Presenciando una apuesta

Silvia no daba crédito a la apuesta realizada entre Carlos y Carmen pero cuando realmente se quedó sin palabras fue cuando la presenció.

  • "Está bien, si ganais, te haré una mamada que nunca olvidaras, y si perdeis, estarás a mi servicio durante una semana: me harás los ejercicios de clase, cogerás apuntes por mi, limpiarás mi habitación... estarás a mi disposición siempre que lo desee, durante una semana. Aceptas?" - fue la propuesta final de Carmen

  • "Acepto" - dijo Carlos

Se estrecharon la mano y se despidieron sellando la apuesta conmigo delante, que aun no asimilaba que de verdad hubieran apostado lo que acababa de oír. Mi nombre es Silvia, tengo 18 años y soy morena, ni demasiado alta ni tampoco demasiado baja, de cuerpo sencillito aunque reconozco que he oido comentarios acerca de lo mucho que gustan mis pechos, redonditos y duritos.

Sin embargo, no es sobre mi lo que hoy voy a contar, se trata sobre la apuesta de Carmen y Carlos que había presenciado y luego comprobado posteriormente. Dentro de dos días jugaban al fútbol el equipo de fútbol de Carlos y el equipo del novio de Carmen. Tanto Carmen como Carlos eran buenos amigos y siempre estaban de broma, sin embargo, todo el mundo sabía que ambos deseaban tener algo bastante más que amistad, y que algún día, sus tonteos pasarían a niveles bastante superiores, y la apuesta fue la excusa perfecta.

Yo era amiga de ambos y me pidieron que estuviera presente mientras apostaban, para que hubiera constancia, aunque por supuesto, todo tenía que quedar en secreto.

La verdad que ambos eran la fantasía sexual de muchos chicos y chicas de la clase, reconozco que yo alguna vez he fantaseado con Carlos, es moreno, fuerte, deportista, se le notan los abdominales y tiene unos ojos verdes que enamorarían a cualquiera.

Carmen no se queda atrás, es una chica morena, de ojos verdes también, de labios sensuales y sinuosos, y unas curvas como para dejar atontado a cualquiera, yo sí que apostaria sin miedo a perder a que todos los chicos de la clase se habrían masturbado pensando en Carmen alguna vez, o varias.... igual que yo alguna vez me he tocado pensando en Carlos, para qué negarlo.

El resultado del partido fue lo de menos, los tres sabíamos que antes o despues la mamada iba a llegar, se dice de Carmen que es una chica tremendamente caliente y apasionada, y estaba ansiosa por demostrarselo a Carlos.

Era cuestión de tiempo y fue más bien pronto, ya que el equipo de Carlos ganó el partido.

El lugar para cumplir la apuesta era sencillo, lo harían el lunes en los vestuarios al acabar las clases, cuando ya no hubiera nadie en el colegio.

La verdad que ninguno de los dos me dijo que fuera a comprobar que la apuesta se cumplía, pero tampoco me lo prohibieron cuando bromeaba diciendoles que eso tenía que verlo, así que sabían que de una forma u otra estaría viéndoles, y creo que a ellos eso les excitaba aún más.

Al acabar las clases el lunes me fui pitando hacia los vestuarios y me metí en un cuarto de limpieza que hay justo al lado, donde unas ventanas pequeñas y altas, de esas que sirven para que no esté todo tan cerrado, daban una estupenda vista de todo el vestuario.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando me encontré en ese cuarto, subida a una silla mirando por la ventana a Laura, otra de mis amigas, que no tengo ni idea de cómo se habría enterado.

  • "¿Qué haces aquí?" - le pregunté entre risas

  • "¿Qué crees que hago? Carlos me contó lo de la apuesta, y no pensaba perdermerlo por nada" - contestó tambien riendo.

Nuestras risas cesaron cuando escuchamos ruidos en el vestuario al que mirábamos y los vimos. Estaban allí, con total tranquilidad, sabiendo que iban a vivir una experiencia increíble y esperada desde hacía mucho.

Carmen iba vestida de forma espectacular, con una minifalda negra ajustada, con unas sandalias de fino tacón y un ajustado top rojo que marcaba sus pechos, redonditos y grandes.

Sin apenas decirse nada comenzó el espectáculo del que Laura y yo eramos privilegiadas espectadoras.

Carmen se agachó y comenzó a acariciar las piernas de Carlos, a medida que le bajaba los pantalones y él mismo se quitaba la camiseta, quedándose en unos boxer que marcaban lo preparado que estaba para que Carmen comenzase a cumplir su apuesta.

Ella no parecía echarse atrás, al contrario, y comenzó a acariciar con sus uñas las piernas de Carlos y a acariciar por encima de su boxer su tremendo miembro, deseoso de salir. Y salió, salió como un resorte cuando ella le bajó la ropa interior y comenzó a lamer sus muslos, abriéndo sus piernas y dejando sus huevos colgando con libertad.

