Por Ti 5
De un momento a otro se le ocurrió a Camila comenzar a susurrarle la canción en el oído a Lauren de una forma excesivamente sensual que casi sonaba excitada.
Camila se levantó más temprano de lo que acostumbraba, sentía que había descansado mucho estos últimos dos días, lo que más le gustaba era haber tenido ese acercamiento con Lauren el día de ayer, su reacción le daba esperanza, salió de sus pensamientos y soltó un suspiro y procedió a hacer su rutina matutina.
Ya estaba preparada para irse al instituto, pensaba que por primera vez en mucho tiempo llegaría temprano, bajo a la cocina por su desayuno y allí estaba Lauren tomando un vaso de su batido especial, según ella era lo mejor del mundo, siempre lo tomaba después de llegar de correr, para Camila eran un poco asqueroso, quien en su sano juicio colocaba en la licuadora, lechuga, banana, hojuelas de avena agua y una cucharada de miel; a veces la lechuga era cambiada por espinacas o acelgas y la avena por nueces, maní o almendras.
—No entiendo cómo puedes tomar eso Jauregui —Camila se acercó a Lauren acorralándola entre su cuerpo y el borde del mesón que ahí había y tomo el vaso que tenía en sus manos, lo coloco a la altura de los labio de Lauren y ella de ella siendo el vaso lo único que las separaba, lo olió y puso mala cara.
—Esto... —dijo mientras le quitaba el vaso, se alejó de Camila y tomó el último trago — mi querida Camila es un complemento vitamínico muy bueno, deberías tomarlo y más por la vida tan alocada que llevas, por cierto es bueno verte temprano. —se apartó colocó el vaso en el lava vajillas, le dio la espalda y se fue a su habitación para bañarse y cambiarse.
Camila sonrío por lo último que le había dicho su chica de ojos verdes, vio que en la licuadora quedaba un poco del brebaje súper nutritivo de Lauren y quiso probar, tomo una taza de los gabinetes y vertió lo que quedaba, era más o menos dos dedos y se lo llevo a su boca, tenía sus ojos cerrados por si era desagradable el sabor pero para su sorpresa sabía bien, sonrió al terminar todo el contenido, lavo ella misma la taza, no confiaba en el lava vajillas y se fue a la mesa.
Sinuhe estaba sirviendo jugo de naranja para que no se fueran con el estómago vacío, había sólo dos vasos y al lado unas pequeñas bolsas con el almuerzo y el desayuno, cosa que a Camila le hizo sentir un pequeño vacío en su estómago. Su madre solo había tomado en cuenta a Lauren y a Sofía.
— ¡Kaki! —gritó Sofía al ver a su hermana entras al comedor, se levantó de la silla y fue corriendo hasta chocar con ella enroscando sus brazos en la cintura de Camila.
— ¡Princesa!, ¿cómo está la hermana más linda de este planeta? —Camila levanto a su hermanita en sus brazos, camino hasta la mesa y la sentó en la silla que había ocupado antes.
—Bien Kaki ¿hoy me llevaras a pasear? —preguntó la pequeña con una gran sonrisa, Camila amaba a su hermanita, últimamente no había sido la mejor con ella pero se lo iba a recompensar.
—Claro que si princesa, al salir paso por ti para ir por unos helados —le sonrió y revolvió su cabello.
—No hagas promesas que no vas a cumplir —dijo Sinuhe levantándose de la mesa—. Sofía, se hace tarde, no olvides el desayuno y almuerzo —tomo a la niña de la mano y salieron de la casa.
Camila cerró los ojos y apretó sus puños, cada día que pasaba su madre se comportaba de una forma hostil con ella.
—Camz, —dijo Lauren tras de Camila tomándola de los hombros. Tenía tanto tiempo que no la llamaba de esa forma— vamos, hoy te llevo para que no llegues tarde —tomo sus manos y la guío hasta la puerta para salir. Camila iba caminando de frente y Lauren de espalda, llegaron hasta el auto y le abrió la puerta, se aseguró que estuviese adentro y cerró para montarse ella y arrancó.
Ambas iban en silencio cada una metidas en sus pensamientos, Camila veía de reojo a Lauren, dibujó una pequeña sonrisa al recordar cómo le había dicho hace unos minutos en la cocina y todo lo que hizo, se mordió el labio y decidió Jugar un poco con ella.
— ¿Puedo colocar un poco de música? —dijo en un tono suave que denotaba inocencia, mientras colocaba su mano en la rodilla de Lauren quien se tensó al sentir el apretón de Camila.
Lauren antes de hablar aclaró su garganta.
—Claro —a pesar de haber aclarado su garganta antes de hablar su voz sonó temblorosa.
— ¿Te sucede algo Jauregui? Tu voz se escuchó un poco rara —dijo con fingida preocupación, mientras sus caricias ascendían sobre la pierna de Lauren, arañaba con sus uñas para darle un toque más excitante al momento.
—Todo bien, de verdad —aun el temblor podía oírse.
