Por ti 7
Camila no perdía tiempo y manoseaba lo primero que se le cruzaba, la mayoría le tocaron a Lauren y Verónica también recibió lo suyo
Había sido una noche divertida para sorpresa de Verónica y Lauren. Camila era como una niña, jugaron casi toda madrugada. El dance dance lo repitieron unas veinte veces, todas eran un poco torpes en el juego y hacían movimientos graciosos. Ese juego era de la madre de Verónica que estaba en una onda fitness, le servía de cardio y le hacía sudar mucho liberando todas esas toxinas malignas de las que siempre hablaba. Hicieron luego un karaoke, se burlaban de Verónica que era la que peor cantaba, esas canciones eran del papá de ella y casi no se sabían ninguna a excepción de Camila que amaba la música de otras épocas y las conocía en su mayoría.
La hora del twister fue la mejor todas se quedaron enredadas en una de las tantas tandas cayendo una encima de la otra. Camila no perdía tiempo y manoseaba lo primero que se le cruzaba, la mayoría le tocaron a Lauren y Verónica también recibió lo suyo, esto fue un tanto vergonzoso para las dos chicas que habían sido víctimas de aquellas manos inquietas. El último juego fue las escondidas a las cinco de la mañana, a Lauren le tocaba contar mientras las otras dos se escondían. Camila llego a la habitación de Verónica observo la cama y los ojos comenzaron a pesarle se acercó a paso lento y se desplomo en esta totalmente dormida, parecía que le habían pasado un interruptor apagándola. Lauren y Verónica encontraron a Camila así y se sintieron aliviadas, morían de sueño, fueron a una de las habitaciones de invitados para dormir ellas, al igual que Camila se desplomaron en esa cama las dos juntas.
Lauren estaba en un tranquilo sueño profundo hasta que de una patada la botaron de la cama, alarmada se levantó y vio a Verónica acurrucada a la almohada moviendo las piernas como si corriera y haciendo ruidos de cachorrito llorando, aun no encajaba el cuadro hasta que un fuerte grito la saco de su ensimismamiento.
—Suelta mi brazo desgraciado. —gritó Verónica aun dormida.
Lauren se acercó a la cama y comenzó a sacudir a Verónica que seguía gritando aun dormida.
—Vero, despierta, todo está bien aquí solo estamos nosotras. —dijo Lauren en voz pasible pero aun así preocupada.
— ¡Suéltame! —Gritó Verónica dando manotazos a Lauren mientras se despertaba— ¿dónde estoy? —Miro con confusión a Lauren.
—Estamos en tu casa, en una de las millones de habitaciones. —sonrió un poco para que Verónica se sintiera cómoda.
Verónica se quedó viendo a Lauren con los ojos entrecerrados por un minuto sin decir nada, parecía que la estuviera analizando, escudriñando cada parte de sus pensamientos, cosa que estaba desesperando a Lauren.
—Está bien te creo —dijo Verónica mientras se recostaba en la cama nuevamente—. Esa odiosa pesadilla ha vuelto a mi cabeza, pensé que ya lo había olvidado ¿sabes? Esa es una de las razones y creo que la más importante por la cual no tengo amigos, miedo de que suceda otra vez —dijo mientras tenía sus manos tras de su cabeza mientras miraba al techo.
Lauren observaba con el ceño fruncido a Verónica sin entender una palabra.
—No entiendo. —dijo Lauren.
—No hay mucho que entender, al igual que tú, yo también tengo miedo de sufrir por culpa de las otras personas, solo que tenemos demonios diferentes... —hizo una pausa mientras pensaba si seguir o no el tema— por cierto ¿qué paso con Camila en esa habitación ayer? tenías una cara de perro rabioso en todo el camino de regreso y evitabas que te tocara, cuando horas antes me decías que sentías cosas agradables a su tacto y querías darle muchos besitos y casarte con ella —Verónica hacia muecas como si estuviera besando a alguien mientras Lauren quería matarla con la mirada.
