Por una apuesta me gané a la mujer de mi amigo

Como hice una apuesta con mi amigo y termine tirandome a su mujercita.

Por una apuesta me gane a la mujer de mi amigo

Mi nombre es Carlos. Tengo unos amigos que están casados, ellos se llaman Felipe y Cristina. Cristina es muy bella. Mide un 1.75 mts. Tiene unos preciosos ojos verdes, un pelo rojo difícil de encontrar en otra mujer, es delgada,, pesa unos 55 Kg, y como verán es de fácil maniobrar.

Nuestra amistad es de varios años, ya que yo trabajo junto a Felipe, en el trabajo tengo una fama de mujeriego ya que he tenido la fortuna de haber estado con varias chicas del trabajo.

Cierto día, conversando con Felipe, él me dijo:

  • Carlos, tienes que tratar de tener una vida mas reservada, ya que las chicas de la oficina andan hablando y esto esta generando muchos problemas acá.

Yo le respondí:

  • lo que yo creo que tú y todos los demás hombres tienen envidia de que lo hago con la que yo quiero.

  • No fanfarronees tanto –fue su respuesta- si yo te digo que lo hagas con la que yo elija, no vas a poder.

Yo le respondí que eligiera una. El trato de hacerse el vivo y me dijo "mi esposa". El sabia que en cierta forma Cristina me atraía. Yo acepte la apuesta pero le pedí que no hubiera resentimientos.

El plan sería que Felipe, le dijera a Cristina que iban a ir a una fiesta y que se alistara, él hacia que iba a salir y regresaría a recogerla más tarde, pero lo que haría él era esconderse y ver que es lo que sucedía.

El día sábado a eso de las 8 de la noche llegue a la casa de mi amigo.

Cuando Cristina abrió la puerta, me lleve una gran sorpresa ya que ella estaba vestida con un vestido celeste que le llegaba a la rodilla, este estaba completamente pegado al cuerpo y no dejaba espacio ni para una mosca.

Llevaba un escote que dejaba ver la mitad de sus senos, pero que dejaba lo demás para una noche de imaginación.

Además llevaba unos zapatos de tacones altos, yo había ido a la casa de mis amigos llevando una botella de champagne y un ramo de rosas rojas. Pero sinceramente al ver a Cristina vestida así, tuve una erección que me imagino

Ella se percata inmediatamente:

Las primeras palabras, fueron de Cristina:

¿- ¿Qué haces acá tú?

  • Lo que pasa es que hablé con Felipe y me dijo que tenia una complicación en el trabajo, que venia por ti apenas podía, pero que lamentablemente no iba a ser antes de las 12, Yo he venido de parte de parte suya para acompañarte.

Cristina me respondió que le parecía muy bien que yo hubiera venido, por que si no se iba aburrir, lo que sí me pareció poco raro es que no me dijera nada en contra de Felipe.

Después de unos 15 minutos y de casi 4 canciones, los senos de Cristina rozaban mi pecho y mis manos estaban entre la cintura y el culo de Cristina.

Mientras que poco a poco, una de mis manos empezaba a bajar por el culo de Cristina, y ella en vez de rechazarme se pegaba mas a mí en ese momento yo estaba muy excitado y mi erección era más que notoria en mi pantalón, y por momentos me juntaba a la entrepierna de ella, que parecía muy excitada y dispuesta a dejarse llevar.

Cuando acabo la pieza dejamos de bailar, aunque esta era la oportunidad para que yo aprovechara. Nos sentamos un momento a conversar y a seguir tomando en cierto momento de la conversación, le pregunte a Cristina si tenía cosquillas. Ella respondió que si y en eso me abalance sobre ella.

En ese momento aproveche las manos para manosearla todo lo que quise, le sobe los senos, pasaba mis manos, por su vagina y su culo cuanto quise. Ella sin embargo seguía sin responder y solo reía y lanzaba ciertos gemidos de placer. Cuando estaba todo listo para que ella cayera deje de hacerla cosquillas. Todo esto era para que ella se excitara y fue así por que la respiración de ella lo demostraba, en ese momento le pedí si podía cambiar de música, ella se para caminó hacia el equipo de sonido y se inclino hacia este dejando todo su enorme culo a la disposición mía.

Yo me pare, y me puse detrás de ella con la excusa de que quería mirar que música iba a poner en ese instante aproveche para apoyarle todo mi pene en su culo y ella no decía nada, al contrario se movía de un lado a otro, y cada vez que yo me alejaba un poco, ella inclinaba el culo para pegarlo mas a mí.

Ella estaba pidiendo a gritos que me la cachara, y yo mientras tanto la estaba calentando hasta que explotara

Discúlpame si soy grosero, pero tienes un culo bellísimo y muy grande. Todas las noches sueño con poder comerme algo así algún día, como me gustaría que fueras esposa mía y no de Felipe.

Cuando termine de decir eso, mire en dirección al estudio en señal de que había notado la presencia de Felipe en ese lugar mientras tanto Cristina tenía los ojos brillosos y me respondió:

¿Acaso que yo sea esposa de Felipe impide que tu y yo podamos cachar?

Ella me mira con una cara de excitación. En eso ella me dijo:

No sabes como he esperado este momento. Quiero

En ese momento la interrumpí, le agarre la cabeza y le meto el pene en la boca y le digo.

Chupamela y cállate, que estoy esperando esto hace mucho. No quiero perder tiempo. Aparte en cualquier momento puede llegar tu marido.

