Por un simple cachete
Esto es lo que me sucedió por un simple cachete en el culo de mi mujer, las cosas a veces suceden por una tontería. NOTA: Este relato es el real, en su momento TR publicó otro por error
UN SIMPLE CACHETE
Cari y Fran eran nuestros amigos, mi mujer Irene y ella eran amigas desde pequeñas, siempre han estado muy unidas, en las épocas de postadolescencia eran terribles (tal como ellas mismas dicen), pero cuando nos conocieron a Fran y a mí sentaron la cabeza, bueno, los cuatro sentamos la cabeza.
Esto hace presagiar dos parejas felices pero todo se acabó cuando Fran murió de accidente, a Cari se le vino el mundo encima y nosotros estuvimos allí para apoyarle en todo momento.
El tiempo todo lo cura y poco a poco íbamos consiguiendo que saliera, conociera hombres pero nunca les daba la mas mínima posibilidad de intimar.
Cuando hacía más de un año de la muerte de Fran ocurrió lo que os voy a contar, estábamos en casa los tres, cosa ya muy normal, Irene y ella estaban en la cocina preparando algo de cenar, pude oír que se reían bastante, me alegré ya que desde que pasó aquel fatal accidente era extraño verla contenta, me acerqué a la cocina y seguían riendo, les pregunté a que se debía aquellas risas pero ninguna de las dos soltó prenda, "cosas de mujeres", solo dijeron.
En este momento mi mujer cogió una bandeja y se dirigió hacia el comedor, cuando paso por mi lado movió el culo de manera provocadora y le di un cachete cariñoso, algo que muchas veces le hacía y a ella le encantaba pero nunca con otras personas delante, lo más curioso fue el comentario de Cari:
No sabéis cuanto añoro un cachete de estos
Dale uno a ella, respondió Irene
Cari se puso bien para recibirlo y no me lo pensé, aplasté mi mano abierta sobre su culo cubierto con una falda cortita, que recibió con un Oh!!!!!!.
Jorge te dará los que quieras, le dijo Irene a Cari riendo
Me ha hecho recordar unos tiempos maravillosos, dijo Cari, Fran siempre me lo hacía.
Cenamos, todos estábamos de muy buen humor, nos encantó ya que era poco frecuente verla contenta, abrimos una botella de vino, Cari nos hablaba de Fran de otra manera, recordaba los buenos momentos que pasaron juntos, sitios que habían ido, anécdotas. A medida que bajaba la botella de vino, los temas se volvieron más íntimos y acabó por el contrario donde hicieron el amor la primera vez.
Cuando acabamos recogimos la mesa, ellas estaban en la cocina lavando los platos mientras yo llevaba las cosas de la mesa a la cocina, ambas estaban con unos guantes y las manos en el fregadero, hablaban y reían, se me ocurrió dar otro cachete a cada una, con total naturalidad lo hice y fue cuando Irene dijo:
Si quieres hacérmelo, hazlo bien.
Entendí lo que me decía, cuando la pillaba en aquella situación con una falda lo que hacía es subírsela y darle directamente en el culo, pero con Cari en casa no me atreví y ahora me lo pedía y no me hice rogar, me puse detrás suyo y con una mano subí la falda, vi su culo completamente ya que el tanga se escondía dentro del pliegue y con la mano extendida, "plaf", un cachete pero la sorpresa no se acabó aquí, Cari me miró pidiendo el suyo e Irene me dijo:
Y a nuestra amiga?
Un poco cortado por la situación me puse detrás suyo y le subí la falda, vi aquel culo precioso, redondo, duro, cubierto por una braguita tipo biquini blanca, observé unos segundos y "plaf", otro cachete.
Salí de la cocina algo avergonzado por lo que había pasado pero sus risas me hicieron ver que al fin y al cabo era lo que querían y aquello tenía que tomarlo dentro de la normalidad entre amigos y nada más.
Cuando acabaron vinieron al comedor, Irene se sentó a mi lado en el sofá y Cari en el otro, serví las bebidas que me pidieron, la conversación continuó muy abierta y jocosa, esto nos alegró mucho, al fin habíamos conseguido una cena sin lágrimas, por su parte Cari cada vez estaba más abierta y nos explicaba mas intimidades, nos contó que los cachetes formaban parte de su vida sexual con Fran, al parecer le gustaban tanto que muchas veces era el inicio de una loca noche de sexo, explico lo siguiente:
Fran se sentaba en el sofá, yo me extendía sobre sus piernas, me levantaba la falda y me daba unos cachetes tan firmes que aquello solo podía acabar en la cama.
