¿Por qué a mí? Capítulo 23

Previamente: Job intentaba suicidarse cuando reaccionó al ver una ambulancia a toda velocidad, él regresaba y se percataba que algo grave había sucedido, Jacqueline estaba grave; Renzo le dijo, su madre y hermana se enteraban de que él es VIH+ y tenían que hablar sólo que ese no era el momento

¿Por qué a mí? Tercera Temporada.

Previamente: Job intentaba suicidarse cuando reaccionó al ver una ambulancia a toda velocidad, él regresaba y se percataba que algo grave había sucedido, Jacqueline estaba grave; Renzo le dijo, su madre y hermana se enteraban de que él es VIH+ y tenían que hablar sólo que ese no era el momento adecuado para hablar; se informaba que Jacqueline estaba embarazada pero debido a un tumor que ya había invadido el útero, debieron extirparlo y con ello saber que Jackie tenía Cáncer en etapa avanzada, una gran lucha comenzaría a enfrentar junto con Flavio y sus padres que partían rumbo a Puebla; quedaban dos vacantes en el grupo de baile tras su salida, por eso se debió buscar quienes ocuparan su lugar, y aunque eran sólo dos personas, terminaron adquiriendo en el grupo a 6 integrantes más, lo que hacía que Starenka estuviese emocionada con los nuevos integrantes; Sofía nuevo miembro y hermanastra de Renzo junto con Raissa le harían ver su suerte a Job, con ciertos comentarios y envidias; Job en compañía de Bimba se sometía a diversos estudios para saber su estado de salud; Claudio al saber que Job es VIH+, comenzó a fastidiarlo cuando podía; Job aumentaba sus deseos de querer morir y desaparecer; Renzo se portaba como el novio más dulce y tierno con él, tratando de estar con él la mayor parte del tiempo posible, incluso en la muerte de Jacqueline; Flavio se deprimió mucho por la partida de ella; todos sus conocidos lo hicieron; en el funeral hubo un enfrentamiento de rivalidades entre los nuevos integrantes contra Keila, Bimba y Job; se comenzaban a alistar para el concurso sin embargo Sofía y Raissa sabían algo de Job por lo cual comenzaban a torturarlo y hacerle gestos negativos; Job debía lidiar con su enfermedad y su familia, que al saber comenzaron a tener ligeros problemas; Fermín; el novio de Job que lo infectó moría en el hospital en total soledad; Job se abrumaba mucho y se sentía mal por ello que no pudiendo callar más, revelaba su secreto a Renzo, quién en un principio se portó gentil con él, pero conforme pasaron los días se inició un distanciamiento entre ellos; el grupo inicia un viaje para el concurso de baile y tras su participación, el autobús donde viajaban sufría un accidente que lamentablemente tendría consecuencias terribles.

"Un año y más" Parte I.

19 horas, fueron 19 largas, malditas y desesperantes horas en las que tardaron para rescatarnos, todo fue tan lento, tan trágico, tan agobiante; el olor a gasolina, los gritos, la sangre, la muerte, se podía oler la muerte, el ruido de los animales y las luces de los carros que comenzaban a detenerse al ver la llamarada a gran distancia cuesta debajo de la carretera; yo sentía frío pero poco a poco mi cuerpo comenzó a entibiarse y a sentir un profundo sueño, un sueño que no he vuelto a tener tan profundo desde esa noche, desde esa vez, desde esa maldita vez.

Hola, buenos días, ¿Cómo están?, tiempo sin saber de ustedes, ni ustedes de mí, ¡vaya que rico es despertar!, ¿Qué tal les va?; ¡Oh, dios!, perdón, son las 3:04 de la madrugada, creí que eran ya de mañana, una disculpa; de nuevo ese insomnio, pero es algo normal, creo después de lo que vivimos; últimamente no he podido dormir desde hace un mes que nos encontramos todos en nuestras casas; verán, la situación fue muy terrible y traumática; esta vez seré breve y no me iré con tantos detalles; muchos de ustedes que me acompañan en este viaje, me van a odiar, sí, me odiarán, pero tengo una semana de no estar tomando el tratamiento retroviral, lo sé, es por mi bien, pero ustedes no saben lo que he pasado, lo que he vivido, no están en mi cuerpo, no sienten lo que yo, no sufren esta agobiante vida infernal que es tener VIH; dejé el tratamiento porqué deseo morir lo más pronto posible y bueno, cómo no puedo dormir bien, les contaré los detalles de lo que hemos pasado durante este mes. El rescate fue exhaustivo para los bomberos y la brigada de rescate de la autopista; levantar cuerpos, tomar fotos para las investigaciones fue lo más tedioso; rendir testimonio mientras estábamos en el hospital internados fue lo más tenso del asunto.

