Primer encuentro con mi prima Gemma VI
De conversaciones con mi Tía Sofia y me voy a la playa con mi tía Araceli
Desperté empapado en sudor debían ser cerca de las diez de la mañana cuando abrí los ojos y sentí como el cuerpo de Raquel estaba por completo pegado al mío. Su cara destilaba a la misma vez agotamiento y paz.
Lo mas suavemente que pude me salí de la cama y me encaminé por la galería en dirección a la cocina. – Ssssshhh calla que vas a despertarlos – oí como le decía mi tía Sofia a alguien. Me quede parado no queriendo romper la intimidad de su momento.
Me quede sentado en una silla al lado de la entrada de la cocina esperando a ver como se desarrollaba la escena. – No te imaginas como esta – oí como la que ahora reconocí como la voz de Tía Laura le respondía a mi tía Sofia. – Habrá que darle tiempo – oí como le respondía en ese momento la voz que reconocí como la de mi tía Laura. – Es la maldición de las mujeres de esta familia joder – escupió mi tía Sofia indignada. – A mi el cerdo de mi marido solo me quería para que se la chupase, a la picha floja y ni siquiera era capaz de satisfacerme luego a mi – le confeso mi tía Sofia a mi tía Laura. – No me hables de satisfacer que yo ya ni me acuerdo de la ultima vez que el desgraciado de mi “ex” se ocupó de mi – le respondió de nuevo Laura. – Y no es solo el sexo es la de años que lleva amargándonos la vida yéndose de putas y haciéndome la cornuda de la zona – sollozo mi tía. – Pero repudiar a su propia hija – continuó desahogándose mi tía. – Eso no se lo perdono en la vida al muy desgraciado – sollozo mi tía mientras veía como a través de la sombra de la pared mi tía Laura se abrazaba a Sofia.
Se quedaron durante largo rato en silencio. – A Raquel por lo menos las pastillas la tendrán hasta la tarde dormida – oí que de repente le decía Sofia a Laura. – Si menos mal que el niño tiene el suelo profundo y no se ha enterado de nada – le confeso Laura. – Si la verdad es que cae a plomo – le respondió esta. – ¿Se lo contamos? – le pregunto Laura. – Cuando llegue el momento si Raquel no lo ha hecho si – le comento mi tía Sofia a Laura. – Pobre criatura – le susurro Sofia. – Como todas, saldrá de esto – le susurro Laura.
Durante un rato mas se quedaron en silencio hasta que de nuevo retomaron la conversación. – ¿Que tal esta Gemma? – le pregunto de repente mi tía Laura a Sofia. – Fuuuuuu – resoplo esta por respuesta. – Ya sabes como es pillar al cabrón de tu marido con otra – respondió esta de manera automática. – Ahora mismo esta muerta de miedo pensando que el desgraciado no les devuelva a los niños a final de mes – susurro. – Y además que sea la putita esa de secretaria que se esta follando la que crie a los niños – le estuvo contando mi tía Sofia a Laura. – Desde luego que mala suerte tenemos todas – susurro mi tía Laura mientras se abrazaba de nuevo a Sofia.
Decidí que ya era momento de hacerme aparecer en escena y volviendo sobre mis pasos hice ruido por la galería a fin de que me oyesen llegar y se preparasen para mi aparición en escena. Finalmente terminando de cubrir mis pasos llegue a la entrada de la cocina y al entrar en la misma las dos me recibieron con un “buenos días” a coro que las hizo sonreír levemente olvidando el nubarrón sentimental que teníamos encima. Nada mas a continuación de esta escena mi tía Laura me pregunto por su hija y le respondí que la había dejado durmiendo en mi cama. Como ya os he contado otras veces era algo normal entre nosotros.
Mi tía Sofia me susurro que iba a ver a su hija y salió de la cocina. Yo tomé un vaso de encima del fregadero y me dirigí a la nevera a tomar el cartón de leche. – ¿Como estas? tita – le pregunte mientras me esperaba a oír como la tía Sofia ya andaba por la galería y no podía oírnos. – Después de ayer contigo, ¡¡genial!! – me susurro atropelladamente ella. – Lo disfrute como no te imaginas – me susurro ella. – Pero ya sabes nadie debe saber nada – me susurro ella llamando mi atención. – Si estas con otra de la familia debe pensar siempre que ella es la primera y la única, ¿de acuerdo? – me exhorto ella. – Si, si claro no te preocupes – le respondí yo. – Ahora mi hija te va a necesitar mas que nunca – me susurro tía. – Anoche después de que llegases Raquel sufrió terrores nocturnos – me confeso mi tía. – Tuvimos que llamar a una ambulancia y la sedaron – me conto mi tía quedándome yo alucinado y en silencio. – Las próximas cuarenta y ocho horas tu prima estará sedada – me comunico mi tía.
Mientras me servía mi cola cao mi tía estuvo sentada conmigo en la mesa de la cocina. Me conto que mi prima había recibido el mas feroz de los ataques por parte del malnacido de su padre renegando completamente tanto de ella como mi tía y que decía que iba a desaparecer. Mi madre por lo visto le había contado que había llegado a su casa con una maleta para despedirse y decir que empezaba una vida nueva donde no lo encontrasen. Por lo visto se había montado la “Mari Morena” y mi padre lo había echado a patadas de su casa.
Yo durante todo el tiempo que mi tía me había contado la que se había liado permanecí en silencio escuchando atentamente todo lo que mi tía me contaba y cuando vi que había terminado de relatarme toda la historia no pude por menos que abrazarla y quedarme pegado a ella. – No sabes como lo siento tita – le dije completamente apenado sin separarme de ella. – Lo siento por ti, no te lo mereces – le susurre mientras besaba su hombro. Ella en ese momento girando su preciosa cara hacia mi me miro y viendo como yo besaba su piel agarro suavemente mi rostro y elevándolo hizo que mis labios fuesen en busca de los suyos. – Se que tu nunca serás así – me confeso ella justo antes de hacer que mis labios terminasen de recorrer el escaso centímetro que nos separaba uniéndonos por fin. – Tu eres un hombre de los pies a la cabeza “ese” no te llega ni a la suela del zapato – me susurro mi tía. – No sabes las ganas que tengo de volver a sentirte – me susurro mi tía. – Yo si que te puedo ayudar a que te hagas una idea de las ganas que tengo yo – le respondí mientras ponía su mano encima de mi polla. – Joder sobrino que esta la casa llena de gente – me respondió mi tía. – Eso me da aun mas ganas tita – le dije mientras metía mi mano entre las piernas de mi tía y por debajo de la falda llegaba a su coñito que ya estaba húmedo.
Mi tía me miro con la mirada desencajada. – Uuuuuuf – suspiro mi tía que dejándome ver que no llevaba bragas. – A partir de ahora ve así todos los días por favor – le gemí mientras mi tía ponía su cadera al borde de la silla para facilitarme que la follase. – Ordénamelo – me pidió ella. – Escúchame puta, quiero que a partir de hoy dejes de usar bragas – le susurre en tono imperativo. – Como ordenes – me gimió ella pegada a mi oído. – Así me gusta y ahora quiero que te corras para mi – le ordene de nuevo mientras daba empeñones con mis dedos dentro del coño de mi tía sin parar. – Oh dios, oh dios – gimió mi tía en mi cuello mientras recolocaba sin parar su cadera en el filo de la silla. – Córrete para mi putita – le susurre de nuevo en su oído mientras sentía como por fin mi tía se corría en mi mano de nuevo. – Dios siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii – ahogo un chillido mi tía ahogándolo en mi cuello. – Joder de hoy no pasa que compre condones – me dijo ella mientras su mirada y la mía se volvían a cruzar.
– Ven – me dijo mi tía tomándome de la mano y llevándome a la alacena de la cocina. – Aquí espero que nadie nos interrumpa – me susurro mi tía. – Debemos de ser rápidos – me balbuceo mi tía. – Ya tendremos tiempo de resarcirnos – me susurro de nuevo mi tía, nerviosa, mientras doblando sus piernas su cara quedaba justo en frente de mi polla y mi tía tirando de mis pantalones dejaba a la vista mi polla. – Hola preciosidad – me susurro al ver aparecer mi polla ante ella. – Espera tita – le sisee haciéndola poner de pie. – Así no – le musite mientras la hacia girarse y ponerse contra la pared. – Separa las piernas putita mía – le susurre al oído mientras yo apoyaba mi espalda contra la pared y quedaba a su izquierda para poder tocarla con mi mano derecha. – Te voy a hacer disfrutar mientras disfrutas viendo mi polla – le dije levantando su falda y dejando a mi tía desnuda de cintura para abajo. – Quiero que cuando me la chupes lo hagas sin prisa y ahora quiero mandarte a pelear el dia bien corrida – le susurre mientras de nuevo la volvía a masturbar. – Dios ahí que ver lo bien que le has cogido el punto a mi coño sobrino – gruño mi tía entre dientes. – Me pones al borde de correrme con solo, solo, solo tocarmeeeeeeeeeeeeeeeeeeee – gruño mi tía de nuevo empapando mi mano de fluidos.
