¿Por qué no probar? (Capítulo 2)

Mi primer beso con una chica y la verdad que decir que me había gustado, era poco. Quería seguir probando... Y si esto era un juego, estaba dispuesta a jugar.

Acordamos vernos dentro de dos días con las ideas claras, y el menú planificado para ensayarlo en una casa. Aprovechando que mis padres no estarían ese día en la mía, la ofrecí para preparar la comida y luego de paso comer.

La verdad es que había pasado muy poco tiempo, pero María y yo parecía que nos conocíamos ya de toda la vida. Habíamos cogido bastante confianza, cosa que sin duda me gustaba mucho, pero a la vez me daba miedo.... Me asustaba la idea de que mi cariño pudiera convertirse en algo más...Enamorarme de ella podía ser peligroso, sin embargo, estaba dispuesta a correr el riesgo.

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Llegó el día del ensayo del trabajo, y Maria llegó a mi casa un poco antes de lo previsto, a las 11.30. ¡Quién diría que era una chica impuntual! Me pilló un poco desprevenida, con unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes, sin duda, ropa cómoda para estar por casa. Aunque era una combinación sencilla también era muy sexy.

María: ¡Buenos dias señorita Elena! Pero qué guapa te veo esta mañana...- Me miró de arriba a abajo - Te has puesto muy sexy para mí... jajajaja – y a continuación me saludó efusivamente con un par de besos.

Elena: La ocasión lo merece baby! - Y le di un gran abrazo que desde cualquier otra perspectiva podría haber parecido normal, sin embargo para mí significaba algo más...

Ella venía super arreglada, lo que podría darme una cierta esperanza...¿sería por mí? O Serían imaginaciones mías. Llevaba unos pitillos super ajustados y una camiseta ceñida que le hacía un cuerpo de infarto...

El plan era sencillo, sacaría una botellita de sangría para ponernos contentillas e intentaría aprovechar nuestra confianza para que ocurriera algo más... ¡Que empiece la acción!

María: Bueno, ¿qué vamos a preparar? ¿Merluza al horno y una ensalada cómo guarnición? - Empezó diciendo

Elena: Sí, ¡me parece más que perfecto!

Saqué la merluza del frigorífico y la botella de sangría, mientras María cogía la bandeja y preparaba todos los ingredientes.

Viéndo ese culito, no pude resistir...Me acerqué por detrás, despacio pero decidida y le di un cachete..

Elena: ¡Pero qué bien te quedan esos pantalones capulla! Luego soy yo la que va de sexy...

Ambas nos reimos. Pero me dió la impresión de que su risa denotaba algo de nerviosismo.. o quizás excitación... Sí, era eso.

Se encontraba pelando unos ajos, cuando derrepente, se cortó en el dedo índice. Y cómo sabéis, todos los cortes en los dedos suelen ser bastante “sangrientos”.

María: ¡Aaaaauucch! ¡Me acabo de cortar! ¿Has visto lo que has conseguido? - ¿Cómo que he conseguido? Sí.. ¡Se había puesto nerviosa!

Elena: Lo siento cariño, no era mi intención... Voy ahora mismo por el botiquín y te prometo que te lo recompensaré... - Recompensarla era lo que más quería, la verdad.

Cojí el botiquiín y rápidamente fui a curarle ese cortecito, que aunque era pequeño, se hacía de notar con tanta sangre que salía. Le cogí suavemente la mano, intentando que ese contacto fuera más especial de lo normal... Cogí un algodón con alcohol y se lo pasé por el corte quitándole toda la sangre que había desprendido y logrando cortar la pequeña hemorragía.

La miré y le sonreí. Nos habíamos tomado ya unas cuantas jarras de sangría y el alcohol empezaba a jugar un papel más que favorable..

Elena: ¿Has visto cómo no ha sido para tanto? ¡Quejica!- Le dije sólo para molestarle

María: Pues sí, ha sido para mucho...¿Y mi recompensa cuando me la vas a dar?- Dijo poniendome ojitos, unos preciosos ojos azules.

Elena: Cuando quieras- le dije acercándome lentamente - pero ya sabes que estoy sin un euro, yo te lo recompenso “en carnes”...- le dije divertida pero a la vez con toda la picardía .

