Por mi hijo (6: Enamorada)

Antes habia rechazado al mayordomo pero ahora un sentimiento invadio mi corazon.

Por mi hijo (VI Enamorada)

Para continuar mi historia dejen recordarles que ahora tengo 30 años y que soy una mujer completa, y que habia sido desvirgada por Rafael un ex compañero de la secundaria, mi esposa Erika tambien tiene 30 años y Beto (el desgraciado por el que mi esposa destrozo mi vida) 25, y por ultimo mi hijo 16 años y ya cursaba el primer semestre de preparatoria.

A los pocos dias de que Rafael me desvirgo él se aparecio frente a mi casa diciendome que si podia dar alojamiento por un par de dias ya que se habia separado de su esposa, como era un buen amigo le dije que por supuesto se podia quedar en la casa y le dije al mayordomo que lo atendiera en todo lo que quisiera. Al llegar la noche comimos en la sala y como tenia que atender a los del sindicato de la fabrica me fui pero cuando llegue me fui directo a la cocina para ir a servume un vaso de agua cuando empece a oir unos quejidos provenientes del cuarto de Luis (el mayordomo), sigilosamente fui a ver y para mi sorpresa ese hombre al que habia despreciado por grotesco (ahora lo veia tal cual era un hombre alto, pelo en pecho, torso bronceado ) vi como se estaba cojiendo a una chava flaquita y bajita que lo cabalgaba como poseida hasta que Luis hizo gestos que indicaban que ya se iba a venir y fue cuando pude ver una hermosa verga de unos 20 centimetros lanzando chorros de leche que la morrita esa se estaba tragando.

Cerre la puerta de la habitación y me fui a a mi habitación, estaba excitadisima y me fui a dar un baño fue en eso que Rafael entro en mi habitación y se fue directo al baño y se quito la ropa, cuando entro no le dije nada ya que mi calentura pudo mas que yo y solo atine a abrazarlo por arriba del cuello y comenzar a besarlo desesperadamente, nuestras lenguas se entrelazaron y comence a jadear, y separamos nuestras bocas un poco solo para decirle en el oido, cojeme por favor.

Rafael me bajo poco a poco para que su verga quedara frente a mi boca y solo dispuse a mamarla, primero lentamente para después rapido durante unos 5 minutos hasta que dio muestras de que se queria venir y le aprete fuerte su verga para que no lo hiciera.

Luego yo misma lleve ese gran trozo de carne a mi puchita y me penetro mientras el agua caia sobre mi pelo y eso lo hacia mas rico y lo comence a cabalgar duramente, queria que me perforara completamente, que se metiera dentro de mi, que nada suyo quedara fuera, su pelvis y la mia se oian como aplausos cada vez que chocaba, hasta que finalmente se vino y nos fundimos en un fuerte beso.

Me paso una toalla y nos comenzamos a secar nuestros cuerpos solo para ver que no era solo el agua lo que nos estabamos secando sino tambien el sudor que caia a borbotones por nuestra excitación.

Nos fuimos a la recamara y me tumbo en la cama y se abalanzo sobre mi y me empezo a chupar las tetas con tanta desesperación que por momentos me las mordia mientras me decia que esos dos globos eran su adoración, luego se monto sobre mi y puso su gran trozo de carne entre mis dos melones y yo los tome y los empece a mover como si fuera otro hoyo por donde me estaba cojiendo hasta que se vino y me sapico toda hasta la cara.

Estabamos exhaustos por lo que pense que hiba a ser todo pero no de nuevo hizo que se la mamara y cuando recobro su dureza me puso en cuatro patas y me la metio por mi culo, y aunque yo gritaba y le pedia que se detuviera el no lo hizo hasta que lo empece a disfrutar como antes, pero no se detuvo ahí sino que me empezo a nalguear hasta que por momentos senti que me desmayaba hasta que por fin se vino y se tiro a un lado mio, y yo me quede asi hasta el dia siguiente.

Al dia siguiente vi a el mayordomo parado, con una charola con el desayuno, y yo todavía con el culo al aire y semiabierto por la culeada que me habia dado Rafael que estaba aun lado, solo atine a voltearme y cubrirme con la colcha, el mayordomo estaba con la boca abierta y eso me dio un poco de vergüenza, le dije que dejara la charola en la repiza del tocador y que se marchara lo cual hizo.

Levante a Rafael y le dije que desayunaramos me dijo que no podia porque tenia que ir a ver lo de un negocio pendiente, se vistio y me dio un beso.

Comi y me fui a la cocina para darle instrucciones a Luis pero lo vi y venia a mi mente lo que anoche habia visto y su gran herramienta asi que cuando me acerque a el un aire frio recorrio todo mi cuerpo y me fui directo al refrigerador para tomar un refresco, Luis fue tras de mi y cuando me fui para atrás senti su verga entre mis nalgas y me pare en seco, soplo un poco sobre mi oido y eso me derritio, hice mis manos hacia atrás solo para agarrarle las nalgas.

El metio su mano por debajo de mi vestio y me empezo a bajar mis bragas a lo cual yo colabore abriendo mis piernas nos voltemos y ahora estaba recargada en la mesa y me recosto un poco, se llevo un dedo a la boca para ensalivarlo y después lo metio en mi culo y empezo a jugar con mi ano, yo ya estaba a su entera disposición solo para que unos instantes después metiera su gran verga dentro de mi culito, di un pequeño gemido y empezo el vaiven, primero lento, después rapido mientras amasaba mis tetas, luego se detuvo y me saco su verga, yo estaba totalmente hipnotizada por su osadia y no me movi para nada, quito todo lo que habia arriba de la mesa y me cargo para subirme a ella el tambien se subio y levanto mis piernas y se las puso sobro los hombros y me empezo a penetrar, pero ahora por mi conchita, hasta que se vino abundantemente dentro de mi, y nos fundimos en un fuerte beso, pero mi corazon empezo a latir mas rapido de lo normal y sentia como si se me revolviera el estomago.

En la noche llego Rafael de sus labores y yo de las mias, me dio un beso en la boca que me supo extraño pero no le tome mucha importancia y cuando me tomo por la cintura, fue ahí donde se me helo todo el cuerpo, solo veian a mi cabeza las imágenes de mi beso con Luis, ya ni siquiera lo grande de su verga y de lo bien que me habia hecho gozar esta mañana, solo queria tener otra vez sus labios sobre los mios, fue ahí que me di cuenta.

Estaba enamorada del mayordomo.