Primer encuentro con mi prima Gemma II
Sigue el día entre calentamientos y demás .. menos mal que uno siempre puede contar con la familia.
Mi tía desapareció de mi habitación y si no hubiese sido por que estaba despierto habría creído que toda aquella conversación había sido un sueño. Allí estaba yo, de pie, desnudo y completamente desconcertado delante de mi cama con la polla dura como un palo pensando en todo lo que me había dicho mi tía y en cómo se había desarrollado la situación.
En ese momento alguien abrió la puerta y entro sin ni siquiera llamar. – Oh dios – fue lo único que oí cuando de igual manera que se había abierto la puerta esta se cerró. Ni siquiera tuve tiempo de reaccionar a ver quién había sido hasta que reconocí la voz de Gemma detrás de la puerta. – Mierda, joder – mascullé entre dientes mientras lo más rápido que podía me ponía el bañador mientras sentía como por el temor de haberla cagado aún más oía como los pasos de Gemma iban por el pasillo raudos.
Lo más rápido que pude salí de la habitación, descalzo y detrás de Gemma, pero mientras caminaba por la galería me di cuenta de que era demasiado tarde para llegar hasta ella y desistí de seguirla.
De nuevo volví sobre mis pasos y en ese momento me crucé con Pirsa , a la que llamábamos así por no decir cada dos por tres, prima Isabel. Ella es preciosa, tiene veinticuatro años, diez años más que yo, de tez morena y pelo negro, alta a mas no poder entorno al metro ochenta, delegada y estilizada como una diosa, con unas piernas largas y contorneadas y unos pechos preciosos que siendo grandes se mantienen erguidos y perfectos. Al cruzarme con ella no puedo evitar quedarme sin aliento y perder mi mirada en el precioso bikini que lleva puesto en ese momento. – Primo, ¿estás bien? – me pregunta ella cariñosamente clavando su mirada en mi cadera. – Si, pero creo que Gemma se ha enfadado conmigo – le digo ya que se de sobra que me ha visto salir corriendo detrás de ella. – Bueno – me susurra ella en un primer momento. – Ya se le pasara – me dice cariñosamente antes de abrazarse a mi. Siento como sus pechos enormes y preciosos se apoyan en mi cara y como mi rostro se hunde maternalmente en su canalillo. No puedo evitar aspirar su aroma y dejarme llevar por la cálida sensación de verme envuelto por toda esa volubilidad empezando a sentir como mi polla vuelve a ponerse dura. Durante largo rato ninguno de los dos hace nada por separarse del otro y de igual manera disfruto del momento sin que ella haga nada por interrumpir ni siquiera cuando mi prima siente como beso con mis labios la zona interior de los pechos de mi prima. Ella por respuesta tan solo ronronea y siento como su mano acaricia mi nuca invitándome a seguir.
Deseo en ese momento mas que nada sacarme la polla del bañador y tomar la mano de mi prima para que me pajee hasta que me corra sobre sus piernas, la sola imagen ficticia de su pierna cubierta por seis o siete trallazos de mi lefa sobre ella me hace casi perder la cabeza, pero me contengo, la realidad y el miedo a que otra prima más se enfade conmigo me hace contenerme, pero me invita a seguir allí ya que ella no me ha rechazado para nada.
Mi prima me deja seguir dando suaves besos entre sus tetas y yo estoy en el cielo, que digo en el cielo estoy en la bendita gloria sintiendo todo lo que estoy sintiendo abrazado a su cadera. En uno de esos besos mi barbilla empuja sin querer suavemente la copa izquierda del bikini verde que lleva puesto Pirsa que apenas cubre algo más que una ínfima parte del pecho de mi prima y su pezón, grande, como una galleta Fontaneda, marrón, magnifico, apetitoso en ese momento como el mayor de los manjares aparece ante mí y Pirsa no hace el menor movimiento para taparse. – Sigue disfrutando primo – me susurra Pirsa mientras se afianza en el abrazo que le estoy dando. – No pares por nada – me dice ella mientras siento como su mano acaricia a lo largo mi espalda. Yo en ese momento levanto mi cabeza y la miro al tiempo que paso mi dedo pulgar por encima de su pezón. Lo noto erguido, duro y voluminoso en todo su contorno. – Ay Dios primo – susurra ella al tiempo que la siento estremecerse. De nuevo mi dedo vuelve a pasar por encima de su pezón y ella se vuelve a estremecer. – Ay primo – susurra ella entre dientes dejando caer su mano vencida por el placer.
Supongo que, al querer retomar sus caricias por mi cuerpo, mi prima lleva su mano a mi cadera, y al querer acariciar el contorno de mi cadera su mano al dirigirse desde mi costado derecho en dirección al izquierdo se topa con mi miembro. Siento como el dorso de la mano de mi prima se queda quieto rozando el talle de mi miembro y en ese momento mi prima empieza a ser consciente del tamaño del mismo.
Ella no dice nada y yo me deshago de placer notando como la mano de mi prima acaricia suavemente el tronco de mi polla. – Que bien te siento Pirsa – le susurro justo antes de besar directamente su pezón y sentir en la punta de mi lengua el pezón de mi prima. – Diooooooooooooooos – gruñe mi prima y en ese momento siento como la mano de Pirsa abandona las caricias que le está dando a mi polla y se dirige a la braguita del bikini de mi prima y se deja llevar por el placer. – No sabes lo que me pasa ahora mismo por la cabeza, primo – me susurra ella mientras yo sigo bebiendo de sus tetas.
Yo no digo nada, pero sin sacar su pecho de mi boca miro hacia arriba y clavo mi mirada en la suya. Ella me sonríe. – Vayamos paso a paso – me susurra ella. – Entra en tu habitación y “acuérdate” de mi – me susurra mientras me invita a separarme de ella. Ella al separarme clava su mirada en mi polla y se recrea en los más diez centímetros de mi polla que salen por encima del elástico del bañador. – Uuuuuuuuuuuum menuda perdición – me susurra justo antes de abrirse el bikini y dejarme contemplar por completo sus pechos desnudos. – En la playa quiero que me las mires todos los días – me dice mientras retuerce sus pezones poniéndolos mas duros aun de lo que están. – Siempre lo hago prima – le respondo. – Me gusta saber que me las miras y que lo disfrutas – me responde ella de nuevo volviendo a colocarse el bikini y dándome cuenta en ese momento que una mancha de humedad delata su braguita del bikini. – Voy al baño – me dice aun apoyada en la pared en frente de mí. – Yo también voy a acordarme de ti – me susurra mientras se acerca de nuevo a mi y me da un casto beso en la mejilla.
