¿Por qué a mí? Capítulo 14

Me sentía muy mal emocionalmente; la trabajadora y una enfermera, se nos acercaron y nos decían que en unos momentos más la doctora nos recibiría; tras la espera y esa noticia, por fin me llamaban por mi nombre completo y casi a gritos

Hola mis queridos lectores, lamento atrasarme con las publicaciones, la situación es algo complicada y además hay mucha saturación de Red; incluso ya había mandado capítulos, sólo que

no fueron publicados y tuve que reeditarlos, así que espero aparezcan pronto por aquí; muchas gracias por leerme, por escribir y opinar sobre la trama; me gustaría saber sí

conocen a alguien que haya sufrido o vivido algo similar a lo de Job.

Capítulo 14.

"Con los años que me quedan".

Lunes ha llegado, Bimba y yo estamos acercándonos al centro de salud; pero antes de seguirle con lo que está por sucederme a continuación, les platico qué; esa noche que me vi con Renzo, tuve temperatura, como 38 grados más o menos; sospechaba un resfriado, así que recurrí a la automedicación; un gramo de paracetamol y el remedio de las abuelas, untarme alcohol en las piernas, espalda y cabeza, encobijarme bien y minutos después comenzar a sudar; me sentía exhausto, agotado, desganado, mi garganta me molestaba, pero no quería despertar a mi mamá y hermanos; además esa era la última noche que estarían en casa, ya que regresarían a sus lugares de trabajo, así que no quería alarmarlos.

Al día siguiente estaba todo imbécil, no estaba bien, pero fingí estarlo; Renzo me hablaba preocupado, por qué si me había sentido muy frío tras haberme dejado en mi casa, sin embargo el don de la mentira fue en decirle que estaba bien; quería que nos viéramos, pero la verdad estaba agotado; Starenka estaba marca y marca para recordarnos que debíamos estar el lunes a las 10:00 am en el academia para los casting; pero Bimba y yo no íbamos a poder estar, así que eso como que molestó a la maestra, pero ni modo, ya había quedado en algo con mis padres y Bimba; en fin; ese domingo me quede en cama, medio comí y me volvía a dormir; me regresó la diarrea y eso me preocupó, pero no quería decir nada; sólo pensaba que sí tanto quería morirme, que fuera una muerte rápida, no sé, un infarto o que mi cerebro no resistiera la temperatura y sufriera de un derrame o algo así y morir, así lo más pronto posible; pero no.

Como debía estar en ayunas de doce horas, ya no cené, pero me sentía mal, de nuevo fiebre y dolor de huesos, no podía tomar medicamento, así que me di un baño como a las dos de la madrugada con agua caliente, me sequé bien y me froté alcohol de cabeza a pies, me arropé bien y me hice taco entre las cobijas en la espera de que se me bajará la temperatura; cinco y media despertaba, me alistaba y mi mamá a las seis quince despertaba para ofrecerle algo de desayunar a Bimba que llegaba a las seis y media a la casa; con mis documentos originales y copia en mano, mis estudios recientes, muchos nervios; mi mejor amiga Bimba y yo nos íbamos al hospital; casi al par, una ambulancia partía de la ciudad con rumbo al estado de Puebla; dónde Jacqueline iba con Flavio y dos paramédicos; tras de ellos sus padres en su vehículo con angustia y esperando un milagro para su hija; lamentablemente el Domingo no pude irla a ver, pero le llamé al teléfono de Flavio y converse un rato con ella; la verdad se le notaba la voz cansada, pero con un ánimo impresionante, deseaba pronto regresar y bailar conmigo; ya que había visto que habría un concurso de vals en la ciudad en unos meses y anhelaba que participáramos.

Yo con una sonrisa le decía. – Claro que si Jackie, verás que te pondrás bien y bailaremos un vals maravilloso, que impresionaremos a todos, como siempre lo hacemos, sólo que primero, lo primero, tu salud, así que a echarle ganas amiga, te adoro.

– Jackie suspiraba diciendo. – Sé bien que aún me quedan cosas por vivir, por lograr, por bailar, sé que la vida me dejará una oportunidad más, aun no es tarde para recapacitar, valorar la vida más de lo que ya; sé que seguiré, sé que saldré de esta y cuando pasé, lo primero que vamos hacer es bailar mucho, bailar y mirarnos disfrutar el uno del otro lo bien que gozamos de la bella música que nos eriza la piel cada que diseñamos una coreografía y la manifestamos ante el público, así que amigo, espérame, que regresaré con fuerza y más energía, más locuras y las ansias de abrazarte y hacerte sentir que eres un chico especial; te quiero amigo.

– Sus palabras me conmovieron y le dije antes de cortar la llamada. – Así será amiga, nos vamos a ver de nuevo, sanos, bien repuestos y haremos opacar a toda pareja de baile que se nos crucen en nuestra pista; por lo pronto deseo de todo corazón que salgas victoriosa y aquí todos te esperaremos para bailar, disfrutar, gozar y sentir el ritmo erizar nuestra piel; la pasión del baile y ser pareja nos hará seguir adelante, así que, a echarle huevos Jackie; Flavio será nuestro representante en todo el apoyo que de aquí del AMBAD te estaremos enviando; te quiero muchísimo y te espero de vuelta amiga.

