Por mi primito pierdo la cabeza
Mi destino me juega una mala pasada, MI PRIMO
Después de un año de materias agobiantes, de sensaciones raras por donde iría mi destino en este mundo, decidí que mi futuro sería seguir la carrera de medicina, pero había un pequeño problema, mi pueblo él que me había visto crecer y convertirme en una señorita no tenia facultad de medicina apenas teníamos un secundario que no nos daba mucho para elegir. Por eso tendría que después de mis merecidas vacaciones partir para la capital en busca de mi porvenir. Los meses de verano pasaron rápido sin problemas ni contratiempos, pileta, clubes nocturnos, amigos y uno que otro amorío de una noche. El verano y mi vida de adolescente mimada por sus padres estaban llegando a su fin, como las largas conversaciones de mi círculo de amigos de secundaria donde sin querer en cada charla había un poco de la triste despedida que nos tocaba asumir ya que casi todos habíamos optado por diferentes caminos y ciudades, cada risa o comentario se notaba con un deje de tristeza.
Melisa es mi nombre mujer de pocos atributos ya que como dicen por ahí llegue a la repartición de culo y tetas en último lugar, pero con una personalidad que hasta a una modelo dejaría bajo mis pies, comprobado y firmado por qué no hubo hombre que pudiera oponerse a mis encantos, a mis 17 años los hombres, el sexo y la fiestas no eran problema para mí.
Al llegar a casa después de una buena tarde de pileta mi madre venia con la enorme sorpresa que me había conseguido donde vivir en la capi y para mi perdición era en la casa de mi primo Fabián 36 años, casado 2 hijos pequeños , al cual solo lo veía en velorios familiares y una que otra fiesta de fin de año, sentí morirme no pensaba que mi vieja podría hacerme esto, mandarme con un tipo al que lo había visto contadas veces y solo un hola y un chau, pero la situación en casa no era la mejor papá era un jugador compulsivo al que apostaba hasta la esposa. Después de varios berrinches decidí que lo mejor sería comportarme como una adulta y no causar más problemas en casa, según mamá sería por un tiempo hasta que mejorase la situación económica.
Verme en el cole rumbo a la casa de mi primo y dejar atrás mi mejor etapa fue duro, esas horas pasaron volando el miedo me invadía pero tenía muy claro que quedándome en el pueblo seria una más del montón, con el mismo final que todas, llena de hijos , un marido con poco sueldo y subsistiendo.
Al llegar a la terminal lo primero que vi fue a él, camisa blanca, corbata morada, pantalón negro de vestir todo un ejecutivo. Me saludo desde la parada muy cálidamente levantándome su mano y salió a mi encuentro ¡por dios! Como había cambiado mi primito, alto, moreno cabello negro facciones marcadas y un cuerpo que seguramente demandaba mucho gimnasio, me abrazo tiernamente y pude sentir su aroma que recorrió y alerto todos mis sentidos, tenía ganas de quedarme en su pecho y no despegarme más de él. Levanto mi mochila se la coloco al hombro y sin más preámbulo me agarro de la mano y me llevo hasta su auto, en el viaje hasta su casa me preguntaba de la familia, primos, tíos la abuela a lo que yo mecánicamente respondía ya que mi mente me estaba jugando una mala pasada , no podía dejar de pensar en él, sus ojos tan intensos que me daba miedo que lograran traspasarme y ver que lo estaba deseando con locura, su aroma a macho que me calentaba y me hacía pensar lo más sucio del sexo con él, ¿Qué me estaba pasando? Intente de despejar mi mente y colocarme en la conversación que hasta ahora no le había prestado atención ¡era mi primo! ¡HOLAAAA INCESTOOO!!! En lo mejor de mi charla con mi conciencia me toca el hombro recordándome que estábamos en casa. Para que mentir el hijo de puta tenía una muy buena case de clase media alta, a nuestro encuentro llegaron dos pequeños de 5 y 7 años Marcos y Agustín respectivamente que me saludaron como si nos conociéramos de toda la vida, detrás de ellos una mujer hermosa, delgada pero con unas curvas de infarto y un par de tetas que rebotaban al compás de sus movimiento, que según supe después fueron el regalo de aniversario de mi primo, esa diosa era Carmen su mujer. Pasamos y me mostraron toda la casa, era enorme parecía una mansión de película y me llevaron a donde viviría yo, salimos al patio trasero donde había una especie de casa de invitado que habían refaccionado donde me dejaron que me adecuara para después ir a cenar con la familia. Después de acomodar mi ropa me dispuse a ducharme y repasar lo que había sucedido en mi al ver a mi primo, repasando en mi memoria cada gesto, cada mirada su aroma que me calentaba y me hacía perder la cabeza, sin querer comencé a tocarme lentamente con mi mano pasando el jabón por mis pechos, despacio, sin prisa, imaginándome que eran sus manos las que lo hacían bajando lentamente por mi vientre haciendo círculos pequeños que cada poro despertara para sentir al máximo el placer que me estaba causando, la respiración entre cortada hacia que mi cuerpo se estremeciera , el agua caliente de la regadera ayudaba a mi imaginación morbosa, tire el jabón y mis manos se fueron a mi entre pierna tocando mi clítoris suavemente, haciendo círculos, pellizcándolo queriendo que se avecinara el tan ansiado orgasmo que me sacara este calentón que me estaba enfermando. Después de varios minutos de recorrer mi cuerpo el orgasmo estaba en puerta un largo y delicioso suspiro invadió mi boca y llevando mi mano con mis jugos lo deguste a ojos cerrado pensando que era la leche de mi primito…. Continuará