Primer empleo 2

La segunda parte de la historia de mi vida, espero que les guste, saluditos

Al día siguiente, como nunca, me desperté a eso de las 6 de la mañana, no tenía sueño o quizás sí pero el remolino que tenia en mi mente no me dejaba dormir. Me sentía en el aire, todavía no asimilaba lo que había pasado la noche, pero sabía que paso por que aun sentía una molestia en mi vagina, una especie de irritación que solo podía ser la huella dejada por un hombre.

Me encontraba tendida en la cama, boca arriba, mirando a la nada mientras cientos de preguntas pasaban por mi cabeza, dentro de las que recuerdo, me preguntaba ¿por qué me había pasado esto a mí?, ¿por qué el me lo hiso?, ¿que vio en mi? Si tranquilamente podría ser su hija. ¿Tendrá hijas? ¿Les habrá hecho lo mismo? Aunque en realidad no sabia si lo que me había hecho era normal o realmente me había violado, mi duda era que prácticamente no había utilizado la fuerza conmigo, es decir, no me pego ni nada, mas que agarrarme un poco fuerte, que de hecho mas de una vez me lo habían hecho en publico uno que otro chico con los que anduve para intentar obtener un beso de mi boca. Quizás la diferencia estaba en la circunstancia, es decir, estábamos los dos solos, en un lugar privado, tal vez algunos de estos chicos hubieran hecho lo mismo conmigo si se daban estas condiciones.

Otra duda que no podía esclarecer era que si hubiese sido una violación, no me hubiese cuidado como lo hizo, tuvo la precaución de penetrarme suavemente y cada vez que me escuchaba quejarme se detenía unos segundos para darme tiempo a respirar, para después seguir cogiéndome.

Quizás todo había sido consentido, quizás yo lo había provocado sin darme cuenta y el solo hizo lo que un hombre tenia que hacer. Sin embargo, esta teoría no me terminaba de convencer. El no me gustaba físicamente ni nada, aunque como jefe era bastante bueno conmigo, pero repito, podría ser tranquilamente mi papá. Sea como sea, no me iba a animar a volver a mirarlo a los ojos.

Otra cosa que también me revolvía la cabeza era que iba a pasar con mi trabajo, me gustaba trabajar ahí, pero por sobre todas las cosas, me gustaba que podía manejar mi propia plata, si bien no era mucha, me encantaba ser un poco independiente. Suponía, que él quería seguir teniéndome ahí, el problema es que yo no sabia si me iba a animar a seguir trabajando para el, seguramente las cosas cambiarían, ya no sería la simple empleada, esa que no sabia atender y se las pasaba acomodando y limpiando. Ahora quizás también seria la putita de la empleada a la que puede coger cuando se le antoje.

Nunca se me cruzo por la cabeza contarle a nadie sobre lo que había pasado, quizás si lo hubiese hecho, lo hubiesen detenido, y posteriormente armado un escándalo, y me preocupaba mucho que eso pasara, después de todo, iba a quedar como la “chica violada” por el resto de mi vida. Hasta incluso llegue a echarle la culpa a mi familia, después de todo, trabajaba por que la situación económica nuestra cada vez iba peor.

Estuve como hasta las 10 en mi cama, me levanté y me puse ropa cómoda, ese día quería limpiar mi habitación. Físicamente me sentía distinta, ni mejor ni peor, simplemente distinta, quizás les sucedería a todas las chicas después de haber sido desvirgadas. Tenia un mensaje de mi “novio”, con el que había tomado el helado el día anterior, ya no estaba tan ansiosa de recibir sus mensajes como antes, así que ni lo abrí, pero suponía que era para darme los buenos días (siempre lo hacía). En medio de la limpieza, me sentía insegura acerca de la decisión que tomaría, no sabia si ir o no al trabajo. Termine de limpiar a eso de las 12 y me llamaron a comer, por suerte en mi familia nunca fuimos de hablarnos mucho. Con la única que hablaba mas era con mi mama, pero extrañamente en la mesa no hablamos casi nada. Termine de comer y me fui a mi habitación, me vestí como para ir a trabajar, pero todavía no me decidía.