Esto es la hostia, pienso mientras de nuevo me vuelvo a meter en mi habitación. – Vaya tarde que llevo – mascullo entre dientes mientras camino hacia mi cama más caliente que un mandril. Estoy tan frustrado que ni quiero hacerme una paja así que paso el rato leyendo tebeos mientras intento distraerme. Y al final llega la tarde noche y de nuevo vuelvo a lanzarme a la calle donde me encuentro con mis amigos que como yo no podemos ir a la discoteca light por lo que nuestra vida social queda relegada a estar en la plaza y poco mas.
Pasamos parte de la tarde y la noche allí en la plaza jugando y haciendo el tonto hasta que aparece en la plaza mi querida y hermosa prima Raquel. Raquel en ese verano tiene ya los dieciocho años y como con el resto de mis primas tengo con ella una relación muy buena.
Al verme se acerca a saludarme y noto como mis amigos la miran. MI prima Raquel tiene para mi, una belleza única, ella es de piel muy morena, ojos enormes y almendrados con una nariz pequeña y puntiaguda que enmarca unos labios perfectos. Como habéis leído anteriormente mi prima es de la rama desarrollada de la familia y al igual que su madre, mi tía Laura, tiene unos pechos espectaculares que deben ser entorno a una talla ciento veinte y como los de Pirsa son preciosos y erguidos con dos enormes pezones marrones oscuros como galletas Fontaneda. ¿Cómo lo sé? Os preguntaréis ... Pues muy fácil, todas hacen topless en la playa 😊.
Raquel al verme se ha sentado conmigo y una amiga suya en el banco de la plaza y estamos allí comiendo pipas y diciendo tonterías hasta que a las doce de la noche sale su madre a la puerta de la casa para decirnos que nos metamos dentro. Mi prima y yo nos metemos dentro de casa al despedirnos de todos. De igual manera dentro de la casa nos encaminamos al patio de la misma. Somos los pequeños de la familia, pero aún tenemos algunos lujos que nos dejan darnos y estar en el patio de casa de la abuela hasta la hora que queramos es uno de ellos.
Al principio de estar allí en el patio nos sentamos los tres en unos sofás que tenemos allí. Mi tía nos acompaña y hablamos de todo un poco, de lo que hemos hecho a lo largo del dia, de con quien hemos estado, de las batallitas de momento y de las tonterías típicas de nuestra edad.
Tanto mi tía como mi prima se apiadan de mi por no poder entrar en la discoteca light a la que van muchos de mis amigos y a la que yo no puedo entrar al no tener aun los quince cumplidos, cosa que no ocurrirá hasta septiembre.
Esa noche, el calor es sofocante a mas no poder y mi tía luce espectacular como solo ella destila. Mi tía para que la podáis conocer es rubia, con el pelo a la altura del mentón, menuda y delgada entorno al metro sesenta y un cuerpazo como el de su hija. Su piel es de color canela y sus ojos azules como el mar.
Esa noche mi tía lleva puesto un vestido rojo que se abotona al frente, lleva desabrochados los tres primeros botones de la parte de arriba y de la parte de debajo de igual manera los lleva desabrochados hasta un palmo por debajo de su entre pierna. Mientras hablamos ella juguetea con su pelo, ríe y se la ve feliz y cómoda con nosotros. Le veo su canalillo y no deseo mas que hundir mi cara entre sus pechos mientras pienso en como mover mis manos por sus preciosas piernas al mismo tiempo acariciando sus muslos.
A veces tengo la sensación de que mi tía se mueve para dejarme ver algo mas de lo que el vestido le permite y se quiere mostrar a mí. Siento ganas de saltar sobre ella, pero me contengo. No hago más que alargar la hora de acostarme hasta que mi tía ya agotada nos dice que se va a la cama. – Aunque no antes sin el abrazo de mi precioso sobrino – me dice ella mirándome y sonriéndome de una manera que me hace derretirme. – No podría permitir que fuese de ninguna otra manera – le susurro mientras me pongo de pie y me abrazo a ella sintiendo la calidez completa de su cuerpo rodeando el mío. – Me quedaría toda la vida con vosotros – me dice mientras invita a unirse al abrazo a mi prima que sin dudarlo se pone de pie y me abraza por la espalda rodeándome así entre dos bellezas. – Por mí, sí que me quedaría toda la vida así – le respondo yo a ellas al verme rodeado por tanta belleza. – Anda no digas tonterías sobri – me dice mi tía en plan guasona. – ¿Qué ibas a hacer tu con una vieja como yo? – me pregunta ella mientras Raquel vuelve a sentarse en el sofá. – Pues ser el tío mas feliz del mundo tita – le respondo yo.
– Eres un cielo – me responde volviendo a abrazarme y pegando todo lo posible su estómago a mi cadera y haciéndome sentir sus pechos contra mi esternón. En ese momento mi tía tiene que notar por fuerza mayor mi erección contra ella y yo no sé cómo reaccionar. Ella por respuesta tan solo eleva su mirada que se cruza con la mía y mientras noto un ligero roce del cuerpo de mi tía con el mío ella me sonríe y a continuación me susurra – Desde luego, que bien sabes piropearme – me susurra mientras pegando sus pechos contra mi una vez mas elevando sus pies mi tía queda de puntillas y de igual manera que ha hecho antes con su hija mi tía me da un pico uniendo sus labios con los míos tal y como hace cada vez que estamos solos. – Ya sabes que este es nuestro secreto – me susurra mi tía ya que nunca me besa si hay alguien más de la familia delante. Supongo que nadie lo vería con buenos ojos y ella que sabe que a mí me encanta que me salude o me despida así me da este pequeño capricho cada vez que puede.
– Que descanses sobrino – me dice justamente después mientras espera a verme abrir los ojos. Si, como un idiota he cerrado los ojos al besarme mi tía. – Disfrutad de la noche – nos dice mi tía mientras siento como su mano roza suavemente mi glande al despegarse de mí. – Eres un cielo – me dice mi tía justo antes de darse la vuelta y desaparecer dentro del primer cuerpo de la casa.
