Por siempre zoofilica
Perdi la virginidad con un perro y con un perro lo voy a hacer siempre.
POR SIEMPRE ZOOFILICA
Mi nombre es Laura, soy de algún lugar de Venezuela y tengo 16 años. La verdad no soy muy atractiva (...que casualidad que todas las autoras de los demás relatos, de este tipo, si los son) soy de piel blanca, mido 1.64 m, tengo cabello largo, rizado, soy delgada y tengo pocos atributos.
Desde niña siempre había sido muy introvertida, siempre he sido de pocas amigas, por mi falta de belleza y mi apatía, nunca he tenido novio, es mas, tampoco he besado a un hombre, pero desde que llegue a los 12 años y empecé a descubrir todo lo relacionado con el sexo, siempre he sido muy "calentona", desde la primera vez que me masturbe, lo hacia 2 o 3 veces al día.
Hace un año aproximadamente conocí esta pagina, y a diferencia de las demás, yo descubrí que era la zoofilia aquí, en ningún momento me produjo asco; el primer relato que lei, de zoofilia, me excito muchísimo, y apenas termine de leerlo me paso por la cabeza la idea de hacerlo con mi perro, pero segui leyendo mas relatos, en algunos se narraba como, las niñas, habian perdido la virginidad con el perro, causandoles mucho dolor por ser su primera vez y por el tamaño del pene, razon por la cual preferi esperar, a perder la virginidad con un hombre y después hacerlo con mi perro.
Con el tiempo la idea se me borro de la cabeza, seguía leyendo relatos asiduamente, pero no tanto los de zoofilia, pero, hace un mes, aproximadamente, recordé unos de los primeros relatos que había leído, recordaba lo que narraba ese par de relatos y en instantes me empezaba masturbar, los leía y releía y mas me excitaban. La idea volvió a entrar a mi cabeza, pero esta vez con mas fuerza, el debate conmigo misma era si perdía la virginidad con el perro o no. Una amiga mía, que conocí por MSN, y que es zoofilica, me decía que no me lo recomendaba(perder la virginidad con el perro), pero que si me decidía iba a tener que hacer un sacrificio, aguantando al principio, pero que después iba a ser recompensada. Yo seguía dudando...
A los pocos días llegue del colegio e inmediatamente comencé a leer relatos de zoofilia pero ninguno me ponía como lo hacían los ya mencionados, entonces como por vigésima vez empecé a leer ese par de relatos, y en cuestión de segundos estaba excitadísima y ya metiendome el dedo, antes de terminar de re-leer el primero me decidí, si me quedaba esperando un hombre probablemente nunca llegaría, me había decidido, iba a perder la virginidad con el.
Inmediatamente me fui para mi pieza, me quite toda mi ropa, y me coloque una pijama cortica (de las que son como un vestido de gala), llame a mi perro (labrador de 4 años) y nos metimos en el baño (lo de la pijama y lo del baño, es porque me dieron el consejo de que siempre que lo fuera a hacer con un perro, lo hiciera en el mismo lugar y que siempre me viera con la misma ropa, para que el perro no intente nada cuando se esta con alguien mas) el perro estaba muy contento, no se imaginaba lo que iba a pasar. Me senté en el piso y abrí las piernas, el perro apenas me miraba, entonces lo cogí de la cabeza y acerqué su hocico a mi concha e inmediatamente comenzó a lamer mi conchita que ya estaba bien mojada, siguió lamiendo, mientras yo me sentía en la gloria, mientras yo pensaba "...lo que me estaba perdiendo" estuvimos así entre 10 y 15 minutos, hasta que observe que ya tenia su verga afuera, inmediatamente me dieron ganas de tocarla y así lo hice se la cogí y el se quedo quietecito, mientras yo exploraba todo lo que para mi, hasta ese momento era desconocido, al ver el tamaño del pene (obviamente mas grande que el de un hombre normal) comencé a dudar de nuevo, en ese momento me dio miedo perder la virginidad con esa vergota, estuve pensándolo mientras seguía, pero la duda duro poco, en un par de minutos me decidí de nuevo, y esta vez me puse en cuatro, el perro de inmediato empezó a lamerle de nuevo, aunque eso no era lo que yo quería, principalmente, lo disfrutaba, hasta que el perro, después de lamerle por un par de minutos, coloco sus patas en mi cintura, en ese momento el corazón me empezó a latir rapidísimo, era una sensación indescriptible una mezcla de miedo con excitación.
El perro no lograba metermela, hasta que yo le cogí su enorme verga con mis temblorosas manos, coloque la punta en la entrada de mi vagina y en un segundo me la metió. Yo no podía del dolor, apretaba los puños, dientes, comencé a llorar del dolor que me producía, hasta rabia tenia de que el condenado perro estuviera disfrutando y yo con ese terrible dolor, pasaron 10 o 15 minutos (...o mas ese momento fue larguísimo) y ya el dolor se me iba aplacando, cada vez me empezaba a gustar mas, a los pocos minutos de haber empezado el placer, tuve mi orgasmo, y después del primero, paso muy poco tiempo, y el que sigue, otro orgasmo, ya pasado el nerviosismo, el dolor, ya cuando solo quedaba excitación y placer comencé a hablarle mi perro (eso es lo que tanto me excita de los famosos relatos que releía)
-Vamos mi Yanqui, dale otro orgasmo a tu perrita, vamoooosss, lindo mi perro, precioso, ¡te amo!
Hablarle a mi perro me excita mucho, entre mas le hablo mientras lo hacemos mas lo disfruto, mientras seguía diciéndolo mas cosas a mi perro, recupere la noción del tiempo, pensé que no demoraba en terminar, había leído que cuando meten la bola duele, ya había sentido mucho dolor, y no quería sentir mas, así que coloque una mano a la entrada de mi concha para que no me la metiera, inmediatamente levante la mano del piso, me desequilibre por la fuerza que imponía mi perro, pero todo se soluciono muy fácil, solo tuve que apoyar todo el brazo, y seguir sintiendo placer, Yanqui seguía metiendomelo y sacándomelo, mientras yo sentía próximo el orgasmo, en ese momento el perro trato de meterme la bola pero yo lo detuve con mi mano, Yanqui se quedo quieto encima de mi, sin moverse, hasta que sentí que soltó todo su semen dentro de mi, en ese momento obtuve mi tercer orgasmo, e inmediatamente mi perro se bajo de mi, apenas me soltó me quede estirada en el piso descansando, después saque el perro y aproveche que estaba en el baño para limpiarme todo el semen y la sangre que había en mi concha y mis muslos.
Me sentía feliz mientras me bañaba, no veía lo hora de que fuera el otro día para volverlo a hacer. Lo hago todos los días, exceptuando sábados y domingos, ya que soy hija única y mis padres trabajan, tengo todas las tardes libres y desde ya me imagino las vacaciones...mmmmmm.
Ya llevo una semana haciéndolo, pero todavía no dejo que me introduzca su bola, pero dentro de poco lo dejare, para sentirme mas perra al quedarme pegada con el y hasta de pronto me anime a mamarselo.
Espero que les halla gustado mi relato, y si quieren contactarme por MSN escríbanme.