Presionando a mi mujer (2)

Continuacion del primer relato en este mi mujer acepta continuar la experiencia incluso aceptando tener su primera esperiencia con la mujer.

PRESIONANDO A MI MUJER II

Cuando a la mañana siguiente me desperté, me vino rápidamente a la memoria lo sucedido la noche anterior y me quedé pensando en ello, estaba preocupado por la reacción que ahora en frío tuviera mi mujer y deseaba que se despertara para conocerla, pero por otra parte aunque me sentía a gusto, muy a gusto, me sentía raro y extrañado porque aunque había empujado a mi mujer a provocar a otros hombres yo realmente no había pensado en practicar el intercambio.

Pensaba más bien, como principio al menos, en la posibilidad de que alguien viniendo ella conmigo intentara propasarse en el autobús o en algún tipo de aglomeración de gente y que después de lo que habíamos hablado con pequeños gestos conseguir que ella lo permitiera, mientras yo no me perdía detalle.

También pensaba en que ella exhibiera su cuerpo lo mas posible, vamos que dejara que se le vieran las bragas sentada en una cafetería por ejemplo, llegando incluso a desnudarse totalmente en nuestra habitación si era posible que el que la viera lo considerara un descuido o en la de un hotel de forma menos discreta pues allí era mas difícil que nos conociera alguien.

Y si esto como yo esperaba hacia mas gratificante nuestra vida sexual, convencerla para ir al cine como si no fuéramos juntos y que ella provocara a su vecino de asiento para que le metiera mano, como le hacia yo cuando éramos novios, mientras yo veía todo lo que le hacían. En ese caso pensaba que ella se negaría a acompañarle a algún sitio mas intimo y le tendría que hacerle una paja para que se conformara.

Tamben pensaba en llevarla a un baile fuera de nuestra ciudad y que ella poco a poco le fuera permitiendo avanzar a su pareja, hasta dejar que la besara y le diera un buen repaso a todo su cuerpo, admitiendo la posibilidad de que luego salieran del local y en el coche le hiciera una buena paja o le diera una mamada.

En el fondo yo sabia que si llegábamos a este punto, con o sin mi consentimiento previo, ella acabaría follando con algún desconocido de forma discreta y suponía que me lo contaría luego, pero eso ni me importaba, ni me preocupaba.

Lo que no esperaba, era que las cosas transcurrieran de una forma tan intensa y rápida como habían sucedido en la noche anterior, esperaba tener que estar presionándola para que fuera aceptando pequeñas cosas y me había encontrado con que ella lo había aceptado todo de golpe, sin ninguna vergüenza, aceptándolo todo sin oponer ningún tipo de resistencia, disfrutando como una loca, sin tener siquiera el pudor de meterse en una habitación para dejarse follar y además no con un desconocido, si no con alguien que ella sabia que era amigo mío y cuya mujer o pareja, eso no lo sabíamos con seguridad ninguno de los dos, nos había reconocido que se había dejado follar por dinero, vamos que era una puta.

A pesar de todo lo anteriormente escrito, no estaba arrepentido en absoluto, al contrario estaba súper complacido, pensaba en lo que me había dicho mi amigo sobre los fines de semana de intercambios con un grupo de conocidos de confianza y en lo bien que lo habíamos pasado la noche anterior y estaba deseando que ella se despertara para ver su reacción y si no era muy negativa tantearla para quedar con mi amigo para asistir a esas reuniones.

Deseché mis pensamientos más negativos, pensando en que muy mal tenia que tomárselo ella ahora en frió para no poder al menos volver a mi plan inicial e ir avanzando paso a paso con la facilidad para ella de saber que su cuerpo lo iba a aceptar, aunque prefería que no, después de probar lo de la noche anterior prefería que esas "menudencias" las dejáramos para nuestra ciudad si no podíamos viajar por alguna circunstancia.

Decidí despertarla con caricias pensando que eso la ayudaría a sentirse mejor si tenia pensamientos negativos, entonces me di cuenta de que ella también estaba despierta, supuse que estaba pensando en lo sucedido y empecé a acariciarla, ella se giro y me beso, no fue un beso apasionado, fue un beso de cariño, la note nerviosa, incluso me pareció asustada, continué acariciándola y besándola y le pregunté como se sentía.

