Postales de traición 5

Apariencias, mentiras y falsedades

APARIENCIAS, MENTIRAS Y FALSEDADES

Los días previos a la presentación del ganador de la contienda, estuve ansiosa como nunca. Mi esposo me buscaba para tener sexo, con la excusa de que era bueno para descargar tensiones y yo me negaba. De ser cierta su afirmación, mi pareja debía tener una vida muy tensionada, porque si fuera por él, no saldríamos de la cama en todo el día. El caso es que lo esquivé como si tuviera lepra. Como para follar estaba yo.

Se avecinaba un fin de semana extenuante. Nos reuniríamos el sábado a la mañana, todos los empleados y directivos con nuestras respectivas parejas en una gran casa quinta de las afueras. Un ejercicio de convivencia y camaradería con reuniones informales, mucha hipocresía, cinismo y mucho aparentar. Habría abundante comida, bebida y juegos en grupo, dormiríamos allí y el domingo al mediodía se realizaría el gran evento donde se desvelaría el ganador..

Para colmo de males, habían organizado para el Viernes anterior al evento una cena de camaradería, donde las tres finalistas debíamos ir acompañadas de nuestras parejas, al igual que Javier el gerente supervisor del concurso y futuro compañero de la ganadora y su jefe directo Raúl, antiguo compañero de instituto de mi esposo, con los que habíamos cenado más de una vez.

El vestuario para esa reunión y la del día de la definición, me tenía loca, había recorrido todas las tiendas y nada me conformaba. Este tema tenía bastante mosqueado a mi marido, él sostenía que si la elección era por mérito, debería ir vestida como todos los días. El cretino no sabía con quienes me enfrentaba y las lobas que eran, para colmo no perdían oportunidad de humillarme por mi imagen de mosquita muerta,

¿De que me servía ser la creadora de las estrategias de los mejores negocios de la empresa, si mis competidoras además de sus méritos, mostraban carne en oferta a raudales?

Desde el dia de la reunión en que pusieron los objetivos del concurso, que no eran ni mas ni menos que la presentación de un plan de negocios innovador para el siguiente lustro, no había dejado de trabajar en él, desde la hora de salida hasta las diez de la noche, mientras mis competidoras se iban a su horario normal y se pasaban largas horas reunidas con los jefes, sacándoles información y mostrándose cada dia mas putas.

El enojo de mi esposo era monumental, no aceptaba que mi trabajo nos quitara horas de vida privada, mas de una vez me pidió que dejara todo y me pusiera al frente de su empresa y así poder estar todo el día juntos. Nunca entendió que yo quisiera triunfar por méritos propios y no por ser la esposa de…

Por suerte su amigo Raul, el directivo que sería el futuro jefe de la elegida, fiel a su costumbre, no se retiraba hasta que la última empleada no lo hiciera. En este caso yo.

-. Vaya que te estás esforzando estos días, seguro eres la elegida.

-. Dios te oiga, pero lo dudo, en estos tiempos cuenta más la imagen que la capacidad y además en lo suyo, ellas también son muy capaces.

-. Eso no te lo niego, pero una gerencia como esta requiere de determinadas capacidades que solo tú reúnes. Además, si me lo permites tu imagen es de primera, eres una mujer hermosa.

Raúl, a diferencia de mi marido, cuidaba su imagen al extremo y era un obsesivo del trabajo y el gimnasio. Se comentaba que ambas aficiones le estaban llevando a una ruptura matrimonial inminente. Creo que solo le impedía dar el paso, el hecho de que su mujer María, también compañera de instituto de ambos, había heredado de su padre una cantidad importante de acciones de la empresa y era la que lo había enchufado en ese puesto.

Era una mujer alta, de pelo negro y profundos ojos azules. Muy estilizada, con pensamientos de izquierda y convencida al extremo de la vida sana. Era amante del running y la vida en familia y soportaba cada vez menos la negativa de Raúl a tener hijos en pos de su progreso laboral.

Era normal que en nuestras reuniones de parejas, termináramos hablando cruzadas, María y mi esposo, de la vida y el mundo y nosotros de los planes de la empresa. No se me escapaba, que más de una vez Raúl me miraba como algo más que un amigo.

