confeso la muchacha mientras veía como la boca de mi tía daba paso a que su garganta se adaptase y mi polla pudiese seguir entrando dentro de ella. – Yo no creo que fuese capaz – me susurro ella. – El hambre de polla obra milagros – le susurre yo.
Mi tía mamaba mi polla lentamente como sabia que me encantaba que me lo hiciese. – ¿Es verdad que habéis estado follando dos horas? – me pregunto curiosa Wendy. – Si a ella y a su amiga – le respondí yo. – Pero si eres un crio – me respondió ella. – Un crio que tiene polla para dos preciosas maduras – le respondí yo. – Si, si – respondió ella clavando su mirada en la mía pidiéndome disculpas. – Quiero decir que eres muy joven – me susurro de nuevo rectificando. – Seré joven, pero por lo que me dicen creo que he follado más que muchos tíos que ya tienen cuarenta – le respondí yo a ella. – No hace falta que me lo jures – me respondió ella. – Si aguantas la mamada de esta diosa sin correrte me creo todo lo que me cuentas – me confeso ella. – Tienes razón mi “ti” – dije quedándome en silencio. – Tus tetas son preciosas – le susurre cambiando el tema evitando que ella se diese cuenta de nuestro parentesco. – Gracias – me respondió ella. – Si quieres me las puedes comer – me susurro ella tímidamente. – Me encantara ser tuya si así lo quieres – me respondió a continuación.
Mi tía en ese momento que estaba concentrada en mamarme la polla no perdía detalle de lo que hablábamos nosotros. – Ese coño es mío cariño – me susurro ella sacando mi polla de su boca. – Le he prometido que podría mirar y tocar – susurro mi tía. – Pero esta polla es mía ahora – me susurro mi tía mientras retomaba la mamada. – Como tú digas – fue mi respuesta. Mi tía muy hábilmente sin disminuir el ritmo de la mamada que me estaba dando fue haciendo ascender su mano desde la rodilla izquierda de Wendy hasta la cremallera de su pantalón. Wendy al notar como la mano de mi tía en ese momento hacia contacto directo con su clítoris no tardo nada en bajarse los pantalones juntos con su tanga y quedar desnuda y dispuesta a las manos de mi tía. – Soy vuestra – susurro ella mientras los pantalones caían por debajo de sus rodillas por su propio peso.
Ver el coño lampiño de aquella muchacha blanca de piel con un coñito con una línea de pelo naranja me hizo mirarlo encantado. – ¿Te gusta su coñito cariño? – me susurro mi tía. – Es precioso – le respondí mientras uniendo mi mano a la de mi tía entre los dos le empezábamos a hacer un dedo. – Vamos a hacer que se corra por dejarnos el baño para que tu te corras en mi cara – me susurro mi tía mientras ella enterraba dos dedos dentro del coño de Wendy al tiempo que yo estimulaba su clítoris. – Vamos cariño hay que ser agradecidos – me susurro mi tía mientras entre los dos le dábamos placer a Wendy que empezaba a doblar su cuerpo presa de los latigazos de placer que ambos le estábamos provocando. – Si, si – susurro ella mientras pasaba su brazo por mi hombro para apoyarse. – Me encanta el culo blanquito de esta zorra – susurro mi tía mientras no paraba de chupar mi polla. – Y a mi – le respondí yo mientras continuaba disfrutando de la mamada de mi tía y trasmitía parte del placer recibido al coño de aquella desconocida.
Wendy se deshacía de placer hasta que sin mayor demora llego el tan ansiado orgasmo por ella al sentir como mi tía hábilmente introducía su dedo pulgar por el culo de esta y sin piedad ninguna lo clavaba hasta el fondo dentro del culo de esta. – ¿Te gusta? – le susurro mi tía cuando se percato como esta se corría con dos dedos de mi tía clavados en su coño mientras el pulgar había profanado hasta el fondo su culo. – Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – gimió ella. – Podéis venir a mi baño cuando queráis – susurro ella mientras recuperaba el aliento y ahora me besaba a mi. – Gracias por hacer que me corra así – susurro antes de besarme mientras mi tía nos observaba y ahora retomaba con mayor ahínco la mamada que me estaba dando.
