Presentación en sociedad

Julia y Aitor se mudan a una nueva vecindad donde viven Claudia y Thor, unos días más tarde se encuentran en un local donde Julia y Aitor juegan con ellos

PRESENTACIÓN EN SOCIEDAD

Julia y Aitor eran una pareja joven, vivían en una ciudad de mediano tamaño. Llevaban un tiempo con una gran curiosidad por el BDSM, les atraía el tema de la jerarquía. Además, Julia quería probar con una mujer, pero no lograban lo que buscaban hasta que un día sin quererlo ni beberlo lo encontraron.

Se acababan de mudar de vivienda. Llevaban dos semanas de trámites, papeleos etc. Un día que iba a hacer gestiones Julia pulsó el botón del ascensor. Cuando se abrieron las puertas bajaba una vecina. De manera instintiva y sin saber por qué Julia no pudo sostener su mirada tras los saludos de rigor. La vecina se quedó al fondo del ascensor y Julia delante de ella.

La vecina que se llamaba Claudia no la quitaba ojo. La blusa no dejaba entrever nada, pero el pantalón color crema transparentaba el tanga negro y parecía tener unas nalgas firmes y bien redondeadas. Julia la lanzó un par de furtivas a través del espejo del ascensor. Era más alta que ella. Era mayor que ella, con una gran melena rubia ondulada. Una blusa blanca y unos jeans azules que se le pegaban al cuerpo como un guante. Le llamó la atención los botones metálicos que cerraban el pantalón y unos zapatos rojos con unos tacones finos y kilométricos. Tenía la sensación de ser traspasada y desnudada por su mirada. Por fín, llegaron a la planta baja. Julia se bajó, la vecina bajaba al garaje. Julia notó que la situación le había excitado terriblemente. Esa mirada insolente le había puesto cachonda. Sabía que Claudia era casada por lo que en principio no había ningún nexo sexual con ella, pero le había hecho sentir cosas que nunca había sentido.

Ese fin de semana Aitor estuvo buscando por Internet gente de su ciudad y encontró un local que solía hacer quedadas y organizaba muchas actividades sobre el BDSM y que casualmente el viernes siguiente montaban una fiesta. Se pusieron sexys. El vestía unos pantalones de pinzas con una camiseta negra y ella llevaba los mismos pantalones que en el ascensor, esta vez con una blusa semitransparente negra. Entraron a la fiesta y estuvieron socializando con varias personas. Aitor por la web conocía a varios, pero físicamente no sabía cómo eran. Quería sorprender a Julia y presentársela a una Ama y su marido.

Puso a su mujer una capucha y la condujo a una habitación donde estarían más cómodos. Oyó como Aitor saludaba a una mujer con la deferencia correspondiente a una Ama. La mujer acarició su cara con el dorso de la mano por encima del cuero de la máscara. Con el dedo repasó sus labios por debajo de la capucha. Ella intentó chupar sus dedos y recibió un pequeño sopapo para luego empezar a acariciar su espalda. Luego con sus manos dibujar sus nalgas por encima de la ropa. El marido mientras había cogido a Aitor y le había colocado una mordaza y atado a una silla.

Claudia, que le gustaba mucho la sumisa pero que debido a la poca luz que había en la habitación no había podido reconocer a su vecina. La verdad, la había visto solo un día. Empezó a soltar su blusa y seguido su sujetador. Julia estaba a mil, se había excitado terriblemente. Claudia se dio cuenta al tocar sus pezones erectos y duros. Aitor también lo había notado. Soltó los pantalones de Julia y los bajó. Tras dejar a la chica en tanga, la hizo apoyarse en la mesa. Comenzó a jugar con la prenda, que la piel de Julia sintiera el roce de la misma. La chica estaba cada vez más excitada. Pero Claudia paró y situándose a escasos centímetros de su cara le sacó la máscara. Claudia la reconoció enseguida y aunque siguió con su cara de póker se sintió encantada que fuera ella.

