¿Por qué a mí? Capítulo 33

Tomaba el celular y comenzaba a leer la invitación; era una fiesta con coctel incluido y música, posteriormente habría algo más si él o los participantes accedieran; el usuario que tuviera la invitación directa del organizador tenía derecho de entrar con un sólo invitado.

Hola; les traígo un nuevo capítulo de esta historia, que les vaya bonito y gracias por el apoyo.

Capítulo 33/03 "Perverso".

Nota

Las canciones mencionadas pueden escucharlas mientras leen el capítulo... Saludos y gracias.

La verdad caí muerto; llegué a casa y lo primero que hice fue bañarme, cenar y dormir; sí, ni si quiera le respondí al ingeniero, porqué estaba exhausto; pero tuve un sueño raro, una sensación, vi sangre, ardor en el costado inferior derecho de mi abdomen, era ardor y dolor, por un momento creí que era gastritis, pero no, sólo fue esa sensación del sueño, parecía tan real; ¡tengo sueño aún!; sin embargo debo alistarme para la reunión con el grupo "M.H.V"; Sandra no me habla ni yo a ella, a pesar de eso, debo informar que saldré, la excusa que pondré es la consulta de psicología a la que voy; en sí es terapia grupal; pero eso no lo saben ellas, sólo mis padres y hermanos; me iré a bañar.

Dos horas y media después; estoy a diez minutos de llegar y siento que me tarde muchísimo; ¡odio las distancias en ciudad de México!; terminé de bañarme, me vestí y pues desayuné algo rápido, cereal, café, pan y jugo de naranja; le comenté a Yara que saldría, pues Sandra se había ido desde muy temprano a la oficina; ¡sí, ella trabaja los sábados!; justo cuando estaba por ingresar a la estación del metro cercana a la casa, Tello me dio el encontrón y me preguntaba a dónde iba, le dije que a mi cita de psicología y pues se ofreció a acercarme; por supuesto que no iba a desaprovechar la oferta, pues el haber desayunado me quitó tiempo de camino y con el aventón que me daría él, pues me beneficiaba ganando tiempo; en el trayecto íbamos platicando sobre qué sucedería con nosotros, ya que aunque se escuché morboso nuestra atracción es muy sexual, todo el día y toda la noche estaríamos teniendo sexo si fuera posible, ahora arriba, ahora abajo, treinta grados Fahrenheit es su perfume que quema; ambos sabemos lo que queremos pero no lo que buscamos; ¿medio perversa nuestra relación no creen?; él me proponía que nos empezáramos a tratar mejor, conocernos más emocional y sentimental que de la parte sexual; que esa ya la tenemos bien sabida; sólo que yo no me quería abrir tan pronto con él; y el abrirme me refiero a conocernos más, porqué de piernas pues ya me he abierto varias veces, ja, ja, ja, ja, ja, ja; disculpen; él me acercaba a tres estaciones del lugar donde debía asistir, así que antes de bajarme de su camioneta me dijo que pensará bien su propuesta de convertirnos en una relación sería amorosa; justo cuando le dije que lo pensaría, mi celular no paraba de timbrar; ¡es que eran mensajes de Marcelo!; en el trayecto del metro, le iba leyendo y respondiendo los mensajes, pero para no hacerles tanto el choro, en resumen, Marcelo según me extraña y espera que en tres semanas nos veamos para salir y pasear, también me preguntaba sobre cómo estaba y cómo me sentía; luego enviaban mensajes de buenos días en el grupo de mis amigos y también se comenzaban a reportar los miembros del grupo de apoyo, y yo apenas llegando, lo bueno es que no era el único que iba tarde, aun así trato de ser puntual para no quedar mal con esta reunioncita, en la cual por fin he llegado, barriéndome pero llegué.

– Hola buenos días a todos ustedes. – La psicóloga Arcelia amablemente.

– Buenos días. – Todos a coro respondíamos.

– Antes de comenzar les pido de favor levanten su mano izquierda y repitamos nuestro juramento, ¿entendido?

– Sí, sí, sí, entendido. – De nuevo todos a coro.

"Juro ante la religión que profeso, ante el universo y a ustedes compañeros de vida, que todo lo que se hable, comente o diga a partir de este momento, será guardado en secreto por siempre, sin revelar identidades, chantajes o jugar con la confidencialidad de la ayuda de este grupo, prometo ser fiel a mis compañeros, guardarles lealtad, respeto y ser empáticos para la comprensión de sus acontecimientos; con la mano alzada colocándola al corazón cierro este juramento que sellará todo lo que aquí se comparta".

