Por ti 4 (final)

Siento mucho haber tomado el camino fácil, pero creo que ya no le veía el sentido a mi vida?

Hay estaba ella ayudando a un médico a que me quitara todos los tubos, ella me sujetaba la mano, dándome un poco de tranquilidad, en realidad era muy incomodo eso que me estaban haciendo.

Pasaron unos minutos y me pasaron a una habitación privada, Elizabeth (la médico así se llamaba) se quedo conmigo hasta que llegaron todos, pues mis padres y marie se fueron a hacerse cargo de todos los pendientes que había que hacer en mis compañías, y en las suyas.

La primera en llegar fue marie, que me trajo un ramo de flores, pero al ver a Elizabeth se quedo fría – Que haces tu aquí? le pregunto ella a Elizabeth.

Yo soy la médico de Andrea, pero no te preocupes ya me voy, se despidió de mi apretando la mano y dirigiéndole una mirada de odio a marie.

Yo me quede muy confundida pues no sabía como se conocían y porque Elizabeth se había portado así, ella se había portado también conmigo que eso me confundió.

Ella se me acerco y me beso en los labios, me sentí en el cielo pero a la vez la sentí dudar y eso me preocupo, cuando le iba a preguntar si todo estaba bien, llego mi mamá y nos interrumpió, me abrazo y me beso la frente, con lágrimas en la cara.

Mamá estoy bien tranquila, Eli (Elizabeth) me ha dicho que ya dentro de dos días me podré ir, tendré que venir a terapia y eso pero no ya no estaré aquí.

Llego el miércoles ya estaba de alta, Eli paso a despedirse de mi y darme su numero para estar en contacto yo lo guarde y le prometí invitarla a cenar y continuar con la amistad.

Pasaron 6 meses ya iba esta bien, había comenzado a trabajar medio turno pero ya estaba trabajando, la terapia la realizaba tres veces a la semana por dos horas diarias, marie se había mudado a mi casa, pero no se porque a veces en esos días melancólicos me atacaban las dudas.

Un día que fuimos a cenar le pregunte- amor tu me amas, me amas como al inicio?

Ella tardo en responder – claro que te amo, por supuesto que te amo. ¿Por qué lo preguntas?

No se cosas mías. Le respondí.

Pasaron semanas así yo con mis dudas, que me atacaban cada noche, un día cansada de la incertidumbre decido ir a su trabajo y darle una sorpresa, le propondría irnos a Europa por uno o dos meses y recórrela toda.

Cuando llegue a su restaurante subo a su oficina no estaba la secretaria así que decido pasar directamente a la oficina, cuando llego que abro la puerta me quería morir allí estaba ella con otra chica comiéndosela, yo me quede parada en la puerta hasta que ella se dio cuenta de mi presencia.

Amor – me dijo ella.

Yo no le responda nada solo la mira y me voltee.

Andrea por favor háblame- me decía ella caminando a mi lado, sujetándome del brazo intentado frenarme.

Me monte en mi carro, sin decirle nada no tenia nada que decirle. No podía ni verle la cara me sentía vacía sin sentido, conduje por la ciudad sin sentido, y cuando me di cuenta estaba en la clínica preguntado por Elizabeth.

Espere unos minutos en la sala de espera, pues nunca había entrado a mi oficina de la clínica me parecía deprimente, espere y cuando llego lo único que pude hacer fue tirarme a sus brazos a llorar, no podía hablar solo llorar.

Ella me llevo hasta mi oficina esa que odio y me sentó en el sofá, se sentó a mi lado y me pregunto- la viste con ella cierto?

Que!! Tu lo sabía, como?- le pregunte, estaba confundida como porque no me dijo, estaba tan molesta pero me sentía tan mal que ni siquiera fuerza para huir tenia.

Si, yo lo sabía desde hace más o menos tiempo la otra chica era mi novia, yo no sabía que ella era tu novia hasta que un día la vi aquí visitándote, me pidió que no te dijera nada me juro que te amaba, y yo me calle para no lastimarte, en realidad le creí cuando me dijo que se había acabado. – dilo Elizabeth en tono triste.

Yo me pare como pude, pues estaba algo mareada, había quedado con secuelas del accidente me había vuelto muy débil, todo me mareaba, cualquier esfuerzo o algo parecido y ya me mareaba, salí de allí como pude.

Llegue a la casa y allí estaba ella esperándome con lagrimas en la cara, cuando entre a la sala corrió abrazarme a suplicarme que la perdonara, que había sido cosa de una vez, una equivocación, que me amaba a mi solo a mi.