– Job, Job, hijo mío, mi niño, mi hijo. – Mi madre asustada y consternada acompañada por mi padre y mis hermanos entraban a la habitación siendo ya las 2 de la tarde.

– Hijo, ¿Cómo te sientes? – Mi papá serio.

– Pues estoy adolorido, golpeado, mareado, confundido principalmente, pero aquí estoy, lo que me preocupa es, ¿Cómo están mis compañeros?, ¿Dónde están? – Pregunté estando aturdido.

– Ellos están bien, atendidos en otros puntos del hospital, pero se encuentran bien. – Mi hermana respondía.

– Hermano, necesitas algo, ¿agua, ir al baño, comida? – Mi hermano tratando de consentirme.

– No, no hace falta, gracias. – Con ligera sonrisa respondí.

De momento vi a Renzo pasar con su madre a la habitación de junto, y fue cuando me atreví a cuestionar. – ¿Quién está en la habitación de junto?

– Es una joven, se encuentra estable. – Mi mamá respondía.

Supuse que esa joven era Sofía, como era de esperarse Renzo y su familia se preocuparía más por ella, que él por mí, no lo culpo claro está, ella es su familiar y está bien, yo vengo siendo un conocido en su vida; cómo sea.

Mis familiares trataban de animarme un poco, mi mamá y sus rezos, agradecida con su Dios, mi hermana y hermano igual; mi papá con rostro preocupado, en fin, así es la familia; yo lo que sentía era más incomodidad en lugar de confort, me sentía con mucha gente adentro y me aturdían, mi cabeza me dolía y cuando me comencé a sentir con ardor en los ojos; apenas habían transcurrido como 36 horas de aquel fatal accidente y ellos aunque me quieren, no sabían cómo me sentía interiormente; mi mamá se me acercaba y con su mano me tocaba la frente; ella asustada exclamaba que tenía temperatura; así que mi papá y mis hermanos salían de la habitación e iban a buscar algún doctor para que me revisara; quedando en la habitación mi mamá y yo; Renzo salía distraído de la habitación de junto, sin embargo él volteaba y me veía; nuestras miradas eran algo diferentes a las que ya nos dábamos; por un instante creí que no se atrevería a entrar, pero lo hizo, con pena, pero lo hizo.

Tocando la puerta, dijo. – Buenas tardes, ¿puedo pasar?

– Mi hijo no se encuentra bien, no debería recibir visitas. – Mi madre preocupada.

– Hola, ¿Cómo estás? – Cuestioné, sabiendo que no se encontraba bien luego de la tunda que Flavio le dio.

– Mi madre no le quedo de otra más que decirle. – Pasa, adelante.

– Con su permiso. – Ingresaba a paso lento y un poco distante, que digo distante, súper distante, estaba más cerca de la puerta que de la cama; ni modo.

– Y, ¿Cómo te sientes? – Cuestionó algo tímido por la presencia de mi madre; que al vernos algo tenso, ella dijo. – Saldré un momento, regreso.

Renzo se acercó un poco más, volviendo a cuestionar. – ¿Cómo te sientes?

– Medio sonreí contestando. – Pues no muy bien, mi brazo se giró hacia atrás, los ligamentos se rasgaron, tendrán que operarme mañana para arreglarlo, tengo varios cortes y raspones en la cara como podrás ver y aunque no se ve por la bata, pero el cinturón de seguridad me dejó una marca morada en el tórax y abdomen; en lo que cabe estoy bien, pero, ¿Sofía, ella cómo se encuentra?

Él hizo una pausa, me miró bien, para luego hablar. – Aunque no lo creas, me da gusto que estés bien.

