Por una deuda de juego...
Una deuda de juego de mi esposo me obliga a follar y ser victima de todo tipo de humillaciones no solo delante de mi esposo sino tambien de mi hijo y un amigo de este
Era un Sábado del mes de Agosto como otro cualquiera o al menos eso pensaba yo, al darme la vuelta en la cama vi que mi esposo no estaba acostado, el olor a tortitas me indicaba que se habría levantado para hacernos el desayuno, no solo a mi sino a mi hijo Luís y a su amigo Marcos que había pasado la noche en nuestra casa, eran las 10:00 de la mañana cuando me levante, me extraño no escuchar ningún ruido y baje las escaleras hasta el salón, lo que vi ahí me dejo helada y me hizo comprender porque la casa estaba tan en silencio, mi esposo Joaquín, mi hijo Luís y su amigo Marcos estaban en el centro del salón, amordazados y atados a unas sillas, a su lado había 2 negros enormes, debían medir 2 metros cada uno, iban trajeados y con gafas de sol, en el sofá principal del salón había otro hombre también trajeado, este era blanco y bastante mayor que los negros que no debían tener 40 años, en cambio este parecía cercano a los 70.
Mi primer impulso fue echar a correr escaleras arriba pero antes de que lo hiciera el hombre mayor me miro desde el sofá y me dijo
“Buenos días señora, veo que ya se ha levantado, espero que haya dormido bien porque necesita tener energías, baje y no haga ninguna tontería”
Al mismo tiempo que decía esto, los 2 hombres negros movían sus chaquetas lo suficiente para dejarme ver las pistolas que portaban, mi idea de salir corriendo se esfumo de golpe y baje las escaleras muerta de miedo,cuando llegue abajo el hombre mayor me pidió que me sentara en otro de los sofás del salón, uno que estaba a la derecha de donde estaba el sentado, obedecí.
“Bueno señora, se preguntara que hacemos aquí y que queremos, pues bien le diré que me llamo Carl, esas 2 torres que ve al lado de su familia son José y Jorge, son africanos y sus nombres son difíciles de pronunciar, yo siempre les llamo José y Jorge así que usted también puede hacerlo, vera, estamos aquí porque como ya sabrá su marido tiene un vicio muy feo, el de jugar al póquer, eso no seria problema si además no tuviera el vicio de faltar a su palabra, durante una partida en uno de mis locales tuve que dejarle 9000 euros, los perdió, pero como soy un buen hombre le di 30 días para devolverme el dinero, el me dio su palabra de que así lo haría y yo le creí porque suelo confiar en la palabra de los hombres, aun así le advertí que de no pagarme en la fecha acordada el y los suyos recordarían mi nombre, pues bien, ayer pasaron los 30 días y su esposo no apareció así que hemos venido a que su marido, usted y su hijo recuerden que me deben 9000 euros y a hacer que recuerden mi nombre”
Yo estaba en estado de shock, sabia que mi esposo jugaba al poker pero siempre pensé que era algo entre amigos, nada a ese nivel y mucho menos que pedía dinero prestado a tipejos como ese tal Carl, le pedí mas tiempo para pagarle, le dije que podíamos darle algo de dinero, que nos diera mas tiempo, que mi esposo encontraría la forma de pagarle.
“No lo entiende señora, no es cuestión de dinero, a mi el dinero no me hace falta, tengo mucho y 9000 euros no van a ninguna parte, el problema es el respeto, su marido me ha faltado al respeto dándome su palabra delante de mis hombres y de todos los que estaban en esa partida de que me devolvería el dinero en 30 días y no lo hizo, supongo que penso que podia tomarme el pelo, que podia engañarme, que soy un pobre viejo que no le encontraria, si yo le doy mas tiempo, le permito pagarme a plazos como si fuera un banco o no hiciera nada la gente pensaría que soy un hombre débil, la gente pensaría que pueden actuar como su marido, que pueden pedirme dinero y pasar de mi, espero que lo entienda señora, es una cuestión de respeto, una lección no solo para su marido sino para los que piensen que pueden hacer lo mismo que su esposo”
Yo estaba aterrada, ese hombre hablaba con mucha tranquilidad, su rostro no mostraba ningún sentimiento, era como hablar con un robot, sabia que daba igual lo que le dijera, no se iría de casa sin hacer lo que había ido a hacer pero aun así comencé a llorar, pedí perdón, clemencia en nombre de mi esposo, me dije que haría cualquier cosa, pero que por favor no nos mataran y el me interrumpió.
