Por la boda de mi amante, Capítulo 2

Seguimos en una tarde de pasión, disfrutando a mi amante entregada totalmente...

Al terminar de venirse, se dejó caer, como un peso muerto. Su cuerpo desmadejado sobre la cama, me mostraba que estaba completamente fundida. Me levanté y acerque mi boca a su boca y la bese ...

Ella relamió mis labios buscando los residuos de su venida, saboreándolos. Mi lengua empapada de su jugos entró en su boca y ella empezó a lamerla, a chuparla, el sabor de su orgasmo mezclado con mi saliva era un elixir para ella y lo deseaba ansiosa...

Seguíamos besándonos, mientras ella trataba de arquear más su cuerpo para sentir mas mi lengua en su boca... hasta que yo me paré de nuevo y me coloqué entre sus piernas... mi verga estaba dura como un mástil y aún no había tenido ningún orgasmo, estaba llena de leche, pero quería guardarla para un final exquisito.

Lentamente me acerqué a su sexo, y coloqué la punta de mi verga apenas rozando sus labios vaginales, estaban tan hinchados de la excitación que solo ese roce le envío una corriente eléctrica a su cerebro y un suspiro salió largo de su boca...

Yo solo me limité a rozar mi verga por toda su extensión... llegaba de la punta de su capuchón hasta el borde de su ano y regresaba... lento sin presionar, evitando penetrarla... ella se retorcía del gusto. Su cuerpo parecía el de una serpiente, ondulando sobre la cama, tratando de encontrar mas de mi verga, pero yo no la dejaba...

Seguía moviendo de arriba a abajo, y su vagina se mojó aún más... estaba chorreando y la cama estaba empapada, allí de repente me detuve y presioné un poco mi verga, la cabeza comenzó a abrir esos labios hinchados y empapados, ella solo dejó salir todo el aire de su pecho y se quedó inmóvil, esperando que la penetrara totalmente, pero yo seguía jugando, dejé que la cabeza de mi verga se anidara entre sus labios mayores, apenas rozando los otros labios, sin entrar completamente, ella al darse cuenta de esto trataba de levantar sus caderas para conseguir que entrara pero yo me echaba hacia atrás cada vez.

Ella comenzó a desesperarse, su palabras me lo decían, “papi metemela por favor, dame es verga deliciosa, dámela es mía “ y yo solamente le contestaba “shhhhh” y seguía con mi juego de rozar y no entrar...

Ella se estaba volviendo loca de las ganas, y se estaba enojando por mi parsimonia, y cuando menos los esperaba, me deje caer sobre ella... de un solo golpe mi verga la penetro hasta lo mas profundo, su lubricación permitió que entrara hasta que mis testiculos rebotaron en sus nalgas, ella gritó, mezcla de sorpresa, dolor y placer, fue un solo grito largo “AHHHH” y sentí como su vagina apretaba mi verga. No me movía, solo dejaba que su sexo sintiera como mi verga la llenaba, ella comenzó a hablar “papi, que rica verga, dámela toda, así “ pero yo no me movía, seguía estático en mi posición, el peso de mi cuerpo no la dejaba moverse a ella, solo podía hablarme, “papi muévete, dame duro, como te gusta, dámela”.

En una sola movida, así como entró, saque mi verga hasta solo dejar la cabeza adentro... ella gimió profundo y antes de que dijera algo me dejé caer de nuevo... el grito ahora fue aún mas fuerte, pero era mas placer que todo. Sentía como la punta de mi verga tocaba sus entrañas, ese punto que a ella la volvía loca. Ahora si comencé a moverme, lento, no quería venirme muy pronto, aunque ya llevábamos mas de dos horas en este juego. Ella estaba que desfallecía pero seguía recibiendo placer. Mis embestidas eran profundas pero lentas. Ella seguía elevando sus caderas buscando que entrara más profundamente. Mis movimientos eran lentos pero fuertes, sacaba mi verga con lentitud y la volvía a penetrar de un fuerte golpe, así seguía mientras ella solo gemía y gritaba.

Sin que se diera cuenta, coloqué el vibrador sobre su clitoris en un momento en que sacaba mi verga y justo antes de el siguiente embiste, lo prendí al máximo poder, ella no se esperaba eso y comenzó a gritarme “ no no no nooooo” “ no me hagas eso, no aguantoooo” pero yo no le hacía caso, mi verga seguía entrando y saliendo al mismo ritmo pero la vibración era frenética, su cuerpo temblaba con cada penetración y sentía su orgasmo aproximarse, yo trataba de controlar mis movimientos para no venirme con ella, aunque el placer era enorme, su vagina empapada, caliente, hinchada me aprisionaba mi verga como un guante. Pero yo evitaba llegar a ese punto de no volver, quería sentir su entrega.

Y como una explosión, su orgasmo llegó enorme, su cara era la expresión máxima del placer, sus caderas temblaban, mientras que mi verga dentro de ella solo aguantaba y esperaba, el vibrador no se desprendía del clitoris, llevándola a límites jamas visitados de pasión. Ella gritaba, gemía, suspiraba, salían sonidos guturales y palabras sin significado. A ella la había poseído el placer. Su cuerpo temblaba y no paraba de moverse sobre la cama, pero con el freno de mi verga dentro de ella y los amarres a los bordes de la cama le impedían caerse.

Y de repente su cuerpo se hundió en el colchón, cayo desmadejada, sin fuerzas, sin palabras, casi sin sentido. Le había arrebatado su energía. Despacio saqué mi verga de su sexo, salió brillante y chorreante. Y me acerqué a su rostro por el lado de la cama, le tomé su rostro y sin que ella pusiera ninguna resistencia, lo moví hacia mi. Ella estaba en otro mundo, aún casi desfallecida por el orgasmo, y con mi mano le abrí la boca y coloque mi verga sobre su lengua, los líquidos comenzaron a caer sobre sus labios y la barbilla, y allí ella empezó a despertar, sus labios se sellaron sobre mi glande y chuparon como un bombón, su lengua comenzó a recoger todos los restos de su propio orgasmo y a degustarlos, su ansias regresaron, su desesperación también, quería comerse toda mi verga, pero sin sus manos para ayudarse estaba toda a mi merced, yo controlaba hasta donde le dejaba lamer, chupar o meterse en la boca.

Ella seguía chupando sus jugos, los saboreaba, eso siempre le encantaba, la mezcla de sus jugos con mis líquidos preseminales... era un charco de placer.

Cuando ya había limpiado todo mi miembro de su corrida, le saqué toda mi verga, ella gimió protestando, pero ya estaba entregada, sabía que hoy no tenía nada que pedir, solo obedecer y disfrutar... CONTINUARA...