Primer encuentro con mi prima Gemma VII
Vuelvo de la playa con mi tía y va a recogernos mi prima y aun nos queda noche por delante.
Mi tía me susurro que era hora de salir ya que nos quedaba por lo menos una hora hasta la costa y si no queríamos llamar para que nos recogiesen por lo menos nos quedaban dos horas. – Aunque será mejor que nos recojan – me susurro mi tía. – Llevamos todo el dia jodiendo y no puedo con mi vida – me confeso ella completamente satisfecha. – Nunca en mi vida había estado tantas y tantas horas teniendo orgasmos – me confeso ella mientras sentía como su lujuria empezaba a aumentar de nuevo.
– Esta bien nos ponemos en marcha – le susurre yo dándole un beso en los labios mientras sentía como la mano de mi tía se enroscaba a mi polla por ultima vez en el dia. – Aun me debes algo – me dijo ella clavándose de rodillas delante de mí. – No me he olvidado putita – le susurre. – Sóplame la puntita que antes me ha encantado – le susurre yo mientras mi mano derecha agarrando mi polla la enfrentaba a su cara. – Déjame a mi te lo pido por favor – me susurro ella. Yo por respuesta aparte mi mano y deje que ella agarrando con ambas manos mi polla me soplase en la punta para empezar a mearme en su cara directamente. – Uuuuuuuum – gimió mi tía mientras dirigía mi polla a sus pechos. – Sobrino “guarrete” mira que mearte en las tetas de tu tita – me susurro ella. – Y después de habértelas follado – le susurre yo. – Vas a tener que follarme para aprender a ser bueno – me dijo ella como si me riñese. – Si así lo quieres lo hare encantado – le respondí yo mientras sentía como su mano dirigía mi glande y mi tía esparcía mi meada por todo su cuerpo.
Una vez termine de mearme mi tía se metió mi polla en la boca y me la limpio. – Eres toda una “guarrilla” – le respondí yo. – Para ti, a partir de hoy, siempre – me susurro ella. – Voy a ir meada por ti hasta casa – me susurro ella. – Me encanta – le respondí yo pensando que se limpiaría, pero quedándome alucinado al ver que una vez hubimos recogido toda mi tía se subió en el kayak y pusimos rumbo al punto mas cercano a la costa.
Según nos acercábamos llamamos para que alguien fuese a recogernos cerca de Tarifa y Gemma fue a buscarnos a la playa de Valdevaqueros que fue donde finalmente nos llevo la corriente. – Ya tengo ganas de polla de nuevo – me susurro ella. – Y yo de dártela – le confesé mientras esperábamos que llegase mi prima que nos comunicaba que ya estaba llegando. – Se me ocurre una maldad – me confeso ella. – Dejemos aquí las cosas – me susurro mi tía dejando los kayaks al borde de la carretera. – Ven – me susurro mi tía llevándome de la mano detrás de la carretera quedando dentro de la maleza cubiertos por la misma casi hasta los hombros.
Mi tía me miro y me beso. – No puedo resistirme a una última sesión rápida – me susurro mientras nerviosa miraba el reloj y a la vez me miraba a mi. – Tenemos tiempo para que te la chupe y te corras en mi boca – me dijo mi tía mientras una vez más poniendo rodilla en el suelo desabrochaba el nudo de mi bañador y sin miramientos se lanzaba a mamar mi polla. – Pero mira que eres puta – le susurre mientras veía como su boca alojaba mi miembro y por segunda vez mamaba mi polla. – Uuuuuuuum – gimió mi tía. – Muy, muy puta para ti – me respondió ella mientras su lengua recorría todo el tronco de mi polla. – Como me voy a resistir a esta belleza – me susurro ella mientras de nuevo volvía a retomar la mamada y sentía como la boca de mi tía alojaba casi toda la extensión de mi polla. – Sigue, sigue – le susurre yo mientras empezaba a clavarme en su garganta.
Nuestras miradas se cruzaban mientras yo de igual manera miraba a la carretera y vigilaba en la medida de los posible los kayaks donde los habíamos dejado. Mi tía chupaba mi miembro con todas las ganas que le daba la vida y sacando sus tetas por encima del bikini me dejo ver cómo le colgaban al ser liberadas. – Que gustazo de tetazas – le susurre mientras veía sus pezones duros bamboleándose al ritmo de la mamada que mi tía me estaba dando. – Joder puta, ¡qué bien la chupas! – le gruñí mientras sentía como su garganta alojaba por completo mi glande. – ¿Te gusta que sea así de puta? – me susurro ella mientras ahora cambiaba su boca por su mano en mi polla. – Me encanta puta mía – le susurre mientras hacía por cambiar su mano por su boca de nuevo y empezaba a clavarme de nuevo en su boca al tiempo que sentía como en ese momento la mano izquierda de mi tía tomaba mi mano derecha y elevando ella con su mano derecha su pecho izquierdo llevaba mi mano a hacer contacto directo con su pezón. – Uuuuuuuum – gimió mi tía que dejándome acceso completo a su pezón sujetado y elevado por su mano me daba acceso completo a su cuerpo. – Porque no tenemos tiempo si no te daba la follada de tu vida – me respondió ella.
Justo en ese momento vi como el coche de mi prima aparcaba en el arcén de la carretera y mirando a todos lados nos buscaba con la mirada. – La prima Gemma está aquí – le susurre a mi tía. – Pues córrete – me susurro ella. – De aquí no me voy sin tu corrida en mi estomagoooooo – gruño mi tía que se estaba corriendo con el dedo que se hacía mientras me la mamaba y ahora después de correrse dejándose llevar de nuevo se volvía a mear de gusto. – Ahora después de correrme quiero mearme en tu almeja – le susurre yo empezando a clavarme en su boca y mientras miraba a Gemma empezaba a sentir como mis ganas de correrme iban aumentando. – Jiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – me gimió mi tía con la boca llena de polla mientras ella terminaba su orgasmo y segundos después veía como su meada se salpicaba el suelo.
Mi mirada en ese momento no se apartaba de Gemma y más después de que nuestras miradas se cruzasen. Mi prima al verme a unos cien metros de ella se quedó quieta mirándome de igual manera que yo a ella. Supongo ahora que ella debió percatarse de como mi cuerpo levemente se movía adelante y atrás suavemente balanceado por la mamada que mi tía de rodillas me estaba dando y por eso no hizo ni intento por acercarse a nosotros. Me recree mirando el cuerpo de Gemma y ella al percatarse hizo algo que me dejo descolado.
Gemma llevaba puesta en la parte de arriba una prenda que eran dos tiras de tela desde sus hombros a su cadera donde se anudaban y de igual manera llevaba un pantaloncito corto que apenas cubría un palmo por debajo de su cadera. – Joder que follada te daba – gruñí entre dientes escuchándolo mi tía que estaba amorrada a mi cadera y pensando que me refería a ella incrementando el ritmo de la mamada que me estaba dando. En ese momento no pude evitar por la sensación de placer que mi tía me estaba dando cerrar los ojos y estirar el cuello mirando al cielo.