“Tranquila señora, no estamos aquí para matarles, si les matamos su marido no habrá aprendido la lección, no habrá aprendido lo que vale la palabra de un hombre ni el significado de la palabra respeto, aunque por otra parte me alegro que haya dicho que hará cualquier cosa para salvarse usted y su familia, eso lo hará mas fácil”
Yo no sabía a que se refería pero pronto lo entendí
“Levantase señora y diga como se llama, usted todavía no se ha presentado y ya conocemos a su esposo, su hijo y su amigo también se han presentado mientras se ponían cómodos en sus sillas”
Me levante y dije que mi nombre era Ana
“Muy bien Ana, es un placer conocerla, ahora vaya al centro del salón y desnúdese”
En ese momento entendí lo que ese hombre quería y un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, volví a llorar y a pedir clemencia y Carl me volvió a interrumpir
“Silencio Ana, deja de llorar, voy a ser muy claro, vas a chuparme la polla delante de tu familia y de mis hombres, quiero que tu esposo vea lo que ocurre cuando se falta a la palabra y quiero que vea que si el no ha mostrado nada de respeto por mi yo no voy a mostrarle nada de respeto a el”
Yo no dejaba de llorar y suplicar, le pedí que no me violara pero era inútil
“Ana, me vas a chupar la polla por las buenas o por las malas, eso es innegociable pero te doy mi palabra de que no te voy a follar, ahora desnúdate”
Mi cabeza no dejaba de dar vueltas y por mas que pensaba no hallaba una manera de escapar de la situación, nose el tiempo que había pasado desde que Carl me pidió que me desnudara pero le hizo un gesto a uno de sus hombres y uno de esos negros saco una navaja automática de uno de sus bolsillos, eso me hizo volver a la realidad, yo solo llevaba un pijama de mi marido, me gusta dormir con uno de sus pijamas porque así cuando duerme fuera de casa por trabajo tengo su olor cerca, comencé a desabrochar la parte de arriba del pijama mientras no dejaba de llorar, cuando quite el ultimo botón deslice la parte de arriba del pijama por mis hombros dejando que cayera al suelo, no llevaba sujetador así que instintivamente me tape los pechos con mis manos.
“Baja las manos Ana” me dijo Carl
Yo las baje dejándole ver mis pechos los cuales recibieron su mirada durante al menos un minuto
“Tienes buenas tetas Ana, no demasiado grandes ni demasiado caídas, ¿Cuántos años tienes?”
“45” respondí yo
“Pues debo decirte que para tener 45 años tienes unas tetas muy bonitas, ahora date la vuelta, que tu familia y mis hombres vean las tetas que tienes”
Completamente avergonzada me di la vuelta y quede enfrente de mi familia, de Marcos y de los 2 negros que les flanqueaban y que no habían abierto la boca en ningún momento, Marcos estaba inmóvil mientras mi esposo y mi hijo se volvieron locos, trataron de desatarse, empezaron a moverse en las sillas y habrían gritado de no haber estado amordazados, un gesto de Carl basto para que uno de los negros sacara la pistola de su chaqueta y la apuntara directamente a la cabeza de mi esposo, en ese mismo momento mi hijo y mi esposo se calmaron y Carl volvió a hablar.
“Joaquín, tranquilito, ya te avise de lo que ocurriría así que no me culpes a mi, esto es culpa tuya, estate quieto y no pongas nerviosos a mis hombres, te iba a quitar la mordaza por si tenias algo que decir pero por lo que he visto lo que puede salir de la boca solo puede empeorar la situación así que creo que será mejor que sigas amordazado y que dejes que tu mujer continué, José, quítale la mordaza a Marcos, quiero hablar con el”.
Uno de los negros se acerco al amigo de mi hijo, era un chico gordito y con la cara llena de granos, tenia 18 años y era amigo de mi hijo desde hacia 4 o 5 años, eran muy amigos y había dormido en nuestra casa varias veces así como mi hijo en la casa de los padres de Marcos, cuando el negro quito la mordaza a Marcos este se mantuvo en silencio, por sus ojos rojos deduje que había llorado pero debió ser antes de que yo me levantara y viera todo lo que estaba pasando en el salón.
“Marcos, dime una cosa muchacho, ¿que te parecen las tetas de la madre de tu amigo?”
Marcos no respondió así que Carl me pidió que me acercara mas a el porque a lo mejor desde ahí no podía apreciar mis tetas, me acerque mas y mas, Carl me dijo que me acercara lo suficiente como para apoyar mis tetas en su cara, yo me moría de vergüenza pero obedecí, mis tetas estaban a punto de tocar su cara cuando Marcos respondió
“Muy bonitas, las tetas de Ana son muy bonitas”
“Bien, veo que tu también vas entendiendo muchacho, cuando yo te haga una pregunta tu respondes, tu no deberías estar aquí pero ya que estas es mejor que hagas lo que yo quiero y respondas a mis preguntas o podría enfadarme contigo, lo has entendido chavalote”
“Si señor” , respondió Marcos
“De momento Ana no hace falta que te quites mas ropa”
Por un momento tuve una sensación de alivio pero duro poco
“Ahora ven hasta aquí y ponte de rodillas”
Obedecí, estaba de rodillas entre las piernas de ese viejo cuando Carl le pidió a uno de sus hombres que fuera a ver que habían preparado para desayunar antes de ser interrumpidos, el otro negro, el que se llamaba Jorge volvió con un plato de tortitas, mi marido solía prepararlas los fines de semana en que no trabajaba, el negro se las acerco a Carl y este cogio 2, se comió una de ellas y dijo que la otra era para mi, yo abrí la boca pero el me dijo que esperara, con una mano se bajo la bragueta de su pantalón, la visión de mis tetas había sido suficiente para medio empalmarle a pesar de su edad así que teniéndome tan cerca se acerco un poco mas a mi y me agarro una de mis tetas mientras me miraba fijamente a los ojos, yo me mantenía inmóvil, su polla iba poniéndose dura al tiempo que me tocaba la teta, cuando su polla se puso duro atravesó la tortilla con ella, dejando la tortilla rodeando su polla, se echo hacia atrás en el sofá y dijo.