Mi prima y yo apagamos las luces del patio y en la oscuridad nos quedamos hablando de nuestras cosas. Yo llevaba una trempera de campeonato y la verdad es que la polla ya me duele del calentón de todo el dia. En ese momento ya son cerca de las tres de la mañana cuando vemos como la luz del corredor se enciende y vemos como Gemma pasa por la misma, camino de su habitación. En ese momento no puedo evitar sentir un calambre en la polla al verla. Como ya os he dicho mi prima Raquel me conoce perfectamente y al verme como la miro me susurra – ¿Mal dia? –. Yo en ese momento no me he dado cuenta, pero automáticamente al verla me he incorporado en el sofá inconscientemente pensando en ir a hablar con ella. – Ya sabes – le digo sin querer indagar en el tema. Ella me mira y en ese momento sabe que pasa algo. – No le des vueltas que te mareas y no sirve para nada – me responde ella. – Ya – le respondo. – Oye, me voy a mi habitación – me dice mi prima. – ¿Quieres venirte? – me pregunta ella. – Por supuesto – le susurro ya viendo la hora que es.
Nos encaminamos por la galería de enfrente a la que ha pasado Gemma a la habitación de Raquel. No es raro que debido a lo bien que nos llevamos y a la confianza que nos tenemos Raquel y yo acabemos las noches juntos. Por lo que nadie se extrañara si nos ve meternos juntos en su habitación. Mientras caminamos por la galería llegamos a la escalera que sube al piso superior y quitándonos las zapatillas comenzamos a subir las escaleras. Al llegar al piso superior mi prima se queda quieta esperando a que su vista se acostumbre a la oscuridad. Yo en ese momento me pego a su espalda y al ver que estamos solos enrosco mi mano entorno a la cintura de mi prima mientras pego todo lo posible mi cuerpo al suyo. …
Mi prima se queda quieta mientras deja que toda mi erección se hunda desde la mitad de su precioso culo hacia arriba. – Uuuum – murmuro ella acariciando mi ante brazo entorno a su cadera. – ¿Así estas? – me susurra ella cuando siente como mi polla durísima ha hecho contacto con su cuerpo. – ¿Lo notas? – le pregunto yo. – Como para no notarlo – me responde ella apretando su culo contra mi polla. – Venga vamos – me dice ella separándose de mí y empezando a caminar por la galería superior a su habitación.
En este punto debo confesaros que mi prima Raquel y yo llevábamos algún tiempo en el que por la confianza que nos teníamos y el cariño que nos teníamos nos aliviábamos juntos. A mi prima a raíz de pillarme un dia tocándome me propuso que si yo quería sin que nadie se enterase que nos podíamos masturbar juntos. Y con aquella belleza como iba a decir que no. Mi prima y yo no nos hacíamos nada el uno al otro, pero sí que nos mostrábamos desnudos al otro y nos masturbarnos juntos. Para mi aquello era muy placentero y desde luego aquella noche lo necesitaba.
Por fin llegamos a la habitación de mi prima Raquel. Entramos en la misma y mi prima cerro la puerta con pestillo. – Así nadie nos molestara – me susurro mientras pasando por mi lado mi prima acariciaba mi costado. Yo en un santiamén me quite la ropa que llevaba y me quede desnudo delante de mi prima. Esta al ver la rapidez con la que me había desnudado me miro sorprendida. – Vaya, esta noche si que estas necesitado – me dijo ella sonriéndose. – Como no te imaginas prima – le respondí yo mientras me acercaba a ella para tumbarme en la cama. A su lado. – Espera que ahora mismo vuelvo – me dijo Raquel yendo un momento, rauda al baño de su habitación a por papel higiénico. – Creo que esta noche te va a hacer falta mucho – me dijo Raquel mientras salía del baño de su habitación con el royo de papel en la mano dejándolo en la mesita de noche. – No se lo que te ha pasado hoy pero nunca te he visto así – me susurro Raquel. – Tengo el dia tonto – le respondí no queriendo contarle por el momento nada de lo que había pasado. Ella me miro y de pie a mi lado en la cama se empezó a desabrochar los pantalones cortos que llevaba y junto con sus braguitas los dejo deslizar por sus piernas abandonando ambas prendas su cuerpo por sus pies de la manera más grácil que pudo.
PON, PON, PON …. Un sonido atronador pero muy flojo sonó en la puerta de la habitación en ese momento helándonos la sangre a los dos. Nuestra cara debió ser de pánico en un primer momento. – Raqueeeeel – se oyó la voz de Gemma al otro lado de la puerta. – ¿Me puedes abrir? – pregunto ella. – Necesito hablar contigo – se oyó a Gemma decir de nuevo. Por un momento el terror se apodero de Raquel y de mí. – Debajo de la cama – me susurro ella. Yo como un muelle salte de la cama y me metí debajo de la misma. Raquel al cerciorarse de que ya me había metido debajo de la misma fue hacia la puerta y en ese momento se dio cuenta de que mi ropa hecha un “gurruñó” estaba allí. – Mierda – oí como decía Raquel al ver allí mi ropa. Con el pie la empujo rápidamente al lado de la puerta y en ese momento al no tener otra idea Raquel se quito la camiseta que llevaba y tirándola encima de mi ropa la coloco en el taquillón de manera que su ropa tapase la mía.
Sin mas tiempo para nada y por los nervios del momento Raquel abrió la puerta a Gemma y esta al pasar y verla desnuda se quedo sorprendida. – Vaya si vengo en mal momento hablamos mañana – le dijo Gemma en el marco de la puerta al ver que Raquel estaba completamente desnuda. – ¡¡¡Ahí va!!! – susurro Raquel sorprendida al percatarse de que ciertamente estaba completamente desnuda. Por haber tapado mi ropa ella se había quedado desnuda. – No, no te preocupes – farfullo Raquel. – Pasa – le dijo está invitándola a pasar. – Esta bien – dijo Gemma entrando en la habitación y desviando la mirada del cuerpo desnudo de mi prima.
Gemma entro y camino los pasos que la separaban de la cama de esta donde fue a sentarse. – Si te molesta voy a ponerme algo – le dijo Raquel mientras ponía el pestillo de la puerta. – No, no te preocupes si en la playa te he visto desnuda mil veces – le respondió Gemma. – Pues también es verdad – dijo Raquel mientras de igual manera iba hacia la cama y se sentaba al lado de Gemma.
