Por leer TodoRelatos en la Oficina

Mi jefe sospechaba… Intuía que cuando me quedaba sola en la oficina no hacía nada, creía que me la pasaba chateando y hablando por teléfono, pero se sorprendió al descubrir lo que hacía

Mi jefe sospechaba… Intuía que cuando me quedaba sola en la oficina no hacía nada, creía que me la pasaba chateando y hablando por teléfono, pero se sorprendió al descubrir lo que hacía

Una tarde, llama mi jefe a la oficina para pedirme un dato y me avisa que estaba por entrar a una reunión, que demoraría aproximadamente 2 horas en volver. Aproveché entonces para meterme en Todo Relatos y leer un par de historias, mis preferidas son las de sexo no consentido y las orgías. No habían pasado más de 10 minutos y yo estaba a full con la segunda historia, la falda medio levantada, me había quitado la bombacha, me desabroché a medias la camisa y saqué una de mis tetas del corpiño para acariciarme los pezones y darle algún que otro lenguetazo, ya que como son grandes puedo autochuparmelas. Estaba a full, con dos dedos metidos hasta el fondo en mi conchita cuando se abre la puerta de golpe, intenté disimular, pero ya era tarde

Era mi jefe, que me había mentido para agarrarme con las manos en la maza, aunque me encontró con las manos en otro lado

Se acercó directamente a mi y trat

é de acomodarme pero ya era demasiado tarde. Se paró detrás mi, miró la pantalla en donde no había nada más abierto que el correo. Tomó mi mano derecha, vio mis dos dedos húmedos y se los metió en la boca, Yo estaba roja como un tomate, un poco por la calentura y otro poco por la situación.

Me soltó la mano, se apoyó sobre mi espalda y pude sentir su pija que se estaba endureciendo y latía contra mi. Se metió en internet y buscó en el historial lo que estaba leyendo. Me dijo: "Así que te gusta leer relatos eróticos, y te gusta tocarte mientras… Vamos a hacerlo más divertido", a lo que Yo le dije: "Te pido mil disculpas, juro que no va a volver a pasar…" Y él me dijo: "No, no va a volver a pasar que te pajees sola, a partir de ahora va a ser algo que compartamos". Lo miré, me miró fijo y enseguida bajé la mirada. Localizó el relato que estaba leyendo, lo puso en pantalla y me dijo: "Leelo en voz alta para mi". Lo miré, estaba hablando en serio, así que empecé en voz baja y rápido, me freno y me dijo que leyera más alto y más relajada.

Se sentó en una silla al lado mio y me miraba mientras leía. Cuando llegué al 2º párrafo se acercó más a mi, giró mi silla y me levantó más la pollera. Yo me tiré hacia atrás, intentando zafar, pero me clavó la mirada y no pude desobedecer. Me abrió las piernas con sus manos un poco, a lo que yo timidamente las cerré un poco. Con su mano empezó a acariciarme los labios exteriores, enredando sus dedos en mi vello púbico, no tardó en separarlos y recorrer el largo de mi conchita con su dedo índice, llegando hasta la puerta de mi agujerito trasero, gracias al impulso inconsciente de mi cuerpo que se levantaba de la silla. Repitió el movimiento varias veces, hasta que sola mi conchita atrajo su dedo al agujero, y cuando sentí que su dedo me penetraba nuevamente me levanté de la silla buscando que la penetración sea más profunda. Inmediatamente, me regaló otro dedo y hábilmente con la otra mano me desabrochó la camisa y liberó mis tetas del corpiño. En seguida se acercó, lo que hizo más profunda la penetración de sus dedos y comenzó a lamer mis pezones que ya estaban hiperduros.

Apenas podía concentrarme en la lectura, pero intenté seguir. El relato comenzaba a contar que el protagonista lamía la concha de su mujer, y mi jefe decidió hacer lo mismo. Se arrodilló en el piso, separó más mis piernas a lo que no encontró resistencia ahora, adelantó mi cola a la punta de la silla y comenzó a lamerme la concha con mucha suavidad, permitiéndome disfrutar de cada pasada de su lengua, de cada mordisco, de cada succión, de cada penetración de su lengua. Totalmente poseída por el extasis de la situación, no noté que había introducido un dedo en mi culito, hasta que sentí la presión del segundo, abrí los ojos, lo miré, me miró, vio la calentura en mis ojos y volvió a lo que estaba haciendo… Hasta lograr mi primer orgasmo, que no tardó mucho en llegar ya que mi jefe lo hacía muy bien

Después de devorar todos los fluídos que salían de mi interior se puso de pie, me alzo y me puso sobre el escritorio, y al igual que en una película tiro al piso todo lo había sobre ella. Enseguida, se bajó los pantalones, dejando su pija que estaba a full liberada, no por mucho tiempo, ya que sin preámbulos la ubico en la entrada de mi conchita, acarició toda su extensión con su glande e introdujo apenas la puntita para calentarme más, mientras, acariciaba mis pechos y levantaba mi torso para poder lamerlos. Cuando estaba totalmente extasiada del placer que su lengua propinaba a mis pezones, introdujo de un solo golpe todo su miembro en mi conchita, y sentí que con la punta tocaba lo más profundo de mi ser. Comenzó a moverse y hacerme delirar, por momentos era suave, y sin más se volvía violento, y se volvía profundo, y volvía tan sólo a la entrada de mi cavidad, he vivido en carne propia la sapiencia de la edad. Cuando creí que estaba por acabar, me liberó, me hizo parar, me dio la vuelta y me inclinó sobre el escritorio, y volvió a penetrarme muy profundo, hasta el fondo, con tanta fuerza que fuimos corriendo el escritorio y marcamos la pared… Luego de 10 minutos aproximadamente acabó dentro mio, y se quedó un rato descansando sobre mi espalda.

Luego se fue al baño, cuando salió quise entrar yo pero no me dejó… Quiero que te quedes con mi leche dentro hasta que te vayas dijo, quiero que chorree sobre tu silla, que cada día sientas su olor… Amagué a ponerme la bombacha pero me la quitó de las manos, y me dijo que la guardaría de recuerdo. Y que de ahora en más no quería que usara bombacha en la oficina, que si me veía con ella me despediría

Por último dijo: "ahora… A seguir trabajando" y se fue a su oficina. Yo quedé sumamente descolocada, y no pude concentrarme en el resto del día, es más, me mojaba de sólo recordar lo que había sucedido

No se pierdan lo que pasó 2 días después