Poseido por una pareja. 1- Ligando por internet.

Me ligo a una preciosa chica por internet pero resulta ser muy dominante y termino haciendo un trío con ella y su marido.

Me tocó viajar por trabajo a una preciosa ciudad del norte y como iba a tener tiempo libre me animé a meterme en una aplicación para conocer gente. Estuve saludando a algunas chicas y de repente una mujer, que me llamó mucho la atención, respondió a mi saludo y nos pusimos a chatear. Se llamaba María y me gustó su personalidad y seguridad. En seguida quedamos para vernos esa tarde en la Plaza Mayor, en la estatua del Merlú.

Cuando llegó me gustó incluso más que en las fotos. Rubia, elegante y vestida muy sexy, con un llamativo escote y muy ajustada la ropa.

  • Hola, eres Dani, verdad? - me dijo en cuanto se acercó al Merlú donde yo estaba apoyado.

  • Sí, encantado María, que guapa estás - le dije con total sinceridad.

  • Tú tambien eres muy atractivo - me respondió - vamos a tomar algo y así nos conocemos.

La tarde prometía. Nos habíamos gustado y la conversación y las risas fluían mientras nos tomabamos un vino.

  • Bueno y cuentame, qué te parezco? - me preguntó María directamete - porque tú me pareces interesante, atractivo y creo que eres una persona especial.

Una persona especial?, qué querría decir? Me dejó intrigado pero seguí la conversación.

  • Tú sí que eres atractiva, además con esa ropa tan sexy todos los chicos se fijarán en ti y con deseo - le dije sin poder evitar que mi vista se fuera hacia su precioso escote.

  • Me gusta que me miren y me deseen, y no sólo los chicos, también las chicas, porqué no? - me dijo guiñándome un ojo.

  • Sí, claro seguro que también hay chicas a las que atraes. Igual que un chico puede gustar a otro chico - dije yo intentando aparentar que también tenía mentalidad abierta.

  • Me alegro que pienses así, hay mucha gente que tiene muchos prejuicios y que critica mucho a los gays y a los bisexuales - me dijo María continuando la conversación - yo creo que todos somos un poco bisex, yo misma he probado el sexo con una amiga.

La conversación estaba excitándome mucho. Me contó cómo fue su primera vez con otra chica, los pechos tan grandes que tenía y como le encantó cuando le chupó su clítoris como nunca se lo habían hecho.

Yo estaba excitado como en mi vida y para estar a su altura le conté que hacía poco tiempo yo también había tenido mi primera experiencia bisex. Como en una playa nudista, estando con una amiga, nos liamos con un chico gay que tenía una polla bastante grande y como le masturbé hasta que se corrió echando muchísima leche. A medida que yo le contaba más detalles María mostraba más interés y se pegaba más a mi para oir bien lo que le decía. Eso me animaba a contar más detalles de mi experiencia y cuando me quise dar cuenta María me estaba acariciando el muslo sensualmente mientras yo le describía con todo detalle lo que sentí cuando mi mano subía y bajaba por esa polla tan grande y dura. Como la notaba caliente y como disfruté cuando noté los espasmos del orgasmo y el calor de la leche chorreando por mis manos.

  • Me encantan los hombres como tú - me dijo María pegando sus labios a mi oido - esa sexualidad tan intensa sólo se tiene con un lado masculino y otro femenino. Me encanta ver a un hombre chupar la polla a otro, es tan sensual.

  • Sí, María, disfrutar como hombre y como mujer es lo mejor en el sexo.

  • Yo tengo un amigo gay que me encanta. Y muchas veces fantaseo con él y me excita muchísmo - me confesó María mientras me acariciaba la pierna cada vez más intimamente- es un monitor de gimnasio con un cuerpazo y super sexual. Te gustará mucho.

Me quedé pensando que habría querído decir. Pero no me dio mucho tiempo porque en seguida me sugirió que fueramos a su casa, así que nos levantamos y fuimos directos medio abrazados y continuando con la conversación sobre gay y bisexuales.

Cuando llegamos yo estaba con una calentura descontrolada. Estaba convencido de que ibamos a follar como locos nada más cruzar la puerta, pero cuando abrió las luces de casa estaban encendida.

  • Que bien, está mi marido aún despierto - me dijo agarrándome del brazo y metiéndome dentro del salón - os vais a llevar fenomenal porque él también tiene una mentalidad muy abierta como tú.

Me quedé de piedra. Paralizado. Cómo que su marido en casa?

  • Pero María, cómo que está tu marido?, que hago?

  • No seas tonto Dani, le vas a caer fenomenal. Y ya te he dicho que somos una pareja muy abierta - me dijo María con total naturalidad y empujándome para que entrara en el salón y me sentara en el sillón - además él también es bisex y con lo sexy y atractiva q eres seguro q le parece bien q estés aquí.

  • Pero , yo.. No quiero molestar - no sabía que otra cosa decir.

  • Vamos a ver Dani - me dijo un poco más autoritaria - tú no has quedado conmigo con la intención de tener sexo?

  • Bueno, sí - dije balbuceando.

