Presentación

Hace un tiempo tengo leído relatos de todos los tipos. La verdad nunca me imagine sentir placer con según que situación aunque hay cosas que no harías y no me gustaría ver y/o participar…. Pero bueno, voy a lo mío.

Hace un tiempo tengo leído relatos de todos los tipos.

La verdad nunca me imagine sentir placer con según que situación aunque hay cosas que no harías y no me gustaría ver y/o participar…. Pero bueno, voy a lo mío.

Seguro que por mi vocabulario os daréis cuenta que el castellano no es mi lengua materna así que os pido algo de paciencia y comprensión.

Hace 18 años estoy felizmente casado (entre novios, vivir juntos y el definitivo “si, quiero”).

Hace mucho que pedí a mi esposa que escribiera algo sobre nuestras aventuras  pero por algo que no se que será nunca escribió nada (y si lo hizo, no me lo dijo).

Ya podéis suponer que si hemos hecho cositas estando casados. Comparado con algunos relatos que leí la verdad que no es de espanto para muchos. Pero si es material para seguir follando como perros entre nosotros (ja ja ja ).

Mi esposa esta a mi lado y sabe lo que estoy haciendo. Al parecer le gusta la idea.

Le he propuesto, en los relatos verídicos publicar dos visiones. La mía y la suya, así que si hay suerte, los interesados podrán disfrutar de la misma situación con dos puntos de vista.

Considero que tengo mucha suerte de tener una esposa tan comprensiva. No tengo una personalidad que se diga fácil de convivir. Ella pensará que lo digo solo por ganar puntos, pero la verdad, con los años me he dado cuenta que los matrimonios infelices o falsamente “felices” nada más es por no decir la verdad de lo que a uno le gusta o el miedo a la reacción de la pareja. Con eso no quiero decir que somos 100% transparentes, pero creo que este es el camino de la felicidad, o de lo más cerca que se pueda vivir.

No hace mucho escuche uno que analizando a una pareja comentaba que la esposa hacia algo para complacer el marido sin que ella lo disfrutara. Este aceptaba para complacer la esposa porque creía que a ella le apetecía. Con eso los dos hacían cosas que no querían para supuestamente complacer al otro cuando en realizad los dos no estaban satisfechos y la situación se resolvería con ser sincero. No es fácil normalmente, y si hablamos de vida matrimonial menos fácil todavía.

Cuantas veces he tenido ganas de pedirle que me chupara el culo, pero por miedo a su reacción, miedo a ser “menos hombre”, no lo hice. Que tonto….. Hoy día la muy perra disfruta no solo de chuparme el culo si no de follárselo con sus dedos largos. Y no tengo que pedírselo.