Pospuesta de regreso y un nuevo show (6)
Nuestra actuación en el show de inauguración del congreso le gustó a Chris y como no podíamos salir a nuestros nos lugares de origen nos pidió actuáramos en una nueva ceremonia de clausura para la que tuvimos que prepararnos con sus consecuencias
POSPUESTA DE VIAJE (6)
Estando varados por el mal tiempo, por las nevadas en el Norte y aquí lloviendo todo el día, se cancelaron los vuelos de regreso a Canadá de nuestros amigos, y a nosotros nos detuvo por la fragilidad de nuestro avioncito no propio para volar en mal tiempo. Estando aún en la ciudad del congreso decidimos mudarnos a un hotel en las cercanías del aeropuerto y esperar y pasarla bien, Paul perdió su vuelo de conexión a Montreal y Pierre y Madelaine el de Quebec por la tormenta de nieve, así que estaríamos juntos por lo menos hasta mañana.
Horacio tenía asuntos de su trabajo, así que Gloria y yo tuvimos tiempo de ir al centro y buscar más ropa de playa y trajes de baño para llevarlos a su club. Nos divertimos visitamos las tiendas principales y aumentamos a nuestra diversión probarnos muchos trajes de baño, los bikinis más sexis y atrevidos que encontrábamos y de esos compramos algunos teníamos la intención de quedarnos para nosotras.
Cargadas de bolsas decidimos regresar al hotel en donde íbamos a estar unos días, éste había quedado vacío después del congreso, pero de camino nos quedó el hotel en el que habíamos estado antes, así que decidimos comer algo ahí para después continuar a nuestro nuevo hotel con la intención de descansar mientras Horacio regresaba ya en la tarde e ir a despedirnos de nuestras amigas Ashley y Chris. Nuestros amigos canadienses andaban fuera.
Acabábamos de ordenar unas bebidas cuando apareció Chris, ella dijo que nos iba a atender personalmente. Nos ordenó unos bocadillos riquísimos y la bebida, dos Dry Martinis, con una oliva cada uno, solo para nosotras, ella estaba de servicio, así que antes de terminar su turno no debía beber. La mayoría del tiempo permaneció acompañándonos y ofreciéndonos algunos de los bocadillos parecidos al sushi, ella los preparaba y hasta nos los daba en la boca.
Platicábamos y ella nos dijo que este congreso había sido el mejor y más divertido que había tenido en sus 8 años de servicio. Había presenciado muchas cosas, pero ninguna tan interesantes como en esta vez.
“Claro, con tu multitud de camaritas indiscretas”. Le dijo Gloria
“¡No, las camaritas ya tienen más de 6 años, y he visto cosas más fuertes, pero nunca antes a un par de chicas medio tomadas, maltratadas y medio desvestidas que salían de algún encuentro con 20 chicos que las han de haber forzado gustosamente!”
Soltamos la risa y nos alegró mucho que lo mencionara, pero
“¿Borraste las tomas?” le preguntamos
“¡Oh, no, me olvidaba y alguien las puede ver!”
“Terminando de su lunch vamos juntas a mi oficina y ya verán que si se borraron, ¿quieren?, pero como acordamos, ¡me deben una y no la olvido!, el que las borre no paga lo que me deben, ¿entendido?”
“También quiero ver los trajes de baño que compraron, me imagino que en esas bolsas los traen”.
“¡Claro, a lo mejor te gusta alguno y te lo quedas como obsequio y recuerdo nuestro!” Le dije.
Fuimos a su oficina, muy bonita y cómoda, muy moderna. En el cuarto de controles, en el monitor, buscó las vistas en que aparecíamos y antes de borrarlas nos preguntó que si las queríamos conservar para nosotras. Tomó una memoria y nos las grabó junto con otras tomas que yo no recordaba, también comprometedoras, unas de todas nosotras desnudas, o casi desnudas, fue antes de que movieran la orientación de las cámaras. Las guardamos y borró los originales.
Nos quedamos un rato en su oficina en lo que ella uso para confesarnos, quería saber con detalles sobre nuestra aventura con Paul, pero tenía que regresar para terminar su turno. Pero a la carrerita quería oír algo más, mientras regresaba.
“¿Estuvieron las dos con Paul a la vez, todo el tiempo?” preguntó.
“Es hermoso gozar una aventura con alguien extraño, junto a tu mejor amiga. “le dije.