La psicóloga y nosotros recitábamos en coro; luego de eso, nos fueron preguntando cómo estábamos y como nos sentíamos en este momento; teníamos que tratar de ser breves; cuando llegó mi turno, decía.

– Pues me siento confundido, entusiasmado y con miedo; confuso por qué siento atracción por un hombre en el ámbito sexual y atracción por otro en el entorno emocional; entusiasmado por recibir mensajes de mis amigos que tiene tiempo que no veo y porqué he avanzado en las clases de Pole Dance, con miedo por haber tenido un enfrentamiento con mi prima en días pasados y eso me da temor a que me vaya a correr de su casa y empresa y que deba regresarme con mis mamá.

El haber hablado de eso me hizo sentirme desahogado y a la vez recibir comentarios de mis compañeros, también el apoyo de la psicóloga; mientras escuchaba a los demás compañeros, me vino a la memoria las primeras sesiones, dónde nos conocíamos.

Flashback:

– Hola a todos, soy Brillantina, bueno mi nombre real es Leonel, pero mi nombre artístico es Lina.

– Hola Lina. – Todos saludábamos; yo le miraba un semblante de pena y preocupación.

– Tengo treinta y cinco años y llevo cuatro meses con el diagnostico; han sido meses difíciles llenos de angustia, desesperación e impotencia; yo no pedí ni quería nacer así, pero la necesidad del dinero, falta de trabajo me hicieron convertirme en travesti y trabajar en bares o en la calle; una noche, iba camino al bar cuando una camioneta negra se me cerró, se bajaron unos hombres, me tomaron por la espalda, me empezaron a besar y tocar, cuando se dieron cuenta que era hombre vestido de mujer, los tipos me comenzaron a golpear, me subieron a la camioneta y me llevaron a las afueras de la ciudad, abusaron de mí, me decían que si quería ser mujer tenía que aprender a sangrar; me destrozaron el recto, hace dos años de ese suceso; la policía no intervino, no me apoyaron, de hecho ni si quiera le dieron seguimiento al caso, tuve que recurrir a un hospital privado para reconstrucción anal, mis amigas me apoyaron para pagar el hospital y las cirugías, fueron meses de dolor y angustia, bueno desde ese punto me comencé a sentir mal, cansado, fatigado, tenía gripe y duraba semanas, hasta que me realice hace cuatro meses una prueba rápida de VIH y ahí la pesadilla revivió; dio positivo y entonces entendí que desde esa violación, me infectaron; de verdad, yo no quería, no pedí que esto pasará, siempre cargo con condones para mis clientes, las felaciones son con protección, sabía que el dedicarme a esto podría traer consecuencias, pero ¿un abuso?, de verdad me siento devastada como persona, quisiera morirme. – "Brillantina" o Lina se derrumbaba llorando y la psicóloga le comenzaba a hablar de una manera dulce y tierna, muy comprensiva.

– Hola, soy Carla, tengo cincuenta y tres años, tengo tres años con el diagnóstico y un año y medio de ser viuda.

– Todos saludábamos.

– No sé cómo empezar, sólo decir que me da rabia porqué mi diagnostico llegó un mes después de cumplir los 50 años; mi difunto esposo me fue infiel con una mujer de la vida galante, él la embarazó y supo que tanto ella como la bebé habían muerto debido a unas complicaciones de salud; él al saber que aquella mujer tenía SIDA, se asustó mucho, pues mantenía intimidad con esa, con esa.

Llena de rabia. – Pues con esa mujer; él se realizó los análisis y descubrió que tenía VIH, se armó de valor y el muy patán ebrio me enseñó los resultados; mis cuatro hijos se preocuparon mucho, me acompañaron a hacerme los estudios y di positivo, me deprimí, él igual, pero por mis hijos me arme de valor para luchar por mi vida; mis hijos afortunadamente estaban preparados con los conocimientos del virus y me ayudaron a salir adelante; sin embargo mi difunto esposo se avergonzaba de la vida, de sus errores, bebía mucho, fumaba, incluso hasta creo que se drogaba, todo con tal de olvidar su grave error; de pronto él se enfermó, fue a dar al hospital, dónde allí murió; tuvimos que guardar su diagnóstico real y mencionábamos que su muerte fue por un cáncer que lo tenía condenado a muerte; ha sido un proceso muy duro, por eso cuando supe que se haría un grupo de apoyo me ofrecí de voluntaria para compartir mi historia y ayudar y ser ayudada por usted y para ustedes.

