Por un morboso comentario

A veces, me excita que me vean como soy manoseada (por que estos observadores, no hacen nada disfrutan de cómo soy humillada), e incluso cuando me penetran en sitios que puede haber publico e incluso mi lugar de trabajo.

Por un Morboso Comentario

Hola lectores, ante todo me voy a presentar me llamo Susana. Os estoy muy agradecida a todos aquellos que me leéis, y a los que me habéis escrito.

Ante todo, debo deciros referente a los comentarios de mi forma de explicaros mis historias. Que si mi escritura, no esta bien redactada, que apenas es legible, que tiene dificultad a la hora de leer o incluso que da mal sentido a la hora de explicar el placer que obtuve. Lo siento enormemente, pero intentare redactaros lo mejor que pueda mis experiencias, me cuesta a veces escribir todos mis sensaciones, pues el plasmarlas creo que es lo mas difícil.

Soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de 21 años, soy bisexual y morena. Me definiría como extrovertida, una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, practico mucho deporte… Soy muy juguetona, reírme, lo típico. Tengo una manera especial de ver la vida (creo, que os habéis dado cuenta), algo independiente. Soy conciente que mi forma de vestir, me hace más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo.

Como sabéis soy una chica muy morbosa, me atraen los sitios públicos, los púb de intercambios de parejas, y en la intimidad me gusta dejarme hacer, tanto a los chico como a las chica. Aunque procuró que mis experiencias sean solo buscadas por mí. Os debo reconocer que soy infiel por naturaleza, pues mantengo una relación con un chico al cual no le importa mis aventuras, siempre que sea discreta. Suelo frecuentar los fines de semana, club de intercambios de parejas, o incluso me suelo desplazar (sobre todo para mis relaciones con parejas para hacer tríos).

Os agradecería que en la calle no me digáis nada, por fa. Me gusta mucho mi intimidad, creo que tanto como a vosotros la vuestra. Si queréis dirigiros a mí, que sea por email o por el Messenger. También si me veis por Sevilla, metida en alguna "bulla", colectivo (transporte publico), o acumulación de gente, podéis manosearme, apoyaros (haber que experto sois), pero "ojo" siempre que este sola (sino, atento a las consecuencias).

Esta nueva historia es en referencia a muchos lectores, que me habéis escrito comentándome, vuestras dudas referencia a mi virginidad, mas bien por no relatar el sexo mas explicito, o mis relaciones mas profundas. He de explicaros que mis gustos son en general, por la morbosidad que me produce ser manoseada, sentir caricias y demás dejadez. Cierta vez fui a un psicólogo, el cual me diagnostico que mi problema referente al sexo, es que soy una chica adicta. Es mas la sensación de en busca del placer por la morbosidad, el placer de sentir lo prohibido, mas que de los orgasmo producido por el sexo (Es decir, para la mayoría de las personas, la practica del sexo es un placer. Para mi, es una necesidad, es como si estuviera enganchada a el).

A veces, me excita que me vean como soy manoseada (por que estos observadores, no hacen nada disfrutan de cómo soy humillada), e incluso cuando me penetran en sitios que puede haber publico e incluso mi lugar de trabajo, me gusta que me penetren. E incluso lo peor de todo, es mis gusto por ir a mi ginecólogo (depende del día de la semana, por que hay un ginecólogo y ginecóloga). Cuando voy a que me hagan una exploración, nada entrar comienzo a humedecerme, pues me mandan a desnudarme y colocarme sobre el potro (la camilla de la consulta, la cual me tiene abierta de piernas), van notando lo húmeda que estoy, hasta el limite que no tienen que usar ninguna crema, para introducirme sus aparatos en mi.

Noto como me tocan, como me acarician ya sea para calmarme o para ir introducirme sus dedos, hasta el límite que llego a tener un orgasmo. Solo de recordarlo, me humedezco, buscando la necesidad de darme remedio, incluso en mas de una ocasión me he tenido de ir al aseo para introducirme la funda de mi escalímetro (redondo, de 30 cm., de largo y de 3 a 3.5 cm., de diámetro, me bastante satisfecha, a veces me acompaña una compañera).