“¿Son amigas o hermanas?, se parecen mucho una a la otra y hacen todo en conjunto, sus cortes de pelo, sus cuerpos, sus piernas son casi iguales. Las dos las tienen hermosas.”
“Somos muy felices siendo muy parecidas y gozando las mismas cosas.” Dijo Gloria.
“¿Pero en la vida real, es igual? ¿Tienen hombres cada una?”
“¡No, gozamos el mismo hombre las dos, nos lo compartimos, a veces estamos los tres a la vez, otras una o la otra, sola! Unas veces le toca a una solo ver y gozar lo que la otra siente” le contestó Gloria.
“¿De veras gozan viendo lo que hace la otra? ¡A mí también me encanta ver, lo mismo me cuenta Madelaine, ella las pudo observar en vivo cuando estuvieron con Paul! ¡Pero, platíquenme como lograron con Paul el contacto!”
Ya estaba ella toda excitada y seguía preguntando y nosotras empezamos a soltar información. Las dos sentíamos también muchas ganas de contarle a alguien nuestro triunfo.
Empezamos por describirle desde el cambio de vestidos durante la recepción, pero ella quería saber cómo logramos excitar a Paul al grado que lo derretimos y lo tuvimos en nuestras manos. Le contamos lo de los vestidos y el efecto de la luz a través de ellos.
No podía creer que nos exhibimos delante de la luz dejándolo vernos casi desnudas, con los vestidos puestos, nuestras ropas interiores se acentuaban, así que cualquier hombre no podría haber soportado y en eso, nos pidió nos quitáramos los vestidos, a lo que le pusimos la condición de que solo lo haríamos si él también se dejaba desvestir, aceptó y lo volvimos todavía más loco, nos dejamos desvestir por él. Ya nos tuvo encueraditas, enfrente, nos acostó sobre la mesa. Nosotras nos dedicamos a admirarle el precioso pene que tiene.
“¡Se lo chupábamos, se lo lamiamos y besábamos, que preciosidad!”
“¡Y que tamañote, que hermosura, NO PUEDES IMAGINARTE QUE RICURA!” Le dije.
“¡QUE HUEVOS TAN LINDOS Y QUE RICOS!” agregó Gloria.
Ya la plática estaba siendo más y más peligrosa en su oficina, ella ya no se controlaba.
“¡Vamos a ver los trajes de baño y nos dices cuales están bonitos, o sexis y te pruebas alguno que te guste!” le dijo Gloria.
“En un rato más termina mi turno, nos encontramos en mi habitación. ¡YA NO PUEDO ESPERAR A QUE ME TERMINEN DE CONTAR, CONDENADAS!”
Hicimos algo de tiempo para la hora en que Chris terminara y estuviera lista para proseguir. También nosotras estábamos super ansiosas de seguir contando los detalles.
Al llegar Chris cerramos la puerta. Lo primero que hizo fue aventar los zapatos y quitarse el uniforme, el chalequito con el logo del hotel, una blusa blanca, de lino, delgada y los pantalones medio ajustados que le sentaban bien.
Chris, una mujer algo más alta que nosotras, rubia, bien formada, sin vientre que se le notara y muy atractivos pechos, no grandes, muy paraditos.
Gloria estaba ansiosa de que empezara a probarse los trajes. Medio indecisa Chris que ya se había quitado el uniforme y solo le quedaba su ropa interior, entre nosotras le quitamos el brasier y los pantis feos que traía puestos, ella se dejó como chiquilla, creo que con mucho placer.
Como reflejo se colocó el brazo y la mano izquierda sobre sus pechos y con la derecha cubría el pubis.
“¡A ver, a ver, que estamos entre adultas, quita las manos que estorban, alza una pierna y después la otra!” le ordenó Gloria para sacarle los pantis.
Nos pidió le diéramos oportunidad de echarse un regaderazo, así que la esperamos pacientemente. Al salir, enredada en una toalla, nos dimos cuenta de que sus pechos estaban muy firmes y sostenían la toalla poco apretada.
Una piel hermosa, muy lisa, blanca. Unas piernas muy bien formadas y hombros delicados, una Venus en persona que enamoraba al observarla. Gloria y yo la observamos en detalle y, discretamente cruzamos nuestras miradas admirándola y diciéndonos ¡Qué linda es!
Le quitamos la toalla con la intención de iniciar con la prueba de los bikinis, pero que maravillosos pechos, no grandes, en forma de copas, con unos pezones muy grandes, aunque las aureolas las tiene pequeñas pero esas tetitas no podrían pasar desapercibidas.
