Primer encuentro con mi prima Gemma V

Mi prima Pirsa me lleva a cenar y a que me la tome como postre a ella

Después de cenar decidimos que Pirsa llamase a casa para ver cómo iban las cosas. Mi tía Laura le pidió a Pirsa que me pasase el teléfono y me empezó a hablar para saber cómo íbamos pasando la velada. Yo le conté sin muchos detalles que bien, que habíamos cenado y que estábamos hablando “de lo divino y de lo humano”. – Sobrino, Raquel está fatal ahora te necesitara más que nunca – me dijo mi tía. – Supongo que ya a estas alturas de la película y tu labia con la prima sabrás lo que ha pasado con el desgraciado de tu padre – me dijo ella llorando. – Si tita, lo sé – le confesé yo reconociendo que Pirsa me lo había contado. – Se que sabrás estar a la altura – me respondió ella. – Eso espero tita – le respondí yo. – Esta bien pásame con tu prima – me pidió ella cediéndole yo el teléfono a Pirsa.

Durante un par de minutos Pirsa hablo con mi tía respondiendo con poco más que monosílabos y finalmente Pirsa acabo colgando la llamada. – Nos piden un par de horas más – me conto Pirsa una vez hubo colgado la llamada. Yo miré la hora y vi que eran cerca de las once de la noche. – Si quieres nos podemos colar en la casa y te vas a tu habitación – me dijo Pirsa pensando que quería irme. – No, ¡para nada! – le respondí yo. – Solo era curiosidad – le respondí. – La verdad es que me encanta disfrutar de tu compañía – le confesé yo mientras la tomaba de la mano. – Yo también disfruto de tu compañía – me confeso ella mientras los dos felices nos encaminábamos paseo adelante.

– La verdad es que si no nos conocen parecemos una pareja – me susurro ella apoyando su cabeza en mi hombro mientras caminábamos por el paseo marítimo. – Seria en ese caso el tío más feliz del mundo – le respondí yo mientras me paraba y haciéndola girar hacia mí la abrazaba. – Me encanta – me susurro ella rozando con sus labios mi cuello. – Y a mí – le conteste yo quedando quieto abrazado a ella sintiendo su cuerpo contra el mío deseando que aquello no terminase.

Seguimos caminando y llegamos cerca de casa de la abuela donde a poco más de tres cientos metros se acababa el paseo marítimo y había unas dunas. – Si tienes ganas por mi seguimos – le susurre yo a mi prima. – Contigo, a donde quieras – me respondió ella.

Así fue como gracias a que había luna creciente nos pudimos internar dentro del parque de dunas y andar por la playa hasta que llegamos a un lugar apartado y decidimos sentarnos en la arena.

Pirsa durante todo el trayecto había estado pensativa. – No sé por qué elegimos tan sumamente mal en esta familia – me dijo ella mientras veía como la luz de la luna iluminaba su rostro. – No sé qué decirte prima – le respondí yo. – Es que fíjate salvo a tu madre a todas les ha pasado lo mismo – me susurro ella. – Y mira la prima Gemma – me siguió diciendo ella. – Todas parece que seguimos el mismo camino – me dijo al borde del llanto viendo yo en ese momento que ella pensaba que a ella le pasaría lo mismo. – Yo no pienso estar con nadie en la vida – me respondió ella. – Solo follar y adiós – me dijo ella con rabia e indignación. – Nunca sabes de quien te enamoraras – le confesé yo. – De un cabrón seguro – me respondió ella obcecada en su destino. – No lo sabes preciosa – le respondí yo de nuevo. – Cariño tengo veinticuatro años y he tenido dos relaciones y las dos han acabado igual – me confeso ella ya que nadie nunca había comentado nada de que ella hubiese tenido pareja formal. – ¿En serio? – le pregunte yo. – Si – me respondió ella. – Por eso hace más de dos años que no estoy con nadie – me confeso. – No quiero sufrir – me confeso ella apoyando su cabeza en mi hombro mientras los dos observábamos las estrellas y nos relajábamos con el sonido de las olas.

