Por ti 2

• Disculpa Marie, no quise hacerte pasar ese mal rato, en verdad- le dije con la mirada baja.

• Esta bien, no fue tu culpa, no sabías que ella estaría allí – responde ella sujetándome del brazo- por qué mejor no vamos y cenamos – completó cuando vio en mi cara la tristeza que me ocasionaba lo que había sucedido. No se por qué todavía Patricia lograba dañarme o arreglarme un día, sé que ya tenemos 6 meses de haber terminado, pero me molesta que con solo una mirada, un roce, logre enloquecer a mi cuerpo.

• ¡Claro! conozco el mejor restaurante de la ciudad, es un lugar muy cómodo y la comida es la mejor de todo el país- le dije. Pensé que si sólo la chef de ese restaurante me hubiese atendido el día que solicité verla, ahorita apuesto que no estaría en esta situación, no estaría tratando de pegar los pedazos de mi corazón con pega loca. Caminamos hasta la camioneta y salimos rumbo al restaurante, cuando llegamos ella se puso a reír y me dijo - Así que tu crees que este es el mejor restaurante de la ciudad, y a ver, por qué crees que es el mejor restaurante de la ciudad, o mejor dicho del país como tu dices. - Buu… bu… bueno porque el local es amplio, cálido y la comida es muy buena, aunque no se por qué la chef nunca atiende a las personas que desean darle felicitaciones, dije con aire triste, pues aunque nunca había hablado o visto a la chef de ese lugar, sabía que era una persona especial, y me encantaría intentar algo con ella, sé que por como cocina debe ser una persona súper dulce.

• Mmmm, creo que fue un error de su parte, seguro ese día tenía problemas y no tenia ganas de recibir a nadie. Cuando entraron al restaurante muchos de los empleados se pusieron serios, y la saludaron con mucho respeto, pero seguro era por su porte o algo así- pensé. Nos sentamos en una mesa retirada, ella pidió dos cocos locos y, mientras esperábamos la comida, durante ese tiempo empezamos a hablar, yo le pregunté – y dime que hiciste hoy, tienes novio?

-cocinar y cocinar y no tengo novio, resulta que no me gustan mucho los chicos en ese aspecto… prefiero a las mujeres - me respondió viéndome a los ojos. Yo no pude evitar reírme tímidamente y sonrojarme- Y qué paso con tu novia Ella me vio, sonrió de forma pícara- Digamos que nuestros carácteres y nuestros trabajos, aparte de la forma de vivir la vida nos separaron, aunque todavía somos amigas, ya no tenemos nada. Y tú, cuéntame qué pasó con Patricia.

• Mmm..., Patricia- dije colocándome inmediatamente triste, pude sentir como las lágrimas luchaban por salir pero no lo permití. - Mmm, bueno, Patricia fue mi novia por dos años, la amé o la amo demasiado, ya no sé, ella no ha salido del closet, así que nuestra relación siempre fue a escondidas, aunque mis padres si lo sabían, ella tenía miedo de salir, por más que yo le dije que por dinero no se preocupara, que me encargaría de ella. Pero no quiso, yo aguanté eso sin problemas pues la amaba, aguantaba que saliera con chicos porque pensé que lo hacía para protegerse de que sus padres la descubrieran, pero un día le dije que me iría de viaje una semana y le deje la llave de la casa para que se encargara de cuidar a mi pequeño perro Trouble. Por cuestiones de suerte regrese antes, así que pensé darle una sorpresa, y decidí primero ir a casa a cambiarme y luego ir a visitarla o invitarla a salir, pero la sorprendida fui yo, cuando al entrar la veo en el sofá comiéndose a mi mejor amiga. No le dije nada, estaba muda, creo que en ese momento no lo analicé, solo dejé la maleta, busqué la llave del carro y salí, ella me hablaba, me suplicaba que la viera, mi amiga también hizo lo mismo, pero yo estaba en blanco no sabia qué hacer así. Conduje hasta llegar a casa de mis padres, me acosté y al día siguiente puse en venta la casa y me mude, aunque me encantaba esa casa no podía volver a poner mis pies en ella, así que me mude y más nunca le hablé del tema- respondí con lágrimas en los ojos.

• Discúlpame, no quise ponerte triste, fue una pregunta entupida – dijo Marie tomando mi mano.

• No es tu culpa, no sabías, además es la primera vez que le digo lo que pasó a alguien, ni siquiera a mis padres le he dicho que paso. – dijo Andrea limpiándose las lágrimas. En eso llego al comida y empezamos a comer, y hablar cosas triviales, a eso de las once más o menos ya el restaurante estaba cerrando, así que le dije para llevarla a su casa y vernos otro día.

CAPITULO III

Han pasado tres semanas en las cuales nos hemos estado viendo todos los días y todos los fines de semana hacemos algo distinto; he decidido que hoy sábado la llevaré a comer y le pediré que sea mi novia, en verdad es lo que más deseo, quiero volver a estar con alguien, compartir mis sueños y mis miedos, y sentir que todo estará bien solo con ver a esa persona. Llegó el sábado y la lleve al restaurante donde ya había cuadrado todo para que fuera especial, y apagué mi celular cuando ella llegó.

• Hola Marie, cómo estás, estas hermosa - le dije cuando llego a mi lado.

• Bien linda y tú, cómo estás- me dijo besando mi mejilla muy cerca de mi boca.

Nos sentamos, yo tome agua y le pregunte.