Los días previos a la presentación del trabajo se quedaba en su oficina y cada tanto se acercaba a darme su aliento o alcanzarme un café, comportándose como un gran compañero y amigo, antes que como un gerente de su nivel. Al finalizar la jornada a las diez de la noche, avisábamos  a seguridad y me alcanzaba a casa donde me esperaba mi esposo con una cara de culo que se caía. Pasaba de estar acompañada con comprensión y amabilidad a vivir en la cueva del ogro en un instante.

Todo explotó el día de la cena.

Estaba contemplando el espejo fascinada, observando como el vestido por el que finalmente me había decidido me quedaba como un guante. Había optado por un vestido negro, largo y con un tajo en el lateral que me llegaba hasta la cadera, con la espalda descubierta y escote en V que insinuaba sutilmente mi abundante canalillo sin corpiño. Estaba peinada con el cabello estirado en una trenza que me llegaba a media espalda y remataba mi estilizada silueta con unos tacones de aguja haciendo juego con el vestido.

Cuando salí del vestidor me encontré con mi esposo vestido con un vaquero negro, camisa, zapatillas blancas y campera negra de piel, que me miraba con la boca abierta. Lo miré divertida y le hice una vueltita como las modelos

-. ¿Te gusta lo que ves?

-. La verdad que no. Luces como una diosa, pero que tengas que vestirte así para una cena de trabajo con el fin de lograr un ascenso es deprimente.

Y agregó

-. Aceptarlo como normal, sería renegar de la admiración que tengo por tu gran capacidad intelectual y de la fe que poseo en que triunfes por ello. Que dudes de tí y recurras a la superficialidad es realmente lamentable.

Esas palabras me sacaron de quicio.

-.Claaaaro, habló el esclarecido que nunca salió de su capullo. ¿Y tú qué lograste con tu gran dignidad? ¿Tener una empresita de mierda y vivir rodeado de grasa? ¿En vez de apoyarme, te piensas presentar vestido como un pordiosero solo para dejar en claro tus principios, sin importar cuanto me humillas con eso?

La tensión me había hecho explotar, no había terminado de hablar y ya estaba arrepentida. Mi esposo me miró con una expresión de profunda decepción, tomó su teléfono y se dispuso a realizar una llamada. Y yo todavía estaba encendida.

-. ¿Y ahora a quien mierda llamas?

-. Te estoy pidiendo un auto, vestida así no puedes manejar. Creo que tienes razón, me voy a poner un traje, pero ya estamos sobre la hora, adelántate  tú y en media hora te alcanzo

Por supuesto nunca apareció. Me había burlado de sus convicciones más sagradas, mofándome de todo lo que él estaba orgulloso.

Para él la vida era simple, trabajar y triunfar o fracasar por méritos propios, ser uno mismo, al que le guste bien y al que no también, y aceptar las consecuencias con dignidad. Como si todo fuera tan fácil y no viviéramos rodeados de apariencias, mentiras y falsedades.

INDIGNACIÖN

Apariencias, mentiras y falsedades. Cuando Laura empezó a hablar, me di cuenta que en estos tres años que llevaba con Carmen, nada era como parecía y ya no sabía a quien tuve a mi lado. Y todavía faltaba lo peor.

-. Al igual que a ti, Carmen me contó que sus compañeros de cuarto eran dos mujeres, pero hace dos meses me envió equivocada esta foto con el comentario...

“Hola Sariiii, mira con quien estoy...tenías razón, folla como los dioses”. Cuando se dio cuenta la borró, pero yo ya había tomado captura de pantalla.

-. Revisando su escritorio, descubrí donde iba y con quién y escarbando en su ordenador, -del que siempre tuve la clave de acceso por todas las veces que le tuve que sacar virus- encontré meses de conversaciones con John planeando el encuentro.

-. De ahí a ubicar su perfil y pedirle un privado presentándome como una española cachonda, hubo un paso. El tipo es un musculito sin cerebro que solo piensa con la polla y un exhibicionista extremo.