Me tire en la cama, a tratar de esclarecer mi mente y tomar mi decisión, ya estaba vestida asi que decidí salir a caminar un poco, todavía faltaba tiempo para las 16hs, quizás caminar me ayudaría a decidirme. Mientras caminaba, pude tomar mi decisión. Quería ir, tenía que hacerlo, necesitaba esa plata, y si el me llegaba a preguntar sobre algo, iba a tratar de cambiar de tema. Tampoco iba a ser tan ingenua como para volver a caer en sus jueguitos. Seguí caminando en la dirección hacia el negocio. Quizás no era buena idea ir, incluso estuve a punto de volverme, pero no lo hice (quizás fue la mejor o peor decisión de mi vida, dependiendo del punto desde el que se lo miré). Sin embargo, a 10 minutos antes de las 15, ya estaba empujando la puerta de la entrada. Las piernas me temblaban, y ahí estaba el, apoyado en el mostrador como siempre. Me miro, y casi sin hacer ningún gesto, me saludo:

-        Hola Camila, ¿cómo estás? Se lo notaba un poco mas cansado de lo normal, hasta triste diría yo.

-        Hola don Fernando, bien. Mi vos era muy temblorosa, casi a punto de llorar, pero no sabía porque, yo no me sentía mal ni nada.

Me quede parada cerca de los estantes, no me animaba a entrar, esperaba que el me dijera que pase, o por lo menos que dijera algo, fue un momento muy incómodo, yo fingía que miraba la mercadería de los estantes, como controlando que este todo en orden, pero podía notar como el me miraba fijamente. Pero no era una mirada penetrante, simplemente no dejaba de observarme. Después de unos 5 minutos de alta tensión, el se acomodo en el mostrador y me dijo, con una voz compasiva:

-        Queres que hablemos? No había falta ser adivina para saber que quería hablar de eso.

Pero no sabia exactamente que me diría, y aunque había quedado en que iba a desviar cualquier conversación sobre ese tema, me pudo la situación, y accedí. Se fue al fondo del negocio, un poco más atrás de donde estaba yo, y me hizo señas con la cabeza, si se iba al depósito, yo no iba a entrar, pero se quedó ahí parado y saco dos banquitos de plásticos y se sentó en uno, dejando el otro bastante alejado como para darme más seguridad a mí. Fui caminando hacia donde estaba el, pero no me senté, si el trataba de tocarme, yo estaba lista para salir corriendo. Y comenzó la conversación:

-        Quiero que hablemos de lo que paso, lo de anoche.

-        Si, que pasa?

-        Nada, quería pedirte disculpas, no se que me paso te juro, no me podía controlar por favor perdóname, no le digas a nadie, me muero si se entera alguien, yo te puedo ayudar, pedirme lo que quieras a cambio de tu silencio.

Yo no sabia que hacer, se lo notaba realmente arrepentido, y por otro lado yo tampoco pensaba decírselo a nadie, y pedirle algo tampoco, seria como prostituirme, aunque en ese caso, lo que me había hecho era practica y legalmente una violación, pero yo lo único que quería era segur con mi vida, y no armar un escandalo de todo esto, lo único que pude decirle fue:

-        Esta bien, no pasó nada. Aunque claro que había pasado algo.

-        Gracias Camí, la verdad no me pude controlar, me pudo tu belleza, y me morí de celos al ver a ese chico traerte hasta aquí, perdón de verdad.

Estaba tratando de mantener el tema de la conversación, yo lo único que quería era terminarla y seguir como siempre, así que volví a decirle:

-        Esta bien, no paso nada.

-        Mira, no se como compensar mi error, toma. Mientras sacaba de su bolsillo unos billetes, que habrán sido quizás unos $1000 en billetes de 100. No pude aceptarlo.

