Pragnienie (DESEO)

Polozenie (Situación) 1

Infiel

Esperar, anhelar que llegue el momento de las actividades familiares que permita disponer de unas horas.

Calcular los movimientos con celeridad pero que no se note siquiera el latir acelerado del corazón.

Preparar lo mínimo de comodidad, una bebida que nos facilite el paso de la saliva que nos falte por los nervios. Vestirse de acuerdo a lo que deseamos algo cómodo, fácilmente escamoteable o que en caso de no querer deshacernos de ello nos realce más y ayude a sentirnos apreciados.

Y cuando se consiga olvidar el exterior, cerrar las ventanas y puertas físicas y mentales y abandonarse sabiendo las responsabilidades.

Retroceder unos años al conocimiento de los cuerpos por el beso, la caricia, el abrazo e incluso el pellizco. Enroscarse en posturas evidentemente incómodas de sofá porque ninguno quiere ser el primero en invitar al otro a compartir una cama que no es sólo nuestra. Saborear un cuerpo nuevo apreciado y compartir los conocimientos carnales sin recato . Disfrutar del placer.

... y luego caer en un letargo de caricias, abrazos y comentarios sobre otros temas porque no es propia la frase “¿qué tal ha sido?” lo que se desea no tiene valoración.

Retomar posturas al exterior, reparar en lo que hemos desecho, arreglarnos y aparentar para poder esperar la siguiente cita.

Polozenie (Situación) 2

Furtivo

Escapar, montar un calendario de salidas concertadas y banales, una compra una visita, un paseo. Cada vez más lejos, cada vez más pensada para no caer en una rutina que sea peligrosa (incluso las grandes ciudades tienen ojos). Valorar la caricia el agarrarse la mano, el beso en la mejilla. Compartir una prueba de falda, camisa, corbata y luego apreciar una botella de agua,(volvemos a los líquidos para tragar saliva).

Volver a la incomodidad del asiento de un coche buscando un lugar apropiado. Un garaje (no es ni mucho menos lo más estimulante, pero valdrá) aunque es mejor esperar al invierno de largas tardes oscuras y perderse por caminos donde los suspiros, gemidos y besos son menos apreciables.

Dejar las manos marcadas en el vaho que se forma en los cristales acostumbrarnos a tropezar con palancas, volantes, retrovisores y de vez en cuando con un libro, juguete o regalo de los seres queridos a los que no podemos hacer partícipes.

Que el fresco de la tarde nos despeje, que sin terminar de vestirnos el aire descongestiones un pecho suelto de sujetador y corbata, que un escalofrío por las ráfagas de aire nos haga volver a abrazarnos.

Regresar colocar la compra en su sitio eliminar la botella bebida, comprobar que nos falte un reloj, un pendiente un pañuelo, reclamarlo al contrario por lo que pueda pasar y tranquilizarnos al saber que esta a salvo en manos del otro... Con esto tenemos excusa para volver a vernos.

Polozenie (Situación) 3

Profesional.

Contar con la red de hoteles y siempre en metálico coger una habitación, para unas horas. El terreno es ajeno a ambos, como los animales lo exploramos, valoramos el baño, las toallas, el set de jabones que ofrecen, la tele y el minibar.

De la cama ninguno dice nada, puede ser dura o blanda pero sabemos que en el momento que uno la deshaga no habrá parada. El camino a la desnudez no es compartido uno en el cuarto de baño y otro en la habitación anhelante. Independientemente cada uno piensa que ha abierto la cama como lo hace en casa, dejando los cojines a un lado u otro, golpeando la almohada para mullirla. Pero desde ese momento se cierra el exterior para volcarse en los sabores, olores y volúmenes de la persona que está al lado.

La liturgia final de caricias y abrazos puede dar lugar a una repetición del acto. Hoy hay un poco de tiempo. Luego un cachete cariñoso en el trasero o un mesar el vello del pecho indica que hay que vestirse, recogerse y volver a aparentar.

Ninguno lo reconoce, pero nos hemos quedado (con todo el peligro que tiene) con un jabón, una toallita, un mechero o boli del hotel... es un trofeo, mi tesoro.

Polozenie (Situación)4

Solitario .

Ninguna situación es propicia, ningún momento ha aparecido para poder pensar algo. La discreción, el temor a que se note, la distancia o la imposibilidad impide el encuentro.

Preparar un escenario, una copa no como escape sino como estímulo. Cerrar puertas y bajar persianas a una penumbra de comodidad. Abandonarse uno mismo a la caricia externa por encima de la ropa.

Valorar la situación del otro y hacerle partícipe del deseo e invitarle a que nos acompañe en nuestro deseo individual. Hacer que el teléfono se convierta en un elemento fálico de placer o usar unos dedos empapados en saliva tibia. Frotarse, que digo, restregarse en el placer y sentir en la distancia, con la imaginación el cuerpo del otro.  Echar en falta (o usar si se ha previsto la compra) el juguete sexual que supla al compañero.

Entrar en las estadísticas de personas que usan el sexo en solitario como complemento satisfactorio del sexo compartido.

Ducharse, eliminar el sudor que antes nos ha recorrido el cuerpo y los fluidos que hemos segregado... y volver a hacerlo, pero esta vez no le avisaremos. Será para nosotros sólos.

Pragnie  cie