Yo continúe con la suave paja ahora mientras dejaba que mi tía terminase de disfrutar de su corrida. – Estas muy necesitada ¿eh? – le suspire mientras de nuevo volvía a castigar su clítoris. – Muy necesitada es poco – me susurro mi tía. – Llevo años sin que me toquen como me tocas tu – me susurro ella. – No me lo puedo creer – me gimió ella mientras de nuevo yo ahora introducía dos dedos dentro de su coño y pegaba la palma de mi mano a su clítoris. – ¡Joder!, no me lo puedo creer – gimoteo mi tía. – Sigue coño sigue – aulló mi tía apenas manteniendo el hilo de silencio. – Sigue, sigue – aulló mi tía. – A mi culo, cariño – rechinó mi tía. – Dale dedos a mi culo – me suplico mi tía mientras poniéndome de lado a ella de igual manera que tres de mis dedos follaban su coño sin piedad ninguna, dos de mis dedos de mi mano izquierda empezaron a sodomizar el culo de mi tía. – Joder que bueno lo que me haces – me confeso mi tía. – Sigue, sigue, sigueeeeeeeeeeeeeeee – aulló mi tía que empezando a mover su cadera se follaba también mis manos al tiempo que iba desembocando en su orgasmo. – Joder, joder, Joooooooooooder – gruño entre dientes mi tía mientras empezaba de nuevo a correrse.
Mi tía me invito con la mirada a que apartase mis manos de ella. – Te juro que en cuanto tenga la oportunidad te voy a hacer la mejor mamada de tu vida – me susurro mi tía mientras se colocaba de nuevo su falda. – A partir de ahora no llevare bragas ni sujetador en ningún momento – me susurro ella. – Sujetador si – la corregí yo. – Me encanta ver el canalillo que hace en tus preciosas tetas – le respondí yo mientras tirando suavemente hacia abajo dejaba a la vista su pezón derecho a fin de darle un lengüetazo. – El otro también que si no se pone celoso – me susurro mi tía dejándomelo ya a la vista y preparado de igual manera para recibir otro lengüetazo. – Que mamada te voy a dar luego – me susurro mi tía mientras estampaba mi cara contra su pecho. – Pero espera que te doy un aperitivo – me susurro bajando mi pantalón del pijama y dejando a la vista mi polla dura como una estaca mi tía pasaba su lengua desde mis gordos huevos hasta el glande un par de veces y luego de igual manera por cinco veces mi tía dejaba mi polla llena de saliva.
Al sacársela de la boca mi tía me miro extrañada. – Sabe a coco – me susurro. – A aceite de coco – me dijo mi tía divertida diciéndome a continuación – Ya me lo contaras luego bribón – mientras por última vez me besaba divertida sabiendo que sin duda algo habría pasado anoche con Pirsa. Mi tía salió divertida de la alacena y abandonando la cocina desapareció también por la galería central de la casa.
Desde luego por un lado era afortunado, pero hay que ver los calentones que me pillaba yo con esta familia.
Sin mas me encamine a la cocina de nuevo y me termine el vaso de leche pensando en la leche que tenia acumulada en los huevos que darían para alimentar a toda la familia. Y en esas divagaciones me fui a mi habitación donde estaban todas.
Al verme aparecer mi tía Laura me pidió que tomase a Raquel en brazos y la llevase a su habitación. – Claro tita – le respondí internándome en mi habitación y tomando el frágil cuerpo de Raquel y en brazos la llevé a la suya, donde estaban mis tías que ya habían abierto la cama, puesto el aire acondicionado y preparado todo para ella. Viendo como llevaba a Raquel en brazos a ninguna le pasó desapercibido que Raquel tan solo llevaba puestas sus braguitas y ahora mientras la llevaba en brazos no podía evitar empalmarme y que debido a los pantalones de pijama que llevaba se notaba perfectamente como los veinte centímetros de polla dura como el acero apuntaban al frente haciendo en mis pantalones una tienda de campaña que no pasaba desapercibida para ninguna de las presentes.
Deposite con el mayor de los cuidados a mi prima en la cama y en ese momento todas vieron como al depositar a mi prima en medio de la amplia cama de matrimonio toda mi erección se frotaba con el cuerpo de mi prima desde su costado derecho a su costado izquierdo mientras la iba dejando caer en el colchón. En ese momento me percate de una mirada de lujuria en la cara de mi Tía Laura y Pirsa sin poder remediarlo en un gesto inconsciente se mordía el labio inferior mientras veía como los pezones de mi Tía Araceli aparecían bajo la tela de su vestido de verano saludándonos a todos, la miraba perdida de Gemma clavada en mi polla. – Lo siento – fue lo único que dije dejando terminar de colocar el cuerpo de Raquel en la cama y despareciendo yo en ese momento de la habitación para meterme en la mía.
Nada mas entrar en mi habitación me quite la ropa y me prepare para darme una ducha. Cogí la ropa y ya cuando desnudo me disponía a ir a la ducha oí como se abría la puerta de la habitación. – Cariño, ¿estás bien? – oí la voz de mi tía Araceli detrás de mí. – Si – balbucee en un primer momento dándome la vuelta, raudo evitando que mi tía pudiese ver mi desnudez.
Mi tía Araceli para que la podáis conocer un poco mas era de igual manera que mi tía Laura de pelo rubio platino, entorno al metro cincuenta de altura, morena como no os podéis imaginar era muy delgada ya que como yo era una amante del deporte, siempre muy activa y con la que hacia desde windsurf a escalada, vela, kayak etc. lo que le hacia tener un cuerpo muy fibroso, pero para nada marcado. Su cara era la de una diosa, más guapa aún que mi tía Laura y sus ojos azules claros sentías como te atravesaban al alma para caer mullido en aquellas dos gloriosas tetas que enmarcaban un cuerpo perfecto. Mi tía era de esas mujeres que nada mas ver te empalmabas al momento.
Mi tía camino hasta la cama y se sentó en la esquina de la misma clavando su mirada en la mía. – Cariño, nadie te pregunta a ti – me susurro ella. – ¿Estas bien? – me balbuceo ella refiriéndose al ver como yo veía como estaba Raquel. – Quiero que despierte y hablar con ella tita – le susurre yo sentándome a su lado. – Ya – me respondió ella mientras abría los brazos para que me abrazase a ella. – Pasado mañana podrás hacerlo – me respondió mi tía mientras yo me abrazaba a ella. – Todo pasara cariño – me susurro mi tía mientras sentía como mi cuerpo se abrazaba al suyo. – Si quieres nos podemos ir “al manchal”– me susurro mi tía. “Al manchal” era un pequeño islote que había un par de millas mar adentro al que solíamos ir en Kayak a veces. – Me parece una idea perfecta – le susurre yo. – Pues vístete, saca el kayak de la cochera y nos vamos – me susurro mi tía mientras los dos nos levantábamos de la cama.
Alegre a mas no poder me encaminé a la ducha mientras caí en que al levantarme mi tía se había deleitado con mi culito desnudo. – Así con alegría – dijo ella socarrona cuando ante su mirada apareció mi cuerpo desnudo. – Vaya – le dije y cortado al haberme levantado sin hacer nada por cubrir mi desnudez. – Yo encantada – me dijo ella. – Así me alegras la vista que estoy “mu” sola – me respondió ella. – Pues espera que te la alegro más – le respondí yo en ese momento dándome la vuelta y dejando caer la ropa que llevaba entre las manos que tapaba mi pene para dejarlo a la vista de mi tía que vio maravillada como mi miembro colgaba hasta algo mas de media pierna. – Anda vete a la ducha y nos vemos abajo – me respondió mi tía mientras salía de la habitación con una sonrisa socarrona.
Yo me metí en la ducha y poco después salía de la habitación casi sin sacarme bajando a la planta de abajo para preparar el kayak mientras mi tía salía de su habitación preparada con un precioso bikini y unos pantaloncitos cortos entorno a su cadera en dirección a la cocina para preparar algo de comer.
