Primer dia de mi sobrina en casa

Su atrevimiento no tiene límites

Por fin mi esposa y mi sobrina han llegado a casa. Va a ser difícil disimular mi impaciencia y mi emoción. Al abrir la puerta para dar la bienvenida a mi sobrina ha empezado una nueva aventura llena de incertidumbre y pasión.

Mi esposa, Karla, al terminar su primera jornada laboral en su nuevo puesto ha ido a recoger a mi sobrina.  Las dos de forma ruidosa se han presentado en casa haciendo gala de una buena sintonía entre ellas y un evidente alegría al empezar lo que sin duda será una buena relación.

Mi esposa me da un piquito como saludo , y luego se ha echado a un lado para dejar que mi sobrina me de sendos besos en la mejilla.

-“Bueno, ya la tenemos aquí. No sabes lo contenta que esta de poder venir a cuidar de los niños”, dice Karla mientras conduce a Davinia hacia la habitación que ha acondicionado especialmente para ella.

Las veo pasar con ese paso decidido que caracteriza a mi mujer, giro la cabeza para ver cómo se encaminan hacia la habitación y no puedo evitar mirar el culo de mi sobrina. Que rica está la condenada… No he podido quitarme de la cabeza ni por un instante los ratos que hemos pasado juntos en Las Vegas.

Se quedan un buen rato a solas en la habitación colocando sus cosas y hablando como dos buenas amigas. Aunque las separan más de veinte años parece que se van a llevar muy bien, ocupando mi esposa el papel de hermana mayor experimentada y con mucho interés por hacer que la vida de su sobrina sea tan feliz como sea posible.

Después se van a saludar a los niños antes de apagar la luz antes de dormir. He aprovechado el tiempo para preparar la cena para los tres y ya tengo la mesa preparada para cuando vuelven a la cocina.

Karla me agradece efusivamente el detalle dándome un beso en la boca sin dar importancia a que Davinia está presente. Todo queda en familia.

-“¿Has visto que maridito tan lindo tengo?” le pregunta de forma retórica volviendo la cabeza hacia mi sobrina.

-“Es un amor…siempre tan atento y cariñoso”, “te deseo que tengas la misma suerte que yo y que encuentres un chico tan majo como este que tenemos aquí”, “aunque eso todavía queda muy lejos…antes debes disfrutar de esa juventud tan bonita que tienes”, añade.

-“¿a que tengo razón, cariño?”, “estás de acuerdo que tiene que disfrutar de su juventud al máximo y satisfacer su  curiosidad antes de buscar una pareja estable”, me pregunta a mi sabiendo que yo voy a darle la razón.

-“Por supuesto que si… aunque no se lo digas así a tu hermana… creo que su mamá no pensará exactamente como tú”, le digo haciéndole ver que no todos son tan liberales como ella, y sobre todo cuando se trata de la niña de sus ojos.

Entre los tres retiramos el servicio de la cena y tomamos posiciones en el sofá para ver la tele. Yo ocupo mi sitio preferido en un extremo, mi esposa hace lo propio y se coloca en el otro extremo que es donde habitualmente se hace un ovillo cuando quiere ponerse cómoda. A Davinia le toca colocarse en medio, entre los dos, sentándose con una postura de lo más convencional.

A los pocos minutos de ver la Tv, siento como la mano de mi sobrina se planta encima de mi muslo y avanza decidida hacia mi entrepierna. Me sorprendo tanto que tengo un brusco sobresalto y vuelvo la mirada hacia mi sobrina e inmediatamente hacia mi esposa.

Dando un suspiro de alivio, compruebo que en cuanto se ha relajado un poco, la tensión del primer día en su nuevo empleo le ha pasado factura y se ha quedado dulcemente dormida apoyando su cabeza sobre la mano y el apoyabrazos.

En cuanto mi sobrina ha visto que estaba dormida, y ha puesto un cojin de pie entre ella y mi esposa como si fuese una barrera, e inmediatamente se ha lanzado a recordarme lo mucho que me gusta que me toque con sus manitas.