Lauren negó con la cabeza, respiro hondo y soltó el aire acumulado.
—No dije que me casaría con ella... —guardó silencio por unos segundos—, te mentiría si dijera que nada, pero evite que pasara algo realmente —paso una mano por sus alborotado cabellos negros—, si te digo espero que no le comentes a nadie —Verónica asintió con fastidio por las misma palabras que eran dichas por la pelinegro cada vez que hablaban—, bien, evite que Camila hicieran un trio con Demi y Cece.
Verónica abrió lo más que pudo sus ojos en sorpresa por lo que su amiga le decía.
— ¿Qué? ¡Oh dios! ¿Crees que la hayan obligado? —Lauren negó, a Verónica se le escapo un suspiro— cuando la metiste al auto estaba drogada y muy tomada, eso es seguro, es difícil, debes hacer algo para que ella tome conciencia, la próxima no serán ellas dos quien tomen ventaja de la situación.
—Lo sé, pero ¿qué hago? —pregunto Lauren preocupada.
—Lo tengo, —de un alto se levantó de la cama y comenzó a caminar por toda la habitación— debes simular darle celos con otra chica, por lo que me has contado estoy segura de que le gustas, además eso funciona en las novelas que ve mi abuelita, enloquecerá y querrá ser mejor por ti y solo para ti, esos celos la llevaran a cambiar. —dijo Verónica muy emocionada saltando por toda la habitación
—Eso no suena realista, estas un poco loca y en los libros siempre termina en un lío, pero no tengo nada mejor en mente —rio Lauren ante la locura de su amiga—, pero ¿cómo simulas darle celos a alguien? —preguntó Lauren confundida, este tipo de temas eran ajenos a ella, nunca tuvo necesidad de darle celos a nadie.
—Bueno no estoy muy segura, debes buscar a otra chica, acercarte a ella mostrar interés y esas cosas. —Verónica subió y bajo sus hombro, no sabía que más decir.
—Está bien intentare eso, sabes que no soy de esas personas que interactúa con medio mundo y me costará. En otro orden de ideas, necesito ropa deportiva, quiero salir a correr un poco a despejar mi mente.
— ¿En serio? Ahí hay un millón de máquinas, corredoras y ¿vas a salir? —Verónica veía a Lauren sin comprender porque quería salir a correr. Lauren la vio con el ceño fruncido y no le quedo de otra que ceder— Esta bien, busca algo en mi armario que te quede y no tardes le diré a Malina que cocine algo. —Lauren asintió y fue hasta la habitación de Verónica.
Al llegar con todo el cuidado que tenía buscó lo que se pondría sin despertar a Camila quien se miraba tierna con la boca a medio abrir y en una forma extraña estaba extendida sobre la cama, Lauren la observo unos segundos con una sonrisa en su rostro, se espabiló al recordarla comiéndole el cuello a Cece y fue hasta el baño para cambiarse. Antes de salir se acercó a Camila y le dio un beso en la frente.
Camila había despertado a las dos de la tarde, se asustó al ver que estaba en una habitación que no era la suya, comenzó a recorrer la habitación con la vista, se calmó y sonrió al ver una pancarta en una de las paredes, decía "Verónica la mejor hija del mundo" se notaba que era la consentida de mamá y papá. Se levantó de la cama y fue hasta el baño a hacer sus necesidades y mojar un poco su cara, se veía terrible, el dolor de cabeza que tenía era insoportable, tomo un poco más de agua y la puso en su nuca.
Salió de la habitación y se aventuró a recorrer la gigantesca casa para buscar una aspirina y a Lauren, después de haber revisado casi toda la casa, logro llegar a la cocina donde había una señora un poco mayor cocinando, el olor a tortilla le hizo rugir su estómago. La señora al percatarse de la presencia de Camila se asustó.