Salió envuelta en una toalla, con su piel y cabello de entre las piernas aún húmedos, Gloria le tomó la toalla y la comenzó a secar y le pidió su secadora de pelo para secarle sus cabellos púbicos, dorados.
Gloria se esmeró y con mucho cuidado y peinándole con los dedos su preciosa melena dorada le sobaba el pubis y discretamente le pasaba dedos por encima de sus labios de su vagina. Inmediatamente la noto muy mojada. Para informarme discretamente del estado de Chris, le paso su mano por encima de sus labios y luego me pasó su mano húmeda por mi brazo. Ya entendí como la teníamos de caliente.
“¿Usas alguna loción para el cuerpo?” le pregunté.
“¡Sí, esa que está abriendo mi ropero, en la sección de arriba, me encanta y creo que a ustedes también les va a agradar! Tomen la llave.”
Abrí su closet, y después con la llave se dejó abrir la parte de arriba, la de sus cosméticos, pero también la de abajo y pude descubrir en él una cantidad de juguetitos interesantes, para adultos.
“¡Que bien armada estas, tienes de todo, mucho de esto no se ni para que sirven!”
“¡Oh, perdonen, son mis secretos íntimos, nadie sabe de ellos! ¡Ciérralos, por favor, y tu no viste nada!”
“¡Cómo que no nos vas a enseñar esas cosas tan interesantes! Yo me muero por conocerlas y, si es posible, probarlas en carne propia. ¡Que egoísta!”
Nos reímos mucho y ya Chris se acercó y empezó por enseñárnoslas y describírnoslas a la vez que explicaba la manera de usarse, unas de ellas mostrando cuidadosamente su uso.
Nos explicó que casi todas ellas habían sido dejadas u olvidadas por huéspedes que no hubieran podido pasarlas por la aduana, casi todas aún en envolturas originales. Las que estaban sin envolturas las había esterilizado, aunque no las hubiera usado. Entre ellas había unas peras, Gloria preguntó para que se usaban.
Aún estaban en sus envolturas, junto con dos cánulas.
“Nunca las he usado, pero son para irrigaciones.” Le contestó Chris.
“Otro día vemos y te explico con ejemplo, para que se usan.” Le dije.
“¿Tú sabes?, no te olvides en enseñarme” Me pidió Gloria y Chris se limitó a escuchar, pero también pidió que le enseñara a ella.
“¡Chicas, no se pueden imaginar de lo que tengo ganas y cómo me ha puesto lo poco que me han platicado, quiero que sigan, mientras probamos los bikinis me siguen narrando, pero tenemos un evento a las 6 y tengo que prepararlo! Empezando porque necesito conseguir a 3 chicas que me sirvan para el show. Tengo que conseguirme un vestido de cocktail y uniformar a las chicas. ¡Una especie de show como el de la inauguración del congreso! ¡Es solo la clausura de ese evento! Un par de horas, solamente”
“¿A ver si no te consigues chicas que se quieran cambiar de vestidos y engatusen a huéspedes!?” Les dije
Soltaron la carcajada y nos divertíamos con chistes hasta que de repente se le ocurrió a Chris preguntarnos si nosotras quisiéramos actuar, sería más como animadoras, de 6 a 8 de la noche solamente y nos ofreció una muy buena paga.
“Somos solo dos y no somos profesionales, ni podemos cobrar, ¡no tenemos permiso para trabajar cobrando!” Le dije.
“¡Solo podemos trabajar sin cobrar y además podemos conquistar a huéspedes, sin que se sepa el salir con ellos!” Dijo Gloria.
“¡Podemos animar a Madelaine! Si te parece, ella sí estaría de acuerdo en participar, y ya ahora, ¡hasta de salir con algún galán!, ¡ya no se le oponen!”
“¿Cómo lo logró, no sé ni me imagino, estoy segura de que fue obra de ustedes el convencer o amansar a Pierre, también me lo tienen que contar y les ofrezco como negocio, que me consigan a Paul? Ya con eso quedaría saldada nuestra cuenta pendiente. ¡Cómo la ven!” preguntó Chris.
“Buena idea, aceptamos el reto, pero solo nos queda esta noche, mañana en la tarde sale su vuelo. ¡Dinos como está el programa de la noche y vemos!”
“Mi obligación con el evento es de 6 a 8, después estaré libre, si acaso me cambiaré de vestido.”
