Presentación de un amo

Mi intención es escribir una serie de encuentros con diferentes chicas sumisas. Escribo solo sobre encuentros reales porque me cuesta mucho la ficción. Si finalmente me inspiro y consigo escribir algún relato sobre ficción, ya lo avisaré, pero los próximos relatos serán todos historias verdaderas.

Para entender las próximas historias, haré primero una presentación de mí mismo, para que podáis ubicarlas con más facilidad. En la actualidad no tengo ninguna amante sumisa, pero estoy abierto a conocer chicas sumisas, jóvenes y guapas, me gustan las chicas que disfrutan sintiéndose deseadas, que agradecen la mirada ardiente de un hombre cuando sus ojos se esfuerzan por mirarla a los ojos pero siempre terminan hipnotizados por el escote elegido para la ocasión, las que saben que cuando vayan al baño su culo cruzará su mirada conmigo y sabrá que estoy imaginándolo azotado, o sonriéndome sonrojado mientras me follo a la chica a cuatro patas. Soy un hombre muy heterosexual y muy dominante, no puedo evitarlo.

Estoy casado y tengo 45 años, con un hijo de dieciocho. Hace tres años tenía una amante muy sumisa, pero después de año y medio, lo dejamos, ella era enfermera en mi hospital. En esos tiempos con mi amante, mi vida era una mezcla entre Anatomía de Gray, Big Bang  y una película porno. Por supuesto yo siempre me veía como el Dr. Shepherd, Leonard Hofstadter y Nacho Vidal.

A esta chica sumisa, le impuse un collar. Al imponérselo, le impuse también las siguientes normas:

1.- Siempre me obedecerás.

2.- Aceptas ser castigada, bien por desobediencia, bien por capricho mío. Yo decido cómo, cuándo y por qué.

3.- Puedo disponer de tu cuerpo siempre que quiera anal, oral o vaginalmente. Si te niegas por cualquier motivo, puedo castigarte.

4.- Puedo modificar tu cuerpo para adaptarlo mejor a mis caprichos: piercings, dilatadores anales,... (solo le puse un piercing en el pezón izquierdo, pero ella quería ponerse un tatuaje en el pubis y alguna vez pensé en anillarle el clítoris).

5.- Puedo estar con otras mujeres, sumisas o no. Puedo querer que estés conmigo en ese momento o no. Tú lo aceptas. Puedo contártelo o no, yo decido. Si decido contártelo y te muestras celosa, podrás ser castigada por ello. Aprenderás a disfrutar de mi placer con otras mujeres y harás por evitar sentir celos. Puede que en alguna ocasión quiera compartirte con otra. (Solo estuve con otra chica sumisa aparte de mi mujer en el tiempo que estuve con ella, pero no todos juntos y en ciudades distintas).

6.- Puedo ofrecerte a otros hombres o decidir que otros hombres o mujeres observen cómo puedo hacer contigo lo que quiera. (No lo hice y no sé si me interesa, pero me atraía que ella aceptase esta condición).

7.- Si mantienes relaciones con otros hombres, deberás contármelo siempre. Yo decidiré si te castigo por ello o simplemente te hace más deseable, aunque me decida a castigarte posteriormente.

8.- Siempre deberás ser sincera conmigo y expresarme con claridad el placer que sientes, el dolor y las dudas que tienes, si bien yo tomaré las decisiones sobre qué hacer, aunque pueda hacerte daño.

Creo que la norma 5 nunca llegó a aceptarla del todo, aunque disimulara que la aceptaba.

Aparte de esa experiencia larga de dominación donde había un camino trazado que recorrimos y donde experimentamos bastante, dentro de las normas anteriores, he tenido varias relaciones BDSM, algunas esporádicas con amantes ocasionales, que serán sujetos de tres relatos, y una durante un viaje con una autora sumisa de todorelatos, que también se convertirá en relato. Esta chica es de Barcelona y la conocí físicamente en un congreso, aunque habíamos mantenido una relación epistolar y por videoconferencias y chats durante años. Creo que habían pasado siete años desde que empezamos a escribirnos emails. Ella había tenido muchos amos cuando finalmente quedamos, aunque la primera vez que contacté con ella, ella estaba en una relación vainilla con un chico con la polla grande, pero poco dominante. Digo lo de la polla grande, porque después de haber ella estado con unos 100 hombres, me dijo que yo era el segundo hombre que conocía con la polla más grande, después de su primer novio, lo que consideré un elogio, aunque como todos, hubiera preferido ser el primero. Mi mente ególatra susurró a mi cerebro que entonces su vagina sería más estrecha y que por eso le parecería más grande la de aquel chico, pero no compartí esos pensamientos con ella. Ella siempre me trató de usted, o eso intentábamos entre los dos. Yo se lo exigí desde el primer día y ella aceptó y no le costó mucho hacerlo. Yo creo que es fácil conseguir que una chica te trate de usted si siempre lo ha hecho, pero es casi imposible de conseguir si el tuteo ya se ha instalado en una relación. El lenguaje marca nuestras sinapsis y con el tiempo, es difícil contruir nuevas sinapsis para viejos conceptos cerebrales.