— ¿Quién es usted y que hace aquí? —la señora tomo un cuchillo y apunto hacia donde estaba Camila. La familia Iglesias tenía un pasado difícil.
—Wow, ok, este es el momento en que nos calmamos y dejamos el cuchillo sobre el mesón y hablamos como personas civilizadas. Soy inofensiva —La señora vio a Camila con desconfianza pero bajo el cuchillo y lo puso muy cerca por si lo necesitaba.
—Responda entonces. —ordenó la señora.
—Soy Camila Cabello, estudio con Verónica, anoche me sentía mal, aunque aún lo estoy, Vero muy amablemente me ofreció posada, ahora que sabe quién soy ¿podría darme una aspirina y un vaso de agua? —dijo Camila como si estuviese negociando la liberación de un rehén.
—En la segunda gaveta de los gabinetes a su derecha, están mis aspirinas tome una y en la nevera hay agua, aunque un café seria mejor opción. —dijo la señora un poco más calmada.
—Gracias, vio que no sucedió nada —dijo Camila mientras se tomaba la pastilla — ¿dónde está Verónica?
—La señorita está en el jardín tomando el sol.
Camila le sonrió a la señora en modo de agradecimiento y se fue hasta el jardín en la dirección que le había señalado. Al llegar vio a Verónica metida en la piscina nadando hacia atrás, al ver a Camila se detuvo y fue hasta las escaleras para salir.
—Me dijeron que estabas tomando el sol —dijo Camila mientras le acercaba una toalla a Verónica—. ¿Un requisito para trabajar aquí es amenazar con cuchillos? —preguntó Camila riendo.
—Lo estaba, solo no pude evitar la tentación de nadar —dijo mientras se secaba el cuerpo—. Ese es el requisito principal nena —quiso sonar seductora pero no le salió cosa que hizo reír a las dos— ¿Quieres un empleo? —dijo moviendo las cejas de arriba a abajo.
—No, solo que casi fui apuñalada en tu cocina. —Verónica sonrió al imaginarse la escena, no culpaba a Malina ella había estado por mucho tiempo en su familia y vivió de cerca el infierno que fue la vida de los Iglesias hace unos años.
Verónica se puso un poco seria y pensó que era momento de hacer su parte del plan "llevando a Camila a la luz"
— Lauren está muy preocupada por ti de la misma forma en que te ama. —Verónica se dijo que una pequeña mentirilla no haría nada malo.
— ¿Lauren te dijo que me amaba? —pregunto con un tono tan bajo que apenas Verónica logro escucharle.
—Sí, justo antes de salir a salvarte de tu trio... —Verónica se arrepintió de haber soltado aquello de esa manera tan cruda y con poco tacto y tapó su boca.
— ¿Trio? ¿Lauren me vio haciendo un trio? ¡oh dios! ¿Tú me viste? —pregunto Camila mientras caminaba de un lado a otro.
— ¿Si? —Dijo mientras rascaba su cuello— La cosa no es esa Camila, quiero ayudarles, Lauren me cae muy bien y tú pues... Me hiciste pasar una madrugada grandiosa, además que compartí mi helado contigo y eso es mucho, ni con mi papá hago eso —dijo mientras sonreía para calmar los ánimos—. Ella de verdad te quiere le preocupas y le importas. —tomo a Camila de la mano y se sentaron en una de las mesas de la piscina.
—Lo sé, yo también la amo, lo que hago es por ella, para que me preste atención, esos momentos son los mejores de mi vida, Verónica cuando ella llega a rescatarme, siento que de verdad le importo. —Camila soltó algunas lágrimas, Verónica no se esperaba eso y la abrazó, pensaba que Camila realmente era una loquita que hacia lo que hacía por placer y locura.