-. Le comenté que me gustaría viajar a verlo el año próximo, que una amiga de nombre Sara me había hablado muy bien de él y que una amiga suya se lo estaba pasando bomba estos días, y esto es lo que me contestó

-. ¿Conoces a Carmen?

-. No, no...Solo a su amiga ¿está buena?

-. Buenisima y muy puta

-. No me digas que ya te la has follado.

-, Desde el día que llegó, me lo debía después del plantón que nos hizo en España.

-. No te creo, tiene novio y por lo que me dijo Sara es muy majo y está muy enamorada.

-. Ja, ja, ja. Muy majo y muy cornudo ja, ja, ja. Hagamos una cosa, muéstrame fotos tuyas y yo te mando fotos de ella.

-.No te voy a contar que fotos le envié, ni el video que me pidió para mandarme uno de ellos dos, pero esto es lo que recibí.

Como en un carrusel de depravación, las imágenes se empezaron a reproducir en la pantalla. Arrancando por un beso de tornillo y siguiendo por una mamada, pasando por una enculada en cuatro sobre un sillón rojo y rematando con un video de un trío, donde cabalgaba sobre la verga de un prota mientras John la enculaba.

Yo miraba las imágenes frío y agradecido de que esos hijos de puta estuvieran lejos, porque una vieja furia interior me corroía las venas. Laura, viendo mi estado me dio un beso en la mejilla, colocó un pen drive en mi mano y se despidió.

-. Lo siento. Tenías que saberlo, Y solo para que te enteres, nunca dejé de quererte.

Cuando Laura se fué, me quedé sentado en el sillón con la memoria en la mano, un carrusel de indignación trepaba por mi cuerpo impidiéndome razonar. Un par de horas después tomé el teléfono y llamé a Sara.

-. Heyyy tío ¿Qué tal?, ¿Listo para recibir a la diosa ?

-. En eso estoy, pero me he atrasado con los preparativos, pensaba recibirla con el departamento recién pintado y estos cretinos se han atrasado, ahora para poderlo hacer antes que llegue, debo pintar todo a la vez utilizando más gente, no me da el tiempo para andar cambiando las cosas de una pieza a la otra.

-. He mandado todas mis cosas a casa de mi madre pero no tiene mas lugar ¿Podría mandarte las de Carmen para que las tengas en el Garaje hasta que termine?

-. Por supuesto, después de lo que hiciste por nosotros en Agosto no te puedo negar nada. El auto puede dormir en la calle unos días sin problema.

-. Gracias, eres un genia. Una cosa más. ¿Podrías ir a buscarla a la estación y llevarla a la casita directo desde allí? Te mando las llaves con las cosas de Carmen. Yo las alcanzo al otro día. De paso se ponen al tanto de las novedades.

-. Eso ni lo dudes, pero ¿Qué le digo?¿Por qué no vas tú?

-. Inventale algo de mi trabajo. Debo quedarme aquí a terminar de ordenar todo para mi diosa, no quiero ni pensar cuánto me habrá extrañado.

-. Eso ni lo dudes ja, ja, ja.

No pude dejar de advertir cierto retintín en su afirmación. Más calmado, llamé a un cerrajero para cambiar las cerraduras y a una empresa de mudanzas para que me alcancen las cajas para guardar las cosas de Clara. Al día siguiente le envié todo a Sara.

Carmen llegó un Viernes por la mañana, me avisó que ya se había encontrado con Sara  y José y que estaban marchando rumbo a la casita. Que no me demore que estaba muy ansiosa por verme.

El sábado por la mañana armé un bolso con pocas cosas, tomé mi vieja moto y partí a su encuentro. Necesitaba el viento en la cara para despejarme y aclarar mis ideas, al llegar, una espectacular Carmen, vestida con un  pantaloncito que le dejaba los cachetes al aire y un top sin corpiño, salía corriendo a mi encuentro, para finalmente saltar a mis brazos como un koala y comerme a besos.

El resto de la tarde pasó como una exhalación, entre los preparativos para la cena, los arrumacos, y las anécdotas graciosas de su estancia en Londres. No pude dejar de notar ciertas miradas cómplices entre las amigas y cierto estado acelerado en mi chica.