Aunque tengo novio, creo que vamos hacer 1 años, ahora en junio. El cual no me quejo de nuestras relaciones sexuales. El tiene 30 años, es bisexual como yo, sabe lo pervertida que soy, como adicta al sexo, sabe de mis fantasías por dejarme manosear quien en mas de una vez, me ha acompañado e incluso el mismo ha comenzado para invitar a mas de uno que siga conmigo. Sabe que últimamente me siento atraída por que me humillen, me vejen e incluso me aten, en cualquier sitio y a cualquier hora.

Me ofrecí, en una página de contactos a nuevas sensaciones (ya os contare, siempre que me la pidáis). El cual entre muchos chicos, quede con uno, el cual os resumiré mi relación con el. Nada mas verme, comienza a insultarme, me arremete sin causarme el mínimo daño, me obliga a que se la chupe, y acaba con la simulación de una violación. Ahora mismo, mientras os lo estoy redactando, comienzo a rozarme mis piernas notando la humedad de mí entre piernas.

No me voy a demorar más en mi nueva historia. Tan real como que ha pasado la semana pasada, para ser exacto el pasado viernes (13 de Marzo del 2007). Es el día de la semana, el cual me tengo que desplazar a las oficinas de Urbanismo, pues debo de ir a recoger una documentación para la oficina la cual trabajo. Estas oficinas están situada en la Expo, en unos módulos denominado "las caracolas". Allí se encuentra un personaje, el cual trabaja en el mantenimiento de este lugar, el cual cada vez que voy, al principio sus comentarios respecto a mi persona, me resultaba de lo mas graciosas y cachondo, aunque eran muy obscenos.

Este hombre, era del tipo del montón o sea que no tiene ningún rasgo donde una chica se fijaría. Sus rasgos es un hombre maduro de entre 56 o 58 años (no descarto, los 60 años), de cabellos canoso y abundante para su edad, de 1.80 cm., de altura, barrigón (es decir barriguita cervecera), y eso si, de unos grandes dedos, mas que grandes se podría decir gruesos.

Ese día, iba diferente en mi forma de vestir, ya que el jueves me llamaron para hacer una entrevista para el viernes por la tarde (sobre las 17.00 horas), en unas oficinas de medio ambiente, el cual esta también situada en la expo. Mi atuendo ese día, era en vez de falda (como acostumbro a llevar), ese día me puse unos pantalones piratas, medias de ligas de rombos, blusa blanca con encajes y chaquetilla a juego (por supuesto ropa interior).

La cuestión, era que este degenerado, no dejaba de insultarme, más bien por mi culpa, ya que nunca le he parado los pies, debía haberle dicho en su día algo. Sus comentarios sobre hacia mi, sobre todo hacia mi trasero, mis nalgas eran su delirio. Todo su afán era según el, "el poderlas rellenar de carne", decía que mi novio debía de ser marica, por dejarme vestir como una "calientapollas", de una hembra sedienta de sexo. Pues con una chica como yo, debía de estar en la cama, si hacia falta atada, y rellena de miembros (en verdad, sus comentarios me calentaban mucho).

Pero no le decía nada, solo le echaba una sonrisa picarona, y me marchaba. Me marche en dirección a mi oficina, para poder acabar mi jornada, aunque tuve algún roce con un par de compañeros (nada de de sexo sino trabajo). Por no tener tiempo para irme a casa a comer, tuve que almorzar en un bar, el cual esta debajo de la oficina, para nada más acabar acudir a mi entrevista. El trafico era inmenso, mucho calor, un poco caliente (causa del cabreo que llevaba, por causa por los capullos de mi oficina, por haberme denegado una licencia de obra). Pero nada más llegar, me dirigí hacia los aparcamientos para estacionar el coche, dejándolo precisamente en urbanismo. Encontrándome de nuevo al vejestorio, el cual de nuevo comenzó a insinuarse con sus comentarios obscenos "si necesitaba carne, para rellenar mis agujeros", tuve que explotar, necesitaba explotar con alguien, y este capullo energúmeno era el ideal.

Le desafié que me lo demostrara, que si tanta palabrería tenía donde demostrarla, o era como todo tío, que simplemente era por alardear. (Apenas me di cuenta, que ese hombre, podría ser mi padre o incluso mi abuelo). Este se envalentono, que sitio no tenía y si yo acaso tenía o sabia de algún lugar para hacerme callar (mas bien dijo hacerme callar mi boquita de puta, me gusto que me dijera eso). Me aconsejo que le siguiera con el coche, me condujo a un sitio cerca, en los aparcamientos del estadio olímpico, un lugar concurrido por parejas, maricones (no tengo nada en contra de ellos, pues mi novio es bisexual), y salidos no nos molestaría.

