Primer empleo 3
La tercera parte de mi relato :) gracias por esperar, y perdon por la demora jajaja, lo quiero
Buenaaasss a todes jaja, tanto tiempooo :/ espero que todavía estén ahí jaja, antes que nada, perdón por tardarme tanto en subir la tercera parte, las clases virtuales me están matando :/. Yo pensaba que con la cuarentena iba a tener más tiempo (no podía estar mas equivocada). Bueno, comenzamos.
Al día siguiente, después de haber sido cogida por segunda vez por mi patrón, ya no tenia tantas preguntas en mi cabeza, creo que hasta ya lo iba aceptando, hasta recordaba que hace unos años, mis padres casi se separan porque mi mama había estado con su jefe cuando ella trabajaba. Después de todo parecía normal que los jefes le hagan eso a las empleadas.
Fue un dia mas bien normal, me puse a limpiar un poco la habitación, y como de costumbre, cada cierto tiempo me llegaban whatsaps del chico con el que andaba, ya no me nacia responderle, toda la atracción que sentía por el, extrañamente había desaparecido por completo. Quiero aclarar que mi jefe no me atraía para nada en lo físico ni en lo sentimental, sin embargo era el primero y el único que me había hecho sentir eso, y sentía que ya no había vuelta atrás. Ya me había cansado de los “noviazgos” de niños, del típico pasar toda la tarde en una plaza, para que al final con mucho esfuerzo me terminen robando un beso.
Mi mentalidad había cambiado completamente en solo 3 días, aunque solamente había tenido sexo 2 veces, yo ya sentía que sabia lo suficiente para considerarme una mujer “adulta”, aunque no podía estar mas equivocada jaja, a todo esto se me había pasado que tenia que tomar esa pastilla de mierda, se hacia hora de ir a trabajar, almorcé con mi familia, todo normal, me vestí decente, nunca me ponía ropa muy provocativa, aparte, yo iba a “trabajar” lo que pasaba en el trabajo era otra cosa.
Me dispuse a ir a trabajar, y aunque mi mama se ofreció a llevarme, yo no acepte, básicamente me gustaba ir caminando por 2 razones, la primera es que me daba el suficiente tiempo para ir pensando sobre todo y tampoco quería que mi mama conociera a mi jefe, quizás le parecería muy extraño que un hombre de 50 y tantos tome de empleada a una chica de 18, si bien ella sabia que mi jefe tenia sus años, hasta ese momento pensaba que eran varios los empleados que trabajaban en el lugar.
Camino al trabajo, mis nervios iban aumentando, no sabia si esto de tener sexo con el continuaría hasta volverse costumbre o pasaría a ser algo ocasional, sabía que volvería a suceder, y aunque se supone que ya había cierta confianza, por alguna razón, me costaba hablar con el y decirle lo que pensaba. Sin darme cuenta, ya estaba de nuevo en la puerta de mi trabajo, sin embargo, estaba cerrado, me pareció muy raro, a mí no me había avisado nada, y habíamos quedado que siempre nos íbamos a comunicar por whats por cualquier cosa. Me dispuse a tocar el timbre, y a los pocos segundos, me abre la puerta, no estaba vestido como en el negocio, esta vez estaba un poco mas casual, como si hubiese estado acostado me hizo pasar, y yo obviamente entre. Ah y por cierto, no entre por la puerta del negocio, sino por una que esta al costado, que hasta ese entonces yo creía que pertenecía a los vecinos, pero daba a un pasillo larguísimo que llegaba hasta su casa en el fondo.
Entre, ya estaba mucho mas nerviosa, no sabia con que idea saldría, se lo notaba un poco nervioso, hice unos 5 pasos dentro, y me agarro de la muñeca y me tiro, haciendo que me pegue a su cuerpo, abrazándome muy fuerte, obviamente no trate de resistirme, aunque si lo hubiera hecho, seria en vano, probablemente un solo musculo de su brazo seria mas fuerte que todos los míos junto, me abrazo a tal punto que sentía que me faltaba el aire. Y me dijo:
- Mi nena hermosa, no sabes cuanto extrañe este cuerpito, me volves loco.
Yo no podía decir nada, solo permanecía indefensa entre sus brazos, y de lo único que estaba segura es de que me iban a volver a coger, y ya creo que me estaba agradando eso, sentir todos los días un pene dentro mío, me gustaba sentir ese pequeño ardor durante todo el día. Me llevo prácticamente alzándome hasta la habitación, y me deposito en la cama, y se alejó de mi, algo que me pareció extraño, ya que lo común era que comience a desvestirme para después comenzar a penetrarme.
Sin embargo, se sentó en la cama, a medio metro de mi, yo estaba acostada, pero me sente a la orilla, no quería permanecer acostada (iba a quedar como si estaría rogando a que me coja), el sin mirarme a la cara, me dijo:
- Esta mal lo que hacemos.