Yo soy del sur, pero vivo en Galicia. Mis aficiones son básicamente la lectura, el cine, los viajes, profundizar en mi profesión, y por supuesto, conocer chicas jóvenes y guapas. Mi hijo cada día me hace menos caso, pero cuando era más pequeño íbamos voy a la playa en bici, lo llevaba a la piscina y admiraba como avanzaba su cuerpo de jugador de waterpolo, le enseñaba donde están Venus, Júpiter y Marte y las islas cercanas, hacíamos pequeños experimentos, mirábamos bacterias por el microscopio, le mostraba la magia de los números,.... Ahora habla más de videojuegos, de cine, de literatura, y no he alcanzado el nivel de confianza que me gustaría para hablar con él de chicas. Por otra parte es complicado, porque nunca le he confesado ninguna infidelidad a mi mujer, así que hay muchas cosas que he aprendido con los años que no podría justificar por mi experiencia más conocida.

Siempre me ha gustado conocer chicas, si bien, he de reconocer que con quince años era bastante más torpe que ahora. La vida es extraña, cuando era muy joven, no sabía ligar y solo besaba a las chicas que me lo pedían, y ahora que me manejo con mucha más soltura, solo puedo practicar cinco o seis noches al año. Aun así, hay que considerar la ley de la oferta y la demanda, cuando tienes 18 años, solo te demandan las de 14, 15 y 16, pero con 45, te demandan las de 18, pero también las de 24 y las de 35. Con los años, mejoré mucho mi técnica, aunque siguió siendo pobre (siempre fui tímido y hablaba poco), se convirtió en eficaz. Básicamente se basaba en mi mirada pícara a una chica (en España, se valoran mucho los ojos verdes) y una sonrisa depravada, hasta que fuera inevitable entablar una conversación. Tengo una cara algo aniñada, por lo que la mirada de descaro y algún comentario subido de tono, suelen desconcertar a la chica, lo que permite que con la sorpresa se olvide un poco de la cara de bueno y empiece a verme como un sátiro. Con los años, me voy convirtiendo en la caricatura de mí mismo, así que la cara de sátiro va destacando sobre la de niño, pero aún persiste cierta mirada infantil. Un chiste no demasiado bueno (si se ríe con un chiste malo, le gustas, si se ríe con un chiste muy bueno, es gracias al chiste), averiguar si compartía piso o vivía con sus padres, y si compartía piso, me decidía a atacar. En mi ciudad natal era fácil elegir estudiantes que no vivieran con sus padres y estúpido perder el  tiempo con las otras. Todo esto os puede parecer muy poco romántico, pero con los años, la juventud se ve algo menos romántica, si bien cuando lo vives, todo lo adornas mucho más, vives en una nube cuando estás enamorado y sufres por cada pequeña separación. El caso, es que la malicia, la mirada descarada, los comentarios picantes, los tengo que dejar para cinco o seis noches al año, la cafetería de mi centro de trabajo e internet, un medio que no permite el juego de la mirada.

En mi experiencia, y esto no pretende sentar cátedra, uno suele jugar en la vida según las cartas que ha ido jugando bien, creo que una chica joven suele aceptar muchas más novedades en el juego sexual que otra de más edad. Por lo que la sexualidad con los años y con la misma persona, aunque en nuestro caso no es aburrida, tampoco tiene tantos cambios, hacemos lo que sabemos que nos gusta, pero no profundizamos más de lo que hicimos hace años, hay fronteras que continúan infranqueables y otras que ya por tan franqueadas, no son fronteras. También se podrá aplicar a los hombres, supongo. Con mi amante sumisa no hubo ninguna frontera que me apeteciera franquear, que no franquease, aunque reconozco que mi mente de sátiro ha creado nuevas fantasías que no he cumplido aún, y eso que hubo un tiempo que creía haberlas satisfecho todas. Yo creo que de mi rol de heterosexual y dominante no es fácil sacarme. Cuando beso a una chica por primera vez, siempre la cojo con fuerza del cuello y casi todas responden de forma muy apasionada. Alguna ha decidido escabullirse y por supuesto la he dejado marchar. Tengo una sexualidad muy definida y me gusta lo que me gusta, para qué negarme. Me gusta que una chica vaya renunciando cada día a las fronteras que se había prometido no traspasar y que me dé las gracias por haberla llevado cerca del abismo.

Si estás interesada en conocer algo más de mí, no dudes en escribirme a sirstephe@gmail.com o intenta seguir mis próximos relatos. Si te decides a contactarme, exijo que me trates de usted y que seas mayor de edad (más de 18 años, NO ACEPTO 17 años y once meses).