Por un enojo tuve la más deliciosa noche

Por un enojo monumental con mi marido pasé la mejor noche que he tenido en mi vida

Hola, mi nombre es Maryjose, éste es mi primer relato (totalmente real), así que comenzaré por describirme a mí misma primero, diré que soy más o menos bonita, trigueña, mido 1.62, mis medidas son 112-70-92, pelirroja con ojos cafes, éste es mi relato...

Todo comenzó una noche, mi marido y yo recién nos mudamos juntos ya que teníamos apenas una semana de matrimonio, a pesar de que ya teníamos un hijo de dos años, nos peleamos ya que mi bebé se durmió tarde y él no lo soportaba, él se durmió también y yo en mi enojo le pedí a mi madre que fuera a ciudar a mi bebé porque yo iba a salir, me encontraba muy enojada cuando se me ocurrió entrar a beber a un bar que esta a unas cuadras de mi casa, al contrario de todo no iba vestida ni muy sensual ni nada por el estilo, llevaba una sudadera amplia y debajo una playera de tirantes con un pantalón de mezclilla y tenis, no era la chica ni más femenina ni mejor arreglada, aun así me abordaron dos chicos, nada mal parecidos la verdad, morenos con ojos cafés, uno tenía el cabello teñido de rubio y el otro castaño natural, aunque guapos estaban un poco pasados de peso ya que se les notaba un poco su panza, no sé si fué por el enojo o por el alcohol, pero comencé a coquetear con ellos en cuanto llegaron a verme

  • Hola nena como estás?

  • Hola, no muy bien -les dije mirando mi bebida-

  • problemas con tu novio? - me preguntó el chico rubio-

  • con mi marido en realidad

  • los esposos son siempre unos cabezas huecas -me dijo con tono burlón el otro chico-

  • tienes mucha razón -le dije entre risas-

  • sabes? -me dijo el rubio acariciando mi mano con la que sostenía mi vaso- no deberías angustiarte por cosas como esa, después de todo solo es un hombre, y habemos muchísimos aquí afuera que valoraríamos a una bella chiquita como tú

Cuando él me dijo esas palabras mi piel se puso chinita y me estremecí, instintivamente sabía que lo que ellos querían era llevarme a la cama, y a pesar de saberlo y de en realidad no querer hacerlo, les seguí el juego esperando que me invitaran más tragos y no tener que pagarlos yo

  • en eso tienes razon amigo, yo valgo demasiado para estar con un tipo que no me comprende

  • esa es la actitud hermosa -me decía el rubio abrazandome- deja que te invite otra copa y entramos en confianza

Asentí con la cabeza y el cantinero me sirvió de nuevo, así estuvimos un rato platicando sobre como yo era una mujer maravillosa y hermosa y merecía lo mejor, hasta que llegué al punto en que todo comenzó a dejar de importarme, me sentía acalorada y me quité la sudadera, en ese momento ellos repararon en lo grandes que son mis senos, y sin más comenzaron a elogiar mi cuerpo

  • Valla Majo -así me dicen mis amigos y yo se lo comenté a ellos- tienes una delantera que envidiaría cualquiera - me decía mientras los veía como si quisiera comérselos-

  • neta que el idiota de tu marido ni sabe lo que tiene en casa como para hacerte lo que te hizo

  • gracias chicos -les decía aunque estaba muerta de pena-

  • moriría por tenerlos entre mis manos chiquita, se podrá?