Se lo notaba muy serio, aunque a mi me sorprendió que lo dijera, no encontraba ninguna respuesta, a lo que después de quizás un minuto de silencio, el continuo:
- Sos una mujercita muy pero muy hermosa, y no creo que este bien todo esto, a mi de verdad me re gustas pero entiendo que podrías ser hasta mi hija, yo jamás te haría daño y quiero que decidas si quieres seguir con esto o no. Digas lo que digas yo te voy a entender.
Se lo notaba mas serio que nunca, y a su vez me brindaba la confianza de poder responderle. El problema estaba en que yo estaba en duda sobre la propuesta, sentía que era la decisión de mi vida, también me preguntaba sobre que seria de mi trabajo. Así que me decidí a preguntarle.
- Y que pasaría con el trabajo?
- Yo sabia que ibas a decir que no, lo entiendo.
- Todavía no dije que no. Le respondí
- Pero lo vas a decir. Respondió desilusionado.
- Y vos que sabes? Pregunte con tono irónico, ya estábamos entrando en confianza a tal punto que me olvide que hablaba con un tipo de casi 40 años más que yo.
- Y si decís que no, sería una tortura tener ese cuerpito todos los días y no poder disfrutarlo, probablemente no puedas seguir trabajando, pero yo no tengo drama en pagarte quizás un mes mas sin trabajar, hasta que consigas algo.
- Y si digo que si?
- Seria el hombre mas feliz del mundo, y te daría con todos los gustos y muy probablemente vendría un aumentito de sueldo.
Obviamente me gustaba más esta última opción, ganaría más plata, probablemente trabajaría menos, y por sobre todo, tendría verga todos los días. Pero todavía tenia una duda, que quería el? ¿Seguir como estábamos o ir por una relación mas seria? Yo no quería de ninguna manera que seamos algo mas serio, principalmente por la diferencia de edad, asi que se lo tenía que preguntar:
- ¿Pero, vos quieres que seamos novios o algo así?
- No, yo entiendo como son las cosas, jamás podríamos tener una relación asi, vos sos una nena todavía, tenes que disfrutar tu juventud, lo único que haríamos seria tener sexo, y obviamente podrías tener tu novio o salir con el que vos quieras.
- Si. Respondí.
- Si qué?
- Que si quiero. Respondí tímidamente.
- ¿Que cosa? Pregunto incrédulo.
- Que hagamos eso.
Y al escuchar esas palabras se comenzó a marcar una gran sonrisa en la cara, que, aunque trataba de disimularla, era imposible. Se acerco a mí, y me abrazo, por alguna razón, me sentía super protegida entre sus brazos. Comenzó a acariciarme el pelo, mientras me decía.
- Te quiero mucho mi nena hermosa, ahora si te voy a hacer una mujercita.
Yo no podía responder nunca mientras me abrazaba, era como si sus brazos neutralizaban cualquier cosa que yo pudiera hacer. Al ver que yo no respondía nada, me volvió a decir:
- Queres que te haga una mujer?
Yo no sabia exactamente a que se refería, ya me había cogido 2 veces, no era virgen, asi que no se refería a desvirgarme, le pregunte.
- ¿Cómo una mujer?
- Y si, hasta ahora fuiste una nena muy dulce, pero ya es hora de que seas mujer, solo si vos me dejas que te enseñe.
- Bueno, pero no entiendo a qué te réferis.
- Una mujer tiene que saber como tratar a un hombre, y hasta ahora hice todo yo.
- Pero yo no se que hacer. Respondí, por que era cierto, hasta ahora lo único que había hecho yo era estar acostada con las piernas abiertas.
- Yo te voy a enseñar amor, vos haceme caso.
Y casi al mismo tiempo, quito una de sus manos de mi cuerpo, por lo que solo quedo abrazándome con la izquierda, mientras que con la derecha se desprendió el pantalón y saco su pene, aun no estaba del todo duro, pero se notaba que faltaba poco para alcanzar la máxima erección. Me dijo:
- Primero tenes que aprender a despertar a un hombre.
Y con la misma mano que saco su pene, tomo la mía y la llevo hacia su miembro. Se sentía una sensación rara, era la primera vez que agarraba un pene con la mano, el me hacia acariciarlo, y notaba como de a poquito se ponía mas duro, me daba un poco de impresión, se sentía inmenso. Después de unas 5 caricias, me dijo que lo masturbe, cosa que hice, aunque un poco torpe, estaba nerviosa la verdad.
Mientras lo masturbaba, ya había alcanzado la máxima erección, cuando se paro al lado de la cama, yo deje de masturbarlo, seguramente iba a comenzar a penetrarme, pero se puso en frente mío, no hacia falta ser adivina para saber lo que el quería. Aunque siempre me había parecido un asco hacer eso y hasta me había prometido a mí misma que jamás lo haría, sentía que no tenía escapatoria.
