Por un puñado de cremas 5

Isabel andaba inquieta, no sabia porque había llegado a esa situación, pero allí estaba, sentada en la mesa con toda su familia, y sin bragas, porque el mas mínimo roce de la tela sobre su excitado sexo la ponía a cien.

Isabel andaba inquieta, no sabia porque había llegado a esa situacion, pero alli estaba, sentada en la mesa con toda su familia, y sin bragas, porque el mas minimo roce de la tela sobre su excitado sexo la ponia a cien.

  • chica que callada estás - le dijo su hermana Lidia
  • es que hemos estado muy liados en el curro - se excuso con desgana

Era el cumpleaños de su hija mayor Clara, y como siempre hacían se reunían para cenar y celebrarlo. Así que alrededor de la mesa, a parte de su marido Luis y sus hijas Clara y maría, estaba su hermana Lidia, sus sobrinos Germán y Alba, y Vanesa, la mejor amiga de Clara.

La cena se había alargado como siempre, y a las 11 de la noche aún andaban sentados alrededor de la mesa. En ello estaban cuando desde la cocina cuatro desconocidos entraron en el salón, con pistolas en la mano y acallaron rápidamente a todos.

  • bien, no quiero ningún héroe, así que calladitos, las manos encima de la mesa y esto acabará rápido - dijo uno de ellos.

a la vista de los atemorizados comensales, los cuatro tenian la misma apariencia, vestidos de negro, con una mascara de cerdo en la cara y pistola en mano.

Uno a uno, y con un metódico ritual, los hacían que se tiraran al suelo y una vez tumbados boca abajo les hacían quitarse la ropa quedándose en ropa interior, y después eran atados a la silla, manos a la espalda y tobillos a las patas delanteras de la silla. y una vez así les tapaban los ojos con una máscara de dormir.

Primero fueron los hombres, Luis y Germán, después Lidia, para continuar con las jóvenes. cuando por fin tenían a todo el mundo en su sitio. recogieron carteras y móviles, y pidieron pines de tarjetas que con un poco de presión, fueron saliendo. una vez terminada la ronda todos fueron primero hidratados dadondes de beber y luego amordazados

Luis escuchó todo el ritual, con natural nerviosismo, pero cuando realmente se inquietó fue con lo que pasó a continuación.

  • eres la señora de la casa ¿no?
  • si - oyó la voz de su esposa
  • cómo te llamas
  • Isabel
  • ¿y estos quienes son?

escucho como su mujer los identificaba, y después oyó una conversación que no logro entender. El sonido era de Rai e Isabel sentados en el sillón hablaban entre susurros.

  • Has visto zorra, era fácil - dijo Rai ya sin su máscara - susurrandole al oido
  • pero quiénes son esos - dijo señalando a otros dos mulatos que no conocía
  • son mis primos, Leo y Frank, tienen ganas de meterte la polla hasta el fondo
  • dios, esto es una locura
  • deja de hablar, quitate la ropa y metete mi polla en la boca zorra, ya veras que bien te lo pasas

Isabel que no había pasado por el mismo proceso que los demás, se desnudo y sin más se amorró a la polla del imponente y desnudo Rai, que nada más sentir su boca comenzó a disfrutar con total tranquilidad colocando de nuevo la máscara.

  • asi zorra, chupa - dijo en voz alta - que esta noche vas a tener mucho trabajo

Luis se revolvió en su silla, pero Falco le hablo al oído

  • tranquilo, que si no te estas quietecito será peor - y con muy mala idea levanto un poco su antifaz

allí estaba su mujer a cuatro patas, tragando la enorme polla de un mulato totalmente desnudo y casi al momento apareció otro totalmente empalmado y poniéndose detrás la comenzó a penetrar sin ningún tipo de problema.

ahora oía el golpeteo de cuerpos con toda nitidez y los gemidos ahogados de su esposa.