Mientras mi tía trasteaba en la cocina preparando bocadillos, refrescos y demás cosas yo en el garaje sacaba los dos kayaks de una persona para llevarlos a la parte de atrás del jardín que daba al paseo marítimo. – Ya estoy tía – le respondí mientras entraba en la cocina en ese momento me encontré con mi tía que llevando los cascos puestos escuchaba música mientras preparaba dos bocadillos de carne empanada, varios refrescos y algo de merienda. Llegando a su lado aun no se percato que estaba casi ya a su lado y al darse la vuelta y verme dio un salto asustada por mi presencia. – Ahí sobrino, ¡que susto! – grito ella botando al verme a su lado. Mi tía de igual manera que llevaba sus pantaloncitos cortos llevaba una camiseta escotada sin sujetador el cual apenas mantenía en su interior los preciosos pechos de mi tía y al botar esta por el susto que le había dado sin querer al aparecer a su lado su pecho izquierdo se había salido de la camiseta y ahora se mostraba ante mí. – De eso quiero yo luego – le susurre a mi tía que siempre estábamos con esas bromas. – Anda tonto – dijo ella y al mirar hacia abajo ver como en efecto su seno estaba por fuera de la camiseta que llevaba. – Esto para después que si no ahora te empachas – me dijo ella muerta de risa mientras de nuevo volvía su pecho al interior de la camiseta.
Los dos muertos de risa nos serenamos y fuimos a decirles a mi tía Sofia y a mi tía Laura que nos íbamos. – No hagas nada que no me harías a mi – fue la respuesta de mi tía Laura en mi oído cuando nos despedimos. – Otro dia me tienes que llevar a mí de excursión – me dijo mi tía Sofia con todo el doble sentido del mundo. – A escalar torres te va a llevar – le respondió mi tía Araceli socarrona mientras nos dábamos media vuelta y nos disponíamos a tomar la playa para iniciar nuestra excursión.
En la playa por la pasarela de madera mientras llegábamos a la arena no pude evitar clavar mi mirada en el culo de mi tía. – Madre del amor hermoso – rechine entre dientes viendo el culito que tenia mi tía. – ¿Que pasa sobri? – me pregunto tía. – Nada que hay mucha gente – le respondí yo mientras mi tía me invitaba a caminar a su lado por la arena en dirección a la porción de playa que teníamos reservado junto a los “pedales de playa” para internarnos en el agua.
Poco después ya por fin estábamos en el agua con la mochila anudada en mi kayak y poníamos rumbo a nuestro destino. Tranquilamente llegamos remando sin nada que destacar en la travesía salvo que yo a ratos me quedaba embobado viendo como se movían las tetas de mi tía al remar. Me encantaba verlas subir y bajar y moverse de igual manera de un lado a otro viendo como al mojarse mi tía la camiseta esta se pegaba a su cuerpo y marcaba aun mejor el contorno de los pechos de mi tía.
Sobre las doce de la mañana por fin llegamos a nuestro destino y nuestra sorpresa fue mayúscula al encontrarlo por primera vez en mucho tiempo desierto. Dimos una vuelta por la pequeña porción de arena de playa que emergía del mar de apenas veinticinco metros de largo y poco mas de medio metro por encima del agua constatando que estábamos solos. – Me parece mentira – me susurro mi tía refiriéndose a que pocas veces lo veíamos sin nadie. – Pues a mí me dan ganas de quedarme “en bolas” – le dije a mi tía. – Me acabas de leer la mente – me dijo ella mientras tirábamos de los kayaks fuera del agua y poníamos nuestra ropa empapada encima para que se secase. Los dos desnudos sin darle en ese momento la mayor importancia continuamos preparando los kayaks para ponerlos a resguardo mientras veía como mi tía de manera fugaz miraba mi polla colgerona entre mis piernas sin perder detalle haciendo que su furtivismo hiciese que mi polla se fuese poniendo cada vez mas morcillona y alcanzase su tamaño ideal de veintidós centímetros y sus diez centímetros de contorno (¡¡¡¡¡¡Si como todos ya me la había medido varias veces!!!!!!).
Sacamos la sombrilla plegable que llevábamos y en ese momento me percate de que la factura que le había pasado a mis músculos ahora se estaba haciendo patente. La verdad es que habíamos remado unos cuatro kilómetros de camino y la falta de costumbre se notaba. De repente un ¡crack! se oyó en mi hombro y la mochila que estaba cogiendo se me cayo al suelo al quedarse mi brazo sin fuerza. – ¡Ahí! – gemí dolorido viendo como la mochila caía en la arena. – ¿Que te ha pasado? – me pregunto mi tía. – Mi hombro – le susurre notando como por un momento el brazo se me había quedado sin fuerza y sentía un ligero pinchazo en el omóplato. – A lo mejor hemos venido muy rápido – me dijo mi tía mientras sacando una toalla de una de las mochilas impermeables me indicaba que me sentase mientras ella ponía la sombrilla y sacaba las demás cosas.
Una vez que ya todo estuvo colocado mi tía se sentó justo detrás de mí. – A ver déjame ver – me pidió mi tía mientras me empezaba ya a palpar mi hombro desnudo. Mi tía era medico en un hospital de Cádiz y estaba acostumbrada a ver lesiones como la que yo tenía. – Si es que a veces nos olvidamos que tu cuerpo aun se esta formando y le damos demasiada caña – sentenció mi tía. – Solo es una pequeña sobrecarga – me dijo ella. – Si la verdad es que no me duele nada – le susurre yo. – Espera te lo masajeo un poco y ya veras como se te pasa – me dijo mi tía mientras sacaba de la mochila la crema protección solar. – Esto nos servirá – me susurro mientras me ayudaba a tumbarme.
Mi tía me coloco el brazo y se coloco en el lado contrario de mi hombro dolorido para no darme con las rodillas en el mismo mientras me masajeaba. Según me conto me había dañado un musculo del brazo que va desde el hombro al codo y con el masaje iba a colocármelo de nuevo en su sitio. – Menos mal que es el izquierdo – me susurro ella socarrona. – Así puedes seguir amándote a ti mismo – me dijo mi tía ahora muerta de risa mientras hacia el gesto de hacerme una paja. Yo me quede callado. – ¿O es que, ya tienes, quien te ayude? – me pregunto ella socarrona. – No respondo sin mi abogado – le dije yo intentando esquivar el tema. – Anda que no tienes tu peligro – me respondió ella mientras empezaba a sentir como mi tía masajeaba mi hombro.
– Vamos a ir de arriba a abajo, ¿vale? – me comento mi tía. – Si – le respondí yo mientras notaba como las frías manos de mi tía llenas de crema solar hacían contacto con mi piel. Poco a poco sentí como las manos de mi tía iban recorriendo mi hombro y como al pasar mi tía por mi ante brazo tenia que inclinarse mas sobre mi cuerpo y ahora sus pechos se apoyaban en mi espalda al llegar a mi codo por tener yo el brazo estirado. – Uuuuuuuum que gusto, aunque parezco el “hombre valla” – susurre yo encantado con la situación. – La verdad es que yo nunca masajeo, siempre mando “al dolorido” al fisioterapeuta – me susurro ella. – Así que me alegro de que te guste, “hombre de jeroglífico egipcio” – me susurro mi tía divertida mientras seguía con el masaje. – Me voy a tener que lesionar más a menudo – le respondí yo en ese momento. – Si quieres un masaje solo tienes que pedírmelo, que te veo venir – me respondió ella riéndose. – Buuuuffff si te pido lo que quiero – le respondí yo. – Pídelo – me respondió ella. – Que lo mismo te encuentras con una sorpresa – me susurro ella mientras yo ahora girando mi cabeza al lado contrario me quedaba maravillado viendo a menos de un palmo de mi cara el cerrado coñito de mi tía.
Mientras sentía como ahora con ambas manos masajeaba mi brazo, sentía como sus pechos se apoyaban dando pequeñas puntadas sus pezones ya duros y empitonados en mi espalda haciendo que mi polla terminase de empalmarse por completo y había puesto sus piernas de manera que su precioso culito estaba completamente en pompa como si estuviese preparada para poder tomarla.
