Por texto y telefono
Personajes: CABALLERO y DAMA Un caballero se encontraba trabajando en la computadora y oyó el timbre de su celular que le indicaba que un nuevo mensaje de texto había recibido. Pensó en que podría ser un asunto de trabajo, mientras abría el mensaje deseaba que fuera mejor de su dama. Al verlo, s
DAMA:
Cariño, ¿me puedes marcar por favor? Quiero escuchar tu voz.
Caballerosamente marcó el número y continuaron su conversación. La charla iba derivando, como en otras ocasiones por el internet o por vía telefónica, hacía temas más personales e íntimos, hasta que lo inevitable surgió, no pudo resistir y lanzó la pregunta al aire.
CABALLERO:
¿Amor qué llevas puesto? Yo estoy con poca ropa.
Cerró los ojos como quien espera una reprimenda por haber dicho alguna inconveniencia y oyó como llegaba la respuesta.
DAMA:
Llevo puestos una falda negra, y una blusa roja, estoy sentada en la cama. Mis pantaletas son color rojo con motivos negros y mi sostén rojo con encaje negro.
Al escucharla la imaginó tal y como ella describía y su miembro sufrió un ligero espasmo, se puso nervioso, a su edad y nervioso, nunca sospechó que eso le podría ocurrir. Reaccionó como pudo y, tragando saliva contestó.
CABALLERO:
Corazón me estas incitando a la rebelión, el color de tu ropa me fascina, me enciende, me gustaría mucho poder estar ahí a tu lado y tomarte entre mis brazos, abrazarte, besarte, estrecharte, mirarte, acariciarte y desvestirte y entregarme a ti en cuerpo y alma. Eres una persona muy especial para mí, a pesar de la distancia te considero mi mujer.
DAMA:
El tirante de mi sostén está apretado, ¿me ayudas a quitármelo?
El caballero sin pensarlo dos veces, con palabras empezó a decirle lo que haría si la tuviera cerca, entre sus manos, le desabrocharía la blusa, la pondría de espaldas a su torso, le besaría el cuello, le masajearía la espalda, le zafaría la tensión del tirante del sostén, y dirigiría sus manos hacia los senos de su dama.
DAMA:
¡Mmmmmmmm! Yo con mi dedo índice estoy bordeando mis pezones por encima del sostén rojo. Los noto muy duros y quiero imaginar que eres tú quien los está tocando. ¿Tú que estás haciendo?
CABALLERO:
Me palpo con ansia mi miembro. ¡Ay, amor! Está creciendo en mis manos, humedezco mi glande con saliva, imaginando que son tus labios o tu lengua.
DAMA:
Mis pezones ya están muy duros y necesito sentir tu palma de la mano completa tocándolos. Ya me quitaste mi sostén y los comienzo a sobar a dos manos; o sea, tus manos amor. ¿Qué llevas puesto cielo?
CABALLERO:
Me estoy ‘poniendo’ el traje de Adán. Si me vieras, sabrías como me tienes. Ardiendo.
DAMA:
¿Qué quieres hacerme? ¿Qué quieres que haga ahorita?
CABALLERO:
Pienso tocar tus senos, sobarlos, chupar tus pezones, con mi lengua recorrer su circunferencia, ir bajando por tu torso, llegar a tu obligo, quitarte la falda, aterrizar en tu clítoris, y caer como cascada en tus labios inferiores. Sentarme en el suelo, delante de ti, meter la cabeza por entre tus piernas, pasear mi lengua por tus muslos, con las manos agarrar tus piernas, mi lengua no para, llego de nuevo a tus labios inferiores, los huelo, los beso, los lamo, saboreo tu miel.
DAMA: ¡
Mmmm! Yo me vuelvo loca, solamente con escuchar tu respiración acelerada, tus palabras entrecortadas, ya sea porque se barre la frecuencia o más bien por nuestra excitación. Ya te siento hincado frente a mi sexo, me excita que estés ahí. Estoy muy mojada
CABALLERO:
Desgarro con mis dientes tus pantaletas e inserto un dedo en tu intimidad. Hazlo mi amor, hazlo, abre tus labios y penétrate con un dedo. Tus dedos son mis dedos, tus manos, son mis manos.
DAMA:
Si, lo estoy haciendo. ¡Mmmmmmm! Estoy húmeda, mis manos empapadas de mi flujo, que rico. Me estás derritiendo.
CABALLERO:
Penetra tus dedos amor. Hazlo, dale corazón. Un dedo, luego dos, quizás tres, Toca tu clítoris, estimúlalo, mete tus dedos. Juega con tu vagina, dale corazón, es mi lengua, son mis labios, son mis dientes, es la punta de mi pene. Dale, dale, dale…
DAMA:
¡Ay! ¡Mmmmm! ¡UgUgUgUg! ¡Ahahahahahahahahahahahahahahah! Amor, ya, ya terminé. ¡Mmmmmmmmmmmmmmm!
CABALLERO:
Humedece tus dedos con tus néctares y chúpatelos, así tendrás tu sabor en tu boca y sabrás la delicia que sentirás cuando yo te los comparta con mi boca y mis labios.
DAMA:
¡Sabroso! Ahora yo pongo mi mano en tu miembro y comienzo a sobártelo hacia arriba y hacia abajo, quiero sentir como crece en mi mano, sin viagra ni cialis. Lo agarro por la base e introduzco la punta en mi boca. Siento toda la fauna aviaria en mí. Deseo exprimirte, succionar. ¿Me permites hacerte eso? ¿Quieres?
CABALLERO:
¡Claro que si cariño! ¡Seriia muy rico amor que hicieras eso! Ordéña mi leche hasta la última gota.
DAMA:
Antes de ordeñarte, coloco mis piernas sobre tus hombros, no dejamos de mirarnos, nos apretamos las manos fuertemente, pidiendo más. Tu lengua y tus dedos en mi intimidad.
CABALLERO:
Luego cambiamos de posición, esta vez tocando tus senos y los músculos de tu abdomen.
DAMA:
Yo roso mi cuerpo con tu pene, eso te excita, lamo tu torso, masajeo tus testículos suavemente, me acomodo para agarrar tu pene en mis manos y lo sobo firmemente, siento unas ganas inmensas de meterlo en mi boca y probarlo. Lo hago, primero paso mi lengua a lo largo y ancho de él, lo chupo, lo mamo, lo succiono, siento leche tibia en mis labios. No dejo que te vengas completamente en mi boca. Me siento arriba de tu miembro y ya dentro de mí, cabalgo, lo aprieto con mi vagina una y otra vez hasta que gimes y siento tu eyaculación riquísima dentro de mí.
CABALLERO:
Luego nos acomodamos, tu lengua limpiando mi miembro y succionando hasta la última gota. Mi boca y mis labios en tu intimidad. Luego nos besamos teniendo sabor a ti y tu sabor a mí.
CONTINUARÁ