  • ves - le dijo Falco bajando otra vez el antifaz - lo está pasando bien

Leo estaba disfrutando de lo lindo machacando el coño de Isabel enterrando su herramienta hasta el fondo,

  • joder, menudo coño tiene esta zorra - dijo mientras la empotraba
  • y no veas como traga la muy puta - replicó Rai

Rai la dejo a solas con Leo, y ahora los gemidos llenaban el salón. con cada embestida Isabel no podía dejar de emitir un profundo gemido que iba intensificando a cada momento. hasta que su cuerpo estalló.

  • dios, no dios, que vergüenza, si - dijo Isabel
  • asi perra correte que voy a rellenarte como a un pavo
  • joder, joder - dijo Isabel fuera de si

mientras Isabel amenizaba la velada con sus gritos. Rai observó como Germán y Luis ya lucían sus pollas con una terrible erección bajo su ropa interior.

Rai se acercó a Lidia, la hermana de Isabel y comenzó a hablarle.

  • ¿has visto como se corre la puta de tu hermana?, creo que va a necesitar ayuda con tanta polla que le vamos a meter, así que alguna de vosotras va a tener que ayudarla, ¿te ofreces? O se lo pido a alguna de las jovencitas.

Lidia negó con la cabeza

  • ¿Entonces te ofreces?

Lidia asintió con la cabeza, no quería oír como cualquiera de las niñas era forzada por esos malnacidos.

  • bien, ¿vas a hacer lo que te diga? - dijo Rai y Lidia volvió a asentir

Lidia noto como era liberada, y como la levantaba de la silla. su ropa interior desapareció entre unos sonidos de tijeras y fue consciente de su desnudez cuando oyó los comentarios groseros.

  • joder que peras tiene - oyo primero
  • menudo culo - a continuación

a ciegas la sentó en el sofá justo al lado de su hermana que seguía gimiendo.

  • venga comérselas - escucho

Lo primero que notó fue una boca que comía uno de sus pechos. entendio que su hermana le estaba tocando pero eso no fue nada cuando noto que una cabeza avanzaba entre sus pierbnas a su sexo.

No se resistio y un torrente de sensaciones subio por su columna cuando la boca que la profanaba invadió su sexo con deseo. Entonces escuchó en su oído unas palabras de su hermana que la terminó de romper.

  • dios Lidia que polla me esta follando, me estoy corriendo como una perra, joder, y te van a follar a ti tambien - dijo entre jadeos y gemidos Isabel

el orgasmo de Lidia la sobrevino de improviso, se noto moviendo su cadera, buscando el contacto perfecto con su devorador, y cuando se produjo, explotó en un torrente de sensaciones. Fue comedida y solo jadeo sordamente mientras su cuerpo se estremecía sin remedio.

  • pero qué puta eres - le recrimino su hermana - corriendose como una cerda, ya veras cuando te den polla.

Lidia estaba tan confundida con el estado de su hermana que no se resistio al ser puestra a cuatro patas en el sitio que antes ocupaba su hermana, y cuando sintio como Frank invadia su sexo con un pollon de un tamaña que nunca había tenido en su interior reacciono.

  • dios, no, joder - exclamo pero Frank decidido no dejo de ensartarla

Lidia sintió que la partía en dos, pero aquello duró poco, porque su invasor comenzó a percutir con rabia y aquello la desmonto, cada embestida hacia que desgarra su garganta con gruñidos.

  • asi puta, te voy a reventar de gusto - dijo mark azotando las nalgas

Isabel veía como su hermana era follada salvajemente y no pudo más que tocarse para disfrutar de la visión.

  • te gusta eh zorra - le dijo Rai - anda deja de tocarte y follate a tu sobrino

Isabel miró a rei con cara de sorpresa, pero viendo que Rai la miraba con severidad, se dirigió a la silla donde Germán se sentaba y observó cómo su polla era Claramente visible dentro del boxer. cuando se agacho y estiró el elástico su miembro saltó como un resorte mostrándose en todo su esplendor.