Durante unos segundos se hizo el silencio. – ¿Sabes? – oí que decía Gemma. – Siempre he tenido envidia de las tetazas que tenéis vosotras – susurro Raquel mientras miraba las magníficas tetas de Raquel que desnudas se mostraban ante ella. – ¡Anda tonta! – le respondió Raquel. – Las tuyas también son preciosas – le respondió Raquel. – Son mucho más pequeñas – le dijo Raquel. – Pero por lo que he visto son preciosas o a mi me lo parecen – le dijo Raquel de nuevo. – Pero míralas – le dijo Gemma mientras se quitaba la camiseta y se mostraba desnuda de cadera para arriba delante de Raquel. – Pues a mi me parecen muy bonitas – susurro de nuevo Raquel mientras veía como Gemma le mostraba sus preciosas tetas blancas de pezones rosados y pequeñitos. – Me gustan tus pezones – oí como le decía Gemma. – Son preciosos – oí que continuaba hablando Gemma. – Así … ¿erguidos? – le pregunto extrañada Gemma. – Bueno – le confeso Raquel empezando a hablar. – Ya sabes – le dijo Raquel a modo de confesión. – Acabo de volver de estar por ahí con mis amigos – dijo Raquel haciendo una pausa. – Y me iba a “aliviar” antes de irme a dormir – le confeso Raquel reconociéndole a Gemma que se iba a hacer un dedo antes de acostarse. – Vaya – dijo Gemma contrariada. – Pues no te interrumpo – dijo esta azorada mientras se levantaba de la cama para irse. – No te preocupes tonta, luego lo acabo – le confeso Raquel esperando que Gemma se quedase. – De verdad no pasa nada – le dijo esta. – Además supongo que si has venido a estas horas será por algo importante, ¿no? – le dijo Raquel a Gemma esperando que esta se quedase y le contase que le rondaba la cabeza. – La verdad es que algo me ronda la cabeza – le confeso Gemma. – Pues tu dirás – le dijo Raquel esperando que Gemma empezase a hablar.
Gemma se quedo en silencio planteando en su cabeza como empezar a hablar. Y en ese momento al no tener nada que cubriese sus senos Raquel se percató de cómo se endurecían los pezones de Gemma. – Es algo de sexo seguro – pensó Raquel para sus adentros mientras Gemma se arrancaba a hablar. – Veras – empezó a hablar Gemma sacando a Raquel de sus pensamientos. – Se que tú con el primo, con Montero, te llevas muy bien – le dijo Gemma casi atropellando sus palabras. – ¿Sí? – respondió dubitativa Raquel. – Veras me gustaría saber, eeeeeh, que me hablases, tu que lo conoces, Eeeeh… de su madurez – le confeso Gemma dubitativa por si se estaba metiendo la pata. – Eeeeeh – fue la repuesta de Raquel. – Veras Montero y yo como bien dices estamos muy unidos – le confeso Raquel. – Montero como sabes es una persona muy, muy especial – le confeso Raquel. – Sabes que al ser super dotado y estar muy adelantado en cursos y formación …. En fin – dudo Raquel. – En ese aspecto no tengo nada que decirte – sentencio Raquel. – Pero si debo decirte que en el plano personal es un tío con las ideas muy claras – le susurro Raquel. – Sabe ser muy discreto y desde luego si algo lo tiene caro no da un paso atrás – le termino de decir Raquel. – Como algo se le meta en la cabeza …. – mascullo Raquel. – No te libra nadie – pensé yo.
Gemma se quedo en silencio asimilando lo que le acababa de confesar Raquel. – ¿No crees que pueda perder la cabeza si algo no se hace como él quiere? – le pregunto Gemma. – Que va – le respondió Raquel. – Para nada, él es muy tranquilo y sabe disfrutar cuando puede y olvidarse por completo cuando la situación no le es propicia – sentencio una vez mas Raquel quedándose ambas en silencio por largo tiempo.
El silencio se había establecido entre ambas y supongo que por la cabeza de amabas pasarían mil ideas y preguntas, pero ninguna se atrevió a decir nada. – Solo te pido que no le hagas daño – le pidió Raquel. – Todo el mundo tiene a Montero por alguien duro que al er super dotado esta hecho a alcanzar todo aquello que se proponga pero realmente es muy, muy sensible, ¿sabes? – le exhorto Raquel sin esperar respuesta. – No le hagas sufrir – le susurro Raquel sabiendo que estaba yo debajo de la cama y no por ello queriendo dejar escapar la oportunidad de leerle la cartilla a Gemma. – Es lo ultimo que quiero hacer, te lo aseguro – le respondió Gemma.
Por un momento esta se percato de a donde se dirigía la mirada de Raquel. Esta al verse descubierta tan solo pudo decir – por cierto, son preciosas – confeso Raquel mirando directamente las tetas de Gemma. – Tócalas si quieres – le dijo esta. – Se que lo estas deseando – le respondió Gemma. – Si quieres tú también puedes tocar las mías – le respondió Raquel mientras veía como las manos de Raquel se posaban en las suyas. – Parece mentira que siendo tan diferentes seamos primas hermanas – le respondió Gemma. – Siempre me han llamado la atención tus pechos – le respondió casi susurrando Raquel. – Y a mí los tuyos – le respondió de igual manera Gemma. Las dos sintieron casi al mismo tiempo como las manos de la otra hacían contacto con la piel de sus senos mientras de igual manera sus manos tocaban los senos de la otra. - Que suaves!!!!! – susurro Gemma toqueteando los enormes pechos que se le ofrecían. – Que tersas y duritas están las tuyas – le respondió Raquel. – Si, parece mentira que sean tan diferentes – susurro Raquel. – Por un segundo la mirada de las dos se cruzó. – No temas no le hare sufrir de ninguna manera – le confeso Gemma a Raquel en ese momento. – Te lo pido por favor – le respondió esta. – Se que os queréis mucho – le confeso Gemma. – Somos los dos mas pequeños de la familia y eso no ha unido mucho – le confeso nuevamente Raquel.
La conversación termino en ese momento con un asentimiento de cabeza de las dos. Yo en ese momento no lo supe, pero entre ambas sin palabras se habían dicho todo. Así fue como Gemma dando un abrazo a Raquel ambas se despidieron y Gemma abandono la habitación con un – buenas noches – de ambas.