– Si te creo, gracias. – Sonreí.

– Él continúo hablando. – Bueno ella esta adolorida, le suturaron, tendrá una cicatriz de veintiún centímetros por aquel cristal clavado, le suturaron el pecho por la herida que le dejó el cinturón de seguridad y pues está estable, sólo que aún no le hemos dicho que su amiga Raissa falleció en el accidente.

– Cuando dijo lo de Raissa, recordé sus últimos momentos de vida y como se encontraba prensada; esa imagen no se borrará de mi cabeza tan fácil; ella no deseaba morir, aunque fue algo pesada conmigo, merecía vivir; si bien los rescatistas cuando obtuvieron su cuerpo, dijeron que si se hubiese salvado, de todas formas quedaría cuadripléjica, con un brazo amputado y con dificultad para hablar por las fracturas en su quijada; descanse en paz.

Regresé a mi realidad, moví ligeramente la cabeza para decirle. – Hacen bien en no decirle nada a Sofía, Raissa la vi antes de morir y estaba muy mal, entre esos fierros, es una imagen que será imposible eliminar; por otra parte me da gusto que ella este bien, se éste recuperando, en serio que gusto.

– Sí gracias, también tú me da gusto que estés bien. – Se sonrió conmigo y se me vino acercando con la intención de darme un abrazo.

– ¡Renzo, Renzo!, ¿pero qué? – Su madre le buscaba y al verlo en mi habitación entraba algo molesta.

– Job, Job, el doctor ya viene. – Mi hermana estaba por entrar, pero al ver a la señora y a él les dijo amable. – Buenas tardes.

– Ah, así que él es el muchachito Job. – La señora empujó a mi hermana a un lado, velozmente se me acercó, yo me incorporé sentándome pensando que me saludaría, cuando de pronto, ¡zaz! Una fuerte bofetada en mi mejilla izquierda sonó fuerte con adorno de unas palabras.

– ¡Maldito hijo del diablo!, ¡fuiste tú quien tentó a mi hijo a caer en la tentación del pecado!, ¡te irás al infierno pecador, Dios te debió castigar!

– La mujer me siguió golpeando a los costados y sobre mi espalda; yo no me podía defender, al contrario, gritaba por qué me estaba lastimando más el brazo; Renzo intervino apartando a la mujer y mi hermana muy molesta gritó.

– ¡Ayuda, ayuda por favor!

– Renzo empujó a su madre y se interpuso entre ella y yo; las palabras dichas por él fueron más dolorosas que todos los golpes que la señora me dio.

Él agitado habló. – Ya madre, ya, ya basta, ya te dije que entre Job y yo no hay nada, nunca lo hubo, sólo vine a verlo por gratitud y para saber cómo estaba, por qué le apreció, pero eso es todo.

– La señora estaba eufórica, yo comenzaba a llorar por el dolor de esas palabras de Renzo, pero disimulaba haciéndolas pasar por el dolor del cuerpo.

La mujer enojada. – ¡Te irás al infierno, al infierno pecador, Dios no creo hombre para estar con otro hombre, por eso fue Adán y Eva, pecador!

– Mi hermana al ver que nadie venía al auxilio, caminó hacía la señora y la pepenó de las greñas y le dijo. – Usted y su Dios se pueden ir yendo de esta habitación cómo va, como va señora.

– ¡Oiga escuintla mal educada déjeme! – Le decía mientras mi hermana la sacaba con mucha fuerza de la habitación.

Renzo no me dio la cara, me daba la espalda y caminaba tratando de detener a mi hermana en que no lastimará más a su madre; estando a fuera la señora quiso regresar a mi habitación, pero Renzo la detuvo. – Mamá, ya es mejor que nos vayamos y veamos sobre el traslado de Sofía al hospital de la ciudad, tranquila.

– Renzo jamás intentó regresar a pedir disculpas o hablar; pero eso sí, mi hermana sospechaba algo, así que no dejó que Renzo se fuera así no más; en lo que yo lloraba, escuché un golpe, cómo si un globo de agua cayera al piso; mi hermana alterada entraba a mi habitación, cerraba la puerta y me preguntaba. – ¿Cómo te sientes, te lastimó?