Los dos estábamos al lado de las dunas cuando de repente oímos las voces de una pareja que debía estar a menos de unos veinte metros de nosotros. – Vamos aquí que ya no aguanto más – dijo la voz de un chico. – Esta bien – susurro la voz de la chica que lo acompañaba que quedando frente a él enfrentándolo lo besaba mientras hábilmente veíamos a través de su perfil como desabrochaba la bragueta del muchacho y dejaba a la vista el miembro del chico. – Joder siiiiiiiiiiiiii, chúpamela – le dijo este a la chica quien poniéndose de rodillas se vio como empezaba a mamar el miembro que se le ofrecía. – Uuuuuuuum que rica cariño – susurro la chica mientras mamaba sin parar.

Pirsa y yo estábamos quietos viendo como la pareja se daba el lote y como se estaban preparando para follar. Pirsa permanecía a mi lado y ahora aún más pegada a mi notaba como su seno izquierdo se apoyaba en mi costado derecho, ¡no llevaba sujetador!, estaba sintiendo casi sobre mi piel su piel desnuda, quedándose apoyado dándome una clara muestra de la enorme dimensión del mismo.

– Joder como me estoy poniendo – le susurre a Pirsa susurrando en su oído mientras seguía sintiendo como su pecho se hinchaba y se deshinchaba al respirar ella pegada a mi empezando a excitarse con la escena que se nos ofrecía. Ella tan solo me miro y poniendo el dedo índice delante de sus preciosos labios me invito a guardar silencio. – No hables que nos van a pillar y quiero verlo – me susurro ella de igual manera al oído apoyando en ese momento sus dos pechos contra el mío y al tener yo las manos cruzadas en mi regazo sentí en ese momento como cada una de mis manos recibía por casualidad en las mismas la base de los senos de mi prima poniéndome cada vez más bruto. – Vaya, vaya – me susurro de nuevo mi prima divertida. – Me estas tocando las tetas – me susurro divertida para apartarse levemente de mi lado y mirándome de frente clavar su mirada en la mía mientras sus tetas permanecían en mis manos.

Por un segundo trague saliva. – No te preocupes gorrión – me susurro ella. – A mí me encanta que experimentes conmigo – me confeso ella. – Para eso soy tu prima mayor – me contesto. Pirsa me hizo girar en ese momento y quedamos sentados de frente mirando a la pareja que ya él ahora tumbado en la arena esperaba a que ella se acoplase sentándose encima de él. – Espera que me voy a poner cómoda – me susurro al oído una vez más Pirsa mientras haciéndome separar las piernas se sentaba justo delante de mí.

Sentí como entre mis piernas se acoplaba el pequeño cuerpo de mi prima mayor y como sus piernas quedaban rodeadas por las mías. – Abrázame – me pido ella mientras recogiendo mis manos las dejaba apoyadas en su cadera y de nuevo volvía a sentir la base de sus pechos en mis ante brazos. – Somos unos mirones pervertidos – me susurro ella ahora levantando la cabeza y quedando sus labios muy pegados a los míos. – Tu eres la más pervertida que estas ayudando a que tu primo pequeño vea lo que no tiene que ver – le susurre yo divertido de nuevo susurrando en su oído y apoyando suavemente mis labios en su hombro desnudo que se antojó en ese momento maravilloso. – Si seguro que yo pervierto – me dijo ella socarrona.

Mi prima ronroneo y me invito a estrecharla entre mis brazos y sentir aún más su cuerpo contra el mío. – No te separes me encanta sentirte en mi espalda – me susurro de nuevo ella esta vez girando su cara y al mirarme directamente a los ojos esta vez poso sus labios en mi barbilla. – No me separaría ahora mismo de ti por nada del mundo – le susurre al tiempo que volvía a besar su hombro y ahora a continuación la estrechaba de nuevo entre mis brazos sintiendo aún más sus pechos en mi ante brazos y de igual manera llevaba ahora mis labios a recorrer su cuello.

Mientras de igual manera la estrechaba entre mis brazos y sentía como sus pechos se apoyaban por completo en mis antebrazos y casi creía que llegaba a sentir sus pezones arañando mi piel. Cada vez estaba más cachondo y mi polla estaba cada vez mas dura, como una estaca que se empezaba a clavar en la zona lumbar de mi prima quien la estaba sintiendo como empezaba a segregar liquido preseminal directamente sobre su espalda al llevar como he dicho antes un top. – Me estas mojando – me susurro ella divertida mientras moviéndose suavemente se hacia mas consciente del tamaño de mi polla pegada a su espalda.