Me impresionó mucho la historia de Doña Carla, al igual que la de Don Eustasio un hombre de sesenta años que supo de su diagnóstico debido a que la sexo servidora con la que tenía encuentros en su pueblo, pues no era exclusivamente de él, sino de otros hombres más; la mujer al saber sobre su padecimiento, también notificó a cada una de sus parejas sexuales; entre ellas Don Rubén de cincuenta y un años, un camionero que también tenía encuentros con esa mujer; lamentablemente fue asesinada por venganza de unas personas que le guardaban rencor por haber creado una "epidemia"; murió quemada viva en su pequeña casa dónde atendía a sus clientes; el pueblo dónde provienen esas personas esta algo retirado de ciudad de México sin embargo ambos señores tratan de ser constantes con las reuniones y consultas.

¿Se acuerdan que les comenté de qué un enfermero se infectó por accidente?; bueno, pues ese que esta allá frente a mí es Marco tiene veintiocho años; él explicó que atendió un caso de unos reclusos que iban demasiado graves por una pelea que terminó en apuñalamiento en ambos reos; él al ser enfermero de urgencias en esa guardia tenía que actuar pronto para inyectarle un calmante al convicto; pero la fuerza que hizo el paciente ocasionó que se chispara el suero y él su reacción fue de sujetar la punta del suero y ahí fue cuando se pinchó con la aguja flexible de plástico; no actúo al momento si no horas después de que supieron tanto el prisionero como Marco que ese paciente tenía VIH en un alto nivel de carga viral a punto de ser SIDA; él recurrió a la pastilla de emergencia y se estuvo realizando chequeos constantes; lamentablemente ciento veinte días después de ese hecho supo su diagnóstico, el hospital dónde él trabaja no lo apoyo y lo despidieron, él metió una demanda la cual ganó y el hospital le tuvo que pagar seguro y gastos médicos que fueron cerca de cinco millones de pesos; eso fue hace aproximadamente dos años y medio; él viene con Diana su compañera de guardia; tiene la misma edad que él y ella no es portadora de VIH pero siempre apoya cuando es necesario; es una excelente enfermera, bueno ambos lo son y trabajan muy bien.

El caso de Josefina y Enrique es similar; ambos tenían el mismo novio; el chico era bisexual y digo era porqué lo encontraron muerto en su departamento; él tiene treinta y un años y ella veintisiete; ella lleva un año y dos meses con el diagnostico confirmado; pero sospecha que desde antes tenía el virus, sólo que no presento síntomas; ¿recuerdan que les dije que el VIH no tiene síntomas?; y Enrique tiene un año diagnosticado; se enteró luego del suicidio del chico bisexual; para ambos fue un duro golpe saber que compartían el mismo novio y tenían relaciones sexuales con él sin protección por confiar ciegamente en el amor que les juraban; ¿les suena familiar?; igual que me pasó a mí; el asunto es que ese chico que en paz descanse, se suicidó al saber que tenía una enfermedad de maricas; aún sigue la incógnita de con cuantas personas se pudo haber metido para infectarse o re infectarse sin si quiera saberlo.

Fin del Flashback.

Desde entonces ellos se han vuelto más constantes con las reuniones; rara vez somos más en el grupo, pero ellos son los más constantes; incluyéndome yo. Este día somos diecisiete miembros y estuvimos platicando sobre cómo nos sentíamos, sucesos raros, incluso de las pesadillas que a veces ocasiona el medicamento; los mareos, las náuseas, bochornos; más de los que hacen ahorita; entre apoyo unas cuantas risas y pensamientos positivos sobre la vida, me hace sentir cada vez más a gusto de estar con estas personas y entender que no siempre somos los homosexuales los portadores del virus; tras casi tres horas de esta reunión se dio por finalizada recitando nuevamente el juramento y despidiéndonos con una sonrisa y una foto para el recuerdo en nuestro grupo.

Justo cuando estaba por caminar para tomar el metro; Enrique se me acercó; de todos los miembros es con él que más me llevo por sentirme identificado con su historia.

Él me preguntaba curioso. – ¿Qué harás ahorita?

– Pues voy a casa a comer, luego a ver qué hago. – Respondí presuroso colocándome mis gafas.

– Oye, ¿te puedo invitar a comer?, necesito platicarte algo, me dio pena compartirlo en el grupo, ¿podrías?, ¡por favor!

Al ver esos ojos verdosos y esa sonrisa encantadora en ese rostro bello y cuerpo atlético, no pude decirle que no, así que acepté en ir con él a comer a una cocina económica ahí cerca. Nos fuimos a comer y tras terminar, él pagó y caminamos hasta llegar al parqué, ahí con un helado de fresa y yo de cajeta, me comenzaba a platicar algo tímido.

– Te cuento esto porque te tengo confianza, pero me invitaron a una fiesta gay en una casa por zona rosa, pero me da pena ir.

