Primas
Leila inicia en el mundo del sexo a su prima Agustina.
Agustina era una inexperta, en temas sexuales, demasiado inocente para esa época de su vida y no tenía necesidades, ni curiosidades, poco sabía. En cambio su prima mayor Leila, era todo lo contrario. Era extrovertida, tan segura de sí misma, hablaba con toda su familia, hasta con los mayores, muy desenvuelta. Agustina la admiraba, no podía creer que solo le llevase dos años de diferencia, y era tan diferente a ella, le hubiera gustado ser así. Hasta físicamente eran distintas. Leila, era morocha de ojos verdes, tetona y culona, y de baja estatura. Agustina lo opuesto, era alta, rubia, ojos marrones, se sentía una tabla para ese entonces, casi sin pechos y su cola formada, aunque nada que ver con la de su prima. Hasta sus bikinis eran diferentes. El de Agustina rosa, le quedaba grande en la parte de arriba, en cambio el de Leila era rojo furioso, apenas cubría sus pechos, y la parte de abajo le quedaba extremadamente ajustada, resaltando su cola perfecta.
Todo comenzó en una de las tantas visitas que Leila y su madre hacían a la casa de Agustina. Era verano, ese día era muy caluroso. Las primas pasaron toda la mañana en la pileta, hasta que almorzaron con sus madres, y luego fueron a tomar sol a una terraza que estaba en el fondo del jardín. Agustina no le gustaba quedarse bajo el sol, pero siempre hacía lo que decía su prima mayor.
L: Me ayudas con algo Agus?
A: Si, que necesitas?
L: Mira que no se lo podes contar a nadie, es algo entre nosotras, no te lo perdonaría si contas algo.
Extremadamente intrigada Agustina respondió: - Si, te lo prometo, podes confiar.
L: Hay un chico, que me gusta, y nos vemos mañana, y seguramente nos terminemos besando, y quería practicar.
A: Que bueno.
L: Entendes lo que te estoy pidiendo?
Agustina, no tenía ni idea.
A: No.
L: Que me ayudes a practicar, que nos besemos.
A: En la boca.
L: Si, no tiene nada de malo. Lo hacen todas las amigas para practicar.
Agustina se sentía avergonzada, y le parecía increíble que se besen todas, y sea algo normal.
A: Pero somos primas.
L: Que tiene de malo? Además te considero mi mejor amiga.
Agustina, se sintió muy bien al saber que su prima la consideraba su mejor amiga.
A: Pero yo no se que hacer.
L: Es fácil, te enseño.
Leila no perdió tiempo. Estaban las dos recostadas sobre toallas, y Leila se puso sobre Agustina. Sus cuerpos estaban bien calientes por el sol.
Agustina sintió los pesados pechos de su prima sobre los suyos. Leila, acercó su cara a la de su prima, y chocaron los labios. Agustina inmóvil dejó a su prima que haga lo que tenía que hacer. Comenzó a besar sus labios, al principio fue solo un piquito, luego apoyó sus labios nuevamente y los dejó ahí unos cuantos segundos. Agustina comenzó a sentirse acalorada, pero era diferente, no era el típico calor de estar bajo el sol, sentía que venía de adentro. Comenzó a sentir la humedad de los labios de su prima, dejó de ser solo un choque de labios, ahora podía sentir como los labios de Leila abrazaban su labio superior, para luego seguir con su labio inferior. Lo que siguió, dejó a Agustina en shock, no se lo esperaba, la lengua de su prima se metió en su boca, entre sus labios y buscó su lengua, comenzó a sentir las caricias de su prima en su boca, como jugaba con su lengua, aunque Agustina solo se dejaba, sentía mucha pena por toda la situación, ella solo pensó que sería un choque de labios, un piquito y nada mas, pero su prima fue mas allá.