Mi prima por respuesta gimió de nuevo mientras su mano derecha recorría mi ante brazo en una suave caricia y ella dejando caer su cabeza sobre mi hombro me daba pleno acceso a su cuello. – No pares por favor – me dijo en tono de súplica mientras veíamos como la pareja a escasos veinte metros de nosotros se follaban sin parar.

Yo por respuesta en ese momento tan solo cambie mis suaves besos por un pequeño mordisco en su cuello. – ¿Vas a marcarme? – me susurro ella. – ¡Hazlo!, y que todo el mundo sepa que soy tuya – me susurro ella. – Quiero que seas mía – le gruñí mientras ahora mis manos tomando vida propia cada una cogía su camino.

Mi mano derecha hábilmente fue atrapada por la mano de mi prima que me desabrocho el botón de su pantaloncito blanco e introdujo la yema de mis dedos por dentro de sus braguitas empezando a sentir el bello de su coñito mientras mi prima se arqueaba para mí a la vez que mi antebrazo izquierdo sujetaba su cadera para que no se moviese. – Quiero que me sientas – me gruño ella en ese momento haciendo ascender su cadera. – Llévame prima, llévame – le susurre mientras sentía como su mano arrastraba la mía dentro de su pantalón. – Venga – me gruño ella mostrándome a cada segundo como estaba más y más cachonda. – Sigue mirando – le susurre mientras mi mano seguía descendiendo llevada por la suya. – Lleva tus manos a mi coñito primo – me susurro ella. – Como las llevas a los coñitos del resto de la familia – me gruño ella dejándome en ese momento asombrado. – Se que jodes con más miembros de la familia y después de verte en acción quiero ser también tuya – me gruño mientras empujaba mi mano por debajo de sus braguitas hasta llegar a su coño el cual me encontré encharcado. – Mira cómo me pones primo – jadeo ahora ella. – Casi sin tocarme me tienes al borde de correrme – me gruño ella mientras ahora mi prima poniendo su mano encima de la mía me invitaba a presionar su clítoris con la primera falange de mis dedos anular e índice mientras me ayudaba a clavar la primera y segunda falange dentro de su coñito.

– ¿Como lo sabes? – le pregunte con la sangre de mi cuerpo helada por la confesión que me acababa de hacer mi prima. – Porque me paso los mediodías subida en el falso techo de tu habitación y he visto como se han ofrecido a ti todas – me confeso ella. – He visto cómo te la han mamado la tía Laura, la puta de mi madre te ha ofrecido sus tetas para que te las comas, como te enseñaba el culo la tía Sofia para que te pajeases, y como el otro dia te comiste las tetas de la prima Gemma y después te fuiste a pajearte a la habitación de la prima Raquel – me confeso Pirsa. – No te preocupes tu secreto está a salvo conmigo – me confeso mi prima. – Nunca diré nada de todas esas zorras – me susurro Pirsa antes de girar de nuevo su cara y ahora sí, unir sus labios con los míos y besarme.

Yo saboree su boca y deje que su lengua recorriese la mía. – Te olvidas de una zorra – le susurre yo en ese momento viendo como su mirada ardía de lujuria clavada en la mía. Ella contrariada me miro. – ¿Quién? – me pregunto ella pensando que su espionaje había tenido algún fallo. – Tu – le respondí escuetamente yo. – Que ayer bien que me dejaste comerte las tetas, pero me dejaste para que me hiciese una paja cabrona – le gruñí yo a modo de regañina.

– Vaya pues …. – susurro quedándose en silencio. – Pues tendrás que compensarme – le susurre yo en ese momento envalentonado mientras clavaba aún más mis dedos de su chorreante coño. – Te la voy a chupar hasta que te corras en mi boca – me susurro ella. – Me parece bien como final, pero no me vale primita – le respondí yo raudo. – Pues dime que quieres – me susurro ella estando cada vez más encendida. – Quiero follarte – le respondí yo. – Eso no puede ser cariño – me respondió ella no quiero quedarme embarazada – me respondió ella apenada negando con la cabeza. – Pues entonces quiero follarme tu culo mientras te como las enormes tetas que tienes – le respondí yo al tiempo que metía mi mano izquierda por debajo de su top y tomaba posesión directa de su pezón derecho entre mis dedos haciendo que ella se arquease más aun y me devolviese una mirada de desconcierto. – Me encantan tus enormes tetas – le susurre mientras magreaba su teta pasando ahora a la otra y dejando ambas liberadas de la prenda que las cubría. – Joder desde luego sabes encenderme – me respondió ella. – Como a mí me encienden tus tetas – le respondí yo envalentonado.

