Primer amor
Por las noches, cuando estás dormido él entra por la ventana y se mete en mi cama.
Por las noches, cuando estás dormido
él entra por la ventana y se mete en mi cama.
Con sus pies de algodón es imposible que te des cuenta.
Desnuda mi cuerpo y aparta mis piernas,
va derecho al grano.
Luego me susurra palabras que tenía olvidadas,
de cuando las palabras lo eran todo.
Mi cuerpo se ablanda y lo acoge en su seno
como una madre protectora.
Su sable se despliega y rasga la oscuridad en mil colores.
Después besa todo mi cuerpo como si no lo conociera.
Con mis piernas dibujo un arco de fuego
que el tigre atraviesa de un solo salto.
Como buen intruso, ha preferido
entrar por la puerta de atrás.
Mis gemidos mueren en la palma de su mano.
Mientras, su verbo ardiente va colmando mis oraciones.
Mi alma echa a volar y desde el techo veo
dos cuerpos deshacerse en llamas sobre la cama.
Un segundo más tarde llega la calma.
Tú te despiertas y atrapas mi mano, pero es tarde,
todo mi ser está inundado de felicidad.
Te miro desde la otra orilla del río
sin terminar de creer que he podido cruzar al otro lado
Ahora se levanta y me da un beso de buenas noches.
Dios sabe que hoy dormiré bien.
Tantas veces como tú cierres la ventana,
tantas veces volverá a abrirla con sus dedos mágicos.
Porque sólo él puede devolverme
aquello que sólo a él entregué una vez.