Primer Club Swinger
Placer, mire donde mire. salas pequeñas, grandes, con espejos, con cortinas, un jacuzzi, camas balinesas, una cruz de san andrés... todo para el placer, sin límites, más allá de mi imaginación
He oído que existen como un concepto difuso, clubes swingers les llaman, o sitios de intercambio de parejas. Escuché a un compañero decir que conoció a su actual esposa en uno de ellos, al que fue con su anterior compañera. Y aun con eso, no tenía una idea muy clara de qué se puede esperar en un sitio así. Mi amigo me había adelantado algunas fotos de las instalaciones. Parecía una discoteca, una barra, sofás, espejos. Algunas otras fotos de la web mostraban la zona de agua, algunas de las salas, todas con una luz rojiza muy apropiada, una cruz de san Andrés. Lo que me intrigaba era lo que sucedería allí. Cómo empieza un intercambio, por ejemplo. Con la misma naturalidad con la que organizó una orgía para mi estreno con una mujer, eligiendo a la mejor para iniciarme, sin lugar a duda, organizó esta primera salida a un club para mí, con la misma mujer, garantía de tener un buen rato, independientemente de lo que surgiera allí.
Al llegar, pedimos una copa y aún vestidos nos vamos a dar una vuelta, a explorar el lugar. Ellos conocen el sitio, han ido antes. Mis ojos están descubriendo todo desde cero. El primer pasillo tiene varias salas. Algunas pequeñas, se diría que para sexo en grupos reducidos, con acceso a través de pesadas cortinas que cualquiera puede abrir. Otras más grandes, con camas interminables y paredes llenas de espejos una de ellas, otra con luz tenue, y hasta un cuarto oscuro, muy oscuro. Un jacuzzi al otro lado, rodeado de camas estilo balinés desde las que quienes ocupan pueden ver a quienes tienen sexo o se disfrutan dentro del agua. Placer mire a donde mire. Al principio, miro con cierto reparo, me siento como una extraña invadiendo la intimidad de quienes allí están gozando de una u otra manera. Según vamos avanzando y descorriendo cortinas, asomándonos a habitaciones, observando los cuerpos mojados en las piscinas, rozándose, tocándose, chupándose… voy mirando con más descaro, con más lascivia, con más placer a quienes tienen sexo allí, delante de mí, sin reparo alguno. Ya me voy parando y mirando directamente, cómo uno se folla a otra, como le comen la polla y les aprietan la cabeza, como azotan uno y otro culo. Morboso, muy morboso, pero muy natural todo.
Nosotros pedimos las toallas en la barra y empezamos por el jacuzzi. Combinaciones de todo tipo entre los tres. Les como la polla y el coño mientras ellos se morrean de pie en el jacuzzi, nos tocamos unos a otros, nos comemos las bocas. Ella me besa mucho, y me gusta como lo hace. Me gusta tocarla también, quiero darle placer con mis manos, con mi lengua, con mi cuerpo entero. Él se la folla sentado, ella de espaldas a él, yo delante de ella, manos en general me tocan, el coño, las tetas, nos comemos las bocas, muy morboso. Gente se para a mirarnos, copa en mano, algunos incluso vestidos. Es un espectáculo vernos. Salimos del jacuzzi, queremos dar una vuelta, nos secamos, hace algo de frío. Nos ponemos la toalla y vamos al cuarto oscuro tras dar una vuelta de reconocimiento de nuevo. No se ve casi nada. Nos paramos en el centro del cuarto. Hay varias parejas teniendo sexo. Tocándose, chupándose, follándose. Pero pareja con pareja, no parece que haya mucha mezcla. Una mano me coge del brazo y me pone de espaldas a él, me pega a su cuerpo caliente. Me toca el coño, me besa el cuello, me coge las tetas. Toco las tetas de la chica, me mete los dedos, me susurra al oído. Qué coño más rico, qué caliente estás, estás empapada… ¿te gusta que te haga una pajita? Le toco un poco, un poco indecisa. Mis amigos me observan. Se unen. Los dos con la morena. Yo con el tipo y tocando a la chica un poco. De espaldas a el, rozándole el culo en la polla, y muchas manos pellizcándome las tetas. La pareja de al lado, observan a mis amigos con la morena, el tío se está follando a su pareja, y tocándome las tetas, y mirándoles. Me excita muchísimo. El tipo me mete los dedos, me corro, varias veces, mientras me toca y me susurra. Me va a meter el dedo en el culo pero no me apetece. Saco el culo para adelante y lo entiende, deja esa caricia y sigue con las otras. La morena le come la polla a él, el coño a ella, yo le como las tetas, me morreo con mi amiga, con mi amigo. Nos preguntan. ¿quién es tu pareja? A mí. Digo que ellos ¿los dos? Sí, venimos los tres juntos. Es mi primera vez en un club. Se esmeran. Me pellizcan las tetas en la oscuridad. Me tocan el coño, me meten los dedos, me pellizcan el clítoris. No sé ni cuántas manos. Me susurran ¡qué tetas tienes! Y me las vuelven a pellizcar incluso a morder. Y más dedos en el coño, dentro, en el clítoris. Yo le toco la polla al tipo pero la tiene blanda, aunque tampoco me siento del todo incompetente, parece que lo está pasando bien solo de tocarme.
