¿Por qué a mí? Capítulo 29

Nuestro abrazo fue tan fuerte, tanto como cuando éramos novios, que nuestros rostros se rosaron, nos miramos atentos y por impulso nos dimos un beso, un beso hermoso, suave y cálido, lleno de ternura y de ¿amor?; ambos suspiramos, nos sonreímos y...

Capítulo 29/03 "Veinte Mariposas" Parte II

Marcelo le tenía un coraje inmenso a Renzo, que moría de ganas por encontrárselo y podérselo madrear (golpear), pero para su suerte o mejor dicho la suerte de Renzo; él junto con Sofía se iban a España a continuar preparándose con sus estudios, así que de ellos no se sabe nada, más que por fotos que se la viven viajan y conociendo allá por las Europas como quien dice.

Nosotros nos continuamos esforzando con los ensayos, que entre cambiábamos el mix, que cambiábamos pasos, que nos regañaba nuestro coreógrafo y así no la llevamos hasta que por fin, por fin llegó el momento que tanto estábamos esperando durante este tiempo y por el cual nos habíamos esforzado bastante; el gran concurso final; nuestro mix estaba compuesto por canciones de Missy Elliot, Usher, Timbaland, Pussycat Dolls y 50 cent ; era un remix muy original y bastante inusual; entre el público estaba Marcelo y al verlo, Bimba se me acercaba preguntando.

– ¿Y qué, ya regresaron?

– No, no amiga, no hemos regresado, estamos saliendo sí, pero no vamos a regresar.

– ¡Ah!, ya me había emocionado con que regresarían, ustedes hacen muy bonita pareja.

– Lo sé amiga, pero no, por el momento somos amigos.

Keila se acercaba dándonos las gorras y volvía a preguntar. – Entonces qué, ¿ya regresaron ustedes dos?

Pele mis ojos hacia atrás respondiendo. – ¡No amiga, no, no hemos regresado y no lo haremos!

Keila se sonrojaba diciendo. – Bueno, pero no te enojes.

– No, no me enoje Key, pero es que no hemos regresado, saben perfectamente que si lo hiciéramos ustedes por ser mis amigos ya les hubiese informado desde un inicio, ¿no creen?

– Bueno, en eso si tienes razón. – Dijo Keila.

– En eso Flavio se acercaba alarmado diciendo. – ¡Chico ya, ya es hora, todos a sus lugares!

Cuando dijo me sentí muy nervioso, pero saben algo, me sentía con energía, con entusiasmo, creo que el haberme apegado al medicamento me está ayudando mucho a seguir y continuar con esta vida tan complicada que me ha tocado vivir.

Nuestro coreógrafo Poncho nos deseaba suerte y cuando nos anunciaban, nosotros entrabamos con toda esa energía y actitud; bailábamos como nunca, estábamos dejando el alma en la pista, movimientos al compás, sin errores ni si quiera salidas del margen de la tarima; todo iba bien, al final nos aplaudieron, estábamos cansados, pero ahí no acababa todo; media hora después, el presentador del concurso anunciaba que había un triple empate y que se debía desempatar cuanto antes; los nervios nos invadieron porque habían mencionado dos grupos, pero entre ellos no estábamos nosotros pero llego el nombramiento del tercer grupo a desempatar y ¡sí!, éramos nosotros; nos dieron veinte minutos para cambiar de estrategia y modificar cosas; entonces mi compañero rápido modifico el mix y cambiamos unos pasos, la entrada y todo eso en veinte minutos; el primer equipo paso, ellos ni si quiera modificaron su mix, pero si cambiaron algunos pasos y acrobacias; algo que nosotros no teníamos en ese momento; luego siguió el otro equipo que ellos sí lograron modificar tanto su música como sus pasos de baile; entonces a Flavio, Noá y Teo se les ocurrió algo y de improviso no lo dijeron, ¡a tan sólo cinco minutos de que pasáramos!, bueno nos anunciaron y nosotros entrabamos con suspenso, se colocaron 15 segundos de la melodía de "era" "Ameno" y luego a bailar con el ritmo de Hip-hop; la gente se levantaba de sus asientos y nos aplaudían, ovaciones recibíamos, en fin, indicaba que nuestro trabajo estaba siendo muy bien recibido y excelente; tras finalizar, nos dijeron que debíamos aguardar una media hora.

