Por qué mirar a veces no está mal
Una breve anécdota personal, cosas que nunca esperamos pero que sin querer pueden pasar...
Me gusta mirar, no lo puedo evitar, es algo que me excita y me atrae bastante…
Una fiesta en casa de un amigo…
en medio de una conversación con mis amigos, me dieron ganas de ir al baño, subí a buscarlo y no lo encontraba, paso por un pasillo largo y oscuro, donde estaban las habitaciones, algo llamo mi atención, un sonido de placer intenso, gemidos constantes, una chica que pedía más, que quería le dirán “duro”…
Me guió por los ruidos y llego a lugar indicado, en donde el deseo era el protagonista, comienzo a ver como estos dos amantes disfrutan un momento de éxtasis y pasión…
Él la estaba penetrando por su rajita mientras mordía sus senos y ella se retorcía de placer, pidiéndole rudeza, que fuera más duro, él la toma por las caderas y la sube sobre su pene y ella comienza a moverse de una manera alocada pero que a él le encanta…
Yo los miraba y me estaba calentando muy rápido, me gustaba lo que veía, él la pone en una mesa que tenía cerca y continua cogiéndola rico, el placer era obvio y yo excita comienzo a tocarme, estaba demasiado húmeda, mis dedos en mi clítoris y mi otra mano tocaba mis senos por encima del sostén. Por más que quería dejar de mirarlos y concentrarme en mi placer, no podía quitarles la mira, aquellos amantes empedernidos, él la dejaba de penetrar para masturbarla con sus dedos y ella tocaba con desespero su pene, mientras el aumentaba el ritmo en su clítoris ella lo hacía con su pene, era una conexión inexplicable, el besaba sus senos mientras ella se venía, terminando con gigantesco chorro de placer empapando a su compañero, cosa que por lo que veía le excitaba muchísimo más a él, tragando sus flujos de placer, la toma con fuerza y la voltea y comienza a penetrarla por detrás, sus gemidos ya eran gritos de placer, le da nalgadas, le da duro, aumenta de velocidad, lo mete, lo saca, ella pide más…
él está por acabar y sus cuerpos sudados quieren más y más placer, mientras miraba, me tocaba, también estaba a punto de tener un súper orgasmo y comienzo a gemir más y más duro, olvido por completo que estaba de espía y que me descubrirían, pero lo pensé demasiado tarde, ya se habían dado cuenta de que estaba ahí, ella se acerca y termina de abrí la puerta tras la cual los miraba, me toma de la mano, yo con los pantoles desabrochados la camisa arriba, mis senos a la vista, me lleva junto a su amante y sin decir nada, me toma la cara, me besa, mientras él la sigue tocando, caricias iba y venían, ella comienza a bajar por mi abdomen, toma mis nalgas con fuerza y ahora es el que me besa, toca mis senos con rudeza, eso me encantaba, yo empecé a gemir cada vez más fuerte, mi respiración se aceleraba, ella jugaba con mi clítoris, su lengua lo recorría, lo mordía, esto era genial, penetraba con dos de sus dedos mi vagina, el muerde mis pezones yo lo acaricio, tomo su pene con mi mano, lo masturbo y su expresión lo decía todo, le gustaba lo que estaba pasando, casi casi por acabar, subo a la chica y la beso, sigo yo repartiendo caricias y besos… cuando el chico me toma por detrás y comienza a penetrarme de una manera inexplicable, era un dolor placentero y que mis gemidos dejaban claro, yo le chupaba y lamia el clítoris de la chica y los tres estábamos a punto de caramelo, casi por acabar, la primera fue ella, yo la tocaba, pasaba mi lengua por su clítoris y toda su vulva, uno de mis dedos penetraba su culo rico, el seguía dándome duro, me estaba viniendo, pedía más y más la chica comienza a acariciar mis senos, justo antes de que el acabara, nos tomas a las dos y nos pone de rodillas frente a él, a su pene, el comienza a derramar su leche sobre nuestros rostros, ella me lamia la cara a mí y yo a ella, nos tocábamos justo para terminar, todos acabamos juntos y el placer era evidente, el ambiente estaba caliente, el sin decir nada se aleja, ella y yo nos besamos, mientras el salía de la habitación, para luego ser nosotras la que nos despediríamos y quizás nunca más volver a encontrarnos en las mismas circunstancias…