Esta situación inexplorada me causa mucha tensión y no se bien cómo reaccionar. Por una parte me siento incomodo, delante de mi mujer, con mi sobrina, y en mi propia casa…. Pero por otra parte mi cerebro recuerda los momentos de pasión que hemos vivido, lo mucho que me gusta el joven cuerpo de mi sobrina, y sobre todo me turba el entendimiento recordar las expresiones de placer que le he visto poner a mi joven amante mientras practicábamos las diversas posturas amorosas en el hotel.

Manteniéndome en alerta, me dejo manosear por encima del pantalón dejando que me agarre el paquete para que sepa que me pone mucho y que si se porta bien podremos disfrutar de su estancia en la casa.

Mi sobrina mantiene su brazo estirado mientras me frota con la mano haciendo que mi polla crezca y crezca hasta alcanzar su máximo tamaño. Ella mantiene la vista al frente, vigilando con el rabillo del ojo que Karla continue dormida. Mientras yo solo puedo mirar alternativamente a la Tv, a mi pantalón y a mi esposa.

La osadía de mi sobrina no parece tener límite, y debo sujetarle la mano cuando la pillo bajándome la cremallera. Uffff, esto es demasiada emoción para un primer día, así que le hago indicaciones para que se vaya a su habitación en silencio, y luego yo despierto a mi esposa para que nos vayamos juntos a  dormir al lecho.

A la mañana siguiente Karla se levanta temprano, llena de energía y con ganas de comerse el mundo. Yo la acompaño en el desayuno aunque para mí todavía falta casi una hora para levantarme según mi horario habitual.

Poco antes de que Karla se tenga que ir, aparece en la cocina mi sobrina con intención de recibir las últimas indicaciones sobre cómo ayudar a vestir a nuestros hijos.

Aparece con carita de sueño, vistiendo un simpático pijama compuesto por una blusa muy amplia que reposa sobre su lindo pecho y un pantaloncito tan escaso como amplio. Debajo de la blusa se adivinan unos lindos pechos, medianos en volumen, turgentes y desafiando la gravedad. Me imagino a mi mismo poniendo las manos por debajo de la blusa para acariciarle los pechos y empiezo a perder el control.

Yo la veo aparecer y me parece tan sexy que  no puedo evitar tener una reacción automática. Con preocupación, me miro a la entrepierna, solo llevo el pantalón de tela del pijama y un batín corto, ninguna de las dos prendas puede ocultar que debajo se ha despertado una respetable erección.

Por suerte para mí, con un rápido movimiento me puedo ocultar tras la mesa para que  nadie se de cuenta de mi situación. Karla, después de dar las últimas instrucciones para que todo salga bien este primer día, se acerca a mí y me da un sonoro beso antes de irse a trabajar.

Al oír como se cierra la puerta de entrada, Davinia y yo no perdemos ni un instante antes de abalanzamos uno contra el otro para fundirnos en un apasionado beso. Enloquecido meto las manos por debajo de la blusa para acariciarle las tetas, ella me besa apasionadamente encendiéndome aún más.

La abrazo, le pongo una mano en la espalda y la otra la bajo hasta que se pierde entre su pantalón y la piel de su culo. No lleva bragas y mi mano pasa de un cachete al otro disfrutando del contacto con su tibia piel.

-“ mi querido tío, ¿acaso me echabas de menos?, me dice con tono picarónn entre beso y beso.

-“ No lo sabes tu bien…ahora te voy a dar tu merecido por provocarme estando tu tía delante”, le digo recordando lo que sucedió anoche mientras estábamos en el sofá los tres juntos.

-“si me castigas fuerte… me enfadaré contigo y lo volveré a hacer muchas más veces”, me replica dándome a entender que espera de mí una reacción bien intensa.