De igual manera al volver a mirar a Gemma vi como esta miraba a ambos lados como calculando … ¿El que?, ni idea, sinceramente … Hasta que mirando a ambos lados una vez más su mirada de nuevo se clavó en la mía. Una sonrisa repleta de erotismo, malicia y sensualidad se dibujó en sus labios y vi como su mano derecha elevándose hasta su escote internaba dentro del mismo y mi prima se tocaba sus senos para mi mientras su mirada no se apartaba de la mía. Note como la mano de mi prima manipulaba sus pezones y los retorcía suavemente mientras una vez mas al observar a ambos lados se percataba de que seguíamos solos. En ese momento mi prima susurro con sus labios – Mira, son todas para ti – leí en sus labios al tiempo que separando con ambas manos la tela mi prima dejaba a mi vista sus preciosos pechos provocando que yo en ese momento clavase mi polla en la garganta de mi tía y empezase a soltar mi corrida en su boca que mi tía recibió gustosa mientras ella no se percataba de como el acicate para correrme había sido mi prima Gemma que a cincuenta metros de nosotros me estaba enseñando sus preciosas tetas.
Mi tía gustosa recibió la mejor y más copiosas de mis corridas en su boca mientras yo me deleitaba con las tetas de mi prima Gemma. Termine de correrme de la manera mas placentera en la boca de mi tía y esta con solo el único rastro de un chorretón de semen mío en su labio superior se dedico a limpiarme la polla con el mayor de los cuidados mientras sentía como su lengua se enroscaba en el tallo de mi polla. – Joder que bien la chupas – le susurre a mi tía dejando que Gemma pudiese leer mis labios.
Mi tía desconocedora por completo de la situación, pensando que aun estábamos solos limpiaba mi polla mientras yo veía como Gemma guardaba de nuevo sus preciosos pechos debajo de la prenda de ropa. – Cariño – me susurro mi tía llamando mi atención. – Dime – le respondí yo. – ¿Tienes ganas de mearme el coño? – me pregunto ella mientras en ese momento se ponía de pie y Gemma veía como emergía justo delante de mi quedándose ella petrificada en ese momento y clavando una mirada ojiplática en la mía de pleno asombro.
Yo después de dejar de mirar a Gemma antes de que mi tía se diese cuenta clave mi mirada en la de mi tía. – Si tía, me encantara mearme en tu coño – le susurre justo antes de besarla. En ese instante mi tía apoyando su rodilla contra el pino que estaba a su lado separando la pierna derecha me dejo espacio para poder mearme en su coñito abierto que se ofrecía a mi completamente abierto mientras Gemma era testigo de excepción de la escena sin que mi tía se percatase de nada. Mi prima veía solo desde nuestros hombros para arriba, pero intuía como yo manipulaba mis manos y me acercaba a mi tía.
Yo en ese momento quedando a medio metro de mi tía con los pantalones bajados guie mi polla y ella una vez me pidió ser ella la que agarrase mi polla para dirigir mi chorro. Gemma vio como las manos de mi tía se adelantaban y llegaban a mi cuerpo siendo en ese momento cuando las manos de mi tía agarraban mi polla y mi tía una vez soplando la punta de mi polla provocaba que yo me empezase a orinar de nuevo dirigiendo mi tía el chorro de mi meada directa a su precioso y abierto coñito que recibía mi lluvia dorada mientras mi tía se hacia un dedito para mí. No pude resistir la tentación y apartando la tela del bikini dejé al descubierto las tetas de mi tía que sonriéndome encantada me miro mientras yo seguía meándome directamente sobre su almejita a la par que ella se masturbaba y me susurraba excitada a mas no poder que ojalá se corriese antes de que yo terminase de mearme sobre ella. Sin percatarse de como Gemma era testigo intuyendo que algo raro pasaba entre nosotros.
Mi tía se pajeaba delante de mi mientras su mano izquierda guiaba mi polla a mearse sobre sus labios vaginales mientras su mano derecha castigaba sin piedad su clítoris clavando su mirada en la mía al tiempo que alternaba dirigiendo su mirada a ver como la catarata de orina caía entre sus piernas y mi prima Gemma era testigo excepcional de la escena. Mi prima disipo todas sus dudas cuando vio como el cuerpo de mi tía al igual que el mío antes se sacudía por el placer provocado al correrse ahora mi tía.
Mientras veía a mi tía correrse de placer mientras yo me meaba sobre ella no pude evitar clavar mi mirada en la de mi prima Gemma que al sentir como la miraba cruzo su mirada con la mía mas envuelta en una mirada de lujuria que de vergüenza mientras la veía como se mordía su labio inferior, clara muestra de que al igual que nosotros estaba excitada, pero a diferencia de nosotros no estaba saciada.
Las palabras de mi tía en ese momento me hicieron volver a la realidad. – Tu prima Gemma ya debe haber llegado – me susurro mi tía que aun continuaba con un goterón de mi corrida en su labio superior. – Si creo que la he visto – susurre yo mientras mi tía se secaba los restos de mi orina con la toalla que había sacado del bolso. – Que sepas que ahora cuando me duche me hare otro dedo oliendo tu meada sobre mi coñito – me susurro mi tía mientras me invitaba a perder mi mirada sobre sus piernas viendo como se secaba los restos de mi meada sobre ella. – Me encanta saberlo – le susurre y me encantara que luego me lo confirmes – le susurre yo viendo como Gemma en ese momento rauda se metía en el coche.
Por un segundo más volví la mirada a mi tía. – Mira acaba de llegar – le dije yo a mi tía haciendo que mientras ella en ese momento se ponía de pie mi prima veía como su cabeza emergía delante de mi a la vez que sus manos colaban el pantaloncito por sus piernas anudándolo en su cadera de nuevo.
Mi tía agarro su bolso y juntos salimos de entre los matorrales acercándonos al coche. – Hola cariño – le grito mi tía desde la distancia a mi prima mientras nos acercábamos a ella. – Estábamos cambiándonos – le dijo mi tía a Gemma mientras se acercaba a ella y mi prima se acercaba a nosotros. – Veníamos calados – se justificó mi tía mientras se acercaba a mi prima y le daba un beso cariñoso, familiar, fraternal en la mejilla a mi prima que segundos antes era consciente de que mi tía llevaba un churretón de semen mío en su labio superior.
Mi prima se percató perfectamente de que mi tía iba “marcada” por mi pero no tuvo o no quiso reaccionar y dejo que los labios de mi tía se apoyasen suavemente en la mejilla de mi prima no pudiendo evitar que parte del goterón de semen que tenía mi tía en su labio superior traspasase del labio de mi tía a la mejilla de mi prima provocando en mí que al verlo el mismo miedo que me aterro en ese momento fuese excitación al ver como mi prima clavaba su mirada en la mía y una vez mi tía abrió la puerta para dejar el bolso detrás mi prima Gemma mirándome pasase su dedo índice por la mancha que había quedado en su mejilla y llevando la muestra de sus dedos extrañada, primero a su nariz para olerlo y luego a la punta de su lengua para probarla me mirase directamente a los ojos confirmándome que sabia que era parte de mi corrida.