– Pues no veo el problema, es una fiesta gay, nada más. – Dije sin saber o imaginar lo siguiente.

– No me entiendes, es una fiesta gay, o sea una fiesta locochona, de esas fiestas donde hay sexo y alcohol.

– ¡Oh! – Sentí ruborizarme. – Nunca he ido y desconozco como sean, pero ¿y tú? – Dije dándole una probada más a mi helado.

– Tampoco yo, creí que era el único tonto que nunca ha ido a ese tipo de reuniones.

– ¡Oye!, gracias por decirme tonto.

– No, no era mi intención.

– Descuida, entiendo, no te preocupes. – Me sonreí y él igual.

– Bueno, pues no sé qué hacer. – Bajaba su mirada.

– Pues si no sabes qué hacer, no vayas, así de simple. – Dije serio.

– Pero es que me da curiosidad. – Me miraba serio.

– ¿Quieres ir? – Pregunté curioso.

– La verdad sí, me da curiosidad.

– Pues ve, pero, ¿te vas a cuidar?, ¿si eres indetectable? – Cuestioné en voz baja.

– Sí claro que sí. – Respondió en voz baja.

– Pero, ¿Tú me podrás acompañar? – Apenado me preguntó.

– ¡¿Yo?! – Admirado por la pregunta.

– Nunca he ido a una fiesta así. – Baje mi voz un poco ruborizado.

– Pues entonces será como nuestra primera vez. – Enrique Insistiendo.

– No sé, no me da mucha confianza. – Dije dudando.

– No te preocupes porque nos vean, espera deja busco la invitación. – Él buscaba en su celular la imagen de la invitación.

– Enrique no es tanto del que nos vean, sólo que no me siento preparado para tener un encuentro así en una fiesta de ese tipo. – Le miraba serio en lo que él buscaba la invitación.

– Oye, te recuerdo que hace unas semanas atrás compartiste en el grupo de apoyo que mantienes una relación sexual con precaución con un tipo, ¡no vengas con hacerte el mustio con que no haces eso! – Me lo dijo en un tono algo golpeado, cómo si reclamara algo.

Ese comentario me hizo sentir mal, culpable y me hizo ver mi error; entonces dije.

– Tienes razón en lo que dices, no me debo hacer el mustio, pero son cosas muy diferentes, mantener una relación con un sólo hombre a mantener relaciones con varios, ¡sabrá dios si esas fiestas son de gente sana!

Molesto recalqué. – Sí tú tienes deseos de ir, ve, satisface esa curiosidad, pero no me quieras comparar lo que yo hago con lo que hagan en esas fiestas.

– ¡No espera! – Exclamó Enrique.

– No era mi intención incomodarte con ese comentario malo, de verdad, no era mi intención, perdón, perdón, perdón, mira, hagamos de cuenta que no dije nada, pero discúlpame de verdad. – Me miraba avergonzado.

Le observé con esa dulce mirada que me exponía y dije convencido. – Bien, te disculpo, pero que sea la última vez.

– Sí, sí, sí, créeme que será la última vez que te habló así y que uso algo íntimo del grupo para beneficio propio; de verdad me vi mal plan, en serio Job, perdón. – Avergonzado me abrazaba.

– No te preocupes, calma, en serio, pero ten más cuidado con tus palabras. – Dije correspondiendo al abrazo. – Bueno, entonces, ¿sí me acompañas? – Se apartaba de mí cuestionando.

– Anda, sí, mira aquí dice que nos darán unas mascaras entrando para proteger nuestra identidad y que todo será discreto, anda mira lee. – Me mostraba su celular insistiéndome.

Tomaba el celular y comenzaba a leer la invitación; era una fiesta con coctel incluido y música, posteriormente habría algo más si él o los participantes accedieran; el usuario que tuviera la invitación directa del organizador tenía derecho de entrar con un sólo invitado; quién quisiera ingresar debería de pagar una cuota de 250 pesos; para el invitado y acompañante sólo era de cien pesos; me intrigaba mucho la fiesta, pero algo me decía que no debía ir ni tampoco Enrique, pero al ver la curiosidad e insistencia de él, pues accedí a ir como su acompañante; sólo por cuidar de él; y es que se me hace tan lindo y buen chico, me siento identificado con él y por eso me cae muy bien.

– ¿Entonces qué dices? – Preguntó una vez más.

Dudaba un poco y él agregó. – Anda, sí, vamos, iremos de curiosos, nos darán mascaras para proteger nuestra identidad, todo será en discreción, bueno eso dice la invitación, anda vamos; ¡di que sí!

