Premio por portame bien

Mi esposa me da un premio por llegar temprano de una despedida de solteros.

El viernes pasado estuve en una despedida de soltero en un boliche en Avenida Corrientes y Callao. El show que hicieron las chicas me había dejado medio loquito. Había lucha de barro y streep teases. Mi esposa me había dicho que si me portaba bien y llegaba temprano iba a tener premio.

Llegue a casa y la desperté. Me dijo, anda para el sillón que yo ya voy. Yo ya estaba a mil. Me saque la ropa y me quede solamente con el bóxer y una camiseta (hacia un poco de frió). Victoria entro vestida con una tanga negra colaless y la remera de la selección. Hacia menos de un mes que la Argentina había perdido contra Alemania y había quedado pendiente el tema de hacer el amor con la remerita. Estaba hecha un bombón. Estaba más calentona que cualquiera de las chicas del show que lo hacen por plata y sin ganas.

Empezamos a los besos. Yo le comía el cuellito (eso la vuelve loca) y le acariciaba las nalgas. Ella estaba tirada en el sillón y yo estaba encima de ella.

Subí una de las manos y la metí por debajo de la remera Argentina. No tenia corpiño y sus pezones estaban para sacarte un ojo. Los amase un ratito y después levante la remera y empecé a chuparlos alternadamente. Mientras, mi mano ya se había metido en su tanga y jugaba con el clítoris. Ella movía sus caderas para franelearme la pija que ya estaba durísima. Me saco de encima suyo y me puso a un costado, de esta manera me puso la cola contra el bulto mientras que yo seguía con la mano en su rajita.

Como vi que ya estaba bastante cachonda la hice abrirse un poco de piernas y, sin sacarle la tanguita, baje a comerle el clítoris. No hizo falta mucho trabajo, primero unos besitos y carisias con mi nariz, para terminar con un par de lengüetazos salvajes mientras con mis manos debajo de su cola la levantaba un poco para poder comerla mejor. En menos de diez segundo ya estaba teniendo los espasmos y jadeos de su acabada. Yo seguí comiéndole la almeja por arriba de la tanga hasta que los espasmos se convirtieron en risitas porque le hacia cosquillas.

Ahora es tu turno, me dijo.

Me sentó en el sillón y ella se puso de rodillas delante de mí. Me saco el slip y empezó a chuparme los testículos y el tronco a mas no poder. Yo ya sabía que no iba a durar más de un minuto como mucho. Pero quería que dure más. La agarre de la cabeza y empecé a manejar los tiempos de sus chupadas. Eso me hizo durar un poco más. La muy perra empezó a chupar mas despacio, me saco las manos, para que no la empuje, y comenzó a tragarse el tronco de a poco hasta que yo empecé a sentir mi glande en su garganta y sus labios en la base de mi pija. Que bueno que estaba eso!!!. Encima, para poder tragarla más derecha, se levanto un poquito y en vez de quedar de rodillas delante de mí quedo en cuatro patas. La remerita se había levantado un poco y yo podía ver toda esa cola hermosa que tiene. Yo me despegue un poco del respaldo del sillón para poder agarrar con mis manos sus nalgas y masajearlas mientras ella seguía comiéndome la pija. Así estuvimos un ratito. Yo estaba disfrutando a mil. No daba más pero quería cogérmela en cuatro patas. El tema es que sabía que no iba a poder. Victoria estaba embarazada de un mes y tenia un problemita de flujo con lo cual no quería que la penetrara hasta que fuera al medico y le dijera que podía ser.

De alguna manera la iba a tener en cuatro patas igual.  - Quedate como estas – le dije. Yo me levante y ella apoyo sus brazos y su cabeza en el sillón. Me puse raudamente detrás de ella, baje su tanguita hasta la mitad de los muslos y puse mi pija en la raya de su cola y empecé a masturbarme con sus nalgas. Eso me vuelve loco. Victoria tiene una cola impresionante con una raya profunda que me permite meterla toda y pajearme como cuando se hace una turca con los pechos de una mujer tetona.

Yo tenía las dos manos apretando sus nalgas contra mi tronco. Ya no daba más. Agarre con una mano la remerita y la levante dejando su espalda al descubierto, con la otra agarre mi pija y me empecé a masturbar hasta que acabe. Toda mi leche cayó sobre su espalda y su cola. Estuvo increíble. Seguí pasando mi glande por sus nalgas y por su espalda desparramando toda esa leche. Después de un tiempito así, ella dio vuelta la cara y me miro con esa carita que pone de atorranta. Me voy a dormir así? Me pregunto. No, espera que te traiga unas servilletas. Fui a la cocina y agarre un par. Ella se seco todo la espalda y la cola, se subió la tanga y nos fuimos a acostar.

Como amo a mi esposa!!!!. Es la puta en casa.