La mirada de mi prima se clavó en la mía sin el menor gesto de reprobación en su cara mientras saboreaba mi esencia. Y tras solo un segundo mi prima se giró dejándome completamente descolocado mientras tomaba uno de los kayaks y lo colocaba en el pequeño remolque que llevaba enganchado a su coche. – Espera que te ayudo – le dije yo mientras tomaba la proa del kayak y lo colocaba en el remolque. De igual manera mi prima con completa cara de póker me ayudo tomando el segundo kayak y me ayudo a asegurarlos en el remolque. – Mira que caballeroso es – dijo mi tía apoyada en el maletero del coche mientras observaba como tanto Gemma como yo colocábamos las correas para mantener las embarcaciones fijadas en el remolque. – Si, ya es todo un hombre – le respondió Gemma. – Parece que el hombre de todas las mujeres de la casa – respondió Gemma cuando ya mi tía no la oía por que acababa de descolgar una llamada que le había entrado en el móvil mientras mi prima impertérrita me observaba.
Me acerque a mi tía mientras mi prima comprobaba por ultima vez las correas de los kayaks y luego mientras ella se sentaba en el asiento del conductor mi tía y yo permanecíamos de pie fuera del coche haciendo que mi prima en ese momento no nos viese aprovechando yo sutilmente para limpiar con mi dedo pulgar el manchurrón de semen que tenía mi tía y que ella al darse cuenta por respuesta de igual manera paso su dedo pulgar por el mismo lugar terminando de borrar cualquier rastro de la misma que hubiese podido quedar mientras me pedía con la mirada que no quedase nada mas y yo le susurre que no había el menor rastro mientras antes de entrar en el coche mi tía chupo rápidamente mi pulgar recogiendo la pequeña muestra que había quedado de mi corrida en mi dedo pulgar para entrar a continuación dentro del coche mientras seguía hablando por teléfono por lo que intuí de algo de trabajo.
Yo sin dar la menor respuesta termine de afianzar las embarcaciones en el remolque mientras mi tía se sentaba en el asiento de atrás del pequeño Ford Ka que conducía mi prima y me cedía a mí el asiento de copiloto.
Mi prima se incorporo a la carretera y condujo camino de casa mientras yo escuchaba como mi tía sin para hablaba por teléfono y mi prima ausente, atenta a la carretera iba conduciendo mientras que en una de las veces que se acomodo en el asiento vi como gracias a la prenda que llevaba cubriendo sus preciosos pechos se movía y mi prima dejaba levemente a mi vista su pezón izquierdo completamente empitonado pidiendo a gritos ser mamado. Mi prima en un primer momento no pareció percatarse hasta que el cinturón se desplazó y el canto del mismo acaricio su pezón desnudo dándose ella cuenta de que estaba a la vista y mirando hacia mí se dio cuenta de que yo en ese mismo instante tenía mi vista clavada en él.
Mi prima tras mirar a la carretera dejo por un momento más que yo lo viese y de igual manera viese que estaba erguido y de igual manera discurriese que ella estaba excitada sin saber si era por el aire acondicionado del coche o por la cata de semen que acababa de hacer directa de la cara de mi tía. Mi prima me miro por un segundo más y me sonrió mientras ahora al poner la quinta marcha del coche sin saber si era por la estrechez del vehículo o siendo consciente de lo que quería hacer sentía como la mano de mi prima se apoyaba en mi muslo a la altura de mi rodilla y la dejaba allí quieta por algo más de diez segundos haciendo contacto directamente su mano con mi pierna.
Poco después mi tía termino de hablar por teléfono y ahora al hacer ademán de incorporarse mi prima tan rápido aparto su mano de mi pierna como tapo su pezón al descubierto. Incorporándose mi tía entre los asientos menciono lo callados que íbamos. – A veces se habla mas con la mirada que con las palabras – le respondió mi prima mientras esta vez al cambiar de marcha la mano de mi prima pasaba cerca de mi pierna, pero no me tocaba para nada.
Continuamos hablando de todo y de nada mientras nos acercábamos a casa de mi tía y la dejábamos en la puerta. – Mañana nos veremos – me dijo mi tía cuando me hube bajado del coche para dejar que ella saliese de la parte de atrás del mismo una vez que estábamos fuera. – Atento luego a tu móvil – me susurro ella mientras me daba los besos de despedida de rigor. – Vamos peque – me susurro mientras cerraba la puerta del coche y me subía con ella para llegar a casa de la abuela. – Aunque puede que ya no seas tan peque – se respondió ella así misma mientras ya llegábamos a la puerta de la casa de la abuela y me miraba sin yo entenderla.
Mi prima entro el coche en el patio de casa de la abuela y se despidió de mi mientras me decía que cambiaba de coche y se iba ya que la estaban esperando para cenar. Yo le dije que sin problema y ella desapareció dejándome las llaves del coche y en ese momento al hacer su mano contacto con la mía se quedó tomándola sin soltarla y yo me quede allí pegado a ella de igual manera sin querer hacer el menor ademan por soltarla queriendo decirle tantas y tantas cosas que era incapaz de expresar pero que mi mirada lo gritaba. Hasta que ella mirándome un momento más me abrazo y susurro a mi oído – Espero que hayas disfrutado el viaje conmigo como yo lo he hecho contigo – al tiempo que se separaba de mí y desaparecía abriendo la puerta de su coche que estaba aparcado al lado y mirándome por última vez a los ojos aquel dia desaparecía una vez mas de mi lado para irse a cenar con sus amigos. – Puta mierda – masculle entre dientes dolido por que una vez más ella desapareciese de mi lado.
Así que tras aquel dia con mi tía Araceli a la que todos llamábamos Ara y tras despedirme también de mi prima Gemma me encontré solo en la puerta del patio sacando los kayaks del remolque y metiéndolos en el cobertizo de casa de la abuela para después entrar directo a la cocina.
Tranquilamente me dirigí con la casa a oscuras, ya que eran cerca de las diez y media de la noche, a mi habitación sin encontrarme a nadie por el camino. Una vez que llegué a mi habitación entre en la misma y tomando ropa me dispuse a darme una ducha.
Me metí bajo el chorro de la ducha y dejé que el agua bañase por completo mi cuerpo mientras me invadía una satisfactoria sensación de frescor y me libraba de la pegajosa sensación del salitre del mar en mi piel.
En ese andaba cuando sin percatarme para nada de la presencia de alguien note como en mi espalda se apoyaban dos pechos que ya me empezaban a ser conocidos al tiempo que una mano se enroscaba en mi polla para quedarse allí parada sintiendo el tacto de su piel en la mía. – Uuuuuuuum – gemí mientras dejaba caer mi cabeza hacia atrás y sentía como mi nuca hacia contacto con el hombro de mi amante. – Hola sobrino – sentí como susurraba en mi oído mi tía Laura. – ¿Como ha ido el dia? – me pregunto ella justo después de posar sus labios sobre mi hombro. – Genial – le respondí en un primer momento recordando el dia con mi tía Araceli. – Me alegro – me susurro ella mientras sentía como ahora su cadera hacia mayor contacto con mis nalgas. – ¿Que tal por aquí? – le pregunte yo preocupado por mi prima mientras sentía como inevitablemente por el contacto de la mano de mi tía en mi polla esta estaba empezando a ponerse cada vez mas dura. – ¿Qué te parece si primero te alivio y luego te cuento? – me susurro ella mientras mordía sensualmente el lóbulo de mi oreja derecha. – Me parece genial – le respondí yo. – Llevo esperando este momento desde que te fuiste – me dijo ella cachonda a mas no poder. – Pero antes de empezar quiero que te toques para mí – le pedí yo. – Quiero “alimentarte” después de que te corras para mí – le respondí yo.
