Primer acercamiento, nuevas experiencias.

Valentina descubre junto a su primo Edgar que hay más que video juegos.

Me presento, soy Valentina, tengo 26 años recién cumplidos, tengo dos carreras universitarias pero solo ejerzo una, que es veterinaria la otra es agronomia, que estudie solo para complacer los deseos de mi padre, pero nunca le tome pasión, por eso comencé la otra y no me arrepiento, fue la mejor decisión, en fin eso ahora no tiene importancia (lo será más tarde).

Soy de tes clara, con cabello castaño a los hombros, ojos color miel (que son mi gran gancho ahora con la pandemia y los cubrebocas), sonrisa bonita y labios gruesos, 160cm de estatura, soy muy dedicada al gimnasio, por lo que trabaje mucho mis pompis de las cuales estoy orgullosa, redondas y paraditas, un busto pequeño pero agradecida con lo que me tocó, tal vez un día las aumente.

Soy de un pequeño municipio en Jalisco, México.

En mi familia somos mi padre, mi madre, mi hermana Helena y yo que soy la menor por dos años.

Como mencioné en el título, quiero desahogar todas mis experiencias vividas aquí, eso incluye las más emocionantes hasta las más agridulces.

Somos gente de campo y afortunadamente, la familia de mi padre ha sabido trabajar la tierra y el ganado, logrando ser importante en la comunidad.

Mi padre siendo el mayor de sus hermanos, fue el heredero de mi abuelo al fallecer, y se hizo cargo de sus hermanos que eran más pequeños.

Tiene 3 hermanos: Andrea, Raul y Juan.

No tenemos mucho contacto con ellos, cuando crecieron todos fueron a la universidad y abandonaron el pueblo a la primer oportunidad, los vemos una vez al año en Navidad o año nuevo, en fin luego profundizaremos en los detalles familiares, hoy solo nos centraremos en la familia del tío Juan.

Lo que contaré a continuación fue hace años, cuando era una escuincla sin saber lo que vendría.

Todo comenzó en ese diciembre, se acercaban las fechas festivas y la familia de mi tío Juan llegaba de visita.

El es el menor de mis tíos y claro el consentido de mi padre, siempre que llega lo atiende como rey a el y a su familia, su esposa, mi tía Carolina, su hija Erika y su hijo Edgar que es un año mayor que yo.

Llegaron y se instalaron, mis tíos en la habitación de visitas, mi prima se quedó con mi hermana, como son de la edad tienen mucho en común se quedaron juntas y a Edgar (un año mayor que yo) lo alojaron en una habitación de tv que esta en un cuarto en la azotea.

El en ese entonces era un chico delgado, cabello un poco largo color negro y despeinado, ojos café obscuro, de estatura promedio para un chico de su edad, tes clara. Vaya no destacaba mucho, era un muchacho común creo. En ese entonces los niños que me gustaban eran los clásico de telenovelas infantiles, en fin.

Se llegaron las fiestas navideñas y los obsequios no tardaron en aparecer, nunca he sido una niña de muñecas y cosas así, por lo que yo deseaba en mi carta a santa un video juego, el que fuera, no era exigente y tampoco sabía mucho para tomar esa decisión, pero en cambio a eso me llegó una muñeca barbie y alguna ropa que aunque era bonita, no levantaba mi sonrisa.

Cual fue mi sorpresa al ver que a mi primo recibió un xbox y la envidia que sentí al verlo, no podía ocultar mi cara que hasta mi madre decidió retirarme de la sala ya que era evidente e incomodaba la situación alegre, hice un poco de berrinche y se me paso cuando mi padre me dijo que primero aprendira a usarlo y luego verian si me compraban uno, mi primo ahora era el que tenia una cara de enfado ya que sabía que lo harían compartir el suyo, por lo menos un par de días que le restaban en la casa.