– Ambos nos dijimos hasta luego, más no fue un adiós, porqué sé bien que Jacqueline es fuerte, joven y estará dentro de poco con nosotros bailando y riendo de las muchas equivocaciones que cometemos nosotros los bailarines al no llevar bien los pasos en la mente.

Al ingresar al centro de salud, los nervios me invadían mucho e incluso estaba sudoroso de las manos y axilas; Bimba se acercó a un módulo y pidió informes de cómo darse de alta en el

CAPASITS;

la trabajadora social le dijo a dónde debía ir y pues se regresó conmigo y al verme tan nervioso, me decía.

– Tranquilo, es el inicio, es por tu bien, calmado, ahorita tenemos que subir las escaleras al segundo piso y preguntar por la doctora Graciela Corrales, quién es la encargada de reportar los casos.

– Observaba el centro de salud y había mucha gente de bajos recursos qué venía a pedir los servicios del seguro popular o asesoría en situaciones equis: yo la verdad me sentía muy incómodo, pues pensaba que la gente me veía únicamente a mí y eso me creaba una especie de paranoia.

Me levantaba de ese viejo asiento y caminaba tras de Bimba con mucha pena, atravesábamos un pasillo y llegábamos a unos cubículos nada discretos, dónde todos veían quién pasaba y a dónde se iba; una de las trabajadoras sociales nos preguntaba sobre qué hacíamos ahí, Bimba le decía y la trabajadora social se nos quedaba viendo en forma de pena, no muy amable, pero portándose cordial, ella nos hacía esperar en unos sillones justo frente a todos los demás empleados que aunque parecía que estaban trabajando, en realidad estaban al pendiente de quién era quién ingresaría a hablar con la doctora.

Bimba actuaba como si nada, pero yo en verdad me estaba muriendo de la pena y nervios; porqué los trabajadores de ahí no eran nada discretos y estaban siendo muy obvios al estar observando quién pasaría; y como dije, no hay discreción.

La trabajadora social se nos acercó "discreta" y preguntó. – ¿Quién pasará?

– Yo cohibido respondí. – Yo, soy yo.

– La mujer me interrogó. – ¿Cuál es tu nombre?

– Respondía con voz moderada. – Job.

– Ella me miraba anotando en un papel y decía. – Sí, pero tú nombre completo.

– Apenado hablaba. – Ah sí, perdón, Job Cáceres Rivas.

– Ella anotaba y bien discreta; sarcasmo; en voz media decía. – Bien, Job Cáceres Rivas, ¿me puedes decir tu edad?, dirección y un número aproximado de tus parejas sexuales.

– Auch, eso me dio muchísima vergüenza, pero más la forma en la que se dirigía conmigo, además de que no lo hacía en un lugar un poco más privado y con más confianza.

Delante de Bimba respondí y la verdad omití el número real de parejas sexuales, porqué ni yo mismo sé con cuantos me acosté; ya sé, ya sé, me leo como un promiscuo de lo peor y tal vez por eso tengo VIH; bueno, la cosa es que le dije que eran siete las parejas con las que me había involucrado; para esto, la trabajadora social me miraba así con esos ojos de cuando no le crees a alguien, pues así me vio y me sentí súper mal.

Ella cuestionó si en la mayoría de mis relaciones había usado protección; Bimba me miraba estar nervioso; yo la verdad es que hice memoria para saber sí existía la posibilidad de qué Fermín no hubiese sido quien me infectó y fuese otra persona; pero no, la verdad es que siempre los Activos eran quienes llevaban los preservativos y pues sí, era de lógico, ya que la mayoría con quienes me había acostado eran casados, bisexuales o heterocuriosos con pareja mujer y por ende debían cuidarse, rara fue la vez que sí tuve relaciones de riesgo, pero fue así extraña vez y las esporádicas veces que practicaba el sexo oral lo mismo eran sin preservativo; ante la pregunta formulada, yo respondí con toda seguridad y sinceridad de qué sí me había cuidado; nuevamente la trabajadora social me miraba con esos ojos de "no te creo", pero pues era la verdad, no debía porqué mentir; en fin, la chica anotaba así como qué no confiada ante mis respuestas; pero, momento, ahí no paraba la cosa; pasó la hoja al reverso y me cuestionaba sí había estado en orgías, prácticas sexuales con relevancia a fetichismo, parafilias, prostitución y/o violación; o sea en serio, esas preguntas hacerlas ahí, delante de los como treinta trabajadores del centro de salud; sí era para que me muriera de la vergüenza, lo estaba consiguiendo, más teniendo a Bimba a mi lado.

