Por un puñado de cremas 6

La vida de Isabel volvía a su rutina, pese a que la bacanal que había roto todas las líneas rojas que tenía en su decoro, seguía en su mente de forma vivida.

La vida de Isabel volvía a su rutina, pese a que la bacanal que había roto todas las líneas rojas que tenía en su decoro, seguía en su mente de forma vivida.

Durante un tiempo bloqueo aquellas imagenes en las que toda su familia se sumio en un frenesi de sexo. Aquellos recuerdos la ponían enferma, pero no en el sentido que una persona normal experimenta, sino que la excitaba sin medida.

Se refugió en el trabajo y las tareas cotidianas para que su vida retornara a la normalidad, o al menos intentarlo.

Sin más contratiempo llegó el fin de semana, lo cual a Isabel se le antojo un remanso de descanso y desconexión junto a su familia, lejos del turbulento y cercano pasado que le acechaba.

Su hermana la había llamado contándole que le tenía que hablar de algo importante y que se pasaría la tarde del sábado así que despues de comer y arreglar la cocina preparo café para cuando ella llegara.

No tardó en oír el timbre de la puerta y como su hija clara saludaba a sus primos. Salió de la cocina y se le cayó el mundo encima cuando vio que su hermana venía del brazo de Rai, sin ningún tipo de pudor y saludaba con total normalidad a su familia. Incluso sus hijos participaban de aquel momento tan extraño.

  • Lidia, ¿pero esto?, no entiendo - dijo isabel descolocada
  • Chica un flechazo y tenía que presentarlo

Alli estaba Rai, con una sonrisa socarrona con su hermana, colgada de su fornido brazo. Y sobreponiendose del shock cayó en la cuenta en la vestimenta de ella, mini escandalosa camisa semiabierta y una evidente falta de sujeción en su delantera.

Aquello no podía ser, y más aún cuando su sobrina, andaba de la misma guisa. Pero lo peor era el nulo impacto que aquello causaba en su propia familia, cosa que le pareció extraña.

  • Creo que deberíamos sentarnos, y así hablamos mejor - dijo Rai - y como si de una orden se tratara todos asintieron y se dirigieron al salón ante la cara de asombro de Isabel que no daba crédito.

Lidia y Rai se sentaron en el sofá de dos plazas y en el sofá grande estaba ella a un lado y sus dos sobrinos Alba y Germán. en el otro sofá sus dos hijas, clara y maría y su marido andaba recostado en el brazo junto a ellas.

  • ¿Huelo café, no vas a ofrecernos una taza? - dijo Rai dirigiéndose a isabel directamente
  • ah, si si - reacciono isabel levantándose con rapidez y dirigiéndose a la cocina

Y allí estaba Isabel, preparando las tazas como un autómata sin saber muy bien lo que pasaba cuando las manazas de Rai asieron sus tetas desde atrás y noto su paquete restregándose en su trasero.

  • que buena estas puta, mas que la zorra de tu hermana o la putilla de su hija. Sabes, llevo follándolas toda la semana, bueno, yo y unos cuantos amigos, son muy serviciales. y es una gozada levantarse por la mañana y tenerlas a las dos comiéndote la polla.
  • Dios, no - solo pudo decir Isabel
  • Si zorrita - El otro día les dimos un porrón de hipnóticos para someterlas y aproveche para condicionarlas, pero no solo a ellas, ninguno de los demás me dio ningún problema.
  • ¿los demás? - dijo Isabel, mientras sentía como Rai apretaba sus pezones con fuerza y su polla se clavaba en sus glúteos con evidente dureza.
  • Si, los demás, ven - dijo Rai liberándola e invitándole a volver al comedor

Allí se quedó impactada al ver que todos estaban en la misma posición que antes sin hablar, con la una diferencia que todos tenían una botella pequeña de agua en la mano completamente vacía.

  • ves, todos han recibido esta semana convenientes instrucciones y son míos. ¿Fermin no tienes calor?
  • si mucho - dijo su marido que se desnudo sin ningún pudor ante la vista de todos sin más dejando a la vista una evidente erección.
  • Joder papa, como tienes la polla - exclamo clara
  • Ya lo creo - le acompañó maría
  • pues toda vuestra dijo sentándose entre ellas

Isabel observó con incredulidad como su marido se acomodaba y mientras Clara sentada a su lado se amorraba sin ningún recato sobre su miembro engullendo con deseo, su hermana se arrodillaba entre sus piernas y lamía sus huevos y culo sin ningún rubor.