No le respondí solo me dirigí al baño, llene la tina y me desnude y me metí, perdí la noción del tiempo, me quede dormida, o eso creí yo, porque cuando despierto lo hago porque siento unas manos que me agarran. Cuando abro los ojos allí esta Elizabeth que me llevaba a la cama con la ayuda de marie.

No se que me pasa, pero me molesta esta debilidad que tengo, me molesta me siento inútil.

CAPITULO VI

Desde mi desmayo Elizabeth insistió en que me hiciera unos exámenes, pues ya le preocupaba mi debilidad y desmayos, primero no le preocupaba porque pensaba que era por el tiempo en cama, pero ya era para que hubiese desaparecido toda la debilidad.

Pasaron varios meses antes que yo aceptara hacerme los exámenes, pues yo también empecé a preocuparme cuando no era solo debilidad si no también la perdida de peso.

Marie siguió a mi lado, no la he perdonado del todo pero sigo a su lado, me cuestiono esa decisión me dio miedo terminar la relación, aunque no perdonaba su traición tampoco me imaginaba a lado de otra persona, algo patético lo se estar con alguien, que no te ama como tu la amas.

Llego el lunes el día donde me darían los resultados, llegue a la clínica a la hora pautada con Elizabeth quien al verme llegar salio a mi encuentro, pero por su cara supe que no eran bueno los resultados.

Al entrar a mi oficina me dio el diagnostico, no le dije nada ella me abrazo y yo le correspondí el abrazo, unas lágrimas empezaron a rodar por mi mejillas, ella las limpio con sus manos, sin saber que hacer para apartar el miedo que me embargaba, la bese quería sentirme segura en sus brazos.

Ella me correspondió al beso, mis manos la atrajeron hacia mi, mientras pegaba mas mi cuerpo al suyo, le quito la bata y paso mis manos sobre sus senos, para quitarle la camisa, le beso el cuello mientras mis manos desabrochan el brassier y empiezo a jugar con sus pezones duros, los bese jugué con ellos, los mordí. Sus gemidos que al comienzo era tímidos ahora eran más audibles, excitándome más, sus manos me recorrían toda, me quito la camisa dejándome en igual condiciones que ella.

Ella poco a poco fue acostándome en el sofá, desabrochándome y quitándome el pantalón para luego recorrer mis piernas de una forma en la que me enloqueció, cuando llego a mi entrepierna solo pude decirle que no me hiciera sufrir más que me hiciera suya. Lo hizo me beso, cuando sentí su lengua penetrarme llegue al cielo, mi orgasmo me hizo caer de sofá, arrastrando a Elizabeth conmigo al suelo.

Al caer la atraje hacia mi y la bese probé mi sabor en su boca, me puse sobre ella y comencé a recórrela a jugar con sus senos, hacer un camino con mi lengua hasta su entrepierna, cuando llegue a ella, ella me sujeto la cabeza y me pego a su entrepierna, y vi el cielo empecé a recórrela toda, a penetrarla con mi lengua, guiándome por sus gemidos y la forma en que me acerca a ella con sus manos, la penetre con uno, dos y tres dedos mientras mi lengua jugaba con su clítoris hasta que sus gemidos y sus movimientos me avisaron que estaba cerca, y cuando chupe su clítoris lo sentí su gran orgasmo ella apretando mi cara hacia ella, ella gritando mi nombre mientras luchaba por controlar su cuerpo y respiración.

Sube y me acosté a su lado la abrace y comencé a llorar, no sabía porque lloraba, creo que por todo, hubiese preferido morir en ese accidente, le dije sin pensar, ella me miro y solo me beso la frente.

Sabes hay tratamiento, podemos luchar contra eso- me dice ella viéndome a los ojos, mientras acomodaba un mechón de pelo detrás de mi oreja.

Mmm no, mejor es que dejemos que la naturaleza siga su camino ya no quiero seguir luchando- dije esto y me pare y comencé a vestirme.

Ella se paró y comenzó a buscar su ropa también, tenia una mirada triste, no se porque.

Eli, me dolerá el final, me dolerá mucho?- le pregunte con voz quebrada.

Ella no me respondió solo me abrazo y lloro en mis brazos.

Me separe de ella y conduje hasta la casa, cuando llegue vi a marie que cocinaba la cena, me embargo un sentimiento de culpa, aunque me dolía el hecho que me engañara la amaba, eso era lo único claro que tenia hasta ahora.

Como le voy a decir que después de 5 meses en un hospital, y todo lo que hemos pasado, me voy a morir muy probablemente. Pensé sentándome en la silla de la cocina.

Hola amor, como te fue en la clínica- me pregunta marie con tono dulce dándome un beso en los labios.

Cuanto daría por cambiar todo por saber que después de todo, tendré un final feliz.