Me agarro de la cabeza y acerco su verga a mi cara, yo abrí la boca y comenzó a introducir su miembro, si con la mano, me parecía enorme, con la boca se sentía muchísimo mas grande. Introdujo masomenos la mitad y comenzó suavemente con el movimiento de vaivén. Yo solo mantenía la boca abierta. Después de quizás un minuto, tuve la sensación mas asquerosa de mi vida hasta ese momento, comenzó a expulsar unas gotitas de líquido preseminal (aunque yo en ese tiempo pensé que era semen), era un sabor horrible, como el aceite de las latas de pescado (odio el pescado), en ese momento me quise detener, pero era imposible, el seguía con lo suyo, aunque se dio cuenta de mi incomodidad, diciéndome:
- Tranquila amor, respira.
Después de un tiempo de estar haciendo eso, (por cierto en mi país a eso sele llama hacer un pete), el me quito las manos de la cabeza, y yo saque su verga de mi boca, a lo que me dijo.
- Ahora seguí vos solita.
Y asi lo hice, comencé a repetir los mismos movimientos, con la diferencia de que ahora yo lo hacia a mi ritmo, no era algo tan malo como pensaba, aunque ese líquido me parecía asqueroso, el pene en si no tenía ningún sabor ni nada. Después de unos minutos, el me hizo detener. La había llegado, me estaba por comenzar a coger. Estaba parado frente mío, y mientras se masturbaba suavemente, me pregunto.
- ¿Ahora, quieres que te haga mujer?
- Si.
- ¿Segura?
- Si
- Decime si no aguantas.
¿Aguantar qué? Si no era nada nuevo para mí, ya sabía que se sentía y no había tenido problemas. Me hizo ponerme boca abajo en la cama, y “ponerme en 4”, me apretaba con los dedos pulgares la cintura, indicándome como debía “quebrar” la espalda y después de unas pocas instrucciones, comenzó a penetrarme.
Lo notaba distinto, un poco mas fuerte, y a veces hasta torpe, las veces anteriores sentía que era cuidadoso, como si estaría protegiendo algo, ahora era todo lo contrario, sentía que quería terminar de romper lo poco que me quedaba sano. Comenzó a embestirme cada vez mas fuerte, no era constante, mas bien eran una especie de martillazos que sentía dentro mío. Cada vez me dolía un poco más, y aunque trate de decírselo, no podía hacerlo, lo único que pude hacer es comenzar a quejarme entre gemidos, a lo que él me decía que aguante un poquito más, que era una mujer hermosa y que siempre iba a ser de él. Yo comencé a transpirar bastante.
Entre tanto movimiento y gritos, me quede sin fuerzas, por lo que caí en la cama, pero mi pelvis seguía parada únicamente por que el me estaba sosteniendo, no dejaba de penetrarme, hasta que sentí el “martillazo” final, quedando adentro mío, y comenzó a inundar mi interior con su semen, fue quizás la sensación mas rara y linda de mi vida, no tenia absolutamente nada de fuerzas, ya no sentía mi cuerpo, lo único que sentía era como mis pareces vaginales envolvían y servían de refugio a su pene. En ese momento entendí a que se refería con hacerme mujer, esa eso, esa sensación que hasta ahora nunca había sentido, sentía que el era mi dueño, que yo solo era una parte de el, estaba totalmente entregada a mi jefe, que ahora también era mi hombre.
Salió de dentro mío, yo todavía no podía volver a la realidad, se acostó encima mío, su pene estaba apoyado ya casi flácido sobre mis glúteos, y me acariciaba el pelo y la espalda. Yo me sentía en el cielo, después de unos 10 minutos acostado, me limpio y me ayudo a vestirme, como si seria una niña, aunque la verdad ya había experimentado lo que era ser una mujer, y esa sensación no la iba a cambiar por nada del mundo. Una vez vestidos, me trate de acomodar el pelo, me dio unos billetes, que guarde sin contar, y me dio el dia libre.
Y después que estuvimos un tiempo charlando, me pregunto si aun tenia la pastilla, a lo que me acorde que no la había tomado, pero me tranquilizo diciéndome que servía hasta 3 días después creo. Como no podía volver tan temprano a mi casa, Sali a ver vidrieras en el centro, hasta que se hiso la hora, apenas llegue a mi casa, tome la bendita pastilla y me fui a dormir.
Hasta aquí la tercera parte, gracias por todos sus mensajes 😊 los quiero, y den likes jajaja, y los editores de la pagina, no cambien mis palabras, no se por que lo hacen, por si no lo sabían en argentina hay términos que no se usan en España (y viceversa).