“¡AH, ESO NO! ¡Tendrás que ir con ese vestido al bar, te queda precioso!” Le dije
“Entonces, ¿si nos aceptas como tus empleadas?, ¡Consigamos a Madelaine inmediatamente y vayamos a conseguirnos vestidos! Después del show nos reunimos con nuestros caballeros en el bar de la vez pasada, estamos ahí y ya se le ocurrirá a Gloria algo en el camino, para ligarte con Paul.”
“¿A Gloria? ¡Dirás a Silvia!” Dijo Chris.
“Si, yo soy Silvia.” Y le enseñó la pulsera del reloj que Horacio había mandado a grabar con nuestros nombres.
A la carrera, Chris le telefoneó a Madelaine a su hotel y estuvo de acuerdo en tomar un taxi y llegar rápido al hotel de Chris. No le explicó todo de lo que se trataba, pero ya conocíamos a Madelaine, es muy jaladora y curiosa e iba a estar de acuerdo.
Gloria había hecho una muy buena selección de los bikinis más bonitos y propios para que nuestra Chris estuviera satisfecha, ya todo a la carrera para que cuando llegara Madelaine ya hubiéramos adelantado y pudiéramos salir a la tienda a buscar los vestidos.
Entretanto ya habíamos discutido entre las tres, que tipo de vestido buscaríamos, que ya sabíamos que los íbamos a encontrar en la tienda en donde compramos los nuestros.
Llegó Madelaine en el momento en que discutíamos cual era el bikini más lindo. Desgraciadamente se le salían los vellos púbicos de todos ellos. Gloria le pidió unas tijeras para darles una arregladita y, como en eso llegó Madelaine que, siendo peinadora y peluquera, se ofreció a arreglarle para que no se le salieran.
Chris sintió pena porque Madelaine se iba a dar cuenta de que estaba muy mojada, con nosotras ya sentía confianza, ella ya sabía que nos habíamos dado cuenta y fuimos nosotras las que causamos su secreción.
“¡No te preocupes, ¡quién sabe qué te habrán hecho éstas que te pusieron así! ¡Me imagino que te platicaron de Paul!” Dijo Madelaine.
“En eso estábamos, pero fue cuando le mencionamos que tu habías estado espiándonos y gozando nuestro espectáculo.” Le dije.
“¡Me encanta ver como hacen sexo otros, es mi delirio!” Dijo Madelaine.
“¡Otra más, le decíamos a Chris que a nosotras también nos gusta ver como se aman las parejas, es así como somos felices, una hace, la otra ve, si es que no puede participar, claro!”
“¿Pero con Paul, ¿cómo participaron las dos, fue a la vez?” Preguntó Chris.
“¡NO, CUANDO YO ESTUVE CON ÉL ESTABAMOS LAS TRES, ¡LAS TRES PARTICIPAMOS!” Aclaró con firmeza Madelaine.
“¡CONDENADAS, QUE ENVIDIA!” Cómo quisiera que hubiéramos sido las cuatro.
“Veremos que por lo pronto, tu tengas tu parte de sexo con él, ya después dirás si te parece que todos participemos.”
Le escogimos un bikini todo coqueto y sexy para que fuera el primero en probárselo. Le subimos los calzoncitos con la cintura hasta la cadera, en donde correspondían según el modelo. Al frente, en el centro subía un poco hasta abajo del ombligo, con una tira de tela al centro que limitaba la altura de lo que era la cintura, esa tira de tela se adelgazaba y se metía entre las pompas, como tanga. Discretamente le subimos los pantis colocando nuestras manos entre su piel y la tela. Ahí empezó a traicionarme mi excitación y a traicionarme mi supuesto homosexualismo inquebrantable. También note que Gloria no se limitó a subirle el calzón, le acarició la nalga descaradamente, en este momento Chris si se dio por enterada, sonrió y le pasó la mano por su cabello, como diciendo que le agradaba que Gloria se estuviera propasando.
“¡Lo primero que vas a tener que hacer es depilarte muy bien el pubis, dejas ver mucho!” Le dijo Gloria y le acarició sus hermosos vellos púbicos, dorados, que aún le había dejado Madelaine.
Gloria trató de ocultárselos presionándolos debajo de la tela del calzón, contra su clítoris, pero no se dejaban. No supe, en ese momento, si lo que intentaba Gloria era ponerla caliente, hasta le sobó sus labios, Chris se contorneó excitada e involuntariamente dobló sus piernas también como chiquilla, dejándose hacer lo que nosotras le imponíamos, traicionando sus sentimientos de entereza y rigidez. Fue el truco que esta vez uso Gloria para tenerla en nuestras manos. La empezó a derretir.