Mi tía me sonrió y asintió con la cabeza mientras me invitaba a salir de la ducha. – Si así lo quieres lo hare encantada – me susurro ella. – Pero vayamos a la cama que aquí hace mucho eco – me susurro ella mientras se separaba de mí y salía de la ducha. – Me parece muy buena idea – le respondí mientras siguiéndola fuera de la ducha me anudaba una toalla a la cintra y con otra secaba levemente mi torso para no dejar la cama mojada.
Mi tía camino delante de mi hacia la cama y antes de tumbarse en la misma, cerro la puerta con el pestillo la puerta. – Así estaremos más tranquilos – me susurro mientras se tumbaba desnuda en la cama. – Ven aquí conmigo – me susurro mi tía al tumbarse en la cama. – No sabes cómo te he echado de menos – me susurro ella. – Tu prima lleva todo el dia sedada y yo he estado sola en casa – me susurro ella. – Y no te imaginas la de pajas que me he hecho pensando en lo que tienes entre las piernas – me susurro mi tía mientras deshacía el nudo de mi toalla. – Mira que preciosidad – me susurro mi tía mientras levantaba mi polla y la dejaba que se apoyase sobre mi estómago. – Uuuum me hace mojarme con solo verla – me susurro mi tía mientras me miraba directamente a los ojos. – Te voy a dar lo que deseas – me susurro mi tía mientras apoyando su espalda en el cabecero de la cama mi tía me miraba y separaba sus piernas dejaba a mi vista su precioso coñito. – ¿Te gusta lo que es tuyo? – me pregunto mi tía empezando a tocarse sus labios vaginales. – Me encanta tomar posesión de lo que es mío y decidir qué debo hacer con ello – le respondí yo emitiendo mi tía una sonrisa maliciosa.
Me tía doblo las piernas como si tomase fuerza y comenzó a meterse los dedos corazón e índice de la mano derecha dentro de su coño mientras el dedo corazón de su mano izquierda empezaba a dibujar círculos entorno a su clítoris haciendo que mi tía empezase a disfrutar del placer provocado. – Espero que la información que te di el otro dia te haya servido ya para avanzar – me susurro mi tía.
Yo me quedé mirándola con la misma sonrisa maliciosa que me miraba ella y le respondí. – ¿Por qué crees que ayer me sabia la polla a coco? – le pregunte mirándome ella en ese momento sorprendida. – ¿No me digas? – me pregunto ella asombrada. – No me digas que ayer por la noche te jodiste a Araceli – me susurro ella sorprendida. – No eso ha sido hoy anoche estuve con Pirsa – le respondí yo acercándome a ella y pegando mis pies replegados al cabecero de la cama al tiempo que mi cara quedaba muy cerca de las tetas de mi tía y a la altura de su cadera. – Menudo bastardo estas hecho tu – me susurro ella notando como la excitación de mi tía iba en aumento. – Gracias a la información que me diste tu tita – le ironice yo. – Y por supuesto a la predisposición total de ellas – le respondí mientras agarraba uno de los pechos de mi tía. – Ellas están tan cachondas o más que tu – le susurre a mi tía. – Ya te dije que en esta familia estamos todas muy necesitadas de una buena polla como esta – me susurro mi tía mientras su mano derecha abandonando la follada que mi tía le estaba dando a su propio coño lo abandonaba para agarrar mi polla y comenzar una paja en la que quería poder averiguar todo lo que había hecho.
Aparte suavemente la mano de mi tía de mi polla y de nuevo la lleve a su coño. – No te preocupes te lo contare todo por una sencilla razón – le susurre a mi tía mientras ella me miraba asombrada de que la hubiese descubierto tan rápido. – Quiero ponerte lo mas cachonda que pueda para luego enterrar mi polla en tu coño toda la noche y que me supliques una vez tras otra que te folle hasta que la polla no se me levante tita – le susurre sintiendo como ella se encendía cada vez a cada palabra mía. Mi tía asombrada paro hasta de masturbarse mientras clavando su mirada en la mía me susurraba. – Me encanta la idea – me dijo ella mientras en ese momento mi tía por primera vez se corría para mi. – No creas que por que te hayas corrido voy a parar – le susurre a mi tía acompañando ahora si metiendo mis dos dedos de mi mano derecha junto con los de mi tía dentro de su coño. – La tía Araceli hoy me ha enseñado como después de correrte una vez si te sigo poniendo cachonda te puedes correr una segunda vez – le susurre a mi tía que de nuevo me miro completamente asombrada mientras las preguntas se agolpaban en su cabeza. – Ya te he dicho que he aprovechado muy bien el tiempo tita – le susurre mientras me incorporaba y la besaba.
Así fue como empecé a contarle a mi tía como tras una maravillosa cena me había dado un tranquilo paseo con Pirsa por el paseo marítimo y luego habíamos ido a sentarnos a las dunas. – Uuuum para estar solos – me susurro ella. – No, para hacer tiempo – le susurre yo. – Lo que pasa que sabiendo el efecto que tenía sobre ella según tu me contaste me resulto todo más fácil – le confesé a mi tía. – No sabes la sensación que fue sentir como la base de su pecho se apoyaba en la punta de mi polla tía – le confesé yo a mi tía mientras le seguía contando como los dos mirábamos a la pareja que a nuestro lado se estaban follando. – ¿Te la follaste? – me pregunto mi tía. – No, pero si que probé su culo – le confesé a mi tía. – Métemela que quiero correrme con tu polla dentro – me susurro mi tía mientras abría exageradamente sus piernas para mí. – Si tita clavare mi polla en tu coño mientras te cuento como me jodi a tu sobrina Pirsa anoche – le susurre a mi tía al tiempo que clavaba mi polla dentro del coño de mi tía. – Oooooooooooooooooooohh dios – gimió mi tía mientras se corría sin parar para mi llenado nuestras caderas de un líquido viscoso que emano a presión de su coño lleno de mi polla por las paredes de su vagina. – Joder sobrino que gustazo – me susurro mi tía cuando hubo terminado de correrse. – Sácala que tengo algo que contarte – me confeso mi tía.