“Ahora puedes comerte la tortita”
Ese cerdo quería humillarnos totalmente, yo no me moví así que Carl volvió a hablar
“Veo que aun no lo entiendes Anita, José, córtale una oreja al hijo de Ana”
Mire hacia atrás y vi como el negro volvía a agarrar la navaja, antes de que cogiera la oreja de mi hijo yo me eche hacia delante y comencé a comerme la tortilla tratando de no tocar la polla erecta del viejo aunque fue imposible y para comerme la tortita entera tuve que tocar con mi lengua la polla de Carl alguna vez, cuando termine Carl me miro y dijo
“Aquí no es muy habitual pero de donde yo vengo solemos desayunar huevos con salchichas, así que aquí tienes un desayuno alemán todo para ti, jajaja”
Esta vez no dejo que me lo pensara y volvió a decir
“ ¿O tal vez prefieras desayunar oreja?”
Cuando dijo eso levante mi mano derecha, agarre su dura polla por la base y me la acerque decidida a la boca, metiéndome entre los labios el capullo y una pequeña parte de su tronco, su polla debía medir 13 cm. así que pensé que al menos no me costaría mucho trabajo mamar la polla de ese viejo, estaba de espaldas a mi familia así que por lo menos no tenia que sufrir la humillación de chupar aquella polla mirando a mi familia.
“¿Que te parece la salchicha alemana Ana”?
Sabía lo que ese cerdo quería así que me saque la polla de la boca para hablar
“Esta buena”
“¿Pero mejor o peor que las tortitas de tu marido”?
“Mejor” respondí yo mientras lamía su glande con mi lengua
“Me alegro Ana, ahora sigue mamando”
Yo me la volví a meter en la boca y Carl llevo una de sus manos a mi cabeza, sin hacer fuerza pero guiando las penetraciones de su polla en mi boca
“Joaquín, tu esposa la chupa de maravilla, desde ahí solo puedes ver su cabeza subir y bajar pero ya te digo yo que me la esta mamando y muy bien por cierto”
Al tiempo que decía esto, Carl hacia algo más de fuerza con su mano sobre mi cabeza obligándome a introducirme un par de centímetros más de su polla en mi boca.
Eso hizo que mi esposo volviera a agitarse en su silla con rabia e importancia, eso enfado a Carl que apoyo sus dos manos sobre la cabeza y comenzó a apretarme sobre su polla esta vez con mas fuerza, obligándome a tragarme su polla casi por completo, su vello pubico rozaba mi nariz y de mi boca salían sonidos guturales del chapoteo que su polla hacia en mi boca llena de saliva.
“Anita dile a tu marido que no se mueva de la silla”
Con la polla en mi boca le dije como pude a mi esposo que se tranquilizara y debió hacerlo porque aunque Carl siguió marcando el ritmo de la mamada con sus 2 manos ahora lo hacia con menos fuerza, aun así estuvo unos 5 minutos follandome la boca como quiso, su polla no era excesivamente grande y con sus manos consiguió que cada vez mas de su polla entrara en mi boca hasta lograr que prácticamente entrara en mi boca por completo.
“Estoy disfrutando mucho Anita pero uno ya tiene sus años y no tengo mucho aguante, siento que no pueda aguantar mas tiempo para que tu sigas disfrutando de mamar mi polla pero creo que no puedo mas, estoy a punto de…”
Al escuchar sus palabras trate de echarme hacia atrás pero el hizo fuerza con sus manos, tanta que me enterró su polla completamente en la boca, pude notar como mi nariz se aplastaba contra su pubis y la punta de su polla tocaba mi campanilla, estaban dándome arcadas cuando Carl dijo
“Aquí viene la leche del desayuno Ana ”
Su polla estaba tan enterrada en mi garganta que note como los chorros de semen se estrellaban directamente contra mi garganta bajando luego por mi estomago, era la primera vez que un hombre se corría en mi boca, ni siquiera a mi esposo le permitía correrse en mi cara, mucho menos en mi boca, pero no tuve opción y tuve que tragar toda su corrida, cuando termino me soltó y yo caí hacia atrás, comencé a toser, había estado a punto de asfixiarme.
“Joaquín, como traga tu mujer, no ha dejado ni una gota de leche, se nota que le gusta la leche alemana”
Mi esposo no se movió esta vez de la silla, Carl se subió la bragueta y me dijo que me pusiera de pie mientras el seguía sentado en el sofá, obedecí y busque la parte de arriba del pijama pero antes de que la cogiera Carl me dijo
“Deja eso, no te hace falta, quítate el resto de la ropa”
“Pero…” balbucee yo como una estupida
“Nada de peros Ana, aun no hemos terminado”
Yo no me quite nada así que hizo un gesto con la mano al tiempo que Carl decía a uno de los negros
“Ayudarla”
Uno de esos enormes negros se acerco a mi y se arrodillo ante mi quitándome el pantalón del pijama de un par de tirones, yo estaba muerta de la vergüenza, me hizo levantar los pies y tiro mi pantalón a un par de metros de distancia.