Subieron mi padre, mi tío y mi primo al cuarto de Tv, para instalarlo y ver como funcionaba, estábamos fascinados mi padre y yo ya que nunca habíamos visto la acción del video juego tan de cerca ellos por su parte aunque emocionados no mostraban el mismo asombro que nosotros ya que al ser de "ciudad " sabían más más tecnología de tv cosas así.

Pasaron los minutos, y los padres se fueron, irían a caminar a la montaña y sólo no quedamos los niños y la señora que ayuda en la casa para cuidarnos, mi prima y mi hermana estaban en el patio jugando con sus muñecas y mi primo y yo en el video juego, bueno mejor dicho solo el yo solo veía.

Jugaba un juego de miedo, había zombies y cosas así, yo veía emocionada las escenas de acción y la habilidad que tenía Edgar, pero conforme avanzaba,  se tornaba más difícil y lo mataban a cada rato, el se frustrada cuando la pantalla se iba a negro y decia "estas muerto " y el control vibraba muy fuerte.

Al ver que perdía constantemente le pedí poder intentarlo y probar mi suerte, pero el se negaba, decía que no era un juego para niñas y que tendría pesadillas, a lo que contesté diciendo que era muy valiente y a demás no era tan niña ya que no me gustaban las muñecas como a su hermana y la mía.

No pudo objetar mis argumentos a lo que accedió, me presto el control y comencé mi partida, era muy mala debo decir no sabia que hacer con los botones ni como moverme, el se desesperó al cabo de unos minutos y pretendió quitarme el control a lo que le pedí una segunda oportunidad pero que me enseñara, a lo que de mala gana accedió, me dijo que me sentara junto a él y puso sus manos sobre las mías y comenzó a mover el mando, estaba en una posicionan incómoda ya que el estaba en un sofá individual y yo en un pequeño banco a un lado.

Puso pausa al juego y me dijo que me sentara delante de él en el sofá, inocentemente accedí y me senté frente a él, dándole la espalda en la orilla del sofá, el me puso sus brazos rodeando mi cuerpo y las manos sobre las mías tomando el control del juego, así duramos unos minutos pero con cada sobre salto del juego, yo me caía del sofá, por lo que muy amablemente o inteligentemente me dijo que me sentara en sus piernas, rápidamente accedí ya que la emoción del juego me mantenía enfocada en el.

Como dije no sabía si lo había hecho con intención o solo fue como se dieron las cosas, pero todo estaba por tomar otro camino.

Como era de mañana y por la emoción de los obsequios, aún llevábamos pijamas de esas que son un pantalón de felpa y camisa a juego.

Yo por mi parte seguía en el juego comenzando a entender los botones y demostrando que aunque novata, estaba llegando más lejos que el, hasta que comenzó la parte difícil, yo me movía mucho y movía las manos como si eso me fuera a ayudar a jugar mejor, me frustrada y daba pequeños brincos sentada, sin saber que mi primo ya ni le prestaba atención al juego, tanto era mi enfoque en el juego que no había notado que sus manos ya estaban en mi cadera y que con cada movimiento me apretaba más a su cuerpo, hasta que en un arrebato brusco, deje caer aún más mi peso en el brinco y fue cando lo sentí.

Un pequeño bulto dejabo de mis pompis, a lo que de inmediato me intente parar rápidamente, pero las manos de mi primo no me dejaron.

  • ¿Qué pasó Vale, por qué te asustaste tanto?

  • Perdón, es por el juego, esta muy emocionante.

No quería que se diera cuenta de que ya había sentido su bulto.

Era la primera vez que algo así me pasaba, no sabía cómo reaccionar.

Pero una pequeña chispa dentro de mi, se había encendido y no volvería a apagarse.

Seguí jugando, pero mi atención ahora se enfocaba en otra cosa.

Descubrir si lo que estaba pasando era solo cosa mía o había un pequeño jugueteo naciendo.

Comencé a hacerle más platica a Edgar mientras jugaba, me torne más habladora de lo normal.