  • ahora te voy a quitar la mordaza - le dijo Rai mientras su tia abria sus piernas y sentia la hermosa polla de su sobrino en la entrada de su sexo

se sentó lentamente gimiendo al unísono con Germán, que sintió como su polla entraba en una gruta húmeda y caliente. Comenzó a sentir un vaivén que lo volvía loco y a su tía hablándole al oído.

  • asi cariño, que polla tienes, joder, me llenas cabron, que bueno, vas a joder a tu  tia bien jodida - le decia Isabel entre susurros - quiero tu leche, quiero que me llenes con tu leche, quiro oir como disfrutas.

Germán estaba en una nube, su tía se lo estaba follando y la oía gemir en su oído mientras que los llenaba de guarradas que lo llevaron al límite.

  • asi cabron, me estoy corriendo de gusto follandote, menuda polla tienes, me estas matando, joder -  le decia mientras sus caderas se movian con decision sobre su sobrino sin dejar escapar aquel garrote ardiente de su interior.

  • si, si - exclamo Germán cuando llego al punto de no retorno y sentia su semen subiendo por su polla a toda velocidad - me corro, si, joder - exclamo lanzando una terrible corria en las entrañas de su tia se se corria con desespero moviendo sus caderas.

Isabel sentía la polla dura de su sobrino en su interior, no perdía dureza y aquello la ponía como una moto

  • ¿quieres más cariño?, tienes la polla durisima
  • si si - alcanzo a decir Germán mientras su tía comenzaba a subir y bajar lentamente sobre su polla.

Lidia andaba por su segundo orgasmo cuando Frank paró y la sacó de aquella postura, la llevó hasta donde estaba su cuñado, y la hizo sentarse sobre la polla de ese que previamente había liberado.

  • follate a tu cuñado perra, venga, quiero que te llene ese sucio coño de perra de leche y no pares hasta conseguirlo - le dijo Rai al oído

Lidia andaba demasiado caliente para pensar, y movió sus caderas  gimiendo desesperada mientras oía los farfullos de Luis a través de la mordaza, pero si no tardó en quitarsela.

  • dios Lidia, por favor, no - gimió Luis
  • no puedo evitarlo Luis, joder, que polla tienes me vuelve loca - exclamo Lidia
  • esto no esta bien, joder - dijo Luis sabiendo que el morbo era demasiado grande para poder contenerse mucho tiempo. oía a su buenísima cuñada disfrutando como una perra botando sobre él, y sus huevos no podría soportar mucho aquel tremendo estímulo

Falco puso el antifaz a Isabel antes de que las cuatro jóvenes fueran liberadas de su antifaz y pudieron contemplar el espectáculo que hasta ahora sólo oían. Como las dos hermanas gemían desaforadas mientras se calzaban las pollas erectas de sus propios familiares.

Isabel andaba desbocada sobre Germán, se movía desesperadamente, y Germán, pese a que estaba aguantando los embates de su tia, noto que su polla decía basta en un instante, y lo invadió un terrible placer que lo desbordó, sintió como la punta de su pene se electrizaba y al momento un torrente de semen volvió  a erupcionar regando el interior del coño que lo abrazaba.

  • Dios, si me corro - gritó Germán lanzando caderazos desesperados mientras su tía los acompañaba gimiendo de forma histérica.
  • si, si, joder, si . grito Isabel desaforadamente.

casi al instante la otra pareja llegaba al clímax con diferente registro

  • me corro Lidia me corro, quítate - exclamó Luis sintiendo que no podía más
  • si correte, llename
  • no, no - dijo Luis intentando detener lo inevitable

pero Lidia no paró de moverse y cuando oyó a su cuñado gruñir ahogadamente supo que no había vuelta atrás.

  • joder, Lidia, joder, no puedo, me corro - lamento Luis
  • si, y yo, y yo - dijo Lidia sabiéndose inundada del semen de su cuñado, y sobreviviendo un profundo orgasmo.