Nada mas llegar, detuvimos los vehículos en paralelo, junto a unos árboles para darnos algo de sombra. Nada más apagar el motor, me indico que me acercara, haciéndole caso me dirigí hacia el. Este se bajo, abriendo la puerta trasera, me indico que entrara. Entre yo primero, ayudándome el a entrar colocando una mano sobre mis nalgas (gesto que me gusto), una vez dentro, me quiso besar, lo cual me negué, comentándole que tendría mi cuerpo para demostrarme sus palabras (de mi cuello hacía abajo), pero por mi parte no le daría ni siquiera un "pico" (me daba algo de repugnancia, que el viejo me besara).

A este le dio igual, pero con una de sus grandes manos me sujeto por la cabeza, atrayéndome hacia el, comenzando a besar, a babearme. Sentí esa asquerosa lengua áspera, ascender por mi cuello hasta llegar al lóbulo de mi oreja, comenzándola a chupar. Note sus manos recorrer mi cuerpo, manoseándome, desde el cuello hasta mi hombrigo, girándose, marcando mis costillas hasta mi cintura, volviendo a ascender por encima de mi camisa por mi espalda, hasta de nuevo a mi cuello, seguir con sus dedos acariciando mis cabellos. Me hizo sentir escalofríos, como latigazos de sensaciones producidas por esos dedos, poco a poco me fue tendiendo sobre el asiento del coche.

Sus manos las dirigió hacia mis pechos, comenzándolos a masajeármelos con brusquedad por encima de mi blusa. Poco a poco, fue colocándose encima mía, notaba su respiración acelerada, el peso de su barriga sobre mi abdomen apretándome apenas podía incluso respirar. Ni apenas incluso moverme, y cuando lo hice, fue con la intención de dirigir mis manos, hacia su entrepiernas, quería su miembro, pero detuvo mi acción, comentando "tranquila zorrita, tendrás tu tiempo, te voy a dar hasta que empaches".

Sus labios los coloco en mi cuello, notaba sus labios como me besaban de nuevo, la repugnancia de sentir como me babeaba, como resbalaba su saliva por mi cuello hacia mis pechos. Comenzó a incorporarse muy lentamente, hasta colocarse sobre mi cintura, llevando sus manos sobre mi camisa, sujetándola con ambas manos, tirando de ellas con fuerza, rasgándola, con la consecuencia que los botones saltaron, rompiéndola (me dejo en sujetador y con la camisa en mis hombros).

Lo mire con cara de incrédula, observando su rostro de depravado, comencé a insultarle por su acto (coño, la camisa me había costado un pastón, no son precisamente de Alcampo). Este ni me hizo caso, descendió su cabeza hasta colocarla encima de mis pechos, sobandolo por encima de mi sujetador (si estaba húmeda, solo con la idea morbosa de hacerlo con este viejo, su actitud salvaje me hacia humedecerme aun mas).

El viejo, comenzó a insultarme con palabrería de menosprecio hacia mi ("que zorra mas buena, te voy a destrozar so puta", entre otras cosas, la verdad es que cada vez estaba mas cachonda, si es verdad casi me hacia pensar que era una puta), esas manos nerviosas recorrían mis pechos por encima de mi sujetador (aunque pensaba, que sería lo próximo en saltar). Rápidamente, le comente como y donde estaba el resorte del sujetador (es un sujetador de la marca Intimi, con broche delantero, joder que vale 50€), el muy cerdo me hizo caso, dirigiendo su manos hacia la parte delantera de mi sujetador soltó el broche, abriéndolos y saltando al aire mis pechos. No perdía el tiempo, rápidamente una de sus manos se apoderaron fuertemente, de uno de mis pechos, lo cogio con la palma de su mano, mientras que con su dedo gordo masajeaba mi pezón, poniéndolo durísimo, no dejaba de pellizcarme.