“Así en bragas Ana te ves todavía mas guapa, estas delgadita y tus buenas tetas resaltan, tienes algo de celulitis pero para tener 45 años tienes un buen culete, gordito como a mi me gustan”
“Sabes Joaquín, José es africano, como su hermano Jorge, los 2 llevan conmigo unos 7 años, son buenos chicos pero a veces echan en falta su anterior trabajo, eran exploradores en África, guías turísticos, así que ¿creo que es buena idea dejar que José explore un poco a tu mujer no crees”?
El negro entendió a su jefe y obedeció al momento, me agarro una teta con una de sus manos, llegaba perfectamente a pesar de estar de rodillas, con su otra mano me bajo un poco las bragas y comenzó a palpar mi coño directamente sin inmutarse.
Yo estaba quieta como una piedra, estaba muerta de miedo, mido 1.60 y ese negro media al menos 2 metros, era enorme y me daba un miedo atroz así que no me moví ni un milímetro, solo gimoteaba como una niña asustada mientras ese gigante negro abusaba de mi.
El negro abrió algo mas mis piernas y esta vez no se limito a pasar sus dedos por mi raja sino que metió un par de dedos dentro de mi, primero a penas unos centímetros pero luego mucho mas profundo, ese negro hurgaba dentro de mi coño como si tal cosa.
“Joaquín, no has sido buen anfitrión, no has invitado a mis hombres a comer nada, son las 10:45 de la mañana y aun no han desayunado, a José creo que le gustan las tortitas pero yo creo que preferirá comerse el coño de tu esposa”
No me dio tiempo a reaccionar, sin más preámbulos, el negro se abrió paso entre mis muslos y puso su cara frente a su desayuno, agarro mis bragas y esta vez no las bajo, las rompió con fuerza y el guiñapo que hasta entonces eran mis bragas acabo en el suelo, quedando completamente desnuda en el centro del salón.
El negro se quedo mirando mi coño mientras su jefe hacia comentarios sobre el, sobre lo rosado que lo tenia, sobre el poco pelo que tenia en el, comentarios humillantes que me hacían morir por dentro delante de mi familia.
El negro agarro mi culo con sus grandes manazas y me acerco hacia el con fuerza y rapidez, enterró su boca en mi coño y comenzó a comérmelo.
Su cabeza se enterraba en mis ingles, su lengua debía ser enorme porque podía notarla perfectamente dentro de mi, la situación era de lo mas humillante, estaba ante mi familia con un negro enorme entre mis piernas lamiendo mi sexo y lo peor de todo es que o se detenía o me haría llegar al orgasmo, por mas que intentaba evitarlo su lengua recorría todo mi interior y mi cuerpo lo estaba notando, por suerte la voz de Carl le hizo detenerse.
“Tranquilo chico, creo que alguien mas quiere divertirse”
Carl dijo esto mirando a Marcos, el negro se levanto y se fue junto a su compañero, yo me gire completamente desnuda quedando esta vez de frente a mi familia y dándole la espalda a Carl, ahora era mi familia la que podía contemplar mi cuerpo desnudo así como Marcos y el otro negro, mire a Marcos y pude ver a lo que se refería Carl, el muy cerdo llevaba el pijama puesto pero el pantalón no era capaz de disimular su erección, todo aquello le había puesto la polla dura a ese niñato.
“Marcos, veo que te alegras de ver desnuda a la madre de tu amigo”
Marcos no respondió así que Carl dijo
“MARCOS”
“Si, señor”
“¿Que te parece la madre de tu amigo?”
“Es…esta…buena”
“Jajaja, ya lo creo que si verdad Marcos, ya lo ves Anita, no solo un viejo como yo piensa que estas buena a tus 45 años, el amigo de tu hijo también lo piensa, dime Marcos ¿alguna vez te has masturbado pensando en la madre de tu amigo?, se sincero o me enfadare”
“Si señor, muchas veces”
Eso me sorprendió, Marcos no era atractivo y debía ligar muy poco pero me extraño que a sus 18 años se hiciera pajas pensando en mi cuerpo desnudo
“Muy bien Marcos, es normal y como has sido buen chico te voy a recompensar, la mama de tu amigo será esta vez la que haga una buena paja”
Yo quise morirme al escuchar eso, las humillaciones por las que Carl tenia pensado hacerme pasar no habían terminado, pero eso era demasiado, mi hijo y mi esposo volvieron a agitarse en sus sillas y uno de los negros esta vez sin que su jefe le hiciera ningún gesto volvió a agarrar la navaja pero esta vez también la oreja de mi hijo la cual rozo con el filo de la navaja.
“Esta bien, esta bien Carl, le haré una paja a Marcos pero por favor que mi esposo y mi hijo se vayan de la habitación”
“No Anita, eso no tendría gracia, tu esposo debe verlo todo para que así sepa las consecuencias de faltarle al respeto a un hombre como yo, en cuanto a tu hijo también se quedara, así el también aprenderá esta valiosa lección, puede que le sea de utilidad mas adelante”
Me acerque a Marcos que estaba en la silla atado junto a mi esposo y mi hijo a los cuales trate de no mirar en ningún momento, me arrodille desnuda como estaba ante Marcos y le baje el pantalón de su pijama y sus calzoncillos hasta los tobillos, ante mi apareció dura como una espada una polla de unos 18 cm., nunca había pensado en Marcos desnudo como es lógico pero que ese chaval tuviera una polla de esas dimensiones me sorprendió, era mas grande que la de mi esposo.