Mientras Leila seguía besando a su prima apasionadamente, comenzó a acariciar a la chica que estaba inmóvil bajo su cuerpo, primero fue su cara, con su mano derecha, acaricio el perfil izquierdo de Agustina, luego bajó a su hombro, siguió con el pequeño pecho de su prima, pudo sentir su incomodidad, como tembló al sentir su mano, en su tetita, decidió seguir bajando, por su abdomen plano, y continuó hasta sentir el elástico de la parte de abajo del bikini de Agustina, dejo las puntas de sus dedos bajo el elástico, esperando la reacción de su prima, pero no reaccionó, solo podía sentir el vientre extremadamente caliente de Agustina, esperó unos cuantos segundos mas mientras seguía disfrutando la lengua de su prima, y bajó mas, sintió sus vellitos bien cortos, suavecitos, los labios finitos, y no se conformó y quiso penetrar a su prima, solo con un dedo, encontró su pequeño orificio, metió su dedo, apenas la puntita, y su prima saltó.
A: Leila, que te pasa?, te volviste loca!!!!!!!!!
Leila observaba a su prima, era la primera vez que le gritaba y tenía esa cara furiosa. Pensó que se le fue la mano, pero desde hacía tiempo su prima se le había vuelto irresistible, le encantaba lo inocente y dulce que era, y quería ser ella quien la pruebe por primera vez.
Agustina esperaba una respuesta de su prima, pero al no recibirla, se fue enojada, dejándola sola, bajando las escaleras, casi se cae, de lo nerviosa que estaba sumado a su torpeza, aún le costaba caminar sin patear algo y llevarse algo por delante.
Agustina entró al living donde estaba su madre y tía.
- Todo bien Agus. Preguntó su madre.
A: Si, todo bien, pero hace mucho calor.
Y sin esperar una respuesta fue a su cuarto y se encerró.
Agustina, se quedó mirando televisión en su cama, por mas de una hora, indignada con su prima, aunque sintió mas vergüenza que otra cosa, hasta pensó que se estaba divirtiendo con ella, para burlarla y contárselo a sus amigas para divertirse a costa de ella. Su madre entró a su habitación.
- Agus, me voy con la tía al shopping a hacer las compras navideñas. Necesitas algo?
A: Alguna sorpresa.
- Bueno hija, veo si encuentro algo.
Se acercó y besó a su hija en la frente y se fueron en el auto de su tía.
Como siempre, su madre, dejó la puerta abierta de su habitación, Agustina se levantó y la cerró.
A los 20 minutos Agustina siente el timbre de su casa, se sorprendió no esperaba a nadie, tampoco pensaba abrir, pero escuchó unas voces, y la puerta que se cerró.
En seguida golpean su puerta, y abre.
Era su prima con dos potes de helado, de ¼ kg cada uno.
L: Me perdonas Agus, no quise incomodarte, es que me gustó como se sentía y me dejé llevar.
Agustina, amaba a su prima, y la admiraba, asi que no lo pensó y la abrazó.
Se sentaron en la cama, se pusieron a tomar el helado mientras miraban la televisión y no dejaban de hablar.
A: Que te pasó?
L: No sé, se sentía tan bien, que quise seguir, pensé que te gustaba también.
A: No entendía nada, pensé que era solo un piquito.
L: Era la idea, pero no se. Después me sentí culpable.
A: Esta todo bien, si me hubieras avisado, a lo mejor reaccionaba distinto.
L: Se honesta, no te da curiosidad, que se siente?
Agustina, nunca lo había pensado, pero la pregunta de su prima, la hizo reflexionar, además estaría con su prima favorita, podría ser un juego y ver si le gustaba.
A: Ya tuviste relaciones?
L: Si. Y no te imaginas con quien.
A: Lo conozco?
L: Si, y mucho.
A: Decime.
L: No, es un secreto, me mata si te lo cuento.
Agustina se moría de intriga, siguió preguntando pero sin éxito.
A: No me podes dejar así.
