Presentación de Hembra Hot

Déjame que me presnete

-Vas a follarme como a una perra. Me vas a quitar la ropa a tirones. En mi piel quedarán marcadas las rozaduras de los tejidos al desgarrarse sobre ella. Vas a acercarte duro e indómito y después sentiré como me agarras del pelo tirando de él con fuerza hacia atrás, para que mis ojos de guarra miren al techo. Tu mano sobará mis pechos, pellizcará mis pezones, acariciarán con rudeza el coño palpitante y mojado de excitación que te brindo entre mis piernas.

Voy a sentir tu lengua lamerme y tus dientes mordisquear mis carnes blancas. Voy a oler tu sudor y me voy a arrodillar a tus pies. Bajaré lentamente la cremallera de tus pantalones y me invadirá el perfume de tu orina seca. Voy a sacar tu polla de dentro de tus pantalones y como la más puta la voy a chupar y a degustar como nunca se ha comido un rabo.

Me llamarás puta y zorra mientras te la como. Me insultaras y despreciaras porque sabes que me gusta ser tu guarra-

Así hable y él me escuchaba sin decir palabra. Le susurraba al oído. El estaba tumbado en la cama, boca abajo. Yo sentada, abierta de piernas, con el coño apoyado desnudo, abierto y mojado sobre su culo peludo y también desnudo.

Busque con mi mano bajo su cuerpo y tenía la polla inmensa y roja y dura como un leño de boj. Se la tomé dulcemente y comencé a jugar con mis deditos en ella. Seguí hablándole.

-Me meterás el dedo en el culo y sollozaré como una gata hambrienta. Azotaras mis nalgas con dureza, dejándolas rojas y yo me estremeceré de dolor, pero mi placer será aún mayor. Tu polla dura me traspasará el culo y lo follará durante horas. Hasta que dado de sí quede abierto y receptivo.

Yo gemiré suplicando más y más, insaciable, eternamente hambrienta de tus carnes y bombearas hasta que sientas venir tu orgasmo.

En ese momento te recibiré en mi cara y tu semen bañará mis ojos y mi nariz y mi boca de puta-.

Seguía masturbándole. Él ahuecó el cuerpo para dejarme trabajar libremente. Le sodomicé con un dedo de la otra mano y justo entonces se derramó en las sábanas y dentro de mi mano.

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