Ella me miro y vi como su mirada saltaba de uno a otro de mis ojos varias veces. – Quiero que te sientes encima de mí y seas tú la que se clave mi polla en tu hermoso culo mientras me como las tetas que todos los días veo desnudas ante mí en esta playa – le susurre a mi prima quien asombrada me miraba mientras mis dedos no paraban de follar su coño y castigar su clítoris mientras hablaba. – Quiero llenar tu culo de polla de primo – le susurre viendo como por repuesta mi prima en ese momento boqueaba como un pez fuera del agua y ahogando un gemido gutural se corría en mi mano estrechando todo lo posible su cuerpo contra el mío.

El culo de mi prima se clavó en mi cadera y sentí como los cachetes envolvían mi polla dándose mi prima cuenta en ese momento de las dimensiones del mismo. – ¿Este es el cacharro que quieres enterrar en mi culo? – me pregunto mi prima. – No – le dije yo negando con la cabeza. – Este es el cacharro que, tú, te vas a clavar en tu culo mientras yo me pongo “morao” con tus tetas – le respondí yo. – Si consigues esto no quiero no pensar de lo que serás capaz con dieciocho – me respondió mi prima.

En ese momento mi prima rebusco en su bolso y me susurro en ese momento en el que nos percatamos que la pareja estaba follando con alaridos de placer. Él debía estar a punto de correrse porque, en ese momento, aunque estaba debajo de ella arqueaba su espalda a fin de clavarse tan dentro de ella como le era posible mientras la chica daba tremendas sentadas sobre el cuerpo de él haciendo que su miembro entrase por completo dentro de ella.

Mi prima me miro y me ofreció el bote que había sacado, “aceite de coco” leí en el bote a la luz de la luna. – Tendrás que prepararme – me susurro mi prima mostrando una entrega total a mí. Al oír aquella respuesta no pude evitar que mi polla tuviese un calambre automáticamente agradeciendo la diosa que se me ofrecía para ser profanada.

Mire los ojos de mi prima en la oscuridad y en ese momento me lance a besarla al tiempo que nervioso comencé a desabrocharme el pantalón. – No, no, no – negó mi prima con la cabeza al tiempo que me miraba. – No me quites los placeres que me pertenecen – me susurro ella. – Tu pantalón y tu polla ahora mismo solo los tocó yo – me respondió ella que mientras iba poco a poco apartando mis manos de la bragueta de mi pantalón siendo ella la que ahora desabrochaba mis pantalones y bajaba mi cremallera. – Espera – me susurro de nuevo. – Que no quiero que se te llene el culo de arena de playa – me susurro poniendo en ese momento la chaqueta de verano que llevaba anudada al bolso en el suelo extendida para que me sentase sobre ella. – Ponte ahí me pidió ella que mientras yo me cambiaba de sitio ella aprovechaba para tirar de mis pantalones para bajármelos hasta los tobillos. – Así estas genial – me susurro ella mientras veía como mi camiseta tapaba mi polla hasta los huevos.

Mi prima ahora permanecía de rodillas delante de mí. – Separa las piernas – me pidió ella. Yo obedecí a lo que ella me pidió y en ese momento ella inclinándose sobre mi empezó a besarme de nuevo mientras sentía como su mano derecha descendía desde mi pecho hasta mi esternón. – Joder – susurro ella al notar como al estar yo encorvado su mano a mitad de mi abdomen hacia contacto con mi polla. – Es enorme – me susurro ella mientras clavaba su mirada en la mía. – Es enorme y gorda – me susurro mientras ahora sentía como su mano se enroscaba a mi glande e iba descendiendo poco a poco hasta la base de mi polla. – Joder que monstruo – me gimió ella. – Vas a reventar mi culito – me susurro ella mientras me besaba y yo iba viendo como ella estaba cada vez más caliente. – Eso es lo que quiero – le respondí yo finalmente tras separar nuestros labios.