L: Te propongo que sigamos jugando, y te respondo todo lo que quieras, lo que sea.
A: Jugar a que?
L: Que sos mi novia.
Agustina, no solo se moría de intriga, si no que, también le daba curiosidad jugar, se sintió incómoda anteriormente, pero no estaba preparada, ahora, ya tenía una idea, y se animó.
A: Bueno, pero sin secretos, quiero saber todo.
L: Dale, pero vos te dejas todo si?
Agustina, no sabía que podía ser todo, pero aceptó.
A: Bueno, acepto.
L: Ponete boca abajo.
Su prima le hizo caso. Leila se arrodilló en la cama, le sacó la parte de debajo de la bikini, le encantó ver como la tenía bien metida en la cola, y como salía lentamente de su raya. Luego le desabrochó la parte de arriba del bikini, por detrás su prima estaba completamente desnuda. Para Agustina tal vez era un juego, pero Leila se moría por disfrutar el cuerpo de su prima.
Comenzó a darle masajes en su espalda, cuello y cabeza con sus dos manos.
A: Que bien se siente.
L: Lo sé, solo disfruta.
Agustina le encantaban los masajes, sobre todo en la espalda, siempre le pedía a su padre o madre que se lo hagan.
Después de unos 10 minutos, en los que Agustina casi se queda dormida de lo relajada que estaba, Leila, se desabrochó los nudos de los costados, de su bikini, la parte inferior, y se sacó con mucha facilidad la parte de arriba, dejando todo su cuerpo desnudo, y sus pechos de gran tamaño libres.
Leila se acomodó, apoyó su entrepierna desnuda contra la cola de su prima, sus manos contra los hombros de Agustina y comenzó a frotar su vagina contra la cola de su prima. Agustina abrió sus ojos, y si bien no se movió estaba alerta, podía sentir los labios vaginales de su prima rozando sus nalgas una y otra vez, mientras Leila gemía de placer.
Agustina quería decir algo, pero su prima estaba disfrutando el momento y no quiso cortarla, y se quedó quieta, siendo disfrutada por Leila. Era la primera vez que escuchaba los gemidos de alguien.
El cuerpo de Agustina dejó de ser sacudido, y los gemidos se calmaron. Sentía sus nalgas húmedas, pero no era sudor, eran los fluidos de su prima Leila.
Agustina aprovechó.
A: Quien era?
L: Franco.
A: Franco?
Agustina se rompió la cabeza, el único que conocía era su primo, pero lo descartó en seguida.
Leila se reía viendo la cara de su prima, que parecía que estaba pensando en refutar la teoría de la relatividad de cómo fruncía su cara.
Finalmente preguntó.
A: Que Franco?
L: Tu primo tonta.
A: Me estas jodiendo? No me mientas.
L: Si tonta, es en serio.
A: Estas loca? Como hiciste eso?
L: En realidad el me lo hizo.
Lo dijo riéndose, a Leila le resultaba divertido ver a su prima en esa situación, tan desorientada.
A: No puede ser, nuestro Franco.
L: Siiiiiiii, como queres que te lo diga.
A: Como fue?
L: Luego, ahora me toca a mi, después te cuento. Ahora sentate.
Agustina lo hizo.
Leila acercó su cara, y besó a su prima, que estaba vez, lo vio venir. Agustina abrió su boca y dejó entrar la lengua de su prima, que buscó su lengua y la disfrutó toda, recorriéndola milímetro a milímetro.
Agustina sintió a su prima agarrar sus dos pechitos, acariciarlos, le gustó sentir las manos de su prima en su cuerpo, sabía como tocarla, y sus pequeños pezones se fueron poniendo duritos. La mano de Leila tomó la de Agustina y la apoyó sobre el pecho de su prima. Agustina no sabía que hacer, por lo que repitió las caricias que le hacía su prima, con la diferencia que los pechos de Leila, eran grandes y pesados, y sus pezones ya estaban bien duros y parados. Era el primer pecho que tocaba Agustina sacando el suyo.