– Bueno, también soy indetectable, así que, podría ser, sólo por curiosidad. – No muy convencido le dije que sí; pero es que me insistió con su carita y forma de expresarse, ni modo de decirle que no.

Ambos tomamos taxi al lugar de la fiesta; Enrique entabló charla con el taxista en lo que yo iba en modo desorientado; y es que me daba mucho nervio de lo que fuese a ocurrir, aunque igual la curiosidad me estaba inundando; de momento escuché mi celular sonar y de inmediato verifiqué quién era; el ingeniero me preguntaba.

– Hola, buena tarde ¿Cómo va todo?

– Hola, buena tarde, bien gracias, ando en el centro comprando unas cosas. – Respondí nervioso.

– ¿Gustas que te acompañe? (emoticón de guiño)

– Gracias, pero estoy con unos amigos, vinimos a ver lo que usaremos para nuestra presentación de Pole Dance.

– ¡Ah! Cierto, se me olvidaba que pronto tendrás tu presentación; bueno cuando acabes espero te dejes ver, me gustaría que fuéramos al cine y hace rato que te vi se me pasó decirte, disculpa, pero en cuanto puedas respondes, ojalá aceptes.

¡Ay Ingeniero!; creo que sí él me hubiera invitado cuando me fue a acercar a la reunión de ayuda, no estaría en esta situación; respondí.

– Sí, me hubieras dicho en ese momento y con gusto aceptaba, sirve que comíamos juntos, espero terminar pronto con esto y nos vemos aunque sea un rato, te escribo luego, saludos (Emoticón de carita sonrojada)

– (Emoticones de rosas, besos y corazones) esperaré ansioso tu mensaje.

Me sonrojé, me emocioné y bloquee mi celular; sólo que mi cara de contento no la podía ocultar; cuando estábamos llegando, Enrique me volteaba a ver y seriamente me cuestionó.

– ¿Qué te sucede Job, por qué esa cara?

– ¡Ah!, nada, nada, fue un mensaje nada más. – Cohibido contesté.

Él decía serio al conductor. – Aquí es, no se preocupe, nos bajamos aquí, tenga, quédese con el cambio.

– Gracias Jóvenes, buenas tardes.

– Gracias a usted, que amable. – Agradecido hablé notando la incomodidad de Enrique.

– Fue el ingeniero, ¿verdad? – Dijo serio al bajarnos del taxi.

– ¿El ingeniero qué? – Sin comprender.

– ¡No te hagas!, el mensaje que te puso así fue de ese señor, ¿no? – Con actitud molesta.

– Bueno sí, fue de él, ¿Por qué te pones así?, que actitud tan pesada de preguntar las cosas Enrique, yo no te ando cuestionando sobre lo que haces o quién te manda este tipo de invitaciones de fiestas así eh. – Un poco enojado dije.

– ¡Pues deberías preguntarme! – Exclamó alterado.

– ¡¿Qué rayos te pasa?! – Sorprendido por su actitud.

– Nada, nada, disculpame, son los nervios, olvidalo, en serio disculpa. – Reaccionó ante su actitud algo alterada y fuera de lugar.

– Mira, la fiesta es aquí. – Hablaba cómo si nada hubiese sucedido.

Yo lo miré desconcertado; no era la primera vez que actuaba así; antes de comenzar a hablarnos, notaba que era un poco explosivo y luego se contenía, se exaltaba y luego se apaciguaba; era cómo dos personas en una sola; pero, no decía nada, sólo trataba de entender, ya que en algún momento de mi vida yo reaccioné también mal al saber que tenía VIH; me quería suicidar, ¿recuerdan?; así que nuevamente no dije nada más sobre su comportamiento y preferí pasar de largo ese momento y centrarme en esta tan curiosa fiesta.