– Mi rostro pálido, me estaba sintiendo mal, no por las palabras, sino por qué el dolor me estaba calando y la temperatura subió más; estaba perdiendo el conocimiento y alcancé a escuchar las palabras de mi hermana decir.

– A ese muchacho le di dos buenas bofetadas por cobarde y por negarte, tú eres muy lindo hermano, no te dejes vencer.

– ¡Me comencé a sentir mal! la temperatura me subió a 40 grados y era una clara señal de que algo me estaba fallando; segundos después de que perdí el conocimiento, mis padres y hermano llegaban a mi habitación con unos médicos que comenzaron a atenderme.

Durante ese escándalo, las enfermeras y algunos pacientes sirvieron de testigos ante la agresión suscitada por la señora, lo que ocasionó que se le prohibiera el paso a ese piso por seguridad de los pacientes; Sofía se enteraba de eso por boca de Renzo; quién según palabras de Sofía, él estaba apenado ante su falta de carácter y el haberme negado.

Mis compañeros y sus familiares hicieron lo posible por trasladarlos de regreso a nuestra ciudad de nacimiento; Keila con heridas no tan graves, pero Bimba con una cirugía por su pierna derecha fracturada; Noá con una cirugía gastrointestinal, pues el golpe le había perforado el diafragma y eso le había causado que estuviese vomitando y evacuando sangre; Teo fue el primero que al ingresar al hospital entraba a quirófano de emergencia, pues su mano se la tendrían que salvar y aunque hicieron lo posible, su mano tardaría en recuperar su movilidad y fuerza por un largo tiempo en rehabilitación; a la semana de aquel escándalo, Áyax y Starenka fueron trasladados al hospital de especialidades de nuestra ciudad; el único hospital que hay; ellos estaban muy tristes y consternados; en estado de depresión diría yo; nuestra adorada y alegre Starenka había perdido en totalidad el movimiento de sus piernas y su hermano por los fuertes golpes en la cabeza su visión; aunque estaba con vida y "bien", el saber las secuelas del accidente los ponía muy tristes.

Yo, luego de sufrir una fuerte infección por las heridas y por qué mi organismo relativamente no estaba al cien por ciento estable, tuve que estar internado en cuidados intensivos tres días; siendo el único internado en ese hospital mientras que los demás ya se encontraban en la ciudad hospitalizados o dados de alta en sus casas; Flavio, como buen amigo, me había ido a ver al siguiente día de que empeoré, pero me mantenían sedado por la crisis de nervios que tuve y el dolor que no lo soportaba; al haber estado controlado, me regresaron a mi habitación normal y supe que Flavio había estado allí con nosotros, pero tuvo que regresar por lo de su graduación; yo estaba muy triste y sin querer comer, pálido y demacrado, no tenía fuerzas, sólo deseaba morir al saber que Renzo me había negado; antes me sentía mal por lo que Flavio le hizo, pero sabiendo su actitud cobarde, me alegraba y hasta deseaba que le rompiera su madre mi amigo a ese patán. Al siguiente día me trasladaron a la ciudad, más estable, me decidieron operar, aunque el pronóstico fuera grave si me regresaba con más agresividad la infección; en sala de espera durante mi cirugía, mis amigos Bimba, Keila y Flavio con mis compañeros Katia, Noá y Teo estaban allí esperando noticias de mí; anestesiado pedía y rogaba, suplicaba que me diera un infarto o un derrame y morirme, de verdad no quería seguir enfrentando la vida tan cruel que me ha tocado vivir; ¿por qué a mí?, un infeliz se aprovechó de mi amor para perjudicarme, una ilusión de amor que creí que sería algo estable, un accidente, ¿Qué más tengo que vivir?

Los días siguieron transcurriendo hasta el día de ayer que me dieron de alta; mis amigos estaban contentos de verme salir, con cara pálida y muy flaco, pero "estable", con "vida"; sonreía por sonreír, pero en mis adentros estaba muy, muy, muy pero deprimido con deseos de morir pronto. Esa misma tarde que llegué a casa, mis familiares se comportaban y me trataban como un ser delicado y eso no me gustaba, para acabarla de joder, el timbre sonaba, mi hermana abría y escuchaba una voz conocida, en mis adentros pensé, "no puede ser, lo dudo mucho", seguí escuchando esa voz, intenté levantarme del sofá pero me sentía aun débil, le bajé más el volumen a la televisión y entonces mi hermana entraba seria.