Madelaine observaba todas las reacciones de Chris y de nosotras dos y se dio cuenta. Solo esperó que le dejaran espacio para terminar de hacerle el corte de vellos y aprovechar la oportunidad de tentarle su pubis, hasta sus labios. Gloria y yo nos dimos perfecta cuenta.
Le puse la parte de arriba, ésta una talla menor a la que le correspondía y entre que si le acomodábamos sus senos para que le quedaran dentro de la copa, y buscábamos que se sintiera bien con esa talla, la admirábamos por su piel tan bonita y suave, que Chris nos abrazó contra su pecho y nos besó a las dos. Le pusimos el brasier de la talla siguiente, claro, le quedó perfecta. Sus pezones se le marcaban paraditos a través de la tela y se sentía cohibida, pero me le acerqué y le rocé con mis labios ese montoncito que se resaltaba. Ya Madelaine estaba ansiosa y dando muestras de excitación. También la jaló hacia sí y Madelaine, que se había dado cuenta de los pezones tan grandes, también se los acarició y, muy discretamente, se lo beso.
¡Que hermosura de tetitas, tan grandes y duritas!
Ya estaba más que super excitada, le pusimos un segundo bikini, Gloria se encargó de subirle el calzón, primero de adelante, lo más alto que le correspondía y luego por detrás, acomodándole discretamente las pompas y metiéndole la palma de la mano entre sus nalgas.
Chris cayó de rodillas, se le doblaron las piernas de la excitación. Nos abrazó de las caderas, me levantó la faldita corta que llevaba puesta y me besó mi pubis. A Gloria le hizo lo mismo, nos chupó las pepitas encima de los pantis y nos apretó las nalgas a cada una. Con Madelaine aún no había tanta confianza, así que fue ella la que se le acercó y le acomodó nuevamente sus vellos, acomodándoselos entre los labios y metiéndole dedos un poquito dentro de su vagina. Le cortó un mechoncito y le dejó los que no se le ibas a salir. El mechoncito lo juntó y envolvió en un Kleenex.
La prueba de los bikinis que faltaban se fue posponiendo, ninguna de nosotras estaba ya en sus cabales, las cuatro excitadísimas. Le quitamos el calzón del traje que ya tenía puesto, Gloria se encargó de continuar complaciéndola en sus partes bajas, le sobaba sus labios y su vagina, le introducía dedos y yo le daba placer acariciándole sus pechos, su cara, su cuello y esos pechos tan hermosos con sus tetitas paraditas. Madelaine, para no quedarse fuera le estuvo lamiendo las pompas y metiendo su mano entre ellas, hasta su ano.
Las cuatro estábamos tiradas en la alfombra realizando un acto lésbico de gran magnitud, involuntario. Chris nos desvistió, casi arrancándonos la ropa del cuerpo, no se podía controlar.
Ya desnudas, o casi desnudas, no sabía que hacernos, le tomé su mano y me la llevé a mi conchita, le jalé unos dedos y me los metí en mi vagina. Yo estaba también demasiado excitada y quería que me hiciera más cosas.
Chris estaba mojadísima, cuando se dio cuenta, apenada, nos pidió disculpas y dijo que se iba a limpiar.
“¡NOOO, estas loca, estas riquísima así de mojada!” gritó Madelaine.
“¡Es lo máximo que se puede esperar de una mujer cuando está verdaderamente caliente, es que esté muy mojada! Pero, dinos con confianza, ¿estas excitada? ¿Te sientes cómoda? ¡debes estar orgullosa!” Le preguntó la bárbara de Gloria sin considerar la respuesta.
En eso Gloria se dedicó a comerle sus labios y vagina, le jalaba sus vellos haciendo un surco, yo veía como los usaba para abrirle el paso a su vagina. Estaba empapada de la cara por las secreciones que producía Chris. Le chupamos las tetillas y le dejamos también su pecho mojado.
Cuando Gloria cambió su actividad y se emocionó mamándole los pezones que yo ya había dejado bien ensalivados, fui a su parte más íntima, entre los vellos le admiré su cosita que formaba una perfecta conchita que se le abría y en el centro aparecía una perla brillante, del tamaño de la yema de mi dedo pequeño. Le separaba sus labios y se le paraba más. Le pasaba la lengua y le succionaba con mis labios y provocaba que Chris hiciera movimiento de sacudirse.