Cuando me disponía a comenzar con mis tareas, me volvió a hablar, con otro tono, un poco más aliviado:

-        Te tengo que decir algo, odio decirlo pero es por tu bien, pero lo que paso podría traerte consecuencias, las consecuencias que tiene cuando hay relaciones entre un hombre y una mujer, yo me olvide de comprarte la pastilla del día después, yo te voy a dar la plata para comprarla, no hay problemas con eso.

A esa altura, se me cruzo de todo por la cabeza, menos de la posibilidad de que me pueda embarazar, sabía que me había acabado adentro, y que yo no me cuidaba, pero era tanta información a procesar que no me había acordado de ese detalle, que quizás era el mas importante. Pero no me animaría a comprarla, me daba hasta vergüenza ir a comprar ropa interior, menos me iba a animar a ir a una farmacia y que todos sepan que me habían cogido el día anterior. No me quedaba más remedio que decirle.

-        No, no me voy a animar, perdón.

-        A qué?

-        A comprarla.

-        Ahí, no te hagas problema, si te animas a quedarte un ratito en el engocio, yo voy y vuelvo y te la compro.

-        Bueno. Después de todo prefería atender y no ir a comprar eso.

Se demoro mas de lo común, aunque era un día demasiado tranquilo, en unos 40 minutos que se tardó, habría entrado solamente 3 clientes. En los minutos entre cliente y cliente, me ponía a pensar en por que no acepte la plata, después de todo me la estaba ofreciendo a cambio de no ir preso, y esa plata era la que yo ganaba por semana en este trabajo, me hubiese venido bien. Y también trataba de imaginarme como seria la pastilla, como seria que funciona, también me daba una sensación extraña, quizás un poco de asco saber que, probablemente algo de su semen todavía permanecía dentro mío, tratando de formar un bebe. El llego, y saco del bolsillo una pequeña cajita y me la entrego, yo rápidamente me la guarde, me daba vergüenza tenerla a la vista. A lo que me dijo:

-        Por favor, no te olvides de tomarla, tenéis uno o dos días más.

El día siguió dentro de lo normal, con un poco menos de movimiento, casi no hablábamos, mas que sobre los pedidos que llegarían al otro día, y cosas relacionadas con el negocio. A eso de las 21 hs, cuando mientras acomodaba unos jugos en la heladera que estaba pegada al mostrador. Me dice:

-        Perdóname, sos muy muy linda, con todo respeto, nunca quise ni voy a querer lastimarte, por favor acepta la plata, tómala como una recompensa por tu buen trabajo.

Todavia me arrepentía de no haber agarrado la plata, asi que “tímidamente” me acerque y la tome, ni conte cuanto era, y la guarde en un bolsillo de atrás de mi pantalón. Diciendole:

-         Gracia don Fernando.

-        No tenes nada que agradecer, y pedime lo que necesites por favor.

-        Gracias

-        Se que te debes sentir rara, pero te entiendo, sos muy joven todavía, pero no hay nada malo en lo que hicimos, todos lo hacen, es la naturaleza del ser humano, quizás si hubieses estado con un chico de tu edad te hubiera lastimado, no saben controlarse.

Ahora había cambiado el discurso totalmente, había transformado una violación en un acto de caridad en donde la única beneficiada era yo, sin embargo, por alguna razón, no me molestaba tanto, mas bien me daba lo mismo. Estaba impaciente por ir a mi casa a contar la plata, quizás ya llegaría para comprarme ese vestido que había visto hace una semana en una vidriera del centro, aunque no sabía si llegaba.

Se hicieron las 22hs y ya me disponía a salir, me arregle un poco, y me fui a despedir de Fernando, con un saludo desde lejos, como lo había hecho siempre, a lo que me detuvo y me dijo que esperara, dio la vuelta y me dijo.

-        Espera que te salude bien. Para posteriormente acercarse a darme un beso en la mejilla, ya no me daba miedo, me acerque al mismo tiempo para corresponderlo. En eso se acerca bruscamente y me da un beso en la boca.