– Job, hay alguien que quiere verte.

– Confundido con mi mente siendo real o no, al verla dije en mí, "no estabas equivocado, si es ella".

– Hola Job, buenas tardes, ¿podemos hablar? – Sofía algo tímida y vestida de negro.

– Hola, que gusto verte, buena tarde, sí, anda, pasa. – No muy animado.

– Mi hermana nos dejaba a solas unos instantes.

– ¿Cómo sigues? – Ella algo diferente.

– Pues bien en lo que cabe, algo adolorido pero bien, ¿y tú? – Hablé con gesto de desánimo.

– Me da gusto que estés bien, en verdad, aunque no lo creas me alegra muchísimo. – Ella se agachaba, regresaba su mirada a mí. – Estoy bien, procuro no hacer movimientos fuertes ni bruscos para no lastimarme, de hecho se supone tengo que estar en cama pero quería hablar contigo, así que aproveché que fui al cementerio a dejarle flores a Evan en su sepulcro y al nicho de la Familia de Raissa para rezar por su descanso; sé que ella se portó muy mala onda contigo sin embargo ella no merecía acabar así...

– No te preocupes, la perdoné muy en mis adentros y lamento mucho tu perdida, sé que eran muy amigas, lo siento de verdad. – Le interrumpí serio.

– Gracias, tienes un corazón inmenso, eres un gran chico, lo digo en serio. – Apenada, se miraba distinta a lo que fue.

Hubo un silencio, un gran silencio que por unos minutos no sabíamos que hacer; hasta que mi mamá nos llevaba agua y ambos agradecíamos; así ella, tomando un trago, me miró y soltó lo que debía.

– Job, Renzo se fue.

– Sentí recorrer algo extraño en mí y una punzaba en mi corazón; el ser que tanto me dijo que estaría conmigo y me acompañaría, que me amaba y quería, sí él, el mismo que creyeron que sería el amor de mi vida, la luz de mi tristeza, se fue, se fue y ni si quiera se despidió; bebí agua, miré al techo de mi casa pensando, "gracias nuevamente Dios por romperme más la ilusión de ser feliz en esta patética vida, en verdad gracias".

– Puedo saber ¿Cuándo se fue? – Serio, aguantando las ganas de llorar.

– Se fue ayer para ciudad de México y hoy en la mañana abordó el avión, a estas horas debe ir ya por los cielos. – Ella con mucha pena en su ser.

– ¡Ah bien, pues espero que le vaya de maravilla! – Mis ojos se cristalizaban en lo que ella me tomaba del hombro diciendo.

– No tenía cara para despedirse, mucho menos después de lo que sucedió en el hospital; por eso me pidió que te trajera esta carta.

– Apartó su mano de mí y de su bolsa sacaba un sobre, me lo entregaba seria.

– Es la peor forma de despedirse, muy cobarde lo sé, demasiado, es muy poco hombre, después de todo Renzo no es tan maduro como pensábamos, en serio lamento mucho esto Job, de verdad.

– Puse el vaso en el piso, tomé el sobre y suspiré.

– Si quieres me voy para que puedas leerla. – Apenada Sofía.

– No, no te vayas, ¡por favor! – La miré con ojos desbordando lágrimas.

Me arme de valor y fui abriendo el sobre; ella se puso a mi lado y desdoblé la carta que decía:

Hola Job.