Oí como se cerraba la puerta de la habitación y como Raquel delante de la misma volvía a poner el pestillo de la misma. Aquella fue la señal para que yo asomase la cabeza fuera del somier de la cama. Raquel al verme se llevo el dedo a la boca indicándome que permaneciese en silencio total. Yo me metí en la cama y me quedé de rodillas sobre la misma erguido esperando que llegase mi prima a mi altura. Ella se acerco a la cama y gateando subió a la misma acercándose a mí. – Ssssssssssshhhh – me dijo ella pidiéndome silencio pegando sus labios a mi oído. – No digas nada, creo que está detrás de la puerta – me susurro lo mas bajito que pudo mi prima rozando sus labios con oído por lo cerca que me estaba hablando.
Yo en ese momento notaba su pierna derecha entre las mías, su rodilla derecha pegada a la mía, su rodilla izquierda pegada a la mía de igual manera, los labios mayores de su coño, húmedos, pegados a mi pierna, su bello vaginal rozando mi cadera izquierda, su mentón pegado a mi hombro izquierdo, sus pechos contra mi pecho y en la base de estos aprisionado suavemente entre los dos mi polla estaba aprisionada entre ellos de la manera más dulce y más erótica que haya vivido en mi vida.
Supe en ese momento que Raquel sabia perfectamente que algo se estaba cociendo y de igual manera fui consciente por su mirada que Raquel estaba cachonda como no lo había estado en su vida. La mano derecha de mi prima fue directa a mi culo y la mano izquierda de mi prima voló hasta poner la palma de mi mano delante de mi cara a fin de que la viese perfectamente. – Primo, ¿Quieres oler la mano que acaba de tocar lo que mas deseas del mundo? – me pregunto mi prima de igual manera susurrando como antes en mi oído. - ¿Quieres que te pajee mientras hueles la mano que acaba de tocar las tetas que en breve van a acoger tu polla? – volvió a susurrar de nuevo en el mismo tono mi prima en mi oído mientras sentía como mi prima moviendo su cadera provocaba espasmos llenos de placer al rozar su coño con mi cadera impregnándolo de sus fluidos. – Dímelo, dime lo que quieres – me susurro ella mientras su mano subía de mi culo a mi coronilla y me apretaba el pelo. – Quiero correrme – le susurre. – Quiero correrme mientras follo tu coño con mi mano – le susurre de igual manera que ella estaba haciendo conmigo. – Jooooooooooooooooooooooooooder, coño – aulló mi prima antes de hundir su boca en mi hombro y sentir como sus dientes se clavaban en mi piel y ahogaban un grito que seguro hubiese puesto a todos en pie. Mi prima con espasmos se sacudió contra mi cuerpo mientras disfrutaba de su momento.
Mi prima se fue recuperando poco a poco del momento que acaba de tener y en ese momento sentí como su mano se apoderaba de mi polla. – Esta bien toca mi coño – me susurro mientras se dejaba caer delante de mi y quedaba tumbada en la cama mientras sus piernas se colaban entre las mías por detrás de mi.
Mi prima ahora yacía tumbada delante de mi, mientras me miraba asintiendo con la cabeza invitándome a empezar a tocarla mientras su mano no había soltado mi polla en ningún momento. La mano de mi prima apretaba suavemente mi polla mientras sentía como su dedo pulgar e índice haciendo un anillo perfecto estrujaban en un punto de presión perfecto mi polla haciéndome besar el cielo cada vez que llegaba a mi glande. – Vamos primo – susurro lo mas bajito que pudo sin apenas mover los labios mientras no paraba de asentir con la cabeza. Yo en ese momento me deje llevar por el placer y llevando de manera automática mi mano izquierda a sus pechos me recree con el tacto de los mismos.
Raquel al sentir mi mano recorriendo sus tetas se dejo llevar por el placer y de nuevo incorporándose quedo frente a mí. – Huele mi mano y grábate en tu cerebro como huelen las tetas de Gemma – me susurro Raquel poniendo de nuevo la palma de su mano delante de mi cara. Esta vez no quise privarme y mientras me incorporaba algo mas hacia delante dejé que el cuerpo de mi prima cayese de nuevo en la cama quedando su cara elevada al apoyar su cabeza en la almohada. – Huele mi mano – susurro casi de manera inaudible de nuevo Raquel. – Claro que si cariño – le respondí yo en el mismo tono mientras ahora llevaba su mano a mi cara y a la vez que aspiraba su aroma de igual manera mi dedo índice y corazón penetraban el coño de mi prima al tiempo que mi pulgar castigaba su clítoris. Mi prima al ver la escena provocada por el momento y descubrirse haciéndome una paja al tiempo que yo olía el aroma de los pechos e Gemma en su mano y la follaba con dos dedos fue el acicate necesario para que ella clavándose mis dedos en lo mas profundo de su ser de nuevo volviese a ahogar un chillido provocado por el placer que nos estábamos dando en ese momento. – Para, para, para – me susurro Raquel entre aquella voz casi inaudible y gestos.
Yo me quede quieto y ella en ese momento ya poseída por la situación me llevo a tirones a colocarme a horcajadas sobre sus tetas y apretar mi polla en su canalillo mientras me pajeaba lo más suavemente que podía en ese momento. – Ven – me dijo en el mismo tono de susurro mientras me inviaba a que me acercase a ella. – Fóllame la boca hasta que te corras primo – me susurro Raquel a fin de que pasásemos un paso que nunca antes nos habíamos planteado pasar. – ¿Estás segura? – le pregunte. – Si – me dijo ella asintiendo con la cabeza. – Ya me arrepentiré mañana pero ahora mismo es lo que más quiero – me susurro ella. – Por favor, primo, mete tu polla en mi boca y fóllame hasta que te corras – me susurro mi prima jadeando. – Lo necesito – me imploro.
Yo en ese momento me incorpore de nuevo y apoyando mi peso en mis rodillas me moví lo suficiente para poder ascender hasta la boca de mi prima en la que coloque mi polla y empecé a penetrar. Comencé a introducir mi miembro en la boca de mi prima hasta que con dos suaves toques de su mano en mi cadera mi prima me indico que ese era el tope. Yo por respuesta la mire y asentí empezando en ese momento a retirarme para de nuevo repetir y empezar así una suave follada a su boca hasta conseguir mi orgasmo. Era un placer sentir como la boca de mi prima envolvía mi polla y me llevaba poco a poco al punto de no retorno. – ¿Sigo? – le susurre indicándole que ya estaba próximo a correrme. Ella por respuesta asintió levemente con la cabeza mientras sentía como la lengua de mi prima castigaba mi glande. – Uuuum – gemí yo antes de darme cuenta y ahogando mi gemido de igual manera que Raquel haba ahogado los suyos.