Entonces ahí se apareció Marcelo que decía. – ¡Chicos lo hicieron de maravilla!

– Me volteaba sudado y al verme él me abrazaba diciendo. – Lo hiciste muy bien, excelente.

Los demás compañeros volteaban para vernos y yo me sonrojaba.

Teo, Noá y Flavio aparecían y Marcelo se les acercaba diciendo. – No puedo creer que hayan realizado esas piruetas tan geniales, se lucieron poca madre, no me cabe la impresión, fue súper excelente, de verdad, ¡impresionaron bastante!

– Gracias bro, neta pues muchas gracias, la idea fue de todos pero quien la intensifico fue Flavio. – Noá secándose el sudor.

– Gracias, pero fue trabajo en equipo, si no hubiese sido así no nos hubiera salido como salió. – Flavio exhausto.

– Eso sí, tienes razón y fue gracias a que se modificó un poco la mezcla que teníamos, si no, no hubieran empatado las piruetas con todo lo que teníamos en mente para hacer. – Decía Teo.

En lo que estaban charlando ellos, Katia, Keila y Bimba me jalaban y Keila dijo sonriente. – Marcelo se ve muy entusiasmado contigo, deberías salir más seguido con él.

– Sí, además ustedes ya se conocen, deberían de darse una segunda oportunidad. – Bimba me sostenía del brazo.

– Mira Job, siendo sincera no conozco como haya sido su relación en el pasado, pero la verdad los veo y se me hacen una pareja tan dulce y tan tierna que me hace aun creer en el amor. – Katia suspirando.

– Miren chicas yo sé que les inspira verme con Marcelo, tú Katy eres un amor, muy melosa y si nos llevamos muy bien entre los dos, somos o estoy tratando de ser maduro, y es porque sí, mi relación con Marcelo fue muy hermosa, bonita y parecíamos más amigos que novios, pero no podemos regresar, Marcelo está enamorado de alguien más que no soy yo, él ya me lo dijo, fue sincero y nuestra relación ya quedo atrás, no quiero que malinterpreten lo nuestro, entre los dos sólo hay amistad y nada más, así que por favor no creen una historia de amor que no será ni va a hacer.

– Ellas como que se desilusionaron y justo cuando Bimba estaba por hablar, dieron aviso que ya estaban los resultados y ahí todo el nerviosismo nos invadió en general.

Tras debatir mucho y llevarse más tiempo de lo acordado para tomar las decisiones, se dieron los lugares; a pesar de todo nuestro esfuerzo y dedicación, nosotros quedamos en segundo lugar , que si bien nos alegró mucho, el dinero para la recaudación aún nos hacía falta; entonces Marcelo, tras una charla, él nos decía que con gusto cooperaba con el dinero que hiciera falta, no sería préstamo si no una donación; eso nos emocionaba mucho y más a mí que me alegraba mi corazón como no tienen idea.

Una vez reunido el dinero y depositado en las cuentas bancarias de Starenka y Áyax, al mes después de la presentación, nos reunimos en casa de Bimba mis compañeros de baile y Poncho nuestro coreógrafo con su novio Anselmo; estábamos todos bailando y disfrutando, en eso Poncho pedía atención de nosotros.

– Chicos, chicos, hola, sí, necesito hablar con ustedes.

Le bajaban a la música y luego de eso nos acercábamos distraídos y curiosos.

Poncho daba un sorbo a su bebida diciendo. – De todos los grupos de baile a los que les he montado coreografías, ustedes chicos han sido los mejores, que digo los mejores, excelentes, muy dedicados y a pesar de sus diversos trabajos, ocupaciones y más, siempre estuvieron ahí al pie del cañón y eso me emocionó mucho y me daba más entusiasmo por apoyarlos con su sueño; debo reconocer que en un inicio dudaba de su capacidad y de todo su nivel, pero me supieron callar la boca y me demostraron que querer es poder y ustedes lo hicieron; ¡sí!, fue una competencia muy dura, muy reñida, pero para mí ustedes son mi primer lugar.

Todos le aplaudimos y Poncho daba otro sorbo a su bebida y luego le daba un beso a su novio y señalándolo decía. – Por cierto él es mi novio Anselmo, también es bailarín y están invitados a su próxima presentación de baile que será en dos semanas.