Una vez que hube sacado mi polla del coño de mi tía este se quedo abierto volviendo a su forma poco a poco. – Ya te he dicho que llevo todo el dia follándome con varias cosas y me haces tener el coño dado de si – me reconoció mi tía al ver como yo miraba extrañado su coño. – He ido esta mañana al ginecólogo para que me recete la píldora y no quedarme embarazada, así que debes aguantar tres días sin correrte en mi coño para después poder rellenármelo sin problema hasta que rebose, ¿entendido? – me pregunto ella. Yo me limite a asentir con la cabeza. – He ido esta mañana al medico mientras Sofia se quedaba al cuidado de Raquel y el medico me la ha recetado – me susurro mi tía con voz juguetona. – Lo que no sabes es lo que he visto al volver – me dijo mi tía en el mismo tono juguetón. – ¿El que? – le pregunte intrigado a mi tía. – A la putita de tu tía Sofia lamiendo los restos de semen de tus calzoncillos mientras se hacía un dedo – me confeso mi tía girándose en ese momento y dándome la espalda para llevar su mano izquierda a levantar su nalga y dejar a mi vista su precioso culo el cual sin la más mínima palabra me estaba invitando a follárselo.
Me acomode a la espalda de mi tía y mientras mordía su hombro sensualmente acomode la punta de mi polla a la entrada de su culo. – Sigue contándome tita – le susurre mientras mi polla empezaba a penetrar el ano de mi tía. – Vaya, vaya que abierto tienes el culo tía – le susurre mientras sentía como mi polla profanaba el culo de mi tía que apenas ofrecía la menor resistencia para la intromisión de mi polla por su recto. – Uuuuuuuum no sabes el calabacín que me ha follado el culo hace un par de horas – me confeso mi tía. – Pues como te digo – comenzó a contarme mi tía mientras sentía como la totalidad de mi polla se clavaba dentro de ella. – He visto a tu tía Sofia haciéndose un dedo en el cuarto de la lavadora mientras tenia tus calzoncillos en la nariz y aspiraba tu olor al tiempo que lamia los restos de semen de la tela y veía como se clavaba los cuatro dedos de la mano dentro de su coño – gimió mi tía mientras notaba la extensión de mi polla entrando y saliendo de ella. – Joder que gusto me da sentirte – me susurro mi tía mientras se dejaba caer en el colchón y me daba acceso pleno a su culo.
Mi tía arrugo la sabana llevada por el placer que sentía y me pidió en ese momento que continuase con la historia con Pirsa. – Pues como te comento al sentir como mi polla punteaba en la base del seno de Pirsa me puso como una moto – le confesé a mi tía. – Y en ese momento Pirsa se sentó delante de mi para que la pajease mientras veíamos como la pareja que estaba delante de nosotros se follaba sin piedad – le conté entre gemidos a mi tía mientras no paraba de taladrar su culo. – Tía no sabes cómo se corrió entre mis manos mientras follaba con mis dedos su coño – le seguí contando a mi tía. – Como yo me estoy corriendo ahora cabrón – aulló mi tía mientras se corría y sentía en el interior de su culo como el orgasmo de mi tía apretaba mi polla dentro de ella. – Uuuuffff que delicias de folladas me das – me confeso mi tía. – Y no sabes cómo las disfruto tía – le confesé yo de igual manera.
Mi tía en ese momento empezó a moverse siendo ella ahora la que se clavaba mi polla en su culo mientras me pedía que le contase la parte de la historia que faltaba. – Vamos sobrino cuéntame como te follaste el culo de Pirsa – me pidió mi tía. – Gracias a que me la lleno de aceite de coco para lubricarla y que pudiese follarla – le confesé a mi tía. – Así que llevas dos culos de la familia ya follados – me confeso mi tía. – Dos no – dije yo ahora mientras tomaba también ritmo con mi tía y empezaba a follarla de igual manera. – Llevo con el tuyo tres, puta –le gruñí yo ahora mientras me clavaba dentro de ella. – Joder – gimió mi tía. – El tuyo el primero, el de Pirsa y el de Araceli – le confesé a mi tía.
Yo en ese momento me sentí al borde de correrme y sacando mi polla del culo de mi tía le susurré – Aquí viene tu ración – mientras me colocaba boca arriba y esperaba a la boca de mi tía que empezando a pajearme no le dio tiempo ni siquiera a mamármela mientras mi polla empezaba a escupir semen llenando la mano de mi tía de mí. – Uuuum me encanta que me pringues de ti – me susurro mi tía justo cuando deje de correrme y mi tía limpió con la punta de su lengua mi glande. – Y a mí me encanta llenarte de mí, me encanta correrme en cualquier parte de tu cuerpo tita – le susurre yo mientras veía como mi tía recogía los restos de mi corrida de entre sus dedos y lo llevaba a su boca. – Espero poder sacar mas esta noche – me confeso mi tía mientras los dos nos encaminábamos de nuevo a la ducha.
Llegamos a la ducha y los dos nos metimos dentro. En ese momento llamaron a la puerta de mi habitación. – Ve a ver quién es – me pidió mi tía mientras ella cerraba la puerta del baño y yo de nuevo tomando la toalla la anudaba a mi cadera e iba a la puerta de la habitación.
Abrí la puerta de la habitación y allí me encontré a Gemma. – Hola – susurro escuetamente. – ¿Te pillo mal? – me pregunto ella haciendo por entrar dentro de la misma. – Me estaba empezando a duchar – le conteste mientras ella entraba en la habitación y cerraba la puerta. – Mi madre y Pirsa están dormidas y no encuentro a la Tía Laura – me susurro Gemma. – Y como he visto tu luz encendida me preguntaba si sabias como estaba Raquel – me pregunto Gemma mientras se sentaba en la cama. – Solo se que hasta pasado mañana sigue sedada y que ha pasado la tarde sin novedades – le respondí mientras me sentaba a su lado. – ¿Te ibas a duchar ahora? – me pregunto Gemma. – Si he estado hasta hace un rato hablando con la tía y quería ducharme y cenar algo – le respondí mientras pensaba en que por nada del mundo le diese por pasar a mi baño en el que se encontraría sin remedio con Laura y lo que nos acarrearía problemas. – ¿Te importa si paso al baño? – me pregunto ella mientras una vez mas sin esperar mi respuesta se encaminaba al baño. En ese momento me quede paralizado pensando en que explicación le daría a Gemma en cuanto encontrase a nuestra tía en el baño.
Los segundos pasaron lentos cuando oí como Gemma abría la puerta del baño y sin cerrarlo pasaba al mismo. – ¡¡Que gayumbos mas bonitos tienes primo!! – me dijo desde el baño mi prima mientras la oía sentada en la taza haciendo pis. – Lo que se guarda debajo ya lo veré otro dia – me susurro ella a continuación mientras la oía levantarse de la taza y tirar de la cadena. – El vino hace cosas extrañas – me susurro ella saliendo del baño como si no hubiese nadie más. – En fin, mañana veré a la tía Laura – me susurro ella mientras yo me ponía de pie y la acompañaba hasta la puerta. – Por cierto, espero que hayas disfrutado del viaje de vuelta tanto como yo – me dijo ella dándome un suave beso en los labios antes de descorrer el pestillo y salir de la habitación.