Un nuevo toque de su mano en mi cadera y mi prima me hizo parar para haciéndome girar hacia mi izquierda y ser yo ahora el que cayese boca arriba en la cama y ahora viendo a mi prima serpentear sobre mi cuerpo descubrir como ella llevando su mano izquierda la volvía a poner al alcance de mi nariz a fin de que oliese los senos de mi prima al tiempo que sentía como su boca volvía a acoger mi polla y su lengua recorría todo mi glande a fin de descargarme en su boca. – Disfrútalo – me decía a gritos su mirada. Allí tenia a mi prima, mamando mi polla sin usar las manos para agarrarla mientras olía la mano de mi prima que había sobado las tetas de mi prima al tiempo que veía como sus pechos se movían grácilmente ante las subidas y bajadas de si cuerpo a fin de permitir que su boca devorase mi miembro. Hice que la mano de mi prima descendiese hasta dejar tan solo las yemas de sus dedos apoyadas en la punta de mi nariz haciendo que ella se diese cuenta de que lo que quería en ese momento era verla a ella devorando mi polla y desencadenar por fin mi corrida.
Así fue que mientras olía la mano de mi prima sentía y veía como su boca acogía algo mas de la mitad de mi polla y me llevaba a correrme de una manera escandalosa dentro de su boca.
Mi prima al sentir el primer trallazo de semen en su boca debió pensar que no seria capaz de contenerme y ahora paso su mano a tapar mi boca mientras yo arqueaba mi cuerpo y clavándome de la manera mas salvaje que me permitía la situación en la boca de mi prima me corría sin cortapisas en su boca con ocho largos trallazos de semen que fueron a depositarse en su boca y siendo incapaz de retener tal cantidad de semen parte de este salió por la comisura de sus labios y resbalo por el tronco de mi polla mientras su mirada llena de lujuria se clavaba en la mía.
Una vez que por fin había terminado de correrme y lo había disfrutado como en mi vida le susurre a mi prima que me había quedado muy, muy a gusto. – Primo, me has dado leche para el desayuno durante el próximo mes – me susurro divertida. – Que bruta eres – le respondí yo divertido. – Ja,ja, ja anda que no – me susurro ella de nuevo. – Lo que no se es que es lo que tiene tan caliente para producir tanto semen – me dice ella esperando que le diga algo. – Aun no tengo nada que contarte – le respondo yo. – Lo principal me da que lo se – me responde ella.
– Mira, aún quedan restos en tu polla – me dice ella, pensando yo que quería que me fuese a lavarme. Yo al hacer ademan de incorporarme ella pone su mano en mi pecho y niega con la cabeza mientras me mira encendida. – Tu polla sigue dura – me susurra de nuevo al oído y veo como su pecho derecho reposa sobre mi costado izquierdo levando yo en ese momento mi mano a retorcer suavemente su pezón. – ¿Sabes?, yo aun sigo cachonda – me dice ella – y creo que a ti la posibilidad de clavar tu polla en el coño de nuestra prima casada va a hacerte andas con la polla dura todo el dia – me susurra de nuevo ella una vez mas tan cerca de mi oído y tan bajito que siento un escalofrió cada vez que sus labios rozan mi oído.
Yo me recreo en el tacto de su enorme pecho contra el mío y me fijo que en efecto mi polla sigue dura sin perder un ápice de la dureza que tenia antes de correrme. - ¿Sabes? – le respondo yo de la misma manera que ella. – Yo estoy tan cachondo que me encantaría follarte hasta correrme dentro de ti – le respondo. – No, no, no – niega ella con la cabeza divertida. – No tenemos condones y no quiero quedarme embarazada me susurra ella. Yo asiento con la cabeza. – Prueba otra opción – me vuelve a decir ella. – ¿Sabes?, Me encantaría comerme tu coño mientras lleno tu estomago de mi corrida – le susurro. – Uuuuuuuum – murmulla ella mientras me besa. – Dímelo mientras me follas con dos dedos como antes – me susurra en gemidos.
Yo de nuevo repito como antes y poniéndome de lado llevo mi mano izquierda a su coño y lo veo encharcado y apetitoso. Lo penetro de nuevo con mis dedos corazón e índice hasta los nudillos y los saco y los meto varias veces mientras mi prima murmulla en mi oído. – Me encantaría comerme tu coño mientras lleno tu estomago de mi corrida – le susurro de nuevo rozando con mis labios su lóbulo y al terminar de hablar succionándolo por completo y dándole suaves mordiscos. – Cabrooooooooooon – me gruñe mientras noto de nuevo como mi prima se corre para mí. – Quiero llenarte la boca de polla – le confieso. – Y yo quiero llenarme mi boca de polla tuya – me dice dando un brinco y colocándose sobre mi encajando perfectamente en una posición invertida que más tarde sabría que se llama “hacer un sesenta y nueve”. – Me voy a hartar de polla – me susurra justo antes de empezar a mamármela de nuevo. – Y yo de coño – le respondo elevando me cadera y clavándome lo más que puedo dentro de su boca. – Uuuum – la oigo ronronear a ella mientras gustosa recibe mi polla por segunda esta noche en su boca.
De igual manera yo empiezo a mover mi lengua entre sus labios mayores y me voy tragando todos los jugos que han salido de su coño hasta ahora. – Así debe saber el cielo – murmullo mientras no paro de moverme y ayudado de la punta de mi nariz concentro mi cara en darle placer a mi prima. De igual manera sacando las manos por la parte exterior de nuestros cuerpos llevo mis manos a los cachetes de mi prima y separo esas dos maravillosas nalgas que forman el culo de mi prima y al separarlas descubro el precioso ano de mi prima en forma de asterisco. No se cual es el motivo, pero me siento atraído por él y en ese momento incorporando debajo de mi cabeza la almohada consigo erguir mi cabeza para estar directamente, estampado con el coño de mi prima y poder comérmelo con voracidad mientras lamo como un poseso el tesoro que se me ofrece.