Pasaron tres semanas en las cuales, yo no atendía las llamadas de Elizabeth, ni las de mi mamá, solo los de marie. Me refugie en la casa de campo, para descansar me daba paz ese lugar, aunque seguí perdiendo peso creo que llego un punto donde no perdí mas peso, aunque esta demacrada, pálida.

Alo, marie- pregunto Elizabeth al otro lado de la línea.

Si, dime que quieres- le contesto marie a Elizabeth.

Necesito hablar contigo de Andrea, pero no te lo puedo decir por teléfono, nos tenemos que ver, te parece si nos vemos en el almuerzo en tu restaurante prometo que seré breve. – le dijo Elizabeth.

Elizabeth llego justo a tiempo al restaurante, le pregunto a la encargada por marie, quien le respondió que ella la estaba esperando en su oficina.

Hola marie, como estas?- dijo Elizabeth al entrar a al oficina.

Bien, pero dime que es lo que deseas, no tengo todo el día- le respondió marie.

Mm que carácter, que habrá visto Andrea en ella, no me explico porque sigue con ella después de todo lo sucedido. Pensó Eli.

Bien es que te tengo que hablar de Andrea, como sabes últimamente se ha estado desmayando, y todo lo que ya sabemos, bueno se lo que tiene pero ella no quiere tratarse, y necesito que la convenzas de que lo haga, esta un poco avanzado pero podemos tratarlo y luchar- dijo Elizabeth tratando de retener las lagrimas que querían salir.

Mm que tiene dijo marie, aun sin créele.

Pues tiene cáncer, conseguimos uno en el cerebro hasta ahora parece operable, y otro en el corazón, pequeño puede operarse con un buen medico- dijo Elizabeth.

Marie empezó a llamar a Andrea incesantemente hasta que por fin atendió, con una voz un poco débil como si acabara de despertar.

Hola amor, como estas? Dime que paso? Vi todas tus llamadas- pregunto Andrea.

Amor si estoy bien, amor necesito hablar contigo, donde estas?- pregunto marie intentado sonar tranquila.

Estoy en la casa de cambo (finca) si quieres vienes así pasamos la semana aquí tranquilas- contesto Andrea.

Marie y Elizabeth salieron inmediatamente, sin ropa ni nada, solo con lo que tenían, al llegar que entraron a la casa y vieron a Andrea tendida en el sofá, con un vaso de licor en las manos, se asustaron y corrieron a su lado, ella estaba ebria, cuando vio a marie, solo la abrazo y le dio un beso.

Entre marie y eli, la llevaron a la cama y la acostaron.

Al ver que no bajaba marie, subió al cuarto a preguntarle que es lo que quería comer, al no tener respuesta, intento abrir la puerta pero estaba cerrada, corrió a la mesa que estaba en el pasillo y busco la llave del cuarto al entrar solo pudo gritar ANDREA!! Nooo!!

Querida marie:

Siento mucho haber tomado el camino fácil, pero creo que ya no le veía el sentido a mi vida?

Te amo, eso nunca lo dudes, hubiese luchado de saber que tendría posibilidades de salir, pero no quería pasar otros 5 meses en un hospital.

No sufrí durante esto, por primera vez pude sentir paz, durante esta semana que pase aquí sentí paz, aunque a veces la conciencia me carcomía.

Despídeme de Elizabet dile que nunca quise hacerle daño, que siento mucho lo que paso, y que sobre todas las cosas fue la única persona que me brindo su amistad incondicional, y que eso lo agradezco mucho.

En el testamento estarán las dos, hice una división equitativa, no tendrán ningún tipo de problemas, disculpa que hable de eso pero quería decirte que estuvieras tranquila.

El funeral fue el sábado, se cremo porque así fue su deseo, ha pasado mas de un año, y yo todavía la lloro como esa tarde, a duras penas me hago cargo de todo, se lo debo no puedo dejar que su imperio se caiga solo por mi falta de costumbre en ello. Elizabeth se encarga de la clínica y el bingo y yo del resto, ambas parecemos autómatas del trabajo a casa del trabajo a casa.

Elizabeth todavía se culpa por no darse cuenta. Pero ya es tarde.

FINNN….

Lo siento que lo deje así pero mañana trabajo y son casi las doce, bueno gracias a las personas que me dejan sus comentarios, he tratado de mejorar, aunque la petición de hacer más extenso el escrito se me hace muy difícil pues escribo en tiempo robado. Este relato tuvo problemas de acentos y redacción es culpa de marie, que sigue molesta por mi negativa a dejar de fumar. Prometo que para el próximo ya habré solucionado el problema pues seguramente habré dejado de fumar, me tiene chantajeada.

L

Marie TE AMO