Su otra mano la dirigió hacia mi boca, comenzando a introducirme primero un dedo y más tarde un segundo. Bajo su cabeza hacia mis pechos, comenzando a besar, y succionar mi pezón, mordisqueándome con sus dientes decrépitos, no dejaba de darme chupetones a mis mamas (mis braguitas, estaban como para exprimirlas de lo mojadas que estaban, el placer que estaba sintiendo aunque sucio, de alguna manera placentero). Comenzó a decirme su nombre, una y otra vez (pero la verdad ni me acuerdo, la verdad es que ni me importaba). Comencé a decirle, menos palabrería y mas demostrar lo que tanto presumía, que me demostrara todo lo macho que era (pensaba, que seguramente pasaría, lo que me ocurre, como a tantas relaciones que tengo con chicos, mucha hablar y luego me dejan a medias).

En verdad, muchos de estos chicos, muchos músculos, muchos centímetros y luego a la hora de tratar a una chica nada de nada, se olvidan de las caricias, de los momentos premilitares, solo van a metértela y echar el polvo, y después te miran y te suelta ha sido fantástico, gilipollas.

Comenzó a bajar una de sus manos, dirigiéndola hacia mi entre pierna, descendiendo aun mas acariciando mis muslos por encima de mis medias, no dejaba de decirme lo que le ponía una chica con medias y con zapatos de tacón de aguja (el muy cabron seguro, que seria hasta fetichista), sus manos, ascendieron hasta mi pubis, presionándome sobre el (dejándome, escapar un gemido). Poco a poco, fue introduciendo su mano por el pernil de mi corto pantalón, hasta alcanzar el inicio de mis medias y rozar con la yema de uno de sus dedos, por encima de mis braguitas mi vulva. Por no ser pesada, volví a decirle que esta vez, al menos no rompiera el pantalón.

Girándome hacia una lado, se puso a buscar la cremallera del pantalón, nada mas hallarla la descendió, y no tardo ni dos minutos, que me retiro mi pantalón, echándolo a los asientos delanteros, dejándome con la camisa a medio poner, el sujetador eso si abierto, las medias de ligas negras con rombos, mis braguitas humedecidas (que se veían a simple vista) y mis zapatos negros (ahora si parecía una zorra, vaya pinta). Comenzó a alabarme (como si nunca hubiera visto una chica, y eso que estaba casado, lo digo por el anillo).

Dirigió sus grandes dedos hacia mi pubis, sentía esos grandes dedos presionar sobre mi braguita, sobre mi vagina (me sentí penetrar, con uno de sus gruesos dedos, me hizo estremecer al sentir hundir mi braguita dentro de mi vagina), comenzó a comentarme, una y otra vez, que quería escucharme gemir, que jadeara (el muy bastardo, aunque sabia el placer que estaba sintiendo, quería verme estremecer. Sus fabulosos dedos, que por su grosor, me hace recordar a algunos chicos…).

El viejo, nada mas sacar sus dedos del interior de mi vagina, se los llevo a su boca, comenzando a saborearlos, para mas tarde volverlos a dirigir hacia mi húmeda vagina, pero esta vez los introdujo metiendo su mano dentro de mis bragas. Notaba su mano, acariciar mis vellos, comenzó incluso a enredarlos antes de descender hacia mi vulva, me dio un escalofrió dando lugar a un orgasmo, se separo y mirándome a los ojos, comenzó a sonreír.

Saco su mano de dentro de mis bragas, posándolas sobre ellas, agarrándolas por el elástico, tiro de ellas fuertemente, dejándola a medio muslo. Solté un quejido, pero no de placer sino de dolor. Le respondí con un manotazo, pero este mirándome con cara incrédulo, me devolvió la bofetada (sentí, como un orgasmo al sentirla, no soy sádica ni me gusta el dolor en el sexo o por lo menos eso creo). Comenzó a introducirme sus dedos por mi vagina, poso su dedo corazón sobre mi húmeda rajita, sin avisar lo introdujo hasta el nudillo ("Dios", que dolor, pero que gusto), comenzó un mete saca (a violarme sin compasión), metía su dedo dentro girándolo y lo volvía a sacar (notaba, su protuberante nudillo).