Mi prima debido a la caña que le estoy dando a su coño se deja caer sobre mi cuerpo y su cabeza yace apoyada de lado en mi cadera derecha mientras de soslayo lame y chupa como puede entre temblores provocados por el placer mi polla. Yo en un momento en el que hundo por completo mi lengua dentro de la vagina de mi prima siento como de igual manera la punta de mi nariz que esta empapada de jugos de la comida de coño de mi prima abre poco a poco el culito de mi prima. En ese momento ella siente una descarga y siento como la sensación le resulta placentera. De nuevo me retiro y vuelvo a hundir la punta de mi nariz en el ano de mi prima y ella de igual manera me mira sorprendida al sentirse llena de placer. – Joder, no se que estas haciendo, pero me encanta – me susurra ella elevando su cabeza para cruzar su mirada con la mía. – Esto – le susurro a fin de que nadie nos oigo volviendo a hundir mi lengua en su coño y mi nariz en su culito. – Joder – susurra de nuevo. – Mete un poco mas el dedo – me pide ella. Yo en ese momento me hago el tonto y le meto un dedo en el coño a mi prima. – Nooooo – gruñe ella. – Que – le digo yo haciéndome el tonto. – Ya lo sabes – me dice ella mientras yo la miro haciéndome el tonto aún. – Méteme un dedo por el culo coño – me gruñe ella. Yo en ese momento saco el dedo que tengo dentro de su coño y lo meto de nuevo acompañado por el segundo. Ella me devuelve una mirada ansiosa y yo la miro parsimonioso pidiéndole paciencia.
Así encaro mis dos dedos enfrentados al culo de mi prima y poco a poco empiezo a penetrar el culo de mi prima con mi dedo corazón al ser el mas largo. – Joder que buenoooooo – gruñe mi prima dando pequeñas sacudidas con su cadera a mi dedo a fin de clavárselo mas dentro de ella. – La hostia esto es, es … joder sigue, sigue, no pareeeeeeeees – farfulla mi prima que esta disfrutando de sobre manera de mi asalto a su entrada trasera. – Mete otro – me pide mientras se gira y colocándose boca arriba apoya sus pies encima de mis hombros y deja su coño a la altura de mi boca dándome vía libre para seguir follándome con dos dedos su culo. – Ahora será como si te follásemos dos tíos – le susurro mientras clavo mi boca en su coño y sin dejar de hacer que mi lengua recorra todos los pliegues del coño de mi prima de igual manera ahora mi segundo dedo está encargándose de follarse el culo de mi prima. – Joder que bueno, coño – aúlla mi prima. – Joder esto es nuevo – me susurra ella. – Joder, la hostia – gruñe en ese momento mi prima corriéndose solo que esta vez tengo por completo mis dos dedos hundidos hasta los nudillos en el culo de mi prima a la vez que mi lengua bucea en lo mas profundo de su coño. Mi tía de repente parece una botella de coca cola que han agitado y abierto de repente. Mi prima desde su coño espurrea liquido mientras siente uno de los orgasmos mas placenteros que ha sentido en toda su vida.
Non quedamos quietos esperando a que mi prima terminase de disfrutar de su orgasmo. – Esto debe ser lo que mis amigas llaman “squirt” – me dice ella. – No sabes que corrida primo – me confiesa al oído de nuevo. – Ha sido como unir diez corridas en una sola – me confiesa. Me confiesa y en ese momento se queda callada. – Sabes – me dice dudando un momento. – En la época de la abuela las mujeres para llegar virgen al matrimonio jodían con el culo, ¿sabes? – me dice ella. Yo por un momento me quedo callado y la miro con los ojos desorbitados al leer entre líneas lo que me está proponiendo, pero no quiero ni decirlo. – Si cabroncete – me dice ella divertida. – Me ha dado mucho gusto que me folles el culo con dos dedos y me pregunto si me gustara mas con tu polla – me dice ella sonriendo. – Ya se, que hablamos, que solo nos pajearíamos a nosotros mismos mirando al otro, pero ya visto donde hemos llegado si metemos la pata, ya puestos, prefiero que me metas la polla por el culo hasta la garganta – me susurro ella. – Vamos primo, ¿me das polla en el culo? – me dijo ella mordiendo mi lóbulo al susurrarme en el oído. – Dale polla a mi culito andaaaa – me ronroneo ella.
Yo la miraba alucinado. – Desde luego que si – le dije a mi prima siendo consciente de que aquella iba a ser la primera vez que iba a follar. – Sigue jodiendo mi culo hasta que puedas meter tres dedos – me susurro ella invitándome a continuar con la profanación de su ano. De nuevo volví a meter dos dedos dentro del coño de mi prima y dilaté su coño hasta que este admitió la entrada de mi tercer dedo. – Uuuuuuuum que gustazo joder – me gruño mi prima mientras sentía como follaba su coño. – Quiero que te corras para mi otra vez antes de clavar mi polla en tu culo puta – me gruñí a mi prima presa de la excitación del momento. – Esta polla cabrón – dijo mi prima en ese momento sintiendo yo al no poder verlo como la mano de mi prima apretaba mi polla y empezaba una suave y lenta paja y me indicaba lo cachonda que la ponía que la llamase en ese momento puta. – Pues sigue tocándome la polla puta que te vas a hartar de rabo – le respondí viendo como su mirada se encendía mas a cada palabra mía. – Esta polla la voy a dejar seca cabrón – me gruño ella incorporándose de nuevo hacia mi y pegando su boca a mi oído. – Puta no tienes boca ni culo para secarme – le gruñí yo. – Tu puta cariño, solo puedo ser así de puta para ti, cabrón, no lo olvides nunca – me gruño ella mientras sentía como hundía de nuevo por completo mis tres dedos dentro de su culo hasta los nudillos. – Puta, creo que tu culo esta preparado para recibir rabo – le gruñí mientras empujaba con mi cadera la suya.
Raquel por un momento se quedo quieta y se preparo para que su culo se tragase mi polla. – Esta bien, no te muevas, déjame a mí – me susurro ella. En ese momento mi prima se irguió sobre mi e inclinando su torso sobre mi magnifico sus tetas que mordí, chupé y lamí con ansias. – Prima no se si controlare estarme quieto – le susurre indicándole lo cachondo que estaba. Ella en ese momento me hizo una señal de silencio y de nuevo se acercó a mí. – Cabrón creo que la aspirante a zorra sigue detrás de la puerta escuchando como nos jodemos a placer – me gruño mi prima. – ¿Quieres que vaya a invitarla? – me escupió de nuevo. – A lo mejor ella si te deja que te claves en su coño – me susurro ella arqueando las cejas. – Aquí la única aspirante a zorra que me voy a joder esta noche es a ti perra – le gruñí yo ahora. – Y lo único que me voy a joder ahora es tu culo, puta – le gruñí yo.