Supongo que ya lo esperaba, no me moleste, después de todo un beso no era nada después de haber tenido su pene dentro mío, el primer pene que me exploraba. Trate de actuar normal, y alejarme, a lo que volví a sentir ese apriete en el brazo, que me hizo volver a darme vuelta y mirarlo de frente. El me miro a los ojos y me dijo en tono de súplica:

-        Por favor, no me hagas esto.

-        ¿Que no te haga qué? Después de todo, el era quien me había hecho todo.

-        No quiero que te vayas, te necesito, por favor hermosa.

-        ¿Que necesitas? Creía que todo eso esa un capitulo cerrado en mi vida.

-        A vos te necesito, necesito tu cuerpo, no me lo niegues por favor.

En ese momento algo cambio en mí, ya no me sentía indefensa, es más, lo miraba a el como el débil. Aunque su cuerpo era cuatro veces mas grande en todos los sentidos. Dentro mío, sentía que algo iba a explotar debajo de mi vientre, nunca lo había sentido. Fernando me estaba haciendo sentir en dos días, mas cosas que nadie en toda mi vida. Ya no pensaba en nada, mi cerebro dejo de funcionar, solo funcionaban mis instintos, y mis instintos lo único que querían era que mi jefe me volviera a coger, necesitaba volver a ser violada. Lo único que pude decir fue:

-        Bueno. Mientras mi temperatura aumentaba, a tal punto que me sentía sofocada.

Él se alejó de mí, yo no entendía por qué lo hacía, se fue rápidamente a la entrada del negocio y cerro la puerta y bajo las persianas sin ni siquiera guardar los carteles. Volvió hacia mí, y me agarro de la cintura para luego acercar so boca a la mía y comenzar a besarme, yo no pude seguirlo, pero tampoco impedí que él lo hiciera, relajé mis labios por lo que el pudo introducirme su lengua. Después de quizás dos minutos de besarme, separo sus labios de los mío y me alzó, yo instintivamente lo único que pude hacer fue abrazarlo con mis manos y mis piernas, se notaba su miembro duro atreves del pantalón, iba prácticamente sentada sobre ese bulto. Llegamos de nuevo a la misma cama, esa donde me había hecho mujer “a la fuerza”, en ese momento tuve una chispa de lucidez, mire mi celular y ya eran las 22:20, ya tendría que estar llegando a mi casa, pero estaba ahí, acostada frente a mi jefe, a punto de ser “violada”, le dije:

-        Perdón, ya es tarde, mi mama se va a preocupar, ya tendría que estar llegando.

-        Uhh, no nos dimos cuenta, avísale que te quedas haciendo horas extras, yo te llevo en mi auto después.

-        Bueno, gracias

Tome el celular, y mientras llamaba, trataba de calmarme, para sonar lo mas normal posible, le avise que llegaría mas tarde que no se preocupara, y se ofreció a venir a buscarme, a lo que le dije que mi jefe me iba a llevar en su auto, después de decirme que me cuide, corte el teléfono y le dije a Fernando:

-        Listo, ya está.

No me contesto, se acostó sobre mí, y comenzó a manosearme mientras me miraba, tratando de recorrer cada rincón de mi cuerpo, Aunque todavía estaba con ropa, podía sentir todo, apretaba mis pechos, hasta hacerme doler un poco, me gustaba la sensación. Después comenzó a desvestirme, esta vez no se limito a mi parte inferior, ahora se aseguro de dejarme completamente desnuda, ya no me daba vergüenza que me mirara así, después de todo suponía que era normal que el macho desnudara a la hembra antes de montarla. Se paro y comenzó a desvestirse frente mío, me daba un poco de impresión verlo desnudo, después de todo, la diferencia de edad seguía siendo mucha y no podía evitar verlo como a mi papá, aunque era un poco bastante mas grande de cuerpo.