¡Es increíble!; el sitio de la "fiesta" era en una casa ubicada en la esquina de la avenida; estando afuera no se escuchaba absolutamente nada; tocábamos la puerta, se abría y dos hombres en ropa de cuero y antifaz nos daban la bienvenida con voz gruesa y sonrisa, discretamente pasábamos a lo que era una pequeña recepción dónde entregaban los antifaces, una pequeña hoja de instrucciones y 5 fichas rojas, 7 azules y 3 amarillas ; las rojas eran para intercambiarlas para encuentros sexuales, las azules para tragos gratis y las 3 restantes para el famoso cuarto oscuro durante 15 minutos; antes de cruzar a la siguiente habitación nos entregaban unas bolsas de tela negra con etiqueta y pidieron amablemente que nos quitáramos la ropa y únicamente quedarnos con zapatos y en bóxer; ¡esperen, no traigo ropa interior sexy! me puse nervioso, pero Enrique no; él sí venía preparado, traía ropa interior de licra color negra; yo no muy seguro, me quité mi ropa y la doblaba metiéndola en esa bolsa de tela; nos daban un lapicero para ponerle nuestros nombres a las bolsas y eran metidas a un closet con candado; ¡muy buena seguridad!; de ahí por fin cruzamos a dónde estaban los hombres, a juzgar por sus cuerpos, eran hombres de entre unos 18 años hasta los 50 o tal vez más; la música era agradable, electrónica y house; (Offer Nissim – First Time) ; tanto Enrique como a mí se nos acercaron unos tipos bailando y sonriendo; no podía decir si eran guapos o no, pero les puedo asegurar que de cuerpos espectaculares; claro había variedad de físicos, desde chicos de gimnasio hasta uno que otro hombre sedentario; yo me avergonzaba mucho de mi cuerpo, ya que soy flaco pero estoy marcado por practicar pole dance, no tengo mucha masa muscular, sin embargo no estoy tan flaquito cómo antes de mi diagnostico; regresando a la fiesta; los primeros tragos fueron fuertes, calientes y dulces, bailábamos con cuanto se nos acercaba y la tarde pasaba a ser noche, no sabía qué hora era ya que los celulares estaban guardados, así que me guiaba por el instinto y por el tragaluz que se comenzaba a oscurecer; ¡eran las 8 de la noche!; todo cambiaba, era como si cruzaras a otro universo; en un momento de mi distracción, perdí de vista a Enrique y entre los que estaban bailando y besándose, fui a buscarle y de pronto lo vi, ahí estaba besándose con tres tipos diferentes, dejándose tocar e incluso meter mano en sus partes íntimas, un chico se me acercaba con una ficha roja y yo le sonreí apenado y le dije que no, se molestó y se daba la vuelta; me dio igual su reacción, pero me impresionaba más ver a Enrique dejarse manosear de esa forma por esos tipos; de pronto vi que él les entregaba sus fichas rojas y caminaban para subir a las habitaciones del piso de arriba; en las escaleras uno de ellos entregaba las dichas rojas a uno de los que cuidaba las escaleras, el otro chico les mostraban una mesa cubierta por una tela negra, que al destaparla, se lograban apreciar objetos como látigos, esposas, antifaces, entre otros juguetes sexuales; Enrique miraba a los hombres y se sonreía tomando un objeto y algo les decía a sus acompañantes que de inmediato tomaron un objeto más cada quién, ya listos y muy emocionados subían las escaleras y arriba estaba otro chico más que supongo yo les daría la habitación; intente seguirlos, pero me impidieron el paso; ya que debía entregar una ficha con alguien para poder subir a las habitaciones del piso de arriba; me quede preocupado, pero dije "seguramente ahí en las habitaciones habrá condones" ; pues en la entrada sólo nos entregaron lo que mencioné pero jamás preservativos para los encuentros; ¿qué raro no?; sonaba la canción de Tata Golosa "Los Micrófonos" (Micro manía) ; fue cuando al regresarme a la barra para cambiar una de mis tres fichas restantes de tragos, un chico junto a mí me saludaba, me decía un sobrenombre "Radar" yo le dije "Beber" , se sonrió y me preguntaba.

– ¿Es tu primera vez, cierto?

– Sí, así es. – Nervioso bebiendo el Martini de manzana.

– Vi que venías acompañado con un chico, ¿es tu novio?

– No, no es mi novio es un amigo.

– ¡Ah bueno!, menos mal que es tu amigo, si fuera tu novio tendrías que andar con cuidado después de su encuentro en la habitación, ¿o son pareja abierta y vienen en común acuerdo? – Me dijo bebiendo su whisky.

– No, te repito que no somos novios. – La música estaba un poco alta para podernos escuchar.

– Cierto, perdón, es que casi no escucho, entonces no hay problema entre ustedes, ¿verdad?

– Oye, no entiendo nada de lo que me dices, ¿me podrías explicar?

– ¡Okay, con esto me queda claro que sí es tu primera vez aquí! – Gritó; luego él se me acercó un poco y me dijo al oído. – Lo que pasa es que esta fiesta es para Bug Chaser, Gift Givers y Barebackeros.

– ¡¿Qué es eso?! – Cuestioné muy confundido.

– Es una fiesta para infectarse o reinfectarse de

VIH

; por eso te pregunté si tu acompañante y tú eran novios o pareja abierta y vienen en común acuerdo para ser "bendecidos" con la "vhitamina blanca" así no tendrían que andarse cuidando usando condón, esta fiesta es para eso, sexo homosexual sin protección. – Me decía él sin titubeos.