Yo con toda la pena del mundo respondía que no a todo y la mujer anotaba así como dudando ante mis contestaciones; me dio mucha pena, en verdad, demasiada, por eso omití que sí, estuve en dos orgías siendo menor de edad y una festejando que tenía la mayoría de edad; en la primera, recuerdo que sólo erámos al rededor de 3 chicos cien porciento pasivos entre 6 maduros activos de unos 40 - 60 años de edad; todos nos metimos con todos, nadie se quedó con antojo de probarse; me besé con esos chavos, nos acariciábamos, rosabamos nuestras piernas y apasionadamente erámos quiénes provocábamos el instinto sexual de aquellos hombres; poco a poco nos quitaban la ropa interior y se excitaban de ver nuestras delicada y suave piel, dando paso al acto sexual; sí, !qué pena, en verdad!, claro, no iba a dar detalles de aquel encuentro sexual de años atrás, sin embargo al responder que sí estuve en una orgía, me solicitarían los nombres de las personas o sí les conocía y debería ser honesto totalmente; es qué sí, conocía a los pasivos y a cuatro de los activos; eran maestros de nuestra secundaría y para darnos una calificación aprobatoría; fue un siete, ni al ocho llegamos; recurrimos a las propuestas lujuriosas; nuestros profesores aceptaron y ellos organizaron el "show", nosotros debíamos ir con uniforme, en tanga o bóxer de licra pegado o dos tallas más pequeñas a la nuestra, bien aseados, depilados de preferencia y perfumados, pues seríamos el manjar de esos perversos activos; al ser del turno vespertino, tuvo que ser en viernes, ese día en el que mis compañeros y yo tuvimos que "salarnos" las clases e ir al estacionamiento dónde el maestro de física y el más maduro de todos; sesenta y dos años; nos llevaría en su camioneta a la casa de un desconocido que era fanático de tener relaciones sexuales con jóvenes y chavos para su satisfacción.

Recuerdo bien que estabamos nerviosos, asustados y con cierta inseguridad; había botellas de licor, cigarros y el maduro ese dueño de la casa semi desnudo y ansioso de vernos desnudos; cuando nos saludo con la mano, fuí yo el primero en decirle hola, sentí con mi mano, cómo la de él tenía algo pegajoso entre sus dedos; el tipo se estaba tocando su pene y así me saludo; luego me daba un beso en la mejilla y nos decía que erámos bonitos y olíamos rico; !por favor, qué esto terminé pronto!; al momento estábamos el señor eso, nuestro profesor y nosotros; cinco en total, entre charlas y pláticas para "entrar en confianza", pues nos relajamos un poco y casi una media hora después llegaban el resto, se presentaban y hacíamos el acuerdo de cómo nos "evaluarían" nuestros profesores; ante sala al "show", el dueño de la casa nos mostraba en su computadora y con audio fuerte, sus vídeos sin editar de cómo cogía con chavos; les decía por su nombre, los tomaba a la fuerza o a veces con cariño; nos narraba que los contactaba por chats locales o en la calle; de nuevo el miedo nos invadía; !qué decepcionante!, ahora sé porqué tengo VIH, por puto y promiscuo, por calenturiento, es un castigo de Dios supongo.

Cada uno de nosotros con algunos tragos de licor y en nuestra piel rastros de saliva, escupitajos, besos y chupetones, erámos penetrados por turnos en la boca y en el recto; teníamos de a dos y se rotaban para la satisfacción; !tuvimos sexo sin protección!, quién más me dolió fue mi profesor de educación física, que a sus cuarenta y dos años, me penetró primero, su miembro grueso, largo y moreno; pelos en abundancia y testículos grandes; él se estaba divorciando y andaba muy jarioso, por tal motivo me tomó a mi primero y me penetró sin si quiera lubricar, grité pero me metió sus dedos a la boca y me impidió cerrar, me encajaba una y otra vez su sexo y me trataba de relajar; aunque siendo observado por mis compañeros y los otros, resultaba algo tedioso el relajarse; se me acercó el dueño de la casa y me pidió amablemente abrir mi boca bien para introducirme su miembro y guiarme cómo debía mamar; de ahí en fuera las penetraciones fueron con menos molestía, pues el primero me había "limado" bien y dejado dilatado mi recto, para recibir al siguiente. Mis compañeros y yo, luego de varias horas, recibimos semen de ellos, adentro, en nuestra cara, boca, piel; !un batido sexual!; cuando acabó mi profesor de física adentro de mí, presumía que a los tres nos había dejado sus espermas bien profundo de nuestro ser y que esperaba que alguno de nosotros pudiera darle un séptimo hijo; obviamente lo dijo en broma; pues se reían los demás luego de haber concluido esas escenas.

Era al rededor de las once o doce de la noche, medio cansados, adoloridos y con mucha hambre, habíamos dejado de ser "inocentes" para ser parte de la perversión de esos cabrones; el de educación física se ofrecía a irme a dejar a mi casa en lo que el de química haría lo mismo con mis otros dos compañeros; nos depedimos educadamente y juramos no decir nada de lo ocurrido y continuar todo normal y en calma; mi profesor de educación física, en su coche se iba jugando su gordo pene y me decía que cuando quisiera lo haríamos de nuevo; !me gusto él y sí hubo más encuentros, con cuidado, condones y lubricante!; sabía que le gustaba y él a mí, simplemente nuestra atracción sería sexual, pues una relación no se podría por la inmensa diferencia de edades y porqué él es bisexual, más heterosexual; !ahora entienden el motivo por el cuál tuve que mentir!, indagarían con ellos y divulgarían mi estatus; !más miedo a lo que ya!