Comenzó a alternar, los movimientos de mete saca con movimientos circulares, de este modo me tuvo un buen rato (comencé, a notar como me venia un inmenso orgasmo, una sensación muy placentera, hasta el limite, que mi cuerpo se arqueo hacia delante del gusto). Escuchamos un ruido, el cual se detuvo, alzo la cabeza por encima del asiento, para observar por la ventana, solo podía ver sombras en la lejanía, con movimientos que rápidamente dedujo, que se trataba de sexo entre chicos (este cabron, lo dijo con desprecio, no dejaba de insultarlos, e incluso pensaba que mi chico podría estar ahí, pero el decírselo, empeoraría la situación hacia ellos).

Cuando me gire, mi cabeza hacia el, me di cuenta que este, ya se había desabrochado el cinturón, bajado los pantalón y comenzaba a bajarse los calzoncillos, dejando a la vista su miembro (cacho pedazo de carne con venas, el viejo no tenia nada de envidiar a nadie). Quien diría, que una persona como el, y con la edad que tenía, tendría dicho aparato.

Sujetándome por el brazo, me tiro hacia el, estando mis labios a la altura de su miembro. Me agarro de mi cabello, presionándome sobre su miembro, mientras que la sujetaba con su mano contra mi boca, frotando su cabezota rojiza contra mis húmedos labios. Le indique, que sabia hacerlo solita, por lo que sujetándola con la mano, me di cuenta el grosor de su herramienta, por lo que llevándola a mi boca trate de introducírmela (os puedo admitir que, me costo muchísimo, que esa cosa me entrara dentro de la boca. E incluso me asuste, no por el tamaño sino por el grosor, que calibre).

Comencé con una mano a masturbarle, mientras chupaba la mitad de su miembro, ya sea con la lengua o mis hábiles labios (cuando quiero, soy la mas puta del barrio). El no dejaba de decirme, que le acariciara sus huevos, que se los chupara, no le hice de rogar demasiado, pues tal tamaño lo hice, con gusto (ahora me tocaba a mi, escuchar como gemía, como me pedía que siguiera, jadeaba e incluso no dejaba de alabarme). Me detuve, sacándomela de la boca, mientras le miraba a los ojos, con la mano derecha le tenia sujeta por su miembro mientras que le estaba pasando la punta de la lengua rebañando, ese néctar que salía de su miembro (algo amargo, pero delicioso).

Mientras acariciaba mi cabello, bajaba sus manos hacia mis pechos, mientras yo comencé a pasarme mis dedos por mi hinchada vulva, frotándola una y otra vez. De esta manera, seguí hasta que presionando mi cabeza hacia el, note sus chorros dentro de mi, tragándomelos por que me gusta y por que no soy una mojigata. No perdió su erección. Comentaba que le gustaba domar a las hembras, a las tigresas y yo precisamente era una de ellas.

Mientras no dejaba de trabajarme mi vagina, algo dolorida. Comenzó, a colocar su miembro, delante mía, sujetándome por los muslos tirando hacia el, con la idea de penétrame. Coloque, rápidamente mis manos delante, comentando que debía de utilizar un preservativo", creo que se quedo algo fuera de juego, mirándome durante unos segundos, comenzó a insultarme, pues no llevaba. Le dije que no había penetración, mirándome las nalgas mientras que comenzó a acariciármelas, no había problemas comento (este cabron, me va a destrozar). Cogio su miembro, comenzándolo a pasármelo por mi vagina (en verdad deseaba tenerla dentro, su cabeza rozaba mi vulva una y otra vez, sabia lo que hacia).

Me tendió la mano, se la coji, me ayudo a sentarme, sus manos sujetaron mi blusa, todavía puesta, echándola hacia atrás, cayendo por mis desnudos brazos hasta la altura de mis muñecas, donde entrecruzo la blusa entre ellas, de modo que me dejo atada de brazos a la espalda (no dejaba de sonreírme mientras lo hacia, lo peor de todo es que lo deseaba, si deseaba que me penetrara a la fuerza, quería sentir ese miembro dentro de mi, quería sentir a un verdadero macho).

Cogio mis piernas alzándolas hacia arriba, pego mis muslos hacia mis pechos, dejándome mi orificio anal que estuviera bien en alza. Se agacho, entre mis nalgas, comenzando a lamer con la lengua mis glúteos, hasta la línea que los separa, pues recorrió esta de un lado a otro (si me quería verme sufrir, lo estaba consiguiendo, que placer). Luego continúo introduciendo la lengua, por la unión de mis glúteos, muy despacio hacia mi orificio, donde en vez de introducir la lengua, comenzó a pasarla alrededor de el (sentía, sensaciones de los mas placentera, me encontraba realmente caliente y muy excitada).