En ese momento me percate como la mano de mi prima entre sus piernas lubricaba su ojete y como un olor a coco que conocía de nuestras estancias en la playa nos envolvía a los dos. – Joder que locura – susurro mi prima mientras sentía como de igual manera a la vez que clavaba dos dedos dentro de su culo sus nudillos resbalaban con mi glande. – No sabes las ganas que tengo de sentirte – le susurre al tiempo que terminando de subir su top en ese momento sus dos preciosas tetas aparecían desnudas nuevamente ante mi vista iluminadas por la luz de la luna. – La próxima vez espero que me busques una cama “desgraciao” – me gruño ella arrugando la cara al meter hasta lo que le permitían sus dedos estos hasta el fondo de su culo. – Uuuufufu – suspiró, dolorida ella mientras miraba al infinito. – Sabre compensártelo – le dije justo antes de empezar a recorrer la piel de sus pechos que se ofrecía ante mí al tiempo que hundía dos dedos dentro de su coñito que estaba ahora algo menos lubricado.

Mi prima al sentir en ese momento como al mismo tiempo mi boca jugueteaba con sus pezones al mismo tiempo que sentía como sus dedos dentro de su culo se sentían muy cercanos a los míos dentro de su vagina se estremeció. – Joder te siento – me gruño ella que apenas lograba mantener la verticalidad sobre mis piernas. – Joder como te siento – volvió a gruñir en mi oído mientras ahora era ella la que mordía mi hombro para acallar sus gemidos. – Joder – gruño entre resoplidos con su boca clavada en mi hombro. – Sigue no te pares “primito” – me volvió a gruñir ella que cada vez estaba más cachonda. – La meto por aquí y así lubricada luego …. – le susurre mientras clavaba ahora tres dedos dentro de su ya encharcado chochito. – Estas empapada – le susurre. – Joder me tienes al borde de correrme – me gimió ella. – Sigue follándome con esos dedos, pero mantén tu polla alejada – me gimoteo ella. – ¿Qué pasa? – le pregunte. – ¿Qué mi polla es solo para tu culo? – le pregunte yo juguetón. – Por el momento si – me respondió ella. – Sigue dándome dedito – me gimió ella. – ¿Así? – le pregunte yo mientras metía y sacaba mis tres dedos del interior del coño de ella y de igual manera sentía al internarlos como mis dedos sentían los suyos hurgando en su culo. – Si, joder, siiiiiiiiiiiiii – me gruño ella de nuevo clavando sus dientes en mi hombro ahogando un gemido gutural y rindiendo su cadera dejándose caer sobre la mía. – Joder que bien se te da – me susurro ella de nuevo volviendo a besarme.

Sin separar sus labios de los míos sentí como la mano de mi prima pasando por su espalda y ahora de nuevo elevando ella suavemente sus caderas colocaba mi polla a la entrada de su culo. – Esto es lo quieres, ¿no? – me pregunto mi prima mientras sentía como mi glande hacia contacto con su hermoso culito y recorriendo la raja de su culo desde su rabadilla hasta su entrepierna. – Si – gemí yo. – Quiero entrar en tu culo y correrme en tu cara – le aullé yo. – ¿Eso es lo que quieres? – me pregunto ella mientras no paraba de hacer pasar mi polla por su culo. – Si – le gemí yo dándose ella cuenta de que se seguía con ese rozamiento en breve me correría. – ¡Clávatela ya! – le gruñí yo notando como cada vez estaba más cachondo. – ¿Buscaras para nuestro próximo encuentro un sitio más cómodo? – me pregunto ella siendo consciente en ese momento de su poder sobre mí. – Si te lo juro – le respondí yo.