– Tía para un segundo – le susurre entre avergonzado y no pudiendo evitar más el momento de colocar mi dura polla que estaba retorcida entre la toalla y mi cuerpo endureciéndose por la excitación del momento. – ¿Que te pasa? – me pregunto ella preocupada. – Nada que me iba a partir y sintiéndolo mucho no aguantaba más – le confesé apenado. – No pasa nada sobrino son respuestas naturales del cuerpo – me respondió ella mientras intentaba ver mi polla empalmada y de igual manera ella en ese se percataba que debido a la posición que había tomado para masajear mi cuerpo su coñito había estado pegado a mi boca en todo momento. – Perdóname si te molestaban “las vistas” – me susurro mi tía en ese momento. – ¡Que va!, las vistas me encantaban – le respondí yo mientras ella ahora cambiando la posición apartaba su coñito de mi cara. – Una pena tía – le respondí yo mientras ella se sonreía y de nuevo después de un par de refriegas a mi hombro mientras descendía por mi antebrazo se ponía a poner en la misma posición.
Me encanto volver a tener ante mi cara a escasos centímetros el coño lampiño de mi tía y así se lo hice saber. – Tita – le susurre. – Dime – me respondió ella. – Me encantan las vistas – le gemí en el mismo tono. – Pues disfrútalas hace mucho que nadie las tiene – me respondió ella. – Pues yo estaría todo el dia aquí mirándolas – le respondí. – Pues aprovéchate que nadie te lo impide – me respondió ella una vez mas ya haciendo que yo no me aguantase y decidiese jugarme el todo por el todo.
Debíamos llevar ya por lo menos unos veinte minutos de masaje y sentía como mi tía no estaba dispuesta a hacer nada por cambiar la situación y que debía ser yo el que diese el primer paso así que parando a mi tía me hice de nuevo el dolorido. – Tía – le dije yo haciéndola parar de nuevo. – Dime – me susurro ella que estaba plenamente concentrada en mi hombro. – Me estoy destrozando mí, mi, mi – tartamudee muy bien sin saber como nombrar mi miembro. – ¿Quieres que paremos? – me pregunto ella. – Noooooooooooo – fue mi respuesta automática. – Solo quería saber si me puedo poner boca arriba – le pregunte yo dudando. – Si, de hecho, te lo iba a pedir yo ahora para poder masajear la parte interna del brazo – me respondió ella.
– Genial – le respondí encantado de que ella siguiese, yo mientras raudo cambiaba mi posición y ahora me colocaba boca arriba para que mi tía no tuviese que moverse y colocaba mis pies donde antes estaba mi cabeza y de igual manera quedaba viendo desde el suelo las rodillas de mi tía a mi lado derecho y tras sus preciosos pechos veía su precioso rostro. – Tía te ves preciosa – le susurre mientras clavaba mi mirada en su precioso coñito mientras me recreaba mirándola desde mi posición y de igual manera ella desde su posición era consciente del tamaño y de las dimensiones de mi miembro en su máxima plenitud.
Mi tía por respuesta tan solo me sonrió y de nuevo retomo el masaje. Ahora veía perfectamente como los pechos de mi tía se apoyaban de nuevo en mi esternón mientras ella se estiraba sobre mi para poder llegar hasta algo más debajo de mi codo al dar la parte final del masaje. Mi tía, continuo durante unos veinte minutos más con el masaje y finalmente me susurro la peor noticia que me podía dar en ese momento. – Ya he terminado de colocarte el musculo –. – ¿Puedes seguir un poco más? – le pedí yo que estaba “empalmadamente” encantado con la situación. Ella me miro y leyendo en mi mirada que estaba encantado con el frotamiento de sus pechos en mi cuerpo y viendo como mi polla estaba a mas no poder decidió que podía seguir. – No se como me vas a poder pagar las horas extras – me susurro ella en ese momento socarrona mientras miraba de soslayo mi polla empalmada y yo tenía la mía clavada en su coñito que ahora ya era una fuente.
El silencio se hizo entre los dos mientras yo tímidamente llevaba mi mano a hacer contacto con la parte interna de la rodilla de mi tía. – Creo que se me ha ocurrido algo – le susurre mientras ella sentía como mi mano acariciaba suavemente desde su rodilla a la mitad de su gemelo. – Creo que algo puede compensar si estamos pensando en lo mismo – me ronroneo ella mientras continuaba con el masaje y sentía como ahora ella al masajear mi brazo hacia que este se moviese de estar en paralelo con mi hombro a hacer que este se elevase y provocase que ahora las preciosas tetas de mi tía en vez de apoyarse en mi esternón su pezón fuese directo a mi boca.
Al apoyarse su pecho en mi barbilla mi acto reflejo fue atraparlo entre mis labios y succionar mientras mi tía emitía un leve gemido a la vez que mi mano continuaba ascendiendo y dejaba el gemelo flexionado de mi tía para llevar mi pulgar a hacer contacto directo con el clítoris de mi tía. – Uuuuuuf sobrino sigueeee – gimió mi tía. Mientras de nuevo mi tía se incorporaba sobre sus rodillas para volver sus manos a mi hombro. Yo sin dar respuesta continúe machacando el clítoris de mi tía en movimientos circulares mientras ella de igual manera de rodillas incorporada hacia por cimbrear su cadera inconscientemente. – Sigueeee – bramo ella mientras el lateral de mi mano rozaba sus labios mayores a la vez que mi pulgar frotaba su clítoris.
– Sigue con el masaje tita – le susurre yo con toda la intención de que sus tetas volviesen a mi boca. Ella, sagaz, entendió rápidamente por qué quería que siguiese. – Quieres tetas, ¿no? – me susurro ella. – Si, me encantan – le susurre mientras ella con una sonrisa picara de nuevo retomaba el masaje y mientras yo estimulaba su clítoris ella de nuevo poniendo el culo en pompa me puso las tetas justo al alcance de mis labios. – Cómemelas que me pone muy cachonda – me gruño ella mientras apretaba suavemente sus tetas contra mi cara. – Chúpame la punta del pezón, ¡del pezón! – me gruño ella dejándome ver como cada vez estaba más y más cachonda. – jo, jo, Joder que bueno es que te lo hagan – gimió ella. – Joder que buenooooooooooooooooo – aulló ella sin cortarse nada estallando en ese momento en una brutal corrida que empapo sus piernas, mi mano, mi hombro y mi cara. – Jodeeeeeeeeeeeeeer – grito mi tía en medio de la nada.
Mi respuesta ahora fue la de chupar sin parar los pechos de mi tía dando igual la parte, solo tomando lo que se me ofrecía en ese momento sin importar si era el pezón izquierdo o el derecho. – Que, que, que me haces – gimió mi tía viendo que no paraba de masturbarla. – Dios, dios, dioooooooooooos – aulló mi tía que se retorcía de placer no habiendo acabado su primer orgasmo sintiendo como otro latigazo de placer recorría toda su espina dorsal. – Joder, ¿qué me haces? – me pregunto ella mientras sentía la punta de mi lengua estimulando sus pezones a la par de mi pulgar castigaba sin parar su clítoris y dos de mis dedos se introducían dentro de su coño. – Joder que bueno, que bueno – farfullaba inconexa mi tía mientras se seguía retorciendo de placer a mi lado. – Sigue, dioooooooooooos, sigue – farfullaba mi tía mientras yo sentía como mi lengua en sus pezones la estaba llevando al punto de no retorno. – No me lo puedo creeeeeeeeeeeeer – volvió a gritar de nuevo mi tía desde lo mas hondo de su ser mientras su cuerpo desembocaba en un nuevo brutal orgasmo. – Joder como me corro, me corro, me corrooooooooooooooooooooo – chillo mientras estallaba y literalmente su coño se convertía en un aspersor de fluidos que expulsaba líquidos sin parar. – La virgen bendita – susurro mi tía mientras agotada caía a mi lado en la toalla y veía como su pecho se hinchaba y deshinchaba como si hubiese corrido una maratón.
Mi tía me miraba completamente sorprendida. – No sé cómo has aprendido así de bien – me gimió ella ahogando su voz muestra del sobre esfuerzo producido a su cuerpo. – Pero nunca me había pasado algo así – me susurro ella. – Joder que dos corridas mas buenas me has regalado – me dijo mientras intentaba recuperar el resuello.
