Por salvar el trabajo 1

A mi novio y a mi su jefe nos encuentra en una situación comprometida, el precio de su silencio es alto, pero al final disfruto pagándolo.

Hola, me llamo Claudia Pamela y tengo 20 años, esto que pasó sucedió hace apenas un año. Yo soy una chica bastante normal, aunque mi novio me dice que soy muy guapa, trato de estar en forma, soy delgada, tengo pechos normalitos (32B), pero mi gran orgullo son mis piernas y mi trasero (culote le dice mi novio Gerardo, jeje); soy morena clara con el pelo largo, y de cara muy normalita.

Como después de la prepa no quise estudiar mis padres me mandaron a trabajar desde los 19 años, iba de un lado a otro siempre teniendo problemas, por lo que me amenazaron diciéndome que no podía estar así que si no tenía un empleo fijo me correrían de mi casa, pues no iban a estar manteniendo huevonas. Yo llevaba 4 meses con Gera cuando consiguió trabajo en una oficina como encargado de cobranza, tuvo la oportunidad de meterme a trabajar y lo hizo, por lo que me quedé como la responsable del archivo de la empresa, la cual era muy pequeña, apenas había 20 personas trabajando, aunque le iba muy bien en lo económico.

El archivo es un cuarto cerrado en el que solo está mi escritorio, mi silla y un montón de lockers para los documentos que yo tenía que ordenar, clasificar y, en su momento, buscar. Nos daban 2 horas diarias de comida, por lo que Gera y yo llevábamos algo para calentar en el micro de la oficina, obviamente siempre nos quedaba tiempo y como el archivo estaba en un lugar cerrado aprovechábamos para coger, diario cogíamos y si yo no podía mínimo se la chupaba a Gera.

Ese día en cuestión (era lunes), yo llevaba una falda azul marino por encima de la rodilla y una blusa blanca normal para ir a trabajar, la ropa interior era un bra y una tanga rojos. Desde la mañana Gera estaba muy caliente, pues llegamos 15 minutos antes al trabajo y aprovechando que no había nadie me hizo que se la mamara aunque no pudo terminar por que llegó su jefe (que se llama Luis) y rápido tuvo que salir de mi lugar, a mi me encanta chuparle la verga, me excita mucho verlo a la cara mientras yo se la mamo, así que me quedé caliente debido a que no pude tomarme mi lechita ni disfrutar más de mi macho.

A la hora de comer Gera no se aguantó y en cuanto entró a mi lugar me empezó a besar y a manosearme; en menos de un minuto yo estaba en ropa interior, Gera solo con el pantalón y yo montada encima de él besándolo. En eso escuchamos que se abre la puerta y una voz atrás de nosotros que era la del jefe de Gera, el señor Luis diciéndonos:

  • ¿Qué está pasando aquí?

Nos levantamos pero era obvio que nos habían atrapado, así que solo nos callamos y agachamos la mirada, el señor Luis era un tipo ya entrado en años, con muchas canas, aunque se encontraba más o menos en forma. Como vio nuestro silencio el dijo:

  • Señores, siento encontrarlos así, pero tendré que reportar esto al área de recursos humanos, ustedes saben que las "relaciones" entre trabajadores no están permitidas.
  • No señor, no lo diga, por favor, la verdad es que somos novios desde antes de que entráramos y tratamos de que la relación no afecte nuestro trabajo. Dijo Gera.
  • Pues no parece, necesito un historial de pagos de un cliente y me encuentro a mi encargado de cobranza tirándose a la del archivo, eso afecta su trabajo y no puedo hacer nada, hablaré con Saúl (el gerente de recursos humanos) y él sabrá que hacer. Respondió Don Luis.
  • No señor, necesitamos el trabajo. Dijimos casi al unísono.
  • Pero es complicado, no los vi ni siquiera besándose, un minuto más y encuentro a esta señorita bien ensartada. Dijo extrañamente Don Luis.
  • No volverá a suceder, en serio Don Luis, no sea así. Digo yo con mi mejor cara de lástima que puedo.