Hola, espero te encuentres ya mejor de aquel fatídico accidente, sé que fue algo terrible y muy grave, lo lamento de verdad, no sabes cuánto; cuando supimos la noticia, nos preocupamos bastante por ustedes, yo en especial por ti y por mi hermanastra Sofía; dijeron que hubo muertos y una explosión, lo que más me hizo pensar que nuestra última vez en estar juntos no fue la mejor para acabar; sí, pues pensé que tú habías sido de los fallecidos; pero al saber que estabas bien, me alegré mucho y me dije que sería una nueva oportunidad para comenzar de nuevo y tratar de enmendar las cosas; estaba por rechazar la propuesta de irme del país y quedarme contigo, sólo qué, mis padres, ellos deseaban que fuera, que cumpliera mis sueños y aunque lo que Flavio me hizo delante de ellos y el haberme "echado de cabeza" sobre mi orientación sexual trajo problemas, no dejé que eso interfiriera en nuestra oportunidad de querernos; sin embargo la religión que profeso, las palabras de mis padres, lo que el pastor me dijo, me hicieron tambalear mi vida, mis decisiones y cuando fui a ver a Sofía me di cuenta que Dios es grande y que si permitió que ella estuviera con vida y tú también era por algo, por qué nos tiene preparadas grandes cosas que debemos vivir; esa fue la señal divina que me indicaba seguir con mi camino; cuando pasé a verte y mirar que estabas allí, acostado, con suero, pálido pero estable, agradecí a Dios por que estabas frente a mí y quería abrazarte, besarte, decirte cuanto te amo, sólo que mi madre, ella, su reacción estuvo mal, fue cuando entendí que tú no merecés a alguien como yo, porqué analizando bien, tu situación, tu enfermedad, no me costaría trabajo entender y asimilar; sin embargo a mi familia si le costaría mucho trabajo aceptarnos; NO QUIERO QUE PIENSES QUE SOY SEROFOBICO O IGNORANTE; sólo quiero que entiendas que yo aún no estoy preparado para llevar una relación así contigo, de cuidados, de apoyo; para eso tendría mucho que prepararme y dedicarme para hacerte feliz realmente; así que con todas esas señales, retrasé unos días mi partida para saber que estuvieses bien tú y Sofía, una vez estando estables los dos, opté por irme. Soy un cobarde de lo peor, por abandonarte y no dar la cara, pero quiero que comprendas, que entiendas, no tenía cara ni la tendré para hacerlo; no para romperte más el corazón; TE AMO JOB, en verdad, mi amor por ti es grande, que por eso yo te dejo en libertad y que espero encuentres a ese ser que te sepa amar así como eres, como estás, con tu condición y que comprenda que eres un ser muy lindo; jamás olvidaré lo que hice por ti y jamás dejaré de pensar en ti, tú me has dejado una lección enorme en la vida y espero seguir aprendiendo de ello; NO ME ARREPIENTO DE HABERTE SALVADO LA VIDA; pues eso me permitió acercarme a ti para saberte querer y comprender el motivo de lo que harías; espero que me perdones y en un futuro podamos reencontrarnos; TE AMO; se feliz, se libre.

Atentamente: Renzo

Doble la carta, suspiré, luego sonreí y voltee a ver a Sofía diciendo. – Tienes razón, Renzo es un inmaduro.

– Me levanté del sofá diciendo. – Gracias por entregarme esto, si hablas con él sólo dile que muchas gracias por todo y que le deseo mucho bien, por lo pronto quiero estar a solas, tengo sueño y no me siento del todo bien.

– Sofía se levantaba, me tomó de la espalda diciendo. – Lo lamento mucho, eres un chico fuerte, seguirás adelante, y aunque suene ridículo, en mi puedes encontrar una amiga si lo deseas.

– Me aparte de ella, me voltee y le sonreí diciendo. – ¿Una amiga?, lo dudo, tú eras quien deseaba verme lejos de Renzo, no querías que hubiese algo entre nosotros, se te cumplió; ahora si me haces el favor de irte de mi casa y no volver a poner un pie aquí, que tengas buena tarde.

– Mi coraje lo canalicé en palabras para ella; ella no tiene la culpa, pero sí recuerdan que ella me miraba feo cuando estaba con Renzo, ahora se quería hacer la noble y buena amiga, ¡para nada!, quién le crea quien no la conozca.

Sofía no dijo nada más, sólo se fue directo a la puerta y se marchó; mi mamá al escuchar la puerta cerrarse, cuestionó. – ¿Tu amiga, dónde está?

– La mire con cierto recelo, contestando. – ¡Ella ni es ni será mi amiga, se largó porque así lo pedí!

– ¿Job qué te pasa? – Ella consternada.