Cuando mis amigos dan por concluida la interacción con ellos, vamos a dar otra vuelta. Salimos a tomar una copa, tengo sed. Con ella en la mano observamos por las salas, a quienes follan aquí y allí. La mayoría son con sus parejas, no se ven multitudes, salvo en la sala de los espejos. Cuando acabamos la copa vamos allí. Nos ponemos los tres en una esquina, a comernos la boca y chuparnos y yo me pongo a comerle el coño a mi amiga, a cuatro patas, con el culo apuntando hacia la entrada. No tardo en encontrarme una mano enredando en mi coño. Es una tía que aún está vestida. Se unen a nosotros, entra ella, pero el que se mete más es su pareja. Ella tiene la regla y no parece muy animada, no se deja hacer mucho. Le toco las tetas, se las como, pero no parece estar pasándolo demasiado bien. Ella se mezcla con mis amigos, él me toca el coño. Es un poco brusco pero me hace correr varias veces. Le como la polla y me aprieta la cabeza contra él, metiéndomela tan dentro que casi no puedo respirar. Me pone en cuatro para follarme y me toco mientras lo hace y me corro a gusto. Me ha azotado el culo fuerte, me ha follado fuerte, y al correrse me ha mordido la boca tan fuerte que me ha dejado un morado en el labio inferior por el que me preguntarán mañana, pero me gusta en general. Mis amigos se unen también a otras dos o tres parejas de al lado, se monta una buena, toda la cama llena. Cuando se empieza a despejar, mi amigo me llama. Ven, voy a enseñarte una cosa de mayores muy bonita. Y le mete la mano casi entera en el coño a mi amiga, la hace correr moviendo su mano entera dentro de ella. En ese rato los otros ya se van retirando. Cuando ella se corre me preguntan ¿quieres probar? Y sí, claro que quiero. Mi amigo folla de maravilla, toca de maravilla, come el coño de maravilla, comparado con cualquier otro de allí y netamente, sin comparaciones, es muy muy bueno. Me mete la mano, mi amiga me toca las tetas, me come la boca. Me corro como una loca, varias veces. Él no para cuando me corro, sigue, sin tregua. Ella me toca el clítoris también. Me dejo hacer allí tumbada, mientras la gente nos mira entre las cortinas. Qué rico todo, cuando acaba. Me sonríe y me besa en la boca, se le ve contento, quería una escena de todos con todos. Mientras mi amiga va un momento al baño, pedimos la siguiente copa y comentamos, anda si cuando nos conocimos en la facultad nos hubieran dicho que íbamos a acabar así.
Vamos en busca de la morena de antes, a mi amiga le apetece ella. Damos alguna vuelta, mirando, pero no les encontramos, o no están para interactuar. Decidimos ir al jacuzzi de nuevo. Pero está ocupado así que nos quedamos en la cama de arriba, esperando que se quede libre. Mientras se libera o no, mi amiga y yo nos ponemos a enredar. Mi amigo quiere mirarnos, no participa. Hacemos eso de la tijera, se frota conmigo, estoy deseando sentir su coño rozándose contra el mío. Me había dicho que no lo había hecho nunca, la última vez que nos vimos, pero creo que esta le gustó más aún que la primera vez. Mi amigo nos mira embelesado. Qué buenas estáis, como me gusta veros juntas, cómo me gusta veros tocaros y cómo me gusta veros follaros, y follaros yo ni os cuento… Me tumba y me come el coño, y lo hace muy muy bien, mientras ella susurra “sí, sí que es verdad” a respuesta de mi expresión de placer “es un demonio este hombre…” y yo la toco a ella, tumbada a mi lado, mientras le como la boca y le busco la lengua intensamente. Me gusta cuando me ronronea, sé que le estoy dando placer y eso me pone mucho. Me corro y le digo que el chico se va a sacar el candycrush aburrudo... Nos ponemos las dos con él. Está evidentemente complacido, se le ve contento con este arreglo de tres. Además, como vamos teniendo más confianza, cada vez el sexo es mejor entre los tres. Vamos las dos a por su polla, ella se la mete en la boca, yo le como los huevos, nos besamos y lamemos con la polla entre medias. Me acuerdo de lo que me dijo él, que no hay nada como una buena comida de culo. Me esmero ahí. Le como, le meto la lengua, le meto un dedo. Ella le come la boca, la polla, le masturba. Se acaba corriendo entre gemidos como un loco, entre las risas de qué he sido en esta u otra vida para merecer algo así, qué buenas estais, como me pone veros juntas, cómo me gusta lo que me hacéis… y le dice a ella, mientras le estoy comiendo el culo “qué lengua tiene la cabrona”.