Luis descerrajó varios chorros de leche en el interior de su efusiva cuñada que con sus caderas exprimió hasta la última gota de su esencia.

Cuando por fin se calmaron, Isabel y Lidia descabalgar sus pollas y fueron sentadas en sendas sillas como los demás. Ahora las pringosas y morcillonas pollas quedaban a la vista de las jóvenes que tampoco eran ajenas a los tremendos rabos que portaban sus captores y que eran exageradamente grandes y gordas. Las cuatro andaban extrañamente excitadas, no sabían que en el agua que les suministraron había un potente excitador sexual y drogas hipnóticas que las inducen a ser manipuladas sin oposición.

Y aquello se agravó aún más cuando, les dieron una segunda ronda de bebida a todos sin excepción.

Después de aquello, con una tranquilidad pasmosa para ser una situación tan delicada, fueron trasladados uno a uno al dormitorio principal. Allí quedaron  colocados de la misma forma, atados en la silla y frente a la cama,

Isabel, que era la única que veía lo que pasaba, vio como Rai desató a su hija Clara y la tumbó en la cama.

  • ven aquí perra - le dijo a Isabel que no tardó en acudir - ahora le vas a comer el coño a tu hija como regalo de cumpleaños

Isabel no se lo penso dos veces, y su boca comenzó a deborar el tierno sexo de su hija mientras Rai sobaba con descaro los pechos de su hija, y le hablaba.

  • has visto la puta de tu madre, te está comiendo el coño como una cerda, ¿te gusta?
  • si, mucho - gimió Clara
  • ¿Te han follado ese coñito?
  • si, hago el amor con mi novio, joder uff
  • yo y mis amigos te vamos a follar
  • ¿los cuatro?
  • si perra
  • joder, dios, uff, me corro , me corro - dijo Clara hundiendo en un escandaloso orgasmo que derramo en la cara de su madre

Después no hubo más, Rai se puso entre sus piernas y fue encajando su herramienta en el estrecho coño de Clara que aullaba de placer con la intromisión.

Isabel desde justo al lado vio como su hija era follada con fuerza, y un escandaloso sonido de gemidos llenaba la habitación. Rai la empalaba sin compasión, y no pudo más que llevarse la mano a su coño para masturbarse con desesperación.

Clara estaba desbordada, aquel desconocido la estaba martillando mientras la abrazaba y besaba y ella no podía más que estallar en intensos orgasmos que no la dejaban en ningún momento.

la delicadeza y ternura con la que la trataba su novio era un cuadro en blanco y negro, al lado de la terrible explosion de colores que sentia con el rudo y salvaje tratamiento de Rai.

sentía como aquella polla la barrenaba profundamente, y la llevaba a un estado de placer indescriptible y desconocido para ella. y además recibía continuas atenciones en modo de mordiscos  y chupetones en cuello y tetas que elevaban todavía más su calentura.

y a su lado su madre, que gemía con la mano metida en su coño, y que  vio aullar, cuando por detrás Falco la sodomizó sin avisar.

Rai aceleró más si cabe su movimiento y comenzó a sentir su leche preparada, y con tremendos gritos comenzó a soltar chorros de leche espesa y caliente en el tierno coño de Clara.

Clara con el último acelerón y los gritos supo lo que venía, aquella polla la iba a inseminar en abundancia sin remedio. Lo que no sabía era que nada más retirarse su inesperado invasor, Leo ocupó su lugar sin ningún tipo de espera.

durante media hora, todos pasaron por su coño y todos descargaron copiosas corridas en su interior. Clara quedó desfallecida y con su coño rezumando semen sin parar.

Isabel estaba junto a su hija, Falco la había enculado y cuando fue su turno, la dejó sin más y terminó con su corrida en el interior del Clara. en aquella situación vio como Vanesa era liberada y desnudada, y la sentaron sin más sobre la polla de su marido oyendo su gemido al ser penetrada por la polla de su marido.