En eso Don Luis sonríe, se me queda viendo de arriba abajo y al final como apesadumbrado nos dice:

  • Pues está bien, no quiero perjudicarlos, pero yo quiero una recompensa por mi silencio. Hace un silencio algo largo y al final dice: Gera, sabes que soy tu jefe y que aún sin esto puedo correrte cuando quiera, y usted señorita, aunque no trabaja directamente para mí puedo hacer que la echen solo con lo que vi, así que Gera, quiero que tu noviecita se porte bien conmigo, para que entiendan, nunca la había visto bien y está muy buena, por lo que quiero cogérmela, ustedes deciden, o ella afloja las nalgas y hace lo que yo quiera o se van los dos de la empresa, así de fácil.

Yo estaba totalmente indignada con la proposición y con la forma tan cruda de exponerlo, quería soltarme a llorar pues otro despido y chau de mi casa, Gera no tenía lugar para que viviéramos juntos y ayudaba a sus padres a salir adelante, aún así cuando estaba a punto de agarrar mis cosas e irme, escucho la voz de Gera a mi lado:

  • No se apure licenciado, Pame lo complacerá en todo lo que se le ocurra. . . . Voltea a verme y me dice. Sabes que necesitamos el trabajo y si nos da una oportunidad de seguir aquí hay que tomarla.

Estaba totalmente helada, no podía creer que mi novio adorado estaba ofreciéndome a su jefe para salvar el pellejo, aunque como bien lo había dicho Don Luis, estábamos en sus manos, por lo que al detenerme a pensar las cosas, no estaba tan mal la situación, el viejo solo quería coger para callarse la boca; estaba pensando en estas cosas cuando la voz del licenciado me interrumpe:

  • A ver puta ya no lo pienses tanto y arrodíllate para que puedas empezar a mamar; Gera, quiero que te sientes en la silla para que veas cómo me chingo a tu vieja.

Decido terminar con esto lo más pronto posible, eso significaba que no solo iba a cooperar con Don Luis, sino que me iba a esforzar para que se viniera lo antes posible. Por lo que me pongo de rodillas de inmediato y le saco una verga de buen tamaño, mas grande y venosa que la de mi novio, comienzo besándole la puntita y tomando la base con mi mano, lamiéndola en toda su extensión desde la base hasta la punta, inmediatamente después me la trago toda para mirar a los ojos de Don Luis comprobando que mi trabajo resultaba adecuado. Lo empiezo a masturbar al ritmo que se la chupo, es decir, trato de que sea rápida pero profunda la mamada que le doy, en eso el viejo me toma de los cabellos y empieza a llevar el ritmo de la mamada haciéndola mucho más rápida y metiendo todo su instrumento de golpe en mi boquita, me dan arcadas y cada que me la mete hasta el fondo intento soltar mi cabeza de su mano. Así estuvo bastante tiempo, la verdad es que el control que ejercía sobre mí y el buen sabor de su rabo, así como el hecho de que me encantaba comer verga hizo que me comenzara a mojar.

Después de un buen rato chupando el instrumento del jefe de mi novio, Don Luis dice:

  • Gera, vente a ayudarme, mientras la piruja de tu novia me sigue comiendo el rabo vele lubricando el chochito con tu lengua que quiero que sea totalmente fácil poder ensartarla cuando quiera cogérmela. . . . . y tu putita, mamas bien, muy bien, empieza a lamerme los huevos.

Ni tarda ni perezosa me saco la verga de la boca, la levanto y veo dos buenas pelotas peludas y gordas, por lo que deduzco que debían de estar bien cargadas de leche de macho; comienzo lamiéndole las bolas y viéndolo a los ojos poniendo la cara de mas puta que tengo, Don Luis sonríe y me empuja de los cabellos para que me trague todos sus huevos que yo con gusto alojo en mi boquita. Después de lamerle las bolas al jefe de mi novio vuelvo a meterme su verga en mi boca, me resulta muy curioso, mientras mi novio (que casi nunca me da sexo oral porque no le gusta) me da lengua, a mi me dan por la boca; la verdad es que empiezo a estar muy mojada y excitada; en eso mi novio dice:

  • Don Luis, mi vieja ya está bien mojada, si quiera ya ensártesela.
  • Muy bien Gera. A ver zorrita, acuéstate boca arriba en el escritorio y abre bien las piernas, que hay te va toda mi verga.