Mi prima en ese momento me miro encendida y deseosa y llevando suavemente su cuerpo hacia atrás sentí como las nalgas de mi prima envolvían mi glande y como la punta del mismo hacia contacto por primera vez con el ano de mi prima. – Joder esta bien lubricada – gruño mi prima al tiempo que los sentíamos como mi polla entraba sin problema abriendo el ano de mi prima. – Diosssssssssss – gruñí al sentir como ya la mitad de mi polla estaba dentro del culo de Raquel. Esta al sentir la intromisión de mi miembro rellenándola por completo se quedo parada. – Joder que maravilla – susurro ella al sentir la mitad de mi polla enterrada en su culo. Yo en ese momento me incorpore para besarla y tome desde la base sus pechos. – Joder que gustazo prima – le gruñí entre nuestros labios. – ¿Te gusta tener enterrada tu polla en mi culito? – me pregunto ella. – Me encanta putita – le dije elevando mi cadera y hundiendo unos centímetros mas de polla dentro del culo de mi prima. – Quiero meter toda mi polla en tu culo de zorra – gruñí mientras empujando los hombros de mi prima hacia abajo la invitaba a clavarse el resto de mi polla. – Espera – me pidió ella en ese momento y elevando su cuerpo dejo salir parte de mi polla de ella para de nevo dejándose caer clavársela casi hasta la base. – ¿Estas seguro que no quieres que vaya a invitar a nuestra oyente para que se convierta en tu nueva zorrita? – me pregunto de nuevo Raquel teniendo, ahora si, toda mi polla clavada dentro de su culo. – Tu sola, ¿no eres capaz de encargarte de mi polla? Puta – le exhorte yo en ese momento. – Si que lo soy – me respondió ella. – Pero de igual manera creo que el dia de mañana con una sola mujer no tendrás ni para empezar – me dijo ella empezando a cabalgar mi polla sin piedad dándome placer hasta que le dije que me iba a correr. – No cabrón en mi culo de puta no te vas a correr – me gruño ella. – Aguanta a que yo me corra y te dejo de nuevo que me folles la boca hasta que te corraass – gruño ella. – Espe, espera, espera, espera cabroooooooooooooonn – aulló Raquel en ese momento corriéndose como una loba. – Joder que mierda no poder gritar como deseo hacerlo – gruño indignada Raquel. – Joder no sabes lo bueno que esta esto – gimió mi prima ahora mimosa por todo lo provocado y descubierto.
Mi prima saco ahora mi polla de su culo y me la limpio con una toallita. – Que preciosidad de polla – me dijo mi prima mientras me besaba. – Me ha encantado romper barreras contigo – me susurro ella. – Dime cómo quieres correrte – me susurro ella. – No soy capaz de negarte nada ahora mismo – me susurro ella. – Túmbate a mi lado – le pedí a mi prima y en ese momento me amorré a sus pezones. – Dios que gustazo – susurro ella cuando sintió como mi lengua hacia contacto con su pezón derecho. – Sigue mi niño, sigue – me susurro ella mientras gemía. – Tenemos que buscarnos para la próxima vez una caja de condones y un sitio en el que pueda gritar sin corta pisas todo el placer que me das – me susurro ella mientras sujetaba mi cabeza contra su pecho. – Yo en ese momento llevé mi mano a su vagina y comencé a tocar su clítoris. – No me folles, es lo único que te pido – me susurro ella. – No pensaba hacerlo – le respondí. – No es que no quiera, lo sabes – me respondió ella. – Lo se no te preocupes – le volví a responder. – Ahora con disfrutar de lo que se me ofrece me doy por más que satisfecho – le respondí. – Y a mi me encanta lo que me ofreces – me susurro ella sintiendo en ese momento como su mano tomaba posesión de mi polla y comenzaba a masturbarme de nuevo.
Mi prima retomo con ganas su paja a mi polla y en ese momento se coloco a horcajadas de nuevo sobre mi irguiendo con su mano izquierda mi polla mientras pegaba su cadera a la mía. – ¿Me vas a pajear con tu culo? – le pregunte en susurros. – Si la puta de tu prima te va a pajear en la raja del culo que te acabas de follar bien follado hace un rato – me respondió ella. – Joder que bueno prima – le respondí. – Tu puta va a saber cuidarte – me respondió ella. – Todo mi cuerpo va a ser tuyo – me respondió ella. – Mira – me dijo ella resbalando su cuerpo por el mío. Ahora mi prima dejo caer su cuerpo hasta que sus pechos quedaron a la altura de mi polla la cual envolvió entre los mismos y continuo con su paja. – Joder que bueno – susurre excitándome cada vez al ver como mi prima se agarraba los pezones para poder mover sus tetas a lo largo de mi polla. – Una buena polla – me susurro ella. – Unas tetas magnificas – le respondí yo. En ese momento mi prima ansiosa se dejo caer y de nuevo engullendo mi polla la lengua de mi prima se enrosco mientras sentía como sus pezones se apoyaban y resbalaban por mis piernas. – Joder que bueno – gruñí. Mi prima me susurro – No sabes lo que daría ahora por tener un condón a mano y clavarme esta hermosura de polla en lo mas profundo de mi coño – me gruño mi prima. – Y a mí también me encantaría – le respondí. – Aunque la idea de llenar tu boca de mi corrida de nuevo tampoco me desagrada – le respondí. – Venga, vamos, ¡lléname! – me susurro con la voz de mas zorra que pudo poner retomando la mamada hasta que en uno los empellones con mi polla alojada en su garganta por fin me corrí.
Fue una corrida larga que me dejo agotado y satisfecho, todo el dia con el calentón desde luego haba sido satisfecho. – Me encanta tenerte prima – le dije cuando por fin me había vaciado por completo dentro de ella y yacíamos los dos tumbados el uno al lado del otro. – No se que ha pasado hoy, pero desde luego ibas cargado – me respondió ella. – Lo de Gemma no me lo esperaba – me confeso ella. – Pero estoy segura que antes o después entre las piernas de ella si que te va a poder clavar – me confeso. – ¿A que te refieres? – le pregunte. – Lo sabrás cuando llegue el momento – me respondió ella. – Joder que misteriosas os poneis todas con el tema – le respondí ya mosqueado. – Yo lo entenderás cariño – me dijo ella. – Y ahora vamos a dormir que son las seis de la mañana – me dijo mi prima mientras se daba la vuelta y tomando mi brazo lo enroscaba entorno a su cintura y nos dormíamos los dos.