Anselmo sonriente dijo. – Es danza interpretativa o contemporánea como le dicen, me verán en mallón y ropa ajustada, luciendo mi cuerpazo.

Se reía y continuábamos en la fiesta, bailando y cantando, celebrando pues esta sería nuestra última vez que nos veríamos, ya que Flavio, Keila, Bimba, Teo, Noá, Katia se irían de la ciudad por motivos de trabajo y quien se quedaría sería yo; de pronto, el timbre se escuchaba sonar; pensamos que eran las pizzas, ya eran las 20:45 de la noche , entonces Bimba con ayuda de Flavio y Teo fueron a abrir y sí, efectivamente eran las pizzas, pero alguien más, era Marcelo; a quien Bimba lo invito sin decirme nada; él llegaba ayudando con unas pizzas y también en sus manos llevaba una botella de Tequila; él se unía a la fiesta y entre comidas, charlas y algunos coqueteos por parte de Marcelo para conmigo, la noche se fue alargando y la celebración continuaba.

Marcelo me tomaba de la mano y me decía. – Oye, ven, quiero hablar contigo.

– Sí, claro, espera. – Colocaba mi bebida en la mesa y me iba con él justo al fondo del patio bajo de un árbol de naranjas que hay en la casa de Bimba.

– ¿Cómo te sientes? – Me preguntaba.

– Pues me siento un poco mareado, bueno mareado pero aún cuerdo. – Respondí.

– No, no me refiero a eso, si no a que será la última vez que veras a tus amigos de baile reunidos.

– ¡Ah, sobre eso! – Los volteaba a ver que estaban bailando y ellos también a mí, a distancia nos sonreíamos y dije. – Los voy a extrañar muchísimo, son mi fuerza, son mis amigos, los quiero y voy a extrañar muchísimo, pero debo entender que ellos ya tienen su camino trazado y que yo debo hacer lo mismo en algún momento.

Mis ojos se cristalizaban y entonces Marcelo con ambas manos tomaba mi rostro diciendo. – No me gusta, nunca me ha gustado verte llorar, en verdad, nunca.

– ¡Ay!, pues es que me causa sentimiento que mis amigos se vayan.

– Pero los vas a ver están las vídeo llamadas, mensajes, audios, llamadas, con eso ustedes se van a poner en contacto.

– Sí tienes razón, ¡ay! Disculpa es que me pongo sentimental, de verdad, perdón.

– No te preocupes Job, pero ahora te pregunto otra vez, ¿cómo te sientes en este momento?

– Pues, a decir verdad, me siento con una mezcla de sentimientos, pero ¿por qué la pregunta?

– Es entendible que te sientas así Job por las emociones encontradas, pero a lo que me refiero es, ¿cómo te sientes de salud?

– ¡Ah, ya sobre eso! – Me giraba para que nadie nos escuchara y regresaba mi mirada hacía él contestando.

– Pues déjame decirte que estoy bien, ¡ya soy indetectable!

Emocionado decía y en eso él me abrazaba. – ¡Qué bueno, me da gusto por eso!

Nuestro abrazo fue tan fuerte, tanto como cuando éramos novios, que nuestros rostros se rosaron, nos miramos atentos y por impulso nos dimos un beso, un beso hermoso, suave y cálido, lleno de ternura y de ¿amor?; ambos suspiramos, nos sonreímos y Marcelo me dijo.

– Tenía rato que no me besaba con alguien así que logrará causarme diversas sensaciones y emociones.

– ¿Te refieres a una erección? – Miraba morbosamente su pantalón y se sonrojaba él.

– No, no me refiero a eso Job, me refiero a las emociones y sentimientos en el cerebro, es que tus besos son únicos y la verdad me encantó besarte ahorita, fuera de que estés en estado de ebriedad, pero lo repito me encantó besarte.

– También a mí me gustó besarte y aunque este ebrio te lo diré, besas delicioso, siempre lo has realizado, besas no sólo los labios, sino también besas con el alma y eso me hace sentir bonito en mi interior.