Marcos no decía nada pero no hacia falta, su polla erecta hablaba por el y estaba claro que esperaba con ansia mis caricias, puse una de mis manos rodeando su polla lo que hizo que el amigo de mi hijo suspirara, mi otra mano se dirigió a sus pelotas, las cuales comencé a masajear.
“Ana, dile a Marcos que te parece su polla”
Murmure algo ininteligible y Carl me pidió que lo repitiera en voz alta y mirando a los ojos a Marcos
“Tienes una buena polla” respondí yo esta vez en voz alta y clara
“¿Y te gusta tenerla en tus manos Ana?”
Esta vez no respondí y Carl decidió que me había humillado suficiente por el momento
“Agarrale la polla y menéasela bien al amigo de tu hijo Ana”
Agarre la polla de Marcos con una mano y los huevos can la otra, empezando un meneo rítmico y lento, Marcos empezó a agitarse en la silla y yo baje la mirada hacia su polla ya que el no dejaba de mirarme y no podía soportar mirarle a los ojos mientras le pajeaba, solté sus huevos y con mis dos manos agarre su polla y seguí masturbándole esta vez algo mas rápido.
“Joderrrrr” pude escuchar de los labios de Marcos
seguí meneando la polla del amigo de mi hijo con mis 2 manos, luego con una mientras con la otra volvía a masajear sus pelotas, entonces a Carl se le ocurrió otra idea.
“Oye Marcos, te gustaría tener un recuerdo de esto”
“¿Co…como?" respondió Marcos mientras yo seguía masturbándole
“Si, no te gustaría tener un recuerdo de la madre de tu amigo meneando tu polla”
“Bueno…yo…”
“Lo tomare como un si, donde esta tu móvil”
“Lo deje arriba, encima de la cama” respondió Marcos
Uno de los negros subió a la planta de arriba y bajo al momento con el móvil
“Haz un par de fotos de recuerdo y tu Ana sigue meneando la polla y mira al móvil” dijo Carl
Yo volví a llorar pero no dije nada, sabia que no serviría para nada y seguí meneando la polla de Marcos mientras el negro hizo un par de fotos de frente a mí.
“Oye Marcos, ¿te han hecho alguna vez una cubana?"
“Yo…bueno…no, la verdad es que no”
“Lo imaginaba” dijo Carl
Yo ya sabía lo que iba a ocurrir
Carl volvió a hablar
“Ana guapa, suelta la polla de Marcos y pon tus tetas rodeando su polla, hazle al amigo de tu hijo si primera cubana”
Yo seguía sin mirar a mi familia ni a la cara de Marcos, solo miraba la polla que hasta ese momento había tenido en mis manos, agarre mis tetas con las cuales abrace la polla de Marcos y comencé con la cubana.
Pajeaba a Marcos con mis tetas y pude notar como el intentaba echarse hacia delante, intentando que su polla asomara cada vez mas fuera de mis tetas por la parte de arriba al tiempo que se acercaba mas a mi cara, el muy cerdo quería que se la chupara delante de mi esposo y mi hijo, menudo cerdo tenia por amigo mi hijo, yo eche mi cuerpo un poco hacia atrás alejando mi cara de su polla pero manteniendo mis tetas apresando la polla de aquel niñato.
“Ana, quiero que cojas una tortita” dijo Carl
Uno de los negros acerco el plato con mas tortitas, yo detuve la cubana y agarre una tortita, me temí lo peor, pensé que querría que me comiera la tortita directamente de la polla de Marcos como había echo con la otra anteriormente pero ese viejo tenia preparado algo peor.
“Ana, creo que antes no te ha gustado la tortita, no te he visto muy feliz mientras te la comías y yo creo que es porque estaba algo sosa, creo que a ti te gusta mas con sirope, así que agarra la polla de Marcos y estruja bien el bote hasta que deposites hasta la ultima gota de sirope sobre la tortita”
Ese cerdo depravado, ese maldito viejo quería que masturbara a Marcos hasta que este se corriera sobre la tortita, lo peor de todo era saber que no tenia ninguna opción, solo podía obedecer, seguí meneando con fuerza la polla de Marcos, su cuerpo se tenso, estaba claro lo que iba a ocurrir, se mordió el labio para no decir nada, apunte su polla a la tortita y disparo varios chorros de semen sobre ella, 3,4,5, hasta 6 chorros de semen impactaron contra la tortita que quedo completamente cubierta de semen, además parecía que Marcos no se había pajeado en varios días porque el semen era bastante espeso.
“Muy bien Anita, ahora pruébala”
Pude ver como mi marido y mi hijo habían desviado su vista hacia otro lado, acerque mi boca hasta la tortita y mordí muerta del asco, trague sin masticar la tortita junto con el semen de Marcos tratando así de no saborearlo pero aun así me dio una arcada y a punto estuve de vomitar, Carl se apiado de mi.
“Bueno Ana, veo que la has probado pero no te ha gustado, ya eres mayorcita así que sino te la quieres comer, no pasa nada”
Tire la tortita al suelo y continué arrodillada ante Marcos cuya polla descansaba ahora fláccida sobre su muslo.