  • joder clara como tragas - exclamo fermin mientras su mano se perdia bajo la falda de clara e invadia su coño con total libertad arrancandole apagados gemidos de placer.

  • muy bien maría, asi cómeme el culo, joder que bueno - exclamo fermin entre nuevos jadeos que se escuchaban.

isabel fue consciente entonces que german y alba andaban morrenadose con ansia, y mientras ella le sobaba el paquete por encima del pantalon el tenia su mano entre sus piernas manoseandole el sexo con ganas. No duró mucho aquello porque alba desabrocho el pantalón, y el generoso pene de su hermano emergió enhiesto y no tardó en sentarse sobre él y sin ningún miramiento se penetró de golpe gritando de placer.

  • dios que polla - grito alba
  • asi follame - exclamó germán mientras, subiéndole la escueta falda a la cintura le amasaba las nalgas sin recato
  • joder si - dijo ella mientras con secos golpes de cadera hacia que el miembro de su hermano la barrenara sin compasion llevandola al extasis.

No tardó su hermana en ponerse al lado de sus hijos y mientras con una mano entre sus piernas se masturbaba con la otra azotaba con saña el culo de su hija.

  • así germán, clavale la polla a la zorra de tu hermana - dijo mientras desabrochaba la camisa de su hija y dejaba sus pechos a la vista de german que no tardó en devorarlos.

Isabel miraba incrédula lo que acontecía en su salón, y más cuando se dio cuenta que rai se había desnudado y se sentaba en el sofá libre haciendo que ella se sentara a su lado.

  • ¿has visto que familia más pervertida tienes?
  • esto no puede ser -
  • han salido a ti zorra, ahora no te extrañes, y tienes buena descendencia. María, ven

Isabel observó como su hija obedecía sin rechistar, dejaba su trabajo en los bajos de su padre y se dirigió a rai sin ningún tipo de objeción. Su falda y su jersey desaparecieron por el camino evidenciando la ausencia de ropa interior, y sin más se montó sobre el pollón de rai y lentamente y entre gemidos de placer, se la introdujo completamente.

  • ¿dile a tu madre lo que te gusta mi polla?
  • me gusta mamá - dijo María hablándole directamente mientras subía y bajaba lentamente sobre aquel mástil y sintiendo como rai le chupaba los pezones con descaro - me encanta este pollón dentro de mi coño, me corro de gusto cada vez que me folla.
  • pero hija - dijo casi sin voz Isabel mientras la veía gemir con desesperación.

Sabía lo que sentía, ella también había sentido esa sensación de ser follada completamente, y no podía más que mojar sus bragas viendo aquello que ella había disfrutado en primera persona.

Y mientras María se deshacía en las manos de rai, Clara era sodomizada sin compasión por su padre, que la embestía sin ningún tipo de delicadeza.

  • asi papi asi - gritaba
  • te gusta que te rompan el culo, pero que puta eres
  • si rompemelo cabron

Desde su posición veía como las tetas de su hija, se movían al ritmo de los envites de su marido, que percutía con fuerza apoyándose en sus caderas. De vez en cuando la azotaba con fuerza sin cejar en su movimiento.

Y mientras tanto en el otro sofá, su hermana lidia era follada salvajemente por su hijo. abierta de piernas recibían los fuertes embates de germán entre evidentes signos de placer.

  • Así hermanito, dale duro a esta zorra, mirala como se corre de gusto con tu polla en su asqueroso coño - le dijo alba masturbandose de pie frente a ellos con descaro.
  • Si, dios, si

Lidia se corría sin control ante aquel tratamiento tan brutal, su hijo la estaba penetrando y ella solo quería más.

Pero el espectáculo podía empeorar, y lo hizo cuando su marido fermín, dejo a clara y cojiendo a su sobrina Alba, y sin muchos preparativos la hizo sentarse sobre su polla.

  • asi zorra, a ver como te mueves
  • te gusta asi tio?, te gusta? - dijo sensualmente mientras sus caderas se movían cadenciosamente
  • asi zorra me vas a exprimir las pelotas joder

Y mientras ellos entraban en un mar de gemidos, German salió de su madre y se dispuso a taladrar a su prima clara a cuatro patas sobre el sofá.

  • joder primo que polla tienes - exclamo clara
  • se voy a reventar prima - dijo clavándosela desde atrás y martilleados con fuerza.