Después de cenar y tomar unos tragos, nos dirigimos a nuestro dormitorio. Nos desnudamos despacio mirándonos a los ojos excitados, ella por la cercanía del coito y yo por lo que se avecinaba.

Arrancamos de movida con un sesenta y nueve en el que la sorprendentemente acelerada Carmen, se corrió dos veces sin contrapartida de mi parte, me costaba concentrarme en el folleteo y mantener la erección, mucha mierda pasaba por mi cabeza. Cuando se dio vuelta y me pidió que la encule de una, filipé.

Abrí sus nalgas, escupí en el centro y recordando las imágenes que había visto en el ordenador, se la endilgué furioso hasta las bolas, el grito que pegó, no fue nada comparado con las culeadas que le siguieron, estaba desatada.

-. Asi, asi asiii...mas fuerte...mas...maaas,,,

Más gritaba ella, más furioso me ponía pensando en lo que había visto, cuando ella se corrió entre espasmos de placer, me arrastró. Al sentir cómo la llenaba volvió a contorsionarse. Nunca la había visto tan excitada.

-. Dios mío que pasada, como extrañaba tu polla.

Me dijo derrumbada boca abajo, con mi polla todavía dura en sus entrañas.

-. ¿Mucho? ¿Cuando la empezaste a extrañar?

Le susurré, mordiéndole una oreja

-. Hmmm...Muchísimo, creo que desde el primer día que me fuí.

-. ¿Antes o después de que John te enculara en el sofá rojo?

Le seguí susurrando, mientras la volvía a follar. Carmen quedó atrapada entre el placer que sentía por la enculada y la revelación de su infidelidad. Cuando su cerebro pudo asimilar la información, pegó un salto hacia adelante, intentando soltarse, pero no la dejé, y tomándola por la cintura la enculé más fuerte.

-. Déjame...hmmm...déjame…¿Cómo sabes tu eso?

-. Aghh puta...que buen culo...Me lo contó tu amiguito… igual que la orgía con el amigo...Que pasada..

-. No puede ser...John no haría eso...Déjame

-. Ya falta poco… ya...ya...yaaaaa

Y la volví a llenar de lefa con toda la furia que llevaba dentro. Carmen aprovechó para soltarse y saltar de la cama. Sentada en el sillón con lágrimas en los ojos me miraba furiosa.

-. ¿Quién te lo ha contado...Sara?

-. No hizo falta, está en las redes. Tu amigo John subió las fotos. Eres la puta mas famosa de la ciudad.

Acto seguido prendí el televisor del dormitorio que estaba conectado a mi ordenador y se las hice ver. Carmen veía las escenas espantada, con el terror dibujado en el rostro.

-. ¿Cuánto te duró la promesa de fidelidad? ¿Una hora, dos? John dice que minutos.

-. Me duró hasta que te follaste a Sara en esta casa en Agosto, me mandó las fotos desnuda en esta cama con tu polla en la boca, burlándose de las promesas que te hice.

La furia, que se había atenuado después de los dos polvos. volvió a trepar por mis venas. La tomé del pelo a lo bruto y la llevé trastabillando a los gritos a la pieza que ocupaba Sara, abrí la puerta de una patada y la arrojé sobre los cuerpos desnudos de la pareja que estaba copulando.

-. ¿Qué haces estás loco?

Gritó cabreado el novio de Sara

-. Dile a tu novia que le cuente a Carmen quién le sacó las fotos que le envió, según ella, follando conmigo en Agosto en esta casa y luego márchense los tres.

Salgo a dar una vuelta, si cuando vuelvo en una hora, todavía están aquí, no respondo de mí.

Me fui caminando por la costanera hasta el muelle. La noche era preciosa, la luna estaba brillante y las olas rompían suaves sobre la arena. Me recosté mirando las estrellas y me quedé adormecido por el susurro del mar.

Volví a las dos horas y ya se habían ido, tenía veinticuatro años y mi vida se había ido a la mierda otra vez.

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