Luego comenzó, a introducir algunos de sus dedos, dentro de su boca humedeciéndolos. Los llevo hacia mi culito, introduciendo un dedo muy suavemente (dolía, pero su forma de hacerlo era tonificante, además al humedecer sus dedos, casi parecía que estaban lubricados). No paro, hasta que noto como mi esfínter estaba dilatado (por lo menos, para su grueso dedo). Mientras, levanto su rostro mirándome, mi expresión, comenzando con movimientos circulares, empujando poco a poco cada vez más hacia adentro, alternando sus movimiento (que cabron, que bien lo hacia, tuve que admitir que sabia perfectamente como prepararme).

Sujetándome por la cintura, tiro fuertemente con sus grandes manos, me movió un poco echándome mas cerca de la puerta, de modo de que el colocándose a horcadas detrás de mi, sujetándome mis piernas hacia arriba. Comenzó a pasarme su miembro por ambos orificios, hasta que deteniéndose en mi agujero. Comenzó a intentar, introducirme su miembro (pero yo estaba nerviosa, tenia miedo que su miembro no me entraba), comenzó a forzar mi ano, hasta me sentí romper, pidiéndole que parara.

Desistió, creí que se había acabado, me miro a los ojos, mientras que con una mano había comenzado, a introducir sus dedos dentro de mi vagina. Una sensación de humillación, me recorrió el cuerpo, sentí como un escalofrió, hasta el punto de notar un nuevo orgasmo (su manera de mirarme, cambio, aunque note sus ojos recorrer mi cuerpo, me sentía presa, pensaba en gritar, pero creo, que si lo hubiera echo la cosa habría ido a peor).

Me miro, pero esta vez su mirada era distinta, como si de alguna manera me quería transmitir seguridad, comenzó a decirme que si quería disfrutar, que debía de relajarme, que me prometía que no me la metería por mi vagina (no se por que motivo, le creí, por lo que intente cooperar. Seguía con mis manos atadas en la espalda, postura de alguna manera incomoda pero altamente morbosa).

Inclinándose sobre mi entre pierna, comenzó a besar, lamer con su lengua mis nalgas, con tacto y suavidad, cada vez mas cerca de la línea de separa mis glúteos. Notando como la punta de su lengua pasaba alrededor de mi orificio, hasta llegar incluso poco a poco a mi ano (comencé a notar, a descubrir sensaciones algo nuevas), mintiéndome más excitada y aumentando mi calentura.

Pero poco a poco fue acompañando a su lengua sus dedos, introduciéndome suavemente un dedo en mi agujero anal (previamente se había introducido su dedo en su boca, sacándolo mojado, lubrificado). Comenzó uno, muy despacio entrado y saliendo, hasta notar como mi esfinges ya dilatada dejaba pasar un segundo dedo. Moviéndolos ambos en forma circular, la verdad es que me estaba ayudando a relajarme. Comenzándolo a introducirlo ahora con movimientos de dentro hacia afuera, alternándomelos con circulares, me preguntaba de vez en cuando como iba (ahora si se podría decir, que quería que me sintiera a gusto).

Me aconsejaba de vez en cuando, que esta era la mejor manera de que la estimulación pueda resultar placentera. Deteniéndose se volvió a colocar a horcada sobre mi, cogiendo su miembro, coloco su cabeza a la entrada de mi orificio, comenzando a introducirlo muy lentamente (por mi cabeza recordaba la primera vez, lo que sufrí y lo dolorida que quede durante días).

Es cierto que con tacto y algo de ternura, la cosa fue a mejor. Cuando sentía como la mitad de su miembro estaba dentro, se paraba, y volvía a sacarlo. Empezando con movimientos de vaivén muy suaves (lo que me empezó a gustar, era que estaba atento a mí, por si sentía algún dolor o me quejaba). Pero alternaba su penetración anal, con la penetración de sus dedos dentro de mi vagina, introduciéndomelos, e estimulándome mi vulva. Notando un nuevo orgasmo, que casi me hace desmayar de intenso y prolongado que lo sentí (me hizo llegar, casi a la cumbre de mi placer).