Ahora las tres jóvenes estaban ensartadas y sus gritos llenaban la habitación. Isabel contemplaba desde su asiento el cuadro, que terminó por completar su hermana, llegando a ella y sin media palabra, metió la cabeza bajo su falda, y apartando su empapada braguita comenzó a comerle el coño con devoción. La sobreexcitacion que portaba hizo que el tratamiento no tardara en hacer efecto y exploto en un orgasmo devastador que la recorrio con tremenda fuerza, mientras su hermana, no le iba a la zaga moviendo la mano en su sexo y gimiendo ahogadamente sobre su sexo humedo. Sus gritos no empequeñeciendo los del resto, ya que mientras los hombres gruñían desaforadamente descargando chorros de semen, las féminas se desgañitaba corriendose de gusto sabiendo rellenadas profusamente en su interior.

No hubo mucho descanso, las dos hermanas dejaron su acto lésbico, y a indicaciones de Rai, mientras isabel se amorraba al pollón de rai para limpiarlo, lidia sin ningún tipo de reparo se comió con descaro el coño pringoso de su sobrina maría.

Y el trabajo no fue baldío, mientras Rai recuperaba su erección María se corría de gusto ante las atenciones de su tía.

La misma dedicación obtuvieron Fermín y Germán de Isabel, que limpió sus rabos con dedicación, a la vez que lidia hacía lo propio con alba y clara.

Mientras Rai desapareció con las tres jóvenes en la habitación de matrimonio, Fermín se encamó con su cuñada en la habitación de María, y Germán con Isabel en la de Clara.

Isabel recibió con terrible gusto los pollazos de su enérgico sobrino que la llenó con tres abundantes corridas antes de caer desfallecido. Ella tampoco tampoco atesoraba muchas fuerzas pero como pudo se levantó y con su entrepierna totalmente empapada de flujos y semen de su sobrino, se dirigió hacia la habitación de matrimonio de donde salían gritos claramente audibles que evidenciaban una intensa actividad sexual.

Al asomarse no pudo más que asombrarse de lo que allí aconteció. Mientras Clara era sometida a una doble penetración perpetrada por dos imponentes mulatos que la embestía con fuerza, María se afanada en tragar un pollón mientras otro barrenaba su culo sin compasión. Y su sobrina  botaba con descaro sobre otro hombre que además disfrutaba de sus pechos con desesperación.

Rai andaba sentado, y al ver a Isabel la llamó para que entrara.

  • ¿Has visto las zorras como disfrutan? - dijo mientras cojia a isabel y la hacia sentarse a su lado
  • Pero quienes son?
  • Unos amigos del gimnasio, les gustan las zorritas blancas, y más estas que les va todo.

Isabel veia aquellos pollenes entrar y salir de los jovenes cuerpos y como estos se entregaban a aquella tortura con tremendo placer. Y no solo se entregaban gustosas al castigo físico, si no que humilladas e insultadas con desprecio, se entregaban con la misma intensidad.

Alba fue la primera en recibir su regalo en forma de tremenda lechada en su interior la cual fue claramente visible al emerger con profusión mientras se movía descompasada y embargada del placer.

Sus hijas corrieron el mismo destino y se vieron casi al unísono rellenadas por calientes raciones de semen que invadieron sus maltratados agujeros.

Las tres quedaron desmadejadas encima de la cama matrimonial mientras Rai y sus amigos se vestían.

  • No te preocupes, cuando se despierten, no querran otra cosa que ducharse, y olvidaran todo esto, pero no me perderas de vista,  con la puta de tu hermana y tu sobrina me voy a poner las botas, os voy a joder a todas cuanto me plazca.

Cuando los mulatos se marcharon, en la casa aún se oían jadeos, en el cuarto de María, su hermana lidia era sodomizada por su marido con fuerza, y esta no solo no se quejaba si no que le insultaba para provocarle.

  • asi cabron, metemela mas - gritaba lidia mientras recibía fuertes empelladas de fermín.
  • toma puta - le respondía fermín resoplando
  • la puta es tu mujer que no te da el culo que te doy yo maricon

En ese espectáculo vieron isabel y rai al asomarse a la habitación, y allí observaron cómo fermin después de un buen rato se corría en el culo de su cuñada y los dos jadeaba intensamente por el esfuerzo.

  • Venga puta, duchate que nos vamos, y despierta a tus hijos.

Isabel esta vez observó el ritual de rai que la llevó a tenerlos a todos vestidos y sin el menor atisbo de recuerdos en el comedor. Ella cambió las sábanas de las habitaciones y cuando volvió a bajar solo quedaba su familia, Rai y lidia con sus hijos habían desaparecido. y al llamarlos, salieron como de un sueño y cada uno como si nada se pusieron a sus cosas como si nada de aquello hubiera pasado.

A todo aquello se había llegado por su perversión, y sabía que ya no había salida.