Poseyendo a la novia de mi amigo
Después de un primer acercamiento, nuestro protagonista está deseando rematar la faena y acostarse con la novia de su amigo.
El relato que les mando es totalmente real. Solamente cambié los nombres para no tener problemas.
Luego de esa noche no podía quedar todo así, en una simple mamada. Total el error de tener una aventura con la novia de mi amigo ya lo había cometido. Y ahora quería mas, quería cogerme a esa puta que tan bien me había chupado la pija.
Pasado un mes, Carlos me llama para invitarme a comer a su casa. Y yo no podía perder esa oportunidad. Tenía que ir para comenzar con el plan de cogerme a Isabel.
Finalmente el día llegó y me presente en la casa de Carlos. Me atendió Isabel que tenía un vestido negro con un escote bastante grande y una pollera muy corta, que le quedaba bárbaro. Yo me quedé mirándola como un minuto sin decir ni una palabra, hasta que ella me dijo - ¿Te vas a quedar toda la noche ahí parado, o vas a pasar?.
Perdona es que no sabía que íbamos a salir.
Y ¿quién te dijo que vamos a salir?.
Ah, ¿no?. Y entonces ¿por qué estás así vestida?
Porque hoy tenemos un invitado de lujo.
La noche empezaba bien, y sabía que ella también quería terminar con lo que habíamos empezado aquella noche en el bar.
La cena transcurrió con normalidad, pasamos un agradable momento, donde comimos y tomamos como locos. Tal es así que los tres estábamos un poco mareados.
Isabel se paró y dijo - Esto está muy aburrido, vamos a bailar un poco -. Fue hasta el equipo y puso música. Los tres empezamos a bailar como grandes amigos, hasta que Carlos se disculpó y se dirigió al baño acusando un gran mareo.
En ese momento Isabel me tomó un brazo y se lo llevó a su pierna, la que me hizo recorrer desde su rodilla hacia arriba por debajo del vestido. Y oh sorpresa, la muy puta no tenía ropa interior. Estuve recorriendo su culo y su rajita lo que hizo que me ponga a mil.
En el mejor momento escuchamos que Carlos salía del baño, lo que me obligó a sacar la mano de su tesoro. Carlos se acercó a nosotros y dijo - Yo estoy muy mareado y me voy a dormir, ya que mañana tengo que viajar a Córdoba -. A lo que yo contesté - Sí, yo también me voy porque mañana tengo que madrugar -. Nos despedimos y Isabel me acompañó hasta la puerta.
- Como escuchaste, Carlos mañana no va a estar en todo el día. Así que si quieres llámame.
Yo no podía creer lo que escuchaba. La propia Isabel me estaba desafiando. A lo que le contesté - Bien, nos vemos.
Al día siguiente estuve todo el día pensando en lo que me había dicho Isabel, y decidiendo si la llamaría o no.
Finalmente me decidí y la llamé. Quedamos que la pasaba a buscar a las 21:00 por la casa e iríamos a tomar algo. Así fue, la pasé a buscar y la llevé a un bar a tomar algo. Luego nos pusimos a bailar. Bailamos un rato hasta que no aguanté más y le dije - Me parece que no vinimos a bailar, ¿no? -. Y ella me contestó con un enorme beso y me dijo - Vamos a casa que no aguanto más -.
Salimos camino a su casa, y en el trayecto nos fuimos calentando mutuamente. Al llegar a la casa los dos estábamos muy calientes y yo tenía la verga durísima. Apenas entramos nos empezamos a desnudar y a besar como enamorados.
Cuando ya estábamos los dos desnudos en la habitación. La acosté en la cama y le empecé a besar todo el cuerpo. Desde el cuello hasta los pies. Me detuve un buen rato en sus tetas ya que a ella la excitaba mucho y luego le devolví la mamada que me había dado en el baño de aquel bar. Le chupé la concha como media hora durante la cual tuvo tres orgasmos. Y en un momento no aguanto más y me dijo - Métemela, por favor que no doy más -. Y yo no la hice desear. Le abrí las piernas, las llevé hasta mis hombros y muy lentamente se la fui metiendo. Fue muy fácil metérsela debido a que la tenía completamente mojada. Empecé un mete y saca muy lento disfrutando al máximo de ese momento. Y a medida que pasaba el tiempo iba aumentando el ritmo de las arremetidas mientras ella gemía - Sii sii más más fuerte más fuerte.
Cuando estaba por acabar la hice ponerse a cuatro patas y se la ensarté en esa posición (mi favorita). Y ella me decía - Lléname la concha de leche papito. Mmmmmm sí asiii -. Esas palabras fueron suficientes para que me corra dentro de su hermosa cuevita. Cuando se la saqué inmediatamente su boca fue en busca de mi verga y me la dejó limpita.
Ella siguió limpiando mi verga, que empezó a reaccionar ante aquella boca experta. Y después de un rato ya estaba nuevamente lista para la acción. Yo ahora quería metérsela por el culo pero cuando ella adivinó mis intenciones me pidió por favor que no lo intentase. Ya que era virgen por el culo y le daba mucho miedo. Yo traté de convencerla pero no hubo caso.
Entonces empezó nuevamente a chuparme la pija para que me olvide de su culo. Y mientras me la chupaba me puso su concha en frente de mi cara, lo que obligó a hacer un 69. Estuvimos así un rato hasta que escuché que ella empezaba a gemir de nuevo dándome a entender que iba a acabar de nuevo. Entonces me concentré en mi trabajo y empecé a meterle la lengua en su concha. Y ella gritaba - Dale méteme la lengua, rómpeme la concha, asiiii mássss dalleeeeee siiiii cómo me gusta -. Hasta que un río de líquidos invadió mi boca.
Yo seguía con la verga durísima y ella se dio cuenta entonces se sentó arriba mío y se clavó mi estaca en su conejo. Y dándome la espalda empezó a cabalgar como una verdadera puta hasta que me corrí dentro de su agujero.
Quedamos los dos muy cansados y yo me quedé a dormir en la casa de ella. A la mañana siguiente me despedí de ella pidiéndole por favor que me guardara su culito. Ya que yo quería desvirgarlo.