L: Que rico primita.
Agustina no supo que decir y dijo: - Gracias prima.
Se siguieron besando mientras se acariciaban mutuamente sus pechos, Leila gemía sin pudor, y Agustina lo hacía tímidamente.
Leila sin aviso, soltó la tetita de su prima, y le metió la mano en su conchita. Agustina se estremeció, pero le gusto sentirse tocada en su parte íntima, la mano de su prima comenzó a frotarla, esparciendo los jugos que salían de su vagina, y cada vez mas rápido, Agustina temblaba y comenzó a gemir libremente, ya no se contenía y gritaba de placer mientras Leila no dejaba de frotar sus labios vaginales y rozando el clítoris diminuto de su prima Agustina.
L: Te gusta putita?
Agustina, quedo en shock, por como la llamó su prima, pero la estaba pasando tan bien que solo contesto.
A: Siiiiiiiiiiiiiiiiiii.
Leila con la respuesta afirmativa de su prima, y con su pulgar derecho comenzó a frotar muy rápidamente el clítoris de Agustina. Que no paraba de gemir y dar gritos de placer.
Agustina comenzó a sentirse mareada, todo le daba vuelta, como si le hubiera bajado la presión, pero no sentía miedo, estaba extasiada de placer, y por primera vez sintió algo que comenzó en su estomago, sentía algo que no podía explicar, la sensación fue bajando, y por primera vez en su vida se corrió. Llenando la mano de su prima de sus jugos.
Agustina, estaba feliz, fue la mejor sensación de su vida y lo primero que pensó fue abrazar a su prima.
Leila hizo lo mismo, estuvieron abrazadas por varios minutos, Agustina sintió como su prima le acariciaba la espalda, y cerró sus ojos disfrutando el momento.
Leila recostó a su prima y le separó las piernas. Metió su cara entre estas y observó los vellitos rubios mojados de Agustina. Acercó su boca, y lamió los labios de su prima, con delicadeza, pasó su lengua entre los labios, recorriendo su parte interna, busco su pequeño orificio y se lo penetró apenas con la punta de su lengua, se bebió todos los jugos de su prima, y terminó lamiendo los muslos internos.
Agustina estaba con los ojos cerrados disfrutando como su prima lamia cada parte de su cuerpo.
Cuando la dejó bien limpita a su prima se recostó a su lado.
L: Si Franco me inició, fue mi primera vez.
A: Te gustó?
L: Si, estuvo bueno, aunque es medio bruto, hubiese preferido que sea mas tranquilo, pero estuvo bien.
A: Quien buscó a quien?
L: El fue, se fue acercando de a poco, haciéndose el amigo, regalándome cosas y un día pasó.
A: Duele mucho cuando te penetran?
L: La vagina o cola?
A: Te la metió por la cola?
L: Si, varias veces, a el le gusta mas por ahí.
Agustina no podía creer todo lo que estaba escuchando. Aunque empezó a sentir curiosidad y un gran morbo de imaginar a su prima siendo penetrada por su primo.
A: Te gusta por ahí?
L: Pregunta bien, te gusta por el culo?
Leila se rió al ver a su prima colorada de la vergüenza.
A: Bueno.
L: Si y no, si me lo preparo el culo con anterioridad me gusta. Pero si se da de improviso, no tanto, porque es bruto y la tiene de buen tamaño, y duele mas de lo que me gusta.
A: Como te lo preparas?
L: Cuando se que voy a estar con el, uso un plug varias horas antes, y antes de verme con el me lo saco, ni se entera.
A: Un plug?
L: Es como, como te explico, ………..Espera que te muestro.
Buscó el celular, y se lo mostró en una imagen.
A: No lo conocía.
L: Obvio, si no sabes nada de nada de sexo.