—Ok —dijo de una forma tan inocente que Lauren podría jurar que la mano que le estaba prácticamente amasando la pierna de arriba a abajo y de abajo a arriba no era la de Camila—. CHOCOLATE —grito Camila al encontrar una de sus canciones favoritas y retiro la mano de la pierna de Lauren para agitarlas al aire por la emoción.
— ¿Quieres un chocolate? —preguntó Lauren confundida.
—No, Jauregui no puedo creer que no sepas que es el nombre de la canción que está sonando, o sea la canta la diosa Kylie Minogue —dijo con fastidio—. Sólo cállate que quiero escuchar la canción.
De un momento a otro se le ocurrió a Camila comenzar a susurrarle la canción en el oído a Lauren de una forma excesivamente sensual que casi sonaba excitada.
—If love were liquid it would drown me, in a placeless place would find me, in a heart shape come around me and then, melt me slowly down, if love were human it would know me, in a lost space come and show me, hold me and control me and then, melt me slowly down, Like chocolate, Tastes so good —para colocar la cereza al pastel su mano nuevamente fue a dar a la pierna de Lauren, pero esta vez su caricias se dirigían muy pero muy cerca del sexo y cuando termino de cantar esa parte le mordió el lóbulo de la oreja a la chica de ojos verdes, quien al sentir aquello casi pierde el completo control del auto.
Camila estaba agitada y con la sensación de tener el corazón en la boca agradecía tener puesto el cinturón de seguridad, Lauren no estaba mucho mejor, se veía más pálida de lo normal.
— ¿Estas bien Camila? —dijo después de haber controlado el auto jadeante y apenas con un tono audible su garganta estaba seca.
—Aun respiro —dijo en un hilo de voz y con sus ojos cerrados.
Lauren puso en marcha su auto nuevamente una vez calmada. Llegaron al instituto en completo silencio, bajaron del auto y salieron del estacionamiento.
—Adiós Camila, nos vemos en el salón —dijo nerviosa viendo a cualquier lugar menos a Camila.
—Lo que digas Jauregui —rodó los ojos y se cruzó de brazos mirando a Lauren quien se fue casi corriendo del lado de Camila.
Camila observaba como Lauren caminaba hacia las puertas del instituto, una de las chicas que estaban en el equipo de natación la interceptó intentando hacer un extraño saludo, se veían algo descoordinadas Lauren quería darle la mano mientras la otra quería darle un abrazo dejaron de intentarlo y solo levantaron la mano y la agitaron en forma de saludo, Camila veía todo con una gran sonrisa, eso significaba que Jauregui se estaba abriendo al mundo y un pensamiento cruzó por su cabeza.
—Serás mía Lauren Jauregui —Camila volteo a ver a quien dijo aquellas palabras y a su lado estaba Hailee Steinfeld una de las mejores de gimnasia rítmica.
— ¿Disculpa? —dijo impresionada Camila Hailee volteo a verle con superioridad y desprecio.
— ¿Qué quieres? —dijo de una forma hostil.
—Lauren jamás será tuya zorra —Camila dijo burlona.
— ¿Tuya si drogadicta? —Hailee soltó una carcajada empujo a Camila haciéndola caer al suelo y se fue dejando a la pobre chica tirada y con ganas de matarla.
Camila se levantó y entro al instituto para ir a su casillero y sacar algunos libros.
—Hola Mila —saludó Demi muy emocionada llegando a su lado.
—No estoy de humor Demi, por cierto ¿dónde está la rubia tonta? —preguntó sin interés.
—Ayer estuvimos probando otras cosas ya sabes material nuevo y bueno creo que le afecto más que a mí, aunque entre nosotras tengo un polvo mágico que me ayuda a estar en pie —Demi sonrió con suficiencia como si lo que dijo fuese algo genial, le dio a Camila con el codo por un costado y esta rodó los ojos y siguió en lo suyo.
—Deberían controlarse —dijo Camila seria mientras cerraba su casillero y comenzaba a caminar por el pasillo.
—Mila no te preocupes sabes que todo está bajo control, además —Demi frotó su nariz contra el dorso de su mano como si tuviese gripe, era algo que hacia habitualmente desde unos meses cuando comenzó a utilizar su "polvo mágico"— quiero invitarte a una fiesta que haré esta noche en mi casa, mis padres se fueron de viaje esta mañana, ¡oh! y no invites al idiota de Austin, de verdad Mila no se qué haces con él.
Camila paro de pronto haciendo que Demi quedara delante de ella.
— ¡Oh! Ahora no quieres que mi querido Austin vaya a la fiesta y lo mejor de todo es que me preguntas que hago con él —dijo en un tono inocente envuelto en sarcasmo puro mientras colocaba su mano en el pecho como si fuese una víctima—. No recuerdas que hace aproximadamente un año prácticamente me obligaron tú y la rubia tonta a acercarme a ese idiota para que le diera sus drogas gratis —dijo molesta pero sin quitar ese tono sarcástico y ni que decir de su sonrisa irónica.
—Vamos bebé —dijo Demi abriendo sus brazos y dejando salir un tono despreocupado—, es un idiota que no te merece y realmente ya no nos sirve, si sé que fue tonto obligarte a que estuvieras con él pero ahora ya no hace falta que sigas con ese.