Esto lo dije para excitarla, ya que el hecho de que llegara Felipe y nos viera haciéndolo la excitaría más. Ella no duda y sé o metió entera en la boca, la movía dentro de su boca como si fuera un caramelo. Conforme mi pene crecía, salía cada vez más de su boca. Hasta que quedo totalmente dura y de un tamaño que excitaba a Cristina.

Ella se sobaba los senos y pasaba la mano constantemente por su vagina, cuando la tenía completamente dura y sin posibilidad de crecer mas, la acercó a sus pechos lo puso entre las dos y le hizo una paja rusa.

Movía sus senos de arriba abajo y, cuando podía me la chupaba. Yo no paraba de gritar y de decirle a Cristina lo bien que estaba, Yo no paraba de gritar y decirle a Cristina lo buen que estaba. Yo ya estaba a punto de venirme, Cristina se dio cuenta y se metió la punta de mi pene haciéndome terminar. Descansamos un momento, ni siquiera paso un minuto que me abalance sobre ella, pero esta vez me dirigía a su vagina

Fui bajando por sus senos besándoselos y bajando hasta llegar a donde quería con ayuda de Cristina, nos deshicimos del vestido, dejándola con una pequeña tanga que tapaba su peluda y roja vagina. El calzón de Cristina estaba totalmente mojado la agarro por el culo y comienzo a chuparle la vagina, primero en círculos, dando vueltas alrededor de los labios de esta, para que se excitara más.

Cristina no aguantaba más ya que fui directamente a su clítoris mordiéndoselo para que mezclara su excitación con un poco de dolor. Cristina gritaba y pedía más. Yo me eche sobre ella en sentido contrario poniéndole mi pené en su cara, y chupandole su vagina haciendo un 69 en el piso de la sala.

Yo me movía como si me la estuviera cachando. En pocas palabras me la estaba cachando por la boca. Cristina gritaba de placer ya que en ese momento ella estaba teniendo un orgasmo, en ese momento ella me pidió que me la cachara:

Cáchame, cáchame, por favor te quiero dentro de mí quiero que me rompas como nunca antes lo han hecho.

En ese instante saque un preservativo de mi maletín y, cuando iba abrirlo, Cristina lo cogió y lo boto, me dijo:

Te quiero dentro de mí y te quiero sentir completo.

Cuando escuche las palabras de Cristina le ordene que se pusiera en cuatro patas, por que quería poder ver bien ese culo que tanto había deseado. Cristina se apuro para ponerse en cuatro, ella me dijo:

Cáchame por favor, no puedo aguantar más.

En ese momento la penetre fuertemente y Cristina soltó un grito que pudo haber sido escuchado en todo el barrio. Le metía él pené y lo sacaba, a Cristina parecía que se le salía la garganta como si la estuviera matando pero de placer, parecía una tigresa.

Yo la seguía penetrando, pero esta vez con mucha más fuerza y rapidez, utilizando mis manos dándole palmazos en las nalgas a Cristina, al parecer en ese instante ella tuvo múltiples orgasmos. Estuvimos en esa posición cerca de 30 minutos, hasta que Cristina me pidió cambiar de posición, que me quería montar. Yo acepte y me recosté boca arriba en el sofá de la sala, Cristina dio un salto cayo sobre mí pené. Al comienzo ella dio un grito como si le estuviera clavando un puñal en la vagina. Ella estaba sentada de forma que sus tetas quedaban completamente a mi disposición.

Cristina me empezó a cabalgar con una maestría que parecía una experta en la materia, sus senos se movían de arriba abajo como un par de globos y mis manos recorrían su cuerpo. Ambos tuvimos un orgasmo al mismo tiempo nos movíamos como si estuviéramos amarrados y quisiéramos soltarnos el uno del otro.

Después de unos 20 minutos, ya no aguantaba más y le dije que me iba a vaciar. Cristina me pidió que me saliera de ella y que me vaciara en su cara. Yo me pare y puse mi pené en dirección a la cara de Cristina y solté un chorro que fue directo a la cara de esta. Cristina tenia la cara llena de mi semen.

Pero esto no nos detuvo ya que seguimos haciéndolo en todas las poses posibles y conocidas, yo me corrí 3 veces, mientras tanto en un momento Cristina me dijo:

Quiero que me rompas el culo

A mi se me paro en un segundo y le dije a Cristina que se recostara boca abajo en el sofá, ahí me puse a chuparle el culo para lubricárselo. Cuando estuvo bien lubricado me recosté sobre ella, puse una mano en sus senos, y con la otra la cogí del pelo. En ese momento la penetre de una manera tan fuerte, que Cristina soltó un grito de dolor mezclado con placer, ella puso sus manos hacia atrás, sobre mi culo, como para darme más potencia.

Al comienzo yo estaba tirandomela despacio, hasta que ella deja de gritar por el dolor y empezó hacerlo por placer, ahí la empecé a penetrar fuertemente, le estaba dando tan duro que ella empezó a quejarse, lloraba de placer las lagrimas se le salían, pero pedía más. En ese momento no aguante mas saque mi pené de su culo y empecé a vaciarme sobre su espalda, en ese momento me levante y me vestí, le dije a Cristina:

Bueno gracias por esta velada, al parecer tu esposo no viene así que me voy por que las ganas de ir a la fiesta ya se me quitaron.

Cristina me respondió. ¿ Y me vas a dejar así nomás, como si fuera un objeto?.

¿ Y que eres acaso?- le respondí.

El día lunes me encontré con Felipe, él al verme no me dijo nada solo me dio las gracias.

Caliche.