Nos metemos en el jacuzzi. Volvemos a guarrear entre los tres. Me tocan entre los dos, nos besamos entre los tres. Muy morboso todo. Salimos y nos duchamos con agua caliente y jabón. Nos secamos y nos vestimos. Son las 5, muchas parejas se están marchando ya. Como hay un hospital aquí al lado, hay muchos taxis. Nos recogen en seguida. Nos metemos en la cama de un tirón. Él me dijo a la salida, no tienes tren ahora, quédate a dormir, y no dudé un momento. Nos acurrucamos, parecía que íbamos a dormir, pero nos enredamos. Mi amiga en el centro, él empieza a restregarse, ella le pide que se la meta en el culo. Mientras se la folla, yo decido comerle el coño. El le pregunta si le hace falta Hugo. Ella dice “si me come el coño ella, no” y yo me esmero. Estoy aprendiendo mucho y escucharla gemir me pone muchísimo. Le meto un dedo, dos, le separo los labios para chuparle el clítoris, tiro hacia el pubis de su piel para dejar el clítoris expuesto y se lo rozo con la lengua, o me lo meto todo en la boca y succiono. Él le folla el culo, yo le como el coño, y él le toca con sus dedos el clítoris y se corre como una loca y yo estoy cachonda perdida. A mí me han follado poco esa noche, parecería. Ella le dice “quieres más? Hay otro culo…” me pone de lado pero con el coño ofrecido, él le pide que me prepare el culo. Saca el lubricante, me toca le coño, me va metiendo el dedo poco a poco. Le dice que tiene que ir con cuidado, que tengo cara de susto, que está muy cerrado. Me pone como una loca que se ponga el lubricante en la polla y empiece a metérmela. Da igual si tengo susto. Sólo duele un poco al principio, me susurra. No se plantea ni por un momento dar marcha atrás. Y me pone cardiaca perdida. Ella me toca, me mete los dedos, me pellizca el clítoris. Y él pugna por entrar. Sé que le gusta la pelea, que le gusta que esté tan cerrado, tan apretado, ser quien manda y someterme, metérmela igual aunque gima al principio. Una vez pasado ese punto en que duele, abro mucho los ojos y me arqueo. Ya llega ese momento en que me gusta. Me propongo sentir, no buscar el orgasmo, moverme con él, hacia él, metérmela más al fondo con mi movimiento. Ella me mete los dedos y con el pulgar juega con mi clítoris y me corro como una loca pero él no la saca, sigue, se sigue moviendo pese a que abro los ojos mucho, me quedo sin aire, ya estaba siendo tan intenso, pero no para, quiere que me deshaga, sigue empujando, a ritmo, y tocando, ella, todo lo tocable, y él sujetándome por los hombros, domando mi espalda que se arquea, cogiéndome todo el pelo enredándoselo en su mano. Dios como me pone que me someta de esa manera. Creo que le gusta mucho mi capacidad para tener orgasmos uno detrás de otro, que me corra como una perra como él dice. Me corro pero él no quiere parar y cada orgasmo es más intenso que el anterior. El último, es solo con el culo. Tarda un poco más, pero vale la pena. Cuando termina, mirando al techo exhausta y riendo con mi amiga, exclamo de nuevo. Joder, qué rico todo. El se levanta en seguida al baño a lavarse. Y tras asearnos todos, ya nos acurrucamos los tres y a dormir. Eso serían como las seis y media de la mañana. No se podía ir a dormir antes de una buena enculada, dice. Despertador a las 10.45. pereza total. No queremos… y nos liamos. Ella se la come a él y le come el culo como yo el día anterior y le hace correr. Yo le como el coño a ella y la hago correr y me vengo crecida. Cómo te come el coño la rubia, le escucho decir a él luego más tarde en la ducha. Él me come el coño a mí. Joder qué bien lo hace por dios. Todo lo que tiene de autoritario en todo lo demás, lo tiene de complaciente cuando me lo come. Clítoris, mete los deditos, uno, luego los dos, los mueve, me los mete en el culo. Me corro, claro, por… buah, perdí la cuenta hace mucho de qué número hace esta. Se duchan, me visto, nos despedimos. Besos en la boca a ella, y un abrazo. Beso en la cara a él y un abrazo más corto. Volveremos a quedar, ¿verdad? Me pregunta mi amigo. Le digo que ha sido un placer, que seguro que sí. Muchos placeres, dice ella bromeando. Por favor, contad conmigo para otra de estas. Muy repetible