Una vez desvestido, agarro su pene con la mano derecha y comenzó a masturbarse, era la primera vez que lo veía con detalle, era realmente grande, hasta me parecía imposible imaginarme como eso había podido estar dentro mío, se masturbo hasta que quedo completamente duro, se acerco a la orilla de la cama y me levanto las piernas, arrastrándome hasta la orilla de la cama, yo puse mis manos en mi nuca, como preparada para ver el espectáculo. El acerco su rostro a mi vagina y me largo un escupitajo, definitivamente fue la sensación mas asquerosa que sentí en mi vida, sentía como su saliva escurría, igual trate de fingir que no me importaba. Se aseguro de abrir bien mis piernas y colocarlas sobre su hombro, por suerte me mantenía en buen estado físico, aunque aun así, pude sentir como me tiraban los tendones. Acerco la cabeza de su miembro a los labios de mi vagina y comenzó a frotarlo no pude evitar la comparación, sentía como si me pasarían unos de esos desodorantes a bolilla. Sentí como me humedecía, mi cuerpo ya estaba listo para recibir al hombre. Y así fue.

El me comenzó a penetrarme, suavemente, y hasta con miedo, como si pudiese romper algo, ese algo ya lo había roto la noche anterior. Podía sentir como milímetro a milímetro, su pene iba avanzando en mi interior. Podía sentir como se tensaba el interior de mi vagina, no me llegaba a doler, pero sentía que ese era el límite, como si su pene hubiese sido creado a la medida justa para mi vagina, o mejor dicho, como si yo hubiese nacido con la vagina justa para su verga. Comenzó a aumentar su ritmo, mientras me decía lo hermosa que era para el, que era lo mas lindo que le paso en su vida, y que siempre iba a ser su nena. Aumento su ritmo hasta el punto que se mantenía constante, aunque todavía me daba un poco de asco quizás, me gustaba sentir la sensación de ser cogida.

Después de estar unos 5 minutos cogiéndome, me tomo mi mano y la llevo hasta mi vagina y la coloco de tal forma que podía sentir como el entraba en mi cuerpo, ósea tenia la mano apoyada en mi vagina, con los dedos abierto en forma de tijera, por lo que su pene los rozaba, sentía muy húmedo, y aunque me dio impresión, no podía quitarlos, el me tenia de la muñeca. Comenzó a aumentar su ritmo, y eso significaba, con mi corta experiencia, que estaba a punto de explotar dentro mío, me excitaba mucho sentir como me llenaria de su semen, no pude evitar hacer pequeños ruidos de placer, el obviamente se dio cuenta de esto y me dijo:

-        ¿Te gusta mi amor?

-        Si. Ya no aguantaba más.

-        Déjame que te preñe mi niña hermosa. Con un tono agitado pero dulce.

-        Si. Era lo único que podía decir.

Luego comencé a sentir sus espasmos musculares para que después, acompañado de un pequeño grito, comenzara a expulsar su esperma, depositándolo dentro de mi cuerpo, marcando su territorio. Instintivamente cerré mis piernas alrededor de su cintura, como pidiendo que no saliera de mí, que no me abandonara. Los dos quedamos sin fuerzas, el se salió de dentro mío, con su pene mucho mas blando. Y pude sentir el semen salir de mi interior, y caer en el piso.

El repitió el proceso, trajo papel higiénico, me limpio un poco, y sin intercambiar palabras, nos vestimos y después me llevo en el auto hasta mi casa, me dejo en la puerta y espero hasta que entre, eran las 23:15 aproximadamente, y ahí estaba, mi mama sentada en el living, esperando preocupada, yo todavía estaba un poco transpirada y agitada, me abrazo y me pregunto como estaba, le dije que muy cansada, habíamos “trabajado” mucho y quería irme a dormir, aunque siempre cenaba, esta vez no acepte, realmente necesitaba estar sola y dormir.

Hasta aquí esta segunda parte, gracias a los que comentaron mi historia anterior, que mas que historia seria como una autobiografía, espero que les guste, y pronto contare más.