– ¡No pasa nada que no te importe, me voy a mi habitación, quiero dormir! – La dejé sin decirle más.

Desde esa noche, mis sueños eran ligeros, de unas dos horas o a lo mucho cuatro; pesadillas constantes del accidente y ese pesar de que Renzo se fue; vino la graduación y en ese momento fue cuando les comenté a mis amigos lo que paso con Renzo; ellos le comenzaron a escribir en redes sociales lo mucho que lo detestaban y lo poco hombre que había sido; lo falto de carácter, lo miserable y sin fin de cosas más; lo hartaron que tuvo que bloquearlos a todos de sus redes sociales; a mí no, pero lo hice, no quería saber de él nada, aunque una parte de mí deseaba saber y hablar con él, me contuve y traté de concentrarme en lo que haría después de culminar mi licenciatura.

Tres meses pasaron y Bimba ya se encontraba mejor, iba a su rehabilitación al igual que Teo; por otra parte Keila, Katia y Noá acudían al psicólogo para superar esa tragedia; bueno todos los involucrados teníamos que asistir a terapia jeje; Starenka y Áyax en su casa, adaptándose a su nueva manera de vivir hasta que, Starenka en su casa recibió una notificación de un juzgado; ¡era una demanda por daños y homicidio!; ella se preocupó mucho que nos mandó a llamar a todos a su casa; allí junto con su abogada, nos planteaban la situación; los familiares de los choferes fallecidos demandaban a Starenka por no indemnizar a las familias; este lio se hizo más grande porqué también interfería la iglesia a la que Renzo y Sofía pertenecen; ¿recuerdan que Renzo fue quien consiguió el transporte junto con su madre?; bueno pues fue una demanda que exigía dinero y reparación de daños; la abogada nos aconsejó que contrademandáramos por las muertes de Raissa, Evan, Guadalupe, Alberto y Abdiel; quienes eran integrantes de nuestro grupo de baile; así que lo hicimos; por unos momentos pensé que al hacer esto Renzo viajaría para apoyar a su madre que estaba involucrada en el accidente, al hacer un trato de "palabra" con Starenka, pero no fue así, las semanas transcurrían y esto en vez de mejorar empeoraba; fueron siete en total los fallecidos; cinco nuestros y los dos choferes; esto parecía cuento de nunca acabar, esas semanas se volvieron tortura; llegó la fecha de mi cumpleaños número 22, sí, por fin los cumplí; se me hizo eterno, pero los cumplí; aunque mi cumpleaños caía entre semana, mi familia tenía planteada la idea de celebrarme el sábado; pero en cuanto me enteré, armé tremendo berrinche, me enojé, me peleé con mi mamá y hermana y preferí pasar el fin de semana desconectado de todo; sin teléfono; a propósito no lo cargue; sin laptop, sin redes sociales, ¡sin nada!; Flavio, Keila y Bimba me fueron a visitar, a animarme a salir, pero desanimado no tenía las ganas de salir, ni si quiera de recibir abrazos; sólo quería estar en mi cama, durmiendo, deprimido y con esas ganas de morir; también entre mis tormentos mentales, estaba seguro y decidido en tomar la opción que desde un principio debió ser, el suicidarme; pero bueno eso no pude hacer ya que la vida, la adorable vida que tengo me la volvía a aplicar; me puse mal de nuevo, me sentía mal y entendía que era porqué había dejado de tomar el retroviral; quiero aclarar que para aquellos que son portadores del VIH no dejen su medicamento, ustedes no, ustedes si tienen motivos para vivir, yo no; bueno pues los días pasaban y me sentía mal, fatal, enojado conmigo, con la vida, con todos; tuve dos días de fiebres altas, debilidad e incluso hasta dormía más que estar despierto; mi familia se preocupaba sí, pero yo rechazaba su ayuda por qué mis deseos en realidad son morirme; ¡¿Qué no entienden?!