Julia se sorprendió. Abrió la boca con sorpresa y con sus manos intentó taparse el pecho y el coño que, aunque llevaba tanga se sentía como desprotegida. Al principio, parecía ofendida pero realmente sentía una mezcla de excitación y humillación que nunca pensó que sentiría. La mirada se dirigió al suelo, pero Claudia la cogió de la barbilla y se la levantó y la dijo:

Como las dos sabemos quiénes somos, aunque solo nos hayamos visto una vez si quieres lo dejamos aquí y ahora, pero si deseas continuar dímelo y comenzaremos tu educación como sumisa. Serás educada y protegida.

Sí, quiero empezar contigo. No sé cómo tengo que comportarme, pero él día que nos vimos en el ascensor sentí un pellizco y me excité mucho.

Pues así será. Trátame de Usted siempre. La mirada siempre baja salvo que te diga que me mires. Como eres completamente novata no conoces tus límites entonces iré haciéndote probar cosas y siempre tanto ahora en tu inicio como más adelante siempre me podrás parar y así irás conociendo lo que te gusta, lo que no y lo que no aceptarías bajo ningún concepto.

Nerea, prepáramela. ---- ordenó Claudia.

En escena entró una mujer que parecía por edad poco mayor que Julia, de pelo color amarillo pálido más que rubio, corto, muy corto y un cuerpo delgado y musculado. Cogió de las manos a la sumisa y dando un suave tirón la llevó hacia una esquina y esposó sus manos con unas esposas sin apenas separación entre las muñecas. Entre las dos partes de las esposas tenía una argolla soldada y la hizo elevar las manos y situarlas vertical por encima de su cabeza. La elevó hasta que Julia solo se podía sostener con la punta de los dedos. Vió Nerea que el pubis de la chica estaba demasiado velludo y cogió una navaja de barbero. Untó el pubis con gel de afeitar y comenzó a afeitarla tras bajar un poco el tanga.

Volvió a colocar el tanga en su sitio y tras acercar una fusta a Claudia se retiró hacia atrás. Claudia se acercó y con un cutter cortó el tanga hasta dejarla completamente desnuda. Entonces volvió a dar instrucciones a Nerea. Esta se acercó y acercó una especie de zapatos de metal que dejaban a la chica inmovilizada. Los zapatos de metal estaban sobre una especie de railes que separaban las piernas de la sumisa. Nerea los separó hasta que las piernas estaban tensas.

Claudia volvió a escena. Cogió del pelo a la sumisa y haciendo que la chica bajase la cabeza la besó hasta terminar mordiendo sus labios. Luego hizo un gesto y su marido que previamente se había retirado apareció y cogió al marido de Julia y lo soltó de la silla haciendo que se desnudase. Cuando terminó de desnudarse lo colocó en un cepo donde tenía que ponerse de rodillas y después de estar inmovilizado Amo Thor que así se llamaba el Amo/marido cogió un tubo de lubricante que le acercó Nerea e introdujo la punta en el ano de Aitor y apretó con ganas vertiendo una buena cantidad hasta que una parte del lubricante desbordó hacia fuera. Extendió la parte que había desbordado y tras ponerse el condón también el condón. Entonces Claudia sujetó a Julia del pelo y haciendo que no retirase la mirada y fijase su vista en el lugar donde su marido iba a ser usado por Amo Thor.

Amo Thor colocó sus manos en las caderas del hombre y lo penetró de un solo golpe. El lubricante hizo efecto y la polla entraba y salía sin dificultad. Julia no se lo esperaba, aunque alguna vez le había trasladado a su marido que le excitaba ver a dos hombres follar, pero aun así verlo no se lo esperaba. Cuando llevaba varias embestidas se la sacó y le metió la polla en la boca. Entonces Claudia se acercó y con la fusta comenzó a azotar al sumiso que iba contando los azotes. Luego cambió la fusta por una pala y cuando tuvo el culo rosa fuerte se colocó un strapon. Julia estaba muy, muy excitada. Al separarse Claudia había dado la orden a Nerea y esta se acercó y de rodillas lamía el coño de Julia que excitada empezó a gemir, pero Claudia hizo que la pusieran una mordaza que hacía que no pudiera mover los labios etc pero que la tuviera abierta, Los gemidos pasaron a ser ruidos guturales. Nerea controlaba para que la sumisa no tuviera ningún orgasmo.