Curioseando entre mis memorias y recuerdos de adolescencia; estaba cien por ciento seguro que ahí no fue cuando me infectaron de VIH, ya qué dos años después, estando ya en bachillerato, nos realizaron pruebas rápidas de VIH, y salí limpio, lo recuerdo bien; mi infección pudo ser después; !todo apunta a Fermín!; les dije que omití cosas; pues con él, ya siendo novios, su "fantasía sexual", era un trío, dónde él fuera el único activo con dos pasivos, ¿y qué creen qué pasó?, así es, lo hicimos; todo fue "a pelo" o "bareback"; con un pasivo que ligamos en un bar gay, su nombre real no sé cuál era, pero se presentó como "Jairo"; de una charla y mucho bailar, salimos del bar y nos fuimos a un motel casi afuera de la ciudad, por la autopista; ahí Fermín nos penetraba e ingería algo que le prolongaría la erección, estimulación de próstata y una considerable eyaculación; !sí a los dos nos dejó "rellenos"!, él alcanzó a venirse con "Jairo" dos veces; una anal y la otra bucal; mientras que conmigo fueron tres; dos anales y una bucal; Fermín me demostraba "amor", pero en ello se encontraba odio y rencor.

Ahora comprendo muchas cosas y la pregunta de ¿por qué la sociedad cree que el ser homosexual es sinónimo de lujuria, sexo, orgias y perversión?; la respuesta muy fácil, simple y ya se las dije; el amor entre homosexuales no puede abundar, sólo el sexo, lujuria y perversión; !Perdón de verdad, perdón!, no quise ser así, no pedí ser gay, hice mal en explorar de esa manera mi sexualidad y el arrepentimiento es tardió, ahora aquí estoy, lamentando ser portador de este gran mal que la sociedad piensa que es un castigo para homosexuales por ser tan pervertidos y "enfermos sexuales", de verdad, mil disculpas, hasta me dan ganas de llorar y mal-decir, la culpa es mía, lo sé.

!Esperen!, la tortura de las interrogantes por el momento ahí acababan; yo seguía transpirando y Bimba me apretaba el hombro diciéndome.

– Sé que esto para ti es algo difícil y muy complicado, no sé cuál sea el fin de tantas preguntas tan íntimas, pero seguro es parte del protocolo para darte de alta.

– Notaba que mi playera estaba húmeda en la parte de las axilas, eso me incomodaba y sólo agachaba mi cabeza evitando contacto visual con aquellos trabajadores que a través de entre sus pantallas y divisiones de cubículos me veían por simple curiosidad.

Me sentía muy mal emocionalmente; la trabajadora y una enfermera, se nos acercaron y nos decían que en unos momentos más la doctora nos recibiría; ellas se iban murmurando y Bimba y yo ahí, en la espera.

En tanto sucedía eso; la ambulancia llegaba al hospital de especialidades médicas del Estado de Puebla; justo cuando estaba bajando Flavio al lado de Jacqueline; ella entraba en una crisis que le causaba un paro; un paramédico alejaba a Flavio en lo que el otro le comenzaba a practicar resucitación a Jackie; la ingresaban a prisa a urgencias y tras ellos, Flavio, que quedaba ahí en sala de espera, desesperado e impotente por lo que ella sufría; los padres de Jackie al verlo así, le cuestionaban su actitud ante lo que pasaba; él les explicaba lo acontecido y pues los tres permanecían con la angustia de que les dijeran algo sobre Jacqueline.

La situación de salud de ella estaba estable, pero creo que no era del todo cierto; minutos después una enfermera les avisaba que por el momento ella estaría en cuidados intensivos y que nadie podría pasar a verla hasta que estuviera realmente estabilizada; sus padres muy preocupados, pero más lo estaba Flavio, quién me enviaba un mensaje de texto que decía: "Hemos llegado al hospital, pero Jackie tuvo un problema y está en cuidados intensivos, no podemos verla, esto está mal, muy mal, me da miedo perderla, me siento impotente".

– Yo al recibir el mensaje, de inmediato le informaba a Bimba y ella le comunicaba a Keila, en lo que yo me apartaba y le hacía una llamada presurosa a él.

– Amigo, ¿Qué fue lo que sucedió?, hasta donde sé ella estaba bien, ¿fue el traslado?

– Él afligido, me explicaba. – No sé qué pasó, ella estaba bien, en la madrugada que la estuve cuidando me platicaba que con los años que le quedarán me llenaría de amor, que juntos borraríamos nuestros errores y que cada beso que nos diéramos a partir de este momento serían siempre llenos de pasión y que siempre me amaría como en la primera vez; que yo soy su adoración y lo seré siempre en su vida entera: luego de eso se durmió un rato y despertó para el traslado, en el trayecto ella dormía y yo dormitaba un poco o charlaba un poco con los paramédicos, pero o sea, todo iba bien, no sé qué ocurra, Job, me siento con miedo, no quiero perderla.

– A pesar de que estaba desganado, nervioso, traté de darle mis mejores palabras, así que hablé.