María: ¿Aaah sí?- Me dijo con curiosidad- Pues venga, ¡recompénsame!

No me hice de esperar. La cogí por la cintura acortando la distancia que nos separaba y poco a poco acerqué mis labios a los suyos. Fue un beso corto y suave. Tenía miedo de que me rechazara, pero para mi sorpresa, cuando me estaba separando, fue ella quien tiró de mí para darme un beso esta vez con mayor intensidad.

Nuestros labios se volvieron a unir, y empezaron a moverse torpemente, se notaba que era algo “improvisado”... Simplemente nos dejamos llevar por la situación. Terminamos el beso con una sonrisa complice.

María: Si cada vez que me corte me lo vas a recompensar así, creo que lo tendré que hacer más amenudo- Dijo sonrojándose .

Elena: Sabes que no hace falta que te cortes... ¡Yo te doy besitos cuando quieras!- Le guiñé un ojo y le di un gran beso en la mejilla.

Terminó la tarde sin hacer alusión a lo sucedido...Cómo si no tuviera mayor importancia. Lo cual me hacía pensar que quizás para ella sólo había sido un simple juego...¿Un beso de amigas?

Está claro que para mí había sido más que eso...Había sido mi primer beso con una chica y la verdad que decir que me había gustado, era poco. Quería seguir probando... Y si esto era un juego, estaba dispuesta a jugar.

Al día siguiente, volvimos a clase, y entregamos todos los respectivos trabajos que nos habían mandado. Estaba segura de que nuestro menú tendría una buena nota. Después de dar las aburridas clases, nos fuimos todas las chicas a la cafetería. Tocaba un poco de relax.

Marta: A pesar de acabar de empezar, nos están matando a trabajos... Creo que tendré que ponerme a estudiar desde ya...- Dijo la más estudiosa del grupo.

Carmen: ¿Pero qué dices Marta? ¿Estudiar? Eso se hace las dos semanas antes de los exámenes, ¡todas los sabemos! - Saltó Carmen muy despreocupada, a lo que todas reímos.

Eva: Oye, chicas...¡Se me está ocurriendo un planazo! ¿Porque no aprovechamos este fin de semana, que todavía hace buen tiempo y nos vamos a la playa? No disimuléis que sé que lo estáis deseando.- Nos dijo con una mirada llena de ilusión.

Elena

: Pues a mí me parece una idea fantástica, la verdad.- Dije dándo mi apoyo a Eva.

María: No vamos a negar que el plan es muy tentador. Y para tentaros más, os diré que nos podemos ir a mi casa de la playa, que está libre. - Dejó caer cómo quien no quiere la cosa

Carmen: Pues no se hable más...¡Decidido! Todas a la playa este fin de semana. Ya empezarás a estudiar el lunes, Marta...- Le dijo sacándole la lengua.

Carmen era todo un caso, era la que siempre estaba clavandote la espinita. Graciosa a su manera. Pero nos reíamos un montón con ella.

Marta optó por no rebatirla, y aceptar la propuesta, entre otras cosas, porque no estaba dispuesta a perderse ese gran fin de semana.

Acordamos todos los detalles. Eva pasaría por nosotras el viernes por la mañana y nos iríamos todas en su coche hasta la casa de la playa de María.

Iba a ser un fin de semana espectacular. Además de que pretendíamos todas pasarnoslo en grande, también iba ser una magnífica oportunidad para tentar a María, y comprobar si realmente a ella también le pasaba lo mismo que a mí, que me tenía ansiosa por seguir probando sus labios...

¡Y quién sabe si algo más!

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Os dejo aquí el segundo capítulo de esta entrega. Ya véis que no me he portado mal..Diría que he sido más que rápida, ¿verdad? Aunque bueno, mentiría si no dijera que ya lo tenía empezado.. jeje :P

Os agradezco mucho vuestros comentarios. Me ha hecho mucha ilusión que os haya gustado, lo que me da más ánimos de continuar escribiendo.

Intentaré subir la continuación pronto, aunque no prometo nada...Porque ahora estoy un poco liada con los exámenes. :(  ¡Deseadme suerte!

Un saludo,

Eli.