El saber eso sentí un escalofrió y unas nauseas terribles.

– ¡Me disculpas un momento! – Me levanté a prisa de la periquera y caminé presuroso al baño y ahí fue dónde vomité.

Aquel chico "Radar", me siguió hasta el baño con mi bebida y su bebida esperándose a que saliera, me miró y me entregó mi bebida.

– Bebe todo de golpe, te hará vomitar o te calmará, pero bébelo.

Tomé la copa y de golpe bebí para luego decirle. – ¡¿Cómo puede existir gente que busque infectarse de VIH?!

Se sonrió diciendo. – ¡Se nota que es tu primera vez!

Me tomó del brazo, me llevó afuera de la casa; un jardín trasero dónde había chicos fumando y unos cuantos besándose y fajoneando; estando allí me contaba que todos los que estaban en la casa eran portadores de VIH y buscaban re infectarse o infectar (bendecir) a quienes buscan contraer el virus con motivo de la resistencia a las normas y costumbres heterosexuales dominantes, como algo intensamente erótico o como un último tabú el más extremo acto sexual que existe; son una comunidad que se distinguen entre la misma comunidad con diferente ideología a la acostumbrada y tradicionalista; los ya infectados se distinguen con el tatuaje de

"Biohazard" (riesgo biológico)

en alguna parte del cuerpo visible para otros y así ubicar a los

chaser o givers

; ¡con razón Enrique tiene ese tatuaje en el hombro izquierdo!; el ir sabiendo sobre ese grupo me causaba náuseas y me asustaba; ¿de verdad no están conscientes del infierno al que se meterán?, ¡para mi es horrible vivir así!

"Radar" me seguía contando que esta era su tercera fiesta y que buscaba

rastrear

a chicos primerizos para advertirles sobre esta práctica creada en respuesta defensiva por los gay's para repudiar la estigmatización y el rechazo de la sociedad y que sostienen este comportamiento debido a sentimientos de inevitabilidad hacia el VIH por parte de la comunidad gay y su fortalecimiento a través de la elección del contagio del virus por cuenta propia sugerido que algunas personas que se sienten solas, buscan un apoyo en comunidades o fundaciones que apoyan a las personas con SIDA,​ para ellos simplemente es una forma de suicidio a largo o mediano plazo viviendo sin límites de protección o barreras estigmatizadas por la sociedad; no juzgo a las personas por sus problemas mentales ya que todos los tenemos, sin embargo ¿en serio quieren morir lentamente con este mal?; ¿qué no es mejor aventarse de un puente peatonal, tomarse pastillas para la presión, cortarse las venas o dispararse?, bien, bien, no incito a nadie al suicidio, yo lo intenté en ocasiones pasadas; (mi intento de aventarme del puente y el dejar el tratamiento); esas fueron evitadas por seres que se me cruzaron en mi vida y camino para enseñarme una lección o darme cuenta de otras cosas; (Renzo, mis amigos y familia); la intención de "Radar" no era mala, al contrario, cómo dijo, su función es de localizar y advertir a los primerizos haciéndoles entender que la vida vale mucho como para dejarse caer en la tentación del sexo sin protección o la simple curiosidad de fiestas como esta; en mi caso yo que vine por Enrique que me convenció y me sembró la curiosidad; este muchacho incognito me revelaba que a los 19 años vino a una fiesta similar mangoneado por una pareja de adultos entre 35 y 37 años; que ambos tenían ese tatuaje famoso; y que se entremetieron con la duda de fiestas divertidas y atrevidas, dónde se podría tener sexo sin límites y con quién se quisiera y pudiera; él reconoce que su calentura y deseos de experimentar el sexo anal y penetrar lo cegaron tanto que se convenció de asistir a una fiesta como esta y la pagó muy caro pues a ciencia cierta y a como estuvo no supo quién fue la o las personas que lo infectaron a esa edad y qué desgraciadamente esa pareja se esfumó de la ciudad; desde entonces él lleva un cuidado riguroso con su alimentación, ejercicio, medicamento y hace todo lo posible por saber de este tipo de fiestas y ayudar a que existan menos contagios intencionales o con aquiescencia, pues es un mal que se debe erradicar e informar sobre lo difícil y complicado que es vivir con este virus del mal; es por eso que para despistar y poderse introducir a estas fiestas, se hizo tres tatuajes temporales del símbolo de riesgo biológico e investiga sobre el tema, lugares de reuniones así y trata de interceptarlas para reducir contagios; él es como un espía encubierto o algo así.