Leila se seguía riendo de su prima, en otro momento lo hubiera tomado a mal, pero la curiosidad, hacía que le importe poco.
A: Te duele cuando lo metes?
L: No, se siente algo, pero le pones mucha saliva y entra bien, y después te olvidas que lo tenes puesto. Aunque cuando me lo saco, me duele un poco. Ah, ese mismo tengo yo.
Le señaló a su prima, uno de color plateado, y en la base tenía una piedra simulando un diamante de color rojo.
A: Es caro?
L: No, son baratos, porque? Queres uno?
A: No, curiosidad.
L: Queres probar?
A: Tenes uno aca?
L: No, pero no hace falta.
A: Como?
L: Podemos probar con un dedo, a ver que sentís. Prometo hacerlo despacito.
A: Mejor no.
L: Segura? Que podes perder? Si no te gusta, no pasa nada, y si te gusta, la pasas bien.
A: No gracias.
L: Mira que tu primo ya te hecho el ojo.
A: Franco?
L: Si, Franco. El otro día estábamos hablando y no se como salió el tema, que te nombré, y me dijo que ya estabas a punto justo.
A: Punto justo?
L: Si, que estabas ideal para coger. Me dijo que te vio el culito con la calza roja, y se tuvo que pajear.
A: Es mentira.
L: Si, fue el cumple del Abuelo.
Agustina hizo memoria, y era verdad había usado una calza roja ese día. Se sintió alagada que su primo de 25 años se había fijado en ella.
A: No se, me parece que me estas mintiendo.
L: No prima, tenes que prepararte que un día te va a romper el culito.
Se rieron las dos.
Agustina lo pensó mejor.
A: Bueno, pero si te digo que pares, paras. Me lo prometes?
L: Si, pero tampoco seas tan blandita, que te va a molestar un poco, al principio.
A: Bueno.
Leila le pidió a su prima que se acomode. Recostada boca arriba se abrazó las piernas por detrás de las rodillas, y quedó con su cola abierta y su conchita apretada entre sus piernas.
L: Que linda te ves desde este ángulo prima.
Agustina no dijo nada, y su prima comenzó a lamerse el dedo índice de su mano derecha mientras miraba a su prima. Se acercó.
L: Relajate, que no es nada de otro mundo.
Agustina sintió la punta del dedo de su prima tocando su ano bien cerradito. Pero no se lo penetró, le esparció la saliva de su dedo por su ano. Se volvió a llevar el dedo a su boca y lo volvió a salivar. Lo acercó de nuevo, tocó el ano de su prima, hundió muy despacito, solo unos milímetros.
A: Sacalo, sacalo, que duele.
L: No seas así que no hice nada aún.
A: Ya lo siento.
L: Bueno lo saco.
Pero Leila traicionó a su prima y lo hundió, hasta el fondo, pudo sentir la resistencia que opuso el ano de su prima, pero fue tan fuerte, que el ano virgen de Agustina cedió.
Agustina se soltó las piernas, insultó a su prima como nunca en su vida. Pero su prima no sacaba el dedo de su cola, acompañaba todos sus movimientos, hasta que terminó sobre Agustina, y con el dedo aun dentro de su cola.
L: Te calmas? No seas así, que no es la gran cosa.
Agustina sentía que si. Pero estaba inmovilizada con el cuerpo de su prima que la aplastaba.
L: Tranquila, ya vas a ver.
Leila, sacó parte de su dedo, y se lo volvió a meter, Agustina se estremecía, y apretaba con sus nalgas mas fuerte el dedo de su prima.
L: Aflojate, no seas tonta.
Agustina se dio cuenta que no era tan doloroso, sentía algo de dolor, como un ardor, pero era soportable. Dejó de apretar sus nalgas y su prima, comenzó a penetrarla nuevamente, muy despacio, metía el dedo hasta el fondo, hasta chocar sus nudillos contra las nalgas de Agustina y lo volvía a sacar, solo dejando una falange dentro de la cola de su prima. Leila notaba la presión que había sobre su dedo, y no dejaba de pensar en como su primo podría romperle el culito a su prima.