– Solo una cosa más – me dijo girándose en la puerta de la habitación para enfrentar su mirada a la mía. – Si mañana quieres podemos ir a la playa – me pidió ella. – No quiero que estés solo y creo que tu y yo tenemos pendiente una conversación – me susurro ella. – No quiero hablar contigo aquí y creo que pasando el dia juntos podremos hablar tranquilamente – me susurro ella. – ¿Te parece bien? – me pregunto en un susurro ella. – Si – asentí yo escuetamente. – Esta bien mañana nos vemos – me susurro ella tomando mi mano con la suya y mirándome melosa. Una vez mas mi prima poso sus labios sobre los míos como hacíamos normalmente. – Que descanses – me susurro mientras desaparecía por la galería superior de la casa.
Reconozco que por un momento me hubiese encantado que ella se hubiese quedado, pero de igual manera respire aliviado cuando la vi desaparecer por la galería.
Cerré la puerta de la habitación y me dirigí raudo al baño. – Tita – susurre cuando llegue a la entrada del baño. – Estoy aquí – oí que respondía ella desde detrás de la puerta. – Menos mal que no le ha dado por cerrar la puerta – suspiro mi tía aliviada saliendo de detrás de la misma desnuda como estaba desde un primer momento. – Acabo de ver el coño que mas desea follarse mi sobrino – me susurro mi tía mientras se acercaba a mi y me besaba. – No sigas por ese camino tía – le susurre mientras me acercaba a ella. – No sé lo que tiene tu ropa que las vuelve loca a las dos – me susurro de nuevo mi tía. – He visto como tu prima mientras hacia “pis” frotaba su dedo por la entrepierna de tu bañador y se lo llevaba a la nariz para luego chuparlo y de ahí llevarlo a su chochito – me susurro mi tía. – He visto como tu prima metía su mano entre sus piernas mientras hablaba contigo – me susurro mi tía. – Y, ¿nos has sentido ganas de salir de tu escondite y comerte su coño? – le pregunte a mi tía mientras llevaba mi mano a su coño. – Estas empapada – le respondí. – No sé si será por la follada que nos acabamos de dar o por ver a mi sobrina abierta de piernas delante de ti – me respondió mi tía.
– ¿Te gustaría jodernos a las dos a la vez? – me pregunto mi tía mientras yo callado respondía con el aumento de la dureza de mi polla. – ¿A que sí? – me pregunto ella. – Desde luego que si – le respondí yo. – Pero ahora te tengo a ti – le respondí mientras dando la vuelta a mi tía hacia que apoyase sus manos en el lavabo y mi tía quedase dispuesta por completo para mí. – Te voy a dar rabo, mirona – le susurre a mi tía mientras la miraba pegando mi cara a la suya en el reflejo del espejo. – Te la voy a meter hasta el fondo – le susurre a mi tía mientras hacia por que mi polla encontrase la entrada al coño de mi tía. – Joder sobrino que estamos los dos muy cachondos – me bufo mi tía mientras sentía como la mano de mi tía guiaba mi polla a su coño.
– Así tía, así – susurre yo sin apartar la mirada a través del espejo mientras sentía como los labios mayores de la vagina de mi tía acogían mi glande y lo guiaban al interior de su deseado coño por mí. – Fóllame, pero no te corras dentro – me gimió mi tía en un mínimo momento de lucidez. – Vale – le susurre yo mientras sentía como mi polla resbalaba como si estuviese patinando sobre aceite dentro del coño de mi tía. – Jooooooooder – aulló mi tía cuando sintió como sin la menor resistencia mi polla la llenaba por completo. – Vamos clávamela – me pidió mi tía mientras empezaba a moverme detrás de ella. – Mira, mira como te follas a tu tía – me susurro mi tía mientras a través de la imagen que nos devolvía el espejo veía como se movían las tetas de mi tía por las embestidas que le estaba dando a su coño a base de pollazos.
– Me encanta ver como se mueven tus tetas – le susurre. – Y a mi me encanta lo que haces para que se muevan, muevan, muevaaaaaaaaaaaaaaaaaaan – aulló mi tía acallando sus gemidos mientras sentía como se orinaba de gusto pierna abajo. – Uuuuuuuuuuum que bueno – me susurro mi tía dándose ella misma lo empellones que le pedía su corrida dejándome seguir entrando en su coño disfrutando de mi polla. – Joder que pervertidos somos sobrino – me susurro mi tía mientras seguía clavándose mi polla en su apretado coño. – Joder que cerradita estás ahora, tita – le gemí yo sintiendo como cada vez me daba mas placer follarme el coño de mi tía. – Estoy apretando tu polla para que te corras sobre mi – me confeso ella. – Pues sigue que me queda poco – le susurre yo continuando follándome a mi tía.
Cuando sentí que estaba a punto de correrme saque la polla del coño chorreante de mi tía y tomando mi glande lo enfrente a su culo y en ese momento pajeándome a placer me corrí sobre el precioso y maduro culo de mi tía que acababa de follarme antes de follarme su precioso coño.
– Tía me encanta follarte – le susurre antes de empezar a llenar de lefazos la espalda y el culo de mi tía. – Y a mi me encanta sentir como lo haces – me confeso ella mientras tomando una muestra de mi corrida a su boca la probaba para mí. – Me encanta verte en el espejo – le confesé. – A mí también – me confeso ella mientras ahora con dos dedos recogía más semen de su espalda y lo llevaba a su boca de nuevo esta vez bien cargado de una cuantiosa muestra de mi simiente. – No puedo resistirme a saborearte – me susurro ella mientras girándose quedaba enfrentada a mí y descendiendo me hacía sentir como sus pezones recorrían mi cuerpo hasta mis rodillas quedando su boca justo delante de mí polla con ella de rodillas una vez más y ahora chupándomela de nuevo me dejaba sin el menor rastro de corrida en mi polla.
– Así me gusta – le dije yo mientras guiaba su cabeza y sentía como mi polla perdía rigidez dentro de la boca de mi tía. – Me encanta tu polla – me susurro mi tía mientras de nuevo se ponía de pie delante de mí. – Y me encanta que mi boca sepa a tu polla – me susurro antes de besarme en los labios de nuevo.
Por un segundo nos quedamos mirándonos. – Me encanta que solo con verte me pongas cachonda – me confeso mi tía. – Y a mí me encanta que ya al verte sepa que puedes desahogarme – le confesé yo. – Se te acabo el matarte a pajas – me confeso mi tía. – No es solo eso es todo lo demás – le confesé a mi tía. – ¿A que te refieres? – me pregunto ella. – A que ahora después de joderme tu culo y de follarme tu coño sé que aquí, en esta ducha me voy a mear sobre tu cuerpo y tu lo vas a disfrutar – le susurre mientras me agarraba la polla y la apuntaba a sus tetas. – Eres un “guarrete” – me susurro mi tía mientras girándose en la ducha se quedaba de rodillas y mirándome a los ojos me susurraba – Vamos orínate en las tetas de tu tía – me susurro mi tía mientras elevando sus tetas me las ofrecía para que me mease sobre ellas.