Yo me quede mirándola tumbada a mi lado. – ¿Quien te ha dicho que hayamos terminado? – le susurre yo ahora girándome y quedando a su lado empezando a mamar de nuevo su pecho. Ella por un segundo se quedo congelada y yo aproveche para ponerme boca abajo justo encima de ella haciendo que separase sus piernas para permitirme colocarme justo encima de ella y al tiempo que mamaba de sus tetas empezar a follar sin piedad con mis dedos índice y corazón de ambas manos su precioso coño mientras ambos pulgares castigaban su clítoris. – Te quiero llevar al cielo – le dije dejando de mamar sus tetas por un momento y sin esperar a que ella me lo pidiese besar su boca y unirme a ella en un lujurioso beso plagado de lengua por completo que provoco que la libido de mi tía se volviese a incrementar exponencialmente. – Cariño que me has provocado mas placer tu en este rato que muchos hombres que han estado a mi lado durante años – me confeso ella. – Pues esto solo ha empezado – le susurre yo. – Joder que manos tienes cabrón – me gruño ella volviéndose a explotar en un maravilloso orgasmo que la hizo arquear su cuerpo arrastrando su cadera mi polla contra mi abdomen mientras ella se doblaba de placer y las contracciones internas de su coño se hacían palpables en los dedos de mi mano que aun estaban por completo enterrados dentro de su delicioso coño. – Uuuum me encanta sentir en mi mano como te corres tía – le susurre yo mientras sentía como los dedos de mi tía recorrían mi polla para agarrarla y empezar una suave paja. – Aun no tita – le susurre moviendo mi cadera haciendo que la mano de mi tía perdiese el contacto con mi polla en ese momento. Ella en ese momento me miro contrariada y yo le volví a susurrar – Aun no quiero que acabe – mientras de nuevo ahora gracias a todos los fluidos que destilaba el coñito de mi tía me podía dedicar a abrir su cerrado culo con mis dedos anular y meñique.
Con mis dedos anulares de ambas manos empecé a sodomizar el culo de mi tía. – Siempre me ha encantado tu culo tita – le susurre mientras empezaba gracias a la lubricación que destilaba del coño de mi tía meter sin problema ninguno mis dos dedos anulares dentro del culo de mi tía. – Mi culo te acogerá sin problema – me confeso ella. – Me encanta follarmelo – me confeso ella. – Me encanta follarmelo mientras me como las tetaaaaaaaaaaaaas – me aulló ella. – Vaya, vaya, ¿eres tan guarrilla tita? – le pregunte yo juguetón. – Nunca se lo he contado a nadie – me reveló ella. – Pero si, me encanta chuparme mis pezones mientras me follo con dos dedos el coño y me meto el puño del cepillo por mi culito – me confeso mi tía de nuevo cayendo derrotada en la toalla. – Quiero ver como chupas tus tetas tita – le susurre. – Enséñale a tu sobrino como su tía bebe de sus propias tetas – le pedí viendo como en ese momento mi tía al ser consciente de que yo realmente era su sobrino llevabada por la calentura del momento y por el morbo añadido de nuestro lazo familiar unido al placer de estar profanando al mismo tiempo su coño y su culo mi tía de nuevo se corría en mis manos en un orgasmo brutal que de nuevo la llevo a chillar de placer y a retorcer su cuerpo debajo de mi mientras me enseñaba como mamaba de sus pezones. – No pares de chupar – le pedí yo mientras sentía de nuevo las contracciones de su coño en mis dedos y de igual manera las sentía en su culito.
Mi tía me miraba con la cara desencajada. – Mete los dedos que faltan en mi culo – me suplico ella. – Mételos, mételos, metelooooooooooooos – aulló mi tía cuando sintió finalmente como en un único empellón mis cuatro dedos follaban su coño al igual que mis otros cuatro dedos inferiores profanaban su culo mientras mis dos dedos índices castigaban su clítoris al tiempo que ella ayudada de sus manos llevaba sus pechos a su boca para mamarse ella misma sus pezones. – Joder, joder, joder, dame, dame, dame, daaaaaaaaaaaaaaame coñooooooooooooo – grito de nuevo mi tía mientras se corría de nuevo para mí.
Mi tía esta vez respiraba ya ahogada y decidí darle algo de tregua no fuese a ser que le diese algo. – Dios de mi vida sobrino que manos tienes – me susurro mi tía cuando ya por fin recupero parte del resuello normal y su respiración se volvió mas pausada. – En mi vida me han hecho nada parecido – me confeso ella. – Me tienes que decir como lo has hecho me pidió ella. – Parte instinto y parte de saber, por lo libros que he leído tía – le confesé mientras ahora muy suavemente retomaba la follada doble que le estaba dando. - A veces olvido lo inteligente que eres – me confeso ella.
Mi tía me miro por un segundo mas y de nuevo me farfullo. – Nunca había sentido tanto placer – me confeso ella. – Jamás – susurro ella. – Y si sigues así creo que moriré encantada, pero moriré – me confeso ella.
Por un momento más nos quedamos mirándonos. – Pídeme lo que quieras sobrino, a estas alturas no te voy a decir que no a nada – me susurro ella mientras su mano acariciaba suavemente el dorso de mi cara. – Quiero que te folles para mi mientras te comes las tetas – le susurre no sabiendo si ella cumpliría lo que yo quería. – ¡Eres un pervertido! – me susurro ella divertida por mi petición. – Pero después de las corridas que me has regalado no seré yo quien te niegue nada – me confeso ella. – Aunque también me puedes pedir que te folle o que te la chupe hasta que te corras en mi cara y en mis tetas – me gimió ella llevando ambas tetas a su boca. – Eso vendrá después – le respondí yo. – Vas a hacer que muera de placer – me susurro ella. – Es la idea tita – le respondí yo con una sonrisa maliciosa dibujada en mi cara.
– Vaya con el sobrino pervertido que tengo – me susurro ella cachonda mientras sentía como en ese momento al tiempo que su mano izquierda ayudada de su antebrazo elevaba sus senos para tener acceso a sus pezones mi escroto era rascado por su mano derecha que descendía en dirección a su coño. – Querrás que me folle mis dos agujeritos, ¿no? – me pregunto ella. – Como no podría ser de otra manera – le respondí yo mientras sentía como sus nudillos golpeaban suavemente la base de mi glande colmándome de placer. – Joder sobrino que ganas tengo de tu polla – me susurro mi tía mientras yo mirando hacia abajo veía como mi tía se follaba así misma su coño y su culo para mí. – Sigue tita, sigue – le pedí yo. – Uuuuuuuum, Uuuum – gimió ella mientras me daba el placer, de darse placer, así misma. – ¿Te gusta? – me pregunto. – ¿Te gusta ver como tu tita se folla para ti? – me pregunto ella. – Me encanta ver como mi tía se folla para prepararse para recibir la polla de tu sobrino – le respondí yo.
Mientras en ese momento entre sus piernas flexionadas me erguía y echándome hacia delante colocaba la parte baja de mi cadera sobre la suya sintiendo como los músculos de su mano se movían dándose placer dentro de su coño y de su culo y toda la extensión de mi polla se apoyaba en el vientre de mi tía llegando mi glande a posarse suavemente en la base de las tetas de mi tía. – ¿Te doy tus tetas? – le susurre yo mientras en ese momento tomando mis manos los pechos de mi tía los acercaba a su boca a fin de que volviese a chuparse para mí, sus pezones y provocar ese placer que gracias a mi tía Laura sabia que era su punto débil. – Si, sobrino, si, dámelas, dámelas – me pidió ella. – Joder, joder, sii, si, siiii, ¡¡dame mis tetas!! – me gruño ella corriéndose de nuevo al primer lametón que le dio a su pezón. – No pares tita, te lo pido por favor, no pares – le pedí yo ahora clavando mi mirada en la suya y viendo como ella que había estado a punto de soltar su pezón derecho de nuevo absorbió para darme el gusto y siguió chupando. – Tus manos tampoco tita, sigue, sigue follándote – le gemí yo echándome encima de ella y dejando que gracias a todo el “agüilla” que estaba soltando mi polla esta resbalase entre el canalillo de mi tía.
Yo en ese momento encantado viendo como mi tía me hacía caso encorvándome todo lo que me permitía mi cuerpo me lance a comerme el mismo pezón que estaba devorando mi tía y quedando este entre nuestros labios mi tía y yo nos besamos enganchando mi tía sorprendida este orgasmo con otro nuevo que le sobrevino dejándola extasiada y a mi sobre ella hartándome de tetas.
Mi tía se quedo derrengada debajo de mí. – Sobrino me has agotado por completo – me confeso ella. – Ya solo nos queda hacer que tú te desahogues – me confeso ella. – Me parece que aún queda para eso tita – le confesé yo. – Sobrino me he corrido tantas veces que he perdido la cuenta y tu ni tan siquiera una – me confeso ella. – Quiero comerte la polla hasta que explotes en mi boca – me confeso ella.