Tardó un poco en contestarme, se separo un poco de mi y me dijo que prefería que nos sentáramos en las dos butaquitas que había en la habitación para hablar, cuando lo hicimos me miro a los ojos y me dijo que estaba muy preocupada por si lo que había pasado afectaba a nuestro matrimonio, le dije que lógicamente iba a afectarnos pero que no tenia que ser para mal sino todo lo contrario.

Se quedó callada durante un momento y luego continuo, es que se que anoche me comporté como una puta, aunque había bebido sabia perfectamente que lo que estaba haciendo no estaba bien pero no podía evitar el continuar, primero dejándole hacer y al poco tiempo tomando iniciativas para que avanzara mas rápido.

Cuando me levantó el vestido por detrás y empezó a tocarme el culo, mi primera reacción fue el mirar a mi alrededor para ver si alguien se daba cuenta y al darme cuenta de que así era, quise decirle que parara pero no pude, me había puesto tan caliente con sus besos y caricias por encima de la ropa que no pude, entonces pensé que si seguíamos así iba a hacer de mi lo que quisiera, pero no me importó.

A partir de entonces en lo único que pensaba era en disfrutar y mi deseo mas ferviente el que tu también quisieras que continuáramos avanzando, pues ya entonces aunque quería recrearme en lo que estaba haciendo y continuar bailando o mas bien dejándome magrear, necesitaba sentirme follada, necesitaba sentir una polla bien dentro de mi que me llenara de leche y no quería la tuya, quería la de él.

Así es que cuando me he despertado y me he puesto a reflexionar sobre lo que había hecho me he sentido una puta y cuanto mas he pensado en ello mas puta me he sentido, no he podido aunque lo he intentado echarte la culpa a ti, tanto tu como ellos me repetisteis que podía cortar cuando quisiera, pero fui yo y solo yo la que deseó que sucediera, de hecho no se como hubiera reaccionado si me hubieras pedido que cortáramos posiblemente no te hubiera hecho caso y me hubiera marchado con ellos aunque tu no hubieras venido.

Después de pensarlo un poco le conteste que desde luego era verdad que se había comportado como una puta en el baile y que luego en la casa como la gran puta que era había actuado sin ningún pudor, ni vergüenza, pero que a mi me gustaba así de puta, que era mi puta y por eso la quería mas si cabe y desde luego que era yo el que la había empujado a comportarse así, que si yo no se lo hubiese metido en la cabeza era muy posible que nunca hubiera estado con ningún hombre.

Es mas disfrutando los dos como lo hemos hecho sin hacerle ningún mal a nadie, no tienes porque sentirte mal, al contrario deberías estar contenta por lo feliz que me has hecho al comportarte así, pues de hecho he disfrutado poseyéndola a ella, pero he disfrutado mas todavía viendo como te comportabas y disfrutabas tu.

Al principio en el baile he temido que no consintieras en hacer nada, aunque estaba caliente por la esperanza de que si hicieras porque sabia que querías complacerme, luego cuando el ha empezado a meterte mano me he dado cuenta de que te ha sorprendido agradablemente el sentir que te gustaba el que el te acariciara.

Cuando el te ha levantado la falda he tenido miedo de que quisieras cortar, pero al ver que lo dejabas continuar me he excitado muchísimo pensando en que si no llegabas al final te ibas a quedar en las puertas a falta tan solo de un empujoncito, que por supuesto yo estaba dispuesto a dar tan lejos como hoy.

Tu dices que te gusto muchísimo el darte cuenta de que te veían el culo y las tetas bailando, pero dudo mucho que te gustara mas que a mi, yo no me perdía detalle de cómo te miraban, ni de lo caliente que estabas tu y cuando luego tanto yo como ellos vimos que no llevabas nada debajo me excité muchísimo mas todavía, tanto por el hecho en si, como por ver como ellos poco a poco se acercaban para verte mejor y además porque pensé que no te iba a hacer falta ningún empujoncito.

Luego a pesar de lo hablado en el coche, aunque no dudaba en que se te iban a follar, si tenia muchas dudas de que te dejaras follar delante de mi y de ella, así es que me lleve una sorpresa muy agradable y excitante cuando te vi aparecer vestida así, tan preciosa, tan excitante, tan puta como tu dices y con esa mirada tan tuya de deseo contenido a duras penas que te he visto tantas veces cuando querías que te follara.