Sin más empecé a mearme en las tetas de mi tía mientras ella me miraba sonriente y veía como sus senos se cubrían de mi meada. – Espera límpiame – me susurro mi tía mientras girándose me daba la espalda y me ofrecía su culo para que de igual manera lo cubriese con mi meada. – Sacúdetela en mi culo – me pidió mi tía dejando que las ultimas gotas de orina manchasen por completo sus piernas. – Uuuuuuuum me ha encantado – le susurre mientras me abrazaba a ella. – Y a mí también – me respondió ella. – Todo lo quieras hacer dímelo – me pidió mi tía. – Nunca te quedes con nada en la cabeza – me pidió mi tía. – Así lo hare – le respondí yo mientras mi tía abría el grifo de la ducha y cambiando al teléfono de la ducha nos limpiamos los dos de los restos de la follada que nos habíamos dado.
Después de secarnos nos dimos cuenta de que eran ya cerca de las dos de la mañana. – Vaya horas – me susurro mi tía saliendo en ese momento de la habitación yéndose a dormir. – Lo siento, pero tengo que levantarme muy temprano – me susurro mi tía comentándome por encima que había para cenar si quería ir a la cocina. – Yo ya me he tomado el vaso de leche – me respondió mi tía divertida mientras desaparecía de mi habitación.
Yo, solo y descargado, baje a la cocina a cenar algo. – ¿Ahora bajas? – me dijo de repente saliendo de la nada mi tía Sofia de repente apareciendo detrás de mí y dándome un susto de muerte. – Joder – grite de manera ahogada no esperando encontrarme a nadie. – Perdona – me susurro ella divertida. – ¡¡Que susto me has dado!! – exclame en medio del silencio de la noche. – Perdona es que ya a estas horas no esperaba a nadie – me susurro mi tía divertida después de disculparse.
Mi tía vino a la cocina conmigo y yo abriendo el frigorífico descubrí algo que nunca falta en verano en cualquier casa de Andalucía y que era una buena fuente de gazpacho. Cogí el baso más grande que encontré y lo llené mientras de igual manera tomaba otra fuente de ensalada y un plato de bacalao con naranja ya que me moría de hambre. Mi serví la ensalada y en el mismo plato puse el bacalao y me senté en la mesa tras servirme el segundo vaso de gazpacho y encaminarme a la mesa de la cocina para sentarme a cenar.
– Sabes hace tiempo vi un reportaje en el que decía que los actores porno toman gazpacho por que el tomate hace que el sabor del semen no sea agrio – me dijo mi tía dejándome completamente descolocado y preguntándome por que ella acababa de decirme aquello- - Pues el mío debe estar súper dulce – le respondí a mi tía refiriéndome a que llevaba desde el principio del verano tomando gazpacho . – Supongo que abría que ver si eso es verdad – le respondí yo a mi tía mostrándole mi reticencia a creerme que aquello era verdad. – Supongo que como dices habría que probarlo – me susurro mi tía cambiando en ese momento de asiento en la mesa y sentándose a mi lado. – ¿Te puedo hacer una pregunta? – me susurro mi tía. – Claro – le respondí yo. – Sssssssssssssssh – me susurro ella indicando que bajase el tono de mi voz.
Mi tía Sofia era completamente diferente al resto de las mujeres de mi familia. Ella es morena y muy parecida a la actriz Kira Queen morena delgada y con unas tetas normalmente grandes, unos labios gruesos y el pelo rizado.
Tras aquella breve pausa en la que mi tía quedo en silencio para asegurarse que nadie se había despertado continuo donde había quedado la conversación minutos antes. – Me gustaría saber cómo estas – me pregunto ella mientras sentada a mi lado me miraba con devoción. – Todo el mundo dice que como eres superdotado eres muy maduro, pero yo se la relación que tienes con Raquel y quiero saber cómo lo llevas – me expuso ella mostrándome sus dudas y provocando que yo por un momento me quedase en silencio mientras pensaba como responderle.
– Pues la verdad es que no te puedo decir nada tía – le respondí. – Todos conocemos al marido de la Tía Laura y sabemos lo cabrón que ha sido ese mal nacido siempre – le respondí yo en un primer momento antes de tragar el bacalao que tenia en la boca. – Pero hasta que pasado mañana no le quitéis la sedación a la prima Raquel y pueda hablar con ella no puedo decirte nada – le respondí yo a mi tía que me miraba ojiplática. – Desde luego que con catorce años parece que tienes veinte, hijo – me respondió mi tía ante la entereza que le demostró mi respuesta.
Sentía como mi tía me continuaba mirando. – Yo lo tengo muy claro tía y como esto, todo lo demás – le susurre yo. – Y cuando digo, todo, es todo – le respondí, mirándome ella en ese momento aun mas asombrada ante mi respuesta. – ¿A que te refieres? – me pregunto ella. – A lo que te estoy respondiendo – le susurre yo de nuevo poniéndome de pie y llevando el baso al fregadero al haber terminado de cenar.
Por un momento mas me quede en el fregadero lavando el plato que había utilizado para cenar y que ahora ya estando cubierto de jabón me preparaba para enjuagar. – A veces eres muy enigmático, ¿sabes? – me susurro mi tía quedando a mi lado mientras sentía como su hombro se apoyaba en el mío. – Pues yo lo tengo todo muy claro – le respondí yo. – A veces lo mejor es no darles demasiadas vueltas a las cosas, ¿no te parece? – le pregunte yo ahora mientras poniendo el plato limpio sobre la pila lo dejaba escurrir. – Es como cuando tu fuiste antes de ayer a mi habitación – le respondí yo. – ¿Te arrepientes de lo que paso? – le pregunte a mi tía. Ella me miro asombrada y me susurro – Aun no se como llegamos a acabar como acabamos – me respondió ella. – Yo creo que era algo deseado que no llegamos a consumar – le respondí yo sin ganas de perder el tiempo. – Tía me comí tus tetas mientras tu sobabas mi polla – le susurré mientras me giraba hacia ella. – Era algo que deseabas tanto como necesitabas y a mí me encanto – le susurre mientras desabrochaba un par de botones de su vestido.
El pecho de mi tía subía y bajaba por el aumento de excitación. – ¿Te gusto comerme las tetas? – me pregunto mi tía sin mirarme. – Me encanto saborear tus pezones tita – le susurre – y mas aun mientras me pedias que me follase a tu hija si se ponía a tiro y de igual manera a la Tía Laura – termine de responderle yo mientras en ese momento mi mano se aventuraba dentro de las braguitas de mi tía. – Uuuum sobrino – gimió mi tía. – ¿Qué piensas del incesto? – me pregunto mi tía. – Como todo en el sexo si es de mutuo acuerdo con nadie mejor que hacerlo – le susurre yo a mi tía mientras mi dedo pulgar hacia contacto con su clítoris que duro como una piedra recibía mis caricias. – ¿Con quien voy a disfrutar mas que con mis tías y mis primas? – le pregunte yo a mi tía. – ¿Nos joderías a todas? – me pregunto ella. – A ti la primera – le susurre a mi tía pegando mis labios a su oído. – Y luego a tu hija hasta quitarle todas las penas – le susurre a mi tia mientras en ese momento sin piedad ninguna clavaba tres dedos dentro del coño de mi tía hasta los nudillos. – Quiero ver como te jodes a mi hijaaaa – me gruño mi tía que en ese momento entre el dedo que le estaba haciendo y la excitación de estar confesándole como me la iba a joder a ella y luego a su hija supongo que para mi tía fue demasiado imaginar todo aquello y en ese momento exploto en un maravilloso orgasmo haciendo su mano de tapón parando mis dedos clavados en lo mas profundo de su coño.
