Pornochacho y capricho de los hombres
Este relato cuenta una de mis experiencias como pornochacho o limpiador sexual, como prefiráis llamarlo, para un negocio de hostelería con un dueño muy caliente.
Todo empezo un día de estos que estoy más cachondo que cachondo, en el cual tuve la idea de llevar una fantasía que tenía a la realidad, ser pornochacho.
Publique un anuncio en una página de contactos, poniendo que se ofrecía chico de 25 años de edad, delgado (50kg), estatura normal (1.70m), depilado, guapete, pelo rubio oscuro... y que me ofrecía como pornochacho para realizar tareas de limpieza desnudo o con lencería y dejarme sobar, follar o lo que le apeteciese a quien me contratase.
Por un lado cumpliría mi fantasía, disfrutaría, y ganaría algo de dinero... ¿Qué más podía pedir?
El caso es que contacto conmigo un tal Luis, el cual me comentó que le daba mucho morbo mi anuncio y mis fotos y que estaba interesado en que fuese a limpiar su bar.
Hablando acordamos que pasaría al día siguiente a las 11 de la noche que es cuando cerraría, y le ayudaría a limpiar.
Acudí vestido con unos vaqueros y una camiseta, aunque debajo de los vaqueros tenía puesto un tanga negro, unas medias de rejilla con reja ancha, un plug con perlita metido en el culete, y unos tacones de aguja en la mochila.
Al llegar el bar estaba ya vacío y Luis estaba recogiendo. No saludamos, el cerró en seguida el bar y nos quedamos los dos solos adentro.
El me doblaba en edad, tenía 56 años, aunque estaba bien conservado. Era corpulento, pero no obeso, se le veía fuerte, iba con la cabeza completamente rapada y tenia aproximadamente mi estatura.
Sin más preámbulo me dijo que me cambiara y comenzara a limpiar, que estaba impaciente por verme.
Me quedé vestido sólo con el tanga, las medias de rejilla y los tacones de aguja, completamente depilado y con la perlita asomándome por el culo.
Me dio trapo y me dijo que fuera limpiando la barra. Mientras la limpiaba, él estaba sentado de espaldas a mi, y notaba como se clavaba su mirada en mi, poniéndome muy cachondo.
Ya casi habiendo terminado de limpiar se levantó, me tocó y me acarició un rato el culo mientras yo seguía limpiando.
Tras limpiar la barra, me dijo que barriera. Yo muy cachondo me ponía agachado o sacaba el culo un poco hacia afuera para que el me viera mejor y se excitara.
Me comporté como una verdadera puta excitando y provocando a Luis.
Cuando terminé de barrer, Luis me dijo que me acercara a él, que le estaba poniendo muy cachondo y que quería enseñarme lo dura que le estaba poniendo la polla.
Yo sonriente me acerqué, y cuando el se la sacó estando sentado en la silla, le sonreí y le dije que sería un placer poder limpiar ahora su polla con mi lengua y mi boquita.
El me dijo que adelante, de modo que me arrodillé delante de la silla, y me metí su polla en la boca.
Al principio comencé a chupar suavemente, pero estaba tan cachondo que empecé a comerme su polla metiéndomela entera, hasta que mi cara chocaba con su vientre.
El notó que un par de veces me había atragantado con su polla, la cual media unos 15 o 16 cm. Me dijo: -Tranquilo chico, no te atragantes jeje.
Yo le dije que me gustaba así, que me follaran la boca y el culo como si no hubiese mañana. Él entonces se lanzó un poco y comenzó a agarrarme la cabeza para hacer que se la chupara a su rimo y cada vez me la metía más hasta que la tenía entera en mi garganta.
Entonces fue cuando la cosa empezó a ponerse muy morbosa.
Ahí estaba yo, de rodillas frente a Luis mientras él estaba sentado en la silla, aun con la ropa puesta pero con la polla fuera, y yo con un tanquita, medias y tacones, chupando su polla una y otra vez.
De repente él me hizo parar y con una gran sonrisa y una cara de placer, me dijo: -Vale, vale, que si sigues así me correré y quiero probar tu culito antes.
Yo le sonreí y le dije: -Me estás poniendo muy cachondo, yo también tengo ganas de que me agarres y me folles por detrás como una perra.
El con cara de estar en un sueño, se comenzó a desvestir. Cuando se quedó sin ropa ví claramente un hombre fuerte, con vello, masculino... y eso me puso más cachondo aun.
Me quité el tanga, me di la vuelta con el culo hacia a fuera y le dije -¿Me lo quitas tu o me lo quito yo? (Refiriéndome al plug con diamantito que tenia metido en el culo)
Él me quito el plug, se escupió en la polla, y me la metió hasta el fondo! Menos mal que venía de casa ya con el culo un poco abierto, entre el lavado interno con la pera y el plug todo el camino, si no... me hubiese dolido muchísimo. Por suerte en vez de dolerme me encantó.
Sentía su polla dura y palpitante dentro de mi, me sentía dominado, tomado, una sensación increíble, pero aun fue mejor cuando Luis comenzó a moverse a y meterme y sacarme su polla.
Me estuvo dando así de pie un rato, hasta que yo muy cachondo y sabiendo que Luis se correría en seguida porque estaba muy cachondo, me lancé y le dije: -Reviéntame el culo por favor, cógeme del pelo y dame lo más fuerte posible.
Él no vaciló, sin sacarme la polla del culo me acercó a la barra, me empotró en ella, y estando de pie de espaldas a mí, me agarró del pelo con una mano, de la cadera con la otra y comenzó a follarme muy fuerte.
Su polla entraba y salía de mi culo con mucha fuerza. Cada embestida que me daba creaba un sonido de palmada al chocar su vientre con la parte de arriba de mi culo, sus muslos contra los míos, su cuerpo contra el mío...
Ahora si que me sentía dominado y utilizado, y nada me ponía más cachondo que sentir un tío de el doble de edad que la mia, el doble de tamaño, y varonil y velludo sacudiéndome el culo con su polla.
Luis comenzó a emitir gemidos de eyaculación. Yo sentí como sus últimas embestidas eran más profundas y más lentas, y sentí su leche caliente dentro de mi culo...
Cuando acabó y la sacó de mi culo, me arrodillé frente a el y comencé a lamerle la polla muy suavemente, sin metérmela en la boca, sacando yo mi lengua y lamiendo sus huevos y su polla mientras que con la otra mano iba sacando el semen de mi culo para metérmelo en la boca.
Ambos fuimos al baño y gastamos un montón de papel higiénico aseándonos. Luis me pagó, nos despedimos y me marché.
Ahora voy dos veces a la semana a limpiar en el bar de Luis. Lo pasamos en grande haciendo cosas nuevas y guarradas nuevas.