  • claro que no -les dije cubriéndome con mis manos- estamos en un lugar público

  • entonces vallamos a mi carro -dijo el rubio inmediatamente- tengo vidrios polarizados, así nadie nos verá

Se me hizo fácil decirles que sí, pensé que después de todo podría poner alguna excusa e irme a mi casa después, cosa que porsupuesto no sería posible ya que los tres estábamos muy pasados de copas, así que pagaron la cuenta y fuimos a su carro, inclusive olvidé mi sudadera en el bar, cosa que no noté en el momento, su carro al menos era bueno, un camaro negro con franjas amarillas, fue cuando caí que a pesar de ser un poco pasados de peso quizás eran de dinero, entré a su carro en la parte trasera y ambos entraron uno de cada lado mío, al esta dentro no lo dudaron y ambos pusieron sus sudadas manos sobre mis senos, parecía que nunca habían tenido un par de senos en sus manos, los acariciaban y los apretaban con fuerza y sus ojos no dejaban de verlos, entre ambos me sacaron la playera y como pudieron me quitaron también el sostén, noté que uno de ellos -no recuerdo quién- lanzó mi playera por la ventana, pero en ese momento no me importó, ambos comenzaron a tocar más que mis senos y a bajarme el pantalón

  • chicos, en el carro no, vamos a su depa

Inmediatamente el rubio se lanzó al asiento del piloto y arrancó con rumbo hacia su departamento, noté que eran las once y media cuando llegamos ahí ya que mi madre me marcó en ese momento, por supuesto no tomé la llamada pero me percaté de la hora, me subieron por las escaleras de incendio hasta su depa, ya que como no pude ni bajar mi sostén del carro les pedí que no me llevaran por donde me viera la gente, entramos a se departamento, no pude notar lo grande que era en ese momento ya que iba casi desnuda, ellos de verdad ansiaban mi cuerpo, cuando llegué a su cama me dí cuenta de que ya estaba desnuda, y ellos también, fue una pequeña laguna mental debido al alcohol yo creo, ambos a pesar de todo estaba muy bien dotados, eran más grandes que mi marido, uno me acercó su pene a la boca mientras continuaba acariciando mis senos, yo tomé su pene y comencé a chuparlo, estaba muy sudado y su olor era fuerte, pero quizás por el alcohol o por la excitación que sentía me gustó mucho su sabor, el otro chico -a esas alturas ya no sabía cual era quién- comenzó a penetrarme rápida y fuertemente, a mi no me gustaba que fueran rudos en el sexo, pero él era tan bueno que se lo permití, la sensación de estar con dos hombres al mismo tiempo, y que ninguno de ellos fuese mi marido era tan excitante que el placer que sentía comenzó a hacer que mi mente volara, los chicos eran vigorosos y enérgicos, el chico que me estaba penetrando me cargó sin previo aviso y se recostó en la cama, yo estaba a punto de comenzar a cabalgarlo cuando pude sentir que el otro me estaba lubricando el ano, en ese momento caí en cuenta lo grande que era su pene y que tal vez no entraría en mi virgen ano, sin embargo no hice nada por detenerlo y simplemente dejé que lo introdujera, lo hizo igual que su amigo, fuerte y de un golpe llegó hasta el fondo de mí, empujando mis entrañas, la sensación era celestial, nunca me lo habían hecho por detrás, y mucho menos penetrandome al mismo tiempo por la vagina, cuando ambos comenzron a moverse dentro de mí un shock recorrió todo mi cuerpo y me rendí completamente a esos chicos extraños que me habían convencido de engañar a mi marido, tuvimos sexo durante toda la noche como locos, terminaron dentro de mí tantas veces y tuve tantos orgasmos que no recuerdo si ya había luz de día cuando terminamos de hacerlo, lo único que sé es que mi celular ya marcaba las 11 del día cuando me desperté en su cama, ambos dormían como bebés a ambos lados de mí, yo me vestí y tomé de su ropa una sudadera lo más similar a la que llevaba que pude encontrar y salí de ahí con rumbo a mi casa, podía sentir como el semen aun fluía fuera de mí y las piernas me temblaban mientras bajaba por las escaleras de incendio por donde había llegado esa noche, llamé a mi madre y le mentí diciéndole que había pasado la noche en un hotel del enojo que llevaba pero que me dirigía a casa, mi mente y mi cuerpo querían repetir lo que había pasado y me decidí a hacerlo, aunque esa historia tal vez se las narre en otra ocación...