Mi tía me hizo tumbarme en la toalla y me susurro – Quieras o no, me voy a comer tu polla ya – me dijo ella justo antes de empezar una gloriosa mamada en la que se tragaba mi tía toda mi polla clavando en todo momento su mirada en la mía. – Tía házmela con las tetas – le pedí yo. – Es que si sigues con la boca me voy a correr ya – le dije yo al mirarme ella pensando que no me estaba gustando como me comía el miembro. – Esta bien sobrino – me susurro ella. – Me parece increíble estar haciendo esto – me susurro ella. – Pero también me parece mentira que me hayas hecho disfrutar como lo has hecho – se dijo ella así misma mientras ahora ella se ponía de rodillas y yo delante de ella veía como depositaba mi polla entre sus tetas y empezaba de nuevo a pajearme. – Fóllame las tetas – me pidió mi tía mientras ella las mantenía pegadas al tronco de mi polla.
Poco a poco empecé a clavarme en las tetas de mi tía disfrutando del tacto de las mismas. – Que gustazo tita – le susurre yo mientras al llegar mi polla a la parte de arriba de ella mi glande era recogido por la boca de mi tía que me premiaba con una gloriosa mamada. – Joder tita que gusto – gruñí yo. – Espera que hay algo que quiero que hagamos luego – me susurro mi tía mientras divisando el mar veía que seguíamos solos. – Ven vamos al agua – me pidió mi tía.
Seguí a mi tía al agua y apenas entramos tres pasos de nuevo mi tía me beso. – Te sabe la boca a polla – le susurre yo excitado como no lo había estado en mi vida. – A la mejor polla que me he comido en toda mi vida – me respondió ella. – Y a la polla que pienso volver a comerme mil veces – me susurro ella mientras de nuevo se ponía de rodillas y el agua le cubría hasta la cintura. – ¿Es una promesa tita? – le pregunte yo mientras alojaba mi pulgar en su boca continuando el juego con ella. – Es una realidad – me respondió ella. Mientras de nuevo tomaba mi polla y ahora mi tía alternaba una maravillosa mamada con una paja a mi polla. – Tita vas a hacer que me corra – le gemí. – Eso quiero – me dijo ella sin parar de mamar. – Quiero tu leche en mi boca ya – me gruño ella mientras aumentaba el ritmo de la mamada y su boca devoraba con mayor intensidad mi miembro. – Joder como la chupas – gruñí yo sintiendo ya en la punta de mi polla me deseo de correrme. – Dámelo – me susurro ella. – Vamos cariño dale todo a tu tía – me pidió ella deseosa.
– Jooooooooooooooooder – aullé por primera vez pudiendo gritar de placer. Joooooooooooooder – volví a repetir notando como cada vez mi corrida estaba mas cerca. – Chupa tus pezones para mi que te voy a dar con que acompañarlo titaaaaaaaaaaaaaa – aullé mientras ella me miraba y siguiendo mis indicaciones sin soltar mi polla mi tía se llevaba con la mano izquierda su pezón izquierdo a la boca y lo empezaba a chupar sin apartar su mirada de la mía. – Vamos dale a la puta de tu tía lo que desea – me susurro ella entre dientes. Mi mirada en ese momento debió ser de fuego puro. – Prepárate puta que aquí viene – le gruñí yo a mi tía que en ese momento mamaba mi polla y de igual manera yo sentía como su pezón estimulaba la punta de mi glande. – Joder puta aquí vieneeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee – aullé mientras sentía que no es que lanzase chorros de semen, sino que por dos segundos sentí como orinaba semen. Una grandísima cantidad de lefa salió de mi polla directamente a la boca de mi tía que recogió todo lo que pudo mirándome con la boca abierta mientras recibía mi descarga a la vez que los siguientes disparos de semen fueron a parar a su labio superior, su mentón y otra parte considerable se quedo en sus tetas mientras mi tía sin apartar su mirada de la mía me enseñaba todo el semen que había recogido su boca y se lo tragaba para mi dejando que terminase de disfrutar mi grandioso orgasmo mientras de nuevo su boca volvía a mamar mi polla hasta quedar esta relajadamente morcillona colgando delante de ella.
- Buuuuuuuuuuuuuuuuuffffff lo que hemos hecho sobrino – me susurro mi tía después de tragarse mi corrida y dejarme disfrutar del momento de mi corrida. – ¿Te arrepientes? – le pregunte yo. – ¿Estas loco? – me pregunto ella poniendo cara de póker. – Me acabo de pegar la mejor paja de mi vida – me dijo ella en un primer momento. – Y ha sido con mi sobrino – me reconoció ella. Yo me quede mirándola en silencio. – Iré al infierno por esto – me respondió ella pensando yo ya en ese momento que ella estaba arrepentida. – Pero iré, contigo dejándome bien satisfecha – me confeso ella dibujando en ese momento una sonrisa de plena satisfacción en sus labios. – Tendrás catorce años, pero desde luego actúas como uno de veinte – me susurro ella.
Yo en ese momento le tendí la mano para salir del agua. – Espera – me pidió ella. – Con el calentón te lo iba a pedir – me susurro ella. – Pero me he corrido por ultima vez mientras te corrías en mi boca – me dijo ella mirando al agua. – Ha sido impresionante correrme sin tocarme y solo por que te la estaba mamando sobrino – me confeso mi tía indicándome que de nuevo estaba empezando a excitarse. – Tía, ¿te has corrido conmigo? – le pregunte yo asombrado. – Como ni te imaginas – me respondió ella.
– ¿El que me ibas a pedir? – le pregunté yo sintiendo en ese momento muchísima curiosidad. – Que me limpiases – me susurro ella casi tan bajo que apenas la oí. – Lo hare encantado – le respondí yo en ese momento cogiendo agua entre mis manos y dispuesto a enjuagarla. – No – me dijo ella haciendo que el agua de mis manos desapareciese entre mis dedos. – Quiero que hagas algo diferente – me pidió ella. – Dímelo y lo hare – le respondí. – Quiero que uses “tu manguera” – me pidió ella mirando de nuevo avergonzada al agua. - ¿Quieres? – le pregunte yo mirándome la polla. – Si, exacto – me respondió ella avergonzada. – Tía dime todo lo que quieres que te haga y como y lo disfrutare contigo – le pedí yo. – Quiero sentarme en la orilla y mientras el agua moja mis pies que vengas andando y diciéndome puta te mees sobre todos los rastros de semen que tengo en mi cuerpo – me dijo ella nerviosa y excitada.
Yo por un segundo la miré y me compuse la escena en la cabeza. – Esta bien – le respondí. – Voy a la sombrilla a beber agua para darte tiempo y cuando vuelva me meare sobre ti – le susurre mientras desaparecía de escena.
Me fui para la sombrilla mientras le daba tiempo a mi tía para colocarse en la playa. Apenas nos separaban diez metros, pero vi como la mayor de mis tías parecía una quinceañera nerviosa a mas no poder daba varias vueltas por la playa buscando donde sentarse. Cuando por fin mi tía se sentó adoptando la pose más sensual que pudo y yo haciendo mi pequeño teatro empecé a caminar a algo mas de seis metros de ella por la pequeña playa que nos separaba.
Caminaba desnudo tal y como estaba con mi polla más morcillona que dura, hacia ella mientras veía como nerviosa me miraba de refilón esperando que llegase a su lado. – Hola guapa – le susurre. – Hola – me respondió escueta y nerviosamente ella. – Vaya parece que te han dejado un poco marcada – le susurre mientras cimbreaba mi polla delante de ella. – ¿Qué quieres decir? – me pregunto ella. – Pues mírate zorrita – le susurre mientras recogía parte de mi corrida de su pezón izquierdo y lo llevaba a su boca para que ella lo saborease. Ella golosa lo devoro mientras chupaba mi dedo como si de mi polla se tratase. – Parece que te han dado una buena follada y no te han ayudado a limpiarte – le dije haciendo que ella me mirase mientras se ponía la mano en la frente a modo de visera y así me miraba a los ojos. – Si quieres te puedo ayudar – le murmure con malicia mientras me agarraba la polla. – Dime putita, ¿quieres que te ayude a limpiarte? – le pregunte. – A lo mejor luego yo puedo volver a ensuciarte de nuevo – le respondí mientras me agarraba la polla y echando la piel hacia atrás dejaba a la vista de mi tía mi glande a tan solo diez centímetros de su cara. – Nada me gustaría más – me susurro ella. – Tócate esa deliciosa almejita mientras te enjuago – le susurre a mi tía mientras ahora me colocaba separando las piernas justo delante de ella quedando sus piernas entre las mías.