– Flav, ella es fuerte, sí te dijo eso es porqué quiere agradecerte lo buen novio que hasta el momento has sido, sin embargo creo que esas no fueron las palabras muy adecuadas para dar gracias; ten fe que ella va a estar bien, en este momento no sé qué más decirte, y no imagino como deben estar los papás de ella, pero ten en cuenta que siempre estaré aquí para ti, para ella, al igual que todos los del grupo, amigo, me gustaría poder darte un grandísimo abrazo y al menos poder decir que esto acabará pronto, pero es el comienzo y será una batalla dura sin embargo saldrán victoriosos, lo sé, algo me lo dice.

– Escuchaba a Flavio suspirar y sollozar; eso me partía el corazón, me hacía, no sé, sentirme inútil.

Conozco a Flavio y sé que aguantó las ganas de llorar para decirme. – Amigo de verdad me gustaría que estuvieses aquí, eres una estupenda persona, gracias, cualquier cosa que pase te aviso, y nuevamente gracias por llamar, no sabes cuánto te agradezco y también debes saber que conmigo cuentas para todo y estaré siempre cuando lo llegues a necesitar, gracias, ahora te debo dejar, quiero estar con los papás de ella; les diré que estas al pendiente de Jackie, te habló después, hasta luego y gracias.

– Flavio me cortaba la llamada, pero sabía por qué, y era para que su llanto no lo escuchará vía telefónica; pensaba en él, en cómo se debía sentir y tenía esos deseos de dejar a Bimba plantada aquí y tomar el primer autobús a Puebla para estar con mis amigos, más con Flavio que lo estoy empezando a estimar mucho.

En tanto, Bimba ya había notificado a Keila y Starenka sobre lo sucedido con Jacqueline y eso creo que nos afligía más a los dos y nos causaba impotencia; Bimba estaba conmigo pero sé que también como yo, quisiera estar ahí con Flavio para darle apoyo; aunque creo por algo están sucediendo así las cosas, para reforzar mi amistad con Bimba y Flavio en reforzar su amor con Jacqueline; vaya que ese amor es tan bonito, que me da una pena enorme que ese bebé no se haya podido lograr, porqué siento que hubiera sido el bebé más amado del mundo y el más cuidado; porqué sin duda alguna, nosotros seríamos los tíos postizos que mimaríamos mucho al pequeño.

Tras la espera y esa noticia, por fin me llamaban por mi nombre completo y casi a gritos; sí, cómo para que ubicaran que había un nuevo sidoso en la ciudad; Bimba y yo nos acercábamos juntos al consultorio de la doctora, pero solicitaron únicamente que yo pasará.

Yo bien, pero bien nervioso ingresaba. – Buenos días doctora, con su permiso.

– En el escritorio del consultorio, estaban unos paquetes sellados, ella amablemente me sonreía diciendo. – Buenos días, cierre y tome asiento, esto lo haremos lo más breve posible.

– Cerraba y por mis nervios me machucaba mi dedo, algo incómodo tomaba asiento y un breve silencio se manifestó.

La doctora luego de leer mi hoja sacaba de un cajón un folder y otras hojas más, me miró y dijo sería. – Bien pues yo soy la doctora encargada de los casos de epidemiología que se reportan a los servicios de salud de manera segura y confidencial; mi nombre es Graciela Corrales y comenzaré por preguntarte, ¿cómo te sientes al saber tu diagnostico?

– Cuando escuché esa pregunta, mi corazón se aceleró, dentro de mí, mis demonios internos se estaban peleando por responder a su manera esa interrogante; entre que me daban ganas de maldecir, llorar, gritar; simplemente me preguntaba de nuevo, ¿por qué a mí?; sí al final de cuentas lo único malo que he hecho en mi vida es ser homosexual, haber tenido una vida sexual algo descarriada y enamorarme de alguien que simplemente me usó para su venganza contra la vida.

Bajé mi mirada al suelo, voltee después a ver la ventana, luego la planta que estaba recién humedecida, luego suspiré, pasé mi visión por lo que había en el escritorio y de ahí directo a la doctora; a la que le hablé con voz cortada. – Pues no me siento contento, ¿verdad?, digo, no es para que esté feliz dando de brincos ante esta situación, ante saber que me moriré por cualquier cosa, no sé, no puedo decir que estoy bien, pero tampoco mal, es más, no tengo la más remota idea de cómo responder ante lo que usted quiere saber.

– La doctora me miró con dulzura diciendo. – Primero que nada, debes quitarte la idea de que por tener VIH vas a morir, ya estás aquí, eso es un buen inicio, ya que si no lo hacías entonces de verdad morirías; así que quítate de la cabeza esa idea de que morirás; antes en los años ochenta al no haber los medicamentos que hoy existen para controlar este virus, sí de verdad morían, pero no por el virus, sino por las enfermedades oportunistas que atacaban al cuerpo débil y sin defensas; ahorita con la nueva gama de medicamentos, sólo con una pastilla podrás tener una vida normal; ¿sabías que en los noventas se tomaban cerca de treinta pastillas?, era un cóctel de medicamentos para medio establecer un balance entre el virus y las defensas; sé que mi pregunta estuvo mal planteada, pero notó que estás nervioso, demasiado, así como tú, allá afuera hay muchos más que están peor que tú y con mucho miedo de atreverse a venir aquí para darse de alta y comenzar a recibir ayuda, así que tranquilo.