Hago lo que me pide, me saco el animalote de Don Luis de mi boca y voy y me acuesto en mi escritorio abriendo bien las piernas y tomándomelas con los brazos. El jefe de mi novio se acerca con su instrumento entre sus manos y listo para ensartarme y de un solo movimiento me clava toda su verga en mi puchita, yo trato de no gritar pues mi novio está al lado viendo, pero sí suelto un gran gemido, Don Luis empieza a cogerme de forma muy profunda que me vuelve loca, pues casi saca toda su vergota despacio para después volvérmela a clavar con toda su fuerza, yo me limito a gemir y a cerrar los ojos debido al intenso placer; por fin tengo un orgasmo monumental al mismo tiempo que abro mis ojos para ver como mis piernas están en los hombros de Don Luis y sentir como sus huevos golpean una y otra vez mis nalgas, volteo a ver a mi novio que ve atentamente como se están chingando a su noviecita. Después de otro rato con esa cogida el jefe de mi novio me saca su vergota, se sienta en mi silla y me dice:

  • Ahora te toca a ti zorrita, ven y date unos buenos sentones en mi verga.

Volteo a ver a mi novio y el asiente imperceptiblemente, por lo que de inmediato voy y me acomodo el animalote de Don Luis en la entrada de mi vagina para de un solo sentón clavarme todo ese pedazo de carne, pongo mis manos en los hombros de Don Luis y comienzo a moverme de arriba abajo sintiendo como me llena completamente, en eso el jefe de mi novio empieza a nalguearme bastante fuerte diciendo:

  • Así es como se cabalga puta, que buena estas y que bien montas verga. Gera, ven a lamerle el culo a tu novia que me la voy a encular.

Al escuchar eso inmediatamente me detengo pues nadie me había dado por el culo y le digo a Don Luis:

  • No me des por el culo, nadie lo ha hecho y me va a doler mucho.
  • En primera puta, no te he dado permiso para que me hables de tu, recuerda que soy el jefe de tu novio y que si quiero puedo hacer que los corran de inmediato; en segunda, el trato era de que ibas a aflojarme las nalgas y hacer lo que se me viniera de los huevos, por lo que si te digo que te empines, tú me tienes que preguntar "hasta dónde" y abrirme tus dos agujeros; recuerda que su futuro está en mis manos. Gera, ven y lámele el culo a la puta de tu novia mientras ella sigue cabalgando.

Pienso que mi novio va a decir o a hacer algo pero de repente siento como me abren las nalgas y como su lengua empieza a lamerme el culo. No me queda otra que seguir cabalgando pues mi novio a decidido entregarme totalmente como si fuera su piruja particular; por lo que decido disfrutar completamente de la buena cogida que me están dando, sin remordimientos por lo que mi novio piense o diga; así que empiezo a cabalgar aún más rápido que antes, gimiendo más fuerte y por primera vez, diciendo:

  • Así, así, papi, me mata con su vergota, cójame, cójame, ¿le gusto? ¿le gusta cómo me monto en su verga? Qué bonito animal tiene. Me quiere matar a vergazos, ¿verdad? Chíngueme más, métala más, hasta el fondo, papi.

Después de un buen rato dándome muy buenos sentones y con mi novio pegado a mi culo lamiéndolo y después metiendo uno y hasta dos dedos en él Don Luis dice:

  • Muy bien putita, quiero que te empines en tu escritorio y abras muy bien esas nalgas que te voy a romper el culo como te mereces.
  • Claro que si papi, rómpame bien el culo.

Dejo de cabalgar y me empino en el escritorio abriéndome bien las nalgas con las dos manos, relajando el culo para que la verga entre lo mejor posible y volteando hacia atrás para ver el momento justo en el que me desvirguen el culo. Veo a Don Luis como se levanta con el instrumento entre las manos, se acerca a mí, escupe en su tremendo animalote, me lo pone en la entrada de mi ano y comienza a empujar despacio, al principio me dolía bastante pues tremenda cabezota no entraba en mi culito; sin embargo, después de mucho empujar noto como si algo se rompiera, me arde mucho como si me estuvieran quemando por ahí y de repente siento como su verga empieza a irrumpir en mi trasero literalmente; empiezo a gritar de dolor que se detuviera que me va a desgarrar pero Don Luis me dice:

  • Cálmate zorra, el inicio es lo más difícil, pero ya que tu culo se acostumbre a mi verga todo será más sencillo y te va a gustar.