Mi tía me miro con una mezcla de excitación y deslumbramiento por lo bien que lo estaba haciendo y mientras se empezaba a frotar su clítoris para mi perdió su mirada por mi cuerpo mientras esperaba que empezase a miccionar sobre ella. – Me encantaría ver como luego te meas tu para mi después de correrte mientras te meo yo – le susurre. – Uuuuuuuum me encanta la idea – me respondió ella mientras ya frotando su clítoris mi tía arqueaba su cuerpo por el placer que le provocaba la escena que estaba a punto de desarrollarse.
La verdad es que tenia bastantes ganas de mearme, notaba mi vejiga llena a mas no poder pero mi orina no salía hasta que mi tía percatándose de que no arrancaba coloco justo sus labios afinándolos delante de mi y juntándolos soplo sobre mi glande de manera continuada haciendo que mis ganas de orinar por fin se desarrollasen (¡¡¡¡¡podéis probarlo cuando queráis funciona siempre!!!!) y en ese momento un potente chorro de orina fue dirigido directamente a las tetas de mi tía haciendo que el manchurrón de semen que había quedado depositado en los pezones de mi tía al correrme yo mientras mi chorro impactaba directamente en el pezón izquierdo de mi tía lo limpiase al tiempo que esta empezaba a gemir como una loba en celo indicándome que se estaba corriendo mientras yo no paraba de miccionar y ahora dirigía mi chorro de orín a la boca de mi tía dejándolo limpio para continuar con el otro pezón el cual mi tía acompaño pinzando el contrario para correrse consecutiva y gloriosamente mientras yo ahora al disfrutar ella de su orgasmo me meaba con toda la fuerza que era posible a mi vejiga sobre el clítoris de mi tía que ya dejada caer en la arena por completo se dejaba llevar por el placer habiéndome dado la mejor meada de toda mi vida.
Yo en ese momento me quede quieto observando el desvencijado y vencido cuerpo de mi tía que tumbada en la arena dejaba que la mitad de su hermoso cuerpo desnudo fuese bañado por las pequeñísimas olas que llegaban a la pequeña playa. – Sobrino haces que tenga los orgasmos como los donuts (de dos en dos) – me susurro ella que permanecía tumbada en la arena sin poder abrir los ojos. – Joder me has dejado muerta – me susurro ella que aún era incapaz de mover un solo musculo de su cuerpo.
En ese momento yo la ayude a incorporarse. – Tía hay algo que quiero pedirte – le susurre mientras ella me miraba completamente desconcertada por todo lo que nos estaba sucediendo de un par de horas a esta parte. – Dímelo – me susurro ella derrotada y carcomida por la culpa. – Me encantaría que te pusieses encima mía y te orinases en mi polla – le pedí queriendo vivir la misma experiencia que ella. – Porque no – me susurro ella. – Mi sitio en el infierno me lo acabo de ganar a pulso – me susurro ella. En ese momento mi tía se sentó a horcajadas sobre mi y mientras yo permanecía erguido usando de apoyo mis brazos mi tía miro como entre mis piernas cayendo al lado derecho de mi ombligo reposaba mi polla sin perder un ápice de su enorme tamaño. – ¿Quieres que la puta de tu tía miccione sobre tu grandísima y enorme polla sobrino? – me dijo ella. – Si quiero que la puta de mi tía tenga la mejor meada de su vida sobre mi como yo la acabo de tener – le respondí mientras ella me miraba y me sonreía. – Desde luego sabes que decir cabrito – me susurro ella. – Vamos tita termina de pervertirme – le susurre yo mientras agarrando mi polla estampaba mi glande contra el clítoris de mi tía y lo rozaba sin parar al tiempo que echándome hacia delante me amorraba a los pezones de mi tía. – Joder que guarro eres – me susurro ella. – ¿No te gusta? – le pregunte. – Me encanta cabrón – me gruño ella empezando a mearse en ese momento sobre mi polla cubriéndola de ella mientras yo devorando sus tetas no le daba cuartel y mientras ella me susurraba que me estaba cubriendo con su orina veía como el chorro de mi tía se cortaba para empezar a escupir con gran potencia fluidos, orina y alaridos, plenos alaridos de placer mientras se corría sin parar sobre mi y yo sin soltar sus tetas sentía como el cuerpo de mi tía descendiendo ahora si alojaba mi polla entre los cachetes de su culo viendo como el cuerpo de mi tía temblaba de placer dejándose llevar.
Mi tía se quedo con mi polla entre sus nalgas. – Tía tengo mas ganas de mear – le susurre cuando su cuerpo derrotado callo sobre el mío. – Hazlo en mi culo – me susurro ella. – Ahora mismo no me puedo mover – me susurro ella dejando yo mi vejiga relajada como todo mi cuerpo y cayendo los dos en la arena sujete mi polla para que mi orina cayese desde los cachetes del culo de mi tía a su espalda llenándola por completo de una segunda y abundante meada. – Joder – aulló mi tía de nuevo. – Roza tu polla dura aquí que me, que me – no termino de hablar mi tía que elevando sacando fuerzas de flaqueza elevo su cadera para dejar que mi polla resbalase por sus cachetes acariciando su ano y quedando ahora apresada entre los fabulosos labios vaginales de mi tía esta se rozase sin piedad contra mi y mientras ambos sentíamos como entre nuestros cuerpos mi polla seguía meándose mi tía se volvió a correr de nuevo para mi mientras arqueando su cuerpo y poniéndose su cara morada mi tía lanzo un alarido de placer que rasgo el aire y abrió el coño de mi tía haciendo que este sonase como una pedorreta dejándonos a ambos descolocados y vacíos. – Dioooooooooooooooooos – termino de gritar mi tía mientras su mirada se clavaba una vez en la mía. – Como no te he descubierto antes joder – me susurro ella mientras ahora me confesaba que ahora ya si que la había llevado al límite.
En ese momento mi tía empezó a darme besos por toda mi cara, mis labios y mi pecho a la vez que decía – gracias, gracias, gracias – sin parar de repetirlo. – Has conseguido algo que pensaba que seria incapaz de hacer o de llegar a sentir alguna vez mes confeso ella. – Necesito que me des un momento – me pidió mientras se dejaba rodar y caía a mi izquierda. – No me han jodido así de bien en mi vida cariño – me confeso ella. – Y eso que ni siquiera me has follado – me confeso ella. – Aunque debo confesarte que me he corrido como en mi vida ahora cuando he sentido tu glande lanzando orina a la entrada de mi culo – me confeso ella. – Me encantan tus tetas tía – le confesé yo. – No puedo dejar de comerlas – le confesé mientras me acercaba de nuevo a ellas. – Espera – me dijo ella atrapando mi cabeza. – De verdad, de verdad que nunca me he corrido tantas veces así de seguido y necesito que me des una pequeña tregua – me suplico ella.
Mi tía me tendió la mano y juntos nos internamos en el agua. Debido a que aquella playa en medio del mar era una duna de arena dentro del océano al dar algo mas de dos pasos el agua nos cubría por completo. – Me ha encantado todo lo que me has hecho – me confeso ella acercándose en ese momento a mi besándome. – Jamás ni en mis sueños más húmedos pensé que pudiese disfrutar tanto – me confeso ella. – Solo quiero que sepas que espero que esto quede entre nosotros – me suplico ella. – Dalo por descontada tía – le confesé yo. – Y – susurro ella. – Quieras hacer lo que quieras hacerme estaré encantada de que me lo hagas y hacértelo, ¿me comprendes? – me pregunto ella. – Perfectamente – le respondí yo. – ¿Puedo pedirte algo ahora mismo? – le pregunte. – Por supuesto – me respondió ella sin ningún tipo de duda. – Quiero mearme sobre ti durante el resto de dia que nos queda aquí – le susurre algo avergonzado. – ¿Solo hoy? – me pregunto ella. – No – le respondí yo encantado. – Cada vez que tenga la oportunidad – le respondí yo en ese momento. – Y yo estaré encantada de que lo hagas – me respondió ella mientras salíamos del agua y nos encaminábamos a la sombrilla.
Al llegar a la sombrilla mi tía se sentó en la toalla y yo al ver su culo en pompa no quise evitar dada la sinceridad que estábamos teniendo callarme. – Por cierto, otra cosa tita – le susurre. – Dime cariño – me respondió ella. – No creo que acabé el dia sin poner mi boca en tu coño y mi polla dentro de tu culo – le confesé a ella dándole a conocer las ganas que tenia de follarla. – Lo se sobrino, lo sé – me respondió ella con una sonrisa en los labios. – Tampoco yo creo que me resista demasiado en volver a tener tu polla en el fondo de mi boca – me confeso de igual manera ella mientras se giraba y me tendía un bocadillo.