“Chicos, ahora os toca a vosotros” dijo Carl
El viejo se movió del sofá y se coloco en el que me había sentado yo al principio de esa pesadilla, dejando el sofá de enfrente a mi familia libre, los negros comenzaron a desnudarse, se quitaron el traje y se sentaron el sofá.
Los 2 negros no solo eran altos, también eran enormes, ahora entendía porque Carl los llevaba de guardaespaldas, tenían músculos por todo el cuerpo y cuando baje mi vista pude ver que el mito de los negros era cierto, estaban fláccidas pero aun así esos 2 gigantes negros tenían unas pollas enormes, debían medir 15 cm. en ese estado de reposo.
Yo me levante y grite a Carl, le dije que había prometido que no me follaria, que me había dado su palabra, el, sin inmutarse respondió.
“Así es querida y en efecto yo no voy a follarte, pero nadie hablo de mis hombres, son gente de confianza y me han servido muy bien durante años, por eso en ocasiones tengo estos detalles con ellos, además yo ya estoy algo mayor y aunque estas bastante bien no tengo tanta energía como antaño, por mi parte me conformo con haberme corrido en tu boquita, ahora ponte de rodillas ante mis hombres y prepárales” decía esto al tiempo que de su chaqueta el también saco una pistola
Me acerque desnuda al sofá y me arrodille ante los 2 gigantes negros, estaba entre los 2, dando la espalda a mi familia, alargue mis manos y agarre ambas estacas de carne comenzando a subir mis manos de abajo a arriba, los 2 negros no abrían la boca, sus pollas comenzaron a crecer en mis manos y en pocos segundos alcanzaron su máximo tamaño, cuando las vi me asuste y las solté, ante mi se erguían 2 pollas negras que podían medir 25 cm., jamás había visto nada igual ni siquiera en películas porno, eran como 2 columnas ante mi, sin decir nada los 2 hermanos negros agarraron mis manos y las llevaron hasta sus pollas para que yo reanudara la masturbación, lo hice y volví a menear sus pollas aunque hubiera necesitado 4 manos para abarcarlas en su totalidad.
Carl se había levantado sin que yo me diera cuenta, bastante tenía con agitar esas pollas negras y escuche su voz desde atrás.
“Ana, desde aquí tu familia y yo podemos verte bien, es una imagen bonita verte desnuda y arrodillada ante mis chicos mientras meneas sus pollas, seguro que esta imagen le vale a Marcos para hacerse una buena paja en los próximos días, de hecho veo que le esta gustando mucho verte menear esas 2 pollas”.
Sin dejar de pajear las pollas de los hermanos negros mire hacia atrás, Marcos seguía con sus pantalones por los tobillos y su polla volvía a apuntar directamente al techo, ese mocoso se había vuelto a empalmar viendo como la madre de su amigo era forzada a masturbar a 2 negros.
“¿Si te suelto te portaras bien?” le pregunto Carl a Marcos
Marcos dijo que si así que Carl le desato, yo seguía a lo mió cuando escuche las risas de Carl, mire hacia atrás y vi porque se reía, el cerdo de Marcos se la estaba meneando viéndome masturbar a los dos hombres.
“Muchacho, eres un buen chico, si quieres puedes sentarte con mis hombres para que la mama de tu amigo te haga una mamada”
Marcos se lo pensó, no dijo nada y yo volví a mirar las dos pollas negras que seguía agarrando con mis manos, de repente vi como Marcos estaba cerca de mi, se había quitado el pantalón, los dos negros sonrieron y le hicieron un hueco a Marcos el cual se sentó entre los dos sin decir nada.
Yo debía estar haciendo muy bien mi trabajo ya que aunque ninguno de los dos negros abría la boca pude ver como ambos se echaban hacia atrás y suspiraban de gusto con sus manos entrelazadas detrás de sus cabezas disfrutando de las sendas pajas que les estaba haciendo.
Marcos estaba ahora sentado justo enfrente de mi, con su polla dura apuntando a mi cara a escasos centímetros, yo no hice nada y Carl dijo
“Marcos, a lo mejor Ana no sabe lo que quieres, creo que es mejor que se lo pidas”
“Marcos, eres amigo de mi hijo desde hace años, no hagas esto, esto no…”
Carl no me dejo continuar, se había sentado en la silla donde había estado Marcos y me dijo
“Ana, deja al muchacho en paz y que nos diga lo que quiere”
Pasaron unos segundos eternos hasta que Marcos dijo
“Quiero una mamada”
“Jajajaja” muy bien di que si dijo Carl
“Aunque aquí no lo hemos escuchado del todo bien, porque no miras a tu amigo y le dices lo que quieres” le dijo Carl
Marcos miro a mi hijo, se quedo callado mientras yo deje de masturbar las pollas de los negros, mis manos seguían agarrando sus estacas pero mis manos no se movían de arriba a abajo, estaba esperando que Marcos no dijera nada pero lo dijo…
“Quiero que tu madre me chupe la polla” salio de la boca de Marcos que al instante bajo su mirada como avergonzado al tiempo que los negros volvían a sujetar mis manos sobre sus pollas haciéndome reiniciar el movimiento masturbatorio.
Nuevas lagrimas resbalaron por mis mejillas pero lo hice, me acerque lo suficiente hasta que la polla de Marcos toco mis labios, la punta de mi lengua rozo su glande y sin pensarlo mas lo hice, me metí su polla en la boca.