Ya con el culo roto Don Luis empieza a meterme el rabo hasta el fondo, ya que siento sus huevos en mis nalgas y todo mi culo ardiendo dice:

  • Ya ves, ya está todo adentro, mmmmhhhhh, que apretado siento tu culo puta, deja que se acostumbre y verás cómo te gusta.

Después de un rato en el que dejó su verga alojada hasta el fondo de mi trasero, empezó a moverse fuera-dentro, al principio seguía quejándome por las embestidas, pues cada vez eran más fuertes, pero a medida que pasaba el tiempo mi culito empezó a acostumbrarse y extrañamente me empezó a gustar estar sometida de esa forma tan absoluta a un hombre, por lo que empezaron mis gemidos y gritos ya no de dolor, sino de placer, y un placer tan intenso que no me pude controlar:

  • Qué rico papi, qué rico me rompe el culo, así, así, más, más, más duro, cómo me gusta que me dé por el culo, rómpamelo, rómpamelo, qué vergota tan rica tiene, qué bien me chinga, chíngueme bien, soy su puta, su putita, cláveme ese animalote que tiene, ensárteme bien, más, más, más.

Tengo un orgasmo brutal, en mi vida había terminado de esa forma, grito y gimo como una poseída, pido más verga sin que me importe que mi novio esté junto a mí viendo como me enculan. Mi jinete acelera sus embestidas, me jala del pelo para que levante la cabeza mientras soy penetrada hasta el fondo, después de esta cogida bestial el jefe de mi novio me jala aún más del pelo para decirme:

  • Ya voy a terminar putita, quiero que me la mames hasta que me venga totalmente, mi verga tiene que quedar completamente limpiecita y tú no vas a desperdiciar nada de la leche que te dé, ¿entiendes?
  • Claro que sí papi.

Y sin soltarme del pelo saca su verga, me pone de rodillas y empieza a cogerme literalmente por la boca, ya que yo no me muevo, es él el que embiste mi boca con toda su fuerza; de repente siento un gran chorro de líquido espeso en el fondo de mi garganta que trago no sin problemas, los demás chorros los hace en la punta de mi boca por lo que me la inunda de su leche con un sabor muy fuerte, pero debido a la excitación me sabe deliciosa, la saboreo, la trago; por fin me suelta y yo me dedico a limpiarle los restos de lefa y a lamerle la verga y los huevos mientras él dice:

  • Qué bien coge tu novia Gera, es toda una puta que le encanta la verga, por la buena sorpresa de desvirgarle el culo y lo bien que se han portado los dos mañana serás nombrado mi asistente personal.
  • Muchas gracias señor. Contesta mi novio.
  • La única condición es que diario me la traigas una hora antes de abrir la empresa para que me la chingue como ahorita, y quiero que me la traigas tu, quiero que siempre veas cómo me la cojo, ¿entendiste?
  • Sí señor, claro; así como gritó y gimió no creo que Pame tenga algún inconveniente en aflojarle las nalgas diario señor.
  • Así me gusta. Bueno, ya terminé, tu zorra, en lo que me visto búscame el historial del cliente Juan Álvarez.

Después de entregarle toda la documentación a Don Luis y de que se fuera mi novio me dice:

  • Pinche Pame zorra no sabía que fueras tan puta.
  • No seas menso tu me ofreciste a tu jefe para que me cogiera, que querías que hiciera. Le contesté.
  • Pues al menos disimular que te estaba gustando tanto la verga; de todos modos ya se que aguantas unas buenas culeadas. Ven y mámame la verga. Me ordena mi novio.

El me toma del cabello y me obliga a mamarle la verga mientras me decía.

  • Si bien que te gustó que mi jefe te tomara por la fuerza puta.
  • No me digas así Gera. . . . . . . . mmpppfffgghhhhh. Me metió toda su vergota en mi boquita a la fuerza.

Lo bueno es que no duró mucho estaba muy caliente y se vino en mi boca totalmente después de unos minutos.

Después de esa tarde, nuestra (mi) vida sexual tomó un rumbo muy diferente que les iré contando poco a poco.