Desde el principio Chris se dejaba hacer lo que nosotras intentáramos, pero después despertó, tal vez después de un orgasmo y como loca, metía su cabeza entre nuestras piernas y llegaba hábilmente con su lengua hasta nuestros clíts. A las tres nos llevó a un orgasmo riquísimo a cada una, así como nosotras a ella.
“Ya es tarde” les dije. “Vamos a comprar los vestidos y ver que le depilen la pepita a Chris, a ver si alcanza el tiempo, y que también nos peinen.”
“Yo me encargo de peinarlas, ustedes busquen los vestidos”
“¡Pero si tú también tienes que comprarte un vestido y estar vestida muy parecida entre las cuatro, y peinada! El pubis ya no te lo tienes que depilar, ya te lo conocemos, también lo tienes hermoso y delicioso. ¡En esa ocasión me dieron ganas de comérmelo! ¡Fue cuando te ayudé con Paul!”
“¡Ahora está peor!, ¿Qué, también Madelaine participó y entre las tres estuvieron a la vez con Paul? ¡Ahora ya tienen que contarme más!”
“¿Pero que vamos a hacer y que vestido y cómo me tengo que arreglar?” Preguntó Madelaine.
“Tampoco nosotras dos sabemos, Chris nos dirá después, por lo pronto aceptamos, también por ti, de participar como edecanes en un evento de una empresa que premiará a sus vendedoras y hay que dar el espectáculo como el de la inauguración del congreso pasado. Tu tendrás que ser la que se va a cambiar de vestido y después le gustarás nuevamente a nuestro hombre para provocarlo y desee fecundar a la abeja reina, que le toca ser a Chris. Gloria y yo también seremos abejas dedicadas a preparar la boda y también enseñaremos lo más que se pueda, igual que tú.”
“¡Y entre las tres debemos conseguir que el novio esté en su más alto nivel de testosterona!”
En el camino al centro, a visitar la tienda, nos instruyó Chris de lo que esperaba de nosotras y qué deberíamos de hacer, así como qué vestidos escoger.
Después del espectáculo nos reuniríamos con nuestros señores en el bar de la noche anterior y ahí buscaríamos alguna idea de cómo hacer el enlace Chris-Paul. Así que tuvimos que avisarles.
En poco tiempo encontramos los vestidos apropiados. Más o menos, Gloria y yo ya los habíamos escogido para nosotras, así que solo faltaban el de Madelaine, que tiene un muy buen gusto y ojo para encontrar lo que le gusta. Escogió uno de un tono cafecito, sin hombros y abierto en toda su espalda. Le llegaba hasta el coxis, se le veía el inicio del nacimiento de sus pompas. Estaba feliz con su vestido, super provocativo.
Lo difícil fue el de Chris, pero Gloria le encontró uno, de una tela delgada como de lino, medio transparente, un solo hombro y abierto hasta la cintura. Claro, Gloria quería que sus pezones se deberían de marcar, no dejar duda de su presencia. Ella estaba enamorada de esas tetillas tan hermosas. Sin brasier, solo con unas cintas adhesivas de silicón que se le pegaban a su piel, a los lados, para evitar que se le movieran de su lugar sus bubis y sus pezones siempre estuvieran en su posición. Abierto desde la asentaderas hasta arriba de la rodilla, enseñando un hermoso muslo, apretadito.
Listas las cuatro, llevamos a Chris a que se depilara, a Madelaine le dieron una pasadita y nos maquillaron entre todas las empleadas para poder estar listas a tiempo.
Chris arregló la reservación en el bar y otra reservación en el salón del Pent-house del hotel adyacente al bar. En el Pent-house nosotras íbamos a arreglar como queríamos que quedaran los asientos, las plantas y las luces.
Lo primero que hizo Gloria fue pedir que colocaran una luz en una planta, alumbrando hacia arriba. Se aseguró estuviera bien orientada y arregló con el técnico que no fuera una sola luz, sino instalara tres o cuatro. La planta quedaba exactamente frente a los ocho asientos que pidió, colocados en una herradura, o semicírculo amplio.
“¿Para qué?” preguntaron Madelaine y Chris, yo solo me reí recordando el cómo derretimos a Paul.
La otra incógnita eran los 8 asientos si solo éramos 7 los amigos.
“Ashley se enteró de nuestro juego en mi habitación y es posible que se aparezca, ya se sentirá en confianza.”