El noto mi cambio de actitud y comenzaron las risas y jugueteos, me picaba las costillas o me hacía cosquillas. Yo me meneaba con más intensidad sobre su regaso, notaba como crecía su bulto y el más movía sus caderas en forma vertical y se recorría en el pequeño sofá.

Habíamos perdito total interés en el video juego.

Sus cosquillas estaban comenzando a subir, de comenzar en mis costillas estaban llegando a mis axilas, el intentaba rozar lo que era un casi inexistente busto, pero no por no tener mucho, dejaría de intentar tocar.

Yo por mi parte hice un movimiento para tomar mayor control.

Me di una vuelta sobre mis caderas, quedando ahora cara a cara, seguimos con las cosquillas, donde ahora yo también era atacante.

Nunca había interactuado con Edgar de esta manera, el único contacto físico que habíamos tenido, fue un abrazo fugaz cuando intercambiamos un obsequio la noche anterior.

Las risas llegaron a un punto que ya me dolía la barriga, tanto fue que en un abruto movimiento, de estar sentada en su regazo, me resbale de espaldas al sueño y en la acción me sujete el pantalón pijama de Edgar, que al ser de un elástico flexible, lo baje en mi camino al suelo.

Cuál fue mi sorpresa que al intentar levantarme nos dimos cuenta de su desnudez de la cintura hacia abajo.

Me quedé boquiabierta al ver su joven pene al aire, con una ereccion que había estado creciendo entre tanto jugueteo.

Era el pene de un pre adolescente, con un carente vello púbico, delgado pero notablemente largo, sin circuncisión pero dejando ver el grande color rosa.

Ambos nos quedamos inmóviles ante la situación,  se hizo un silencio por unos segundos hasta que un impulso me hizo tocar su pene con un par de dedos.

Era la primera vez que veía un pene fuera de los libros de texto.

Le pregunté en tono inocente.

  • Por qué es tan grande?

En los libros de la escuela se ven muy pequeños igual que el de Goku (mis referencias de penes daban pena)

  • Bueno así son en la vida real ( dijo con voz nerviosa)

  • Puedo tocarlo bien?

  • Ya lo estas tocando

  • Pero con toda la mano

  • Claro...

Me  reincorporé y me puse de rodillas, el seguía de pie, pero con un pequeño temblor en su cuerpo, como cuando tienes escalofríos.

Me dispuse a tocar su pene con mi mando completa. Muy delicadamente, no sabía cómo tratarlo.

  • Te duele?

Se siente duro

  • No, ya ha estado así antes.

Tienes que cerrar tu mano y moverla haca abajo

La tencion había disminuido, me encontraba realizando mi primera paja sin saber que lo estaba haciendo, el seguía temblando y dando pequeños espasmos en su pene mientras lo tocaba.

  • Tienes frío?

Estas temblando

  • No, es difícil de explicar, no sé por qué tiemblo, no lo puedo evitar.

  • Ya haz hecho esto antes?

  • Sí, un par de veces, pero ahora se siente mejor

  • Qué sientes ?

  • Rico, no se como explicarlo.

Segui en mi tarea, y acelerando el movimiento, cuando me detuvo abruptamente.

Estaba teniendo un orgasmo, pero yo no sabía qué estaba pasando.

De su pene dalio un pequeño chorro de semen que salpicó mi cara y unas gotas en la camisa de mi pijama.

  • Qué diablos?

Te orinaste en mi?

  • No es pipí, se llama semen y sale cuando sientes más rico.

  • Y ahora qué?

Limpiame

Fue a buscar algo con que limpiarme, mientras yo me quedaba inmóvil para evitar escurrir el extraño líquido, que no pude evitar tocar con mis dedos y llevarme a la boca para conocer su sabor.

Tomó algunas servilletas que encontró en una mesa a un lado y me limpió por completo, intercambiamos algunas sonrisas en el acto.

  • Ahora te toca a ti

  • Pero yo no tengo pene

  • No, pero también puedo hacerte sentir rico.