Agustina apretaba sus ojos bien fuerte, para no ver que estaba pasando, y se dio cuenta como el dedo de su prima entraba y salía mas fuerte, con mas velocidad. Su cola estaba cediendo y ya no se sentía tan mal, aunque prefería ser tocada por la vagina. Fueron varios minutos, hasta que el dedo de Leila salió de su cola.
A: Lo hice bien?
L: Bastante bien.
A: Lo hacen seguido?
L: Con Franco, si. Si, casi todas las semanas, como el vive solo, no tiene problemas.
A: Como lo hacen?
L: En que posición?
A: Si.
L: Y a el le gusta mucho en 4?
A: En 4?
L: Si como los perros. Te muestro.
Leila se puso en 4 patas en la cama, y Agustina no dejaba de pensar en como su primo penetraba a Leila en esa posición. Aunque al ver a su prima con sus grandes tetas colgando y la cola grande, sintió pena por ella, que era menudita.
A: Te gusta así?
L: Si, me gusta. Casi siempre me la mete por el culo, pero a veces me sorprende, y me da por la concha, o va intercambiando.
Agustina no podía creer la naturalidad de su prima, como le hablaba, como una experta sexual, y sentía mayor admiración por su prima. Apenas le llevaba unos años, pero se la notaba muy madura.
A: Y lo hiciste con alguien mas?
L: Si, pero demasiadas preguntas. Además me debes algo, antes de que vuelvan nuestras madres.
Agustina no sabía que.
A: Que cosa?
L: Cuando alguien te hace acabar, tenes que devolver la gentileza.
A: Como?
L: No importa, te muestro.
Acomodó a Agustina boca arriba, sobre la cama, ella se arrodilló con la cabeza de su prima entre sus piernas. Y apoyó las manos en el respaldo de la cama.
L: Ahora dame placer Agus.
Agustina, sin saber que hacer.
A: Como? Que hago?
Riéndose le contestó.
L: Comete mi concha, chupala, mordela, hace lo que quieras, pero hacelo.
Agustina, miró la concha de su prima, tenía unos labios bien carnosos, de color marrón, la tenía depilada, solo tenía un triangulito de pelos, muy bien recortado, podía ver sus labios abiertos, y sin saber que hacer solo hizo lo que le dijo su prima, chuparla.
Leila sintió por primera vez la lengua de su prima rozando sus labios tímidamente, se estremeció, le producía mucho morbo que su prima tan inocente le este practicando sexo oral, era torpe, pero por lo menos sabía mover la lengua de aca para allá, cuando notó que su prima se estaba cansando de lamerla, que ya lo hacía mas despacio, le sujetó la cabeza y comenzó a frotar su concha contra la carita de su prima, podía sentir todo su rostro pasando por su parte íntima, Leila se sentía cada vez mas húmeda, no paraba de gemir, sentir la nariz, los labios de Agustina rozando su concha fue demasiado y se corrió sobre la cara de su prima, que no se esperaba los jugos de su vagina, un poco tragó, otro poco se le metió por la nariz y comenzó a toser y a tocarse la cara. Leila se tiró al costado de la cama, y disfruto ese momento junto a Agustina.
Se quedaron descansando en la cama, Agustina siguió haciendo preguntas, estaba extasiada con el mundo que acababa de conocer, y Leila respondió todas sus preguntas.
Ese momento único entre primas se cortó cuando sintieron el ruido del auto estacionando.
Las dos saltaron de la cama. Buscaron sus bikinis se las pusieron como pudieron y fueron corriendo al jardín. Por suerte sus madres demoraron bastante hasta llegar donde estaban ellas, porque habían quedado agitadas de la corrida que dieron. Se sentaron en una reposera y esperando a que sus madres interrumpan su momento a solas.