  • Pues ahora que está mi marido tienes la oportunidad de demostrarme que eres bisexual y que realmente tienes mentalidad abierta - me dijo con convicción - así que  no molestas, y menos mostrando tu lado gay y femenino que tenéis los bisexuales.

  • Pero yo no soy gay yo soy...- le intenté decir, aunque en ese momento apareció José y me quedé callado.

  • Hola cariño - saludó con un beso efusivo José a María - que tal?

José tenía el pelo completamente mojado y llevaba puesto solamente un albornoz de ducha abrochado pero ligeramente suelto. Me quedé mirándolo y la verdad era un hombre atractivo y se notaba que se cuidaba. Me puse nervioso no sólo por la situación sino porque se me ocurrió pensar que si no llevaba nada debajo en un descuido se le podría salir la polla tal y como llevaba el albornoz.

  • Muy bien, he estado tomando una copa con mi amigo Dani y veníamos a tomar otra a casa - le explicó Maria.

  • En cuanto sales un rato ya estás seduciendo a otros hombres, jeje - dijo José en tono de broma.

  • Qué va amor, si Dani es gay, preferiría otras cosas antes que a mi - soltó de repente y con toda naturalidad, y sin tiempo de que yo pudiera intervenir María siguió hablándo - por cierto, qué haces así medio desnudo José.

  • No, no , yo no soy gay - intenté explicar con mi cara completamente roja de vergüenza, pero seguían en su conversación.

  • Pues acabo de darme una relajante ducha y he salido al oiros. Ahora voy al baño, me acabo de secar y me visto - dijo José.

  • Por nosotros no te preocupes, a mi me encanta que estés así, ya sabes que nos gusta mucho el nudismo, y a Dani seguro que le gusta mucho verte así, quién sabe si igual se te abre el albornoz y le das una alegría jeje, verdad Dani - dijo María dándome un codazo.

  • Pues no se hable más, me quedo así que estoy más fresquito, y por cierto Dani, que maleducado soy que ni te he saludado, ven y dame dos besos - y me abrazó con seguridad dándome dos besos en la cara.

Yo estaba petrificado, no me podía mover, se comportaban con toda naturalidad pero yo hasta juraría que había notado la polla de José golpeando en mis muslos cuando me abrazó para besarme. Y encima me decían que yo era gay sin dejarme ni hablar.

  • Bueno, sentemonos y vamos a tomar una cervecita mientras charlamos - dijo María - José, ponte al lado de Dani en el sofá y yo me siento en este sillón al lado vuestro.

José estaba pegado a mi y su pierna desnuda estaba en contacto con la mía de lo pegado que estaba. María y José empezaron a contarme que a ellos les gustaba el nudismo y que iban a menudo a playas nudistas. Entre broma y broma María un par de veces le levantó el albornoz a José.

  • Se le nota que le gusta el nudismo, mira Dani, mira - decía María entre bromas mientras José intentaba evitar que se le viera la polla mientras María le levantaba el albornoz - si en el fondo le gusta que se la vea Dani jeje, como es gay tiene deseo de que se la mire.

  • Yo no soy gay, de verdad - dije pero sin dejar de mirar la polla de José que ahora estaba totalmente fuera del albornoz y parecía que estaba poniéndose un poco morcillona.

  • Pero Dani, tú me has contado que has tenido experiencias sexuales con chicos - dijo María - y además que sepas que en cuanto te vi yo noté que tenías un fuerte lado afeminado y cuando me contaste tus experiencias se notaba que te fascina la polla de un macho.

  • A ver Dani, si eres gay no tienes porque avergonzarte y menos con nosotros que somos personas muy abiertas - dijo José tranquilizándome pero a la vez con voz autoritaria - No tengas ningún miedo en mirar mi polla y, si no eres gay, no pasa nada por que la toques, verdad?

Y según me decía esto José me cogió las manos y las puso en su polla que ya salía medio empalmada entre el albornoz. La noté caliente y su tacto me gustó. Sentí en ese momento que todos mis miedos se desvanecían y mi mente sólo pensaba en notar cómo se estaba endureciendo la polla entre mis dedos. La acaricié y a las órdenes de María de que siguiera tocándola me puse a masturbar suavemente esa preciosa polla. José separó las piernas y se relajó en el sofá mientras pasaba su mano por mi cabeza y cuello acariciándome dulcemente y animándome a seguir.

  • José cariño, a que lo hace muy bien? - le preguntó María.

  • Sí amor, tu amigo gay es una dulzura. Que rico.

Ya no le prestaba atención a que me dijeran que era gay. Estaba absorto contemplando como masturbaba la polla tiesa de José a la vez que notaba que María me estaba desabrochando mi pantalón y me lo bajaba con calzoncillo incluido.

  • mmm vaya,mira José,  Dani tiene también su polla tiesa, está claro que le ha gustado masturbarte.

Las caricias de María estaban surtiendo efecto y yo estaba perdiendo el control. Yo estaba tan caliente que casi no podía pensar. Por eso tardé un rato en darme cuenta que María estaba empujando mi cabeza hacia la polla de José y cuando me quise dar cuenta la tenía casi pegada a mis labios.