No sabía lo que iba a hacer, pero lo dejé continuar, parecía tener experiencia en el tema.

Intercambiamos lugares,  me senté en el sofá y el se quedó de rodillas.

Me bajo el pantalón pijama y también la pequeña pantalla que usaba, en cuanto mi desnudez afloró, sentí un escalofrío, un temblor que sacudió mi cuerpo y me di cuenta que era como el se sentía antes.

Me gusto esa sensación como de emoción y  nerviosismo.

Comenzó a tocar mis piernas suavemente, gentilmente separo mis muslos y sus manos se deslizaron a mis ingles, su tacto era cálido.

Una mano tocaba mi despoblado y suave pubis y la otra tocaba los labios exteriores.

Noté que estaba igual de sorprendido que yo, que era la primera cuca que veía o tocaba.

No sabía que tocar o como hacerlo, sus conocimientos se limitaban al softporn que alguna vez vio en la tv de paga e  la madrugada, ese donde no se ve absolutamente nada explícito.

Así que estaba en blanco, intentando descubrir que hacer.

Mi conocimientos irónicamente eran los mismos en ese momento, no había tocado mi vagina con especial atención.

Así que no sabía tampoco cómo ayudarle.

Y ahí me tienen,  con las piernas sobre los respaldos mirando al techo y esperando que algo sucediera.

Y enorme sorpresa me llevé.

Él, en su incansable búsqueda, logró atinar al preciso punto de placer femenino.

Había tocado mi clitoris y un mundo nuevo se había abierto a mis ojos.

Esta nueva experiencia me hizo cerrar las piernas de inmediato, liberando un pequeño gemido y aprisionado su mano con mis muslos.

El se percato de que había dado en el clavo y con la mano aún cautiva, continuó con su movimiento, lo que hizo reaccionar a mis piernas y abrirlas.

Yo con los ojos en blanco, no sabía lo que estaba pasando.

  • Qué diablo fue eso?

  • No lo sé. Te gusta?

  • Se siente extraño, como electricidad, me gusta.

Dónde estás tocando?

  • Aquí, en este pequeño punto, no se como describirlo, es como un botón.

  • Sigue haciéndolo

Así que comenzó a masajear, ahora con un objetivo claro y conociendo la técnica.

Con movimientos suaves y circulares, me estaba doblando de un nuevo placer, no lo entendía pero me encantaba, mi respiración se agitaba, mi sensibilidad aumentaba, dejando escapar pequeños gemidos a la vez.

Edgar lograba su cometido, me estaba haciendo retorcer del gusto y el lo sabía, en momentos nuestras miradas se cruzaban y dejaba ver una pícara sonrisa de los dos.

Su recién descubierta técnica, logró el objetivo.

Sentí mi primer orgasmo. Mis ojos se hicieron blancos, mis piernas temblaban y mi cadera no dejaba de moverse.

No me di cuenta si mis gemidos se volvieron gritos, yo estaba en otro mundo, no escuchaba nada solo me dejaba llevar por el placer.

Pronto recupere la conciencia por así decirlo y ahí estaba el, mirando el espectáculo con una sonrisa que no le cabía en el rostro.

  • Qué carajo pasó?

Se sintió increíble

  • Así sentí yo hace rato

Te gustó?

  • Qué si me gustó?

Fue lo mejor que te sentido

Cómo aprendiste a hacer eso?

  • No sabía, lo acabo de aprender jeje

Pero sabía que algo así pasaría, lo vi en una película.

Entre risas y con las piernas temblorosas, nos vestimos  y sentamos de nuevo, con caras de satisfacción, sudorosos y agotados.

Intentamos retomar el video juego, aunque ahora con una confianza nueva y más amistosa.

Y bueno, así fue como tuve mi primer acercamiento al sexo y mi primer orgasmo.

No cambiaría lo que pasó y me siento muy feliz recordando y contándolo para ustedes.

Espero también les guste, pronto escribiré más capítulos de mi vida.

Vale x.