Saco su miembro de dentro de mí, sujetándome de la cintura me giro, quitándome la camisa con la cual me sujetaba las muñecas a la espalda. Gracias a este detalle, me pude sujetar mientras que el de nuevo me enculaba, estaba disfrutando como nunca, sentía su miembro, hasta me comento que me diera la vuelta, pues quería correrse sobre mi rostro algo que me negué, comentándole que lo se viniera sobre mis nalgas. El cacho cabron, dirigió su miembro hacia mi agujero anal, comenzó a masturbarse, hasta notar un chorro su semen chocar contra mis nalgas.

Note, como su leche caliente recorría mi espalda, como descendía por mis muslos hacia mis rodillas por encima de mis medias (manchándole la tapicería del coche), e incluso mi orificio ya bastante abierto, note como chapoteaba. Pero comenzó, a pasarme su miembro de nuevo, por mi entrada utilizando su liquido como lubricante (era muy vejatorio, pero estaba fuera de mi, y le incite a que continuara), nada mas sentirla como iba entrando, note que no había perdido ni un apiz de su erección, comenzó muy despacio a entrar su miembro en mi, hasta que de un solo golpe me introdujo toda dentro hasta sentir sus genitales chocar contra mis glúteos.

Comencé a gemir, mientras me culeaba, comenzaba a darme palmadas sobre mis nalgas enrojecidas. Estaba siendo sodomizada, como el mismo me había advertido, me estaba llenado de carne, mientras que con algunos de sus dedos no dejaba de frotar mi dolorida vulva. Comencé a alzarle mis nalgas, para facilitar su penetración (pues me dolía bastante, sentía como si tuviera un anillo, sintiéndome rasgar), aunque controlaba la penetración en todo momento.

Se dejo caer, sintiéndome romper algo por dentro. Se echo sobre mi cuerpo, notaba su sudoroso cuerpo y pesado sobre mis costillas, mientras besaba y babeaba mi cuello, mientras apretujaba uno de mis pechos. Me estuvo penetrando un buen rato, me hizo llegar a varios orgasmos, con sus gruesos dedos, hasta que este comenzó a gemir, su rostro comenzó a cambiar, gesticulaba. Era el preludio de un nuevo y esperado último orgasmo por su parte. Me sujeto de fuertemente con ambas manos por la cintura, comenzando un vaivén salvaje, de penetraciones muy profundas y doloridas, hasta notar su chorro chocar muy dentro de mi.

Después de ese día, no se si volveré a pasar, pues me ha prometido que la próxima vez, vendrá preparado con condones, para rellenar mi vagina de carne (os aseguro, que este promete su palabra). A si me preguntáis por la entrevista, como que se me olvido (bastante me dolía mi cuerpo, como para ir).

Llegue a casa totalmente despeinada, con la camisa rota arreglada de tal forma que no se notara, las medias enramadas por la pierna y el culo bastante dolorido, relleno de leche y hasta ensangrentado (que miembro... que delicia). Encendiendo el PC, para conectarme, saliendo algunos chicos y chicas, sobre todo con esta ultima comenzamos a calentamos con mi experiencia (le di todo tipo de detalles). Mientras me fui al baño para ir llenando la bañera, para poderme limpiar de su presencia (su saliva, su baba y sobre todo de su semen).

Cuando, estaba chateando con una chica, la cual tuve que dejarla colgada (en otras palabras apague el PC, desconectándola). Ya que note, la urgente necesidad de ir al baño (en otras palabras me entraron unas enormes ganas de "cagar"). Ya se, que es algo normal, es la misma sensación que cuando le chupas a un chico su miembro y este se corre en tu boca (sin avisar, te entra ya sea arcadas e incluso sientes náuseas). Estaba sentada sobre el wc, cuando sonó el móvil, era mi chico, en un principio no nos íbamos a ver esa noche, pero quería quedar conmigo pues según decía venia caliente.

Esa noche, aunque estaba bastante cansada, tuve que complacerle, pero cuando quiso penetrarme por mi culo, después de unos minutos de tuvimos que parar por que me dolía mucho. Sacándola de mi interior, manchada de sangre, os diré más, estuve sangrando un día más, sobre todo, cuando voy a hacer mis necesidades. Pero mereció la pena, os lo aseguro, hoy es viernes y no ser si llegarme, tengo la tentación de sentir ese miembro pero en mi vagina.

Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com