—Camila eso es lo más tonto que he escuchado en mi vida ¿Arruinar tu vida solo por un poco de atención? Vamos se que eres más inteligente que eso y lo sabes —tomo un poco de aire y luego lo soltó—. Quiero ayudarte, pero debes cambiar, Lauren me dijo que no sabía hasta cuando iba a estar tras de ti salvándote, le aburría estar en eso todo el tiempo —Camila bajo la mirada por lo que dijo Verónica—. Solo piensa algo, no estabas consciente de lo que hacías, esta vez fueron Demi y Cece quien estuvo a punto de copular contigo, pero la próxima pueden ser otras personas con peores intenciones.
— ¿Crees que el amor cura? —preguntó Camila entre sollozos.
—No tienes una enfermedad Camila, reformula tu pregunta. —alejo a Camila de su cuerpo para que la viera a los ojos.
— ¿Crees que el amor sea suficiente para cambiar? —Camila ya más calmada recostó su cabeza en el hombro de Verónica.
—Claro que sí, pero más que por amor hazlo por ti. Para Lauren tengo un plan, es muy sencillo, solo debes demostrarle que estas cambiando y ¡pum! —Choco un puño con su mano— será solo para ti —sonrió Verónica contagiando un poco a Camila.
Verónica tomo a Camila y se encaminaron a dentro de la casa donde encontraron a Lauren llegando totalmente empapada de sudor y jadeando por el cansancio, frunció el ceño al ver a su amiga tomada de la mano con Camila.
—Qué asco Lauren ve a bañarte —dijo Verónica con cara de asco. Camila tenía la boca abierta observando el cuerpo de Lauren.
—Dios — farfulló Camila tan bajo que apenas ella lo escucho, Verónica sonrió porque alcanzo a escucharle lo que había dicho.
—Claro, pero primero —se acercó a las dos y las abrazó llenándolas de sudor para hacer que se soltaran. Verónica se alejó con asco, dándole manotazos a Lauren pero Camila con lo embobada que estaba con su cuerpo, se quedó tanteando lo más que podía el torso de esta, como si buscara algo Lauren se dio cuenta y la separo era mucho contacto por el día.
Todas fueron a darse un baño, Lauren para quitarse el sudor por el ejercicio que había hecho, Verónica para quitarse el cloro de la piscina y Camila para quitarse el sudor de Lauren. Una vez listas bajaron y encontraron la mesa servida, había un rico banquete solo para ellas tres, tortilla, verduras salteadas, carne de cordero al vino, rodajas de pan y te frio. Las chicas comieron en silencio, sobre todo Camila que estaba extasiada con la comida, tenía tanto tiempo que no comía comida casera y en una buena cantidad. El estar de fiesta en fiesta con aquellas dos que pensaba que eran sus amigas la hacían saltarse las comida y no alimentarse como era debido.
— ¿Cómo haces para mantener ese cuerpo? Tragas como cerdo y ni ejercicio haces. —dijo Verónica haciendo que todas rieran.
—Estoy bendecida por los dioses querida. —dijo con suficiencia Camila.
—No querría ser tus padres, deben gastar una fortuna en mercado. —Camila se removió incomoda en su asiento, si bien era cierto que hace dos años las únicas peleas con si mamá eran por comerse toda la comida de medio mes en una semana. Pero ahora eran extrañas las veces que comía en su casa.
Una vez terminado el almuerzo Lauren dijo que debían irse, Sinuhe estaban un poco molesta porque aún no había llegado a casa, Camila rodó los ojos al escuchar a Lauren leer el mensaje donde solo se preocupaba por ella y no por su hija de sangre. Verónica les dijo que podían pasar el fin de semana con ella, sus padres no estarían en casa y no quería estar sola. Las chicas aceptaron y quedaron en que irían al día siguiente.