Estoy tan excitado que mi cerebro solo responde al instinto más básico. Después de pasar mis manos por la piel de su pecho, su vientre, su espalda y la entrepierna, la volteo y hago que apoye las manos encima de la mesa inclinándose hacia delante. En esta posición pone justo enfrente su culo y sus bonitas piernas.

Totalmente embravecido, me bajo el pijama dejando al descubierto mi polla que en ese momento ya esta con una erección máxima. Con ambas manos le cojo su calzón y lo bajo completamente dejando ante mí su precioso culo. Me encanta…tiene una bonita forma de corazón invertido, con unos cachetes rellenitos y unas curvas maravillosas.

Soy víctima de mi impaciencia, hago que separe las piernas un poco y me pongo detrás para que mi polla quede entre sus piernas. No atino en este primer intento, así que me la cojo por el troncho y la guio frotando con su muslos y las curvas de su culo hasta que sitúo la punta en el entrada de su chocho. Restriego la punta con sus labios y la dejo bien encarada.

Con un suave empujón hago que la punta se abra camino entre los labios de mi sobrinita que espera paciente a tenerla toda dentro.

-“ Uhmmm, me vas a volver loco….”, le digo al tiempo que empiezo a balancear la cadera para ir ahondando cada vez mas en su chocho.

-“Dámela toda… lo estoy deseando”, me dice mientras echa el culo hacia atrás para  que la penetración sea completa.

Pongo ambas manos en la cintura, justo donde empieza su cadera, la sujeto firme y empiezo a empujar con fuerza. Al inicio lo hago despacio, recreándome en el movimiento, centímetro a centímetro, tanto al entrar como al salir. Poco a poco voy incrementando el ritmo y la intensidad, dejándome llevar por la pasión y enardecido al oir sus quejidos cuando la meto hasta el fondo.

Es un va y viene intenso y dulce, puedo ver como mi polla entra y sale totalmente mojada entre los cachetes de su lindo culo, contra el que hago impactar mi pubis. El choque es tan intenso que se produce un chasquido al contactar mi piel con la suya.

-“Asi…asi… dame bien fuerte cabrón… fóllame duro… más, mas….. así….”, me dice mi sobrina sorprendiéndome en su lenguaje, y haciendo que tenga todavía más ganas de darle bien duro.

-“¡Vaya con mi gatita!…parece que le gusta mucho que su tio te cuide y le de tu ración diaria de lechecita”, “¿verdad?”, le digo entre resoplidos mientras sigo bombeando con intensidad.

-“Siiii, siii….asiiii, asi, no pares, no pares ahoraaaaa”, me grita mientras su cuerpo se estremece, se ondula y se mueve acompañando mis embestidas.

Continuo con el balanceo de mi cadera haciendo que la polla entre y salga frotando entre sus carnes, ahora prestando mucha atención para adaptar el ritmo y la presión a la secuencia de su placer. Noto como un estremecimiento recorre su cuerpo, como le flaquean las piernas y como sus gemidos se convierten en un grito contenido.

Me detengo durante unos instantes, quiero sentir sus contracciones alrededor de mi polla, quiero acariciarle la espalda y quiero que ella me sienta muy adentro. Es un placer inmenso el que tengo mientras noto que mi querida sobrina ha tenido un hermoso orgasmo.

Me siento muy feliz por poder darle estos placeres mientras que yo disfruto de su juventud, de su bonito cuerpo y de darle estos momentos de delicioso placer.

Se que está descubriendo el mundo, que siente curiosidad, que quiere vivir, quiere sentir…  yo soy un hombre dichoso por estar en este momento de su vida. Mientras paladeo esta ricas sensaciones y mi cerebro entra en estado de enajenación, mi cuerpo reacciona… me corro sin control.

Asustado por que no hemos tomado ninguna precaución, la saco a tiempo para que la leche caiga sobre sus nalgas. Uffff, que corrida… ha sido como una explosión descontrolada. Tengo que tener más cuidado.