“Esta imagen es aun mejor Ana, desnuda, arrodillada, mamando y pajeando” dijo Carl
No podía creerlo, le estaba comiendo el rabo al amigo de mi hijo delante de mi esposo y mi propio hijo al mismo tiempo que seguía con dos pollas enormes en mis manos, ahora Marcos no estaba atado así que pudo hacer lo que pretendía mientras le había estado haciendo la cubana, movía su cuerpo de adelante a atrás apoyando sus manos en el sofá de modo que era él quien me estaba follando con suavidad la boca.
“Supongo que también quieres un recuerdo de esto Marcos, tranquilo, yo te hago el favor”
Carl agarro el móvil de Marcos con el que uno de los negros antes me había fotografiado pajeando la polla de Marcos, ahora apunto mientras se la mamaba al amigo de mi hijo y hizo otra foto.
“Mira a la cámara con la polla dentro de tu boca Ana”
Obedecí
“Perfecto, esta foto seguro que te encanta Marquitos”
Mi mamada le estaba gustando, seguramente era la primera vez que una mujer le chupaba la polla y el que yo fuera la madre de su amigo y mi esposo y m hijo estuvieran delante no parecía importarle demasiado, imito a los negros, se echo hacia atrás con sus manos en su nuca y se dispuso a disfrutar de la mamada.
Nose el tiempo que pase chupando la polla de Marcos pero el bajo una de sus manos a mi cabeza, me saco la polla de la boca y agarrándose los huevos me los puso en la boca, yo sabia lo que quería ese cabron y Carl también, se había levantado de la silla y ahora estaba cerca de mi contemplando la escena.
“Parece que el amigo de tu hijo también quiere darte huevos y salchicha,jajaja”
Yo permanecí arrodillada con la cabeza inclinada hacia el techo y chupando uno de los huevos de Marcos, cuya polla, completamente empalmada ahora se apoyaba sobre mi rostro hasta llegar casi a mi frente, a diferencia de la polla de Carl, Marcos no tenia vello pubico así que chuparle los huevos no era tan repugnante como hacerlo con Carl , yo continué alternando las lamidas en las dos pelotas de Marcos.
Después mi lengua fue recorriendo toda la longitud de la base de su polla hasta coronar el capullo, que empezaba a expulsar líquido preseminal, Marcos agarro mi cabeza y me hizo engullir la mitad del tronco de aquella polla, le mire aunque rápidamente baje la cabeza avergonzada al ver que el me miraba fijamente disfrutando de cómo engullía su polla una y otra vez, nuevamente comenzó a mover su pelvis hacia delante, lo que unido a su mano en mi cabeza me hacia engullir cada vez mas su duro trozo de carne, Marcos levantaba tanto su pelvis que sus cojones golpeaban en mi barbilla al entrar su estaca en mi boca, yo aproveche para morderle un poco por como me estaba tratando, Carl aprovecho para humillar mas a mi esposo.
“Joaquín, el amigo de tu hijo esta jugando al frontón con sus pelotas en la barbilla de tu mujer”
Marcos estaba a punto de correrse así que Carl le dijo que volviera a sentarse en su silla pero se había fijado en como había mordido la polla del amigo de mi hijo así que le dijo a Marcos que me diera un par de bofetadas por haberle mordido, Marcos no sabia que hacer así que le dijo…
“Dáselas con la polla, así no le dolerá” , haciendo que Marcos me humillara sacando su polla de mi boca agarrándola y golpeando mis mejillas con ella , luego volvió a su asiento.
Luego hizo que los 2 negros se levantaran y que yo esta vez me pusiera de frente a mi familia entre los negros que estaban de pie.
“Chicos, poneros mas cerca”
Los 2 negros se pusieron a escaso un metro de mi familia y de Marcos
“Ana, acércate gateando a mis chicos y chupa sus pollas”
Me acerque gateando hasta situarme entre los dos hombres de frente a mi familia y a Carl que estaba ahora detrás de mi esposo apuntando con su pistola a mi hijo dándome a entender lo que debía hacer.
Agarre una de las pollas, le di un par de sacudidas y entonces me la metí en la boca pasando la lengua por la punta, al momento cambie de polla, toque la punta de la polla del otro negro y note que estaba en su máximo esplendor cuando se movió ligeramente hacia su derecha, caminando sobre sus rodillas, quedó en frente del joven manitas. El chico tenía la gruesa polla completamente erecta, me metí la polla en la boca directamente y comencé a hacerle una mamada sin previo alguno, la polla de ese negro tenia las venas muy marcadas y era más o menos del mismo tamaño y grosor que la de su hermano, me esmere por chupar esa polla esperando que eso fuera lo ultimo de aquella pesadilla y cuando la saque de mi boca un reguero de saliva se deslizaba por su polla hasta mi barbilla .
Cambie de polla y volví a tener la boca llena de carne, podía notar como esa enorme polla me golpeaba la garganta, la polla de aquel negro brillaba según su tronco se iba llenando con mi saliva.
Chupaba ambas pollas a la vez, alternativamente, primero uno y luego otra, incluso lamía sus glandes al mismo tiempo, polla contra polla en mi boca.