Por el otro lado Claudia con el strapon se follaba a Aitor a la vez que el marido se follaba su boca. Luego pararon en las folladas para que Nerea pudiera colocar un dilatador con estimulación eléctrica en la polla del chico, entonces volvieron a follarlo. Luego Claudia sacó el strapon y con los dedos fue estimulando su próstata hasta que Aitor no pudo evitar eyacular a la vez que Amo Thor eyaculaba sobre su cara.

Ahora Claudia se iba a dedicar a Julia. Cogió una barra morada que tenía un interruptor con el que aplicaba descargas y fue jugando con el cuerpo de Julia. Pequeñas descargas primero en las clavículas, luego en las nalgas, los pechos, pezones, el coño. Notaba que con algunas descargas la chica se excitaba más. Amo Thor le azotaba al ritmo de las descargas.

No la azotaba con mucha fuerza por su incipiente entrega. Claudia mandó parar los azotes y colocó unas pinzas en pezones y en los labios vaginales y les colocó unos mínimo pesos. Cogió una rueda con pinchos y fue pasándola por diferentes lugares, luego una pluma y un cuchillo helado. Al pasar el cuchillo Julia estuvo tentada de hacerla parar por miedo, pero su mente se dio cuenta que no había peligro y que esa sensación de “supuesto riesgo” hacía que se excitase más.

Ahora Claudia cogió un flogger y comenzó a azotarla suave y fuerte por diversas partes. Cuando Julia estaba empapada de sudor, llena de marcas de spank, fue soltada y conducida contra la mesa donde Nerea la aplicó un ungüento para los azotes. Entonces Amo Thor se acercó y mordió su cuello, la chica echaba hacia atrás su culo. Él empujo como reacción su torso contra la mesa y la penetró, la follaba abriéndola de las nalgas para que ella oyera los chasquidos de su mojado coño. Amo Thor sacó la polla y se corrió sobre las nalgas de la chica.

Nerea se acercó y cogiendo a Julia de la mano colocó en su cuello un collar de hierro al cual ató sus muñecas y la condujo a la ducha donde con una manguera de agua fría la ducho y preparó. Tras ello, fue conducida a una habitación donde Claudia esperaba vestida con solo una túnica. Besó a la chica y la quitó la capa que la cubría admirando su bello cuerpo. Ella se despojó de la túnica y tumbándose en la cama hizo que Julia comenzase a lamer su coño. Sus gemidos eran desatados. En un felino movimiento se colocó con la chica en un 69 hasta que tras multitud de besos y caricias y estar una vez arriba y otra abajo estallar en un enorme orgasmo que la dejó casi exhausta.

Salió de debajo de Julia y atrayéndola hacia sí la miro a esos profundos ojos negros, besó con firmeza sus pezones y acarició su coño. Comentó a la chica que se retiraba al baño a orinar, pero en el último momento la cogió del pelo y la llevó con ella. Allí la hizo arrodillarse en la bañera y allí la orinó en el cuerpo para luego ducharse con ella. La hizo ir al dormitorio mientras ella se daba un baño relajante. Con la puerta entreabierta vio como la sumisa se tumbaba en la cama de costado dando la espalda a la puerta. Entonces se puso otro strapon y se acercó de forma sigilosa y cogiéndola de la cabeza la hundió en la almohada y tumbándose contra ella sodomizó a la chica, ahora la sujetaba de las dos caderas. La follaba primero con movimientos cortos y vigorosos para luego hacerlo con otro más largos y profundos y luego ir alternando los dos. Elevó la pelvis de la chica y la masturbaba. El strapon tenía un pequeño falo que estaba en el interior de su vagina. Julia no pudo aguantar y pidiendo permiso tuvo un profundo y relajante orgasmo mojando parte de las sabanas y tras ello Claudia no aguantó mucho más también explotando en el suyo.

Tras ello la vecindad entre los dos matrimonios fue mucho más divertida. Este relato es imaginario, pero si queréis me gustaría leeros en mi mail:

Picante100@hotmail.com