– No puedo creer que la doctora diga que con un tratamiento y control se pueda llevar una vida normal, o sea, en serio, eso no es normal, normal es estar bien de salud, vivir bien, estar bien andando como si nada, sin depender de un pinche medicamento, no sé cómo verga dice esta doctora que se puede llevar o tener una vida normal, o sea que huevos son esos, ella lo dice por qué seguro a pesar de verse ya madura la señora, está bien de salud, mucho mejor que yo seguramente, así que no sé porque chinga dicen que se tendré una vida normal cuando no, no es así.

¡Ups!, lo siento, me exalte un poco, pero ¡ah!, es mi forma y manera de pensar y ver las cosas; la doctora al notar mi ausencia y sólo verme ahí sentado como muñeco, ella cuestionó. – ¿Tú familia sabe?

– Respondí algo molesto. – Pues sí, de hecho, se enteraron por accidente, ya que no quería que supieran, yo simplemente quería morirme, plantee el suicidio, no obstante, algo ha impedido que lo hiciera.

– Al estar hablando del suicidio, a mi mente vino Renzo y Jacqueline en la ambulancia; por esas personas, estaba aquí sentado, tratando de abrirme con la doctora.

Continuaba con mi respuesta con la misma actitud. – Yo quería morir, me quiero morir, a pesar de ello, aquí estoy, por mi familia y por mi amiga que está aquí a fuera haciéndome compañía ante esta situación tan difícil para mí y vergonzosa.

– La doctora se tornaba seria, hablando. – Además de la ayuda médica que se te va a brindar aquí y la explicación del virus, también te pediré, bueno no, te daré pasé con nuestra psicóloga para que te ayude ante esta situación a sobrellevarla, así como para tus familiares; lo principal es que no debes estar solo, por qué eso de verdad mata y es bueno que tengas compañía.

– Ya me estaba arrepintiendo de estar ahí, en cambio, no tenía más remedio que seguirle, digo ya metí el pie al agua, ahora va todo el cuerpo; pero me estoy muriendo de los pinches nervios, ¡neta!; nervioso e incómodo respondí.

– Bien gracias.

– La doctora para abrirme expediente, de nuevo realizó las mismas preguntas que hace rato; o sea en serio, en serio, será protocolo o simplemente no me creyeron nada de lo que respondí; en fin, estaba irritado, pero así es esto; mis respuestas fueron las mismas, a excepción de una pregunta que me hizo seria.

– ¿Tienes alguna idea de quién de tus parejas sexuales fue quién te transmitió el virus?

– Serio me acomodaba en el asiento, para contestar. – Sí, de hecho sé quién fue, se llama Fermín, él fue quién lo hizo.

– La doctora cuestionaba seria. – ¿Qué tan seguro estás de lo que dices?

– Respondía con voz entrecortada. – Pues, bueno, él me lo confesó vía mensajes, me dijo que lo hacía por puro gusto y placer de infectar.

– La Doctora me miraba con compasión, diciendo. – Lo lamento mucho, pero ¿sabes dónde vive?, ¿tienes contacto con él?, invítalo a que se comience a tratar, a que venga aquí con nosotros y lleve un tratamiento.

– Una lágrima brotaba de mí, para hablarle. – No sé bien dónde viva, ni conozco a su familia, es más me doy cuenta que nunca lo conocí bien en el tiempo que anduvimos, fui un imbécil al dejarme con él sin protección, por demostrarle que lo amaba y confiaba en él, fui un estúpido, lamento mucho y odio haber sido tan imbécil; y sabe, él no lleva tratamiento ni lo ha querido, en estos momentos está internado en el hospital público, lo fui a ver y efectivamente él está muy grave y dudo mucho que se salve.

– La médica me pasaba unos papeles desechables para limpiarme la nariz y lágrimas que brotaban; era coraje, miedo, angustia, impotencia; eso era.

Ella me decía. – Lamento mucho lo sucedido, pero ahorita piensa en ti, que viniste a tiempo, que estás aquí para iniciar tu tratamiento, sé que este proceso será duro al principio, pero verás que estarás mejor que él, tú sí estás valorando tu vida, eso es algo favorable, debes pensar en tu salud; no te vas a morir, ánimo, Dios es bueno, no te dejará desamparado y la vida, lo que nos rodea, todo son hermosas.

– Cuando tocó a Dios, me dio una especie de rabia, por qué sí de verdad Dios fuera bueno y existiera, no hubiese permitido que me infectaran.

Mi familia es católica, me inculcaron a rezarle siempre cada noche y al despertar a mi Ángel de la guarda y a la virgen, por último a ese ser que comienzo a dudar de su existencia; dejé de rezar por falta de ganas, de tiempo y por qué creí no sería necesario, pero creo que si debía ser necesario, no qué ahora, mírenme aquí; o sea ¿por qué a mí?, por ser gay, por eso, por usar mi ano como placer sexual para hombres, por ser muy sexual en aquella etapa de descubrimiento; ¿por eso me castiga así?, entonces, él no es tan bueno y mucho menos ampara a la gente, al contrario, creo se venga, él es el malo; Dios y todo ser celestial para mí están comenzando a ser inexistentes y pura farsa, ¡he dicho!