En ese momento la mirada de mi prima era de pleno poder sobre mí y mientras yo estaba amorrado a una de sus tetas y tenía su pezón dentro de mi boca y lo lengüeteaba sin parar mi prima coloco hábilmente la punta de mi polla a la entrada de su culo y gracias al aceite de coco que previamente había untado mi glande se clavó sin problema dentro de ella. – Sigue – le suplique. – Espera – me susurro ella. En ese momento Pirsa empezó a subir y a bajar sobre mi polla quedándose solo en alojar mi glande dentro de ella. – La próxima vez que podamos follarnos te aseguro que todo mi culo será tuyo – me susurro ella mientras agarraba mi coronilla y la apretaba aún más contra su pecho. – Vamos hártate de teta – me gimió ella mientras sentía como de nuevo una vez tras otra el anillo del culo de mi prima se abra al paso de mi glande. – Sigue, sigue – me decía ella mientras su hombro me invitaba a enterrar mi cara en ella y dejarme llevar. – Jooooooooder aullé – tranquilamente mientras sentía como reventaba a la entrada del culo de mi prima y dejándome llevar me corría y me corría a la entrada de su culo. – Ssssssssssshhhh, ssssssssssssssssshhh – me siseo ella dejando que acabase de correrme en la entrada de su culo. – Suéltalo todo – me susurro ella mientras se mecía dejando entrar ya solo la punta de mi glande dentro de ella mientras su mano en ningún momento había dejado mi polla suelta para que no se saliese de ella. – Así, así, todo para mi culo – me gimió ella.

Cuando termine de correrme y mi polla empezó a quedarse flácida mi prima me descabalgo y en ese momento sacando unas toallitas de su bolso con el mayor de los cuidados fue limpiando mi miembro mientras me miraba con la mayor de las dulzuras. – La próxima vez será diferente, te lo prometo – me susurro mientras sentía sus manos limpiando mi polla. – Pruébame por lo menos – le suplique yo. – Eso no lo dudes – me respondió ella recogiendo de la punta de mi polla lo que había quedado y llevándoselo directamente a la boca con la punta de su lengua. – Eres delicioso – me dijo ella de nuevo volviendo a besarme y yo sintiendo una vez más en mi boca el sabor de mi corrida. – Que puta – le susurre cuando me separe de ella. – Me has engañado – le respondí a continuación. – Solo un poco – me respondió ella. – Que la punta del monstruo sí que la has clavado en mi culito virgen cabrón – me susurro ella. – Así que ya sabes me acabas de desvirgar el culo – me confeso ella.

Yo me quedé contrariado por que por un lado me había quedado con las ganas de clavar mi polla en su culo, pero por otro lado quise creer que era verdad que había desvirgado su culo. Mi respuesta por esa afirmación de ella fue una sonrisa de triunfo y me conforme ya que no nos engañemos otra no me quedaba.

Mi prima después de limpiarme me pidió levantarme y ella de rodillas se afano en limpiar los tres lamparones de semen que habían quedado en su chaqueta. – No me quedará otra que echarla a lavar – se dijo ella así misma viendo que la marca de mi simiente no salía de la prenda.

En ese momento mi prima me miraba de rodillas delante de mí con su chaqueta en las manos mientras sus pechos aún seguían al aire y mi polla al descubierto dado que mis pantalones estaban enrollados en mi tobillo izquierdo. Mi polla estaba morcillona aun viendo el espectáculo que se me ofrecía. – He sido un poco cruel contigo, ¿no? – me susurro mi prima melosa mientras desde su posición me miraba directamente a los ojos. – Un poco por cumplir tu promesa a medias – le respondí yo con voz de pena. – Bueno a lo mejor puedo compensarte de alguna manera – me susurro ella en el mismo tono mientras apoyaba sus dos rodillas en la arena de la playa y sus dos manos tomaban el tronco de mi polla para situar mi glande a escasos centímetros de su boca. – ¿Tú crees? – le pregunte yo sintiendo como mi polla empezaba de nuevo a hincharse en sus manos. – Si te la chupo hasta que te corras en mi boca, ¿me perdonas? – me pregunto ella empezando una suave y placentera paja.

Tras un segundo de silencio en el que mi mirada estaba clavada en la suya le susurré – Podemos probar – le respondí yo mientras le devolvía la mirada. – Pues vamos a probar – me susurro ella haciendo que mi glande se frotase por sus pezones. – Mis amantes siempre me han dicho que la chupo muy bien – me susurro ella llevando ahora su mirada de mi glande de nuevo a mis ojos. – Espero que te guste – me susurro ella abriendo ahora su boca e inclinando su cuerpo arrodillado hacia mi empezar a mamar mi polla. – Ahora te voy contando – le respondí yo mientras sentía como su boca empezaba a alojar mi polla y como mi glande apoyado en su lengua recorría su boca hasta el fondo. – Así que eres experta mamando pollas, ¿no? – le pregunte. Ella asintió sin sacar mi polla de su boca. – Pues vamos a disfrutarte – le susurre yo mientras invitaba a que sus manos abandonasen mi polla y fuesen a apoyarse en sus tetas mientras nuestras miradas se cruzaban.