El saber esto me puso muy mal, el alcohol en mi ser comenzó a hacerme circo en el estómago y se acentuaron las náuseas, por lo que fue inevitable vomitar entre unos arbustos y ser el blanco de las personas que estaban cerca; él amablemente trataba de auxiliarme, pero evité que me tocara por miedo o por pena, no sé, sin embargo antes de que volviera el estómago, me había propuesto ese muchacho ayudándole con esta misión; pues al no ver en mi cuerpo ningún tatuaje creyó que estaba "limpio" del virus cuando sabemos que no es así; bueno ustedes y yo pero no él.

Tras sentirme mal y dejar a ese muchacho parado al lado de mi vómito con su bebida y mi copa vacía, caminaba al interior de la casa, muchos muchachos ya enfiestados estaban bailando al ritmo de Doble You – Run To Me; tambaleándome me metía entre ese grupo y atrás mío me seguía ese chavo; me comencé a sentir acosado; así que por ese motivo al salirme de esa multitud y llegar al otro extremo de la habitación le aventaba mis fichas restantes del interior de mi bóxer entallado y a prisa me dirigía a esa recepción solicitando mis pertenencias y al recibirlas y verificar que me daban las correctas, con mucha ansiedad me vestía cuidando de que no me vieran el rostro y solicitaba salir de manera inmediata; los encargados de la entrada eran otros hombres y en un comienzo no me dejaban irme, sin embargo al sacar mi celular y aparentar estar marcando a un número, otro tipo les grito.

– ¡No queremos broncas, ya déjenlo ir con todo y el antifaz, ya tuvo suficiente! – Me abrieron y ambos me sostuvieron de los brazos y me sacaron de la casa.

El sentir el aire fresco me desconectó de ese ambiente tan diferente y caminé, caminé sin mirar atrás, sólo apresuré el paso; mi celular comenzó a vibrar y sonar; recibía los mensajes atrasados; ¡en esa casa no había señal!, ¡se las habían ingeniado para que no hubiese modo de rastreo!; al ver mi reflejo en la pantalla del celular, me percaté que traía aun el antifaz, molesto e incómodo me lo quité y lo tire en la basura, miraba la hora y aún era temprano, las 22:05 de la noche, estaba a tiempo de llegar al metro e irme a casa; al llegar a la estación del metro Sevilla, abordaba el vagón y pensativo iba mirando el piso de ese casi vació espacio; allí notaba un papel que al curiosear me venía a la mente que era el mismo papelito de instrucciones de esa mentada fiesta; lo levantaba y al reverso traía el símbolo con un mensaje en letras rojas "La Mejor Fiesta de tu vida, para que disfrutes la buena vida sin límites"; en ella venían las instrucciones del manejo de las fichas y lo que estaba permitido hacer, pero nada de cuidados o cosas así, eran relativamente una incitación al suicidio indoloro y eterno, orillando a aquellos curiosos a morir en vida hasta realmente poder morir de verdad. Mi mente y pensamientos comenzaban a trabajar; razonaba que Enrique sí sabía de qué tipo era la fiesta, ese tatuaje curioso por el cuál le pregunté cuando recién comenzábamos a charlar, era porqué pertenecía a ese "club" ; si se le puede llamar así; que yo era parte de su plan; sí es que tenía alguno; y del porqué me llevó; ¡qué estúpido soy!; no tiene mucho que le dije que soy indetectable y él aun no lo es; ¡ahora entiendo!; él quería que me re infectaran o me transfirieran alguna otra enfermedad sexual, igual tal vez Enrique ni si quiera se está cuidando, tal vez no lleve el tratamiento, quizás busque infectar a más o puede que ya lo haya cometido y nosotros ni si quiera sabemos sus fechorías; ¡podría ser una mentira todo lo que él cuenta en las reuniones del grupo de apoyo!; ¡No, no, no!, ¿cómo puede ser así?, se ve tan inocente, muy inofensivo, muy angelical, pero tan ruin que pueda llegar a ser; ¡no, no, no!

No acepto que Enrique sea un bastardo crónico, que lo haya abrazado fuerte y que él y su pecho se sonrían tan perverso; seguramente me equivoco pero ahorita él debe estar gritando de placer siendo uno para ellos y el para todos, descansándose sus tendones, recobrándose aliento y secándose pues ya lo sabe que su mirada se defiende pero sí los ve se rinde pues ya lo saben; debe estar arriba o tal vez abajo, vientre, pies, cintura en alas de los dioses, sus ojos, los ojos, ríen tanto, demasiado y ahora con los labios dejan espacio, le piden su espacio para descargar todo eso despacio sabiendo lo que quieren, lo que buscan, lo que ellos son ¡tan perverso!

Capítulos finales de la Tercera Temporada.