Mi tía me miro mientras me sentaba justo en frente de ella. – ¿Crees que podrías mearte dentro de mi coño fallándome? – me pregunto mi tía mientras yo le daba el primer mordisco al bocadillo. – Empieza a chupármela y lo vemos – le respondí yo. – Uuuum déjame comerme el bocata y ya veras lo que me como a continuación – me respondió ella. – ¿Eres capaz de comer mientras yo me como tu coño? – le pregunte a mi tía inclinándome entre sus piernas que cruzadas la invite a descruzar mientras empezaba a comérselo de nuevo. – Uuuum todo es probar – me susurro ella mientras se acomodaba dejándose caer hacia atrás. – Me parece que hasta que nos vayamos no vamos a parar ¿no? – me pregunto ella retorica mientras tomando mi bocadillo separaba el pan y dejaba caer la melva del mismo sobre sus senos y los juntaba en su canalillo. – Te dejo esto aquí para que vayas reponiendo fuerzas – me gimió ella mientras yo empezaba a abrir de nuevo el coño de mi tía. – Gracias – le susurre justo antes de hundir mi lengua en lo mas profundo del coño de mi tía. – Aaaaaaaaaaaaaah joder – aulló mi tía mientras sentía como mi lengua castigaba su punto “g”. – Si sigues así no se me va a cerrar el coño en tres meses – me susurro mi tía. – Así será más fácil meter mi puño dentro de tu coño – le respondí yo a mi tía. – Uuuuuuuum – gruño ella. – ¿Crees que serás capaz? – me pregunto mi tía. – Creo que si – le respondí mientras recordaba como momentos antes había clavado sin problema ninguno cuatro dedos dentro de su coño.
Tras un rato en el que mi tía me regalo un maravilloso orgasmo empecé a introducir esta vez los cuatro dedos de mi mano derecha dentro del coño de mi tía. – Mira tita – le susurre. – Hasta los nudillos – le susurre metiendo y sacando mi mano del interior de la vagina de mi tía que ahora ya empezaba a acoger la mitad de los nudillos de mi mano derecha. – Jooooooooder sobrino que gustazo sentir como me abres al maximoooooooooooo – chillo mi tía mientras al mismo tiempo que introducía mi mano en su coño de sus tetas devoraba la melva del bocadillo que ella misma se había tirado sobre sus pezones. – Joooooooooooder que gustazo sigueeeeeee – me aulló mi tía mientras la punta de mi lengua se enroscaba en sus pezones y tragaba la melva. – Aliméntate cariño, aliméntate que estas en edad de crecer – me susurro ella. – ¿Y tú? – le pregunte yo. – Yo en breve creo que voy a comer una buena dosis de leche – me respondió ella. – Directa de tu polla a mi garganta – me gruño mientras me mostraba lo cachonda que estaba. – Tita me encanta abrirte – le susurre mientras ahora algo mas pegado a su cadera mi polla punteaba la entrada de su culo a la vez que mi mano entraba dentro de su coño y mi boca devoraba sus tetas. – Joder me tienes follada por todos lados sobrinooooooooooooooooooooooooooooooooooooo – berreo ahora mi tía mientras sus flujos empapaban mi abdomen. – Joder no sé cómo lo haces, pero mira en que manera me haces correrme – me confeso ella.
Mi tía me miro y note como acomodándose mi polla punteaba aun mas la entrada de su culo. – Vamos clávamela – me pidió ella. – Si con los dedos me vuelves loca con esa enorme polla que tienes me vas a matar de placer – me gruño ella mientras empujaba su cadera hacia mi y esta provocaba que junto con los fluidos que ahora después de salir del agua por dos veces habían regado su perineo obtuviese la lubricación para abrir la entrada de su culo. – Vamos fóllate mi culo ya – me exhorto mi tía. – ¡Vamos hazlo! – me imploro ella sintiendo como ahora yo presionando perforaba su culo abriéndose paso a través de su culo e iba enterrando cada centímetro de mi polla dentro de ella. – Sigue – me pidió ella. – Hasta el fondo – me suplico mientras sentía como cada centímetro de mi polla se iba abriendo paso dentro de ella. – Fuuuuuuuuuuuuuuuu sobrino no olvidare este dia en mi vida – me confeso mi tía que sentía como ya habiendo entrado mas de la mitad de mi polla dentro de ella por la presión su estomago se desplazaba dentro de su cuerpo. – Dios santo de mi vida que pedazo de polla tienes cariño – me susurro ella empujándome con sus talones en mi cadera para que me clavase dentro de ella por completo.
Yo retome la comida de tetas de mi tía mientras seguía enterrando cada vez más mi polla dentro del culo de mi tía. – Joder tía me encanta follarte – le susurre. – Eso lo harás cuando te claves en mi coño sobrino – me jadeo mi tía. – Ahora mismo estamos jodiendo – me corrigió. – Y me estas jodiendo como no me han jodido en mi puta vidaaaaaaaaaaaaaaa – aulló ella mientras una vez más se corría sin parar retorciéndose y continuando la follada le provocaba unir este orgasmo al siguiente dejando su culo abierto a mi vista permitiéndome sacar mi polla y clavarla dentro de su culo sin ninguna resistencia.
Mi tía me paro y me pidió que dejase de joderla y de follarla, que ya no podía más por mucho que desease continuar. – Sobrino has sobrepasado todos mis limites y me has dejado satisfecha como no lo he estado en mi vida – me susurro ella. – No sabes cómo me gustaría seguir, pero ya hemos llegado a un limite en el que correrme me produce dolor y no placer – me confeso mi tía.
Pensé que en ese momento lo mejor era parar y ya si mi tía me pedía tregua dársela sin más. – No te creas que te voy a dejar así tirado con la polla dura – me susurro ella mientras me pedía que me tumbase a su lado.
Mi tía se tumbó a mi lado y tomando sus dos manos mi miembro esta vez sí, que se recreó en hacerme la mejor paja que pasaba por su mente. – Mira como te pajeo con dos manos – me susurro ella mientras veía como agarrando mi pene con ambas manos aún siete centímetros de mi polla salían por encima de sus manos. – Es preciosa – me susurro mi tía mientras me pajeaba y dejaba sus tetas justo encima de mi boca para que me deleitase con sus pezones. – Uuuum que rico – gimió ella mientras elevando y bajando su torso jugaba con mi boca que devoraba sus preciosas tetas. – Me encantan tus gordos pezones – le susurre mientras los separaba de mi boca. – Si me la chupas bien volveré a mearme sobre ti – le susurre a mi tía mientras veía como en ese momento su mirada se encendía y como una loba hambrienta mi tía mientras empezaba a devorar mi polla me hacia una rica paja. – ¿Luego me “limpiaras”? – me pidió ella. – Me meare sobre ti como no lo han hecho en tu vida – le respondí yo. – Joder que lastima que no pueda correrme más – me susurro ella. – Si no ahora mismo lo habría hecho otra vez – me confeso ella.
Yo miré a mi tía y le respondí. – No te preocupes yo llenare tu boca de mi simiente igualmente –. – Uuuum me muero de ganas – me balbuceo ella. – Tía quiero tocar tus tetas mientras me corro – le pedí mientras le indicaba de igual manera que estaba ya cercano a correrme de nuevo. – Soy entera tuya – me respondió ella mientras tomando mis manos las depositaba sobre sus tetas. – Desde hoy cada vez que quieras solo tienes que tomarme – me confeso ella. – Quiero que cuando veas la menor oportunidad tu mano vaya directa a mi polla ¿de acuerdo? – le pregunte yo a ella. – Así será – me respondió ella. – Tu tía siempre estará dispuesta a comerse tu polla – me confeso mi tía. – Siempre – me respondió ella. – Sera un placer recibir tu corrida en mi boca – me susurro ella mientras ahora clavaba mi polla en su garganta y mi tía recibía directa de mi polla una cuantiosa corrida que iba directa a su estómago.
Me encanto que mientras me corría y hacia por sacar mi polla de la boca de mi tía esta agarrando mi miembro consiguió no sin esfuerzos de malabarista que mi polla en ningún momento saliese de su boca y yo por tanto me vaciase por completo dentro de ella mientras mi tía lengüeteaba mi glande y me hacía estremecer de gusto. – Joder sobrino me has dejado agotada – me susurro ella después de sacarse mi polla de su preciosa boca. – Nunca había disfrutado del sexo como tú me has hecho disfrutar hoy – me confeso ella mientras se quedaba derrengada en la toalla y los dos veíamos como el sol se empezaba a acercar al horizonte...