Lauren estuvo pensando en cómo había encontrado a Camila con aquella dos, no le hallaba un motivo a el dolor que sentía cada vez que lo recordaba, a pesar de que pasaron el fin de semana juntas por primera vez en mucho tiempo, ella la ignoro completamente. A Camila le dolía la indiferencia de Lauren, pero podía entenderla si a ella le había molestado y dolido el haberla visto besando a Hailee, no quería imaginar que había sentido ella al verla en un trio. Pero estaba dispuesta a demostrarle que ella podía ser mejor por ella.
El día lunes la mayoría de las personas están con los ánimos por el suelo, miran con fastidio, son unos zombis; pero para Camila y Lauren sería diferente, cada una llevaba un motivo el cual hacia este día diferente y especial.
Verónica al igual que las chicas también llevaba un objetivo en mente, ese era ayudarlas, aunque había notado el distanciamiento de Lauren el fin de semana, ella sería su eslabón débil por lo tanto debía ayudarle más y justo vio la parte de su plan caminando hacia ellas.
—Lauren, ella es perfecta para el plan —dijo Verónica señalando hacia Hailee.
— ¿La hija de satán? Ni de chiste, esa mujer me quería comer viva el otro día —dijo negando, esa mujer estaba loca.
—Y me dijiste que Camila se puso extraña después de tu beso con ella ¿Correcto? —dijo Verónica emocionada.
—Recuérdame por qué debo hacer esto, y si eso sucedió —dijo preocupada sin apartar la vista de Hailee quien se detuvo a hablar con algunas chicas de su grupo de gimnasia.
—Te recuerdo que es por Camila, hay que salvarla de ella misma, además no le vas a pedir matrimonio a satán junior, cuando entre Camila te le acercas haces que estás hablando con ella y yo me encargo por aquí de decirle cualquier cosa que la ponga celosa y así —dijo exasperada por la actitud de su amiga.
—Ahí viene Camila, desea suerte para mí, reza a todos los dioses que conozcas y... —Verónica le tapó la boca a Lauren para que no siguiera hablando.
— ¡Ya! Comprendí ¿ok? Ahora solo ve, Camila se acerca muy rápido —dijo Verónica mientras empujaba a Lauren para que caminara.
Lauren iba a paso lento, sentía su corazón en la garganta y los latidos de este los sentían en sus oídos haciendo que todo se escuchara tan bajo, sus manos suban y a cada segundo las pasaba por su pantalón. Estaba por lo menos a cinco pasos de donde estaba Hailee quien reía por algo que le había dicho una de sus amigas, misma que la codeaba por las costillas para que viera a Lauren acercándose hacia ella, cuando sus miradas chocaron el miedo de Lauren aumento el triple, esa mujer la ponía nerviosa pero no de una manera agradable como lo hacía Camila. Llego hasta la chica se le quedo mirando nerviosamente sin aun decirle una palabra, mientras ella tenía una sonrisa macabra en sus labios y recorría su cuerpo con una mirada llena de lujuria, volteó para ver a Verónica y llenarse un poco de valor pero sus ojos se cruzaron con los de Camila quien estaba al lado de Demi, eso hizo hervir la sangre a Lauren y le dio valor para hablarle al demonio adolescente.
—Ha... Hailee, tú... Tú quieres... —el tartamudeo estaba desesperando a Hailee quien le hacía señas a Lauren con las manos para que prosiguiera— yo... Quien... Quiero... Sa... Saber si tú quieres... —Hailee dio un grito que hizo que Lauren se hiciera dos pasos para atrás.
—Si quiero ser tu novia —gritó Hailee y se le guindo del cuello a Lauren quien abrió los ojos como búho asustado y comenzó a negar sin poder decir nada.
Verónica al escuchar eso se pegó con la palma de su mano en la frente. Camila sintió como su mundo se le vino abajo, Lauren, su Lauren le había pedido a esa idiota ser su novia, en ese momento quería correr hasta donde estaban y matar a Hailee, le dio un golpe a un casillero y se fue de ahí hecha una furia y Demi se fue tras de ella, la había estado persiguiendo desde que llego para hablar sobre lo que había pasado en la fiesta y Camila le había querido escuchar.