Así es que no te sientas mal, siéntete todo lo puta que quieras ya que es verdad que te comportaste como tal, pero ya ves que me gustó y mucho que lo hicieras, así es que continua siguiéndome y disfrutando conmigo de algo que a los dos nos gusta y mucho cada vez que tengamos ocasión y nos apetezca a los dos.

Seguidamente la cogí de la mano y la lleve a la cama y me la comí a besos por todo el cuerpo y la hice correrse dos veces antes de penetrarla, disfrutando como hacia tiempo que no la hacíamos, me comentó que con el tute que habíamos tenido la noche anterior no esperaba que nos quedaran ganas, luego nos quedamos medio adormilados, ella abrazada a mi muy mimosa

Sonó el teléfono, era de recepción y me pasaron con mi amigo que me explicó que habían conseguido zafarse del compromiso y me preguntó si bajábamos y comíamos juntos, le dije que subieran ya que estábamos todavía en la cama, mi mujer me dijo que como se me había ocurrido decirles que subieran y yo le contesté que se echara una bata encima, puesto que a mi no me apetecía salir a comer, y que luego si nos hacían cambiar de idea que se vistiera con tranquilidad.

Me miró a los ojos y comentó que tendría que vestirse delante de ellos, le dije que no creía que tuviera mucha importancia y ella se sonrió y se puso una bata que bien poco le tapaba mientras me preguntaba si esa le gustaba, le pregunté si prefería salir a comer o pedir que nos subieran unos bocadillos, ella me volvió a mirar a los ojos y me dijo que aunque le parecía imposible prefería los bocadillos y entonces le dije que en ese caso esa bata me parecía perfecta.

No tardaron en subir nada, al comentarles lo de los bocadillos se mostraron encantados, nos explicaron que tenían el chalet lleno de familiares de fuera, pero que les habían dicho que tenían un compromiso ineludible y los habían dejado solos, sugerí que ocuparan una habitación del hotel, cosa que aceptaron sin consultarse como si lo estuvieran esperando.

El bajo a recepción, ella se quedó con nosotros, nada mas salir, nos preguntó con sonrisa picarona como había sido el despertar, fue mi mujer quien le contestó y le dijo que al despertarse se había sentido avergonzada, preocupada, nerviosa, triste, en definitiva se había sentido muy mal.

Si tan mal lo estabas pasando anoche porque no cortaste, le peguntó ella después de un momento de silencio, a lo que mi mujer contesto que si se había sentido así no era por que lo hubiera paso mal la noche anterior, si no porque se sentía culpable de haberlo pasado tan bien, pero luego hemos hablado y ahora me encuentro muy, pero que muy bien y en absoluto arrepentida de nada de lo que hice ayer, puesto que el con palabras y con hechos me ha demostrado que eso es lo que quiere para nuestro matrimonio y como a mi me gustó tanto pienso que ahora yo también lo quiero, y si me queda alguna duda me es suficiente con ver lo feliz que es él.

Se levantó y dijo, hablando de hechos, voy a darme una ducha, la otra se levantó como un resorte y entro en el baño con ella, yo las oía cuchichear, me extrañó que no se hubiera duchado cuando salio otra vez, en ese momento llego el, había conseguido la habitación de al lado que por cierto se comunicaba con la nuestra.

Fueron a dejar las pocas cosas que traían, pero tardaron un rato en volver, supongo que ella le estaría contando nuestra conversación y mi mujer aprovechó para explicarme el porque no se había duchado me dijo que ella le había comentado que cuando se encontraba con una mujer tan preciosa como ella intentaba tener sexo con ella y que cuando la noche anterior lo comentó conmigo de pasada yo le había dicho que pensaba que ella no había estado nunca con otra mujer, pero de alguna forma a ella le había parecido entender que no era reacia a nuevas experiencias, total que habían quedado en probar y como además le había dicho que el marido era tan guarro como ella y como yo que nos gustaba que la mujer oliera a sexo pues no se había duchado.