Vanesa estaba alucinando con los polvos tan salvajes que recibió Clara, y cuando la levantaron y su cuerpo quedó desnudo, supo que ella era la siguiente. No tardó en ser llevada sobre Luis y sentada sobre su polla. sintió una punzada de dolor cuando su virginidad se fue por delante, pero no tardó en sentir que el placer la llenaba en cada bote que daba.

  • dios Luis, me estas matando - decía Vanesa

Luis sentías las preciosas tetas de Vanesa pegadas a su pecho y como se gritaban con cada movimiento. la de pajas que se había hecho viéndola en casa en paños menores junto a su hija.

No quiso contenerse ni un minuto, en cuanto sintió que se corría se dejó ir, y acompañando los gemidos de la excitada Vanesa su leche inundó la matriz de la joven sin remedio.

  • no, no - gritó Vanesa escuchando los evidentes signos de que Luis se estaba corriendo en su interior
  • tranquila - dijo un recuperado Rai - que vas a tener pollas hasta hartarte - y poniéndola a cuatro patas al borde de la cama la ensarto sin miramientos haciendo que emitiera un sonoro grito. a partir de ahí la barreno con ganas mientras sus prominentes melones eran amarrados con total impunidad.

María y Alba, no tardaron en acompañar a Vanesa en la misma postura, y al unísono, Leo y Frank las atravesaron con sus pollas, ávidas de coñitos frescos. ninguna de las dos era virgen, pero semejantes herramientas entrando en ellas las hicieron gritar como posesas en cada embestida, aunque la tremenda excitación sexual provocada por la droga que habían ingerido las hizo entrar en una espiral de orgasmos que era escuchado Claramente el la habitación.

el cóctel de pastillas vigorizantes que los asaltantes habían tomado, les había proporcionado el aguante necesario para que sus miembros se recuperan de forma asombrosa después de cada polvo, y buscaban otro coño que rellenar.

la bacanal se extendió hasta la madrugada y todas fueron usadas con asiduidad. Isabel vio  con sorpresa como algunos de los chicos del callejón que no estaban inicialmente se habían unido a la fiesta y las usaban con total impunidad.

Cuando acabó todo, ninguno de los integrantes de la familia se había librado de los aberrantes y lujuriosos deseos, y peor aún, muchos de ellos grabados con móviles, sin ser conscientes de ello.

Cuando Isabel despertó del sopor en el que había caído fue consciente de la situación. En la habitación de matrimonio su marido descansaba en una impoluta cama recién hecha y con su pijama puesto, y ella misma lucía un camisón inmaculado.

Recordaba perfectamente como todos habían sido convenientemente aleccionados a ducharse y asearse, y todos lo hicieron con natural obediencia. Al final, su hermana y sus sobrinos se fueron, Vanesa y sus hijas se acostaron, y ella tuvo que follar con Rai y Leo una última vez mientras su marido dormía a su lado.

Toda aquella locura en su mente no la incomodaba, al contrario. Estaba totalmente excitada, así que no dudó en bajar el pantalón de su marido y engullir su polla con total normalidad. Oyó cómo su marido bufaba con gusto y como único agradecimiento, noto como su mano la agarraba del pelo y la forzaba a mover la cabeza a su ritmo.

  • joder si, chupa, chupa - le dijo con voz ronca

Isabel necesitaba más así que, como pudo se deshizo de la mano y sentándose a horcajadas sobre él se empalo con fuerza. ahora los gemidos a dúo ya no dejaban lugar a dudas del placer que sentían.

Isabel corrió casi al instante mientras su marido no tardó en juntar su semen con los restos de todos los que se la habían follado aquella noche.

El cansancio ahora sí, derrotó a Isabel por muchas horas, antes de que la normalidad volviera a su vida, aunque no sabía por cuánto tiempo.