— ¡Hey! Bonita no te pongas así, sabes que yo quiero que te diviertas siempre y nos estábamos divirtiendo como buenas amigas—alcanzó a Camila y la tomó del brazo para que volteara, pensaba que Camila estaba así por lo del trio y el éxtasis.
— ¡Suéltame! —grito Camila y le dio un puñetazo a Demi en la nariz haciendo que terminara en el piso— ¡Mierda mi mano! Tú... solo, Solo aléjate de mi al igual que Cece, no las quiero ver más compréndeme, prácticamente me iba a violar me drogaste —le grito y salió corriendo mientras unas pocas lagrimas escapaban de sus ojos, dejando a Demi tirada en el suelo con su nariz sangrando.
Camila salió del colegio por la parte donde sacaban la basura de la escuela para que no la vieran salir, fue hasta el parque donde escondía su celular y se dirigió hasta una tienda donde vendían licor a los menores de edad si le pagaban un poco más al chico de la caja, claro que no a cualquiera le vendía para evitar problemas.
—Camila, hermosa ¿Lo de siempre? —preguntó el joven de la caja.
—Si Ed. —respondió Camila en un balbuceo.
— ¿Cuantas te coloco?
—Tres botellas y todo esto —dijo mientras colocaba frituras de todas clases, chocolates y tres cajetillas de cigarro.
—Una buena fiesta ¿Eh? —Dijo sonriendo el chico— sabes que tengo cosas nuevas por aquí para que disfruten más la fiesta ¿Sabes de lo que hablo? —dijo susurrando para que solo Camila lo escuchara, mientras le empaquetaba las cosas
—Tranquilo que si hace falta sé dónde hay —le guiño el ojo, pago y se fue a su casa.
Camila llegó a su habitación eran las nueve treinta de la mañana comenzó a comer todo lo que había comprado, estaba sentada en posición de indio sobre su cama con la vista fija en la nada, pensando en que su vida no podía ser peor, su mamá la odiaba, su vida era un asco y Lauren era la novia de otra y esa otra era nada más y nada menos que una idiota con aires de reina del mundo.
Después que termino de comer comenzó a tomar puros los primeros tragos de la botella de vodka directamente de la botella, le quemaban la garganta, pensó que era mejor mezclarlo, bajo a la cocina y encontró un jugo de naranja y aprovecho de sacar un poco de hielo y lo metió en una maleta térmica que encontró y subió nuevamente a su habitación.
Colocó su repertorio de canciones en aleatorio, la primera en sonar fue Every Little Step de Bobby Brown subió el volumen a todo loquedaban y comenzó a cantar y bailar como el cantante en el video musical. La siguiente canción fue take on me dé a-ha . Así siguieron pasando las canciones al igual que los tragos para las dos de la tarde ya estaba lo suficiente alcalizada y mareada tanto que se recostó en su cama viendo al techo y comenzó a llorar hasta quedarse dormida.
Lauren había llegado cansada de su práctica, el día en el instituto fue un infierno, Hailee no la dejo tranquila ni un segundo e hizo que se sentara con ella en el comedor y al final de las prácticas tuvo que llevarla a su casa. Al llegar a su habitación escucho música en la habitación de Camila, dejo sus cosas y fue a tocar. Llamo varias veces a la puerta pero no recibió respuesta, bajo a buscar las lleves de repuesto para entrar.
Una vez arriba colocó la llave en la cerradura y entro, consiguió a Camila tirada en el piso inocente, el olor a cigarros y alcohol era insoportable, la tomo en sus brazos y comenzó a darle pequeños golpecitos en la cara y no reaccionaba, su respiración era débil, se asustó mucho podía tener una sobredosis del alcohol, le coloco un suéter y la llevo al médico.
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disculpen la tardanza aqui otro capitulo.
saludos.