Yo miraba a la doctora, en lo que me daba cátedra del virus, los cuidados que ahora debería tener y así como las pruebas que me tendrían que realizar; en primera, debía llenar un recipiente de saliva de este instante, luego me daba otros tres que debían ser llenados hasta la marca con saliva de todo un día y luego uno de en la mañana y el otro de noche; no debía lavarme la boca ni tomar algún medicamento, por qué requerían de toda la saliva tal cual; eso sí, sin residuos de comida; luego me dio un papel dónde en primer piso en laboratorios, debían hacerme las pruebas rápidas de Hepatitis, VIH, una orden para la de E.L.I.S.A, otra para la confirmatoria Western Blot y una última prueba general celular; todo eso en un mismo día, aprovechando que iba en ayunas; no pregunten cuantas horas de ayuno tenía por qué a ese momento sospecho que ya tenía unas 14; en fin, la doctora me daba ánimos y entregaba los recipientes y la orden médica, acompañada de la orden con la psicóloga y una dotación de condones; o sea, no he tenido sexo desde hace muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuchoooooooooooooo tiempo, ¿creen que con saber que tengo el virus voy a tener ganas de sexo?; o sea no inventen, estoy en abstinencia sexual y aunque sí me he llegado a masturbar, sí deseo de volver a tener relaciones sexuales, igual o mejor de candentes que antes, pero ahora tengo miedo y eso inhibe mis impulsos, convirtiéndolos en noches solas dándome placer.

Yo le daba las gracias a la doctora y salía del consultorio con todo eso en las manos; ahí los chismosos de piso, me miraban "discretos" y murmurando; ¡Sí pendejos, soy un pinche sidoso, ¿y qué?, a ustedes que les valga verga pendejos, ya hubieran querido disfrutar de mis movimientos de cadera y mi lengua y labios succionando sus vergas, pendejos estos!.

Lo siento, de verdad lo siento, pero aaaah como me cagaba eso; bueno, Bimba al verme nervioso, me quitaba los recipientes, los guardaba así como los condones; me preguntaba que sí eso era todo y fue cuando le mostré las ordenes laboratoriales; así que ese día sería demasiado, demasiado cansado y largo, por lo cual no nos daría tiempo de ir a los casting de los nuevos integrantes; ella me daba ánimos y acompañaba al área de laboratorios; entregue dichas órdenes a la señorita; que se veía muy amable y accesible; supuse que era ella la química que me picaría, pero nooooooooo, fue un químico señor, como de unos cincuenta.

Me hizo pasar a un cuartito y me preguntó. – ¿Es usted Job Cáceres Rivas?

– Serio respondí. – Sí, soy yo.

– ¿Viene a realizarse análisis de VPH, VIH, Hepatitis?

– Me miraba serio y me escaneaba.

Nervioso agache la cabeza contestando. – Sí, sí a eso vine, por eso estoy en ayuno.

– Mi estómago ya hacía mucho ruido de que tenía hambre; él químico dejo de mirarme y solicitó mi mano derecha, la cual tomó y me limpió los dedos índice y medio, tomó una prueba instantánea y me pinchó el dedo, con cuidado me hizo sangrar el dedo sobre la lámina y luego agregó unas gotas de suero reactivo; repitió lo mismo con otra prueba similar y entonces esperó; en lo que daba resultado, me pidió así muy serio que me descubriera el brazo izquierdo; al ver mi delgado brazo, se dio la media vuelta y sacó unos guantes para ponérselos; seguramente pensó que ya estaba en fase final del virus o algo así; me ligo el brazo y me daba una pelota esponjosa para que la estuviera apretando y apretando hasta que se abultaran mis venas; al ver una vena accesible, pinchó y comenzó a extraer sangre; yo estaba nervioso y sudado; jugaba con mi otra mano el algodón humedecido de alcohol en los dedos pinchados; miraba de reojo y llevaba ya 2 tubos llenos y falta un tercero; luego comenzó a sacar la ajuga y sentí un leve dolor; sí, mi vena la había ponchado y se comenzó a inflamar y poner morado; en fin, fue como tuvo que buscar otra vena viable, solicitando que jugara de nuevo apretando la pelota, al encontrar otra vena, me volvió a pinchar y otra vez a ponchar la vena; repetí el ejercicio y al no encontrar una vena buena, cambiamos de brazo; hice la misma tarea que en el brazo izquierdo y pasó lo mismo una vena ponchada y la otra apenas y se lograba agarrar, de ahí extrajo seis tubos de ensayo más, con distinta tapa de color; les imprimía los tickets de reconocimiento, en lo que me daba un algodón y una bandita para las áreas de donde se me extrajo sangre.

No me podía ir hasta llenar el recipiente y dárselo, así que tuve que estar sentado cerca de los laboratorios imaginando o pensando cosas que me hicieran sentir agua a la boca; no había tomado agua, mucho menos un desayuno sustancioso, así que me costaba trabajo llenar ese recipiente; Bimba por su parte, me platicaba lo que le contaban de cómo iban los ensayos; según habían buenos prospectos que no sabían a quién elegir, por qué eran dos personas nada más quienes debían quedar, no más; pero conociendo a Starenka, ella elegirá a más.