Laura y yo nos miramos con una mezcla de excitacion y diversión en nuestros ojos y cuando volvimos a mirar al vestuario vimos la expresion de Carlos, cerrando los ojos y ahogando un suspiro cuando sintió el aliento de Carmen en la punta de su pene, jadeando en él para posteriormente comenzar a metérselo en la boca poco a poco, engullendolo con sus carnosos labios y empezando un suave movimiento hacia delante y hacia atras, chupando toda la polla que ahora sí, estaba realmente enorme y jugosa por la saliva de ella.

Acariciaba sus huevos con sus uñas y con su lengua comenzaba a dar largos y lentos lametones a lo largo de todo el miembro.... desde los huevos hasta la punta.... haciendo espirales a medida que subia y círculos cuando llegaba a la punta.

Se la chupaba con ansia, se notaba que era algo que deseaba desde hacía bastante tiempo, como si fuera su único fin, se la agarraba con fuerza y chupaba, lamía, succionaba.... todo al mismo tiempo....

Pero nuestra sorpresa creció cuando Carlos pidió que parara, ambos se miraron pícaramente y nosotras dos ya sabíamos que esto no se iba a quedar en solo una mamada.

Carmen se tumbó en el suelo mientras Carlos le quitaba la ropa, dejandola completamente desnuda y empezó lamiendo suavemente sus tobillos, de una forma increiblemente erótica, mirándola a los ojos mientras iba subiendo despacio por sus piernas, notando como el sexo de Carmen se calentaba a cada centímetro que avanzaba, igual que el nuestro, ya que aunque Laura y yo no nos deciamos nada, se notaba que ambas estábamos increiblemente cachondas incluso con la respiracion agitada.

Carmen iba abriendo de forma casi involuntaria sus piernas a medida que Carlos subía, hasta detenerse al llegar a su vagina, completamente húmeda y caliente. Allí comenzó a lamer su contornó, haciéndose de rogar, alargando la placentera tortura de Carmen que se retorcia suspirando que le metiera su lengua.

"Carlos por favor.... chÚpame.... chÚpame entera....." fue lo único que ella acertaba a decir.

Y Carlos, obediente, abrió con sus dedos el coño de Carmen, abriendo sus labios y dejando completamente para él su sexo desnudo, caliente y palpitante. Lo empezó a lamer suavemente, restregando su lengua y saliva, que se mezclaba con los fluidos de ella, y comenzó una serie de largos y lentos lametones desde abajo hasta arriba que provocaba que Carmen no le diera tiempo a reponerse de los escalofríos de uno cuando empezaba con el otro.

Yo no podía aguantar más, había imaginado muchas veces la lengua de Carlos en mi coño, y deseaba ser yo la que estuviera alli tumbada y abierta de piernas en el suelo, con la cara de Carlos entre mis piernas, dándome todo el placer que pudiera aguantar. Laura parecía pensar algo parecido puesto que no quitaba ojo de la escena casi sin parpadear, y advertí como comenzó a acariciarse de forma involuntaria su sexo por encima del pantalón. La verdad que me di cuenta que yo estaba haciendo lo mismo y que estaba increiblemente empapada. "Joder", me dije.

Pero los que no paraban eran aquellos dos, la lengua de Carlos parecia incasable y seguía una y otra vez, arriba y abajo, entrando y saliendo del conejo de Carmen, que hay que decir que lo tenía todo recién depilado, como si hubiera estado preparándolo para esto.

Carlos sobaba con sus manos las tetas de ella, que no podia aguantar sus gemidos, apretaba sus pezones y acariciaba su clitoris, frotándoselo a la vez que le comía todo el coño, a punto de correrse. Y se corrío, y mucho, retorciendo su cuerpo en el suelo, gritando como una loca, mientras Carlos apretaba su cara contra ella, Carmen llegó a un orgasmo espectacular, mezclando su corrida con la saliva de Carlos en sus labios, que seguia lamiendola, ahora muy lentamente, alargando su placer.

No lo podiamos creer, igual que no podia creer la situación en la que estabamos Laura y yo, viéndolo todo.... con los pantalones y braguitas bajadas, tocándonos, imaginando ser nosotras las que nos retorcieramos de placer. Laura y seguimos tocándonos, ese momento habia que disfrutarlo, y no era la primera vez que nos veíamos desnudas.

Aquel momento habia que disfrutarlo, nosotras lo sabiamos y ellos también, y no parecian querer perder tiempo. Carmen se levantó y Carlos la puso con su espalda contra la pared, acercándose a ella con su pene bien duro aún y completamente empalmado.

  • "Se la va a follar, joder Silvia, se la va a follar aqui mismo" me susurraba Laura, que ya se había corrido una vez y por sus piernas resbala los restos de su orgasmo anterior que había ahogado en placenteros suspiros.... igual que yo, he de admitirlo.