Ella no había traído nada para estar cómoda y paso para ver si mi mujer le podía dejar algo, mientras yo me puse a hablar con mi amigo en la otra habitación, me sugirió el ir por la noche a la reunión de la que me había hablado, pero yo le contesté que prefería esperar una semana o dos si al él no le importaba repetir, me dijo que repetiría encantado ya que mi mujer aparte de estar muy buena era excelente en la cama.

Cuando vinieron ellas nos enseñaron lo única ropa cómoda que tenia mi mujer allí, que era la reconciliación y la bata blanca transparentes a juego que ella llevaba puesta y otra muy similar en azul clarito que dejaba ver lo mismo que la blanca que se había puesto Ana, es decir, que se les veía la mismo que si fueran desnudas pero estaban mas sexy si cabe, por supuesto dimos la aprobación.

Como era pronto dijimos de bajar a tomar unas cervezas, pues era pronto para tomar los bocadillos y cuando ellas y yo nos estaban vistiendo pues Ana se había cambiado en nuestra habitación, sugerí que no se pusieran nada debajo para calentar al personal, lo comentamos con Pepe que aceptó sin problemas. Estaban ya a medio vestir pero decidieron cambiar de ropa.

Iban preciosas, desde luego un buen observador tenia que sospechar que no llevaban nada debajo de las ajustadas faldas y de las vaporosas blusas por el movimiento del culo y de los pechos.

En la cafetería éramos el centro de atención, ellas sentadas en un sofá hacían sus comentarios mientras con disimulo observaban como se las comían con los ojos, nosotros sentados enfrente de ellas teníamos una conversación intrascendente mas interesados en oír los comentarios de ellas que en lo que estábamos diciendo nosotros, con sus intencionados pero discretos movimientos iban consiguiendo que las faldas fueran subiendo poco a poco.

Como eran bastante ajustadas nos les era fácil hacerlas subir, pero nosotros que estábamos muy cerca llegó un momento que si no hubiéramos sabido que no levaban bragas lo habríamos adivinado, los demás suponíamos que no pero si disponían de una magnifica vista de sus piernas.

Estábamos a gusto y decidimos quedarnos a comer en el restaurante del hotel, Ana preguntó hasta donde se les veía y nosotros contestamos sinceramente que a las dos los demás les estaban viendo todas las piernas pues nosotros les empezábamos a distinguir la pelambrera, mientras nos decían que pidiéramos la cuenta se miraron he hicieron otro pequeño movimiento, ahora ya no adivinábamos, ahora ya veíamos que no llevaban bragas, el pobre camarero mientras le firmábamos la cuenta no sabia a donde mirar, cuando se marchó nos levantamos para ir al restaurante y ellas intencionadamente aun consiguieron que subieran las faldas un poco mas con lo cual mas de uno se tuvo que dar cuenta de que no llevaban bragas.

Íbamos cogidos del brazo camino del restaurante y le susurre al oído ¿te ha dado vergüenza puta? A la que me contestó no, no me ha dado vergüenza y además me he puesto mas caliente de lo que ya estaba y quiero que sepas que desde esta mañana no he dejado de pensar en todo lo que hemos hablado y hecho desde anoche y he decidido ser tan puta como tu quieras que sea, en todos los sentidos ¿entiendes? Y si no te lo crees ponme a prueba y lo veras.

Comimos tranquilamente y comentamos que podíamos pedir que nos subieran una botella de champán, si pero desde la habitación cuando ya estemos cambiadas propuso mi mujer, con bragas o sin ellas preguntó Ana riéndose a lo que el marido contestó que podíamos pedir dos una para cada habitación y así cada una podía decidir como se ponía, firmamos la cuenta y nos subimos.

Ya en la habitación mi mujer ya cambiada y con las bragas transparentes en la mano me preguntó si quería que se las pusiera o no, le dije que por mí que no se las pusiera, me preguntó si quería que se tumbara en la cama con las piernas abiertas y le dije que como ella se gustara más, prefirió sentarse delante del tocador asegurándose antes de que a través del espejo si habría las piernas la podían ver entera.

Cuando nos hubieron servido el champán, Pepe y Ana pasaron a nuestra habitación, comentamos el recibimiento Ana se había puesto encima de la cama con las bragas puestas, jugando con las piernas mientras el marido firmaba la nota, mi mujer ya lo sabéis.