“Mira a tu marido mientras uno de mis chicos te rompe la boca con su polla Ana”
En ese momento no podía pensar, me metí la polla de uno en mi boca que se abrió lentamente para recibir en ella aquel miembro, comencé a lamer y saborear ese duro miembro, mientras el negro con una de sus manos comenzó a follarme la boca de lado, yo miraba a mi marido con la boca llena de polla como me había ordenador el cerdo de Carl.
“¿Que te parece Joaquín?, ¿te gusta ver como uno de mis chicos le folla la boca a tu esposa?, ya, supongo que no, a mi tampoco me gusta que me tomen el pelo y me dejen a deber 9000 euros” dijo Carl
“Y a ti Ana, ¿te gusta que te follen la boca?”
“¡Gluggggg! ¡gljjjjjjjj!” eran los únicos sonidos que salían de mi boca mientras aquella polla salía y entraba en mi boca violentamente.
“Bueno Ana, ya veo que tienes la boca llena y no puedes contestar, se nota que eres una mujer educada y sabes que no es de buenas maneras hablar con la boca llena,jajaja”
A pesar de que me la metía en la boca con ganas al menos 10 cm. de polla o más quedaban fuera de mi boca, creía que estaba al límite pero me equivocaba.
Mirando al negro que me follaba la boca Carl dijo
“Hasta las pelotas muchacho”
El negro esbozo una especie de sonrisa macabra, se detuvo con media polla dentro de mi boca, me cogió de la nunca y empujó un poquito más, luego otro poco mas, yo tuve una arcada, luego otra arcada mas cuando intento seguir avanzando, trate de sacarme esa polla de la boca, pero mi fuerza era como la de un niño comparada con la de aquel gigante de 2 metros de altura y lleno de músculos, el otro negro miraba la escena completamente desnudo y sonriente y el amigo de mi hijo no quitaba ojo de la escena.
Tuve otra arcada, empuje hacia atrás tratando de sacarme la polla de la boca pero era completamente imposible, entonces Carl dijo en voz alta
“Ana, respira por la nariz, olvídate de la boca y respira por la nariz, hazme caso o te ahogaras”
Obedecí, no tenia otra opción sino quería morir ahogada con la polla de ese negro en la boca, comencé a respirar por la nariz y a tratar de olvidar lo que ocupaba el interior de mi boca, el negro poco a poco fue empujándome por la nuca.
Notaba mis ojos llorosos y como las babas comenzaban a salir de mi boca que seguía repleta de dura carne negra.
Mire a mi familia, su cara de espanto era increíble, en cambio la cara de Marcos era distinta, como si estuviera viendo algo increíble, por su parte Carl dijo
”Muy bien, hasta los cojones, si señor, como una profesional”
Al respirar por la nariz me había evadido de la situación hasta ese momento, volví a mirar al frente y vi como la punta de mi nariz chocaba con el pubis de aquel jodido negro, pude sentir como sus gordos cojones acariciaban mi barbilla, por lo tanto estaba claro, ahora entendía la cara de asco de mi esposo y mi hijo, la cara de sorpresa de Marcos, la polla de ese negro estaba enterrada hasta el fondo de mi garganta.
“Joder Joaquín, mira a tu mujer, ¿es increíble no crees?, mis chicos calzan buena herramienta y ella ha sido capaz de tragársela enterita, vaya mujer que tienes”
No sabia cuanto tiempo había tenido la polla de ese negro tan adentro, volví a escuchar la voz de Carl.
“Y mírala, se la traga entera ella solita”
Al mirar al negro supe a lo que se refería, no sabia cuando me había soltado pero en efecto el negro ya no tenia su mano en mi nuca, sus dos manos descansaban a ambos lados de su cadera, mientras su cabeza miraba hacia abajo observando el logro que suponía para el que yo me hubiera tragado su polla hasta el fondo.
Al ser consciente de la situación comencé a tener arcadas otra vez, esta vez nada me lo impedía así que eche mi cabeza hacia atrás liberando mi garganta de ese monstruo de carne, al salir la polla de mi boca escuche un sonido horriblemente humillante, como si mi garganta se destaponara
“Plop”
Una cantidad ingente de saliva resbalaba por mi barbilla, cayendo en mis tetas, mis rodillas, empapando el suelo.
Me faltaba el aire y mis tetas se movían al ritmo de mi respiración que era la misma que habría sido de haber estado corriendo durante kilómetros, pero aun no había terminado, el negro volvió a acercarse, mi boca estaba abierta para coger todo el aire que podía lo que fue aprovechado por el negro para volver a meterme su polla en la boca, esta vez solo la mitad de su herramienta.
“Crees que tu marido esta aprendiendo lo que significa el respeto Ana”
Yo asentí con la boca llena de polla negra
Me saco la polla de la boca y me puso los cojones en la cara, eran tan grandes que ocupaban la mitad de mi rostro, yo comencé a chuparle sus huevos, eran enormes, igual que su polla, su hermano se acerco mas y los 2 negros quedaron polla con polla, los 4 cojones estaban casi pegados ante mi, parecían los cojones de un toro, negros y enormes, mi lengua los lleno de saliva, cuando no había polla en mi boca, había huevos, así hasta que Carl dijo
“Ya esta bien de lamerles las pelotas a mis chicos Ana, es hora de que sigan explorando”
Continuara…