Irene le dijo que nosotros algunas veces también lo hacíamos, su pongo como complicidad ya que raramente pasaba pero le seguí la corriente para ver hasta dónde podía llegar aquello, Cari dijo:
Recibir la mano fuerte de un hombre en el culo es lo que más me pone, no sabéis como extraño no tener a nadie que me lo haga.
Y pasó otra cosa inesperada, Irene se levantó y le dijo a Cari que también lo hiciera, para después hacer que se tendiera sobre mis piernas con el culo delante de mi cara y la suya pegada al respaldo, ella lo hizo sin quejarse, Irene lentamente levantó la falda de nuestra amiga, mi polla se puso muy dura y se clavaba a Cari ya que intentaban reventar los pantalones, vi otra vez aquella braguita blanca y sin pensarlo dos veces le di tres cachetes, el último más fuerte que el primero. Desde mi posición no podía ver su cara pero Irene sí, claro que los gestos que hacía eran más que evidentes, mi mujer se acercó a nosotros y cogiendo las gomas de las braguitas se las bajó, Cari ayudó levantándose un poco, pude ver totalmente desnudo su culo pero mi misión no era la de observar ni pretendí analizar donde quería llegar mi mujer así que procedí a darle tres cachetes más, esta vez tocando directamente la piel, Cari los recibió con gemidos evidentes y además Irene estaba dispuesta a hacer que lo pasara bien e hizo algo más que tampoco esperaba, se puso delante de Cari y le cogió el jersey, tirando hacia la cabeza se lo sacó y lo siguiente fue desabrochar el sujetador que también sacó, Cari estaba como exorcizada, acaricié su espalda y cuando menos se lo esperaba le di otra tanda de tres azotes que recibió levantando la cabeza para gemir más fuerte que nunca, la visión de Cari cubierta simplemente con una falda enrollada en la cintura y recibiendo mis cachetes con tanto agrado me puso el lívido al máximo, me dedique a acariciarla, la espalda, el culo, las piernas, mi ternura era evidente que le gustaba, cuando pasé las manos por las piernas las separó un poco, no sabía si aquello era una invitación o solo una reacción instintiva así que opté por la prudencia y acarició los muslos sin acercarme demasiado al coño, Irene solo miraba, su reacción era curiosa, nunca creí que me dejara llegar tan lejos con otra mujer que, aparentemente me ponía en bandeja. Decidí desabrocharle la falda para ver que pasaba, lo único que conseguí fue ayuda ya que Irene la estiró y Cari hizo los movimientos justos para facilitarnos la labor.
La total desnudez me permitió hacerle caricias sin obstáculos y en el momento que más tranquila la tenía le di un nuevo cachete, más fuertes que los anteriores que ella recibió con un suspiro que era medio orgasmo
Llegado este momento no sabía cómo continuar, estaba en un punto que no podía dejarla pero dudaba de la continuación, miré a Irene, al fin y al cabo ella me había metido en esto, y si lo de antes me dejó perplejo más lo fue lo que hizo, mas lo siguiente ya que se acercó y puso las manos entre mi vientre y el culo de Cari desabrochando mis pantalones, después tiró de ellos junto con los calzoncillos, dejó mi polla dura encima de los pelos del coño de Cari, notaba el cosquilleo, hizo levantar a nuestra amiga, por fin le veía las tetas, tan firmes y bonitas como imagine, la colocó con las piernas abiertas entre las mías y cogiendo la polla la encaró al coño de Cari, esta no se lo pensó mucho y fue bajando, mi aparato se incrustaba en aquel coño húmedo que la recibía con pasión ayudada por las manos de mi mujer, con mis manos acaricié las tetas, Cari solo dijo:
Mas fuerte ¡!!!!!!
Ella se movía como poseída arriba y abajo, me costó aguantar mi eyaculación porque era consciente que en su estado no debía tomar anticonceptivos y todo entre continuos orgasmos de nuestra amiga y la mirada lasciva de mi mujer.
Cuando al fin acabó aquello, cari se recostó, su coño peludo estaba abierto delante de mis ojos y mi polla necesitaba algo, Irene acercó la boca a ella y Cari cuando lo vio hizo lo mismo, dos bocas jugando con mi aparato hicieron que tardara poco en correrme y ambas luchaban para acapararme la leche que salió muy abundantemente.
Ellas se sentaron en el sofá, Irene le dijo a Cari:
Ya te dije que sería fácil.
Los tres nos reímos.