Okay, me calmo, luego de ese episodio de sentirme mal, los días iban transcurriendo con normalidad; me iba recuperando y sintiendo "bien"; a mi papá lo veía poco, mis hermanos también, mi mamá tratándome como niño; se acercaba Diciembre, y así se fue lo que quedaba del año; el problemón legal que teníamos continuaba durante los próximos tres meses; la esperanza que teníamos era de aquel muchacho que estaba de acompañante de los choferes, con su ayuda no beneficiaría a nosotros; pero pareciera que la tierra se lo tragó y bueno mi ex suegra estaba empeñada a que debían de pagarse los millones de pesos que solicitaban como "indemnización" más los daños a su iglesia; cosa que esta señora estaba pero si bien mal de la cabeza, porqué pss no hubo daños para ella, pero como buena doña religiosa, se empeñó a estar moliendo; pasaron unos días y ocurrió una formidable noticia; y es que Flavio por fin, después de mucho buscar, consiguió el paradero de ese joven chofer que nos alumbró con esa gran linterna; aquel chico que estaba también muy mal herido y nos apoyó hasta donde pudo; cuando se le planteo la situación él amablemente fue a casa de Starenka y le dijo.

– Maestra, lamento mucho lo que le sucedió a usted y su hermano, no fue culpa suya, de hecho fue un accidente, le voy a decir cómo fue...

– Su narración de los hechos fue la misma que se dio en el juicio; ese día, la madre de Renzo y su esposo me miraban con mucho resentimiento, pero no debían actuar de esa forma, pues Sofía era parte de las afectadas y la única que se rehusó a proceder con la contrademanda; no lo hizo ni por la memoria de su difunta amiga; bueno, el caso es que ese muchacho, se presentó al juicio; él luciendo un rostro desfigurado por el accidente, relataba bajo juramento los hechos.

– "Esa noche íbamos bien en la autopista, los muchachos iban dormidos, la profesora y su hermano también; de momento nuestro chofer Don Clemente que en paz descanse, se comenzó a sentir mal, sujetándose el pecho, se aflojó el cinturón de seguridad y cuando estaba por frenar, cayó sobre del volante, mi compañero y yo tratamos de ayudar, pero él apretaba el acelerador que nos hizo salir de pista y dar como mil vueltas sobre ese barranco".

– Al escuchar esas palabras, comenzamos a tener momentos de lucidez del accidente; de nuevo los gritos, el ruido del metal estrellarse y sacar chispas contra el pavimento, cuando se partió el autobús y salimos disparados; Raissa atascada, Keila y Bimba perdidas; yo tirado en la tierra escuchando las voces de mis compañeros; llanto, susto y demás; nuestras lágrimas emanaban y la tristeza de ese instante fue algo inexplicable.

La defensa se estaba quedando sin modo para atacarnos y la familia de los choferes comenzaba a temblar; Sofía nos miraba y se agachaba avergonzada; sabía ella que tenía que estar de nuestro lado, pero no, ella continuaba del lado opuesto; en fin; nuestra abogada de la firma Landucci; muy buena firma de abogados por cierto, a pesar de que tuvo problemas con el principal dueño Bradley y su esposa y hasta un socio, esta firma es buenísima y ha recuperado categoría. (Referencia a "Amor, Pasión o Deseo")

La licenciada expuso que "Don Clemente" el difunto chofer, había presentado síntomas de infarto y que había acudido a una consulta en una farmacia similar, de ahí a la clínica y bueno le dijeron que estaba "bien" pero que debía cuidarse; él seguía sintiéndose mal y lo anunció en la línea de autobuses donde trabajaba pero estos no le hicieron caso y lo obligaron a manejar, pero ahí no para esto; él viajaría solo, sin compañía, quienes se sumaron al viaje fue el otro chofer y ese muchacho; ¡y la línea de autobuses ni enterada!; las cosas pintaban a nuestro favor, sólo que el caso se extendió un mes y medio más; con las pruebas existentes, llegó a su fin este eterno juicio; se dictaminó qué la línea de autobuses debía de pagar la indemnización tanto a los familiares del chofer, cómo la de los acompañantes; daños a la imagen de la iglesia y a cada uno de los que estuvimos en el accidente; sin embargo, la abogada no logró librar del todo la culpa a Starenka, ya que ella también debía de pagar por daños y por las muertes de nuestros compañeros pues eran su responsabilidad; Starenka entró en shock y ataque de ansiedad, ¿de dónde iba a sacar tanto dinero?

Continuara...