En la espera de llenar ese estúpido recipiente; pensaba en lo que Jacqueline le había dicho a Flavio; que en los años que le quedaban, lo amaría como la primera vez, muchos besos de pasión y vivir; así que eso me hacía pensar en qué realmente yo, Job Cáceres, jamás me había enamorado así tan bonito como ellos, pero que con Renzo estaba sintiendo un amor y cariño especial, lo malo es que me aterraba su reacción al saber que tengo VIH y podría morir en no sé, tal vez unos 10 años o menos, los que sean, me daría oportunidad no de arrepentirme, pero sí de concientizar a que jóvenes homosexuales se cuiden y usen siempre preservativo por mucha confianza que se tuviera.

No es tarde para recapacitar, pero siento que para mí sí lo es, porque ya no hay más que pensar, ya pasó y no hay marcha atrás; como dicen, el carrusel no deja de girar; con lo que me queda por vivir haría lo posible, bueno haré, por demostrar mi cariño hacía quién lo merezca y también olvidar los errores cometidos; con los años que me queden, los dedicaré a mí, a ser feliz, tratar de serlo, aunque eso implique que nunca más pueda tener una relación amorosa o sexual; quizás la inmadurez de mi parte fue la causante de todo este show, pero, con los pocos años que me queden, así como mi querida amiga Jacqueline, los trataré de aprovechar al máximo; sé que es tarde, pero trataré, lo haré, antes de mi muerte que siento que esta próxima, lo haré.

En lo que pensaba todo eso, Bimba me continuaba informando lo que Keila le decía sobre los casting, que había una chica súper hábil que se le hacía conocida y que tenía muchas buenas cualidades, técnicas y posiciones de baile que se asemejaban a las de Jacqueline; así que lo más seguro es que esa chica sería quién quedará en el lugar de ella; mientras seguían buscando a algún chico que sustituyera a Flavio; debía ser igual de ágil, ingenioso y capas de proyectar fuerza y masculinidad en las coreografías; esto debe hacerse pronto, pues por lo que entendí mañana martes debemos comenzar a ensayar; algo que se me va a dificultar hacer, ya que debía continuar con los pinches análisis.

Bimba caminaba escribiendo en su celular, y yo sentado haciendo saliva para llenar ese recipiente; en eso vi a la Doctora Graciela que se dirigía a mí diciendo. – A ti te estaba buscando, ven tantito.

– Yo me limpiaba el hilo de saliva que me estaba escurriendo y me levanté, acercándome dije. – Sí, dígame doctora, ¿qué sucede?

– Directo al grano, ella me decía. – Bueno, hemos visto que no tienes seguro médico, por lo que deberás iniciar los trámites del seguro popular; el seguro de estudiante lamentablemente no funciona para estos casos, así que tendrás que comenzar a tramitar esto, para que tus análisis no te generen a ti gastos estratosféricos y simplemente se te entreguen, obviamente el gobierno pagará los estudios que se te han solicitado; así que tienes veinte días para tramitar el seguro, mismo tiempo que hay de esperar para que obtengas tus resultados químicos.

– Creí que este rollo era fácil, pero ya vi que no, debo agilizar esto, pero me estresa, entre que seguro popular, análisis y ensayos, voy a acabar todo neurótico, más de lo que ya.

Yo le pregunte confuso a la doctora. – ¿Eso es todo lo que debo hacer?, o sea sí me pueden hacer los estudios, pero si no tengo seguro para obtener los resultados debo pagar la cantidad que se me asigne, ¿es así?

– La doctora me tocaba el hombro mirándome con una leve sonrisa, para decir. – Sí, así es esto, descuida, el seguro será tramitado en esta semana si te llegas a apurar, bueno, eso era todo, que tengas buen día, con permiso.

– Ella se iba derecho del pasillo y subía por otras escaleras; Bimba me miraba a cierta distancia, haciéndome señas de qué si ocurría algo; yo le moví la cabeza y proseguía con este pinche botecito de baba.

Ya me arrepentí de estar aquí, pero ni pedo, es ahora o nunca, a enfrentar al toro por los cuernos, aunque me esté llevando una eternidad e impaciencia del tamaño del mundo.

Pero ahora me cuestiono; ¿de verdad quiero un tratamiento médico?; digo sí al final me quedará poco tiempo de vida y los quiero disfrutar; a parte sigo aún con mis tendencias suicidas; ¡vaya!, ni yo mismo me entiendo a veces, en fin; creo que esto es parte del castigo que ese ser "superior" llamado Dios me tiene preparado, sin duda deben venir más cosas para terminar de chingarme más la vida de lo que ya... Insisto, ¿por qué, por qué chingada madre, por qué a mí?

Mil gracias por leer, espero me puedan comentar sobre su postura del cómo aún la sociedad cree que el VIH/SIDA es algo que los homosexuales padecen; en pleno siglo XXI, hay quiénes piensan que así es... Un abrazo a distancia, cuidense mucho y excelente fin de semana.