Justo cuando estábamos por volver a darnos un beso, pusieron una canción de salsa que tanto a él como a mí nos gusta y era "Quimbara" de la Reina de la salsa, Celia Cruz; así que él me jalaba y nos regresamos para seguir conviviendo, sin decir o mencionar alguna palabra sobre el beso; de hecho nadie más se percató de ese beso; bailando era como demostrar quién bailaba mejor; Anselmo con Poncho; Noá con Keila, Flavio con Katia, Teo con Bimba y yo con Marcelo sin menospreciar a mis demás compañeros de baile que también se daban vuelo bailando; luego pusieron un popurrí de salsa y mis compañeros de baile junto con Poncho y Anselmo realizamos una rueda de casino; la estábamos pasando súper bien, demasiado contentos, nos tomamos muchas fotos y llegaba el momento en que poco a poco se iban yendo los invitados, hasta que quedamos Flavio, Keila, Bimba, Teo, Noá, Katia y yo; eran las 2:47 de la madrugada.

– Es increíble que el tiempo se haya pasado tan rápido. – Flavio suspiraba dándole un sorbo a su tequila.

– ¡Ay sí!, nos conocimos siendo unos adolescentes y ahorita ya unos adultos jóvenes. – Bimba nostálgica.

– Amigos, el tiempo se nos fue de volada, muy rápido hasta parece que no saboree nada la etapa de universidad. – Keila suspiraba dando un sorbo de tequila.

– Si te entiendo, la universidad se fue de volada. – Flavio dando otro trago.

– Bueno, entre ensayos, bailes, salidas de antro, salidas al cine o al café vaya que si las disfrutamos. – Keila hablando con vaso en mano.

– Y los viajes, no olviden los viajes que hacíamos con los papás de Jacqueline y con ella. – Bimba se sonreía.

Yo los miraba mientras daba un sorbo a mi vaso y desde muy adentro de mi corazón les deseaba a ellos lo mejor de lo mejor siempre, porqué son mis grandes y mejores amigos; y aunque trataron de ridiculizarme al exponerme con que soy VIH positivo; eso sólo quedó como un rumor, un chisme que nadie más que Flavio, Bimba y Keila sabían y bueno también Marcelo; en lo que estaba pensando eso Katia dijo.

– Muchachos, aunque nosotros no los conocimos mucho, puedo asegurarles que su amistad es la más hermosa que haya visto. – Ella con sonrisa.

– Así es, han sido siempre muy unidos y eso los mantendrá siempre unidos. – Teo sirviéndose otro tequila.

– Querrán decir nos mantendrán unidos, porqué ustedes también son parte de nosotros, de nuestra amistad, así que nosotros somos y seremos siempre los mejores amigos. – Hablaba con sentimiento.

– Job, chicos, son unos chingones, son, no sé cómo llamarles, pero son excelentes personas, agradezco mucho que hayamos coincidido en esta vida y espero que sigamos frecuentándonos cuando podamos. – Noá alzaba su vaso diciendo. – ¡Brindemos por esta amistad que seguirá año con año!

Todos gritábamos. – ¡Saaaaaaluuuuuud!

Nuestras sonrisas se pausaban un momento cuando Flavio decía. – Bueno, y también debemos de brindar por los ausentes, Jacqueline, Raissa, Evan, Guadalupe, Alberto y Abdiel ellos aunque ya no estén con vida, también formaron parte de nuestro grupo de amigos, de su grupo de amigos y de nuestro grupo de baile.

Mostramos caras de seriedad alzando los vasos brindando. – Salud por ellos, donde quiera que estén.

Katia apenada dijo. – También brindo por Sofía, que aunque se portó mala onda con Job, bueno con casi todos por influencia de Raissa; que en paz descanse; también ella fue parte de nosotros.

– Claro, ella ahorita debe estar paseándose y ligando a algún europeo. – Decía Noá riéndose.

Nos sonreíamos y yo dando un trago grande hablaba. – Yo quiero brindar y desearle lo mejor a Renzo, a pesar de cómo sucedieron las cosas y de la manera en la que se fue, de verdad a él siempre le voy a desear lo mejor, siempre, así que sin rencores y salud por él y por Sofía, que sean felices y vivan contentos.

De nuevo todos alzábamos nuestros vasos, brindábamos y bebíamos todos parejos; nos mirábamos y Teo sacaba su celular colocaba en la mesa diciendo. – Chicos acomódense puse el temporizador para una foto todos juntos, ¡vamos que son treinta segundos!