Como Ana le había explicado a Pepe en que estado se hallaba el coño de mi mujer se empeño en beber un sorbo de champán utilizándolo como vaso, Ana aceptó con la condición de que luego las dejáramos tranquilas un rato si mi mujer aceptaba sus caricias con gusto. Me acerque a mi mujer y le pregunte con un susurro si quería quedarse a solas con ella y me contesto que no que prefería que viera que clase de puta tenia por mujer.

Después de que Pepe se bebiera con fruición su trago de champán, le toco el turno a Ana, mi mujer al principio se dejó hacer, pero luego cuando le cogió el gusto empezó a devolverle las caricias a Ana y llegó un momento en que no se distinguía quien de las dos se estaba comiendo mas a gusto a la otra, pasaron mas de una hora besándose y acariciándose con las manos y la boca por todas las partes del cuerpo y lo dejaron porque les sabia mal por nosotros.

Mi mujer quiso estar conmigo, ellos se marcharon a su habitación, empecé a acariciarla pero me pidió enseguida que la penetrara, luego de varias corridas de ella y dos mías la primera nada mas penetrarla por conforme me había puesto el verlas a ellas, se tumbó a mi lado y me dijo que aunque nunca se hubiera imaginado que le proporcionara tanto placer tanto el acariciar como el ser acariciada por otra mujer, ya desde antes de dejarlo ellas estaba deseando sentirse penetrada por una buena polla, por eso había querido que fuera yo quien la penetrara pues la conocía mejor y le daba mas placer.

Pasamos a la habitación de ellos para beber más champán, ellos también estaban relajándose, mientras bebíamos Ana comentó que mi mujer la conseguía sorprender constantemente, puesto que era la primera vez que una mujer no iniciada conseguía darle tanto placer, que había conseguido hacerle olvidar la suerte que tenia de poder poseer a una mujer tan preciosa, para centrarse en dar y recibir placer olvidándose de todo lo demás y que luego por intuición había sabido elegir la polla que mas le convenía, la del marido, porque era la que mejor conocía la forma de darle el placer que ella aunque quisiera no le podía dar.

Cambiamos de pareja y luego de estar un buen rato acariciándonos hice que Ana se corriera mientras la jodía en repetidas ocasiones antes de correrme yo, después de un descanso compartido y cuando íbamos a dejarlo estar porque ellas empezaban a estar irritadas después de tanto traqueteo, Pepe pensó en que el culo no tenia porque irritarse, elegimos el culo ajeno y luego de una buena mamada, los cuatro en la misma cama, conseguimos que se corrieran varias veces mas dándoles por el culo antes de corrernos nosotros.

Ahora si que nos duchamos, se arreglaron y se marcharon para no caer en la tentación, después de que Ana le dijera a mi mujer que tenían que llamarse para quedar en ir a la reunión de la que habían hablado, mi mujer le dijo que para cualquier cosa de ese tipo, fuera la que fuera, que lo hablara ella o Pepe conmigo, pues era a mi a quien tenían que convencer pues ella estaría conforme con lo que yo decidiera.

Cuando se marcharon le pedí que me aclarara lo que había querido decir, pues era la segunda vez que decía algo parecido y yo no sabia que quería decir con ello.

Ella me dijo que mis palabras al despertarnos, le habían hecho mucho bien, que aunque ya antes pensaba que yo la quería, esas palabras la habían convencido de que la quería más aun de lo que ella pensaba, que en el terreno sexual todo lo que "le había obligado a hacer", la había vuelto loca de gusto, luego lo lógico era que dejara en mis manos ese tema.

Y la otra parte que posiblemente yo no había entendido o no había querido entender, era que no nos podíamos permitir el salir todas las semanas de viaje, y como en nuestra ciudad ella si que no quería que hiciéramos nada de todo esto y como estaba la propuesta clara de Ana sobre la mesa de que ella trabajara con el sexo, por eso me había dicho que ella seria tan puta como yo quisiera que fuera, porque aunque a ella no le hacia gracia, después de lo que habíamos hecho y de lo que pensábamos continuar haciendo, tampoco le importaba demasiado y también lo dejaba en mis manos para que decidiera sobre ello con la frecuencia que quisiera.

Otra vez creo que me he extendido demasiado, ya os continuare contando cosas si veo que os gustan.