Mi prima apoyo sus manos en mis muslos devorando mi polla a un ritmo que para mí hasta ese momento era desconocido. – Desde luego eres una buena “comepollas” – le susurre mientras de igual manera ahora yo uniéndome a su ritmo me follaba de igual manera su boca. – A lo mejor te invito alguna noche a que te unas a Raquel y a mí – le susurre. Ella en ese momento abrió los ojos de par en par. – Mejor disfrutar con nosotros que mirando desde el falso techo, ¿no? – le pregunte. Ella de nuevo asintió con la cabeza mientras veía como su mano derecha desaparecía en dirección a su coño. – A lo mejor disfrutas mucho más comiéndote su coño mientras yo clavo mi polla en tu culo que de mirona, ¿no? – le volví a preguntar. – Uuuuuuuuuuuum – gimió ella mientras veía como aumentaba el ritmo de la paja que se estaba haciendo. – O ella comiéndote el coñazo que tienes mientras yo me follo tu boca – le susurre mientras apartaba su pelo para ver su mirada. – ¿O ella comiéndose tu culo y tus tetas mientras yo hago un dedo y te dejo que juegues con mi polla? – le gruñí yo ahora mientras clavaba todo lo que me permitía ella en lo más profundo de su boca.

– Uuuuuuuum – volvió a gemir ella mientras notaba como todo su cuerpo vibraba en mi polla por el dedito que se estaba haciendo para mí. – ¿Quieres que te comparta con la prima? – le pregunte mientras ahora apoyándome en sus hombros clavaba toda mi polla en el fondo de su boca. – ¿Quieres que te comparta con la prima y contigo mi corrida que esta noche va a ser para ti sola? – le pregunte mientras ahora dejaba que fuese ella la que llena de lujuria mientras se corría no paraba de mamar mi polla que de nuevo por segunda vez aquella noche escupía una gloriosa corrida dentro de la boca de mi prima esta vez. – Uuuuuuuum – me gimió mi prima enseñándome toda mi corrida en su boca justo antes de cerrar la boca y tragársela para susurrarme a continuación – Sera un placer unirme a vosotros – me confeso ella. – Y de igual manera desde hoy formas parte de mi – me susurro ella aludiendo a las palabras de mi tía Laura aquella misma tarde. – También serás mi puta – le susurre en una suave pregunta. – Me encantara serlo – me respondió ella.

Esta vez la boca de mi prima se encargó de dejar completamente limpia mi polla y no hizo falta ninguna toallita. – Me gusta más así – le respondí viendo como su lengua se enroscaba en mi polla. – A mí también – me respondió ella.

En ese momento nos dimos cuenta de que la pareja que había desencadenado nuestro encuentro había desaparecido y de igual manera mi prima mirando el reloj me dijo que eran cerca de las dos y media de la mañana. – Volvamos a la casa – me susurro mi prima. Y así fue como nos encaminamos a la casa de la abuela los dos plenamente satisfechos por lo que acababa de suceder.

Llegamos a casa de la abuela y entramos por la puerta principal. Ya en la plaza no había nadie y en la casa el silencio era sepulcral. Con un leve beso en los labios Pirsa y yo nos despedimos en la galería del salón mientras caminábamos a nuestras respectivas habitaciones.

Llegué a mi habitación y en el colchón descubrí un bulto. Al llegar al mismo vi que en la cama estaba ya dormida mi prima Raquel. Al sentarme en la cama para quitarme los pantalones Raquel se despertó al momento. – Siento haberte despertado – le susurre mientras me tumbaba a su lado. – No pasa nada – me gimoteo ella mientras se giraba y esperaba a que me tumbase en la cama para abrazarse a mí. – Nunca estarás sola – le susurre mientras la abrazaba y sentía todo su cuerpo se enroscaba al mío. – Lo sé – me susurro al instante quedándose apoyada en mi pecho mientras yo acariciaba su pelo. – Sigue siempre siendo tu – me susurro mi prima antes de quedarse dormida sobre mí y yo hace