  • Abre la boca Dani, abrela despacito y nota el roce de la polla de José contra tus labios. Te gusta verdad?. Sigue ,sigue , no pares, metetela toda hasta el fondo de tu garganta.

La voz de María entre dulce y autoritaria me impedía pensar, sólo obedecía, y cuando me quise dar cuenta tenía toda la enorme polla de José dentro de mi boca. Apretaba con los labios como me mandaba María y notaba como mis labios pasaban por toda la longitud de esa preciosa y caliente polla hasta que llegaba a mi garganta casi impidiéndome respirar. Intenté sacarla pero las fuertes manos de José me aprisionaban la cabeza y apretaban a la vez que movía sus caderas como si me estuviera follando literalmente mi boca.

  • Qué te parece?, a que es una delicia - preguntó María.

  • La verdad que sí, Dani me la está chupando de maravilla, se nota que lo hace con pasión y deseo - dijo José hablando con María excitado pero con normalidad mientras yo le estaba haciendo una mamada de locura.

  • Claro amor, yo tengo buen ojo. Cuando vi a Dani me fijé que era atractivo y sensual y que se ligaría facilmente a muchas chicas, pero también me di cuenta que tenía un lado muy de zorrita con mucho potenical.Y sabía que, con el adecuado entrenamiento, va a ser nuestro juguete sexual más divertido.

Mientras yo seguía chupando la polla de José que cada vez estaba más dura, parecía que iba a explotar de un momento a otro, pero no se me ocurrió apartarme porque María estaba acariciándome mi empalmada polla y a la vez me estaba metiendo un dedito por mi culito.

El dedito de María estaba haciendo estragos. Me daba tanto gusto a la vez de que las caricias en mi polla se incrementaban que empecé a convulsionar y a gemir pero no dejé de chupar esa deliciosa polla.

Eso hizo que José no pudiera más y se corriera salvajemente con su polla dentro de mi boca. Tenía la polla tan dentro de mi garganta que el primer chorro entró directamente al estómago. Noté su calor pasando por mi exófago. El resto de los chorros me llenaron la boca y estuvo corriéndose un rato dentro de ella porque me agarraba fuertemente con sus manos para que no me pudiera mover. A la vez mi polla también eyaculaba manchando todas las manos de María. Los orgasmos fueron tan brutales que me quedé un buen rato paralizado mientras saboreaba la leche de José llenándo mi boca.

Cuando pude reaccionar miré a María que tenía una enorme cara de placer.

  • A que te ha gustado Dani?, ahora sí que nos has demostrado que eres bisexual, es una delicia. Pero trágalo cielo, no desperdicies ni una gota de la leche de José que es deliciosa.

Y diciendo esto María me dio un beso en la boca recogiendo con su lengua parte del semen de José.

  • mmm que rico, tienes la boca llena, se nota que le ha gustado tu mamada y te ha echado toda su leche.

  • Pero, yo nunca - balbuceé - nunca se habían corrido en mi boca. Y hay que tener cuidado con las enfermedades.

  • No te preocupes cielo. Estamos completamente sanos, no te creas que hacemos sexo con cualquiera. Dani, eres una afortunada y puedes disfrutar de la deliciosa leche de José. Y si ha sido la primera vez, disfrutalo. A que te ha gustado. Venga confiesa preciosa - me dijo María.

  • No se, creo que sí, pero no se, yo no soy gay - volví a repetir sin convicción- y encima me estás hablando en femenino.

  • No te plantees eso ahora, te ha gustado mucho, lo estabas deseando y lo has hecho. Y ya está. Y te hablamos en femenino porque el placer lo has alcanzado sintiendo tu lado femenino. Por eso la has mamado con tanto deseo y por eso tú también te has corrido tantísimo. Reconócelo Dani, dilo, di que te ha gustado - Maria estaba casi dándome una orden.

  • Si, si, creo que sí, me ha gustado mucho - dije tartamudeando.

  • Di que te gustan las pollas, que te ha encantado probar el seme de José y que quieres repetirlo y hacer todo lo que te mande - me siguió dando órdenes María.

  • Sí si, - dije ahora más deshinibido- sí me encanta la polla de José. Haré todo lo que me mandéis. Y sí me he sentido mujer por un momento.

  • Qué rica es - dijo José abrazándome con ternura y poniendo nuevamente mi cara en su estómago al lado de su medio relajada polla - ahora vamos a descansar todos y mañana seguiremos conociéndonos. Tú Dani te puedes quedar a dormir.

  • No, no, no quiero molestar, yo puedo irme - dije timidamente - y además no tengo pijama ni nada.

  • Para nada - dijo María - dormirás en la habitación de invitados y yo te puedo dejar un camisón para que duermas relajada y sigas sintiendo toda la noche la sensación que tienes de mujer.

Intenté oponerme, pero no había opción, parecía que ambos me estaban dominando psicológicamente y que no podía dejar de obedecerles.

Seguiré contando mis aventuras con mis nuevos amigos. No duden en enviar sus comentarios y puntuar este relato o simplemente un saludo. Un beso