Nosotros nos acomodábamos y sonriendo la foto se tomaba, era, de verdad, era la mejor fotografía que nos hayamos podido tomar; proseguíamos charlando hasta acabarnos la botella de tequila; siendo las 4:35 de la madrugada, los taxis comenzaban a llegar y uno a uno nos íbamos yendo a nuestros hogares y cómo les dije, entre mi mamá y yo nuestra relación no era de la mejor ya, estaba fracturada, pero eso no quitaba con que le avisará de que ya había llegado a la casa.

Las semanas pasaban; nos enterábamos que Áyax ya había sido operado y que recuperaría el 70 % de su vista y con la ayuda de lentes podría ver al 90 %; ¡una grandiosa noticia!; otra más fue que Starenka ya la habían operado igual y que recuperaba la sensibilidad de sus piernas, que tendría que tomar rehabilitación en algún centro de rehabilitación integral del gobierno y en cuestión de años o meses; según su progreso; volvería a caminar y lo mejor ¡hasta volvería a bailar como antes!; los días transcurrían y tras saberse esas noticias fabulosas, llego ese momento que no quería y era que poco a poco mis compañeros se empezaban a ir de la ciudad y nos despedíamos siempre con un abrazo enorme deseándonos lo mejor siempre; el último en irse era Flavio, quién él antes de irse me pasaba a ver a mi casa y sentados en la banqueta él me entregaba una foto donde estábamos él, Jackie y yo en la playa.

Dándomela me dijo. – Tú siempre fuiste el mejor amigo y hasta el hermano del alma de Jacqueline. – Me sonreía mientras decía. – Ella siempre hablaba de ti, del talento que tienes para bailar, de la alegría, del entusiasmo, de la buena onda, lo buena persona; ¿sabes? Incluso hasta me daban celos de ti e inclusive llegue a pensar que eras su enamorado; pero luego supe que no.

– ¡Ay no manches!, ¿tanto así? – Sonreía diciendo.

– Si neta, en serio te lo juro, llegue a pensar eso de ti y bueno, luego entendí por qué eran tan buenos amigos cuando comencé a saber más de tu vida por qué tú me lo permitiste; por eso Job te pido y te suplico, guarda esta fotografía y cuando estés o te sientas triste, no tengas con quién charlar o que estemos nosotros tus amigos ocupados, no la dejes de mirar, piensa en ese agradable momento y que a pesar de la distancia siempre estaremos contigo en pensamientos y en esta y las miles de fotografías que tenemos.

Flavio me abrazaba fuertemente y yo sólo podría decirle. – Muchas gracias amigo.

– No agradezcas cabroncito, sabes bien que eres el mejor y cualquier cosa que te llegue a hacer algún cabrón, que te rechace o haga alguna jalada mala onda, me hablas por teléfono y enseguida vendré para partirle toda su madre, ¿me escuchaste?

– Sí amigo, sí, sabes que sí lo haré. – Le decía mirándole a los ojos.

– ¡Animo cabroncito!, tienes mucho por vivir, por disfrutar, no te dejes vencer ni caer, nosotros estamos y estaremos siempre el uno para el otro, recuerda que eres único y maravilloso y Jacqueline me dejo encargado que te cuidase de cualquier mal y aunque no esté cerca, tú sólo hablas y listo.

– Gracias de verdad Flavio, en verdad. – Nos dábamos un fuerte abrazo y nos despedimos.

Y aunque este no sea el final, el resto daba igual, ahora queda una hoja en blanco, que espero yo algo nuevo, son veinte mariposas que estarán siempre en mi corazón; de toda la tormenta guardaré un poco de frío y de humedad, del eco unos pasos que se escucharán cada vez más lejos, pensaré una vida nueva del otro lado del espejo, trataré de poner mi alma a sonreír y mis alas a batir.

¡Hey!, ¡Hola!; ¿Cómo están?, mis queridos y apreciados lectores; esta historia no llega a su final, sin embargo he notado que para algunos les resulta algo floja la historia y pues me gustaria saber ¿cómo podría mejorar?; si bien he tratado de esforzarme en entregar los capítulos cómo cada semana en tiempo y forma, me gustaría saber sus opiniones sobre lo que debo mejorar o cambiar. Estaré atento a sus recomendaciones, criticas y sugerencias; de igual modo, les externo a que me envién sus correos para leerlos y contestarles más cómodo.