— ¡Maldita sea! —dijo enojada— yo no soy su puto juguetito al cual usan para emparejarlo con el primer narcoidiota que le de drogas gratis Demi y claro que terminaré con ese idiota pero no porque lo estés diciendo tú, sino que esta idiota que está aquí —dijo señalándose— no se aguanta ninguna de sus tonterías —Camila se fue dejando a una Demi impresionada por el comportamiento agresivo que tuvo contra ella.
Camila había cambiado, no era ni la sombra de aquella chica tímida y sumisa que llegó a ser cuando comenzó a juntarse con las chicas rebeldes de la escuela Demi y Cece. Al principio para ellas la pobre chica era solo su perrito faldero que les hacia su tarea a cambio de estar con ellas pero luego bastaron dos años para que ese pequeño perrito se convirtió en un león con el carácter más fuerte y rebelde, por lo que Demi se enamoró de ella con el pasar del tiempo, aquella idea estúpida fue propuesta por una celosa Cece que aprovechando la adicción de su novia y la suya propia habían ideado lanzar a los brazos de aquel idiota a Camila por medio de amenazas y tonterías.
Camila estaba en el laboratorio de biología, hoy iban a ver por el microscopio el esperma masculino, uno de sus compañeros se ofreció a dar gustosa una muestra para que la clase lo observara. Cuando toda la clase y el profesor estaban alrededor de los microscopios Camila levanto la mano para decirle al profesor que debía ir al baño, este le dio una tarjeta de permiso, una vez fuera del salón fue detrás del instituto a fumar un cigarro se sentía un poco estresada con todo lo que le había pasado en lo que iba de mañana.
Saco la caja de cigarros de su escondite junto a su zippo. Encendió uno, dio la una larga calada, el humo paso por su garganta inundando sus pulmones para luego soltar el humo relajándose.
—Me da fuego señorita cabello —el escuchar aquella voz ronca hizo que el cuerpo entero de Camila se tensara y su corazón se acelerará.
Camila le dio otra calada al cigarro y soltó el humo para responder
—Señor directo, justo se me han terminado los cerillos —dijo con toda la inocencia que pudo.
—Apague eso y sígame a la dirección —el director hablo con autoridad.
Camila apago el cigarrillo y fue tras del director. Al llegar el hombre le abrió la puerta para que ella entrara de primera y luego paso él.
—Cabello siéntese —le señalo la silla frente a su escritorio, Camila la arrimo y se sentó— Cabello, Cabello, Cabello, ¿Qué voy a hacer con usted? —dejo la pregunta en el aire mientras Camila estaba distraída observando por la ventana, pensaba que esta vez no saldría de esta.
—No sé qué decirle señor Carvis, sé que con un lo siento no borraré la falta a las reglas y...—el director levanto la mano para que Camila no siguiera divagando.
—Cabello, tengo una especial preocupación por usted, sé que tiene una relación con el señor Austin que no es santo de mi devoción y ya usted conoce la historia del por qué, en estos momentos le hablare como padre y no como su director— se quitó las gafas y se tallo los ojos, volvió los anteojos a su lugar y suspiro— Camila, aléjese de ese muchacho, desde que esta con él, bajo sus calificaciones, su comportamiento deja mucho que desear y ahora la encuentro fumando dentro de la institución. Quiero darle una oportunidad, pero ni crea que se salvara del castigo, seré aún más bondadoso y dejare que usted elija entre lavar toda la ropa del equipo de baloncesto o servir de apoyo al grupo de teatro, ellos han estado pidiendo a una señora de servicio para que les ayude pero el presupuesto no alcanza para tanto.
—Sin duda alguna elijo el grupo de teatro, no se preocupe que esto no se volverá a repetir y mejoraré mi comportamiento —Camila le regalo una sonrisa sincera, ella ya quería terminar con ese idiota y con su comportamiento pues... lo intentaría.
—Espero que sea verdad Cabello, ahora retírese.
Camila se levantó de la silla y le tendió la mano en modo de despedida y salió de ahí, se regresó al salón que ya estaba desierto, pues se había terminado la hora de clases.
—Mila —Gritó Demi Camila estaba de espalda a ella y aprovecho para girar sus ojos y volteo.
—Dime —al voltear Demi la tomo del rostro y le dio un beso, Camila abrió los ojos como plato al reaccionar apartó a Demi de forma brusca— ¿estás loca?
—Lo siento Mila, yo... —Demi se quedó en silencio unos segundos y luego se dio vuelta y se fue dejando a Camila confundida.
Camila estuvo distraída todo el día pensando en lo que Demi había hecho, no le prestó atención a ninguna de las clases ni si quiera se percató de que Lauren la había estado observando todo el día. Era la hora de la salida y Camila se dirigía a la oficina del director, en cuanto estuvo sentada frente a él vio la hora en su reloj y recordó a Sofí, le pidió al hombre dejarle hacer una llamada.
Hablo con su hermanita y le dijo que hoy no podría salir con ella porque se había unido al grupo de teatro y debía quedarse practicar, la niña le dijo que estaba bien que mañana no podían faltar a esa salida y Camila le prometió que así sería.