Carmen apoyó los brazos contra la pared, quedando completamente expuesta a Carlos, que la levantó un poco con sus brazos y puso la punta de su miembro sobre la superficie de su coño, para ir metiendosela poco a poco al tiempo que bajaba a Carmen, apretándola contra la pared.

Vimos la expresion de Carmen, cerrando los ojos, mordiéndose los labios, y emitiendo un largo gemido mientras sentía como le metía la polla entera, hasta dentro.

Y ahora empezó lo bueno, veíamos el culito de Carlos tenso, haciendo fuerza al tiempo que apretaba a Carmen contra la pared a cada penetracion, y como Carmen solo podía gemir y suspirar, suspiros entrecortados debido a los golpes de su espalda contra la pared, con sus piernas colgando, siendo embestida con fuerza una y otra vez.

Escuchábamos los gemidos de ambos entremezclándose con el sonido de la polla de Carlos entrando y saliendo del lubricado coño de Carmen, al tiempo que sus huevos golpeaban las nalgas de ella a cada penetración.

Y entonces me sobresalté, me sobresalté al notar que algo tocaba mi coño cuando mis manos estaban frotando mis tetas..... miré y sí, era Laura, cachonda como nunca, que no había podido evitar tocarme mi coño, tan empapado como el de ella. Yo no me corté, la miré y comencé a masturbarla tambien.

Asi que alli estabamos, masturbándonos la una a la otra, deseando que nuestros dedos fuera realmente la polla de Carlos que follaba como nunca podiamos haber podido pensar.

  • "Vamos Carlos vamos no pares, fóllame, fóllame como tu niña que soy" eran los desgarrados gemidos de Carmen

  • "Eres una zorra eh Carmen, vas a sentir como te lleno de leche cariño" Carlos la jaleaba dandole ligeros azotes en las nalgas mientras seguida follándosela

  • "Joder, joder.... voy a correrme de nuevo... vamos vamos, sigue follandome"

Carlos lamía la boca y las tetas de Carmen que botaban al ritmo de sus cuerpos frotándose contra la pared, a punto de correrse, igual que Laura y yo, que ya no escondiamos nuestros gemidos y que nos lamiamos las tetas una a otra mientras no quitábamos ojo de la escena.

No sabiamos como eran capaces de aguantar tanto, con las piernas de Carmen completamente botando al ritmo de Carlos, con sus sandalias aun puestas, enroscandose a la cintura de Carlos... apretando su culo contra ella para que su polla se metiese aun mas adentro...

Ya les quedaba poco, gemian, gritaban y suspiraban....y notamos como ambos empezaron a correrse, resbalando una mezcla de semen y corrida de Carmen por las piernas de ambos.... por todas sus piernas, era increible la cantidad de semen que había soltado Carlos, que seguía aun lanzando pequeños chorros de semen cuando sacó su polla del coño de ella y Carmen se agachó para recibir estos ultimos chorros en sus labios, saboreándolos y restregándolos por sus tetas, para después besarse en la boca y empezar a limpiarse.

Era impresionante el calentón que aun teniamos nosotras, y debia ser impresionante el de Laura porque.... se agachó y empezó a lamerme el coño...... la verdad es que eso era lo que mi coño deseaba, una lengua que hiciese que se corriera pero..... no me imaginaba que Laura llegara hasta ese punto, y yo tampoco, que nunca habia tenido ninguna experiencia lésbica.

Pero joder, como me lo lamia Laura, era como si estuviera disfrutando sintiendo que era su coño el que estaba siendo lamido y metia su lengua por todos lados... haciendo que me corriera, al igual que ella mientras se tocaba.

Volvimos a mirar al vestuario y ya no habia nadie, se habian ido y nos quedamos nosotras dos solas, en el cuarto de al lado, mirándonos, como volviendo de nuevo a la consciencia, y empezamos a reirnos y comentar todo lo ocurrido.

  • "Menudo polvo han echado estos dos no? joder, ojalá me follara a mi Carlos así algún dia" dijo Laura

  • "jaja búscate algo sobre lo que apostar y apuesta con él" dije yo riéndome

  • "como si tu no quisieras que el tambien te follara" me contestó ella

  • "jaja si, la verdad es que si, mientras les veia imaginaba ser yo la que estuviera ahi contra la pared" admití

  • "no hace falta que lo jures, ya vi lo cachonda que estaba, bueno, como yo" me dijo riendo Laura

  • "y q lo digas, por cierto, vaya lengua tienes eh Laurita" le comenté de broma

  • " ya juzgaré yo tu lengua algun día Silvia" dijo riendo y guiñándome un ojo cuando nos despedimos.

No sabía lo pronto que Laura iba a ser capaz de juzgar lo ágil y habilidosa que puede llegar a ser mi lengua.