– No saques tus dedos de mi – me pidió mi tía mientras disfrutaba de un largo orgasmo repleto de contracciones en su coño que transmitía a mis dedos mientras mi tía se corría sin parar. – Espera, espera – me susurro mi tía mientras manteniendo su mano izquierda mi mano clavada en su coño mi tía empezó a frotarse su clítoris para mi mientras no apartaba su mirada de la mía.
Mi tía me miraba llena de lujuria. – Cuéntame más – me pidió ella. – Me encantaría follaros a la tía Laura y a ti juntas y que me enseñaseis a follaros a las dos – le susurre a mi tía. – Daros polla a las dos y que me enseñaseis a follaros mientras os colmo de placer – le confesé a mi tía. – Sácatela quiero verla – me suplico mi tía. – Desabrocha tu mi pantalón – le pedí yo a mi tía indicándole con la mirada que no podía mover la mano de su coño en ese momento.
Mi tía con una habilidad pasmosa tirando del elástico de mi pantalón del pijama dejo a la vista mi polla. – ¿Con esta preciosidad nos joderías a Laura y a mí? – me pregunto mi tía cada vez mas excitada. – Si tita mientras vosotras me enseñáis – le susurre yo. – Con esta polla llenaría vuestros coños – le gemí yo. – ¿Solo nuestros coños? – me pregunto mi tía cada vez mas cachonda. – Hasta el tercer orgasmo si – le respondí a mi tía. – Joder, ¿Y luego? – me pregunto mi tía. – Luego os daría polla a las dos en vuestros culos – le respondí a mi tía. – Y luego ya podría correrme en vuestras caras y vuestras tetas después de que me la chupaseis entre las dos mientras os besáis con mi polla entre vuestras bocas – le susurre a mi tía que en ese momento imaginando la escena mi tía se corrió como una cascada en medio de la cocina.
Deje que en ese momento que mi tía se recuperase del orgasmo. – Quiero que te jodas a mi hija – me susurro mi tía. – Que le pegues un buen pollazo le vendrá genial – me susurro mi tía. – Te la voy mamar para que mañana tengas aguante para poder follártela por todos sus agujeros – me susurro mi tía mientras me llevaba de la mano a la mesa de la cocina. – Siéntate – me pidió mi tía mientras apartaba la silla de la mesa. Yo me senté y en ese momento vi una imagen en la entrada de la cocina, una sombra que sin duda nos estaba observando y viendo lo que mi tía y yo estábamos haciendo. – ¿Quieres que mañana me folle a Gemma? – le pregunte a mi tía. – Si mañana por la mañana te pedirá que te vayas con ella a la playa – me confeso mi tía mientras se ponía de rodillas delante de mí. – Me lo ha dicho antes de ir a buscaros esta tarde – me confeso mi tía empezando a mamar mi polla.
Aquello era surrealista mi tía que rascaba casi los cincuenta estaba de rodillas delante de mi mamando mi polla después de pedirme que al dia siguiente me follase a su hija a la menor oportunidad, que ella lo estaba pasando mal con su marido y necesitaba que yo, su primo pequeño me metiese entre sus piernas y le diese polla sin piedad hasta dejarla saciada. Todo esto después de haberme follado a mi tía Laura hasta hacia una hora y haberme estado todo el día follando con mi tía Araceli.
Mi tía sacando mi polla ensalivada de su boca me miro. – ¿Te pone cachondo la idea de follarte a mi hija? – me pregunto mi tía. – ¿Mientras su madre me la esta mamando? – le pregunte a mi tía que sin esperar respuesta de nuevo se clavaba guiada por mis manos mi polla en su campanilla. – Como no te puedes imaginar – le respondí yo a mi tía. – Si lo haces no solo mi boca será tuya – me confeso mi tía como premio mientras volvía a mamármela. – Quiero correrme en tu cara, en tu boca y en tus tetas – le pedí yo mientras veía como mi tía hacia verdaderos esfuerzos en alojar en su boca toda mi polla. – Si logras hacer que mi hija vuelva a sonreír mi culo y mi coño serán tuyos – me susurro mi tía.
Vi como la figura oscura que nos observaba desde la entrada de la cocina en ese momento desaparecía después de correrse y de nuevo más liberado me concentré en mi tía y en la mamada que me estaba dando. – Quiero que te folles a mi hija – me susurro mi tía. – Quiero que esta polla entre en todos sus agujeros – me pidió mi tía mientras retomaba la mamada. – Voy a llenar a tu hija como me pides – le susurre a mi tía. – Voy a follarme su coño y a llenar su culo de polla – le gruñí yo a mi tía mientras llevaba mis manos a su coronilla para poder hundir toda mi polla en su boca. – Me la voy a follar hasta dejarla satisfecha – le gruñí a mi tía. – Y luego vendré a buscarte para que entre los dos nos follemos a la tía Laura – le gruñí a mi tía mientras clavando mi polla en ese momento en la garganta de mi tía me corría sin parar derramándome en la boca de mi tía provocando que mi tía incapaz de mantener mi polla dentro de su boca escupiendo semen esta al perderla mi tía de control quedase delante de su cara llenándola por completo tanto en su cara como en sus tetas mientras mi polla disparaba siete potentes chorros de semen sobre su cuerpo.
Mi tía asombrada miro como mi polla escupía semen por todo su cuerpo y la dejaba completamente pringada. – Tres polvos como este y a mi niña se le quitan todas las penas – me susurro mi tía mientras se lanzaba a limpiar mi polla. – Encantada cumpliré tu deseo – me susurro mi tía. Yo la mire sin entender. – Laura y yo nos convertiremos en tus maestras – me susurro mi tía.
– Pero ya sabes lo primero – me susurro de igual manera ella justo después de retirar un goterón de semen que se había quedado acumulado en la punta de mi polla después de correrme. – Gemma te necesita – me susurro mi tía. – Ella no quiere que le pase lo mismo que a Raquel y solo tú puedes darle la fuerza que necesita – me susurro mi tía mientras se levantaba y abrochándose el vestido dejaba debajo del mismo los rastros de mi corrida. – Esto me lo guardo para ahora antes de dormirme – me susurro mi tía mientras los dos desaparecíamos de la cocina.
Subí a la galería de arriba después de pasar por el patio principal y no ver a nadie. El reloj marcaba ya las tres de la mañana y a las nueve según me había dicho mi tía debía bajar a desayunar. – Mañana dúchate antes de bajar a desayunar – me pidió mi tía. – Esta noche dormiremos con el olor del otro – me confeso mi tía dejándome ver que ya era tarde para ducharnos ya que podríamos despertar a los otros miembros de la familia.
Así me fui a mi habitación habiendo vivido uno de los días mas extraños de toda mi vida y en el que en el mismo dia había disfrutado de tres mujeres diferentes.