Wendy en ese momento al sentir como la mano de mi tía abandonaba su coño separando sus labios de los míos la miro y cuando vio como la boca de mi tía engullía mi polla se puso de rodillas a su lado mientras llevando su mano a su coño se hacia ella misma una paja viendo como la boca de mi tía engullía mi polla. – ¿Sabéis? – empezó a hablar ella. – Yo soy de Rumania – continuó hablando ella. – Y en mi pueblo en las zonas rurales de las que yo vengo es normal “enseñar” a los hermanos y a los primos mas pequeños que nosotras – nos confeso ella. – A mi me encanto enseñar a follar a mis dos primos pequeños y a mi hermanito – nos confeso ella mientras mi tía la miraba con fuego en los ojos. – Nadie mejor que la familia – le respondió mi tía. – Desde luego – respondió Wendy. – ¿Quieres probar esta polla? – le pregunto mi tía. – Me encantaría comerme la polla de tu hijo – le respondió ella mientras clavaba su mirada en la mía. – Créeme que me encantaría que fuese mi hijo – le respondió mi tía mientras dejaba que las manos de ella tomasen la base de mi polla y ahora fuese la boca de Wendy la que empezaba a comerse mi polla.
Yo observé como aquella blanquita mujer empezaba a mamar mi polla mientras mirando a mi tía le susurraba yo ahora. – Creo que tenéis polla para chupármela las dos a la vez – le dije mientras en ese momento sentía por primera vez como mientras una me comía el tronco de la polla la otra con su lengua lamia mis huevos. – Joder que bueno – susurre mientras inconscientemente mi cuerpo empezaba a follar la boca de la que me estaba chupando la polla. – Uuuuuuummm – gimió Wendy mientras mis huevos se frotaban por la cara de mi tía. – Si no es tu hijo, será tu sobrino – susurro Wendy sacando mi polla de su boca. – Y debo decirte que tienes a un dios en tu casa dispuesto a entrar en tu cama todas las noches – le susurro Wendy. – Si yo fuese tu no lo dejaba salir en mi vida – le confeso ella a mi tía.
Mi tía la miro sin asentir ni negar lo que esta le decía. – Soy afortunada de poder disfrutarlo – le susurro mientras sujetando aun Wendy mi polla ahora era mi tía la que de nuevo mamaba mi polla. – Eres afortunada – le susurro de nuevo Wendy mientras ahora masturbando ambas mi polla se besaba mientras clavaban mi glande entre sus bocas. – Joder que putas sois – susurre yo ahora mientras llevaba mis manos a las coronillas de ambas y hacia que sus bocas siguiesen unidas en aquel morboso beso mientras disfrutaba de sus lenguas en mi polla al tiempo que se besaban y entre ellas se tocaban las tetas.
Ellas entendieron en ese momento que iban a disfrutar de mi corrida e incrementando ambas el fragor de sus lengüetazos a mi polla esperaron a que me derramase por fin poco después dentro de la boca de ambas mientras se besaban cosa que ocurrió poco después con el mayor de los placeres clavando mi polla después del cuarto latigazo de placer en la garganta de mi tía mientras terminaba de vaciarme y veía como mi tía extenuada por el placer y la copiosa corrida que acababa de tener yo, esta se había desbordado y caído por sus tetas dejando largos lamparones de semen sobre su precioso escote. Wendy no se resistió y lanzándose a besar de nuevo a mi tía compartió con ella mi corrida depositada en su boca tragando todo lo que podía mientras de igual manera la parte de mi corrida que salía de la boca de ambas se esparcía por sus barbillas que a lengüetazos deseosas entre ellas se limpiaban. A continuación, entre ellas me miraron a mí y mi tía viendo que de mi polla aun goteaba algo de semen que se acumulaba en la punta de mi glande se lanzó deseosa a recogerlo y tragarlo mientras Wendy recogía los restos de mi corrida que resbalaban por lo pechos de mi tía cubriendo hasta sus pezones. Mi tía se retorcía de placer mientras lamia mi polla.
Desde luego Wendy estaba deseosa de polla y de continuar aquel momento, pero nosotros ya estábamos agotados y más después de la sesión que yo había tenido antes con Raquel y con Lucia. Ambas mujeres vieron como mi polla se quedaba morcillona y por más que se esforzaron lamiendo mi polla no consiguieron que esta se volviese a poner dura. – Lo siento cariño – le susurre yo a ella. – No pasa nada – me susurro ella. – Correrme tres veces sin catar polla tampoco está nada mal – me respondió Wendy.